La Unión Europea tiene regiones ricas y pobres, con un eje económico entre Londres y Milán y regiones periféricas más pobres como los nuevos países incorporados y el sur de Europa. Los Fondos Estructurales y de Cohesión ayudan a reducir las diferencias mediante inversiones en transporte, investigación, empleo y agricultura. La UE ha ido ampliando sus competencias más allá de cuestiones económicas para incluir seguridad, justicia e inmigración.