Carlos I de España y V de Alemania heredó grandes territorios en Europa de sus abuelos y tuvo que enfrentar revueltas internas en España mientras mantenía conflictos con Francia por el control de Italia, el Imperio Otomano por el control del Mediterráneo, y los príncipes alemanes protestantes. Tras fracasar en aplacar a los protestantes alemanes, abdicó y dividió su imperio entre su hijo Felipe para España y sus posesiones y su hermano Fernando para el Sacro Imperio Romano Germánico