1. ROCAS QUE VUELAN
Tú seguramente has visto una “estrella fugaz” en una noche de verano. En realidad eso no es una
estrella sino una roca gigantesca que vuela a través del espacio. El calor que proviene de la
fricción de dicha roca con nuestra atmósfera le hace brillar de tal manera que es fácil verla.
Los meteoros son trozos de roca y hierro que alguna vez pertenecieron a la cola de un cometa o a
la masa encendida del sol. Pueden estar dando vueltas en el cielo por billones de años; pero si se
acercan suficientemente a la órbita de la tierra, la fuerza de gravedad de ésta los atraerá
irremisiblemente.
La mayoría de estas rocas se incendian antes de llegar a la tierra, aunque algunas de ellas logran
tocar la superficie terrestre rompiéndose a pedazos. A éstas se les llama meteoritos; algunos de
ellos quedan tan pequeños que podemos recogerlos y llevarlos de un lado a otro fácilmente. Son
mucho más duros que las rocas de la tierra, pues por lo general contienen hierro, níquel y
cobalto. Su color es café o negro y su corteza está llena de agujeros.
Si tú crees haber encontrado uno de estos viajeros del espacio, llévalo con un experto para estar
seguro. Un meteorito es una pieza rara y sería una valiosa adquisición para cualquier
coleccionista.
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