La canción habla sobre los niños que se parecen a sus padres y se mueven con sus gestos, tomando todo a su alrededor. Los describe como "locos bajitos" que no respetan el horario ni las costumbres y a los que los padres tratan de domesticar, diciéndoles constantemente qué hacer, qué decir y qué tocar. A pesar de los esfuerzos de los padres por dirigir sus vidas, los niños inevitablemente crecerán y algún día se despedirán de sus padres.