Los totonacas habitan alrededor de 30 municipios en los estados de Veracruz y Puebla. Consideran que la vivienda es un lugar sagrado que representa el mundo, por lo que antes de construir realizan ritos para pedir permiso a la Tierra y proteger la casa con ofrendas y velas. Las casas suelen ser de una sola habitación cuadrada u rectangular de materiales como otate o madera, con un altar central importante y pocos muebles rústicos. Actualmente usan más materiales como adobe o ladrillo.
Mafalda está más viva que nunca. Reaparece siempre fresca y renovada en sus nuevos libros y periódicos. Hace cine y televisión. Viaja en la imaginación colectiva de infinidad de naciones que son muy diferentes entre ellas culturalmente. Y llega a los lugares más insospechados, volviéndose familiar a generaciones que no tienen nada que ver con la que vio nacer a Mafalda
1. PUEBLA Y VERACRUZ
Los totonacas ocupan alrededor de 30 municipios en total, siendo los más poblados los de
Papantla y Espinal en la costa, los serranos de Coxquihui y Zozocolco, en Veracruz y los de
Cuetzalan y Olintla en el estado de Puebla. En toda la zona es muy alta la densidad de
población mestiza y de otros grupos étnicos.
Para los totonacas la vivienda es un lugar sagrado y, al igual que el poblado, representa la
imagen del mundo en cuyo centro debe estar el “pus santo” que es un altar o mesa de las
ofrendas. Los cuatro ángulos de la casa representan los cuatro puntos cardinales. Antes
de construir celebran un rito dedicado al “Dueño de la Tierra” que consiste en enterrar una
ofrenda de mole y pollo en cada esquina del terreno para pedirle permiso. Posteriormente,
en época de enfermedades, colocan una veladora en cada una de las esquinas y otra en el
altar, al centro, para proteger la casa. Las velas se llevan a bendecir el día de La
Candelaria (2 de febrero) y con éstas se sustituyen las anteriores.
Las casas, tanto de la sierra como de las zonas bajas, son similares. Generalmente,
constan de un solo cuarto de planta cuadrangular o rectangular, construido con otate o
tablas de madera.
Por la puerta de la casa entran y salen vivos y muertos y por eso, los días 1 y 2 de
noviembre decoran el camino de entrada y la puerta misma con flores y hojas de
tepejilote, lo que le facilita a los muertos el trabajo de encontrar la casa.
En el interior tienen espacio para estancia, cocina y dormitorio. El altar es el sitio más
importante y está formado por una mesa alta, puesta en el centro de la habitación, a la
que se le construye un techo de carrizo, forrado de papel o de plástico, el cual representa
la cúpula celeste.
El mobiliario es escaso y rústico, y está formado por pocos elementos como asientos de
madera o sillas bajas con asiento de hule o palma, y bancas largas de madera. Duermen
sobre petates.
El brasero de la cocina también es un lugar importante y central. Hay vasijas y cazuelas
de barro suspendidas de las vigas, un metate, un fogón de tres piedras y afuera, hay un
granero y una porqueriza. Anexo en la casa también hay un temazcal rectangular, al que
consideran una puerta sagrada por la que los enfermos regresan purificados al mundo de
los vivos.
Actualmente, cada vez más, reemplazan los materiales originales de construcción y
prefieren emplear, en su lugar, adobe o ladrillo para las paredes y teja para hacer sus
techos.
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JOSE EDUARDO MIRANDA MIRANDA
MEXICO: PAIS PLURICULTURAL
2. Las mujeres de la costa usaban, hasta mediados del siglo XX, un enredo largo
llamado tachín. Esta prenda era bordada con motivos de árboles de la vida de color
azul para casadas y rojo para solteras. Usaban una faja llamada liitampachin para
sujetarla y las solteras dejaban la punta a la vista. Hoy usan enagua corta llamada
qaan, blusa o ihaquat, medio delantal o patawakana y una pañoleta de seda
artificial a la que le dicen luxu.
La blusa es amplia y delgada, lleva bordados de flores “al pasado” en punto de cruz
y las mangas tienen alforzas enmarcadas con listones. La pañoleta, lleva dos ramos
de flores bordados en los extremos que al usarse quedan sobre el busto. El vestido
de boda es completamente blanco y está hecho con organza y acompañado por un
quechquémitl o laqchiwit del mismo color.
En la sierra las mujeres visten un enredo largo y cuadrado de tela blanca que se
amarra al frente con una faja roja, tejida a mano con lana y algodón. Usan listones
de seis colores entrelazados con las trenzas. Las mujeres de Mecatlán y Coahuitlán
usan quixquén bordado. Esta prenda se teje en curva, es de algodón y lana y lleva
bordados y brocados. En Chiconquiaco usan un quechquémitl o quixquén grueso,
hecho de lana y con bordados rojos en relieve; un enredo azul oscuro, sostenido
por una faja roja y una enagua de tela de cuadros llamada lienzo. En Xilotepec se
trenzan el cabello con una cinta roja hecha en telar de cintura.
El traje masculino consta de una camisa y calzón de manta o popelina blanca,
sombrero y huaraches. En las regiones frías se usa un cotón de lana oscura. Los
hombres de Papantla usan un calzón abombado de popelina blanca, que llega hasta
los tobillos al que llaman tatanu. La camisa, elaborada con el mismo material, es
plisada y lleva en la espalda un cuello “tipo marinero”. Usan un pañuelo de seda
bordado en las puntas y con orillas de gancho el cual se enrolla en el cuello. El
sombrero o tagnu es de palma y calzan botines de piel negros o tatunu.
Los totonacas de la sierra visten de colores. Usan una camiseta comercial, y sobre
ella se ponen una camisa de color contrastante desabrochada y atada a la cintura.
En el bolsillo guardan un pañuelo. Usan sombrero, huaraches y morral de zapupe
que compran a los huastecos. A los niños los visten hasta los dos años con una
mantilla blanca sujeta con una faja del mismo color.
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JOSE EDUARDO MIRANDA MIRANDA
MEXICO: PAIS PLURICULTURAL