El documento discute cómo los científicos, a pesar de ser vistos como imparciales, también son vulnerables a la corrupción debido a valores como el materialismo y el afán de ganancia. Da como ejemplo el caso de Robert Gallo, quien se atribuyó erróneamente el descubrimiento del VIH y no reconoció el trabajo de la viróloga francesa Françoise Barré-Sinoussi, a quien realmente se le debe el crédito. Esto plantea preguntas sobre hasta dónde pueden llegar las personas para alcanzar