Mafalda está más viva que nunca. Reaparece siempre fresca y renovada en sus nuevos libros y periódicos. Hace cine y televisión. Viaja en la imaginación colectiva de infinidad de naciones que son muy diferentes entre ellas culturalmente. Y llega a los lugares más insospechados, volviéndose familiar a generaciones que no tienen nada que ver con la que vio nacer a Mafalda
1. A los que se fueron, pero siguen aquí.
En una estación de trenes,
gentes que van y vienen...
Buscando un tren pero no saben cuál...
Con la sensación de que estaban
en otro lugar y ahora están ahí.
Uno de esos que llegan,
buscando sin saber qué.
Aún puede percibir el viento frío
pegando en su rostro.
No recuerda más pero siente que
la velocidad es lo suyo.
De pronto, escucha el sonido de una guitarra...
Alguien canta...
No es su idioma, pero lo entiende.
Algunos de los viajeros se detienen
y escuchan.
Sabe que busca un tren, que va a un lugar,
pero por ahora, se queda a escuchar.
Mientras, el cantante dice:
“...estoy sentado en un cráter desierto
sigo aguardando el temblor en mi cuerpo,
nadie me vio partir, lo sé,
nadie me espera...”