El documento propone tres formas en que los ciudadanos peruanos pueden luchar contra la corrupción en su país: 1) Organizarse mejor y ser más estrictos al fiscalizar a las autoridades, 2) Inculcar buenos valores a los niños para formar generaciones futuras enfocadas en el bien común, y 3) Organizarse en grupos para promover valores éticos y cambiar las acciones corruptas guiándose por un ser supremo.