2. “Los emprendedores sociales identifican recursos allí donde
la gente sólo ve problemas. Consideran que los habitantes
son la solución; no los beneficiarios pasivos. Parten de la
confianza en sus competencias y sacan a luz los recursos de
las comunidades en las que prestan servicios”.
3. Su principal objetivo es crear valor social, no sólo valor
privado. El beneficio, la riqueza o cubrir las necesidades de
los clientes puede ser parte del modelo, pero siempre lo
serán como medio para alcanzar su objetivo social, nunca
serán un fin en sí mismos. El emprendedor social intenta
que sus mejoras perduren en el tiempo.
4. Tiene una enorme capacidad
para reconocer y buscar obsesivamente nuevas
oportunidades. Donde el común de los mortales ve
problemas, los emprendedores sociales ven oportunidades.
Son persistentes y tienen la capacidad de hacer reajustes
sobre la marcha. Nunca se rinden cuando encuentran un
obstáculo en su camino, sólo se plantean cómo superarlo.
5. Está inmersos en un proceso continuo de innovación, adaptación
y aprendizaje. Son innovadores porque no siempre, como
decía Schumpeter, hay que inventar algo totalmente nuevo, basta
con utilizar lo que ya hay de una manera diferente.
Los emprendedores tienen el don de ser creativos en la aplicación
de lo que otros han creado. Y sobre todo, nunca se toman el
fracaso de un proyecto como una tragedia personal, sino como
una experiencia de la que extraer enseñanzas.
6. La conciencia de un problema social. El “problema social” lo
entendemos aquí en sentido amplio, de modo que se incluye la
preocupación por el bienestar h u m a n o y n o h u m a n o e ,
indisolublemente unido a ello, el mantenimiento de la capacidad
de la Tierra de sustentar ese bienestar.
7. El primer reto del emprendedor social que busca un modelo
rentable de negocio es definir una estrategia que le permita
balancear la rentabilidad con el impacto social. El análisis de los
beneficios sociales debe ser minucioso; por ejemplo, puedes
buscar solucionar un problema ambiental a partir de la
reutilización de desechos, sin embargo, quizá el proceso que
utilices genere más contaminación que los desechos en sí.
El segundo reto es delimitar un producto, pues no servirá de mucho
desarrollar una tecnología que permita convertir el agua sucia en
combustible, por ejemplo, si no estás seguro si comercializarás un
aparato que lo haga.
Como tercer reto fundamental, Armando Laborde explica que los
propios emprendedores sociales suelen buscar fuentes de fondeo no muy
adecuadas para sus negocios, pues cuando se acude a una asociación
generalmente éstas realizan donativos a organismos sin fines de lucro y
cuando expones que se trata de un modelo de negocios se genera un
shock.
8. Todas ellas son empresas que, con diferente tamaño, forma
jurídica y ámbito de actuación, han utilizado el mercado para
alcanzar un objetivo de cambio social. Y es que la creación de
valor social puede entenderse como el fin último y la razón de ser
del emprendimiento social, pero usando para ello herramientas y
conceptos típicos de empresas convencionales, es decir,
típicamente guiadas por la creación de valor económico como
objetivo primario.
9.
10. La economía ortodoxa, que nació como una de las ciencias
sociales por antonomasia, parece haberse alejado de ese objetivo
inicial que era administrar con cuidado (y amor) los recursos de
la casa (oikonomias). La toma de conciencia de que tenemos una
economía centrada en la acumulación de recursos, centrada en
cosas, y que ha dejado de lado aspectos importantes que tienen
que ver con las personas y el Bien común, hace que muchas
miradas se vuelvan hacia un modelo económico más humano y
solidario.
1 FRACASO DE LOS MODELOS EXISTENTES
11. El desmantelamiento progresivo del Estado del Bienestar y el
traslado de la responsabilidad de cuidar de lo social a la
empresa, supone la apertura de interesantes huecos y nichos
de negocio en los que poder ejercer una profesión y obtener
un medio de vida, a la vez que hacer algo en pro de lo común.
Esta razón, se complementaría con una tendencia creciente
del consumo responsable, que supone la creación de valores
sociales a través de productos y servicios.
2 RESPUESTA AL CONTEXTO DE CRISIS, RECORTES Y AUSTERIDAD.
12. Fomentando, apoyando y favoreciendo el
emprendimiento en general y el social en
particular desde instituciones públicas y privadas.
A esto se une el apoyo de otras
instituciones como escuelas de negocio,
fundaciones y filántropos.
3 LA CREACIÓN DE UN CLIMA INSTITUCIONAL PROPICIO
13. Ser emprendedor social es un estilo de vida que une a una
actividad profesional una forma de entender y estar en
el mundo, una forma de relacionarse con él.
4 VALORES Y LA ÉTICA PERSONAL DEL EMPRENDEDOR.
14. El emprendedor social, por tanto, vendría a representar el intento por
usar la “herramienta” empresa precisamente más allá de lo monetario,
priorizando el fundamento ético, social y ambiental. Este fundamento
se ve recogido en la misión de la empresa, la razón última de ser de
los proyectos empresariales. En este sentido la “maximización del
valor para el accionista”, sacrosanta fórmula de la economía
neoliberal debería reescribirse tratando de buscar la maximización
del valor-felicidad para todos los públicos implicados en el proceso
empresarial. Sin duda, esa búsqueda supone dar un paso más allá del
territorio de la filantropía empresarial y de la responsabilidad
empresarial, para cambiar la perspectiva en torno a la ventaja
competitiva, el beneficio empresarial y el éxito empresarial.
Dianne Jazmín Morocho Valdiviezo