Este documento discute los beneficios y desafíos de jugar videojuegos. Señala que los videojuegos pueden estimular habilidades cognitivas como la atención, razonamiento y resolución de problemas, pero que el exceso puede aislar a los niños y transmitir valores indeseables. Recomienda que los padres regulen el tiempo de juego, participen, elijan los contenidos adecuados y fomenten alternativas de ocio en familia.