La obediencia religiosa y la animación en la comunidad en el pensamiento y en la práctica de Madre Mazzarello

2. Madre
Mazzarello,
habla, en sus
cartas, de la
obediencia y lo
hace en una
forma muy
sobria.

3. Sólo se tiene un
corazón obediente
cuando se tiene a
Jesús en el corazón,
cuando se lucha
por imitar la
obediencia plena de
Jesús.

4. La obediencia
estrechament
e unida a La
confianza.

5. Ten gran
confianza con tus
Superioras, no
ocultes nada, ten
tu corazón
abierto, obedece
con toda
sencillez…
Carta 18,4

6. Procura ser un
modeLo de
virtud: de
humiLdad, de
obediencia, de
caridad…si La
obediencia te
Parece dura
mira aL cieLo y
Piensa en eL
Premio que
aLLì te esPera
carta 19,1

7. Esforcémonos
en practicar las
virtudes,
especialmente la
obediencia y la
mortificación.
Mortifiquémonos
especialmente
en nuestra
voluntad y
seamos exactas
en la
observancia de
las Reglas.
Carta 27,7

8. El camino más exacto
es el de la obediencia
pronta, ejercitarse en
la humildad y en la
caridad.
Carta 60,4.

9. Sea cual fuere tu oficio, se humilde,
sencilla, obediente y exactísima en
la observancia de la Regla.
Carta 34,1.

10. Anima a las hermanas, con el
ejemplo, a que sean
obedientes y amantes del
trabajo.
Carta 17,1.

11. Virtudes necesarias para ser buenas
religiosas: humildad y obediencia.
Carta 5,6

12. Adquieran un
espíritu de
mortificación, de
obediencia y de
desprendimiento
Carta 24,2

13. Donde reina la
caridad, allí está el
Paraíso. Jesús se
complace mucho de
estar en medio de
las hijas que son
humildes,
obedientes y
caritativas. Estad
atentas a la
obediencia pronta y
al desprendimiento
de vosotras mismas
Carta 49,3.5

14. Para evitar subjetivismo y para
tener la seguridad de movernos
a la luz del misterio de la
voluntad del Padre, buscamos
mediaciones, signos
cualificados: proyecto de los
fundadores (Constituciones), el
superior, la comunidad. Nunca
podremos decir “Esta es la
voluntad de Dios”, pero sì
podemos afirmar “Esto es signo
de la voluntad de Dios”,
suficiente para lanzarse a la
acción. Dios proveerá aún en el
caso, no improbable, de que el
superior se equivoque.