Este apartado describe los aspectos antropológicos contenidos en la Liturgia, así como las diferentes posturas que se presentan en la celebración litúrgica.
2. Introducción
El hombre es un ser festivo
por naturaleza.
Tiende a la vida celebrativa.
La Liturgia toma en cuenta
algunos elementos
antropológicos referentes a
la celebración.
7. Tiempo
En la Liturgia, entramos en
un tiempo divino (kairós);
Dios entra en el tiempo,
irrumpe en la historia del
hombre para que el hombre
entre en la historia de Dios.
La Liturgia es participar
del tiempo sagrado.
8. Lugar
El lugar determina la manera de
celebrar.
El espacio debe connotar el
ambiente celebrativo.
En la Liturgia se celebra en el
Cuerpo Místico de Cristo.
Más que un aspecto «geográfico»,
es una realidad teológica.
11. Música
En la Liturgia, la música y
el canto expresan la oración
del pueblo a Dios.
La música y el canto deben
animar a la asamblea, y no
ser un concierto o
espectáculo de unos pocos.
13. Alimento
Dios alimenta a su pueblo
por medio de la mesa de la
Palabra y la mesa de la
Eucaristía.
14. Síntesis
El aspecto celebrativo es propio del ser humano.
La liturgia adopta algunos aspectos antropológicos de la
celebración.
15. Gestos y
posturas
La Liturgia adapta también
algunas posturas y gestos para la
celebración del Misterio Pascual de
Cristo.
16. Gestos y posturas corporales
El gesto y la postura corporal deben contribuir a que toda
la celebración resplandezca por su decoro y noble sencillez,
de manera que pueda percibirse el verdadero y pleno
significado de sus diversas partes y se favorezca la
participación de todos (IGMR 42).
La finalidad es ayudar a celebrar mejor el misterio.
17. Gestos y posturas corporales
La postura corporal que han de observar todos los que
toman parte en la celebración es signo de la unidad de los
miembros de la comunidad cristiana congregados para
celebrar la sagrada Liturgia, ya que expresa y fomenta al
mismo tiempo la unanimidad de todos los participantes
(IGMR 42).
18. Criterios básicos para las posturas
La belleza, el «decoro» y la noble sencillez de la celebración.
Que ayuden a entender mejor el sentido de cada parte de la misma.
Que la postura favorezca la participación plena en lo que celebramos.
La celebración es algo eclesial, no sólo algo de gusto personal del que preside o del
equipo litúrgico o del pueblo.
La uniformidad de estos gestos y posturas es signo y factor de la unidad de los
presentes.
Se elegirá la postura que sea más coherente con la actitud de escucha, o de
respeto, o de celebración, o de marcha.
20. De pie
Es la postura pascual.
Es muy propia de la oración, sobre todo sacerdotal.
Los fieles están de pie:
desde el principio del canto de entrada, o mientras el sacerdote se acerca al altar, hasta el final
de la Oración Colecta;
al canto delAleluya que precede al Evangelio;
durante la proclamación del mismo Evangelio; durante la profesión de fe y la oración de los
fieles;
y también desde la invitación «Oren hermanos» que precede a la oración sobre las ofrendas
hasta el final de la Misa.
21. Sentados
Es la postura de los discípulos que escuchan al Maestro.
Favorece más ese momento de recogimiento meditativo que
sigue a la comunión.
Se estará sentado durante las lecturas y el salmo responsorial
que preceden al Evangelio; durante la homilía, y mientras se
hace la preparación de los dones en el ofertorio; también, según
la oportunidad, a lo largo del sagrado silencio que se observa
después de la Comunión.
22. De rodillas
Es la postura que mejor expresa la adoración.
Estarán de rodillas durante la consagración, a no ser que lo
impida la enfermedad o la estrechez del lugar o la
aglomeración de los participantes.
Los que no puedan arrodillarse en la consagración, harán
una profunda inclinación mientras el sacerdote hace la
genuflexión después de ella.
23. Genuflexión
Es un signo de adoración.
Se hace doblando la rodilla derecha hasta el suelo.
Se reserva al Santísimo Sacramento, y a la santa Cruz.
Si el sagrario con el Santísimo Sacramento está en el presbiterio, se
hace genuflexión cuando llegan al altar y se retiran de él, pero no
durante la celebración de la Misa.
Todos hacen genuflexión doble ante el Santísimo Sacramento expuesto.
24. Inclinación
Expresa reverencia y honor que se tributa a las personas o a sus signos.
Hay dos clases: de cabeza y de cuerpo.
De cabeza, cuando se nombran las tres Personas Divinas a la vez, a los nombres de Jesús,
de la bienaventurada Virgen María y del Santo cuyo honor se celebra la Misa.
De cuerpo o profunda, al altar; a las oraciones «Purifica mi corazón» y «Acepta, Señor,
nuestro corazón contrito»; en el Símbolo a las palabras «Y por obra del Espíritu Santo» o
«que fue concebido».
La misma inclinación hace el diácono cuando pide la bendición antes de proclamar el
Evangelio.
El sacerdote se inclina además un poco cuando hace la narración de la Última Cena.
26. Silencio sagrado
El silencio da a la celebración un ritmo sereno que permite a todos ir
sintonizando con lo que celebran, oyen y dicen.
Ayuda a que podamos escuchar con profundidad la Palabra, para personalizar
la oración o para prolongar en concentración el espacio culminante de la
comunión.
Los silencios que se recomiendan son el acto penitencial, la Oración colecta,
después de las lecturas y de la homilía, y después de la comunión.
Se debe guardar también en la iglesia, en la sacristía y en los lugares más
próximos, a fin de que todos puedan disponerse adecuada y devotamente a las
acciones sagradas.
27. Gestos
Un correcto sentido de la
celebración comienza con el
modo en que cada persona
se desenvuelve en la
Liturgia.
28. Las manos
Todos los gestos litúrgicos que se hacen con las manos son significativos.
En un saludo, las manos, que estaban unidas, se abren como expresión de paz e
invitación a la oración.
Las manos se juntan, como signo de oración.
Las manos se extienden durante el rezo de determinadas oraciones de petición
de misericordia: «orantes». Es un gesto de las primeras épocas de la Iglesia.
La imposición de manos es un signo de invocación al Espíritu Santo (epíclesis),
de bendición solemne u oración sobre el pueblo, o la transmisión de un poder.
29. Señal de la cruz
Santiguarse / Persignarse / Signarse.
La señal de la cruz se inicia con las manos unidas; después la
mano derecha va, con los dedos juntos, desde la frente hasta el
pecho; después, la mano derecha va del hombro izquierdo al
hombro derecho; y vuelve a unir sus manos inmediatamente.
Antes del Evangelio, se traza una clara señal de la cruz en la
frente, otra en los labios y otra más en el pecho.
30. Beso litúrgico
Es el signo permanente de Jesucristo entre su pueblo.
Se besa el altar, el Evangelio y la Cruz el Viernes Santo.
31. La voz
Tiene una notable importancia en el marco de la proclamación
y la predicación.
Una expresión digna que sabe dar valor, sentido y significado
a las palabras es esencial para distinguir la proclamación de
una oración pública.
Dos tonos de voz: uno claro, normal, para las oraciones
principales; y otro más bajo para las oraciones privadas,
virtualmente un cuchicheo o susurro.
32. Los ojos
Se debe mirar al pueblo cuando se saluda o se dirige a él.
Pero cuando se lee un texto se debe fijar la mirada en el
libro.
33. – John Henry Newman, descripción de la lectura de la Misa en la novela Perder y ganar
«Cada uno en su sitio, desde su corazón, sus deseos,
sus pensamientos, sus intenciones, con su propia
petición; distintos pero unidos, contemplando lo que
pasa, contemplando cómo pasa, uniéndose a la
consumación de todo aquello…Allí hay niños,
pequeños y ancianos, gente ignorante y gente
instruida, almas que no han pecado y almas que han
pedido perdón; pero de todas esas almas distintas se
alza hasta Dios un solo himno eucarístico. Y su
medida y su fin son esaAcción Inefable».