2. ¿QUE ES UN VINCULO AFECTIVO?
El vínculo afectivo es un lazo de amor, empatía y cuidado mutuo que une a las personas entre
sí. Es un sentimiento amoroso que proporciona bienestar y seguridad y es la base y el motor
del desarrollo de los seres humanos.
Los sentimientos de amor, solidaridad, comprensión y ayuda mutua que se hacen posibles por
medio del vínculo afectivo no se dan por el simple hecho de convivir con alguien o de tener
lazos sanguíneos con otra persona: se crea y construye en una forma progresiva, mediante
acciones cotidianas y la plena disposición de las personas para construirlo.
Crear vínculos afectivos parece bastante sencillo, pero no siempre es fácil. Lo ideal es que en
la relación con su niño este lazo surja desde el momento en que deciden traerlo al mundo, y
que se incremente cuando lo imaginan, piensan en su sexo, nombre y características.
Es necesario aclarar que el tipo de vínculos que se establecen con alguien está determinado
en gran medida por la manera como usted concibe y asume a esa otra persona, por lo que en
cuanto a su niño, es necesario que antes de entrar a tratar el tema del afecto tenga claridad
acerca de lo que implica la condición de ser un niño.
3. ¿COMO SE GENERA UN VINVULO
AFECTIVO?
Hablar de apego es lo mismo que hablar de vínculo afectivo y, por ende, de cómo se
instaura. Es evidente que la naturaleza de nuestras primeras relaciones, influye en
gran medida en las que establezcamos en el futuro. Es en este primer momento de la
vida, cuando el niño aprende lo que puede esperar de un ser humano.
ANTES DE NACER
El vínculo afectivo se establece antes de nacer: en el momento en el que dos
personas adultas deciden tener un hijo. Una de las primeras cuestiones nos remite al
deseo del niño de nacer y al contexto en el que viven sus padres. Se habla de niños
que llegan por sorpresa, de los que nacen para intentar resolver las dificultades de una
pareja que no va bien o para evitar que uno de los padres abandone el hogar, de niños
habidos fuera del matrimonio y de todos los que de una manera u otra han sido
deseados por sus padres. Desde el momento de su nacimiento, el niño está influido
por el sistema familiar y de pareja de su familia que influye muy profundamente en él.
4. DURANTE EL EMBARAZO
En el momento de la concepción del niño, comienzan para él, los nueve meses de vida
intra-uterina. Durante este periodo pre-natal, el feto presenta ya una vida sensorial :
capacidades de audición a partir de los 5 meses ; es así como el niño, desde su
nacimiento , es capaz de reconocer la voz de su madre,
capacidades a nivel visual : se sabe que el feto presenta fluctuaciones de su ritmo
cardiaco cuando se envían flashes luminosos sobre el vientre de su madre ; esta
percepción visual se sitúa también alrededor de los seis meses de vida intra-uterina,
el olfato, el gusto : los gustos de la madre y su régimen alimenticio pasan al niño,
el tacto y la sensibilidad táctil del niño in útero se ponen en evidencia gracias a las
técnicas de autonomía , es decir las técnicas de palpación del vientre de la madre ; en
el momento de esas caricias, se ve claramente al niño desplazarse para colocar su
espalda bajo la mano : se mueve de manera muy característica,
el psiquismo del niño va a construirse a partir de estos elementos de sensorialidad;
sobre estas huellas kinestésicas se funda un primer « yo » corporal, es decir sobre
representaciones sensoriales; no se trata todavía de una memoria, sino mas bien de
huellas kinestésicas sensoriales que conducen a un esbozo de representación.
5. Se sabe también que la vida imaginaria y fantasmática de la madre durante el embarazo
representa una base esencial de las relaciones ulteriores que ella tendrá ( o no tendrá) con
su bebe, después del nacimiento. Esta vida imaginaria es esencial para la transformación de
una mujer en madre y en su relación con su hijo cuando nazca. Esta representación del
niño imaginario con una cierta idealización ( cuando se trata de un niño deseado) de este
niño, puede a veces al nacer ser confrontado a una realidad no conforme a la idealización
de la madre durante el embarazo. Y cuando el niño no es deseado, que su madre no se
entrega durante el embarazo, lo imaginario de la madre impregna al niño de vacío, de nada,
de irrealidad.
El periodo neo-natal de los primeros días, léase primeros meses después del nacimiento, ha
sido muy estudiado por una serie de autores (Brazelton, Daniel Stern, Bertrand Cramer,
Serge Lebovici). En el transcurso de los últimos 25 años, estos autores han trabajado
mucho, estudiado y observado el bebé en el momento del nacimiento. Las primeras
experiencias del bebé se desenvolverán bajo el modo de la sensorialidad (la vista, el tacto,
el reflejo de agarrarse, el reflejo de succión, son espontáneos).
6. DURANTE EL PRIMER AÑO DE VIDA
El bebé pone a prueba miles de veces el establecimiento del vínculo afectivo: cada vez
que llora, que tiene hambre o frío, que necesita una caricia comprueba que su mamá le
da lo que espera.
El niño desarrolla sí una confianza de base en su madre, un sentimiento de seguridad
que le permitirá explorar su entorno a partir del primer año.
Durante el segundo año de vida
Se desarrolla un segundo ciclo de experiencias cuando el niño aprende poco a poco a
aceptar los límites que comportan las reglas sociales. A partir de las experiencias diarias
que le proporciona el cuidado de su madre, del descubrimiento de lo que lo rodea, de la
experiencia de la ausencia o la proximidad de su madre, el niño es capaz de construir un
modelo operativo interno del mundo que le rodea, de su madre y de él mismo.
Este modelo es para el niño la representación de lo que suponen las relaciones sociales
en general y lo que le cabe esperar de un vínculo afectivo particular: de la seguridad o
inseguridad que éste genera.
Lo ideal es que el niño sea capaz de construir un modelo flexible y que le haga sentirse
seguro. Y que este logro lo aplique a las demás relaciones
7. Pero, si como consecuencia de repetidas experiencias con su madre o la persona
que ejerce ese papel, este modelo no puede adaptarse a los cambios o a
situaciones no habituales, el comportamiento del niño puede presentar síntomas
de rigidez, inadaptación o, incluso, síntomas patológicos.
Concretamente, si un niño pequeño experimenta el rechazo de su madre -ya sea
éste real o vivido como real por el niño- es probable que su modelo operacional
interno le haga verse como alguien no digno de ser amado o aceptado y vea a su
madre incapaz de darle la seguridad que necesita.
Este modelo, inicialmente desarrollado en las primeras interacciones madre/hijo,
evoluciona durante el crecimiento y ante las nuevas experiencias. Pero, aunque
estas nuevas experiencias tienen importancia, el niño y posteriormente el adulto
que llegará a ser, dependerá siempre del primer modelo de representación del
mundo que se haya construido e interiorizado.
8. EJEMPLOS
Donde mejor se pueden reconocer los ejemplos de los diferentes tipos de apego es en el
campo de la pareja. A continuación examinaremos cómo respondería una persona que
presentase cada uno de los cuatro tipos a una situación muy común: que su pareja saliera
de fiesta sin ellos.
Una persona que sintiera apego seguro no se preocuparía en absoluto. Debido a que
confía tanto en sí mismo como en su pareja, lo vería como algo totalmente normal y un
síntoma de independencia (lo que se tomaría como algo positivo).
Por el contrario, alguien con apego ambivalente lo vería como un síntoma claro de que
su pareja ya no le quiere. Pensaría que va a buscar a alguien para reemplazarle, o que
se quiere olvidar de él porque está harto.
Alguien con apego evitativo reaccionaría de forma distinta. Puede que se preocupase
por si su pareja quiere serle infiel; pero, en secreto, estaría aliviado por poder alejarse
de ella por una noche. Por lo general, la sensación que predomina en las relaciones de
estos individuos es la de agobio.
Por último, alguien con apego desorganizado podría mostrar respuestas de los
evitativos o de los ambivalentes en momentos distintos.
9. EL VINCULO AFECTIVO EN EL NIÑO
El vínculo afectivo entre el niño y la familia es lo que le dará seguridad como
persona cuando sea mayor. Un vínculo firme y sólido lo hará capaz de abrirse al
mundo cuando crezca y le ayudará a tener relaciones sanas y sinceras con las
personas que la rodearán. El vínculo afectivo es aquella relación emocional y
especial con las personas que son significativas en nuestras vidas y su
construcción es lenta y recíproca.
El vínculo de la madre con el niño es un proceso que comienza desde el principio
de la gestación y se refuerza con el parto y la lactancia, según explica la psicóloga
Cristina Cortés. El vínculo con el padre o con la otra madre tomará fuerza cuando
esta persona tenga cuidado del bebé y se interrelacione. Cristina Cortés afirma
que, cuando no existe vínculo a partir de la gestación, es necesario que las
familias creen un vínculo nuevo con los correspondientes cambios emocionales
que supondrá para ambas partes. La vinculación entre el niño, el círculo más
amplio de la familia y las otras personas se irá extendiendo en la medida que el
niño vaya creciendo.
10. Existen diferentes tipos de vínculo: seguro, ambivalente, evitativo y desorganizado,
según detalla John Bowly, en la Teoría del Apego de 1969. El tipo de vínculo que
establezca el niño dependerá de factores como la calidad del cuidado que recibe, el
clima emocional de su entorno más cercano o el propio temperamento del niño. Los
niños que han desarrollado un vínculo seguro tienen autoestima, empatía y buenas
habilidades sociales y, posteriormente, tendrán más capacidad para resolver
conflictos y serán más cooperativos.
El vínculo afectivo es diferente en cada una de las etapas evolutivas del niño. La
consolidación del vínculo tiene lugar los primeros meses de vida del niño y a partir de
los dos años este va ganando fuerza. En edades posteriores el vínculo sufre
variaciones y adaptaciones dependiendo de la etapa de crecimiento. El vínculo con la
familia durante la etapa escolar es muy fuerte pero, aun así, las separaciones
empiezan a ser toleradas. Durante la adolescencia, los padres siguen siendo las
personas con las que el vínculo es más fuerte pero se empiezan a incorporar los
amigos como personas con vínculo y poco a poco los adolescentes van ganando
distancia respecto a los padres y madres para que buscan su propia identidad. La
presencia de los padres y madres será importante pero el deseo no será el de estar
con ellos sino de tenerlos presentes en caso de necesidad.