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PABLO GUADARRAMA GONZÁLEZ:
FILÓSOFO LATINOAMERICANO
Archivo General de la Nación
Volumen CDXLV
Carlos Rojas Osorio
PABLO GUADARRAMA GONZÁLEZ:
FILÓSOFO LATINOAMERICANO
Santo Domingo, R. D.
2022
Cuidado de la edición: Área de Publicaciones
Diagramación: Yahaira Fernández Vásquez
Diseño de portada: Harold Frías Maggiolo
Motivo de cubierta: Foto del autor. Disponilble en https://www.ensayis-
tas.org/filosofos/cuba/guadarrama/guadarrama.jpg
Primera edición, 2022
© Carlos Rojas Osorio
De esta edición
© Archivo General de la Nación (vol. CDXLV), 2022
Departamento de Investigación y Divulgación
Área de Publicaciones
Calle Modesto Díaz, Núm. 2, Zona Universitaria,
Santo Domingo, República Dominicana
Tel. 809-362-1111, Fax. 809-362-1110
www.agn.gob.do
ISBN: 978-9945-25-032-9
Impresión: Editora Búho, S.R.L.
Impreso en República Dominicana / Printed in Dominican Republic
7
ÍNDICE DE CONTENIDO
Prólogo, Federico José Álvarez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Pre-texto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Capítulo I
Semblanza de Pablo Guadarrama González:
filósofo latinoamericano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Capítulo II
La filosofía: su objeto y funciones.
 .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 37
Capítulo III
El método en la historia de la filosofía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Capítulo IV
La cultura como dialéctica entre lo universal
y lo específico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Capítulo V
Trayectoria de la filosofía en Cuba. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Capítulo VI
El ideario filosófico de Enrique José Varona. . . . . . . . . . . . . . . 95
Capítulo VII
Martí, humanista práctico latinoamericano. . . . . . . . . . . . . . . 113
8 Carlos Rojas Osorio
Capítulo VIII
Hostos y el positivismo sui generis .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 125
Capítulo IX
El positivismo en América Latina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Capítulo X
Crítica y superación del positivismo latinoamericano. . . . . . . 155
Capítulo XI
Educación e investigación científica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
Capítulo XII
Crítica de los reduccionismos epistemológicos. . . . . . . . . . . . 187
Capítulo XIII
Crítica del posmodernismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205
Capítulo XIV
Marxismo y antimarxismo en América Latina. . . . . . . . . . . . . 223
Capítulo XV
Filosofía y marxismo en Colombia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247
Capítulo XVI
Democracia y los Derechos Humanos: más allá
del occidentalismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265
Capítulo XVII
La integración latinoamericana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283
Capítulo XVIII
Filosofía política y humanismo en América Latina. . . . . . . . . 299
Idea y dimensiones del humanismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . 305
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 9
Capítulo XIX
El pensamiento político latinoamericano
y la cultura de la paz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313
Capítulo XX
El marxismo como filosofía de la liberación. . . . . . . . . . . . . . 333
Capítulo XXI
Del socialismo real a la utopía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359
Epílogo de Ángel Moreta Aguasvivas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371
Bibliografía de Pablo Guadarrama González. . . . . . . . . . . . . . 387
11
PRÓLOGO
Carlos Rojas Osorio pertenece a ese elenco de pensadores
antillanos que por cinco siglos perseveran en desandar
el laberinto en que los mundos que llegaron con Colón dejaron
confinadas estas Islas de los Bienaventurados.
Colón descubrió la bondad natural cumplida en el rostro
aborigen, y la encubrió. El genocidio, el ecocidio, el racismo y
el intercambio desigual fueron las fleurs du mal sembradas por
Europa en estas islas para ser reproducidas y trasplantadas a lo
largo y ancho del nuevo continente, o en palabras de Enrique
Dussel, del nuevo botín-a-la-mano en tanto fundamento teórico-
práctico de la naciente Modernidad.
El veneno de estas flores de la Modernidad se expandió a
lo largo de cinco siglos hasta convertirse en pandemia mun-
dializada, esa misma «enfermedad histórica» denunciada por
Nietzsche y que dio al traste con el hombre planetario, enaje-
nado, tan esquizoidemente enfermo que destruye la biosfera
para propiciar su propio exterminio.
La historia del Nuevo Mundo sintetiza el salto antropológico
del homo sapiens al homo demens, sublimado mediante el «progre-
so» y escrutado mediante el «crecimiento», pero siempre guiado
por aquel falso principio hegeliano del desarrollismo, incapaz
de recuperarse en la plenitud del aquí y el ahora, sino siempre
en fuga, como mal infinito.
12 Carlos Rojas Osorio
A través de una extensa obra crítica, Carlos Rojas Osorio
estudia el fenómeno dialéctico de dominación/liberación,
partiendo de su suelo natal puertorriqueño –esa prima adoptiva
que había maravillado a navegantes portugueses con anteriori-
dad al evento colombino y desde donde el fervor antillano de
Ramón Emeterio Betances y Eugenio María de Hostos pronto
guiaría la espada redentora de Gregorio Luperón en la Repú-
blica Dominicana y el pensamiento preclaro de José Martí en
Cuba, que es el de Nuestra América, la Patria de la Justicia de
Pedro Henríquez Ureña, nuestra Magna Patria.
Frente al discurso de la Modernidad que se impone y cobra
estancia sobre el ámbito de su conquista –esa terra nullius propi-
cia para el proyecto civilizatorio de expoliación que convertiría
a Europa en centro del mundo– surge ya con Antón de Mon-
tesinos en Santo Domingo (1511), el discurso del «anti-héroe»
denunciando las vejaciones de que eran víctimas los nativos por
parte de los conquistadores, y al que pronto siguió el pensa-
miento crítico de Bartolomé de Las Casas en su Brevísima relación
de la destrucción de las Indias, con la cual pretendía mostrar
la contradicción entre el fin: la evangelización, y los medios: la
esclavización y el exterminio.
La historia de este discurso crítico vendrá a constituir la del
pensamiento propio de América Latina, y para hacerlo asequi-
ble y actual Carlos Rojas Osorio nos lo presenta en esta obra de
la mano de una de las figuras más prominentes de «nuestro
americanismo»: Pablo Guadarrama González.
El libro que nos entrega Rojas Osorio a la vez que esquematiza
la trayectoria en el quehacer académico de este filósofo, desde
La Habana a Leipzig; desde su nativa Santa Clara en Cuba hasta
cada país latinoamericano, al mismo tiempo reconstruye, antoló-
gicamente, el discurso crítico del pensamiento latinoamericano,
lo que ha sido uno de los principales aportes de Guadarrama a
través de una vastísima bibliografía, recogida minuciosamente al
final de este libro. Su estudio permite identificar los conceptos de
cultura, filosofía, ideología, autenticidad, humanismo práctico,
alienación, condición humana, dialéctica materialista, núcleo
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 13
duro del pensamiento, democracia, derechos humanos, entre
otros, propios de este incansable pensador cubano, caribeño y
latinoamericanista, quien hace de ellos los instrumentos de toma
de conciencia para una actuación práctica liberadora y solidaria
que posibilite el desarrollo pleno de la condición humana.
Carlos Rojas demuestra en esta obra que Pablo Guadarrama
posee un conocimiento amplio y profundo de las diferentes
etapas de la historia universal, de la filosofía latinoamericana
y de las corrientes de pensamiento que la han conformado,
tales como la cultura amerindia, la escolástica colonial, la
ilustración, el positivismo, la superación del positivismo, el
marxismo, la filosofía de la liberación, y el posmodernismo. Se
empeña en destacar el compromiso activo, militante y arries-
gado con la defensa de la dignidad humana que caracteriza la
crítica liberadora en toda la obra de Guadarrama, pues para
él, como bien señala el filósofo puertorriqueño, el humanismo
constituye la principal característica del quehacer filosófico
latinoamericano.
Nuestra América no es solo territorio sino también historia
y sentido, que son los frutos de las relaciones sociales. Pero son
aquellas flores venenosas las que han rendido estos frutos
tóxicos productores de sentido… y de injusticia. La injusticia es
el sentido histórico que apareja la Modernidad, y por eso, expresa
Rojas Osorio evocando a Pedro Henríquez Ureña, «la utopía es
una meta de Nuestra América»: «el ideal de justicia está antes
que el ideal de cultura…», y es ello lo que otorga la especificidad
de la cultura latinoamericana, conforme al decir del maestro
Leopoldo Zea.
El desandar de pensadores antillanos como Rojas Osorio y
Guadarrama es una búsqueda sin tregua de la salida del laberinto
de la Modernidad, que al mismo tiempo que identifica los indi-
cadores de la enajenación a partir de la tesis primera de Fran-
cisco de Vitoria (1536) de que «es lícito y justo a los cristianos
militar y hacer la guerra a los bárbaros, y resarcirse con los bienes
del enemigo», tesis luego asumida por Ginés de Sepúlveda, este
desandar va sembrando conciencia en las nuevas generaciones.
14 Carlos Rojas Osorio
De hecho, fue un antillano de la Martinica, el filósofo siquiatra
Franz Fanon el gran precursor de la teoría decolonial, análoga a
la psychéterapeia socrática, para «decolonizar el imaginario de
los colonizados».
Se trata pues del cuidado de lo viviente a que nos exhorta
Leonardo Boff; pero para ello el antecedente lógico indispen-
sable es el cambio de paradigma. Así, la terapia se constituye
en purga que excreta esa enfermedad histórica de la civilización
planetaria de hoy día, soberbiamente erguida en los abismos de
una cruel insensatez, para dar lugar –acaso por un último intento–
a la plenitud de la condición propiamente humana.
¿No son las Antillas –este mar de Islas de los Bienaventu-
rados– la entrada y la salida del laberinto de la Modernidad?
¿Será este ecosistema insular, este Parque Antillas, el lugar
idóneo para crear, para hacer surgir un Nuevo Mundo, un
«oikos del pensamiento» como gustaba llamar Lyotard al re-
fugio no sujeto al control sistémico de órdenes destructivas?
Félix Guattari nos exhorta a propiciar la invención de lo que
él denomina «territorios existenciales» a través de la articula-
ción ético-política entre los tres registros ecológicos: el medio
ambiente, las relaciones sociales y la subjetividad humana en
tanto constituyentes de una plataforma ecológica radical que él
denomina «ecosofía», y que es, al mismo tiempo, un paradig-
ma ético, político y estético que permite desarrollar, como lo
deseaba Martí, una creatividad.
Gregory Bateson acuñó el concepto de «ecología de la
mente» no tanto como defensa de la naturaleza sino antes bien
para definir la ciencia de las interrelaciones entre las ideas y
los hábitats mostrando cómo las interacciones dinámicas de
las ideas modulan y dan sentido al mundo. Bateson enfatiza la
interrelación de los organismos y el ambiente como sistemas de
intercambio y de retroalimentación apuntando en dirección a
una homeostasis autocorrectiva.
Se trata entonces de la apertura de un topos fundacional
para una revolución ecológica que redefina al hombre y a
la naturaleza; que redefina la relación hombre-naturaleza
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 15
(poíesis), y asimismo la relación hombre-hombre (ética).
En fin, una nueva forma de humanidad «posterior a la catás-
trofe», como alude Lévi-Strauss. Ello así puesto que este
desorden mental del hombre planetario lo compele a volver
a sus orígenes para aprender otro modo de ser de acuerdo
a una cota de lucidez más alta y a otros referentes lógicos y
así lograr, como señala Guadarrama con su optimismo epis-
temológico característico, referenciando a Martí, «ante la
igualdad imposible, la equidad posible».
Federico José Álvarez
17
PRE-TEXTO
Conocí al Dr. Pablo Guadarrama González en el Congre-
so Interamericano de Filosofía celebrado en Bogotá en
el año 1994. Desde entonces nos hicimos muy buenos amigos
y lectores mutuos de nuestras respectivas obras. Como además
compartimos la amplia temática de la filosofía latinoamericana,
pues también nos referenciamos mutuamente numerosas veces.
Cada vez que visito a mi familia en Bogotá me reúno con
Pablo y Ligia; almorzamos, visitamos editores y, sobre todo,
compartimos en amena conversación. En 2017 participé en el
Simposio de Pensamiento Latinoamericano que por su inicia-
tiva se realiza cada dos años en la Universidad Central «Marta
Abreu» de Las Villas, en Santa Clara, Cuba.
En 2018, siendo yo director del Departamento de Filosofía
del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico le
invité como profesor visitante y dictó una serie de conferencias
para nuestros estudiantes y profesores.
Pablo me había manifestado que Puerto Rico era uno de los
pocos países latinoamericanos en el que no había participado
en actividades académicas. La razón era que, aunque con ante-
rioridad había ofrecido conferencias en varias universidades de
Estados Unidos de América, en ocasión de recibir una invitación
a un congreso en San Juan también le concedieron la visa, pero
debía recibirla en La Habana. En esos momentos se encontraba
18 Carlos Rojas Osorio
en otras actividades académicas en Bogotá y por cuestiones de
tiempo no le era posible realizar esa gestión.
Esta vez también la obtención de la visa fue algo demorado,
pero al cabo de dos años la obtuvo por lo que pudo cumplir su
deseo de estar en Puerto Rico y compartir la amplitud de sus
conocimientos e intereses.
En la preparación de su visita realicé una presentación
ante un público interesado de su libro Martí, humanista prác-
tico latinoamericanista. Ya durante su estadía presenté también
un libro suyo entonces recién publicado Para qué sirve la epis-
temología al investigador y al profesor. Con anterioridad para el
homenaje que le rindiera la revista Cultura Latinoamericana,
de la Universidad Católica de Colombia y la Universidad de
Salerno comenté su libro Lo universal y lo específico de la Cultura.
Y así, había reseñado otros dos de sus libros.
Hago este breve recuento porque fue precisamente el hecho
de darme cuenta que ya había recorrido un camino en el estudio
del pensamiento filosófico de Pablo Guadarrama que decidí
continuar esa investigación y escribir el presente libro.
El encierro a que nos ha obligado la pandemia actual contri-
buyó a que el proceso de lectura, reflexión y escritura avanzara
con pasos acelerados. Debo agradecer a Pablo la continua ayuda
que siempre estuvo generosamente dispuesto a prestarme para
facilitar el acceso a todos sus escritos, de los cuales yo tenía solo
los libros, pero me faltaban reseñas de sus libros realizadas por
otros investigadores, entrevistas y artículos no incorporados en
sus libros. Ligia Machado y Pablo también me ayudaron con la
extensa bibliografía que se consigna al final de este texto.
El texto que presento a los lectores no pretende ser un estudio
exhaustivo del pensamiento filosófico de Pablo Guadarrama, sino
que pretende constituir una guía en el paisaje general de su rica
y compleja obra. Trato los ejes centrales de su pensamiento: el
marxismo, el humanismo y el latinoamericanismo. Para mí este
recorrido por su obra fue un ejercicio de aprendizaje y la posibi-
lidad de precisar conocimientos y posiciones filosóficas. Solo me
queda esperar que también sea así para los lectores de esta obra.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 19
Por último, pero no menos importante, tanto Pablo Gua-
darrama como este servidor estamos profundamente agradeci-
dos con la generosa acogida para la publicación del presente
libro por parte del Archivo General de la Nación de la Repúbli-
ca Dominicana, dirigida por el historiador el Dr. Roberto Cassá
Bernaldo de Quirós, por el Instituto de Filosofía de la Univer-
sidad Autónoma de Santo Domingo, dirigido por el Dr. Ángel
Moreta Aguavivas, por la Asociación Dominicana de Filosofía,
de la cual ambos somos Miembros de Honor, presidida por el
Dr. Julio Minaya y por la Fundación Federico C. Álvarez, en
la persona de su vicepresidente Federico José Álvarez. A todos
ellos les reiteramos nuestro profundo agradecimiento.
21
CAPÍTULO I
SEMBLANZA DE PABLO GUADARRAMA GONZÁLEZ:
FILÓSOFO LATINOAMERICANO
Pablo Guadarrama González es uno de los más destacados
filósofos latinoamericanos del presente; caribeño y latinoame-
ricanista ha dedicado la mayor parte de su actividad académica
al estudio de la filosofía en Nuestra América. «La saga de Pablo
Guadarrama permite reconstruir varios aspectos centrales seña-
lados en su autobiografía. Su origen proletario, hijo de obreros
tabacaleros, Manuel de Jesús y Rosalina Fabiana, en la ciudad de
Santa Clara, será decisivo en su vida, por la disciplina y tenacidad
con que ha desarrollado su largo periplo intelectual. Es también
hijo de la Revolución Cubana, pues nació el 10 de mayo de 1949
y tenía diez años cuando las fuerzas rebeldes dirigidas por Fidel
Castro derrocaron la dictadura de Fulgencio Batista, e instaura-
ron un gobierno obrero campesino y revolucionario».1
Muy joven aún, participó en actividades sociales como la alfa-
betización de campesinos, y es ahí donde descubre su vocación
1
Sánchez Ángel, Ricardo, «Semblanza intelectual de Pablo Guadarrama»,
Cultura Latinoamericana, Bogotá, Universidad Católica de Colombia, volu-
men 19, número 1, enero-junio, 2014, p. 64. https://editorial.ucatolica.
edu.co/ojsucatolica/revistas_ucatolica/index.php/RevClat/article/
view/1661/1540
22 Carlos Rojas Osorio
pedagógica que lo va a distinguir a lo largo de toda su carrera
intelectual, profesional y cultural.
Desde 1964 estudió para formarse como profesor a nivel
secundario de Historia y Geografía en el Instituto Pedagógico
de la Universidad Central «Marta Abreu» de las Villas. En el
cuarto año pasa a tomar cursos de filosofía en la Universidad de
la Habana con el fin de formar maestros en la enseñanza de
esta disciplina. A la edad de 18 años comienza a impartir clases
de Historia de la Filosofía I y II para la Escuela de Psicología
de la universidad santaclareña. Al segundo año de estar en esta
labor acepta la propuesta de continuar cursos de filosofía clásica
alemana para iniciar luego un doctorado en la Universidad de
Leipzig, en la entonces República Democrática Alemana. Con
ese objetivo inicia los estudios de idioma alemán en Cuba que
luego continuaría en esta universidad.
Los profesores Martina Thom y Helmud Seidel le proponen
que realizara una tesis doctoral sobre el concepto de libertad
en Kant o de sociedad civil en Hegel, pero «en ese momento
tomé la decisión —a mi juicio muy acertada, tal como mi vida
profesional posteriormente me ha demostrado— algo sorpresiva
para mis profesores, de no aceptar aquellas propuestas, y en su
lugar decidirme por el estudio de la historia de la filosofía en
América Latina».2
Al regreso a Cuba continúa enseñando historia de la filosofía
moderna y contemporánea. Recibe orientación inicial de Isabel
Monal, profesora de la Universidad de la Habana, quien le
sugirió algunos posibles temas de investigación en la escolástica,
el positivismo o el marxismo en Latinoamérica. Se decide por
el positivismo y se dedica a estudiar el pensamiento de Enrique
José Varona.
Le costó algún esfuerzo convencer a las autoridades univer-
sitarias de Leipzig en su idea de hacer la tesis doctoral sobre un
2
Guadarrama, Pablo, «Descubrir el humanismo en la historia de la filosofía
en América Latina», Cultura Latinoamericana, Bogotá, Universidad Católica
de Colombia, volumen 19, número 1, enero-junio, 2014, p. 209. https://
editorial.ucatolica.edu.co/index.php/RevClat/article/view/1671/1549
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 23
filósofo cubano desconocido para Europa, pues le indicaron que
para realizarlo debía al menos encontrar algún latinoamericanis-
ta europeo que pudiera valorar su trabajo sobre ese tema. Cursa
la carrera de Historia en la Universidad Central «Marta Abreu»
de las Villas mientras desarrolla su investigación sobre el positi-
vismo en Cuba tarea en la que descubre la biblioteca extraviada
de Enrique José Varona. Entrevistó a Ernestina, su hija y a varios
intelectuales, entre ellos, Raúl Roa García, Juan Marinello, José
Zacarías Tallet y Antonio Iraizos Villar, quienes contribuyeron
a la orientación hacia la tarea que se proponía. Asistió a cursos
de postgrado en el Instituto de Filosofía en La Habana con An-
tonio Sánchez de Bustamante y Montoro sobre la influencia de
la filosofía alemana en Cuba. Posteriormente asistiría a un curso
de epistemología dictado por Mario Bunge. Asimismo, recibió
el estímulo del gran historiador Julio Le Riverend y del filósofo
Gaspar Jorge García Galló.
En 1978 regresa a Leipzig, con el tesón intelectual que lo ca-
racteriza se propone concluir su trabajo doctoral y defiende en
1980 la tesis en historia de la filosofía «Las ideas éticas y sociales
de Enrique José Varona». Tuvo como tutor de su tesis a Martina
Thom y la colaboración de algunos investigadores alemanes so-
bre la cultura latinoamericana como Kurt Schnelle y Max Zeuske.
Desde mediados de los años setenta había comenzado a publicar
artículos filosóficos en las revistas Islas y en la Deutsche Zeitschrift für
Philosophie, donde estudiaba además de Varona a otros intelectua-
les cubanos vinculados también al positivismo como André Poey,
Manuel Sanguily, Enrique Piñeiro y Fernando Ortiz.
Después de publicado en alemán el resumen de su tesis
doctoral recibe una carta del distinguido filósofo José Ferra-
ter Mora en la cual le solicitaba autorización para que este
se tradujese al inglés con el fin de publicarlo en Phylosophical
Index de la Universidad de Ohio. Ferrater Mora incluye una
referencia a dicho trabajo en el prestigioso Diccionario de Filo-
sofía. Como explica Guadarrama: «Fue entonces cuando tuve
el convencimiento de que, si hubiese aceptado la propuesta de
efectuar mi tesis doctoral sobre Kant o Hegel, seguramente no
24 Carlos Rojas Osorio
hubiera llamado tanto la atención al notable filósofo catalán,
ni a otras personalidades de la vida filosófica latinoamericana,
como Leopoldo Zea, entre otros».3
En 1984 recibe el título de Profesor Titular de Filosofía, y
comienza a dirigir tesis doctorales. Su primer libro Valoraciones
sobre el pensamiento cubano y latinoamericano (1986) obtuvo el
Premio Nacional «Juan Marinello» otorgado por la Academia
de las Ciencias de Cuba y fue reseñado en la entonces Unión
Soviética. Junto con Edel Tussel –quien también había hecho
una tesis doctoral sobre Varona en el Instituto de Filosofía de
Moscú– publica, al año siguiente, El pensamiento filosófico de
Enrique José Varona. En los años ochenta asiste a varios cursos
de filósofos soviéticos y en 1989 publica, junto con Nikolai
Pereliguin, el libro Lo universal y lo específico de la cultura.4
Además del Doctorado en Filosofía de la Universidad de Leipzig,
Guadarrama sustenta exitosamente en 1995 en la Universidad
Central «Marta Abreu» de las Villas la tesis para el grado de Doctor
en Ciencias sobre Humanismo y autenticidad en el pensamiento latino-
americano la significación del marxismo,5
publicada en 1997. Había
recibido la encomienda del Instituto de Filosofía de la Academia
de las Ciencias de Cuba de coordinar los estudios de un grupo de
profesores de la Universidad de La Habana sobre el positivismo
en América Latina,6
de cuya investigación se derivaría su libro
Positivismo y antipositivismo en América Latina.7
3
Ibidem, p. 220.
4
Véase: Rojas Osorio, Carlos, «La cultura como dialéctica entre lo universal y lo
particular»,Cultura Latinoamericana,Bogotá,UniversidadCatólicadeColombia,
volumen 19, número 1, enero-junio, 2014. https://editorial.ucatolica.edu.co/
ojsucatolica/revistas_ucatolica/index.php/RevClat/article/view/1666/1544
5
Guadarrama, Pablo, «Humanismo y autenticidad cultural en el pensamiento
filosófico latinoamericano», Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, Uni-
versidad Complutense de Madrid, Madrid, 2004, # 21 pp. 169-183. https://
revistas.ucm.es/index.php/ASHF/article/view/ASHF0404110169A/4731
6
Guadarrama, Pablo, «Razones del positivismo y el antipositivismo sui generis
en América Latina», Cuadernos americanos, Universidad Nacional Autónoma
de México, México, D.F 2011, Año XXV, vol. 3, núm. 137, pp. 125-149.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3753735
7
Guadarrama, Pablo, Positivismo y antipositivismo en América Latina, Editorial
Ciencias Sociales, La Habana, 2004, http://biblioteca.filosofia.cu/php/
export.php?format=htm&id=231&view=1
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 25
Desde 1983 formó parte del proceso de fundación de la
Sociedad de Investigaciones Filosóficas de Cuba, de la cual fue
elegido su vicepresidente, y presidente de la filial en Santa Clara.
En 1984 Leopoldo Zea visita la Habana y tiene la feliz oportu-
nidad (kairós) de mantener conversaciones con él por espacio
de una semana. El filósofo mexicano conocía los artículos de
Guadarrama sobre el positivismo y el marxismo por lo que lo
invita a participar en el Congreso Interamericano de Filosofía
en Guadalajara, México, en 1985. A partir de este encuentro se
cultivará una estrecha amistad entre ambos pensadores,8
y una
continua participación en eventos latinoamericanistas, al invitarle
entre otros al IX Congreso de la Federación Internacional de
Estudios sobre América Latina y el Caribe efectuado en Osaka
en el 2003.9
Desde 1986 organiza la Cátedra «Enrique José Varona» en
la Universidad Central «Marta Abreu» de las Villas en Santa
Clara.10
Esta Cátedra promueve la investigación del pensa-
miento latinoamericano. Guadarrama ha estudiado con gran
dedicación la filosofía latinoamericana, desde el pensamiento
amerindio11
hasta la época actual. Desde 1987, bajo su iniciativa,
8
Zea, Leopoldo, «El humanismo de Pablo Guadarrama», El Excelsior, México,
DF, Domingo 30 de noviembre de 2003, p. 2, Cultura latinoamericana.
Revista de estudios interculturales, Universidad Católica de Colombia—Uni-
versidad de Salerno, Planeta, Bogotá, Enero-junio 2015, vol. 21, núm. 1,
pp. 219-221. https://editorial.ucatolica.edu.co/index.php/RevClat/
article/view/1642/1520
9
Guadarrama, Pablo, «Desafíos educativos y culturales de la globa-
lización», IX Congreso de la Federación Internacional de Estudios
sobre América Latina y el Caribe, Universidad de Osaka, 23-27 de
septiembre de 2003, http://biblioteca.filosofia.cu/php/export.
php?format=htm&id=2401&view=1
10
Valdés García, Félix, «La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia
atrás. La tradición humanista y los estudios de pensamiento latinoamericano
en la Universidad Central «Martha Abreu» de Las Villas (1952-1999)», Cul-
tura latinoamericana. Revista de estudios interculturales, Universidad Católica
de Colombia-Fondazione I.S.L.A per gli Studi Latinoamericani, Salerno-
Bogotá. Planeta. Bogotá. enero-junio 2019. V. I. N. 29. pp. 240-263. https://
editorial.ucatolica.edu.co/ojsucatolica/revistas_ucatolica/index.php/
RevClat/article/view/2747/2526
11
Guadarrama, Pablo, «Democracia y los derechos humanos en los pueblos
originarios de América», Cuadernos Americanos, UNAM, México, 2014, N. 149,
26 Carlos Rojas Osorio
se celebra, cada dos años, el Simposio Internacional sobre
Pensamiento Latinoamericano en dicha universidad que se ha
mantenido hasta el presente.
Desde la década del 80, comienza a participar en congresos
internacionales, en conferencias y cursos en muchos países de
Latinoamérica y el Caribe, España, Alemania, Italia, Japón, Repú-
blica Popular China y Estados Unidos de América, entre ellas Uni-
versidad Nacional Autónoma de México, Universidad Mayor de
San Marcos, Universidad Autónoma de Santo Domingo, Univer-
sidad Libre de Berlín, Universidad Autónoma de Madrid, Univer-
sidad Federico II, Universidad de Milán, Universidad de Salerno,
etc. También en la Universidad Nacional «Taras Schevchenko» en
Kiev dictó conferencias sobre el pensamiento filosófico latinoame-
ricano. En esa época ofreció conferencias en varias universidades
de la entonces República Democrática Alemana, entre ellas las de
Leipzig, Halle y Rostock. Posterior al derrumbe del socialismo en
Europa Oriental participaría en congresos de la Universidad
Libre de Berlín y en la Universidad de Nuremberg-Erlangen.
En 2018 celebramos en Puerto Rico, junto con él, el bicen-
tenario del nacimiento de Karl Marx. Pablo Guadarrama es un
conferenciante muy exitoso, por su elocuencia, eficacia en la
palabra, compromiso, y la amplitud y profundidad de los temas
que desarrolla en cada ocasión. Asimismo, su entera dedicación
a la educación en diferentes países le ha dado la oportunidad de
estudiar con profundidad los métodos de investigación en la filo-
sofía, las humanidades, y en las ciencias. Resultado de esta labor
han sido varias tesis de maestría y doctorado que ha dirigido, así
como dos libros de especial importancia: Dirección y asesoría de la
investigación científica, el cual ha tenido varias ediciones y en el
2009 recibió uno de los premios nacionales que otorga cada año
la Academia de Ciencias de Cuba.
El tema sobre los métodos de investigación lo condujo en
2018 a publicar un amplio y profundo estudio sobre: Para qué le
pp. 135-147. http://www.cialc.unam.mx/cuadamer/textos/ca149-135.
pdf
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 27
sirve la epistemología a un investigador y un profesor, que también
fue premiado ese año por dicha institución y ha sido objeto de
valiosas reseñas.12
Al respecto escribe: «Confieso que en estos
temas es donde más agradecimientos he recibido de investi-
gadores de diversas disciplinas».13
Su libro Marxismo y antimar-
xismo en América Latina,14
es resultado de un curso que dictó
en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (1985).
En esta ocasión establece amistad con el filósofo Alejandro
Serrano Caldera. Años después impartiría el mismo curso en
la Universidad INCCA de Colombia donde se publicaría la pri-
mera edición de dicho libro en 1990. Continuaría publicando
otros trabajos sobre este tema, entre ellos Humanismo, marxismo
y posmodernidad en 1998, que obtuvo el premio Nacional de la
Crítica del Instituto Cubano del Libro. En 2001 su libro Huma-
nismo en el pensamiento latinoamericano obtendría también este
honorable premio.
A fines de los años ochenta ofreció conferencias sobre filo-
sofía latinoamericana en la Universidad Nacional de Panamá,
donde estableció amistad con el filósofo Ricaurte Soler. A partir
de esta época se incrementaron sus estancias como profesor in-
vitado en varias universidades colombianas, donde desarrolla-
ría sostenidos intercambios de ideas, y con algunos profundas
relaciones de amistad, como Jaime Quijano Caballero, Jaime
Mejía Duque, Rubén Sierra Mejía, Germán Marquínez Argote,
Carlos B. Gutiérrez, Guillermo Hoyos Vásquez, Rubén Jarami-
llo Vélez, Santiago Castro-Gómez, Renán Vega Cantor, Jairo
12
Rizo Cruz, Ricardo. «Reseña. Para qué sirve la epistemología a un investi-
gador y a un profesor». De Pablo Guadarrama González. Iconos. FLACSO.
Ecuador. # 64. Mayo, 2019 https://revistas.flacsoandes.edu.ec/iconos/
article/view/3764/2617
13
«Transitar por el humanismo en la historia de la filosofía en América
Latina» Cultura latinoamericana. Revista de estudios interculturales, Universi-
dad Católica de Colombia-Fondazione I.S.L.A per gliStudi Latinoamericani,
Salerno-Bogotá. Planeta, Bogotá, Julio-diciembre 2014, vol. 20, núm. 2,
pp. 321-349. https://editorial.ucatolica.edu.co/ojsucatolica/revistas_ucato-
lica/index.php/RevClat/article/viewFile/1657/1535
14
https://it.scribd.com/document/254937953/Guadarrama
- Pablo-Marxismo-y-AntiMarxismo-en-America-Latina
28 Carlos Rojas Osorio
Estrada Álvarez, Ricardo Sánchez Ángel, Hernán Ortiz Rivas,
Carlos Eduardo Maldonado, Leonardo Tovar, Javier Ocampo
López, Luis Bernardo Díaz, Diego Jaramillo, Clemencia Bonilla,
Patricia Suárez, Damián Pachón Soto, Franklin Giovani Púa,
Manuel Guillermo Rodríguez, Cristóbal Arteta, Numas Arman-
do Gil, José Gabriel Colei y otros intelectuales de ese país.
Desde esa época se incrementó su participación en con-
gresos de filosofía y ciclos de conferencias en varias universi-
dades peruanas como la Universidad Mayor de San Marcos,
la Universidad Nacional de Trujillo, donde se le otorgaría el
doctorado Honoris Causa en Educación y la Universidad Ri-
cardo Palma, que le nombró Profesor Honorario, de ahí que
se fortalecieran nexos amistosos académicos con Francisco
Miró Quesada, María Luisa Rivara de Tuesta, David Sobrevi-
lla, Edgar Montiel, Miguel Giusti, Víctor Baltodano, y Mario
Mejía Huamán, entre otros.
Desde fines de los años ochenta comenzó a participar en
congresos en Estados Unidos de América y a ofrecer conferen-
cias en algunas universidades de ese país como la City Univer-
sity of New York, Queen College of New York, Frostburg State
University, Johns Hopkins University, Universidad de Florida y
Universidad de Miami en la que establecería fructíferas rela-
ciones con algunos investigadores entre ellos, Bob Stone, Cliff
Durand, Ofelia Schutte, Ernesto Sosa, Jorge Gracia, Antonio
Correa Iglesias y José Luis Gómez Martínez.
A partir de los años noventa frecuentaría también universi-
dades venezolanas invitado a congresos o a impartir ciclos de
conferencias, entre ellas la Universidad Central de Venezuela,
la Universidad del Zulia, la Universidad de los Andes, etc., por
lo que fortalecería nexos de amistad con José Rafael Núñez Te-
norio, Carmen Bohórquez, Omar Muñoz, Lino Morán, Edgar
Figuera, Ricardo Rojas y Carmen García Guadilla, entre otros.
Las particularidades de la filosofía de la liberación ocupa-
rían su atención, junto a su grupo de investigación. Por ello
se propuso junto con Horacio Cerutti y Raúl Vidales organizar
un encuentro con las principales personalidades de la filo-
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 29
sofía y la teología de la liberación. La Universidad de Juárez
patrocinó en 1989 el encuentro. Allí estuvieron, entre otros,
Gustavo Gutiérrez, Enrique Dussel, Francisco Miró Quesada,
Arturo Andrés Roig y Raúl Fornet-Betancourt. Este congre-
so tendría una significación especial al posibilitar el análisis
de las confluencias y especificidades de ambas corrientes de
pensamiento, así como su trascendencia. También fue miem-
bro del comité organizador del Congreso Internacional de
Filosofía que se realizaría en 1987, en Córdoba, Argentina. A
partir de ahí se inició una estrecha colaboración con Arturo
Andrés Roig y Hugo Biagini. Posteriormente se ampliaron
estas relaciones en la Universidad de Cuyo y la Universidad
de Buenos Aires, especialmente con Adriana Arpini, Maritza
Muñoz, Dante Ramaglia, Dina Picotti, Alcira Bonilla, Atilio
Borón y Fernando Buenabad, con quienes ha compartido en
congresos, conferencias y publicaciones.
También a partir de esos años ofrecería con frecuencia
ciclos de conferencias en la Universidad Nacional Autónoma
de México, Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad
Autónoma del Estado de México, etc. Estas estancias académicas
dieron lugar a entrañables relaciones intelectuales y de amistad
con María del Carmen Rovira, Adolfo Sánchez Vázquez, Enrique
Dussel, Gabriel Vargas Lozano, Horacio Cerutti, Alberto Sala-
dino, Manuel Velázquez, Roberto Acevedo, Adalberto Santana,
José Guadalupe Gandarilla, entre otros.
A partir de 1992 cuando participa en el Simposio «La
utopía de América» efectuado en la Universidad Autónoma
de Santo Domingo y posteriores congresos de filosofía en di-
cha universidad establece frecuentes nexos de intercambio y
amistad con Ángel Moreta, Federico José Álvarez, Lusitania
Martínez, Julio Minaya, Andrés L. Mateo, Mario Bonetti y
otros intelectuales dominicanos y cubanos residentes en ese
país, como Mabel Artidiello, María Isabel Martínez Morera,
Carlos Rodríguez Almaguer y Elíades Acosta Matos.
En los años noventa impartió conferencias en varias uni-
versidades de España, entre ellas la Universidad Complutense,
30 Carlos Rojas Osorio
Universidad Autónoma de Madrid, Universidad Pompeu Fabra,
Universidad de Oviedo, Universidad de Granada, Universi-
dad de Salamanca, Universidad de Santiago de Compostela,
Universidad de Sevilla, etc. Por lo que estableció frecuentes
intercambios intelectuales, algunos de los cuales devinieron
en amistosas relaciones, con Carlos París, Gustavo Bueno, José
Luis Abellán, Antonio Jiménez, Francisco Fernández Buey,
Pedro Ribas, Ángel Esteban del Campo, Juan Nicolás, Rubén
Martínez Dalmau, Moisés González, Manolo Monereo y otros.
Además de las anteriormente mencionadas ha dictado
conferencias y cursos en varias universidades e instituciones
culturales de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Costa
Rica, Honduras, El Salvador, Nicaragua, República Popular
China y Japón en las que ha presentado resultados de sus in-
vestigaciones filosóficas, especialmente de América Latina.
En la Universidad Central «Marta Abreu» de las Villas, Pa-
blo Guadarrama dirigió un comité para la creación de un Docto-
rado en Pensamiento Filosófico Latinoamericano y como con-
secuencia de esa labor en 2006 se iniciaron sus cursos. Como
bien comenta Alberto Saladino:
Entonces tenemos que a Pablo Guadarrama González puede
identificarse como uno de los forjadores de la profesionali-
zación de los estudios sobre historia de la filosofía latinoa-
mericana. De modo que el resultado de ese compromiso aca-
démico explica la existencia de toda una comunidad cubana
dedicada al estudio de la filosofía cubana y latinoamericana
con perspectiva histórica entre quienes se encuentran José
Ramón Fabelo, Carmen Gómez, Teresa Machado, Olivia
Miranda, Isabel Monal, Daysi Rivero, Miguel Rojas, Antonio
Sánchez, Gustavo Serpa, Eduardo Torres, Félix Valdés, etc.15
15
Saladino, Alberto, «Pablo Guadarrama, historiador de la filosofía latinoame-
ricana», Cultura latinoamericana, vol. 19, núm. 1, enero-junio de 2014, p. 27.
https://editorial.ucatolica.edu.co/ojsucatolica/revistas_ucatolica/index.
php/RevClat/issue/viewFile/116/28
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 31
Toda su obra se relaciona con la filosofía latinoamericana y
en Cuba,16
como se aprecia en el libro de su grupo de investi-
gación El pensamiento filosófico en Cuba. Siglo XX (1900-1960).17
La publicación en Venezuela en el 2008 de Pensamiento filosófico
Latinoamericano en tres volúmenes y en una nueva edición am-
pliada en Colombia en el 201218
constituye una síntesis muy
bien lograda de su idea juvenil de escribir una historia de la
filosofía en América Latina. Como observa Rita María Buch,
el filósofo cubano conoce muy bien la historia de la filosofía
occidental.
El dominio de la historia de la filosofía universal en general
y de latinoamericana en particular, con sentido holístico, que
ha alcanzado Pablo Guadarrama a lo largo de muchos años de
esfuerzo y dedicación, unidos a su especial talento, a su gran
laboriosidad y a su pasión intensa por el pensamiento de la que
Martí llamó nuestra América, hacen de este destacado intelec-
tual cubano un ejemplo a seguir por sus colegas, tanto en Cuba
como en América Latina.19
16
Guadarrama, Pablo, «Principales etapas y rasgos de la filosofía en Cuba»
Filosofía y sociedad, Editorial Félix Varela, La Habana, 2005. Cuadernos de
Filosofía Latinoamericana, Universidad de Santo Tomás, Bogotá, 2009. vol. 30,
núm. 100, pp. 59-96. https://revistas.usantotomas.edu.co/index.php/cfla/
article/view/695/974
17
Colectivo de autores dirigido por Pablo Guadarrama y Miguel Rojas, El pen-
samiento filosófico en Cuba. Siglo XX. (1900-1960), Universidad Autónoma del
Estado de México, 1995, Editorial Félix Varela, La Habana, 1998, Editorial
Pueblo y Educación, La Habana, 2002 y 2018.
18
Guadarrama, Pablo, Pensamiento Filosófico Latinoamericano. Humanismo,
método e historia. Universitá degli Studi di Salerno-Universidad Católica de
Colombia -Planeta, Bogotá, 2012, tomo I, tomo II, 2012 y tomo III, 2013.
https://www.ensayistas.org/filosofos/cuba/guadarrama/textos/Pensa-
miento%20I.pdf;https://www.ensayistas.org/filosofos/cuba/guadarrama/
textos/Pensamiento%20II.pdf;https://www.ensayistas.org/filosofos/cuba/
guadarrama/textos/Pensamiento%20III.pdf
19
Buch Sánchez, Rita María, «Perfil de Pablo Guadarrama», Cultura Lati-
noamericana, Bogotá, Universidad Católica de Colombia, vol. 19, núm. 1,
enero-junio 2014, pp. 95-96. https://editorial.ucatolica.edu.co/index.php/
RevClat/article/view/1662
32 Carlos Rojas Osorio
Su labor en la gestación y desarrollo del grupo de investi-
gación sobre pensamiento filosófico cubano y latinoamericano
de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, que le
implicó en la dirección de varios libros colectivos de ese grupo y
la dirección de tesis doctorales conllevó el cultivo de vínculos de
amistad, más allá del plano académico con Miguel Rojas Gómez,
Jorge García Angulo, Rafael Plá León, María Teresa Vila Bormey,
Lidia Cano Obregón, y Edgar Romero Fernández, entre otros.
Similares nexos ha cultivado con otros colegas y amigos de la
Universidad de la Habana como Jorge Núñez Jover, Rita Buch,
Thalía Fung, Carlos Delgado, Pedro Wilson, del Instituto de Fi-
losofía como Isabel Monal, Olga Fernández Ríos, Yohanka León
y Félix Valdés, así como de otras universidades e instituciones
culturales cubanas como Pedro Pablo Rodríguez, Enrique Ubie-
ta Gómez, Fernando García Bielsa, Mirta Casaña Díaz, Orlando
Florián, José Antonio Soto, Sonia Díaz, Josué de Quesada, Rebeca
Murga, Lorenzo Lunar, y muy especialmente con quien fuera su
profesor Juan Virgilio López Palacio, entre otros.
Esto demuestra que Pablo Guadarrama ha sabido cultivar
junto a una fructífera vida intelectual profundas relaciones de
amistad no solo con su país natal, sino en numerosos países
donde se ha desarrollado su labor filosófica, poniendo de ma-
nifiesto la validez del criterio de José Martí según el cual «No se
pueden hacer grandes cosas, sin grandes amigos».20
Dada su valiosa producción intelectual ha recibido en su país
varios reconocimientos y premios de la Academia de Ciencias de
Cuba, donde en 1998 fue elegido Académico Titular, Profesor
de Mérito de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas,
Hijo Ilustre de la Ciudad de Santa Clara, así como otras distin-
ciones en varios países, entre ellas: en Perú, Doctor Honoris
Causa de la Universidad Nacional de Trujillo y Profesor Hono-
rario de la Universidad Ricardo Palma; Miembro de Honor de
la Asociación Dominicana de Filosofía; Miembro Honorario de
20
Martí, José, «La exhibición sanitaria», La América, Nueva York, mayo 1884,
Obras Completas, Ciencias Sociales, La Habana, tomo 8, p. 437.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 33
la Asociación Iberoamericana de Filosofía Práctica; Académico
de la Universidad de Estudios Extranjeros de Hebei, Repú-
blica Popular China y en Colombia, Profesor Honorario de la
Universidad INCCA de Colombia, Premio Sapientia Edificabit
Civi Domun Universidad Católica de Colombia, e Investigador
Emérito del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Aunque en 2009 Pablo Guadarrama se jubiló, sin embargo,
continúa con una muy activa y constante participación en la vida
académica e intelectual cubana, como invitado permanente del
Consejo Científico de la Universidad Central «Marta Abreu» de
Las Villas, profesor del Doctorado en Filosofía y de la Maestría
en Ciencia Política y asesor del grupo de investigación de
pensamiento filosófico latinoamericano. También es miembro
de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, por lo que con
frecuencia imparte conferencias y realiza presentaciones de
sus libros en varias universidades cubanas. Desde 2010 colabora
como profesor con la Maestría en Estudios Políticos Latinoame-
ricanos y con el Doctorado en Relaciones Políticas Internacionales
de la Universidad Nacional de Colombia.
En el 2012, el profesor Antonio Scocozza lo vincula con la
Maestría de Ciencia Política de la Universidad Católica de
Colombia en convenio con la Universidad de Salerno (Italia),
donde dicta, hasta el presente, los cursos sobre Pensamiento
Político Latinoamericano y Tesis. Con esta última universidad
publicó, en colaboración con Domenico Maddaloni, Le origi-
nidella sociologia in America Latina: Eugenio María de Hostos e
Enrique José Varona (2016). También en italiano, auspiciado
por la Universidad de Calabria publica un volumen intitulado
Filosofía política Umanesimo in America Latina, (2018)21
prolo-
gado por Fortunato Cacciatore.22
Posteriormente se publicó
21
Rojas Osorio, Carlos, «Pablo Guadarrama: Filosofia politica e umanesimo
in America Latina» https://editorial.ucatolica.edu.co/ojsucatolica/revistas_
ucatolica/index.php/RevClat/article/view/2748/2527
22
Endrizzi, Dimitri, Pablo Guadarrama González. Filosofia Politica: Umanesimo
in America Latina, Guida Editori, Napoli, 2018, Altre Modernitá, núm. 21
Maggio, 2019, pp. 374-378. https://riviste.unimi.it/index.php/AMonline/
article/view/11703/10998
34 Carlos Rojas Osorio
su libro Filosofia e filosofia sin mas. Filosofia, cultura e politica in
Ispanoamerica, prologado por Giovanna Scocozza y Mariarosaria
Coluciello.23
En los últimos años sus frecuentes estadías académicas en
Italia han dado lugar a nuevos encuentros con varios intelectua-
les de ese país con los que mantenía amistosas relaciones desde
los años noventa, entre ellos, Gianni Vattimo, Giuseppe Cacciatore
y Antonio Scocozza así como algo más reciente con Domenico
Maddaloni, Rosa María Grillo, Romolo Santoni, Ilaria Magnani,
Rita Tartaglione, Emilia Perassi, Roberto Camaratta, Giuseppe
Dangelo, Diego Simini, Pio Colonello, Michele Porciello y otros.
Su ya prolongada presencia en Colombia ha contribuido a
interesarse en la filosofía en este país, tema al cual dedica su
libro Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia (2017),24
y
en amplias referencias en muchos otros de sus libros.
Rita Buch observa que: «Otro de los rasgos más destacables de
su personalidad intelectual es la creación de grupos de trabajo,
así como la proyección de su obra y la docencia en el extranjero,
donde ha representado durante muchos años, y representa digna-
mente a la academia cubana».25
Un ejemplo de ello es el que sigue:
su profundo interés en el humanismo le condujo a gestar y coor-
dinar un grupo de investigadores de la mayor parte de los países
latinoamericanos26
con objetivo que se estudiasen los autores más
representativos del humanismo, en sus reflexiones sobre la condi-
ciónhumana,temasobreelcualhaelaboradoreflexionespropias.27
23
Porcielle, Michele, «Filosofia e Filosofia sin más. Filosofia, Cultura e Politica
in Ispanoamerica, Napoli, Guida editori, 2020», Confluenze. Rivista de Studi
Iberoamericani, Boloña, 2021. https://confluenze.unibo.it/issue/current
24
Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia. Universidad
de Santo Tomas, Bogotá, 2017. http://cecies.org/imagenes/edicion_685.pdf
25
Buch Sánchez, Rita, «Perfil de Pablo Guadarrama», Cultura Latinoamericana,
Bogotá, Universidad Católica de Colombia, vol. 19, núm. 1, enero-junio
2014, pp. 95-96. https://editorial.ucatolica.edu.co/ojsucatolica/revistas_
ucatolica/index.php/RevClat/issue/viewFile/116/28
26
«El pensamiento latinoamericano del siglo XX ante la condición humana».
https://www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/
27
Guadarrama, Pablo, «Introducción a la condición humana» https://
bioethics.miami.edu/_assets/pdf/ethics/Documents/Cuba/pdf/Condi-
cion-Humana.pdf
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 35
Esta labor, parcialmente concluida, que abarcó la dirección de la
investigación que se realizó en Cuba sobre dicha tematica,28
tuvo
como resultado los tres volúmenes publicados entre el 2010 y el
2014, La condición humana en el pensamiento cubano del siglo XX.29
Numerosos investigadores de varias universidades y otras institu-
ciones de su país han colaborado en esta voluminosa obra, en que
él escribe los artículos relacionados con Enrique José Varona,30
Fernando Ortiz, Manuel Sanguily y Zaira Rodríguez Ugidos, ade-
más de dirigir la elaboración de sus conclusiones.
Trabajador incansable y diligente, Pablo Guadarrama ha
hecho de la investigación filosófica un arte de vivir que le ha per-
mitido el conocimiento de la filosofía latinoamericana, europea
y mundial en diálogo vivo con la comunidad de investigadores
que participamos en el interés continental por el humanismo, el
socialismo y el latinoamericanismo.
Generoso en la amistad y la colaboración no lo es menos en
su entrega total a proyectos de amplia proyección como la idea
del humanismo presente en cada una de las naciones hermanas
a que pertenecemos. Elocuente en la palabra, entusiasta en el
pensamiento, es, sobre todo, un ser humano de exquisita sensi-
bilidad y compromiso con la libertad, los derechos humanos y la
justicia social.
28
www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/
29
www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/cuba
30
Guadarrama, Pablo, «Enrique José Varona ante la condición humana» Cuyo,
Anuario de Filosofía Argentina y Americana, Instituto de Filosofía Argen-
tina y Americana, Mendoza, vol. 19-19, año 2001-2002, pp. 13-38. http://
bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/234/guadarramaCuyo18-19.pdf
37
CAPÍTULO II
LA FILOSOFÍA: SU OBJETO Y FUNCIONES
Aunque la magnitud y complejidad de la obra de Pablo Gua-
darrama es muy amplia, voy a introducir al lector en algunos ejes
principales de su pensamiento: las funciones de la filosofía, los
métodos de investigación de la filosofía latinoamericana, el huma-
nismo, el marxismo, la epistemología y el pensamiento político
latinoamericano.
La filosofía y su complejidad. Él está muy consciente de la com-
plejidad de la filosofía; para explicarla articula una serie de diez
funciones:1
función cosmovisiva, función lógico-metodológica,
axiológica, hegemónica, práctica-educativa, emancipadora,2
ética,
ideológica, estética y humanista. Expliquemos cada una de estas
funciones de la filosofía.
La función cosmovisiva «le permite al hombre saber y com-
prender los diversos fenómenos del Universo, incluyendo los
1
Guadarrama, Pablo, «¿Para qué filosofar? (Funciones de la filosofía)», Revista de
filosofía, Centro de Estudios Filosóficos «Adolfo García Díaz», Universidad del
Zulia, Maracaibo, núm. 30, 1998, Proyecto de filosofía en español, Universidad
de Oviedo, pp. 109-139. http://www.filosofia.org/mon/cub/dt021.htm.
2
Guadarrama, Pablo, «La filosofía y la política en tiempos de globalización»,
En Memorias del I Foro Internacional de Filosofía de Venezuela, Caracas, 5-12 de
julio 2005, Revista Cubana de Filosofía, Edición Digital. núm. 4. Septiembre -
Enero 2006, pp. 239-254. http://revista.filosofia.cu/articulo.php?id=56.
38 Carlos Rojas Osorio
de su propia vida, e intentar pronosticar su desarrollo».3
Desde
la Antigüedad la filosofía se propuso la idea abarcadora de una
comprensión del universo como totalidad. Aristóteles consideró
que la filosofía se ocupa del ser en su máxima universalidad. «Tal
visión totalizadora que implica despojar al ser de sus determina-
ciones particulares se constituyó en característica fundamental del
saber filosófico. En la Antigüedad el conocimiento científico no
era suficiente para penetrar en las esferas específicas de la reali-
dad y en su lugar la filosofía intentaba abordarla en su totalidad».4
Pero incluso en la Modernidad con el desarrollo cada vez más
abarcador de las ciencias particulares, la filosofía cumple sus pro-
pias funciones. Los positivistas pretendieron dar por superada la
filosofía, o a principios del siglo XX, reducirla al solo análisis del
lenguaje de la ciencia; pero a pesar de todo ello la filosofía ha
mantenido su actualidad de saber universal y global. Guadarrama
la considera como «función cosmovisiva»; Aristóteles la deno-
minó «filosofía primera», que luego por casualidad cristalizó en
«metafísica»; pero hoy se prefiere denominarla «ontología», para
no suponer realidades ultraterrenas. Desde el materialismo fue
Feuerbach quien tomó conciencia de la globalidad de la filosofía:
«La filosofía es el conocimiento de lo que es. La ley suprema de la
filosofía, su más alta misión, consiste en pensar y conocer las cosas
y seres tal y como ellos son. Lo que es tal como es, por lo tanto, lo
verdadero expresado verdaderamente».5
La función lógica y metodológica cumple una tarea episte-
mológica de examen, juicio y análisis riguroso de los fenómenos.
También desde su perspectiva epistemológica argumenta la
validez de la dialéctica materialista, que no se debe confundir
con el materialismo dialéctico propagado bajo el estalinismo.
3
Guadarrama, Pablo, Democracia y derechos humanos: visión humanista desde
América Latina, Bogotá, Taurus Penguin-House, 2016, tomo I, p. 25.
4
Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, Bo-
gotá, Biblioteca Colombiana de Filosofía, Universidad Santo Tomás, 2017,
p. 21.
5
Feuerbach, Ludwig, «Tesis provisionales para la reforma de la filosofía».
En Dominic. E. y otros, Antología de la Filosofía Clásica Alemana, La Habana,
Cuba: Universidad de La Habana, 1985, p. 60.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 39
Somete a juicio crítico los principales tipos de reduccionis-
mos epistemológicos. El materialismo, a su juicio, si no pre-
supone la dialéctica se torna reduccionista y esta no debe ser
idealista como en el caso de Hegel, pues el idealismo es un
reduccionismo al pretender explicarlo todo a partir de la idea.
Bien consideró Marx que es necesario valorar adecuadamente
el núcleo racional de la dialéctica y en tal sentido el filósofo
cubano plantea que este «Legó una recomendación metodoló-
gica que en la actualidad sigue siendo válida. La investigación
científica se debe emprender desde el nivel más alto de desa-
rrollo de un fenómeno, para comprender mejor las etapas que
le antecedieron, y de ese modo el rigor lógico se impondrá al
método histórico, aun cuando se haya comenzado desde sus
primeras manifestaciones».6
A lo anterior añade que Marx fundamenta una ciencia
crítica cuyo objeto es el estudio de la sociedad y de la historia,
pero también es un revolucionario que nos hace tomar con-
ciencia crítica de la distorsión que ese mundo capitalista crea
en nosotros (burgueses o proletarios) y de la necesidad de una
lucha para superar los liberalismos y neoliberalismos que hoy
agobian el planeta.
En su libro, Pará que sirve la epistemología a un investigador y a
un profesor (2018), Guadarrama recorre las más diversas teorías
de la ciencia y del conocimiento desde una perspectiva compleja,
dialéctica y holística. No se observa escepticismo en su perspec-
tiva, aunque valore a la duda como un momento imprescindible
del proceso cognoscitivo, por el contrario, se aprecia en él una
confianza en la racionalidad humana, en la inteligencia, en el
conocimiento y en la verdad objetiva. A su juicio, los ataques a la
razón, como en el posmodernismo, ponen en peligro incluso la
supervivencia humana.
La función axiológica permite apreciar el significado y actitud
ante los fenómenos, pues se trata del estudio de los valores éticos y
6
Guadarrama, Pablo, Para qué le sirve la epistemología a un investigador y a un
profesor, Bogotá, Cooperativa del Maestro, 2018, p. 214.
40 Carlos Rojas Osorio
estéticos. Se remite a Kant para la conciencia de este saber acerca de
los valores. «Agradable llámase a lo que deleita; bello a lo que place;
bueno, a lo que es apreciado, aprobado, es decir, cuyo valor objetivo
es asentado».7
Dentro de esta función axiológica entra sin duda la
ética. La función ética: «el nexo entre filosofía y virtud se apreció
tanto en Oriente antiguo, China, India, y otros, como en Grecia,
desde sus primeras manifestaciones».8
Así en Confucio se revela
un humanismo social, mientras en «El budismo y el epicureísmo
se destacaron en la antigüedad por sus respectivas propuestas de
actitud a asumir por los hombres para que alcanzasen mayores gra-
dos de libertad, al propiciar fórmulas intelectuales para superar el
temor a la muerte, a las enfermedades, al dolor o a los dioses».9
Destaca también una función estética de la filosofía «que
desempeña al tratar de establecer criterios sobre el gozo, el
disfrute, deleite, gusto y estimulación del ser humano ante sus
creaciones y las de la naturaleza».10
Junto a lo verdadero y lo
bueno, lo bello ha estado presente en la filosofía desde la Anti-
güedad, ya que «Algún criterio de belleza y de satisfacción del
gusto ha estado presente en la articulación de las ideas filosófi-
cas más exigentes».11
Platón busca la belleza en la simetría y el
orden, también lo hace Aristóteles «tomando como referencia
presupuestos eminentemente humanos».12
La función estética
ha hecho presencia también en la filosofía latinoamericana
hasta el día de hoy, así por ejemplo, el jesuita mexicano del
siglo XVIII Benito Díaz de Gamarra definía la filosofía como la
ocupación en la actividad humana relacionada con lo verdade-
ro, lo bueno y lo bello.
7
Kant. Inmanuel, Crítica de la razón pura, La Habana, Cuba: Editorial Ciencias
Sociales, 1973, p. 90.
8
Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición
citada, p. 43.
9
Guadarrama, Pablo, «¿Para qué filosofar?» Funciones de la filosofía, en
Filosofía y sociedad, La Habana, Editorial Ciencias Sociales, 2000, p. 61.
10
Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición
citada, p. 47.
11
Idem.
12
Idem.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 41
La función hegemónica «orientada a que el hombre domi-
ne y controle sus condiciones de vida».13
Llama la atención esta
función hegemónica, pero según su aclaración considero que se
refiere a la idea de cultura. En efecto, para él la cultura implica
«el grado de dominación por el hombre de las condiciones de
vida de su ser, de su modo histórico concreto de existencia, lo
cual implica de igual modo el control sobre su conciencia y toda
su actividad espiritual, posibilitándole mayor grado de libertad y
beneficio a su comunidad».14
La función práctico-educativa promueve el desarrollo y trans-
formación del ser humano.
Un momento especial en la antigüedad en que se puso de ma-
nifiesto la articulación entre la filosofía y sus funciones prácticas
fue en el periodo helenístico y en particular en la época
romana. Tanto estoicos como epicúreos constituyeron mues-
tras evidentes de cómo la filosofía debía ser a la actuación prác-
tica de cada individuo ante la naturaleza, lo sobrenatural, la
vida política, moral, jurídica, entre otras, de aquellos tiempos.15
En la Edad Media esa función práctica queda instrumen-
talizada en la religión, mientras que en la filosofía moderna
se acrecienta esta función práctica, pues es la época en que
comienzan a florecer las utopías que demandan transforma-
ciones radicales de la realidad social, así Tomás Moro con
Utopía, Francis Bacon con la Nueva Atlántida, La ciudad del sol
de Campanella. Lo mismo ha sucedido en la filosofía latinoa-
mericana. Esto se aprecia en el filósofo venezolano Andrés
Bello quien afirma: «El objeto de la filosofía es el conoci-
miento del espíritu humano, y la correcta dirección de sus
13
Ibidem, p. 25.
14
Guadarrama, Pablo, «Cultura», Diccionario del pensamiento alternativo, Hugo
E. Biagini y Arturo A. Roig (directores), UBA, Buenos Aires, 2009, p. 140.
15
Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición
citada, p. 37.
42 Carlos Rojas Osorio
actos».16
La Ilustración tanto europea como latinoamericana
exigieron de la razón ponerse al servicio de la utilidad social.
«Luces y virtudes» demandaba Simón Bolívar y también su
maestro Simón Rodríguez haciéndose eco del llamado ilumi-
nista de la revolución francesa. Pero la mayor exigencia de
que la filosofía se oriente hacia la praxis la plantea Karl Marx
cuando afirma «Hasta ahora los filósofos se han limitado a
interpretar el mundo de distintos modos, de lo que se trata
es de transformarlo».17
Esto se expresa también al sostener:
«Así como la filosofía encuentra en el proletariado sus armas
materiales -sostenía en 1843- el proletariado encuentra en la
filosofía sus armas espirituales». Y al respecto comenta Gua-
darrama: «Este sería uno de los ejes de las vías por las cuales
la filosofía podría lograr su hegemonía».18
La filosofía como
arma crítica19
es la conciencia de su tiempo. «La filosofía siem-
pre se ha distinguido por tratar de ser de un modo u otro la
conciencia crítica de su época, sin embargo, no siempre lo ha
sido en igual magnitud».20
La función emancipadora «hace factible su liberación y
desalienación relativa e histórica».21
Estas funciones liberadoras
las sintetiza en una definición de la filosofía.
La filosofía es, ante todo, el instrumento que le posibilita al
hombre ejercer una función hegemónica, de dominio y con-
trol sobre el mundo natural y social, especialmente en el
16
Bello, Andrés, Filosofía del entendimiento humano, Fondo del Cultura Económica,
México, 1948, p. 3.
17
Marx, Carlos, Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, La Habana, Cuba,
Editora Política, 1965, p. 635.
18
Colectivo de autores Coordinadores Guadarrama, Pablo y Suárez Carmen,
Filosofía y sociedad, Editorial Félix Varela, La Habana, 2000, p. 57.
19
Véase: Guadarrama, Pablo, «La eficaz función crítica de la filosofía». En
Juan A. Nicolás, Sultana Wahnón, José Manuel Romero Cuevas (eds.), Crítica
y Hermenéutica, ed. Comares, Granada, 2020, pp. 69-82.
20
Guadarrama, Pablo, Para qué sirve la epistemología al investigador y al profesor,
edición citada, p. 233.
21
Guadarrama, Pablo, Marxismo y antimarxismo en América Latina. Crisis y renova-
ción del socialismo, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2018, p. 40.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 43
estudio de los derechos humanos, en su vínculo con el Estado
y la sociedad civil. Esta función en nada contradice a la función
emancipadora y desalienadora que también debe cumplir la
filosofía en distintos planos, aunque no siempre lo logre y solo
puede, en ocasiones, como una encomiable intención.22
La expresión ´humanismo desalienador o liberador´ es pre-
cisamente el criterio que utiliza Guadarrama para su valoración
del carácter humanista de este o aquél pensador. El paradigma
de ese humanismo desalienador o liberador lo encuentra en
Karl Marx y en José Martí. Al inicio del tomo primero del Pen-
samiento filosófico Latinoamericano nos adelanta un estudio sobre
la alienación en Hegel y luego en Marx. «Todo lo que planteó
Marx desde un inicio fue revelar los mecanismos reales de la
enajenación humana, precisamente para superarlos de forma
práctica, revolucionaria. Y para alcanzar esa labor lo primero
que tuvo Marx que hacer fue comprender las limitaciones de la
concepción de la enajenación, en sus antecesores».23
No hay que
limitar la liberación humana de que habla Marx solo a la clase
obrera, esto sería nefasto. «Su idea fue realmente comenzar la
emancipación humana por el sector más urgido, a diferencia de
los moralistas abstractos».24
Preguntémonos ahora qué se entiende por alienación.
«Es en el trabajo humano donde Marx observará en su plenitud
la enajenación. Allí distinguirá, a diferencia de Hegel, la objeti-
vación que es consustancial con todo trabajo, de la enajenación
propiamente dicha que considerará inherente solo a determina-
das formas históricas de producción».25
Hay múltiples formas en
que se manifiesta la enajenación. La propiedad privada no es la
22
Guadarrama, Pablo, Democracia y derechos humanos, visión humanista desde
América Latina, 2016, tomo I, p. 74.
23
Guadarrama, Pablo, Pensamiento filosófico latinoamericano, Universitá degli
Studi di Salerno-Universidad Católica de Colombia -Planeta, Bogotá, 2012,
tomo I, p. 47. https://www.ensayistas.org/filosofos/cuba/guadarrama/tex-
tos/Pensamiento%20I.pdf
24
Ibidem, p. 49.
25
Ibidem, p. 50.
44 Carlos Rojas Osorio
única fuente de enajenación. Para Marx la alienación es enajena-
ción de la esencia humana. Refiriéndose al pensamiento de Gua-
darrama al respecto, escribe Alejandro Serrano: «La alienación
deshumaniza porque confisca y destruye la libertad humana que
es condición fundamental de humanidad, sea mediante la escla-
vitud, la represión del poder político, o sea mediante el sistema
económico que se basa en el trabajo enajenado que excluye el
trabajo libre en que se realiza la condición humana».26
Función política: «Ninguna filosofía se puede reducir a
que sea considerada exclusivamente como una ideología. Pero
tampoco ninguna filosofía ha podido escapar a su función ideo-
lógica según la cual ésta se propone orientar, disponer, mani-
pular y convocar a la construcción de modelos de organización
sociales».27
No es posible una filosofía desideologizada. Estudia-
remos con mayor detalle esta función ideológica que inevitable-
mente queda implicada en toda filosofía en el próximo capítulo.
Finalmente, la función humanista «de la filosofía tiene como
punto de partida la consideración de la capacidad humana
para la permanente perfección de sí mismo por encima de las
diferencias étnicas y nacionales existentes entre los humanos».28
Como veremos, esta función humanista de la filosofía es amplia
y profundamente desarrollada por el filósofo cubano.
La idea de un humanismo universal se fragua en el renaci-
miento europeo, que se plantea rescatar la dignidad humana,
por ello se presenta como una «fe en los valores humanos
hechos para el hombre».29
El humanismo, a su juicio, no es ho-
mogéneo, pues se propone defender al ser humano como valor
fundamental de todo lo existente, pero lo hace en diferente
26
Serrano Caldera, Alejandro, «Pablo Guadarrama y el pensamiento latinoa-
mericano», Cultura Latinoamericana, Bogotá, Universidad Católica, vol. 19,
núm. 1, enero-junio, 2014, p. 126. https://editorial.ucatolica.edu.co/ojsu-
catolica/revistas_ucatolica/index.php/RevClat/article/view/1665/1543.
27
Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición
citada, p. 45.
28
Ibidem. p. 59.
29
Toffannin, Giuseppe, Historia del humanismo desde el siglo XIII hasta nuestros
días. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Nova, 1953, p. 514.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 45
grado. Guadarrama sostiene la existencia de un «humanismo
práctico» en José Martí, pero que necesita también de la teoría.
Bien planteó Einstein que no hay nada más práctico que una
buena teoría. Sostenía Lenin que sin teoría revolucionaria no
hay práctica revolucionaria o para expresarlo con las bellas
palabras de Martí: «Pensar es servir».30
El humanismo lo encuentra Guadarrama a lo largo y ancho
del planeta. Así por ejemplo, enfatiza el humanismo del pensa-
miento oriental. «Confucio y sus discípulos rechazan toda espe-
culación sobre el universo para, como explica Granet: hacer del
hombre el objeto de su propio saber».31
Desde luego, en la Grecia
antigua el humanismo es sobresaliente. «Cuando Jenófanes
evidenciaba que los seres humanos de las distintas culturas han
imaginado a sus dioses con los rasgos antropomórficos de los
habitantes de las regiones que hablaban… preparaba el camino
de Epicuro y en especial el de Feuerbach y Marx, para análisis
superiores de la experiencia religiosa. Pero su labor no fue de
simple constatación sino también de sugerencia para que la
acción humana no cesara en su incansable búsqueda».32
El marxismo. Guadarrama ha defendido la actualidad de la
filosofía marxista más allá de la crisis del socialismo33
vivida en las
pasadas décadas finiseculares. Desde esta perspectiva ha estudiado y
cuestionado el posmodernismo, pues este novel movimiento tiende
a obliterar los valores de igualdad y fraternidad, y a sembrar una
profunda desconfianza en las identidades culturales y nacionales.
También se ha ocupado de estudiar el pensamiento socialista34
y
30
Martí, José, «Nuestra América», El Partido Liberal, México, 30 de enero de
1891, Obras Completas. Ciencias Sociales, La Habana, 1975, t. 6, p. 22.
31
Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición
citada, p. 51.
32
Ibidem, p. 53.
33
Guadarrama, Pablo, Antinomias de la crisis del socialismo, Editora
Política, La Habana, l992. http://biblioteca.filosofia.cu/php/export.
php?format=htm&id=1373&view=1.
34
Guadarrama, Pablo, «El socialismo en el pensamiento latinoamericano:
de la utopía abstracta a la utopía concreta» en Taller Bogotá, Septiembre
2007, núm. 19, p. 111-125. http://biblioteca.filosofia.cu/php/export.
php?format=htm&id=2402&view=1.
46 Carlos Rojas Osorio
el marxismo latinoamericano,35
especialmente en José Carlos
Mariátegui, Aníbal Ponce, Julio Antonio Mella, Juan Marinello,
José Revueltas, Ernesto Che Guevara, Antonio García Nosa, Esta-
nislao Zuleta, entre otros.
En cuanto a la crisis del socialismo, sostiene que fue un
cierto modelo de socialismo el que fracasó, pero no toda
forma de socialismo.
Guadarrama ve las causas del fracaso por una parte en la insu-
ficiente elaboración teórica marxista que no puede sostener y
encausar el cambio socialista, aunque en la misma medida no
se tomaron en consideración plenamente los resultados. Gua-
darrama anota que la experiencia de la crisis del socialismo de-
muestra que toda teoría guarda una estrecha relación entre sus
etapas de desarrollo y las realizaciones que de ellas emanen.36
El socialismo es un ideal trascendental que responde a las
preguntas kantianas sobre lo que puedo conocer, debo hacer y
me es permitido esperar. El filósofo cubano defiende la cientifici-
dad de las explicaciones marxistas del desarrollo de la sociedad;
sostiene también la importancia de la práctica en los procesos de
conocimiento y finalmente revela el papel de los mecanismos de
enajenación en las sociedades capitalistas.
Asimismo, el investigador cubano ha defendido el marxismo
de los ataques frecuentes que se le han hecho después de la
caída del socialismo real. Sobre este aspecto puede observarse
en su libro: Humanismo, marxismo, y posmodernidad, Premio de
la Crítica del Instituto Cubano del Libro en 1998. Desde el
estructuralismo, incluyendo al marxista Louis Althusser, y el pos-
modernismo se ha propagado el antihumanismo del marxismo.
35
Guadarrama, Pablo, «Situación actual del marxismo en América Latina»,
Cuadernos Hispanoamericanos, Agencia Española de Colaboración AECI,
Madrid, núm. 627, sep. 2002, pp. 55-63. http://biblioteca.filosofia.cu/php/
export.php?format=htm&id=2554&view=1.
36
Valdés, Félix y León del Río, Yohanka, «Pablo Guadarrama», en Clara Alicia
Jalif de Bertranou (compiladora), El latinoamericanismo filosófico contemporáneo,
Mendoza, Universidad del Cuyo, 2001, p. 111.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 47
Naturalmente Guadarrama convencido humanista no podía
aceptar tales corrientes de pensamiento por novedosas que
parezcan.
Sobre su posición de defender el socialismo como pensa-
miento alternativo escribe Hugo Biagini:
Pablo Guadarrama, durante su magisterio por la sede central
de la Universidad Pedagógica y Tecnológica colombiana en un
precursor ensayo –documentado y concluyente- sobre las alter-
nativas emancipadoras ante el arrasamiento neoliberal, no dejó
de alertar contra los prejuicios sectarios que intentan doblegar
la realidad a las propias concepciones interpretativas.37
Biagini lo alinea con pensadores como el mexicano Pablo
González Casanova y el portugués Boaventura De Sousa Santos.
Al momento de definir la filosofía y su objeto mantiene
sabiamente todas las funciones, temas y problemas que su mile-
naria tradición, desde la China, la India y Grecia ha considerado
fundamentales. La presentación de las funciones del filosofar es
exhaustiva y bien explicada, y se esfuerza en cada caso en
mostrar los autores, los países, las épocas o periodos históricos
en los cuales se ha manifestado de modo sobresaliente cada
función. Sin duda la idea nuclear es que la filosofía (y el saber
humano) debe proporcionarnos el mejor conocimiento de la
realidad en función de su posible transformación. Interpretar
para transformar. Concluyamos, pues, con sus propias palabras:
«Una filosofía auténtica es aquella que contribuye a que el hom-
bre alcance, en las circunstancias específicas en que se gesta,
mayores grados de dominio sobre el mundo que lo rodea y sobre
sí mismo. No todas las filosofías cumplen cabalmente esta fun-
ción, aunque todas de algún modo lo plantean».38
37
Biagini, Hugo «O democracia o neoliberalismo», Cultura Latinoamericana,
Bogotá, Universidad Católica, vol. 19, núm. 1, enero-junio, 2014, p. 101.
file:///C:/Users/Pablo/Downloads/1663-7039-1-PB.pdf.
38
Guadarrama, Pablo «¿Para qué filosofar? Funciones de la filosofía» en Filosofía y
sociedad, edición citada, 2000, pp. 62-63.
49
CAPÍTULO III
EL MÉTODO EN LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
El filósofo cubano es muy consciente del método necesario
para el estudio de la filosofía y en especial el estudio de la filoso-
fía latinoamericana. Explicita que es necesario partir del hecho
de que en Latinoamérica ha existido una producción de ideas
filosóficas o un pensamiento filosófico. Sin esta asunción no
sería posible internarse en una tarea tan vasta como la que él nos
presenta. «Más allá de la vieja controversia sobre la existencia o
no de una filosofía latinoamericana propiamente dicha parece
existir consenso al menos entre la mayor parte de los investiga-
dores del asunto en reconocer que ha habido producción de
ideas filosóficas en esta parte de América, también controvertida
en cuanto a su denominación de latina».1
1) El primer paso de la investigación es, pues, la constatación
de un hecho: ha habido producción filosófica en Latinoamérica.
Latinoamérica se refiere «al ámbito cultural» «que se constituye
desde la conquista y colonización europea en los territorios domi-
nados por los españoles y portugueses».2
La producción de ideas
1
Guadarrama, Pablo, Pensamiento filosófico latinoamericano. Humanismo, método
e historia, Universidad de Salerno-Universidad Católica de Colombia-Planeta,
2012, tomo I, p. 71.
2
Idem.
50 Carlos Rojas Osorio
filosóficas en Nuestra América puede, pues, considerarse «en
un sentido amplio, expresión de la filosofía latinoamericana».3
Guadarrama anota enseguida el hecho según el cual hay tam-
bién discusión acerca de si hubo ideas filosóficas «en las culturas
originarias más avanzadas».
2) Si debatimos sobre la existencia de una filosofía latinoa-
mericana es necesario partir de que sea efectivamente filosofía.
«Lo que hace que un pensador o una idea forme parte de la his-
toria de la filosofía latinoamericana es en primer lugar el rigor
teórico de su producción intelectual. Solo en segundo lugar la
condición de producirse de algún modo articulado a la herencia
cultural latinoamericana».4
Existen unas exigencias metodológi-
cas, epistemológicas, axiológicas que son necesarias al filosofar
de cualquier parte del mundo. En la actualidad asistimos a la
profesionalización de la mayor parte de los «ejecutivos de la filo-
sofía» en nuestros países. La filosofía exige, como diría Hegel, el
trabajo del concepto; es decir, una práctica de racionalidad. De
ahí que Guadarrama considera que el pensamiento amerindio
solo llegó al «umbral de la filosofía», pero que a partir del mito
se puede hacer una reflexión filosófica. En la reseña que hace
Dante Ramaglia de Pensamiento filosófico latinoamericano considera
que hay otras opiniones diferentes sobre este aspecto, y alude a
los trabajos contenidos en la obra colectiva dirigida por Enrique
Dussel, Carmen Bohórquez, Pensamiento filosófico latinoamericano
y del Caribe (2009).5
Los estudiosos de la mitología griega suelen entender por
muthos el relato de la vida de los dioses. Esta parece ser también
la concepción del filósofo cubano: «Esta búsqueda de las deter-
minaciones del Ser sobre bases eminentemente lógicas que ya se
diferenciaban de cualquier deidad, constituyen el salvoconducto
3
Idem.
4
Ibidem, p. 42.
5
Ramaglia, Dante, «La filosofía latinoamericana como humanismo. Reflexión
a partir de Pablo Guadarrama», Anuario de Filosofía Argentina y Americana,
Cuyo, vol. 33, núm. 2, 2016, pp. 71- 92. http://www.scielo.org.ar/scielo.
php?script=sci_issuetoc&pid=1853-317520160002&lng=es&nrm=iso
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 51
principal para la entrada en el reino de la filosofía».6
Aunque
tal afirmación la plantea con relación a algunos pensadores
orientales, es obvio que resulta válida también para el proceso
de surgimiento de la filosofía griega. León Portilla encuentra la
filosofía de los aztecas en la poesía nahualt. Desde luego, y como
posteriormente se observará cuando se analicen sus ideas sobre
la democracia y los derechos humanos, el pensador cubano re-
conoce profundas contribuciones del pensamiento amerindio,
en la poesía, en la astronomía, en la educación y en el modo de
organizar el Estado.
3) La historicidad de la filosofía. «El principio de historici-
dad en la investigación histórico-filosófica presupone tomar en
consideración la época histórica en que aparecen determinadas
ideas, como reflejo de esas condiciones, pero no como simple
imagen pasiva de éstas».7
Agrega que, a pesar de los desfases eco-
nómicos en cuanto a desarrollo, sin embargo, ello no impide
que los pensadores se planteen ideas que responden al nivel del
pensamiento universal tal como se reflejaría en los países de ori-
gen del pensador.
4) «Hay que partir de la existencia de una lógica interna en
el pensamiento de cada filósofo latinoamericano, y el análisis
específico de éste indica que debe exponerse de modo tal que
el enfoque preconcebido sobre la estructura y ordenamiento
de sus ideas no prevalezca, pues esto afecta la objetividad y el
posible carácter científico del análisis».8
Destaca una importante
referencia a Federico Engels quien advierte que el método ma-
terialista de análisis no es a priori o un patrón determinado, sino
que debe ante todo tomar en consideración el hilo histórico,
pues de no ser así se convierte en lo contrario de lo que el mate-
rialismo histórico propone.
6
Guadarrama, Pablo, «Para qué sirve la filosofía», en Filosofía y sociedad,
edición citada, p. 47.
7
Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición
citada, p. 75.
8
Guadarrama, Pablo, Pensamiento filosófico latinoamericano. Humanismo, método
e historia, edición citada, p.74.
52 Carlos Rojas Osorio
5) «La filosofía en América Latina no sólo ha desempeñado
el papel de comprensión de su respectiva época, sino de instru-
mento de toma de conciencia para la actuación práctica».9
No se
trataría tanto de construir poderosos sistemas especulativos, sino
de contribuir a la comprensión de las necesidades sociopolíticas
en cada momento histórico. Guadarrama agrega que desafor-
tunadamente existen tendencias que pretenden desideologizar
la filosofía y, por ende, en convertirla en una torre de marfil
«aislada de las inquietudes sociales» del país y de la época.
6) Más importante que la originalidad, a su juicio, es la auten-
ticidad del pensamiento. «En la historia universal una filosofía ha
sido original y auténtica cuando no ha planteado simplemente
ideas nuevas, sino cuando estas se han correspondido con la exi-
gencias históricas de su momento en los diferentes planos, esto
es, sociopolítico, económico, ideológico, científico».10
En mu-
chos casos la filosofía moderna respondió a la realidad del auge
del capitalismo; en cambio, muchas filosofías contemporáneas
parecieran retraerse en meros sistemas especulativos sin contac-
to con la realidad histórica. «El proceso de profundización de la
contradicción fundamental entre el capitalismo y el socialismo
se ha reflejado directa o indirectamente en el pretendido aparti-
dismo, o neutralidad ideológica, que se ha puesto de manifiesto
en algunos propugnadores de una filosofía latinoamericana».11
7) Coherente con la tesis anterior, plantea la posición de
algunos filósofos que niegan la existencia de una filosofía
latinoamericana. Un ejemplo es el estudio de Manfred Kempf
Mercado, en el cual plantea «la subestimación de las posibilida-
des intelectuales de los latinoamericanos».12
8) Horacio Cerutti Guldberg ha reflexionado acerca de la
periodización que se utiliza cuando se analiza el tema de la
filosofía latinoamericana. La más usual periodización es: pensa-
miento amerindio (o anterior a la conquista), periodo colonial,
9
Ibidem, p. 76.
10
Ibidem, p. 80.
11
Ibidem, p. 86.
12
Ibidem, p. 93.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 53
ilustración, pensamiento del período de la independencia
nacional con respecto a España y Portugal, positivismo, roman-
ticismo, marxismo, tendencias relacionadas con la filosofía del
siglo XX (existencialismo, filosofía de la vida, fenomenología,
estructuralismo, posmodernismo). Observa que la periodización
se ha tomado o de la historia política o de una «concepción
inmanente del desarrollo filosófico».13
Tanto Cerutti Guldberg
como Guadarrama están de acuerdo en la idea según la cual la
periodización no puede hacerse de modo exclusivo sobre la base
del desarrollo filosófico. El filósofo cubano plantea que esta se-
ría «una idea inadecuada».14
El filósofo argentino, residenciado
en México, considera que se debe tener en cuenta la correlación
entre base y superestructura (sin mecanicismo) para llegar a
una adecuada periodización. Guadarrama sugiere que: «cual-
quier periodización de la historia de la filosofía debe tomar en
consideración el grado de desarrollo científico-técnico a escala
mundial, el contexto en que se generan las ideas, los conflic-
tos socioeconómicos, políticos e ideológicos entre los cuales
emergen las inquietudes filosóficas».15
9) Ideología. Según su criterio la filosofía es inseparable de la
ideología. Al respecto se refiere a Leopoldo Zea al destacar que
este pensador: «No se lamenta, como otros, de la propensión
ideológica del pensamiento filosófico latinoamericano, a la vez
que, con razón, indica el sustrato ideológico de todos los siste-
mas filosóficos de la humanidad».16
Explica la razón de ser de
esta inclinación ideológica de la filosofía latinoamericana. «Si la
filosofía latinoamericana ha inclinado siempre la balanza hacia
el lado de la ideología en detrimento del aspecto científico ha
sido porque las condiciones históricas han favorecido tal inclina-
ción; no es por una simple cuestión vocacional o temperamental,
13
Cerutti Guldberg, Horacio, Para una metodología de la historia de la filosofía en
América Latina, Universidad de Guadalajara, México 1986, p. 121.
14
Guadarrama, Pablo, Pensamiento filosófico latinoamericano. Humanismo, método
e historia, edición citada, p. 121.
15
Ibidem, p. 121.
16
Ibidem, p. 97.
54 Carlos Rojas Osorio
como en ocasiones algunos investigadores del tema pretenden
atribuirle».17
Y luego abunda en este carácter ideológico de la
filosofía. «La historia de la filosofía muestra cómo las grandes
preocupaciones sociopolíticas han abundado más en los perio-
dos y en los lugares en que más transformaciones sociales han
requerido».18
A su juicio la ideología es un componente de toda filosofía.
Por ideología se considera un conjunto de ideas que pueden
constituirse en creencias, valoraciones y opiniones comúnmente
aceptadas y que articuladas integralmente pretenden funda-
mentar las concepciones teóricas de algún sujeto social (clase,
grupo, Estado, país, Iglesia, partido, etc.) con el objetivo de
validar algún proyecto, bien de permanencia, o de subversión
de un orden socioeconómico y político, lo cual presupone a
la vez una determinada actitud ética ante la relación hombre-
hombre y hombre naturaleza».19
Coincide con Frederick Jameson para quien el concepto
de ideología no tiene que ser negativo o peyorativo y, sobre
todo, que la ideología no necesariamente está divorciada de
la verdad. Asimismo, la ideología no implica por necesidad
que esté opuesta a la ciencia. El componente ideológico de
la filosofía tampoco tiene que ser considerado como falsa
conciencia. Sin duda en algunas circunstancias la ideología
puede comportarse como falsa conciencia, o conciencia in-
vertida de la realidad, como plantearon Marx y Engels en su
temprana obra La ideología alemana, pero ello no implica que
siempre sea así.
A lo largo del siglo XX se desarrolló un discurso del duelo
en el que fueron declaradas muertas «las ideologías», la filosofía,
la historia, el arte, etc. «Tanto la filosofía como la ideología y
17
Idem.
18
Idem.
19
Guadarrama, Pablo, Democracia y derechos humanos, edición citada, tomo I,
p. 36.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 55
hasta la política le han celebrado múltiples entierros prematuros,
en algunos casos preconizados en forma ilusoria una futura
hegemonía de la moral sobre estas. Sin embargo, todas ellas se
resisten a desaparecer sin antes haber cumplido sus respectivas
funciones vitales».20
No resulta fácil que las ideologías desaparezcan; más bien
ellas acompañarán al ser humano mientras generemos nuevos
proyectos de organización social, más aún cuando los existentes
gozan de abundante inconformidad, y esta parece ser inherente
a la condición humana. Tampoco es previsible que los seres hu-
manos dejen de inquietarse y asombrarse por las causas de todo
aquello que encontramos desconocido y que, en consecuencia, la
filosofía y la ciencia dejen de interesarnos. De hecho, los creado-
res del término «ideología» la consideraron una «ciencia», como
ocurrió con la teoría de Destutt de Tracy y de Etienne de Condi-
llac. Lo cual sucedió de modo interesante en la misma época que
el positivismo de August Comte creaba el término «sociología».
«El poder de las ideologías es significativo cuando se empeñan
en tergiversar y entorpecer el conocimiento de las relaciones
realmente existentes entre los humanos, así como entre estos y la
naturaleza».21
Ya Francis Bacon planteó con perfecta claridad la
inclinación al error, o a lo que él denominó ídolos. Para Helvetius
la ignorancia y las pasiones llevan al ser humano al error. En la
Antigüedad, el Sócrates platónico diferencia entre creencias y
ciencia, atribuyendo a las primeras la fuente del error.
Guadarrama matiza la afirmación de Marx y Engels según
la cual «las ideologías no tienen historia propia». No eran sus
intereses enterrar la historia de la filosofía o del derecho o de
la moral. Sus ideas estaban más bien dirigidas contra el prurito
de construir sistemas teóricos apriorísticos sin ninguna base en
la experiencia y en la realidad, de lo que ni siquiera se libró el
socialismo soviético, por esa razón Ernesto (Che) Guevara pudo
20
Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición
citada, p. 66.
21
Ibidem, p. 67.
56 Carlos Rojas Osorio
referirse a esta especia de «escolástica marxista» para referirse
ese tipo de elucubraciones sin base en la realidad. Dentro del
marxismo el concepto de «ideología» evolucionó y fue más allá
de la idea de ideología como falsa conciencia.
Los marxistas, en sentido general, han actuado con plena
conciencia del componente ideológico, político y moral de sus
concepciones, y por tanto de su práctica. Por tal razón, no han
considerado que algunas de las verdades en las que sientan sus
ideas por ser científicas están desconectadas del componente
ideológico, utópico, utópico concreto, diría Ernst Bloch, dife-
renciándolo del utopismo abstracto e imposible de realizar.22
Marx estuvo consciente de que estando muy vinculada la
moral a la ideología, no puede formularse una ética para todos
los tiempos y todas las circunstancias como pretendía Ludwig
Feuerbach porque en ese caso no son válidas para ninguna de
ellas. Pero eso no debe conducir a sostener que el marxismo
no tiene fundamentos éticos claros. Según Maximilien Rubel:
«Marx concibe el advenimiento del socialismo a la vez como una
posibilidad económica y una necesidad ética».23
El filósofo cubano se refiere al argentino Arturo Andrés Roig
a propósito de la ética: «La moral de la emergencia que ha de ser
reconstruida a partir de sus variadas manifestaciones provenien-
tes de diversos sectores oprimidos (…) no requiere tan solo de
una hermenéutica, sino que la misma ha de ser planteada como
una hermenéutica crítica».24
La tesis de Max Weber sobre la neutralidad axiológica, a su
juicio, es insostenible. Nietzsche no tuvo rubor en defender su
transvaloración de todos los valores, francamente ideológicos.
22
Ibidem, p. 76.
23
Rubel, Maximilien, Páginas escogidas de Marx para una ética socialista. Amo-
rrortu Editores, Buenos Aires, 1974, p. 33.
24
Roig, Arturo Andrés, Ética del poder y moralidad de la protesta. La moral
latinoamericana de la emergencia, Universidad Andina Simón Bolívar. Quito,
2002, p. 79.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 57
Para Antonio Gramsci la filosofía no puede separarse de la
política, pues el mero hecho de elegir una concepción del mun-
do es un acto político. «Tanto la filosofía, como la ética, la ideo-
logía en general, y en especial la ideología política, son expre-
siones sui generis de las relaciones materiales existentes en una
época de la cual se toma conciencia y se pretende apuntalarlas o
renovarlas».25
La ética depende de la sociabilidad humana; así lo
pensó Enrique José Varona quien contribuyó a un proyecto ético
y humanista liberador, desalienador, sembrando la confianza en
los seres humanos, «confianza en sus autónomas capacidades
transformadoras y de superación moral».26
La eticidad humana
depende de su sociabilidad y por ello el principio de la ética es
la solidaridad. Ingenieros enseñó una ética contra «el hombre
mediocre», criticó el imperialismo, y fundamentó la enseñanza
moral en elevados ideales éticos. El uruguayo José Enrique Rodó
criticó la nordomanía de algunos de nuestros pensadores posi-
tivistas y defendió una ética de superación personal y un élan de
perfección.
Pablo Guadarrama considera que «El humanismo en el pen-
samiento latinoamericano se ha hecho más patente cuando las
circunstancias históricas lo han demandado».27
Así en el caso de
José Martí el humanismo latinoamericano adquirió una dimen-
sión mucho más concreta «pues va por la dignificación de los po-
bres de la tierra»,28
de ahí que la fuerza humanizadora radique
en el mismo ser humano y no en una fuerza superior o divina. El
humanismo práctico de Martí, según él, es concreto, histórico y
contextual, pues, al igual en el caso de El Libertador, los pueblos
deben considerarse tal como son, no como debieran ser. Por esa
razón de las necesidades de esos pueblos surgen personalidades
como Bolívar, San Martín, Hidalgo, etc.
25
Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición
citada, p. 85.
26
Guadarrama, Pablo, José Martí, humanismo práctico y latinoamericanista, Capiro,
Santa Clara, 2015, p. 63.
27
Ibidem, p. 146.
28
Ibidem, p. 147.
58 Carlos Rojas Osorio
Dando continuidad a la trayectoria humanista que caracte-
riza al pensamiento latinoamericano irrumpieron, entre otros,
Antonio Caso, Carlos Vaz Ferreira y Alejandro Korn, quienes
cuestionaron el positivismo de las generaciones anteriores. De
hecho, Samuel Ramos sugería la necesidad de un nuevo huma-
nismo. En Alejandro Korn se sustenta el humanismo desde su
idea de la libertad creadora. Por su parte Antonio Caso cuestio-
naría la fascinación con la técnica que se observa en el hombre
moderno, pues consideraba que el ser humano es víctima de
sus conquistas tecnológicas. Horacio Cerutti Guldberg ha valo-
rado que Leopoldo Zea enjuiciaría el humanismo elitista. En
esa misma tónica el nicaragüense Alejandro Serrano Caldera
plantea que la civilización actual concede más importancia a
las cosas que al ser humano. Hoy nos domina la técnica. Es
también la idea del venezolano Mayz Vallenilla; la técnica como
voluntad de poder. Guadarrama se refiere también al filósofo
argentino Arturo Andrés Roig, historiador de las ideas lati-
noamericanas, para quien en el pensamiento latinoamericano
subyace un humanismo que es la fuente de una filosofía de y
para la liberación e invita a buscar en las ideas del pasado las
raíces humanistas y desalienadoras que deben fructificar en el
presente.
En la misma trayectoria humanista práctica del pensamiento
latinoamericano destaca a José Carlos Mariátegui, para quien,
«el socialismo no debe renunciar a ningunos de los progresos
morales de la sociedad humana»,29
por lo que criticó a quienes
despreciaban el carácter ético del marxismo. Del mismo modo
para el mexicano Vicente Lombardo Toledano para quien el
socialismo era un humanismo.
En la línea del humanismo, se ubica la obra de Pablo Gua-
darrama: Democracia y derechos humanos, visión humanista desde
América Latina. Es sin duda la obra más sistemática del filósofo
cubano. Los temas ejes de su filosofía se reúnen aquí en síntesis
29
Mariátegui, José Carlos, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana,
Casa de las Américas, La Habana, 1969, p. 62.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 59
armoniosa: el humanismo, el marxismo liberador, el latinoame-
ricanismo. La idea que acabamos de comprobar en sus estudios
sobre el humanismo según la cual éste hay que investigarlo no
solo en el mundo occidental sino en todas sus manifestaciones
en las más variadas culturas que pueblan el planeta Tierra. Esta
idea se encuentra muy bien ejemplificada en este nuevo estudio,
donde la democracia y los derechos humanos son reconocidos
en Oriente y en Occidente, en las culturas amerindias y en el
pensamiento latinoamericano. Los incas, por ejemplo, al morir
el inca se reunían y elegían al más capaz, que no necesariamente
tenía que ser familia del inca anterior. Los pueblos germánicos
tenían también sus asambleas de pueblo.
Para Guadarrama los derechos humanos no se fundamen-
tan en el iusnaturalismo como fue muy común, pues la idea
de una naturaleza humana fija es problemática; propone, más
bien que tanto los derechos humanos como la democracia
son conquistas históricas resultado de luchas incesantes. «La
igualdad social posible no se desarrolla por sí misma por ley
natural, sino que depende de la acción humana y, en especial,
de la voluntad de pueblos y gobiernos que traten de conquis-
tarla, aunque sea una utopía concreta nunca alcanzable del
todo, como la línea del horizonte, pero que cuando se ca-
mina hacia ella, siempre se avanza algo en su realización».30
Advierte también que muchas veces no se identifica la presen-
cia de la democracia y los derechos humanos en culturas no
occidentales porque no se aprecia la oralidad en que ellas se
expresan, y los investigadores se atienen solo a lo que está pre-
sente en la escritura. Por eso se puede decir, que la idea de los
derechos humanos es universal, aunque, como la democracia,
haya recibido expresiones diferentes en culturas distintas.
¿Qué se entiende por democracia? «La democracia es aquella
que posibilita que todos los hombres participen realmente del
gobierno de manera activa e igualitaria o al menos equitativa-
30
Guadarrama, Pablo, Democracia y derechos humanos, edición citada, tomo I,
p. 119.
60 Carlos Rojas Osorio
mente, cooperando con el reconocimiento, respeto tutela y
promoción de los derechos humanos».31
En brevísima síntesis, la filosofía de Pablo Guadarrama se
caracteriza por la defensa de un marxismo crítico y humanista,
es decir, como todo auténtico humanismo, liberador, cuestio-
nador de todas las enajenaciones humanas para posibilitar el
pleno desarrollo de la condición humana de cada persona. El
socialismo en cuanto humanista debe ser, según él, la forma
más auténtica de democracia y de realización de los derechos
humanos a través de la lucha por la conquista de esos ideales.
Los derechos humanos son universales, aunque reciben ex-
presión diferenciada en cada cultura. El pensamiento de José
Martí en toda su potencia humanista, liberadora y democrática
se integra plenamente en su filosofía.
Pablo Guadarrama, filósofo latinoamericano, no se ancla
en un fácil particularismo, sino que desde nuestras luchas
emancipadoras ha sabido escrutar en toda la historia mundial
la universalidad de los derechos humanos, el humanismo y las
diferentes formas de democracia. Su pasión por el estudio del
pensamiento filosófico y político32
latinoamericano no es un
particularismo, sino la justa idea de una universalidad concreta,
que existe siempre contextualizada. Señala que el pensamiento
crítico y liberador no es monopolio de ningún pueblo o nación,
ni siquiera de Occidente. La filosofía ha hecho presencia en
Latinoamérica y el Caribe, como lo ha hecho en la India, en la
China y en Occidente. De hecho, la filosofía no debe pensarse
a partir de patronímicos (marxismo, existencialismo, empiris-
mo, etc.) Marx mismo, en una entrevista, reconoció que él «no
era marxista». Tampoco debe pensarse a partir de gentilicios
(filosofía griega, romana, alemana, francesa, cubana, etc.,). La
filosofía se dirige a un público universal, pero existe siempre
contextualizada. Se afirma una dialéctica entre lo universal y lo
31
Ibidem, p. 228.
32
Véase: Pablo Guadarrama, Pensamiento político latinoamericano. Cultura, paz
y poder. Universitá degli Studi di Salerno-Universidad Católica de Colombia
-Taurus-Penguin Random House, Bogotá, 2019.
Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 61
específico de cada cultura, como podremos apreciar al hablar
de la idea de «cultura». Como comenta Dante Ramaglia a pro-
pósito de la publicación de los tres volúmenes de Pensamiento
filosófico latinoamericano: «éste busca mostrar la riqueza filosófica
y cultural que se encuentra contenida en nuestra América».33
33
Ramaglia, Dante, «La filosofía latinoamericana como humanismo. Reflexión
a partir de Pablo Guadarrama», Anuario de Filosofía Argentina y Americana,
Cuyo, vol. 33, núm. 2, 2016, p. 9.
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Pablo Guadarrama: Filósofo latinoamericano

  • 1.
  • 2.
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  • 5.
  • 6. Archivo General de la Nación Volumen CDXLV Carlos Rojas Osorio PABLO GUADARRAMA GONZÁLEZ: FILÓSOFO LATINOAMERICANO Santo Domingo, R. D. 2022
  • 7. Cuidado de la edición: Área de Publicaciones Diagramación: Yahaira Fernández Vásquez Diseño de portada: Harold Frías Maggiolo Motivo de cubierta: Foto del autor. Disponilble en https://www.ensayis- tas.org/filosofos/cuba/guadarrama/guadarrama.jpg Primera edición, 2022 © Carlos Rojas Osorio De esta edición © Archivo General de la Nación (vol. CDXLV), 2022 Departamento de Investigación y Divulgación Área de Publicaciones Calle Modesto Díaz, Núm. 2, Zona Universitaria, Santo Domingo, República Dominicana Tel. 809-362-1111, Fax. 809-362-1110 www.agn.gob.do ISBN: 978-9945-25-032-9 Impresión: Editora Búho, S.R.L. Impreso en República Dominicana / Printed in Dominican Republic
  • 8. 7 ÍNDICE DE CONTENIDO Prólogo, Federico José Álvarez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Pre-texto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Capítulo I Semblanza de Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 Capítulo II La filosofía: su objeto y funciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 Capítulo III El método en la historia de la filosofía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Capítulo IV La cultura como dialéctica entre lo universal y lo específico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 Capítulo V Trayectoria de la filosofía en Cuba. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Capítulo VI El ideario filosófico de Enrique José Varona. . . . . . . . . . . . . . . 95 Capítulo VII Martí, humanista práctico latinoamericano. . . . . . . . . . . . . . . 113
  • 9. 8 Carlos Rojas Osorio Capítulo VIII Hostos y el positivismo sui generis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 Capítulo IX El positivismo en América Latina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 Capítulo X Crítica y superación del positivismo latinoamericano. . . . . . . 155 Capítulo XI Educación e investigación científica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173 Capítulo XII Crítica de los reduccionismos epistemológicos. . . . . . . . . . . . 187 Capítulo XIII Crítica del posmodernismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205 Capítulo XIV Marxismo y antimarxismo en América Latina. . . . . . . . . . . . . 223 Capítulo XV Filosofía y marxismo en Colombia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247 Capítulo XVI Democracia y los Derechos Humanos: más allá del occidentalismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265 Capítulo XVII La integración latinoamericana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283 Capítulo XVIII Filosofía política y humanismo en América Latina. . . . . . . . . 299 Idea y dimensiones del humanismo. . . . . . . . . . . . . . . . . . 305
  • 10. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 9 Capítulo XIX El pensamiento político latinoamericano y la cultura de la paz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313 Capítulo XX El marxismo como filosofía de la liberación. . . . . . . . . . . . . . 333 Capítulo XXI Del socialismo real a la utopía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349 Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359 Epílogo de Ángel Moreta Aguasvivas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371 Bibliografía de Pablo Guadarrama González. . . . . . . . . . . . . . 387
  • 11.
  • 12. 11 PRÓLOGO Carlos Rojas Osorio pertenece a ese elenco de pensadores antillanos que por cinco siglos perseveran en desandar el laberinto en que los mundos que llegaron con Colón dejaron confinadas estas Islas de los Bienaventurados. Colón descubrió la bondad natural cumplida en el rostro aborigen, y la encubrió. El genocidio, el ecocidio, el racismo y el intercambio desigual fueron las fleurs du mal sembradas por Europa en estas islas para ser reproducidas y trasplantadas a lo largo y ancho del nuevo continente, o en palabras de Enrique Dussel, del nuevo botín-a-la-mano en tanto fundamento teórico- práctico de la naciente Modernidad. El veneno de estas flores de la Modernidad se expandió a lo largo de cinco siglos hasta convertirse en pandemia mun- dializada, esa misma «enfermedad histórica» denunciada por Nietzsche y que dio al traste con el hombre planetario, enaje- nado, tan esquizoidemente enfermo que destruye la biosfera para propiciar su propio exterminio. La historia del Nuevo Mundo sintetiza el salto antropológico del homo sapiens al homo demens, sublimado mediante el «progre- so» y escrutado mediante el «crecimiento», pero siempre guiado por aquel falso principio hegeliano del desarrollismo, incapaz de recuperarse en la plenitud del aquí y el ahora, sino siempre en fuga, como mal infinito.
  • 13. 12 Carlos Rojas Osorio A través de una extensa obra crítica, Carlos Rojas Osorio estudia el fenómeno dialéctico de dominación/liberación, partiendo de su suelo natal puertorriqueño –esa prima adoptiva que había maravillado a navegantes portugueses con anteriori- dad al evento colombino y desde donde el fervor antillano de Ramón Emeterio Betances y Eugenio María de Hostos pronto guiaría la espada redentora de Gregorio Luperón en la Repú- blica Dominicana y el pensamiento preclaro de José Martí en Cuba, que es el de Nuestra América, la Patria de la Justicia de Pedro Henríquez Ureña, nuestra Magna Patria. Frente al discurso de la Modernidad que se impone y cobra estancia sobre el ámbito de su conquista –esa terra nullius propi- cia para el proyecto civilizatorio de expoliación que convertiría a Europa en centro del mundo– surge ya con Antón de Mon- tesinos en Santo Domingo (1511), el discurso del «anti-héroe» denunciando las vejaciones de que eran víctimas los nativos por parte de los conquistadores, y al que pronto siguió el pensa- miento crítico de Bartolomé de Las Casas en su Brevísima relación de la destrucción de las Indias, con la cual pretendía mostrar la contradicción entre el fin: la evangelización, y los medios: la esclavización y el exterminio. La historia de este discurso crítico vendrá a constituir la del pensamiento propio de América Latina, y para hacerlo asequi- ble y actual Carlos Rojas Osorio nos lo presenta en esta obra de la mano de una de las figuras más prominentes de «nuestro americanismo»: Pablo Guadarrama González. El libro que nos entrega Rojas Osorio a la vez que esquematiza la trayectoria en el quehacer académico de este filósofo, desde La Habana a Leipzig; desde su nativa Santa Clara en Cuba hasta cada país latinoamericano, al mismo tiempo reconstruye, antoló- gicamente, el discurso crítico del pensamiento latinoamericano, lo que ha sido uno de los principales aportes de Guadarrama a través de una vastísima bibliografía, recogida minuciosamente al final de este libro. Su estudio permite identificar los conceptos de cultura, filosofía, ideología, autenticidad, humanismo práctico, alienación, condición humana, dialéctica materialista, núcleo
  • 14. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 13 duro del pensamiento, democracia, derechos humanos, entre otros, propios de este incansable pensador cubano, caribeño y latinoamericanista, quien hace de ellos los instrumentos de toma de conciencia para una actuación práctica liberadora y solidaria que posibilite el desarrollo pleno de la condición humana. Carlos Rojas demuestra en esta obra que Pablo Guadarrama posee un conocimiento amplio y profundo de las diferentes etapas de la historia universal, de la filosofía latinoamericana y de las corrientes de pensamiento que la han conformado, tales como la cultura amerindia, la escolástica colonial, la ilustración, el positivismo, la superación del positivismo, el marxismo, la filosofía de la liberación, y el posmodernismo. Se empeña en destacar el compromiso activo, militante y arries- gado con la defensa de la dignidad humana que caracteriza la crítica liberadora en toda la obra de Guadarrama, pues para él, como bien señala el filósofo puertorriqueño, el humanismo constituye la principal característica del quehacer filosófico latinoamericano. Nuestra América no es solo territorio sino también historia y sentido, que son los frutos de las relaciones sociales. Pero son aquellas flores venenosas las que han rendido estos frutos tóxicos productores de sentido… y de injusticia. La injusticia es el sentido histórico que apareja la Modernidad, y por eso, expresa Rojas Osorio evocando a Pedro Henríquez Ureña, «la utopía es una meta de Nuestra América»: «el ideal de justicia está antes que el ideal de cultura…», y es ello lo que otorga la especificidad de la cultura latinoamericana, conforme al decir del maestro Leopoldo Zea. El desandar de pensadores antillanos como Rojas Osorio y Guadarrama es una búsqueda sin tregua de la salida del laberinto de la Modernidad, que al mismo tiempo que identifica los indi- cadores de la enajenación a partir de la tesis primera de Fran- cisco de Vitoria (1536) de que «es lícito y justo a los cristianos militar y hacer la guerra a los bárbaros, y resarcirse con los bienes del enemigo», tesis luego asumida por Ginés de Sepúlveda, este desandar va sembrando conciencia en las nuevas generaciones.
  • 15. 14 Carlos Rojas Osorio De hecho, fue un antillano de la Martinica, el filósofo siquiatra Franz Fanon el gran precursor de la teoría decolonial, análoga a la psychéterapeia socrática, para «decolonizar el imaginario de los colonizados». Se trata pues del cuidado de lo viviente a que nos exhorta Leonardo Boff; pero para ello el antecedente lógico indispen- sable es el cambio de paradigma. Así, la terapia se constituye en purga que excreta esa enfermedad histórica de la civilización planetaria de hoy día, soberbiamente erguida en los abismos de una cruel insensatez, para dar lugar –acaso por un último intento– a la plenitud de la condición propiamente humana. ¿No son las Antillas –este mar de Islas de los Bienaventu- rados– la entrada y la salida del laberinto de la Modernidad? ¿Será este ecosistema insular, este Parque Antillas, el lugar idóneo para crear, para hacer surgir un Nuevo Mundo, un «oikos del pensamiento» como gustaba llamar Lyotard al re- fugio no sujeto al control sistémico de órdenes destructivas? Félix Guattari nos exhorta a propiciar la invención de lo que él denomina «territorios existenciales» a través de la articula- ción ético-política entre los tres registros ecológicos: el medio ambiente, las relaciones sociales y la subjetividad humana en tanto constituyentes de una plataforma ecológica radical que él denomina «ecosofía», y que es, al mismo tiempo, un paradig- ma ético, político y estético que permite desarrollar, como lo deseaba Martí, una creatividad. Gregory Bateson acuñó el concepto de «ecología de la mente» no tanto como defensa de la naturaleza sino antes bien para definir la ciencia de las interrelaciones entre las ideas y los hábitats mostrando cómo las interacciones dinámicas de las ideas modulan y dan sentido al mundo. Bateson enfatiza la interrelación de los organismos y el ambiente como sistemas de intercambio y de retroalimentación apuntando en dirección a una homeostasis autocorrectiva. Se trata entonces de la apertura de un topos fundacional para una revolución ecológica que redefina al hombre y a la naturaleza; que redefina la relación hombre-naturaleza
  • 16. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 15 (poíesis), y asimismo la relación hombre-hombre (ética). En fin, una nueva forma de humanidad «posterior a la catás- trofe», como alude Lévi-Strauss. Ello así puesto que este desorden mental del hombre planetario lo compele a volver a sus orígenes para aprender otro modo de ser de acuerdo a una cota de lucidez más alta y a otros referentes lógicos y así lograr, como señala Guadarrama con su optimismo epis- temológico característico, referenciando a Martí, «ante la igualdad imposible, la equidad posible». Federico José Álvarez
  • 17.
  • 18. 17 PRE-TEXTO Conocí al Dr. Pablo Guadarrama González en el Congre- so Interamericano de Filosofía celebrado en Bogotá en el año 1994. Desde entonces nos hicimos muy buenos amigos y lectores mutuos de nuestras respectivas obras. Como además compartimos la amplia temática de la filosofía latinoamericana, pues también nos referenciamos mutuamente numerosas veces. Cada vez que visito a mi familia en Bogotá me reúno con Pablo y Ligia; almorzamos, visitamos editores y, sobre todo, compartimos en amena conversación. En 2017 participé en el Simposio de Pensamiento Latinoamericano que por su inicia- tiva se realiza cada dos años en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, en Santa Clara, Cuba. En 2018, siendo yo director del Departamento de Filosofía del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico le invité como profesor visitante y dictó una serie de conferencias para nuestros estudiantes y profesores. Pablo me había manifestado que Puerto Rico era uno de los pocos países latinoamericanos en el que no había participado en actividades académicas. La razón era que, aunque con ante- rioridad había ofrecido conferencias en varias universidades de Estados Unidos de América, en ocasión de recibir una invitación a un congreso en San Juan también le concedieron la visa, pero debía recibirla en La Habana. En esos momentos se encontraba
  • 19. 18 Carlos Rojas Osorio en otras actividades académicas en Bogotá y por cuestiones de tiempo no le era posible realizar esa gestión. Esta vez también la obtención de la visa fue algo demorado, pero al cabo de dos años la obtuvo por lo que pudo cumplir su deseo de estar en Puerto Rico y compartir la amplitud de sus conocimientos e intereses. En la preparación de su visita realicé una presentación ante un público interesado de su libro Martí, humanista prác- tico latinoamericanista. Ya durante su estadía presenté también un libro suyo entonces recién publicado Para qué sirve la epis- temología al investigador y al profesor. Con anterioridad para el homenaje que le rindiera la revista Cultura Latinoamericana, de la Universidad Católica de Colombia y la Universidad de Salerno comenté su libro Lo universal y lo específico de la Cultura. Y así, había reseñado otros dos de sus libros. Hago este breve recuento porque fue precisamente el hecho de darme cuenta que ya había recorrido un camino en el estudio del pensamiento filosófico de Pablo Guadarrama que decidí continuar esa investigación y escribir el presente libro. El encierro a que nos ha obligado la pandemia actual contri- buyó a que el proceso de lectura, reflexión y escritura avanzara con pasos acelerados. Debo agradecer a Pablo la continua ayuda que siempre estuvo generosamente dispuesto a prestarme para facilitar el acceso a todos sus escritos, de los cuales yo tenía solo los libros, pero me faltaban reseñas de sus libros realizadas por otros investigadores, entrevistas y artículos no incorporados en sus libros. Ligia Machado y Pablo también me ayudaron con la extensa bibliografía que se consigna al final de este texto. El texto que presento a los lectores no pretende ser un estudio exhaustivo del pensamiento filosófico de Pablo Guadarrama, sino que pretende constituir una guía en el paisaje general de su rica y compleja obra. Trato los ejes centrales de su pensamiento: el marxismo, el humanismo y el latinoamericanismo. Para mí este recorrido por su obra fue un ejercicio de aprendizaje y la posibi- lidad de precisar conocimientos y posiciones filosóficas. Solo me queda esperar que también sea así para los lectores de esta obra.
  • 20. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 19 Por último, pero no menos importante, tanto Pablo Gua- darrama como este servidor estamos profundamente agradeci- dos con la generosa acogida para la publicación del presente libro por parte del Archivo General de la Nación de la Repúbli- ca Dominicana, dirigida por el historiador el Dr. Roberto Cassá Bernaldo de Quirós, por el Instituto de Filosofía de la Univer- sidad Autónoma de Santo Domingo, dirigido por el Dr. Ángel Moreta Aguavivas, por la Asociación Dominicana de Filosofía, de la cual ambos somos Miembros de Honor, presidida por el Dr. Julio Minaya y por la Fundación Federico C. Álvarez, en la persona de su vicepresidente Federico José Álvarez. A todos ellos les reiteramos nuestro profundo agradecimiento.
  • 21.
  • 22. 21 CAPÍTULO I SEMBLANZA DE PABLO GUADARRAMA GONZÁLEZ: FILÓSOFO LATINOAMERICANO Pablo Guadarrama González es uno de los más destacados filósofos latinoamericanos del presente; caribeño y latinoame- ricanista ha dedicado la mayor parte de su actividad académica al estudio de la filosofía en Nuestra América. «La saga de Pablo Guadarrama permite reconstruir varios aspectos centrales seña- lados en su autobiografía. Su origen proletario, hijo de obreros tabacaleros, Manuel de Jesús y Rosalina Fabiana, en la ciudad de Santa Clara, será decisivo en su vida, por la disciplina y tenacidad con que ha desarrollado su largo periplo intelectual. Es también hijo de la Revolución Cubana, pues nació el 10 de mayo de 1949 y tenía diez años cuando las fuerzas rebeldes dirigidas por Fidel Castro derrocaron la dictadura de Fulgencio Batista, e instaura- ron un gobierno obrero campesino y revolucionario».1 Muy joven aún, participó en actividades sociales como la alfa- betización de campesinos, y es ahí donde descubre su vocación 1 Sánchez Ángel, Ricardo, «Semblanza intelectual de Pablo Guadarrama», Cultura Latinoamericana, Bogotá, Universidad Católica de Colombia, volu- men 19, número 1, enero-junio, 2014, p. 64. https://editorial.ucatolica. edu.co/ojsucatolica/revistas_ucatolica/index.php/RevClat/article/ view/1661/1540
  • 23. 22 Carlos Rojas Osorio pedagógica que lo va a distinguir a lo largo de toda su carrera intelectual, profesional y cultural. Desde 1964 estudió para formarse como profesor a nivel secundario de Historia y Geografía en el Instituto Pedagógico de la Universidad Central «Marta Abreu» de las Villas. En el cuarto año pasa a tomar cursos de filosofía en la Universidad de la Habana con el fin de formar maestros en la enseñanza de esta disciplina. A la edad de 18 años comienza a impartir clases de Historia de la Filosofía I y II para la Escuela de Psicología de la universidad santaclareña. Al segundo año de estar en esta labor acepta la propuesta de continuar cursos de filosofía clásica alemana para iniciar luego un doctorado en la Universidad de Leipzig, en la entonces República Democrática Alemana. Con ese objetivo inicia los estudios de idioma alemán en Cuba que luego continuaría en esta universidad. Los profesores Martina Thom y Helmud Seidel le proponen que realizara una tesis doctoral sobre el concepto de libertad en Kant o de sociedad civil en Hegel, pero «en ese momento tomé la decisión —a mi juicio muy acertada, tal como mi vida profesional posteriormente me ha demostrado— algo sorpresiva para mis profesores, de no aceptar aquellas propuestas, y en su lugar decidirme por el estudio de la historia de la filosofía en América Latina».2 Al regreso a Cuba continúa enseñando historia de la filosofía moderna y contemporánea. Recibe orientación inicial de Isabel Monal, profesora de la Universidad de la Habana, quien le sugirió algunos posibles temas de investigación en la escolástica, el positivismo o el marxismo en Latinoamérica. Se decide por el positivismo y se dedica a estudiar el pensamiento de Enrique José Varona. Le costó algún esfuerzo convencer a las autoridades univer- sitarias de Leipzig en su idea de hacer la tesis doctoral sobre un 2 Guadarrama, Pablo, «Descubrir el humanismo en la historia de la filosofía en América Latina», Cultura Latinoamericana, Bogotá, Universidad Católica de Colombia, volumen 19, número 1, enero-junio, 2014, p. 209. https:// editorial.ucatolica.edu.co/index.php/RevClat/article/view/1671/1549
  • 24. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 23 filósofo cubano desconocido para Europa, pues le indicaron que para realizarlo debía al menos encontrar algún latinoamericanis- ta europeo que pudiera valorar su trabajo sobre ese tema. Cursa la carrera de Historia en la Universidad Central «Marta Abreu» de las Villas mientras desarrolla su investigación sobre el positi- vismo en Cuba tarea en la que descubre la biblioteca extraviada de Enrique José Varona. Entrevistó a Ernestina, su hija y a varios intelectuales, entre ellos, Raúl Roa García, Juan Marinello, José Zacarías Tallet y Antonio Iraizos Villar, quienes contribuyeron a la orientación hacia la tarea que se proponía. Asistió a cursos de postgrado en el Instituto de Filosofía en La Habana con An- tonio Sánchez de Bustamante y Montoro sobre la influencia de la filosofía alemana en Cuba. Posteriormente asistiría a un curso de epistemología dictado por Mario Bunge. Asimismo, recibió el estímulo del gran historiador Julio Le Riverend y del filósofo Gaspar Jorge García Galló. En 1978 regresa a Leipzig, con el tesón intelectual que lo ca- racteriza se propone concluir su trabajo doctoral y defiende en 1980 la tesis en historia de la filosofía «Las ideas éticas y sociales de Enrique José Varona». Tuvo como tutor de su tesis a Martina Thom y la colaboración de algunos investigadores alemanes so- bre la cultura latinoamericana como Kurt Schnelle y Max Zeuske. Desde mediados de los años setenta había comenzado a publicar artículos filosóficos en las revistas Islas y en la Deutsche Zeitschrift für Philosophie, donde estudiaba además de Varona a otros intelectua- les cubanos vinculados también al positivismo como André Poey, Manuel Sanguily, Enrique Piñeiro y Fernando Ortiz. Después de publicado en alemán el resumen de su tesis doctoral recibe una carta del distinguido filósofo José Ferra- ter Mora en la cual le solicitaba autorización para que este se tradujese al inglés con el fin de publicarlo en Phylosophical Index de la Universidad de Ohio. Ferrater Mora incluye una referencia a dicho trabajo en el prestigioso Diccionario de Filo- sofía. Como explica Guadarrama: «Fue entonces cuando tuve el convencimiento de que, si hubiese aceptado la propuesta de efectuar mi tesis doctoral sobre Kant o Hegel, seguramente no
  • 25. 24 Carlos Rojas Osorio hubiera llamado tanto la atención al notable filósofo catalán, ni a otras personalidades de la vida filosófica latinoamericana, como Leopoldo Zea, entre otros».3 En 1984 recibe el título de Profesor Titular de Filosofía, y comienza a dirigir tesis doctorales. Su primer libro Valoraciones sobre el pensamiento cubano y latinoamericano (1986) obtuvo el Premio Nacional «Juan Marinello» otorgado por la Academia de las Ciencias de Cuba y fue reseñado en la entonces Unión Soviética. Junto con Edel Tussel –quien también había hecho una tesis doctoral sobre Varona en el Instituto de Filosofía de Moscú– publica, al año siguiente, El pensamiento filosófico de Enrique José Varona. En los años ochenta asiste a varios cursos de filósofos soviéticos y en 1989 publica, junto con Nikolai Pereliguin, el libro Lo universal y lo específico de la cultura.4 Además del Doctorado en Filosofía de la Universidad de Leipzig, Guadarrama sustenta exitosamente en 1995 en la Universidad Central «Marta Abreu» de las Villas la tesis para el grado de Doctor en Ciencias sobre Humanismo y autenticidad en el pensamiento latino- americano la significación del marxismo,5 publicada en 1997. Había recibido la encomienda del Instituto de Filosofía de la Academia de las Ciencias de Cuba de coordinar los estudios de un grupo de profesores de la Universidad de La Habana sobre el positivismo en América Latina,6 de cuya investigación se derivaría su libro Positivismo y antipositivismo en América Latina.7 3 Ibidem, p. 220. 4 Véase: Rojas Osorio, Carlos, «La cultura como dialéctica entre lo universal y lo particular»,Cultura Latinoamericana,Bogotá,UniversidadCatólicadeColombia, volumen 19, número 1, enero-junio, 2014. https://editorial.ucatolica.edu.co/ ojsucatolica/revistas_ucatolica/index.php/RevClat/article/view/1666/1544 5 Guadarrama, Pablo, «Humanismo y autenticidad cultural en el pensamiento filosófico latinoamericano», Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, Uni- versidad Complutense de Madrid, Madrid, 2004, # 21 pp. 169-183. https:// revistas.ucm.es/index.php/ASHF/article/view/ASHF0404110169A/4731 6 Guadarrama, Pablo, «Razones del positivismo y el antipositivismo sui generis en América Latina», Cuadernos americanos, Universidad Nacional Autónoma de México, México, D.F 2011, Año XXV, vol. 3, núm. 137, pp. 125-149. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3753735 7 Guadarrama, Pablo, Positivismo y antipositivismo en América Latina, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2004, http://biblioteca.filosofia.cu/php/ export.php?format=htm&id=231&view=1
  • 26. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 25 Desde 1983 formó parte del proceso de fundación de la Sociedad de Investigaciones Filosóficas de Cuba, de la cual fue elegido su vicepresidente, y presidente de la filial en Santa Clara. En 1984 Leopoldo Zea visita la Habana y tiene la feliz oportu- nidad (kairós) de mantener conversaciones con él por espacio de una semana. El filósofo mexicano conocía los artículos de Guadarrama sobre el positivismo y el marxismo por lo que lo invita a participar en el Congreso Interamericano de Filosofía en Guadalajara, México, en 1985. A partir de este encuentro se cultivará una estrecha amistad entre ambos pensadores,8 y una continua participación en eventos latinoamericanistas, al invitarle entre otros al IX Congreso de la Federación Internacional de Estudios sobre América Latina y el Caribe efectuado en Osaka en el 2003.9 Desde 1986 organiza la Cátedra «Enrique José Varona» en la Universidad Central «Marta Abreu» de las Villas en Santa Clara.10 Esta Cátedra promueve la investigación del pensa- miento latinoamericano. Guadarrama ha estudiado con gran dedicación la filosofía latinoamericana, desde el pensamiento amerindio11 hasta la época actual. Desde 1987, bajo su iniciativa, 8 Zea, Leopoldo, «El humanismo de Pablo Guadarrama», El Excelsior, México, DF, Domingo 30 de noviembre de 2003, p. 2, Cultura latinoamericana. Revista de estudios interculturales, Universidad Católica de Colombia—Uni- versidad de Salerno, Planeta, Bogotá, Enero-junio 2015, vol. 21, núm. 1, pp. 219-221. https://editorial.ucatolica.edu.co/index.php/RevClat/ article/view/1642/1520 9 Guadarrama, Pablo, «Desafíos educativos y culturales de la globa- lización», IX Congreso de la Federación Internacional de Estudios sobre América Latina y el Caribe, Universidad de Osaka, 23-27 de septiembre de 2003, http://biblioteca.filosofia.cu/php/export. php?format=htm&id=2401&view=1 10 Valdés García, Félix, «La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás. La tradición humanista y los estudios de pensamiento latinoamericano en la Universidad Central «Martha Abreu» de Las Villas (1952-1999)», Cul- tura latinoamericana. Revista de estudios interculturales, Universidad Católica de Colombia-Fondazione I.S.L.A per gli Studi Latinoamericani, Salerno- Bogotá. Planeta. Bogotá. enero-junio 2019. V. I. N. 29. pp. 240-263. https:// editorial.ucatolica.edu.co/ojsucatolica/revistas_ucatolica/index.php/ RevClat/article/view/2747/2526 11 Guadarrama, Pablo, «Democracia y los derechos humanos en los pueblos originarios de América», Cuadernos Americanos, UNAM, México, 2014, N. 149,
  • 27. 26 Carlos Rojas Osorio se celebra, cada dos años, el Simposio Internacional sobre Pensamiento Latinoamericano en dicha universidad que se ha mantenido hasta el presente. Desde la década del 80, comienza a participar en congresos internacionales, en conferencias y cursos en muchos países de Latinoamérica y el Caribe, España, Alemania, Italia, Japón, Repú- blica Popular China y Estados Unidos de América, entre ellas Uni- versidad Nacional Autónoma de México, Universidad Mayor de San Marcos, Universidad Autónoma de Santo Domingo, Univer- sidad Libre de Berlín, Universidad Autónoma de Madrid, Univer- sidad Federico II, Universidad de Milán, Universidad de Salerno, etc. También en la Universidad Nacional «Taras Schevchenko» en Kiev dictó conferencias sobre el pensamiento filosófico latinoame- ricano. En esa época ofreció conferencias en varias universidades de la entonces República Democrática Alemana, entre ellas las de Leipzig, Halle y Rostock. Posterior al derrumbe del socialismo en Europa Oriental participaría en congresos de la Universidad Libre de Berlín y en la Universidad de Nuremberg-Erlangen. En 2018 celebramos en Puerto Rico, junto con él, el bicen- tenario del nacimiento de Karl Marx. Pablo Guadarrama es un conferenciante muy exitoso, por su elocuencia, eficacia en la palabra, compromiso, y la amplitud y profundidad de los temas que desarrolla en cada ocasión. Asimismo, su entera dedicación a la educación en diferentes países le ha dado la oportunidad de estudiar con profundidad los métodos de investigación en la filo- sofía, las humanidades, y en las ciencias. Resultado de esta labor han sido varias tesis de maestría y doctorado que ha dirigido, así como dos libros de especial importancia: Dirección y asesoría de la investigación científica, el cual ha tenido varias ediciones y en el 2009 recibió uno de los premios nacionales que otorga cada año la Academia de Ciencias de Cuba. El tema sobre los métodos de investigación lo condujo en 2018 a publicar un amplio y profundo estudio sobre: Para qué le pp. 135-147. http://www.cialc.unam.mx/cuadamer/textos/ca149-135. pdf
  • 28. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 27 sirve la epistemología a un investigador y un profesor, que también fue premiado ese año por dicha institución y ha sido objeto de valiosas reseñas.12 Al respecto escribe: «Confieso que en estos temas es donde más agradecimientos he recibido de investi- gadores de diversas disciplinas».13 Su libro Marxismo y antimar- xismo en América Latina,14 es resultado de un curso que dictó en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (1985). En esta ocasión establece amistad con el filósofo Alejandro Serrano Caldera. Años después impartiría el mismo curso en la Universidad INCCA de Colombia donde se publicaría la pri- mera edición de dicho libro en 1990. Continuaría publicando otros trabajos sobre este tema, entre ellos Humanismo, marxismo y posmodernidad en 1998, que obtuvo el premio Nacional de la Crítica del Instituto Cubano del Libro. En 2001 su libro Huma- nismo en el pensamiento latinoamericano obtendría también este honorable premio. A fines de los años ochenta ofreció conferencias sobre filo- sofía latinoamericana en la Universidad Nacional de Panamá, donde estableció amistad con el filósofo Ricaurte Soler. A partir de esta época se incrementaron sus estancias como profesor in- vitado en varias universidades colombianas, donde desarrolla- ría sostenidos intercambios de ideas, y con algunos profundas relaciones de amistad, como Jaime Quijano Caballero, Jaime Mejía Duque, Rubén Sierra Mejía, Germán Marquínez Argote, Carlos B. Gutiérrez, Guillermo Hoyos Vásquez, Rubén Jarami- llo Vélez, Santiago Castro-Gómez, Renán Vega Cantor, Jairo 12 Rizo Cruz, Ricardo. «Reseña. Para qué sirve la epistemología a un investi- gador y a un profesor». De Pablo Guadarrama González. Iconos. FLACSO. Ecuador. # 64. Mayo, 2019 https://revistas.flacsoandes.edu.ec/iconos/ article/view/3764/2617 13 «Transitar por el humanismo en la historia de la filosofía en América Latina» Cultura latinoamericana. Revista de estudios interculturales, Universi- dad Católica de Colombia-Fondazione I.S.L.A per gliStudi Latinoamericani, Salerno-Bogotá. Planeta, Bogotá, Julio-diciembre 2014, vol. 20, núm. 2, pp. 321-349. https://editorial.ucatolica.edu.co/ojsucatolica/revistas_ucato- lica/index.php/RevClat/article/viewFile/1657/1535 14 https://it.scribd.com/document/254937953/Guadarrama - Pablo-Marxismo-y-AntiMarxismo-en-America-Latina
  • 29. 28 Carlos Rojas Osorio Estrada Álvarez, Ricardo Sánchez Ángel, Hernán Ortiz Rivas, Carlos Eduardo Maldonado, Leonardo Tovar, Javier Ocampo López, Luis Bernardo Díaz, Diego Jaramillo, Clemencia Bonilla, Patricia Suárez, Damián Pachón Soto, Franklin Giovani Púa, Manuel Guillermo Rodríguez, Cristóbal Arteta, Numas Arman- do Gil, José Gabriel Colei y otros intelectuales de ese país. Desde esa época se incrementó su participación en con- gresos de filosofía y ciclos de conferencias en varias universi- dades peruanas como la Universidad Mayor de San Marcos, la Universidad Nacional de Trujillo, donde se le otorgaría el doctorado Honoris Causa en Educación y la Universidad Ri- cardo Palma, que le nombró Profesor Honorario, de ahí que se fortalecieran nexos amistosos académicos con Francisco Miró Quesada, María Luisa Rivara de Tuesta, David Sobrevi- lla, Edgar Montiel, Miguel Giusti, Víctor Baltodano, y Mario Mejía Huamán, entre otros. Desde fines de los años ochenta comenzó a participar en congresos en Estados Unidos de América y a ofrecer conferen- cias en algunas universidades de ese país como la City Univer- sity of New York, Queen College of New York, Frostburg State University, Johns Hopkins University, Universidad de Florida y Universidad de Miami en la que establecería fructíferas rela- ciones con algunos investigadores entre ellos, Bob Stone, Cliff Durand, Ofelia Schutte, Ernesto Sosa, Jorge Gracia, Antonio Correa Iglesias y José Luis Gómez Martínez. A partir de los años noventa frecuentaría también universi- dades venezolanas invitado a congresos o a impartir ciclos de conferencias, entre ellas la Universidad Central de Venezuela, la Universidad del Zulia, la Universidad de los Andes, etc., por lo que fortalecería nexos de amistad con José Rafael Núñez Te- norio, Carmen Bohórquez, Omar Muñoz, Lino Morán, Edgar Figuera, Ricardo Rojas y Carmen García Guadilla, entre otros. Las particularidades de la filosofía de la liberación ocupa- rían su atención, junto a su grupo de investigación. Por ello se propuso junto con Horacio Cerutti y Raúl Vidales organizar un encuentro con las principales personalidades de la filo-
  • 30. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 29 sofía y la teología de la liberación. La Universidad de Juárez patrocinó en 1989 el encuentro. Allí estuvieron, entre otros, Gustavo Gutiérrez, Enrique Dussel, Francisco Miró Quesada, Arturo Andrés Roig y Raúl Fornet-Betancourt. Este congre- so tendría una significación especial al posibilitar el análisis de las confluencias y especificidades de ambas corrientes de pensamiento, así como su trascendencia. También fue miem- bro del comité organizador del Congreso Internacional de Filosofía que se realizaría en 1987, en Córdoba, Argentina. A partir de ahí se inició una estrecha colaboración con Arturo Andrés Roig y Hugo Biagini. Posteriormente se ampliaron estas relaciones en la Universidad de Cuyo y la Universidad de Buenos Aires, especialmente con Adriana Arpini, Maritza Muñoz, Dante Ramaglia, Dina Picotti, Alcira Bonilla, Atilio Borón y Fernando Buenabad, con quienes ha compartido en congresos, conferencias y publicaciones. También a partir de esos años ofrecería con frecuencia ciclos de conferencias en la Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad Autónoma del Estado de México, etc. Estas estancias académicas dieron lugar a entrañables relaciones intelectuales y de amistad con María del Carmen Rovira, Adolfo Sánchez Vázquez, Enrique Dussel, Gabriel Vargas Lozano, Horacio Cerutti, Alberto Sala- dino, Manuel Velázquez, Roberto Acevedo, Adalberto Santana, José Guadalupe Gandarilla, entre otros. A partir de 1992 cuando participa en el Simposio «La utopía de América» efectuado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y posteriores congresos de filosofía en di- cha universidad establece frecuentes nexos de intercambio y amistad con Ángel Moreta, Federico José Álvarez, Lusitania Martínez, Julio Minaya, Andrés L. Mateo, Mario Bonetti y otros intelectuales dominicanos y cubanos residentes en ese país, como Mabel Artidiello, María Isabel Martínez Morera, Carlos Rodríguez Almaguer y Elíades Acosta Matos. En los años noventa impartió conferencias en varias uni- versidades de España, entre ellas la Universidad Complutense,
  • 31. 30 Carlos Rojas Osorio Universidad Autónoma de Madrid, Universidad Pompeu Fabra, Universidad de Oviedo, Universidad de Granada, Universi- dad de Salamanca, Universidad de Santiago de Compostela, Universidad de Sevilla, etc. Por lo que estableció frecuentes intercambios intelectuales, algunos de los cuales devinieron en amistosas relaciones, con Carlos París, Gustavo Bueno, José Luis Abellán, Antonio Jiménez, Francisco Fernández Buey, Pedro Ribas, Ángel Esteban del Campo, Juan Nicolás, Rubén Martínez Dalmau, Moisés González, Manolo Monereo y otros. Además de las anteriormente mencionadas ha dictado conferencias y cursos en varias universidades e instituciones culturales de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Nicaragua, República Popular China y Japón en las que ha presentado resultados de sus in- vestigaciones filosóficas, especialmente de América Latina. En la Universidad Central «Marta Abreu» de las Villas, Pa- blo Guadarrama dirigió un comité para la creación de un Docto- rado en Pensamiento Filosófico Latinoamericano y como con- secuencia de esa labor en 2006 se iniciaron sus cursos. Como bien comenta Alberto Saladino: Entonces tenemos que a Pablo Guadarrama González puede identificarse como uno de los forjadores de la profesionali- zación de los estudios sobre historia de la filosofía latinoa- mericana. De modo que el resultado de ese compromiso aca- démico explica la existencia de toda una comunidad cubana dedicada al estudio de la filosofía cubana y latinoamericana con perspectiva histórica entre quienes se encuentran José Ramón Fabelo, Carmen Gómez, Teresa Machado, Olivia Miranda, Isabel Monal, Daysi Rivero, Miguel Rojas, Antonio Sánchez, Gustavo Serpa, Eduardo Torres, Félix Valdés, etc.15 15 Saladino, Alberto, «Pablo Guadarrama, historiador de la filosofía latinoame- ricana», Cultura latinoamericana, vol. 19, núm. 1, enero-junio de 2014, p. 27. https://editorial.ucatolica.edu.co/ojsucatolica/revistas_ucatolica/index. php/RevClat/issue/viewFile/116/28
  • 32. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 31 Toda su obra se relaciona con la filosofía latinoamericana y en Cuba,16 como se aprecia en el libro de su grupo de investi- gación El pensamiento filosófico en Cuba. Siglo XX (1900-1960).17 La publicación en Venezuela en el 2008 de Pensamiento filosófico Latinoamericano en tres volúmenes y en una nueva edición am- pliada en Colombia en el 201218 constituye una síntesis muy bien lograda de su idea juvenil de escribir una historia de la filosofía en América Latina. Como observa Rita María Buch, el filósofo cubano conoce muy bien la historia de la filosofía occidental. El dominio de la historia de la filosofía universal en general y de latinoamericana en particular, con sentido holístico, que ha alcanzado Pablo Guadarrama a lo largo de muchos años de esfuerzo y dedicación, unidos a su especial talento, a su gran laboriosidad y a su pasión intensa por el pensamiento de la que Martí llamó nuestra América, hacen de este destacado intelec- tual cubano un ejemplo a seguir por sus colegas, tanto en Cuba como en América Latina.19 16 Guadarrama, Pablo, «Principales etapas y rasgos de la filosofía en Cuba» Filosofía y sociedad, Editorial Félix Varela, La Habana, 2005. Cuadernos de Filosofía Latinoamericana, Universidad de Santo Tomás, Bogotá, 2009. vol. 30, núm. 100, pp. 59-96. https://revistas.usantotomas.edu.co/index.php/cfla/ article/view/695/974 17 Colectivo de autores dirigido por Pablo Guadarrama y Miguel Rojas, El pen- samiento filosófico en Cuba. Siglo XX. (1900-1960), Universidad Autónoma del Estado de México, 1995, Editorial Félix Varela, La Habana, 1998, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2002 y 2018. 18 Guadarrama, Pablo, Pensamiento Filosófico Latinoamericano. Humanismo, método e historia. Universitá degli Studi di Salerno-Universidad Católica de Colombia -Planeta, Bogotá, 2012, tomo I, tomo II, 2012 y tomo III, 2013. https://www.ensayistas.org/filosofos/cuba/guadarrama/textos/Pensa- miento%20I.pdf;https://www.ensayistas.org/filosofos/cuba/guadarrama/ textos/Pensamiento%20II.pdf;https://www.ensayistas.org/filosofos/cuba/ guadarrama/textos/Pensamiento%20III.pdf 19 Buch Sánchez, Rita María, «Perfil de Pablo Guadarrama», Cultura Lati- noamericana, Bogotá, Universidad Católica de Colombia, vol. 19, núm. 1, enero-junio 2014, pp. 95-96. https://editorial.ucatolica.edu.co/index.php/ RevClat/article/view/1662
  • 33. 32 Carlos Rojas Osorio Su labor en la gestación y desarrollo del grupo de investi- gación sobre pensamiento filosófico cubano y latinoamericano de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, que le implicó en la dirección de varios libros colectivos de ese grupo y la dirección de tesis doctorales conllevó el cultivo de vínculos de amistad, más allá del plano académico con Miguel Rojas Gómez, Jorge García Angulo, Rafael Plá León, María Teresa Vila Bormey, Lidia Cano Obregón, y Edgar Romero Fernández, entre otros. Similares nexos ha cultivado con otros colegas y amigos de la Universidad de la Habana como Jorge Núñez Jover, Rita Buch, Thalía Fung, Carlos Delgado, Pedro Wilson, del Instituto de Fi- losofía como Isabel Monal, Olga Fernández Ríos, Yohanka León y Félix Valdés, así como de otras universidades e instituciones culturales cubanas como Pedro Pablo Rodríguez, Enrique Ubie- ta Gómez, Fernando García Bielsa, Mirta Casaña Díaz, Orlando Florián, José Antonio Soto, Sonia Díaz, Josué de Quesada, Rebeca Murga, Lorenzo Lunar, y muy especialmente con quien fuera su profesor Juan Virgilio López Palacio, entre otros. Esto demuestra que Pablo Guadarrama ha sabido cultivar junto a una fructífera vida intelectual profundas relaciones de amistad no solo con su país natal, sino en numerosos países donde se ha desarrollado su labor filosófica, poniendo de ma- nifiesto la validez del criterio de José Martí según el cual «No se pueden hacer grandes cosas, sin grandes amigos».20 Dada su valiosa producción intelectual ha recibido en su país varios reconocimientos y premios de la Academia de Ciencias de Cuba, donde en 1998 fue elegido Académico Titular, Profesor de Mérito de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Hijo Ilustre de la Ciudad de Santa Clara, así como otras distin- ciones en varios países, entre ellas: en Perú, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Trujillo y Profesor Hono- rario de la Universidad Ricardo Palma; Miembro de Honor de la Asociación Dominicana de Filosofía; Miembro Honorario de 20 Martí, José, «La exhibición sanitaria», La América, Nueva York, mayo 1884, Obras Completas, Ciencias Sociales, La Habana, tomo 8, p. 437.
  • 34. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 33 la Asociación Iberoamericana de Filosofía Práctica; Académico de la Universidad de Estudios Extranjeros de Hebei, Repú- blica Popular China y en Colombia, Profesor Honorario de la Universidad INCCA de Colombia, Premio Sapientia Edificabit Civi Domun Universidad Católica de Colombia, e Investigador Emérito del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Aunque en 2009 Pablo Guadarrama se jubiló, sin embargo, continúa con una muy activa y constante participación en la vida académica e intelectual cubana, como invitado permanente del Consejo Científico de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, profesor del Doctorado en Filosofía y de la Maestría en Ciencia Política y asesor del grupo de investigación de pensamiento filosófico latinoamericano. También es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, por lo que con frecuencia imparte conferencias y realiza presentaciones de sus libros en varias universidades cubanas. Desde 2010 colabora como profesor con la Maestría en Estudios Políticos Latinoame- ricanos y con el Doctorado en Relaciones Políticas Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia. En el 2012, el profesor Antonio Scocozza lo vincula con la Maestría de Ciencia Política de la Universidad Católica de Colombia en convenio con la Universidad de Salerno (Italia), donde dicta, hasta el presente, los cursos sobre Pensamiento Político Latinoamericano y Tesis. Con esta última universidad publicó, en colaboración con Domenico Maddaloni, Le origi- nidella sociologia in America Latina: Eugenio María de Hostos e Enrique José Varona (2016). También en italiano, auspiciado por la Universidad de Calabria publica un volumen intitulado Filosofía política Umanesimo in America Latina, (2018)21 prolo- gado por Fortunato Cacciatore.22 Posteriormente se publicó 21 Rojas Osorio, Carlos, «Pablo Guadarrama: Filosofia politica e umanesimo in America Latina» https://editorial.ucatolica.edu.co/ojsucatolica/revistas_ ucatolica/index.php/RevClat/article/view/2748/2527 22 Endrizzi, Dimitri, Pablo Guadarrama González. Filosofia Politica: Umanesimo in America Latina, Guida Editori, Napoli, 2018, Altre Modernitá, núm. 21 Maggio, 2019, pp. 374-378. https://riviste.unimi.it/index.php/AMonline/ article/view/11703/10998
  • 35. 34 Carlos Rojas Osorio su libro Filosofia e filosofia sin mas. Filosofia, cultura e politica in Ispanoamerica, prologado por Giovanna Scocozza y Mariarosaria Coluciello.23 En los últimos años sus frecuentes estadías académicas en Italia han dado lugar a nuevos encuentros con varios intelectua- les de ese país con los que mantenía amistosas relaciones desde los años noventa, entre ellos, Gianni Vattimo, Giuseppe Cacciatore y Antonio Scocozza así como algo más reciente con Domenico Maddaloni, Rosa María Grillo, Romolo Santoni, Ilaria Magnani, Rita Tartaglione, Emilia Perassi, Roberto Camaratta, Giuseppe Dangelo, Diego Simini, Pio Colonello, Michele Porciello y otros. Su ya prolongada presencia en Colombia ha contribuido a interesarse en la filosofía en este país, tema al cual dedica su libro Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia (2017),24 y en amplias referencias en muchos otros de sus libros. Rita Buch observa que: «Otro de los rasgos más destacables de su personalidad intelectual es la creación de grupos de trabajo, así como la proyección de su obra y la docencia en el extranjero, donde ha representado durante muchos años, y representa digna- mente a la academia cubana».25 Un ejemplo de ello es el que sigue: su profundo interés en el humanismo le condujo a gestar y coor- dinar un grupo de investigadores de la mayor parte de los países latinoamericanos26 con objetivo que se estudiasen los autores más representativos del humanismo, en sus reflexiones sobre la condi- ciónhumana,temasobreelcualhaelaboradoreflexionespropias.27 23 Porcielle, Michele, «Filosofia e Filosofia sin más. Filosofia, Cultura e Politica in Ispanoamerica, Napoli, Guida editori, 2020», Confluenze. Rivista de Studi Iberoamericani, Boloña, 2021. https://confluenze.unibo.it/issue/current 24 Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia. Universidad de Santo Tomas, Bogotá, 2017. http://cecies.org/imagenes/edicion_685.pdf 25 Buch Sánchez, Rita, «Perfil de Pablo Guadarrama», Cultura Latinoamericana, Bogotá, Universidad Católica de Colombia, vol. 19, núm. 1, enero-junio 2014, pp. 95-96. https://editorial.ucatolica.edu.co/ojsucatolica/revistas_ ucatolica/index.php/RevClat/issue/viewFile/116/28 26 «El pensamiento latinoamericano del siglo XX ante la condición humana». https://www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/ 27 Guadarrama, Pablo, «Introducción a la condición humana» https:// bioethics.miami.edu/_assets/pdf/ethics/Documents/Cuba/pdf/Condi- cion-Humana.pdf
  • 36. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 35 Esta labor, parcialmente concluida, que abarcó la dirección de la investigación que se realizó en Cuba sobre dicha tematica,28 tuvo como resultado los tres volúmenes publicados entre el 2010 y el 2014, La condición humana en el pensamiento cubano del siglo XX.29 Numerosos investigadores de varias universidades y otras institu- ciones de su país han colaborado en esta voluminosa obra, en que él escribe los artículos relacionados con Enrique José Varona,30 Fernando Ortiz, Manuel Sanguily y Zaira Rodríguez Ugidos, ade- más de dirigir la elaboración de sus conclusiones. Trabajador incansable y diligente, Pablo Guadarrama ha hecho de la investigación filosófica un arte de vivir que le ha per- mitido el conocimiento de la filosofía latinoamericana, europea y mundial en diálogo vivo con la comunidad de investigadores que participamos en el interés continental por el humanismo, el socialismo y el latinoamericanismo. Generoso en la amistad y la colaboración no lo es menos en su entrega total a proyectos de amplia proyección como la idea del humanismo presente en cada una de las naciones hermanas a que pertenecemos. Elocuente en la palabra, entusiasta en el pensamiento, es, sobre todo, un ser humano de exquisita sensi- bilidad y compromiso con la libertad, los derechos humanos y la justicia social. 28 www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/ 29 www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/cuba 30 Guadarrama, Pablo, «Enrique José Varona ante la condición humana» Cuyo, Anuario de Filosofía Argentina y Americana, Instituto de Filosofía Argen- tina y Americana, Mendoza, vol. 19-19, año 2001-2002, pp. 13-38. http:// bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/234/guadarramaCuyo18-19.pdf
  • 37.
  • 38. 37 CAPÍTULO II LA FILOSOFÍA: SU OBJETO Y FUNCIONES Aunque la magnitud y complejidad de la obra de Pablo Gua- darrama es muy amplia, voy a introducir al lector en algunos ejes principales de su pensamiento: las funciones de la filosofía, los métodos de investigación de la filosofía latinoamericana, el huma- nismo, el marxismo, la epistemología y el pensamiento político latinoamericano. La filosofía y su complejidad. Él está muy consciente de la com- plejidad de la filosofía; para explicarla articula una serie de diez funciones:1 función cosmovisiva, función lógico-metodológica, axiológica, hegemónica, práctica-educativa, emancipadora,2 ética, ideológica, estética y humanista. Expliquemos cada una de estas funciones de la filosofía. La función cosmovisiva «le permite al hombre saber y com- prender los diversos fenómenos del Universo, incluyendo los 1 Guadarrama, Pablo, «¿Para qué filosofar? (Funciones de la filosofía)», Revista de filosofía, Centro de Estudios Filosóficos «Adolfo García Díaz», Universidad del Zulia, Maracaibo, núm. 30, 1998, Proyecto de filosofía en español, Universidad de Oviedo, pp. 109-139. http://www.filosofia.org/mon/cub/dt021.htm. 2 Guadarrama, Pablo, «La filosofía y la política en tiempos de globalización», En Memorias del I Foro Internacional de Filosofía de Venezuela, Caracas, 5-12 de julio 2005, Revista Cubana de Filosofía, Edición Digital. núm. 4. Septiembre - Enero 2006, pp. 239-254. http://revista.filosofia.cu/articulo.php?id=56.
  • 39. 38 Carlos Rojas Osorio de su propia vida, e intentar pronosticar su desarrollo».3 Desde la Antigüedad la filosofía se propuso la idea abarcadora de una comprensión del universo como totalidad. Aristóteles consideró que la filosofía se ocupa del ser en su máxima universalidad. «Tal visión totalizadora que implica despojar al ser de sus determina- ciones particulares se constituyó en característica fundamental del saber filosófico. En la Antigüedad el conocimiento científico no era suficiente para penetrar en las esferas específicas de la reali- dad y en su lugar la filosofía intentaba abordarla en su totalidad».4 Pero incluso en la Modernidad con el desarrollo cada vez más abarcador de las ciencias particulares, la filosofía cumple sus pro- pias funciones. Los positivistas pretendieron dar por superada la filosofía, o a principios del siglo XX, reducirla al solo análisis del lenguaje de la ciencia; pero a pesar de todo ello la filosofía ha mantenido su actualidad de saber universal y global. Guadarrama la considera como «función cosmovisiva»; Aristóteles la deno- minó «filosofía primera», que luego por casualidad cristalizó en «metafísica»; pero hoy se prefiere denominarla «ontología», para no suponer realidades ultraterrenas. Desde el materialismo fue Feuerbach quien tomó conciencia de la globalidad de la filosofía: «La filosofía es el conocimiento de lo que es. La ley suprema de la filosofía, su más alta misión, consiste en pensar y conocer las cosas y seres tal y como ellos son. Lo que es tal como es, por lo tanto, lo verdadero expresado verdaderamente».5 La función lógica y metodológica cumple una tarea episte- mológica de examen, juicio y análisis riguroso de los fenómenos. También desde su perspectiva epistemológica argumenta la validez de la dialéctica materialista, que no se debe confundir con el materialismo dialéctico propagado bajo el estalinismo. 3 Guadarrama, Pablo, Democracia y derechos humanos: visión humanista desde América Latina, Bogotá, Taurus Penguin-House, 2016, tomo I, p. 25. 4 Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, Bo- gotá, Biblioteca Colombiana de Filosofía, Universidad Santo Tomás, 2017, p. 21. 5 Feuerbach, Ludwig, «Tesis provisionales para la reforma de la filosofía». En Dominic. E. y otros, Antología de la Filosofía Clásica Alemana, La Habana, Cuba: Universidad de La Habana, 1985, p. 60.
  • 40. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 39 Somete a juicio crítico los principales tipos de reduccionis- mos epistemológicos. El materialismo, a su juicio, si no pre- supone la dialéctica se torna reduccionista y esta no debe ser idealista como en el caso de Hegel, pues el idealismo es un reduccionismo al pretender explicarlo todo a partir de la idea. Bien consideró Marx que es necesario valorar adecuadamente el núcleo racional de la dialéctica y en tal sentido el filósofo cubano plantea que este «Legó una recomendación metodoló- gica que en la actualidad sigue siendo válida. La investigación científica se debe emprender desde el nivel más alto de desa- rrollo de un fenómeno, para comprender mejor las etapas que le antecedieron, y de ese modo el rigor lógico se impondrá al método histórico, aun cuando se haya comenzado desde sus primeras manifestaciones».6 A lo anterior añade que Marx fundamenta una ciencia crítica cuyo objeto es el estudio de la sociedad y de la historia, pero también es un revolucionario que nos hace tomar con- ciencia crítica de la distorsión que ese mundo capitalista crea en nosotros (burgueses o proletarios) y de la necesidad de una lucha para superar los liberalismos y neoliberalismos que hoy agobian el planeta. En su libro, Pará que sirve la epistemología a un investigador y a un profesor (2018), Guadarrama recorre las más diversas teorías de la ciencia y del conocimiento desde una perspectiva compleja, dialéctica y holística. No se observa escepticismo en su perspec- tiva, aunque valore a la duda como un momento imprescindible del proceso cognoscitivo, por el contrario, se aprecia en él una confianza en la racionalidad humana, en la inteligencia, en el conocimiento y en la verdad objetiva. A su juicio, los ataques a la razón, como en el posmodernismo, ponen en peligro incluso la supervivencia humana. La función axiológica permite apreciar el significado y actitud ante los fenómenos, pues se trata del estudio de los valores éticos y 6 Guadarrama, Pablo, Para qué le sirve la epistemología a un investigador y a un profesor, Bogotá, Cooperativa del Maestro, 2018, p. 214.
  • 41. 40 Carlos Rojas Osorio estéticos. Se remite a Kant para la conciencia de este saber acerca de los valores. «Agradable llámase a lo que deleita; bello a lo que place; bueno, a lo que es apreciado, aprobado, es decir, cuyo valor objetivo es asentado».7 Dentro de esta función axiológica entra sin duda la ética. La función ética: «el nexo entre filosofía y virtud se apreció tanto en Oriente antiguo, China, India, y otros, como en Grecia, desde sus primeras manifestaciones».8 Así en Confucio se revela un humanismo social, mientras en «El budismo y el epicureísmo se destacaron en la antigüedad por sus respectivas propuestas de actitud a asumir por los hombres para que alcanzasen mayores gra- dos de libertad, al propiciar fórmulas intelectuales para superar el temor a la muerte, a las enfermedades, al dolor o a los dioses».9 Destaca también una función estética de la filosofía «que desempeña al tratar de establecer criterios sobre el gozo, el disfrute, deleite, gusto y estimulación del ser humano ante sus creaciones y las de la naturaleza».10 Junto a lo verdadero y lo bueno, lo bello ha estado presente en la filosofía desde la Anti- güedad, ya que «Algún criterio de belleza y de satisfacción del gusto ha estado presente en la articulación de las ideas filosófi- cas más exigentes».11 Platón busca la belleza en la simetría y el orden, también lo hace Aristóteles «tomando como referencia presupuestos eminentemente humanos».12 La función estética ha hecho presencia también en la filosofía latinoamericana hasta el día de hoy, así por ejemplo, el jesuita mexicano del siglo XVIII Benito Díaz de Gamarra definía la filosofía como la ocupación en la actividad humana relacionada con lo verdade- ro, lo bueno y lo bello. 7 Kant. Inmanuel, Crítica de la razón pura, La Habana, Cuba: Editorial Ciencias Sociales, 1973, p. 90. 8 Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición citada, p. 43. 9 Guadarrama, Pablo, «¿Para qué filosofar?» Funciones de la filosofía, en Filosofía y sociedad, La Habana, Editorial Ciencias Sociales, 2000, p. 61. 10 Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición citada, p. 47. 11 Idem. 12 Idem.
  • 42. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 41 La función hegemónica «orientada a que el hombre domi- ne y controle sus condiciones de vida».13 Llama la atención esta función hegemónica, pero según su aclaración considero que se refiere a la idea de cultura. En efecto, para él la cultura implica «el grado de dominación por el hombre de las condiciones de vida de su ser, de su modo histórico concreto de existencia, lo cual implica de igual modo el control sobre su conciencia y toda su actividad espiritual, posibilitándole mayor grado de libertad y beneficio a su comunidad».14 La función práctico-educativa promueve el desarrollo y trans- formación del ser humano. Un momento especial en la antigüedad en que se puso de ma- nifiesto la articulación entre la filosofía y sus funciones prácticas fue en el periodo helenístico y en particular en la época romana. Tanto estoicos como epicúreos constituyeron mues- tras evidentes de cómo la filosofía debía ser a la actuación prác- tica de cada individuo ante la naturaleza, lo sobrenatural, la vida política, moral, jurídica, entre otras, de aquellos tiempos.15 En la Edad Media esa función práctica queda instrumen- talizada en la religión, mientras que en la filosofía moderna se acrecienta esta función práctica, pues es la época en que comienzan a florecer las utopías que demandan transforma- ciones radicales de la realidad social, así Tomás Moro con Utopía, Francis Bacon con la Nueva Atlántida, La ciudad del sol de Campanella. Lo mismo ha sucedido en la filosofía latinoa- mericana. Esto se aprecia en el filósofo venezolano Andrés Bello quien afirma: «El objeto de la filosofía es el conoci- miento del espíritu humano, y la correcta dirección de sus 13 Ibidem, p. 25. 14 Guadarrama, Pablo, «Cultura», Diccionario del pensamiento alternativo, Hugo E. Biagini y Arturo A. Roig (directores), UBA, Buenos Aires, 2009, p. 140. 15 Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición citada, p. 37.
  • 43. 42 Carlos Rojas Osorio actos».16 La Ilustración tanto europea como latinoamericana exigieron de la razón ponerse al servicio de la utilidad social. «Luces y virtudes» demandaba Simón Bolívar y también su maestro Simón Rodríguez haciéndose eco del llamado ilumi- nista de la revolución francesa. Pero la mayor exigencia de que la filosofía se oriente hacia la praxis la plantea Karl Marx cuando afirma «Hasta ahora los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos, de lo que se trata es de transformarlo».17 Esto se expresa también al sostener: «Así como la filosofía encuentra en el proletariado sus armas materiales -sostenía en 1843- el proletariado encuentra en la filosofía sus armas espirituales». Y al respecto comenta Gua- darrama: «Este sería uno de los ejes de las vías por las cuales la filosofía podría lograr su hegemonía».18 La filosofía como arma crítica19 es la conciencia de su tiempo. «La filosofía siem- pre se ha distinguido por tratar de ser de un modo u otro la conciencia crítica de su época, sin embargo, no siempre lo ha sido en igual magnitud».20 La función emancipadora «hace factible su liberación y desalienación relativa e histórica».21 Estas funciones liberadoras las sintetiza en una definición de la filosofía. La filosofía es, ante todo, el instrumento que le posibilita al hombre ejercer una función hegemónica, de dominio y con- trol sobre el mundo natural y social, especialmente en el 16 Bello, Andrés, Filosofía del entendimiento humano, Fondo del Cultura Económica, México, 1948, p. 3. 17 Marx, Carlos, Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, La Habana, Cuba, Editora Política, 1965, p. 635. 18 Colectivo de autores Coordinadores Guadarrama, Pablo y Suárez Carmen, Filosofía y sociedad, Editorial Félix Varela, La Habana, 2000, p. 57. 19 Véase: Guadarrama, Pablo, «La eficaz función crítica de la filosofía». En Juan A. Nicolás, Sultana Wahnón, José Manuel Romero Cuevas (eds.), Crítica y Hermenéutica, ed. Comares, Granada, 2020, pp. 69-82. 20 Guadarrama, Pablo, Para qué sirve la epistemología al investigador y al profesor, edición citada, p. 233. 21 Guadarrama, Pablo, Marxismo y antimarxismo en América Latina. Crisis y renova- ción del socialismo, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2018, p. 40.
  • 44. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 43 estudio de los derechos humanos, en su vínculo con el Estado y la sociedad civil. Esta función en nada contradice a la función emancipadora y desalienadora que también debe cumplir la filosofía en distintos planos, aunque no siempre lo logre y solo puede, en ocasiones, como una encomiable intención.22 La expresión ´humanismo desalienador o liberador´ es pre- cisamente el criterio que utiliza Guadarrama para su valoración del carácter humanista de este o aquél pensador. El paradigma de ese humanismo desalienador o liberador lo encuentra en Karl Marx y en José Martí. Al inicio del tomo primero del Pen- samiento filosófico Latinoamericano nos adelanta un estudio sobre la alienación en Hegel y luego en Marx. «Todo lo que planteó Marx desde un inicio fue revelar los mecanismos reales de la enajenación humana, precisamente para superarlos de forma práctica, revolucionaria. Y para alcanzar esa labor lo primero que tuvo Marx que hacer fue comprender las limitaciones de la concepción de la enajenación, en sus antecesores».23 No hay que limitar la liberación humana de que habla Marx solo a la clase obrera, esto sería nefasto. «Su idea fue realmente comenzar la emancipación humana por el sector más urgido, a diferencia de los moralistas abstractos».24 Preguntémonos ahora qué se entiende por alienación. «Es en el trabajo humano donde Marx observará en su plenitud la enajenación. Allí distinguirá, a diferencia de Hegel, la objeti- vación que es consustancial con todo trabajo, de la enajenación propiamente dicha que considerará inherente solo a determina- das formas históricas de producción».25 Hay múltiples formas en que se manifiesta la enajenación. La propiedad privada no es la 22 Guadarrama, Pablo, Democracia y derechos humanos, visión humanista desde América Latina, 2016, tomo I, p. 74. 23 Guadarrama, Pablo, Pensamiento filosófico latinoamericano, Universitá degli Studi di Salerno-Universidad Católica de Colombia -Planeta, Bogotá, 2012, tomo I, p. 47. https://www.ensayistas.org/filosofos/cuba/guadarrama/tex- tos/Pensamiento%20I.pdf 24 Ibidem, p. 49. 25 Ibidem, p. 50.
  • 45. 44 Carlos Rojas Osorio única fuente de enajenación. Para Marx la alienación es enajena- ción de la esencia humana. Refiriéndose al pensamiento de Gua- darrama al respecto, escribe Alejandro Serrano: «La alienación deshumaniza porque confisca y destruye la libertad humana que es condición fundamental de humanidad, sea mediante la escla- vitud, la represión del poder político, o sea mediante el sistema económico que se basa en el trabajo enajenado que excluye el trabajo libre en que se realiza la condición humana».26 Función política: «Ninguna filosofía se puede reducir a que sea considerada exclusivamente como una ideología. Pero tampoco ninguna filosofía ha podido escapar a su función ideo- lógica según la cual ésta se propone orientar, disponer, mani- pular y convocar a la construcción de modelos de organización sociales».27 No es posible una filosofía desideologizada. Estudia- remos con mayor detalle esta función ideológica que inevitable- mente queda implicada en toda filosofía en el próximo capítulo. Finalmente, la función humanista «de la filosofía tiene como punto de partida la consideración de la capacidad humana para la permanente perfección de sí mismo por encima de las diferencias étnicas y nacionales existentes entre los humanos».28 Como veremos, esta función humanista de la filosofía es amplia y profundamente desarrollada por el filósofo cubano. La idea de un humanismo universal se fragua en el renaci- miento europeo, que se plantea rescatar la dignidad humana, por ello se presenta como una «fe en los valores humanos hechos para el hombre».29 El humanismo, a su juicio, no es ho- mogéneo, pues se propone defender al ser humano como valor fundamental de todo lo existente, pero lo hace en diferente 26 Serrano Caldera, Alejandro, «Pablo Guadarrama y el pensamiento latinoa- mericano», Cultura Latinoamericana, Bogotá, Universidad Católica, vol. 19, núm. 1, enero-junio, 2014, p. 126. https://editorial.ucatolica.edu.co/ojsu- catolica/revistas_ucatolica/index.php/RevClat/article/view/1665/1543. 27 Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición citada, p. 45. 28 Ibidem. p. 59. 29 Toffannin, Giuseppe, Historia del humanismo desde el siglo XIII hasta nuestros días. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Nova, 1953, p. 514.
  • 46. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 45 grado. Guadarrama sostiene la existencia de un «humanismo práctico» en José Martí, pero que necesita también de la teoría. Bien planteó Einstein que no hay nada más práctico que una buena teoría. Sostenía Lenin que sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria o para expresarlo con las bellas palabras de Martí: «Pensar es servir».30 El humanismo lo encuentra Guadarrama a lo largo y ancho del planeta. Así por ejemplo, enfatiza el humanismo del pensa- miento oriental. «Confucio y sus discípulos rechazan toda espe- culación sobre el universo para, como explica Granet: hacer del hombre el objeto de su propio saber».31 Desde luego, en la Grecia antigua el humanismo es sobresaliente. «Cuando Jenófanes evidenciaba que los seres humanos de las distintas culturas han imaginado a sus dioses con los rasgos antropomórficos de los habitantes de las regiones que hablaban… preparaba el camino de Epicuro y en especial el de Feuerbach y Marx, para análisis superiores de la experiencia religiosa. Pero su labor no fue de simple constatación sino también de sugerencia para que la acción humana no cesara en su incansable búsqueda».32 El marxismo. Guadarrama ha defendido la actualidad de la filosofía marxista más allá de la crisis del socialismo33 vivida en las pasadas décadas finiseculares. Desde esta perspectiva ha estudiado y cuestionado el posmodernismo, pues este novel movimiento tiende a obliterar los valores de igualdad y fraternidad, y a sembrar una profunda desconfianza en las identidades culturales y nacionales. También se ha ocupado de estudiar el pensamiento socialista34 y 30 Martí, José, «Nuestra América», El Partido Liberal, México, 30 de enero de 1891, Obras Completas. Ciencias Sociales, La Habana, 1975, t. 6, p. 22. 31 Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición citada, p. 51. 32 Ibidem, p. 53. 33 Guadarrama, Pablo, Antinomias de la crisis del socialismo, Editora Política, La Habana, l992. http://biblioteca.filosofia.cu/php/export. php?format=htm&id=1373&view=1. 34 Guadarrama, Pablo, «El socialismo en el pensamiento latinoamericano: de la utopía abstracta a la utopía concreta» en Taller Bogotá, Septiembre 2007, núm. 19, p. 111-125. http://biblioteca.filosofia.cu/php/export. php?format=htm&id=2402&view=1.
  • 47. 46 Carlos Rojas Osorio el marxismo latinoamericano,35 especialmente en José Carlos Mariátegui, Aníbal Ponce, Julio Antonio Mella, Juan Marinello, José Revueltas, Ernesto Che Guevara, Antonio García Nosa, Esta- nislao Zuleta, entre otros. En cuanto a la crisis del socialismo, sostiene que fue un cierto modelo de socialismo el que fracasó, pero no toda forma de socialismo. Guadarrama ve las causas del fracaso por una parte en la insu- ficiente elaboración teórica marxista que no puede sostener y encausar el cambio socialista, aunque en la misma medida no se tomaron en consideración plenamente los resultados. Gua- darrama anota que la experiencia de la crisis del socialismo de- muestra que toda teoría guarda una estrecha relación entre sus etapas de desarrollo y las realizaciones que de ellas emanen.36 El socialismo es un ideal trascendental que responde a las preguntas kantianas sobre lo que puedo conocer, debo hacer y me es permitido esperar. El filósofo cubano defiende la cientifici- dad de las explicaciones marxistas del desarrollo de la sociedad; sostiene también la importancia de la práctica en los procesos de conocimiento y finalmente revela el papel de los mecanismos de enajenación en las sociedades capitalistas. Asimismo, el investigador cubano ha defendido el marxismo de los ataques frecuentes que se le han hecho después de la caída del socialismo real. Sobre este aspecto puede observarse en su libro: Humanismo, marxismo, y posmodernidad, Premio de la Crítica del Instituto Cubano del Libro en 1998. Desde el estructuralismo, incluyendo al marxista Louis Althusser, y el pos- modernismo se ha propagado el antihumanismo del marxismo. 35 Guadarrama, Pablo, «Situación actual del marxismo en América Latina», Cuadernos Hispanoamericanos, Agencia Española de Colaboración AECI, Madrid, núm. 627, sep. 2002, pp. 55-63. http://biblioteca.filosofia.cu/php/ export.php?format=htm&id=2554&view=1. 36 Valdés, Félix y León del Río, Yohanka, «Pablo Guadarrama», en Clara Alicia Jalif de Bertranou (compiladora), El latinoamericanismo filosófico contemporáneo, Mendoza, Universidad del Cuyo, 2001, p. 111.
  • 48. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 47 Naturalmente Guadarrama convencido humanista no podía aceptar tales corrientes de pensamiento por novedosas que parezcan. Sobre su posición de defender el socialismo como pensa- miento alternativo escribe Hugo Biagini: Pablo Guadarrama, durante su magisterio por la sede central de la Universidad Pedagógica y Tecnológica colombiana en un precursor ensayo –documentado y concluyente- sobre las alter- nativas emancipadoras ante el arrasamiento neoliberal, no dejó de alertar contra los prejuicios sectarios que intentan doblegar la realidad a las propias concepciones interpretativas.37 Biagini lo alinea con pensadores como el mexicano Pablo González Casanova y el portugués Boaventura De Sousa Santos. Al momento de definir la filosofía y su objeto mantiene sabiamente todas las funciones, temas y problemas que su mile- naria tradición, desde la China, la India y Grecia ha considerado fundamentales. La presentación de las funciones del filosofar es exhaustiva y bien explicada, y se esfuerza en cada caso en mostrar los autores, los países, las épocas o periodos históricos en los cuales se ha manifestado de modo sobresaliente cada función. Sin duda la idea nuclear es que la filosofía (y el saber humano) debe proporcionarnos el mejor conocimiento de la realidad en función de su posible transformación. Interpretar para transformar. Concluyamos, pues, con sus propias palabras: «Una filosofía auténtica es aquella que contribuye a que el hom- bre alcance, en las circunstancias específicas en que se gesta, mayores grados de dominio sobre el mundo que lo rodea y sobre sí mismo. No todas las filosofías cumplen cabalmente esta fun- ción, aunque todas de algún modo lo plantean».38 37 Biagini, Hugo «O democracia o neoliberalismo», Cultura Latinoamericana, Bogotá, Universidad Católica, vol. 19, núm. 1, enero-junio, 2014, p. 101. file:///C:/Users/Pablo/Downloads/1663-7039-1-PB.pdf. 38 Guadarrama, Pablo «¿Para qué filosofar? Funciones de la filosofía» en Filosofía y sociedad, edición citada, 2000, pp. 62-63.
  • 49.
  • 50. 49 CAPÍTULO III EL MÉTODO EN LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA El filósofo cubano es muy consciente del método necesario para el estudio de la filosofía y en especial el estudio de la filoso- fía latinoamericana. Explicita que es necesario partir del hecho de que en Latinoamérica ha existido una producción de ideas filosóficas o un pensamiento filosófico. Sin esta asunción no sería posible internarse en una tarea tan vasta como la que él nos presenta. «Más allá de la vieja controversia sobre la existencia o no de una filosofía latinoamericana propiamente dicha parece existir consenso al menos entre la mayor parte de los investiga- dores del asunto en reconocer que ha habido producción de ideas filosóficas en esta parte de América, también controvertida en cuanto a su denominación de latina».1 1) El primer paso de la investigación es, pues, la constatación de un hecho: ha habido producción filosófica en Latinoamérica. Latinoamérica se refiere «al ámbito cultural» «que se constituye desde la conquista y colonización europea en los territorios domi- nados por los españoles y portugueses».2 La producción de ideas 1 Guadarrama, Pablo, Pensamiento filosófico latinoamericano. Humanismo, método e historia, Universidad de Salerno-Universidad Católica de Colombia-Planeta, 2012, tomo I, p. 71. 2 Idem.
  • 51. 50 Carlos Rojas Osorio filosóficas en Nuestra América puede, pues, considerarse «en un sentido amplio, expresión de la filosofía latinoamericana».3 Guadarrama anota enseguida el hecho según el cual hay tam- bién discusión acerca de si hubo ideas filosóficas «en las culturas originarias más avanzadas». 2) Si debatimos sobre la existencia de una filosofía latinoa- mericana es necesario partir de que sea efectivamente filosofía. «Lo que hace que un pensador o una idea forme parte de la his- toria de la filosofía latinoamericana es en primer lugar el rigor teórico de su producción intelectual. Solo en segundo lugar la condición de producirse de algún modo articulado a la herencia cultural latinoamericana».4 Existen unas exigencias metodológi- cas, epistemológicas, axiológicas que son necesarias al filosofar de cualquier parte del mundo. En la actualidad asistimos a la profesionalización de la mayor parte de los «ejecutivos de la filo- sofía» en nuestros países. La filosofía exige, como diría Hegel, el trabajo del concepto; es decir, una práctica de racionalidad. De ahí que Guadarrama considera que el pensamiento amerindio solo llegó al «umbral de la filosofía», pero que a partir del mito se puede hacer una reflexión filosófica. En la reseña que hace Dante Ramaglia de Pensamiento filosófico latinoamericano considera que hay otras opiniones diferentes sobre este aspecto, y alude a los trabajos contenidos en la obra colectiva dirigida por Enrique Dussel, Carmen Bohórquez, Pensamiento filosófico latinoamericano y del Caribe (2009).5 Los estudiosos de la mitología griega suelen entender por muthos el relato de la vida de los dioses. Esta parece ser también la concepción del filósofo cubano: «Esta búsqueda de las deter- minaciones del Ser sobre bases eminentemente lógicas que ya se diferenciaban de cualquier deidad, constituyen el salvoconducto 3 Idem. 4 Ibidem, p. 42. 5 Ramaglia, Dante, «La filosofía latinoamericana como humanismo. Reflexión a partir de Pablo Guadarrama», Anuario de Filosofía Argentina y Americana, Cuyo, vol. 33, núm. 2, 2016, pp. 71- 92. http://www.scielo.org.ar/scielo. php?script=sci_issuetoc&pid=1853-317520160002&lng=es&nrm=iso
  • 52. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 51 principal para la entrada en el reino de la filosofía».6 Aunque tal afirmación la plantea con relación a algunos pensadores orientales, es obvio que resulta válida también para el proceso de surgimiento de la filosofía griega. León Portilla encuentra la filosofía de los aztecas en la poesía nahualt. Desde luego, y como posteriormente se observará cuando se analicen sus ideas sobre la democracia y los derechos humanos, el pensador cubano re- conoce profundas contribuciones del pensamiento amerindio, en la poesía, en la astronomía, en la educación y en el modo de organizar el Estado. 3) La historicidad de la filosofía. «El principio de historici- dad en la investigación histórico-filosófica presupone tomar en consideración la época histórica en que aparecen determinadas ideas, como reflejo de esas condiciones, pero no como simple imagen pasiva de éstas».7 Agrega que, a pesar de los desfases eco- nómicos en cuanto a desarrollo, sin embargo, ello no impide que los pensadores se planteen ideas que responden al nivel del pensamiento universal tal como se reflejaría en los países de ori- gen del pensador. 4) «Hay que partir de la existencia de una lógica interna en el pensamiento de cada filósofo latinoamericano, y el análisis específico de éste indica que debe exponerse de modo tal que el enfoque preconcebido sobre la estructura y ordenamiento de sus ideas no prevalezca, pues esto afecta la objetividad y el posible carácter científico del análisis».8 Destaca una importante referencia a Federico Engels quien advierte que el método ma- terialista de análisis no es a priori o un patrón determinado, sino que debe ante todo tomar en consideración el hilo histórico, pues de no ser así se convierte en lo contrario de lo que el mate- rialismo histórico propone. 6 Guadarrama, Pablo, «Para qué sirve la filosofía», en Filosofía y sociedad, edición citada, p. 47. 7 Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición citada, p. 75. 8 Guadarrama, Pablo, Pensamiento filosófico latinoamericano. Humanismo, método e historia, edición citada, p.74.
  • 53. 52 Carlos Rojas Osorio 5) «La filosofía en América Latina no sólo ha desempeñado el papel de comprensión de su respectiva época, sino de instru- mento de toma de conciencia para la actuación práctica».9 No se trataría tanto de construir poderosos sistemas especulativos, sino de contribuir a la comprensión de las necesidades sociopolíticas en cada momento histórico. Guadarrama agrega que desafor- tunadamente existen tendencias que pretenden desideologizar la filosofía y, por ende, en convertirla en una torre de marfil «aislada de las inquietudes sociales» del país y de la época. 6) Más importante que la originalidad, a su juicio, es la auten- ticidad del pensamiento. «En la historia universal una filosofía ha sido original y auténtica cuando no ha planteado simplemente ideas nuevas, sino cuando estas se han correspondido con la exi- gencias históricas de su momento en los diferentes planos, esto es, sociopolítico, económico, ideológico, científico».10 En mu- chos casos la filosofía moderna respondió a la realidad del auge del capitalismo; en cambio, muchas filosofías contemporáneas parecieran retraerse en meros sistemas especulativos sin contac- to con la realidad histórica. «El proceso de profundización de la contradicción fundamental entre el capitalismo y el socialismo se ha reflejado directa o indirectamente en el pretendido aparti- dismo, o neutralidad ideológica, que se ha puesto de manifiesto en algunos propugnadores de una filosofía latinoamericana».11 7) Coherente con la tesis anterior, plantea la posición de algunos filósofos que niegan la existencia de una filosofía latinoamericana. Un ejemplo es el estudio de Manfred Kempf Mercado, en el cual plantea «la subestimación de las posibilida- des intelectuales de los latinoamericanos».12 8) Horacio Cerutti Guldberg ha reflexionado acerca de la periodización que se utiliza cuando se analiza el tema de la filosofía latinoamericana. La más usual periodización es: pensa- miento amerindio (o anterior a la conquista), periodo colonial, 9 Ibidem, p. 76. 10 Ibidem, p. 80. 11 Ibidem, p. 86. 12 Ibidem, p. 93.
  • 54. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 53 ilustración, pensamiento del período de la independencia nacional con respecto a España y Portugal, positivismo, roman- ticismo, marxismo, tendencias relacionadas con la filosofía del siglo XX (existencialismo, filosofía de la vida, fenomenología, estructuralismo, posmodernismo). Observa que la periodización se ha tomado o de la historia política o de una «concepción inmanente del desarrollo filosófico».13 Tanto Cerutti Guldberg como Guadarrama están de acuerdo en la idea según la cual la periodización no puede hacerse de modo exclusivo sobre la base del desarrollo filosófico. El filósofo cubano plantea que esta se- ría «una idea inadecuada».14 El filósofo argentino, residenciado en México, considera que se debe tener en cuenta la correlación entre base y superestructura (sin mecanicismo) para llegar a una adecuada periodización. Guadarrama sugiere que: «cual- quier periodización de la historia de la filosofía debe tomar en consideración el grado de desarrollo científico-técnico a escala mundial, el contexto en que se generan las ideas, los conflic- tos socioeconómicos, políticos e ideológicos entre los cuales emergen las inquietudes filosóficas».15 9) Ideología. Según su criterio la filosofía es inseparable de la ideología. Al respecto se refiere a Leopoldo Zea al destacar que este pensador: «No se lamenta, como otros, de la propensión ideológica del pensamiento filosófico latinoamericano, a la vez que, con razón, indica el sustrato ideológico de todos los siste- mas filosóficos de la humanidad».16 Explica la razón de ser de esta inclinación ideológica de la filosofía latinoamericana. «Si la filosofía latinoamericana ha inclinado siempre la balanza hacia el lado de la ideología en detrimento del aspecto científico ha sido porque las condiciones históricas han favorecido tal inclina- ción; no es por una simple cuestión vocacional o temperamental, 13 Cerutti Guldberg, Horacio, Para una metodología de la historia de la filosofía en América Latina, Universidad de Guadalajara, México 1986, p. 121. 14 Guadarrama, Pablo, Pensamiento filosófico latinoamericano. Humanismo, método e historia, edición citada, p. 121. 15 Ibidem, p. 121. 16 Ibidem, p. 97.
  • 55. 54 Carlos Rojas Osorio como en ocasiones algunos investigadores del tema pretenden atribuirle».17 Y luego abunda en este carácter ideológico de la filosofía. «La historia de la filosofía muestra cómo las grandes preocupaciones sociopolíticas han abundado más en los perio- dos y en los lugares en que más transformaciones sociales han requerido».18 A su juicio la ideología es un componente de toda filosofía. Por ideología se considera un conjunto de ideas que pueden constituirse en creencias, valoraciones y opiniones comúnmente aceptadas y que articuladas integralmente pretenden funda- mentar las concepciones teóricas de algún sujeto social (clase, grupo, Estado, país, Iglesia, partido, etc.) con el objetivo de validar algún proyecto, bien de permanencia, o de subversión de un orden socioeconómico y político, lo cual presupone a la vez una determinada actitud ética ante la relación hombre- hombre y hombre naturaleza».19 Coincide con Frederick Jameson para quien el concepto de ideología no tiene que ser negativo o peyorativo y, sobre todo, que la ideología no necesariamente está divorciada de la verdad. Asimismo, la ideología no implica por necesidad que esté opuesta a la ciencia. El componente ideológico de la filosofía tampoco tiene que ser considerado como falsa conciencia. Sin duda en algunas circunstancias la ideología puede comportarse como falsa conciencia, o conciencia in- vertida de la realidad, como plantearon Marx y Engels en su temprana obra La ideología alemana, pero ello no implica que siempre sea así. A lo largo del siglo XX se desarrolló un discurso del duelo en el que fueron declaradas muertas «las ideologías», la filosofía, la historia, el arte, etc. «Tanto la filosofía como la ideología y 17 Idem. 18 Idem. 19 Guadarrama, Pablo, Democracia y derechos humanos, edición citada, tomo I, p. 36.
  • 56. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 55 hasta la política le han celebrado múltiples entierros prematuros, en algunos casos preconizados en forma ilusoria una futura hegemonía de la moral sobre estas. Sin embargo, todas ellas se resisten a desaparecer sin antes haber cumplido sus respectivas funciones vitales».20 No resulta fácil que las ideologías desaparezcan; más bien ellas acompañarán al ser humano mientras generemos nuevos proyectos de organización social, más aún cuando los existentes gozan de abundante inconformidad, y esta parece ser inherente a la condición humana. Tampoco es previsible que los seres hu- manos dejen de inquietarse y asombrarse por las causas de todo aquello que encontramos desconocido y que, en consecuencia, la filosofía y la ciencia dejen de interesarnos. De hecho, los creado- res del término «ideología» la consideraron una «ciencia», como ocurrió con la teoría de Destutt de Tracy y de Etienne de Condi- llac. Lo cual sucedió de modo interesante en la misma época que el positivismo de August Comte creaba el término «sociología». «El poder de las ideologías es significativo cuando se empeñan en tergiversar y entorpecer el conocimiento de las relaciones realmente existentes entre los humanos, así como entre estos y la naturaleza».21 Ya Francis Bacon planteó con perfecta claridad la inclinación al error, o a lo que él denominó ídolos. Para Helvetius la ignorancia y las pasiones llevan al ser humano al error. En la Antigüedad, el Sócrates platónico diferencia entre creencias y ciencia, atribuyendo a las primeras la fuente del error. Guadarrama matiza la afirmación de Marx y Engels según la cual «las ideologías no tienen historia propia». No eran sus intereses enterrar la historia de la filosofía o del derecho o de la moral. Sus ideas estaban más bien dirigidas contra el prurito de construir sistemas teóricos apriorísticos sin ninguna base en la experiencia y en la realidad, de lo que ni siquiera se libró el socialismo soviético, por esa razón Ernesto (Che) Guevara pudo 20 Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición citada, p. 66. 21 Ibidem, p. 67.
  • 57. 56 Carlos Rojas Osorio referirse a esta especia de «escolástica marxista» para referirse ese tipo de elucubraciones sin base en la realidad. Dentro del marxismo el concepto de «ideología» evolucionó y fue más allá de la idea de ideología como falsa conciencia. Los marxistas, en sentido general, han actuado con plena conciencia del componente ideológico, político y moral de sus concepciones, y por tanto de su práctica. Por tal razón, no han considerado que algunas de las verdades en las que sientan sus ideas por ser científicas están desconectadas del componente ideológico, utópico, utópico concreto, diría Ernst Bloch, dife- renciándolo del utopismo abstracto e imposible de realizar.22 Marx estuvo consciente de que estando muy vinculada la moral a la ideología, no puede formularse una ética para todos los tiempos y todas las circunstancias como pretendía Ludwig Feuerbach porque en ese caso no son válidas para ninguna de ellas. Pero eso no debe conducir a sostener que el marxismo no tiene fundamentos éticos claros. Según Maximilien Rubel: «Marx concibe el advenimiento del socialismo a la vez como una posibilidad económica y una necesidad ética».23 El filósofo cubano se refiere al argentino Arturo Andrés Roig a propósito de la ética: «La moral de la emergencia que ha de ser reconstruida a partir de sus variadas manifestaciones provenien- tes de diversos sectores oprimidos (…) no requiere tan solo de una hermenéutica, sino que la misma ha de ser planteada como una hermenéutica crítica».24 La tesis de Max Weber sobre la neutralidad axiológica, a su juicio, es insostenible. Nietzsche no tuvo rubor en defender su transvaloración de todos los valores, francamente ideológicos. 22 Ibidem, p. 76. 23 Rubel, Maximilien, Páginas escogidas de Marx para una ética socialista. Amo- rrortu Editores, Buenos Aires, 1974, p. 33. 24 Roig, Arturo Andrés, Ética del poder y moralidad de la protesta. La moral latinoamericana de la emergencia, Universidad Andina Simón Bolívar. Quito, 2002, p. 79.
  • 58. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 57 Para Antonio Gramsci la filosofía no puede separarse de la política, pues el mero hecho de elegir una concepción del mun- do es un acto político. «Tanto la filosofía, como la ética, la ideo- logía en general, y en especial la ideología política, son expre- siones sui generis de las relaciones materiales existentes en una época de la cual se toma conciencia y se pretende apuntalarlas o renovarlas».25 La ética depende de la sociabilidad humana; así lo pensó Enrique José Varona quien contribuyó a un proyecto ético y humanista liberador, desalienador, sembrando la confianza en los seres humanos, «confianza en sus autónomas capacidades transformadoras y de superación moral».26 La eticidad humana depende de su sociabilidad y por ello el principio de la ética es la solidaridad. Ingenieros enseñó una ética contra «el hombre mediocre», criticó el imperialismo, y fundamentó la enseñanza moral en elevados ideales éticos. El uruguayo José Enrique Rodó criticó la nordomanía de algunos de nuestros pensadores posi- tivistas y defendió una ética de superación personal y un élan de perfección. Pablo Guadarrama considera que «El humanismo en el pen- samiento latinoamericano se ha hecho más patente cuando las circunstancias históricas lo han demandado».27 Así en el caso de José Martí el humanismo latinoamericano adquirió una dimen- sión mucho más concreta «pues va por la dignificación de los po- bres de la tierra»,28 de ahí que la fuerza humanizadora radique en el mismo ser humano y no en una fuerza superior o divina. El humanismo práctico de Martí, según él, es concreto, histórico y contextual, pues, al igual en el caso de El Libertador, los pueblos deben considerarse tal como son, no como debieran ser. Por esa razón de las necesidades de esos pueblos surgen personalidades como Bolívar, San Martín, Hidalgo, etc. 25 Guadarrama, Pablo, Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia, edición citada, p. 85. 26 Guadarrama, Pablo, José Martí, humanismo práctico y latinoamericanista, Capiro, Santa Clara, 2015, p. 63. 27 Ibidem, p. 146. 28 Ibidem, p. 147.
  • 59. 58 Carlos Rojas Osorio Dando continuidad a la trayectoria humanista que caracte- riza al pensamiento latinoamericano irrumpieron, entre otros, Antonio Caso, Carlos Vaz Ferreira y Alejandro Korn, quienes cuestionaron el positivismo de las generaciones anteriores. De hecho, Samuel Ramos sugería la necesidad de un nuevo huma- nismo. En Alejandro Korn se sustenta el humanismo desde su idea de la libertad creadora. Por su parte Antonio Caso cuestio- naría la fascinación con la técnica que se observa en el hombre moderno, pues consideraba que el ser humano es víctima de sus conquistas tecnológicas. Horacio Cerutti Guldberg ha valo- rado que Leopoldo Zea enjuiciaría el humanismo elitista. En esa misma tónica el nicaragüense Alejandro Serrano Caldera plantea que la civilización actual concede más importancia a las cosas que al ser humano. Hoy nos domina la técnica. Es también la idea del venezolano Mayz Vallenilla; la técnica como voluntad de poder. Guadarrama se refiere también al filósofo argentino Arturo Andrés Roig, historiador de las ideas lati- noamericanas, para quien en el pensamiento latinoamericano subyace un humanismo que es la fuente de una filosofía de y para la liberación e invita a buscar en las ideas del pasado las raíces humanistas y desalienadoras que deben fructificar en el presente. En la misma trayectoria humanista práctica del pensamiento latinoamericano destaca a José Carlos Mariátegui, para quien, «el socialismo no debe renunciar a ningunos de los progresos morales de la sociedad humana»,29 por lo que criticó a quienes despreciaban el carácter ético del marxismo. Del mismo modo para el mexicano Vicente Lombardo Toledano para quien el socialismo era un humanismo. En la línea del humanismo, se ubica la obra de Pablo Gua- darrama: Democracia y derechos humanos, visión humanista desde América Latina. Es sin duda la obra más sistemática del filósofo cubano. Los temas ejes de su filosofía se reúnen aquí en síntesis 29 Mariátegui, José Carlos, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, Casa de las Américas, La Habana, 1969, p. 62.
  • 60. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 59 armoniosa: el humanismo, el marxismo liberador, el latinoame- ricanismo. La idea que acabamos de comprobar en sus estudios sobre el humanismo según la cual éste hay que investigarlo no solo en el mundo occidental sino en todas sus manifestaciones en las más variadas culturas que pueblan el planeta Tierra. Esta idea se encuentra muy bien ejemplificada en este nuevo estudio, donde la democracia y los derechos humanos son reconocidos en Oriente y en Occidente, en las culturas amerindias y en el pensamiento latinoamericano. Los incas, por ejemplo, al morir el inca se reunían y elegían al más capaz, que no necesariamente tenía que ser familia del inca anterior. Los pueblos germánicos tenían también sus asambleas de pueblo. Para Guadarrama los derechos humanos no se fundamen- tan en el iusnaturalismo como fue muy común, pues la idea de una naturaleza humana fija es problemática; propone, más bien que tanto los derechos humanos como la democracia son conquistas históricas resultado de luchas incesantes. «La igualdad social posible no se desarrolla por sí misma por ley natural, sino que depende de la acción humana y, en especial, de la voluntad de pueblos y gobiernos que traten de conquis- tarla, aunque sea una utopía concreta nunca alcanzable del todo, como la línea del horizonte, pero que cuando se ca- mina hacia ella, siempre se avanza algo en su realización».30 Advierte también que muchas veces no se identifica la presen- cia de la democracia y los derechos humanos en culturas no occidentales porque no se aprecia la oralidad en que ellas se expresan, y los investigadores se atienen solo a lo que está pre- sente en la escritura. Por eso se puede decir, que la idea de los derechos humanos es universal, aunque, como la democracia, haya recibido expresiones diferentes en culturas distintas. ¿Qué se entiende por democracia? «La democracia es aquella que posibilita que todos los hombres participen realmente del gobierno de manera activa e igualitaria o al menos equitativa- 30 Guadarrama, Pablo, Democracia y derechos humanos, edición citada, tomo I, p. 119.
  • 61. 60 Carlos Rojas Osorio mente, cooperando con el reconocimiento, respeto tutela y promoción de los derechos humanos».31 En brevísima síntesis, la filosofía de Pablo Guadarrama se caracteriza por la defensa de un marxismo crítico y humanista, es decir, como todo auténtico humanismo, liberador, cuestio- nador de todas las enajenaciones humanas para posibilitar el pleno desarrollo de la condición humana de cada persona. El socialismo en cuanto humanista debe ser, según él, la forma más auténtica de democracia y de realización de los derechos humanos a través de la lucha por la conquista de esos ideales. Los derechos humanos son universales, aunque reciben ex- presión diferenciada en cada cultura. El pensamiento de José Martí en toda su potencia humanista, liberadora y democrática se integra plenamente en su filosofía. Pablo Guadarrama, filósofo latinoamericano, no se ancla en un fácil particularismo, sino que desde nuestras luchas emancipadoras ha sabido escrutar en toda la historia mundial la universalidad de los derechos humanos, el humanismo y las diferentes formas de democracia. Su pasión por el estudio del pensamiento filosófico y político32 latinoamericano no es un particularismo, sino la justa idea de una universalidad concreta, que existe siempre contextualizada. Señala que el pensamiento crítico y liberador no es monopolio de ningún pueblo o nación, ni siquiera de Occidente. La filosofía ha hecho presencia en Latinoamérica y el Caribe, como lo ha hecho en la India, en la China y en Occidente. De hecho, la filosofía no debe pensarse a partir de patronímicos (marxismo, existencialismo, empiris- mo, etc.) Marx mismo, en una entrevista, reconoció que él «no era marxista». Tampoco debe pensarse a partir de gentilicios (filosofía griega, romana, alemana, francesa, cubana, etc.,). La filosofía se dirige a un público universal, pero existe siempre contextualizada. Se afirma una dialéctica entre lo universal y lo 31 Ibidem, p. 228. 32 Véase: Pablo Guadarrama, Pensamiento político latinoamericano. Cultura, paz y poder. Universitá degli Studi di Salerno-Universidad Católica de Colombia -Taurus-Penguin Random House, Bogotá, 2019.
  • 62. Pablo Guadarrama González: filósofo latinoamericano 61 específico de cada cultura, como podremos apreciar al hablar de la idea de «cultura». Como comenta Dante Ramaglia a pro- pósito de la publicación de los tres volúmenes de Pensamiento filosófico latinoamericano: «éste busca mostrar la riqueza filosófica y cultural que se encuentra contenida en nuestra América».33 33 Ramaglia, Dante, «La filosofía latinoamericana como humanismo. Reflexión a partir de Pablo Guadarrama», Anuario de Filosofía Argentina y Americana, Cuyo, vol. 33, núm. 2, 2016, p. 9.