SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 8
Descargar para leer sin conexión
•       . • • • • • * (




CONSIDERACIONES EN TORNO AL SILENCIO
Y LA PALABRA

                                                                           Rosa M.a Mateu Serra
                                                                      UNIVERSIDAD DE LLEIDA

La primacía de la palabra como forma de comunicación y de expresión de la
realidad, obviada por la tradición occidental, es en nuestra época una realidad
cuestionable. Cada vez van más en aumento las reflexiones, no ya sólo en el
campo de la Lingüística y la Literatura, sino en todos los planos de la realidad,
sobre la capacidad de la palabra. No debemos olvidar que el lenguaje es una ar-
ma de doble filo: por una parte «[...] el universo lingüístico nos arropa de tal
forma que no podemos salir de los límites que nos impone. No lo podemos ob-
servar desde el exterior porque el más allá del lenguaje es impensable»;1 así es,
el lenguaje es la única forma de intentar abarcar la realidad, si abarcable, de la
cual disponemos; amparándonos en la expresión de Jesús Tusón, disponemos
del «lujo del lenguaje»; sin embargo, por otra parte, también el lenguaje se nos
presenta como un instrumento imperfecto de escribir o escribirnos, ya que todo
debe ser filtrado a través de él.
    ¿Qué papel ocupa en este proceso el silencio? En nuestra tradición occiden-
tal, eminentemente verbal, siempre se nos ha interiorizado la preponderancia de
la palabra sobre el silencio;2 éste último sería el fondo sobre el que se dibuja la
figura -la palabra.3 De un modo u otro, el silencio siempre ha sido tratado más
bien de forma secundaria en nuestra sociedad,4 excepto en las parcelas excluidas

    1
  Jesús Tusón, El lujo del lenguaje, Barcelona: Paidós Comunicación, 1993, pág. 21.
2
  En la sociedad occidental el silencio está valorado negativamente; una muestra de ello la encon-
     tramos en la paulatina deshumanización del silencio y el miedo que sentimos hacia él en un
     mundo que prioriza la imagen, la máscara; el silencio, inversamente, alecciona al individuo a
     adentrarse hacia sí mismo, a revolver en su intimidad, a buscar la autenticidad y, por tanto, al
     sentimiento de angustia.
3
  Beatriz Gallardo analiza el papel del silencio en el marco de la conversación. La autora utiliza los
     términos «figura» (conversación), «fondo» (silencio) y «frontera» (secuencias marco: encarga-
     das de la apertura y cierre conversacional). Véase Análisis conversacional y pragmática del re-
     ceptor, Valencia: Ediciones Episteme,1996, págs. 127-51.
4
  Éstas son las acepciones que encontramos de «silencio» en el DRAE en la edición de. 1984: m.
     Abstención de hablar; 2. fig. Falta de ruido [...]; 3. fig. Efecto de no hablar por escrito; 4. Des.
     Desestimación tácita de una petición o recurso por el mero vencimiento del plazo que la admi-
     nistración pública tiene para resolver; 5. Mus. Pausa musical. Obsérvese cómo en las tres pri-
                                                 662
EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA                                                                  663

al mundo verbal, como el mundo del arte y, en especial, el de la música (tan cer-
cano al silencio), en los que la inteligencia es capaz de sentir no verbalmente.
    En estas páginas vamos a referirnos exclusivamente a la presencia del silen-
cio en el mundo de lo escrito, el silencio literario, aunque obviamente no po-
dremos dejar de referirnos constantemente a ese intento del lenguaje de corres-
ponderse con la realidad, sea física o mental. En definitiva, será nuestro intento
reflejar cómo el silencio, en palabras de George Steiner, «[...] parece, en virtud
de la perspicacia de Wittgenstein, no tanto un muro como una ventana»5.
    En nuestra época, la desconfianza hacia el lenguaje se hace más esencial en
algunos poetas, para los cuales éste quedaría vinculado a la caída, a la confu-
sión, más que al entendimiento. La nostalgia de la palabra, el debate del escritor
entre la palabra y el silencio, la constante insatisfacción ante el empeño de cap-
tar lo inasible, la búsqueda de la fusión del nombre con lo nombrado, son ele-
mentos que se presencian en los poetas Roberto Juarroz y Alejandra Pizarnik en
su afán de escribir el silencio. Ellos nos servirán de punto de apoyo para tejer
una reflexión sobre la capacidad de la palabra, en este caso escrita -la palabra
literaria.
    Como señala Guillermo Sucre: «Hablar a partir de la conciencia que se tiene
del silencio, es ya hablar de otro modo: al reconocer sus límites, el lenguaje
puede recobrar al mismo tiermpo su intensidad. ¿No hay un lenguaje que, por su
propia naturaleza, es una suerte de silencio?»6 Antes de empezar a hablar del
silencio queremos hacer algunas precisiones terminológicas sobre este concepto.
Para ello nos basaremos en la distinción que hace el autor Augusto Ponzio entre
los términos «silencio» y «callar».7 Este autor parte de los diferentes contextos
en que sitúa Michael Bajtin los términos aludidos. Según este último, el silencio
podría definirse como la «ausencia de sonido», por tanto entraría dentro del ám-
bito de estudio de la Lingüística, mientras que el acto de callar significaría la
«ausencia de palabra», perteneciendo así al acto de enunciación y, por tanto, no
susceptible de estudio por parte de la Lingüística, sino por lo que, en términos
generales, se conoce con el nombre de Lingüística de la comunicación, con to-


    rneras acepciones -y en la cuarta de forma implícita, ya que esa desestimación tácita se produ-
    ce cuando no hay una manifestación expresa, por tanto, porque no se dice algo- apreciamos la
    ausencia de habla.
  George Steiner, Lenguaje y silencio (Ensayos sobre la literatura, el lenguaje y lo inhumano),
    Barcelona: Gedisa, 1990, pág. 45. Recordemos que Wittgenstein cita varias experiencias en las
    que aparece lo que él denomina la esfera de lo místico, lo inexpresable verbalmente. En estas
    situaciones el intento de expresión verbal conduce a la perplejidad. Así la filosofía, según este
    autor, será la encargada de poner límites al discurso verbal (cfr. Francesc Torralba, Rostres del
    silenci, Lleida: Pagés Editors, 1990, págs. 16-17).
6
  Guillermo Sucre, «La metáfora del silencio», en La máscara, la transparencia. Ensayos sobre
    poesía hispanoamericana, México: Fondo de Cultura Económica, 1985, pág. 293.
7
  Augusto Ponzio, «El silencio y el callar. Entre signos y no signos», Actas del IV Seminario Inter-
    nacional del Instituto de Semiótica Literaria y Teatral, Madrid: Visor, 1995, págs. 21 Al.
664                                                                     ROSA M.a MATEU SERRA

das las diferencias que ello comportaría.8 Consecuentemente, «la violación del
silencio por parte del sonido es mecánica y fisiológica [...]. El callar es posible
solamente en el mundo humano».9
    A nosotros nos interesa, pues, el «callar» como producto intencionado del
escritor. Partiendo de este presupuesto, queremos anticipar que, aunque a lo lar-
go de esta exposición utilizaremos generalmente el término «silencio» por ser el
que habitualmente se emplea para expresar la antinomia de la palabra, en reali-
dad debe adquirir la significación atribuida por Bajtin de «callar», porque esa
acepción es la única que permite explicar la ambigüedad, la falta de respuesta, la
polisemia, el vacío, la angustia, etc.. que refleja la escritura poética de los auto-
res que serán objeto de nuestro análisis. El «callar» se produce, pues, cuando no
hay intención o hay imposibilidad de decir, no simplemente cuando no se habla.
Así la escritura literaria no sería más que un espacio donde el escritor practica el
«callar».10 Desde una perspectiva parecida Carlos Castilla del Pino define el si-
lencio como actuación, acogiéndose a una orientación de tipo pragmático; de
este modo el silencio sería un «hacer» (recordemos la expresión «se ha hecho el
silencio»: «el silencio no es no-decir, sino callar, silenciar aquello que no se
quiere, no se debe o no se puede decir».11
    Antes de entrar en la poesía de Roberto Juarroz, queremos mencionar algu-
nos aspectos de la poesía de la escritora porteña Alejandra Pizarnik la cual,
aparte de compartir sus tendencias literarias, mantenía con él una fuerte amistad.
    Pizarnik es frecuentemente identificada como la perfecta conjunción entre
poesía y vida. Como señala Sucre y la propia autora nos había profetizado en
sus versos escogió la muerte (se suicidó en 1972) por amor a la vida, escogió el
silencio definitivo por amor a la palabra.12 Como veremos que sucede con Jua-
rroz, la insatisfacción ante el lenguaje como medio de expresión de los abismos
interiores es evidente:
                             ¡Qué sé yo! Faltan palabras,
                             falta candor, falta poesía
                             cuando la sangre llora y llora!13
      Las palabras ya no sirven: «No puedo hablar para nada decir. Por eso nos

8
   Cfr. Michael Bajtin «Dagli apunti del 1970-71» C. Strada Janovic (trad.), Intersezioni, 1,1981.
     Cit. por A. Ponzio, art. cit., pág. 126.
9
  Augusto Ponzio, art. cit., pág. 35.
10
   W., págs. 39, 40, 41.
" Carlos Castilla del Pino (comp.), El silencio, Madrid: Alianza Editorial, 1992, pág. 80. Teniendo
     esta cuenta esta reflexión el autor distingue entre un decir hablando y un decir callando. En de-
     finitiva el silencio sería un acto de habla más en la terminología austiniana, obedeciendo a una
     intención y, por tanto, con una especial fuerza ilocutiva
12
   Cfr. Guillermo Sucre,«La metáfora del silencio», op. cit., pág. 316 y ss.
13
   Alejandra Pizarnik, La extracción de la piedra de la locura. Otros poemas, Madrid: Visor, 1993,
     pág. 8. En adelante las páginas citadas pertenecen a esta edición.
EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA                                                                665

perdemos, yo y el poema, en la tentativa inútil de transcribir relaciones ardien-
tes»; 14 la única salida a esa búsqueda agonizante será el silencio: «Pero el silen-
cio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay al-
guien aquí que tiembla». 15 O:
                             Deseaba un silencio perfecto.
                             Por eso hablo. 16
   Búsqueda incesante, pero desesperanzada; conocimiento perfecto de la lucha
ya perdida:
                         En mi mirada lo he perdido todo.
                         Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.17
    Como bien dice Assunta Polizzi «el deseo de escribir «poemas terriblemente
exactos» 18 y la atracción de dejar que el poema «se escriba como quiere escri-
birse» coexisten en fundamental oposición a lo largo de toda la obra de Alejan-
dra Pizarnik». 19 El colapso es inminente: si no nos sirven las palabras sólo nos
queda el silencio, pero tampoco podemos asegurar la existencia de este último:
                       En esta noche, en este mundo

                           y nada es promesa
                           entre lo decible
                           que equivale a mentir
                           (todo lo que se puede decir es mentira)
                           el resto es silencio
                           sólo que el silencio no existe.20
    Julio Cortázar comentaba respecto a Tercera Poesía Vertical21 de Roberto
Juarroz: «He leído en alta voz los poemas [...], y en cada caso se ha repetido esa
sensación prodigiosa de entrañamiento, de rapto, de acceso. Siempre he amado
una poesía que procede por inversión de signos: el uso de la ausencia en Ma-
llarmé, algunas «anti-esencias» de Macedonio, los silencios en la música de
Webern»; 22 creemos que estas palabras permiten un primer acercamiento a este
poeta argentino.

14
   Alejandra Pizarnik, poema Piedra fundamental de «El infierno musical», op. cit., pág. 69.
15
   Caminos del espejo, de «Extracción de piedra de locura», op. cit., pág. 59.
16
   Ibid.
17
   Poema Mendiga voz de «Los trabajos y las noches», op. cit., pág. 43.
18
   Véase Martha F. Moia, «Some keys to Alejandra Pizarnik», Sulfur 8, 1983, págs. 97-101.
   Assunta Polizzi, «La palabra y el silencio: La poesía de Alejandra Pizarnik», Cincinnati Roman-
     ce Review: University of Cincinnati, Ohio, vol. XIII, 1994, pág. 111.
   Poema En esta noche, en este mundo, op. cit., pág. 81.
   Toda la obra poética de R. Juarroz lleva por título genérico Poesía Vertical, sólo cambia el adje-
     tivo ordinal correspondiente.
22
   Alejandra Pizarn «Entrevista con Roberto Juarroz», Zona franca, Caracas, a. 4., n.° 52, dic.
    Uejandra Pizarnik,
     1967, pág. 12.
666                                                                     ROSA M.a MATEU SERRA

    Roberto Juarroz forma parte de ese grupo de intelectuales argentinos actua-
les interesados en una poesía que es calificada como «poesía pensante»; así lo
indica Guillermo Sucre, al definirla como una poesía no hecha de conceptos, si-
no de pensamiento.23 Precisamente ese intento de captar lo inaprensible debe
configurarse en un modo diferente de concebir la escritura poética, una escritura
que ha dejado de confiar en los conceptos ordinarios del lenguaje y, por tanto,
en la concepción estructuralista del signo lingüístico: éste deja de ser definido
como una relación entre significante/significado, el vínculo entre estos dos
constituyentes se ha perdido: ya no se trata de «nombrar» (un concepto por su
nombre), sino que, como nos indica Thorpe Running, estamos ante un proceso
de desnombrar24 emparentado con el descontruccionismo de Derrida. Como dice
el gran poeta recientemente fallecido Octavio Paz: «las cosas se mueren para
que vivan los nombres».25 Guillermo Sucre explica perfectamente cómo antes el
lenguaje se fundaba en una verdad superior: el escritor podía o no interrogarse
sobre el lenguaje, pero confiaba su validez a esa garantía superior:
          Con la historia moderna, toda garantía superior desde una trascendencia desapa-
        rece y así el lenguaje pierde su fundamentación. Ya Nietzsche observaba que no
        se puede decir esto es, sino esto significa; con lo cual no sólo ponía de relieve el
        paso de la trascendencia o lo absoluto a la inmanencia o lo relativo, sino que
        además, le daba al lenguaje una función central en el mundo. Así, todo problema
        -teológico o filosófico, pero también el más cotidiano- se volvía un problema lin-
        güístico, un problema semántico.26

En Juarroz el lenguaje ha perdido esta validez . Como a otros poetas contempo-
ráneos pueden aplicársele estas palabras de Cioran: «Nos interesamos cada vez
más [...] no en lo que el autor ha dicho sino en lo que hubiera querido decir, no
en sus actos, sino en sus proyectos, menos en su obra real que en su obra idea-
da». 27 Efectivamente, Juarroz recurre a las ausencias para crear presencias:

                        Desbautizar el mundo,
                        sacrificar el nombre de las cosas
                        para ganar su presencia.
                        El mundo es un llamado desnudo,
                        una voz y no un nombre,
                        una voz con su propio eco a cuestas.28


23
   Guillermo Sucre, op. cit.
24
   Thorpe Running, «El lenguaje como tema en la poesía argentina actual», Letras, Universidad
    Católica Argentina, n.° 15-16, 1986, págs. 150-66.
25
   Octavio Paz, El mono gramático, Barcelona: Seix Barral, Biblioteca de bolsillo, 1996, pág. 51.
26
   Guillermo Sucre, «Las palabras y la palabra», op. cit., pág. 222.
27
   Cioran, Valéryface á ses idoles, cit. por Sucre, «Las palabras y la palabra», op. cit., pág. 223.
28
   Roberto Juarroz, Poesía Vertical (Antología),eá. de Francisco José Cruz Pérez, Madrid: Visor,
     1991, pág. 125. A partir de ahora los ejemplos citados procederán de esta edición.
EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA                                                                  667

La imposibilidad del lenguaje como expresión de la realidad conduce al poeta al
silencio, pero ¿cómo escribir el silencio? Las palabras sólo pueden aproximar-
nos a él a través de su ausencia, la ausencia del lenguaje es su presencia, una
muestra más de la constante contradicción inmanente en el pensamiento del
poeta argentino. Las palabras han perdido su valor, el poder de la palabra se ha
desvirtualizado, ya no sirve para llegar a la profundidad, a esa «secreta nitidez
de las cosas», en palabras de Guillermo Sucre. Octavio Paz a menudo ha refle-
xionado sobre este poder de la escritura y el desprestigio de la palabra:
          Las relaciones entre la retórica y la moral son inquietantes: es turbadora la faci-
        lidad con que el lenguaje se tuerce y no lo es menos que nuestro espíritu acepte
        tan dócilmente esos juegos perversos. Deberíamos someter el lenguaje a un régi-
        men de pan y agua, si queremos que no se corrompa y nos corrompa.29
Significado y significante son ya elementos que caminan por separado; más que
identificar, las palabras contradicen; la relación entre el mundo y el lenguaje se
convierte en un fenómeno irónico. Las palabras ya no nombran algo externo a
ellas, pueden sugerir, aludir, insinuar, pero no transmitir algo diferente de su
significante. Esa desconfianza en la palabra está presente en Juarroz en versos
como los siguientes:
                         Crear algunas palabras para no decir,
                         tan sólo para contemplarlas
                         como si fueran rostros
                         de recién nacidas criaturas del abismo.30
La reflexión sobre el proceso creativo y la nulidad de la palabra es un motivo
incesantemente repetido:
                         Una palabra es todo el lenguaje,
                         pero es también la fundación
                         de todas las transgresiones del lenguaje,
                         la base donde se afirma siempre un antilenguaje.

                         Una palabra es todavía el hombre.
                         Dos palabras son ya el abismo.
                         Una palabra puede abrir una puerta.
                         Dos palabras la borran.31
El significante está solo. Thorpe Running se refiere a esta manera de concebir la
palabra con el nombre de «palabra poética explosiva»32 para encarnar ese tipo

29
   Octavio Paz, op. cit., pág. 2 5 .
30
   Roberto Juarroz, op. cit., pág. 121.
31
   Id. pág. 144.
32
   Vid. su artículo «La poética explosiva de Roberto Juarroz», Revista Iberoamericana, Pittsburgh,
     1983, 49: 125, págs. 853-866. El crítico utiliza este término porque, según él, Juarroz desea en-
     contrar una palabra que pueda contener «la expresión del sen>, pero con el signo desposeído de
668                                                                      ROSA M.a MATEU SERRA

de poemas que derivan en una reflexión constante sobre los límites de la poesía.
La única forma de poder decir algo es el silencio:
                         Los nombres no designan a las cosas:
                         las envuelven, las sofocan.33
O en los siguientes versos donde se vierte explícitamente este deseo de dejar
hablar al silencio:
                         No prestar atención a las palabras,
                         salvo a aquéllas que transportan
                         su propia carga de silencio.34
La mayor parte de la crítica señala como elementos clave de la poesía del autor
argentino la búsqueda de un centro y la necesidad de repetición, este último
elemento constantemente presente en la forma de expresión poética del autor
como proceso de búsqueda de este punto. Pero ese lugar es inalcanzable porque,
como en Derrida, «el centro no es un punto». Así lo explica Thorpe Running:
«Cada palabra o símbolo, al repetirse, pertenece luego a una estructura cambia-
da que tiene un nuevo - o desplazado- centro, y a causa de esa nueva base llega
a ser un elemento diferente».35 Cada palabra, al ser emitida, difiere de la ante-
rior. Cada momento es único, irrepetible; una misma palabra, ¿cómo puede refe-
rir lo constantemente cambiante, los momentos irrepetibles? Sólo cabe el escep-
ticismo ante el lenguaje. Como dice Octavio Paz necesitaríamos de un lenguaje
que no fuese lenguaje, es decir, que perdiera su esencia, remitiéndonos una y
otra vez a esa idea expresada más arriba: «[...] Cada una de estas realidades es
única y para decirla realmente necesitaríamos un lenguaje compuesto exclusi-
vamente de nombre propios e irrepetibles, un lenguaje que no fuese lenguaje: el
doble del mundo y no su traducción ni su símbolo» 36 . Ya que la búsqueda de
ese centro es imposible, la ambigüedad y la contradicción aparecen constante-
mente buceando entre los versos de Juarroz:
                         Toda palabra es una duda,
                         todo silencio es otra duda.
                         Sin embargo,
                         el enlace de ambas
                         nos permite respirar.37


    su significado (la «palabra de no comunicación» de la que hablaba Octavio Paz). En una entre-
    vista a Juarroz realizada por Alejandra Pizarnik la autora repite unas palabras antes escritas por
    este: «Vivo el poema como una explosión de ser por debajo del lenguaje. Descubro aquí cuatro
    elementos básicos: explosión, ser, lenguaje y debajo», en art. cit., pág. 10.
33
   Roberto Juarroz, op. cit., pág. 229.
34
   W., pág. 217.
35
   Thorpe Running, «La poética explosiva de Roberto Juarroz», pág. 856.
36
   Octavio Paz, op. cit., pág. 24.
37
   Roberto Juarroz, op. cit., pág. 261.
EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA                                              669

Visto todo ello, no sorprende el título genérico de toda su poesía, Poesía Verti-
cal, aludiendo a esa búsqueda de profundidad, de abismamiento, de captación
de lo esencial; ello explica también que los poemas sólo vayan numerados, sin
título, como si formaran parte de una prolongada meditación dividida en peque-
ños momentos:
                           He llegado a mis inseguridades definitivas.
                           Aquí comienza el territorio
                           donde es posible quemar todos los finales
                           y crear el propio abismo,
                           para desaparecer dentro.38
Esta dificultad de adecuación de palabra y pensamiento todavía se hace más
patente cuando la palabra parece no sólo desligada de la realidad, sino incluso
de aquel que la emite o interpreta:
                      Porque no somos nosotros los que miramos las palabras:
                      son ellas las que nos miran a nosotros
                      y quizá también más allá de nosotros,
                      parpadeando con un ritmo secreto y solitario.39




38
     Id., pág. 127.
39
     Id., pág. 124.

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

La lingüística y la gramatica
La lingüística y la gramaticaLa lingüística y la gramatica
La lingüística y la gramaticaEmanuel Quiñonez
 
Dialnet el monologocomomodalidaddeldiscursodelpersonajeenla-4765785
Dialnet el monologocomomodalidaddeldiscursodelpersonajeenla-4765785Dialnet el monologocomomodalidaddeldiscursodelpersonajeenla-4765785
Dialnet el monologocomomodalidaddeldiscursodelpersonajeenla-4765785Luz Cardona
 
Literatura Regional Argentina Trabajo de Investigación sobre la poética de An...
Literatura Regional Argentina Trabajo de Investigación sobre la poética de An...Literatura Regional Argentina Trabajo de Investigación sobre la poética de An...
Literatura Regional Argentina Trabajo de Investigación sobre la poética de An...Pato Zapata
 
Biografía de Octavio Paz
Biografía de Octavio PazBiografía de Octavio Paz
Biografía de Octavio Pazgabyherrera38
 
Cine y literatura el problema del espacio
Cine y literatura el problema del espacioCine y literatura el problema del espacio
Cine y literatura el problema del espacioRoberto Córdoba
 
China es un frasco de fetos, de Gustavo Espinosa. Cartografía imposible de un...
China es un frasco de fetos, de Gustavo Espinosa. Cartografía imposible de un...China es un frasco de fetos, de Gustavo Espinosa. Cartografía imposible de un...
China es un frasco de fetos, de Gustavo Espinosa. Cartografía imposible de un...Mariana Pérez Balocchi
 
Valores estilísticos.
Valores estilísticos.Valores estilísticos.
Valores estilísticos.TeAgPa
 
El Corredor Mediterráneo
El Corredor Mediterráneo El Corredor Mediterráneo
El Corredor Mediterráneo Isa Rezmo
 
La palabra lúdica Mario Ramírez
La palabra lúdica Mario RamírezLa palabra lúdica Mario Ramírez
La palabra lúdica Mario Ramírezjluismen
 
Heidegger martin-holderlin-y-la-esencia-de-la-poesia
Heidegger martin-holderlin-y-la-esencia-de-la-poesiaHeidegger martin-holderlin-y-la-esencia-de-la-poesia
Heidegger martin-holderlin-y-la-esencia-de-la-poesiarodolfo baksys
 
CONGRESO TERESIANO CHILE: Saide Cortés - La pedagogía del diálogo amoroso
CONGRESO TERESIANO CHILE: Saide Cortés - La pedagogía del diálogo amorosoCONGRESO TERESIANO CHILE: Saide Cortés - La pedagogía del diálogo amoroso
CONGRESO TERESIANO CHILE: Saide Cortés - La pedagogía del diálogo amorosoORDEN SEGLAR CARMELITAS DESCALZOS
 
Análisis Literaio del Poema Sueños
Análisis Literaio del Poema SueñosAnálisis Literaio del Poema Sueños
Análisis Literaio del Poema SueñosRoggerArmas
 

La actualidad más candente (20)

La lingüística y la gramatica
La lingüística y la gramaticaLa lingüística y la gramatica
La lingüística y la gramatica
 
Dialnet el monologocomomodalidaddeldiscursodelpersonajeenla-4765785
Dialnet el monologocomomodalidaddeldiscursodelpersonajeenla-4765785Dialnet el monologocomomodalidaddeldiscursodelpersonajeenla-4765785
Dialnet el monologocomomodalidaddeldiscursodelpersonajeenla-4765785
 
Tesis poe[1]..
Tesis poe[1]..Tesis poe[1]..
Tesis poe[1]..
 
Literatura Regional Argentina Trabajo de Investigación sobre la poética de An...
Literatura Regional Argentina Trabajo de Investigación sobre la poética de An...Literatura Regional Argentina Trabajo de Investigación sobre la poética de An...
Literatura Regional Argentina Trabajo de Investigación sobre la poética de An...
 
5 de conceptos y palabras
5 de conceptos y palabras5 de conceptos y palabras
5 de conceptos y palabras
 
EL COMENTARIO DE TEXTOS LITERARIOS
EL COMENTARIO DE TEXTOS LITERARIOSEL COMENTARIO DE TEXTOS LITERARIOS
EL COMENTARIO DE TEXTOS LITERARIOS
 
Biografía de Octavio Paz
Biografía de Octavio PazBiografía de Octavio Paz
Biografía de Octavio Paz
 
Cine y literatura el problema del espacio
Cine y literatura el problema del espacioCine y literatura el problema del espacio
Cine y literatura el problema del espacio
 
Monografía.
Monografía.Monografía.
Monografía.
 
Guía textos
Guía textosGuía textos
Guía textos
 
Comentario De Texto
Comentario De TextoComentario De Texto
Comentario De Texto
 
China es un frasco de fetos, de Gustavo Espinosa. Cartografía imposible de un...
China es un frasco de fetos, de Gustavo Espinosa. Cartografía imposible de un...China es un frasco de fetos, de Gustavo Espinosa. Cartografía imposible de un...
China es un frasco de fetos, de Gustavo Espinosa. Cartografía imposible de un...
 
Valores estilísticos.
Valores estilísticos.Valores estilísticos.
Valores estilísticos.
 
Artículo sobre las Cartas de Béquer
Artículo sobre las Cartas de BéquerArtículo sobre las Cartas de Béquer
Artículo sobre las Cartas de Béquer
 
Armónica para desnudar el sueño
Armónica para desnudar el sueñoArmónica para desnudar el sueño
Armónica para desnudar el sueño
 
El Corredor Mediterráneo
El Corredor Mediterráneo El Corredor Mediterráneo
El Corredor Mediterráneo
 
La palabra lúdica Mario Ramírez
La palabra lúdica Mario RamírezLa palabra lúdica Mario Ramírez
La palabra lúdica Mario Ramírez
 
Heidegger martin-holderlin-y-la-esencia-de-la-poesia
Heidegger martin-holderlin-y-la-esencia-de-la-poesiaHeidegger martin-holderlin-y-la-esencia-de-la-poesia
Heidegger martin-holderlin-y-la-esencia-de-la-poesia
 
CONGRESO TERESIANO CHILE: Saide Cortés - La pedagogía del diálogo amoroso
CONGRESO TERESIANO CHILE: Saide Cortés - La pedagogía del diálogo amorosoCONGRESO TERESIANO CHILE: Saide Cortés - La pedagogía del diálogo amoroso
CONGRESO TERESIANO CHILE: Saide Cortés - La pedagogía del diálogo amoroso
 
Análisis Literaio del Poema Sueños
Análisis Literaio del Poema SueñosAnálisis Literaio del Poema Sueños
Análisis Literaio del Poema Sueños
 

Destacado

Destacado (20)

Как заработать на финтех-трендах
Как заработать на финтех-трендахКак заработать на финтех-трендах
Как заработать на финтех-трендах
 
Fazer pesquisa é um problema
Fazer pesquisa é um problemaFazer pesquisa é um problema
Fazer pesquisa é um problema
 
U pay
U payU pay
U pay
 
Parque Pignatelli
Parque PignatelliParque Pignatelli
Parque Pignatelli
 
Trabajo2 140320123759-phpapp01
Trabajo2 140320123759-phpapp01Trabajo2 140320123759-phpapp01
Trabajo2 140320123759-phpapp01
 
Versimpelen premium
Versimpelen premiumVersimpelen premium
Versimpelen premium
 
Educação
EducaçãoEducação
Educação
 
Ejemplo
EjemploEjemplo
Ejemplo
 
Portafolio de computacion
Portafolio de computacionPortafolio de computacion
Portafolio de computacion
 
Trabalho de jordano
Trabalho de jordanoTrabalho de jordano
Trabalho de jordano
 
031 installed pics
031   installed pics031   installed pics
031 installed pics
 
Monikulttuurinen sovittelu 2
Monikulttuurinen sovittelu 2Monikulttuurinen sovittelu 2
Monikulttuurinen sovittelu 2
 
Energías alternativas CMC
Energías alternativas CMCEnergías alternativas CMC
Energías alternativas CMC
 
Stokke xplory baby xxl 2014
Stokke xplory baby xxl 2014Stokke xplory baby xxl 2014
Stokke xplory baby xxl 2014
 
Nº2
Nº2 Nº2
Nº2
 
Ilm transparencia (1)
Ilm transparencia (1)Ilm transparencia (1)
Ilm transparencia (1)
 
Order & pay eva gil
Order & pay eva gilOrder & pay eva gil
Order & pay eva gil
 
Minerìa y trabajo decente ens
Minerìa y trabajo decente ensMinerìa y trabajo decente ens
Minerìa y trabajo decente ens
 
Gt economía 2 (1)
Gt economía 2 (1)Gt economía 2 (1)
Gt economía 2 (1)
 
Ecosistemas artificiales
Ecosistemas artificialesEcosistemas artificiales
Ecosistemas artificiales
 

Similar a Consideraciones en torno al silencio

Tema 3. Poesía
Tema 3. PoesíaTema 3. Poesía
Tema 3. Poesíadavidlife9
 
Oralidad y representación. La otra voz en la narrativa de Ciro Alegría, por M...
Oralidad y representación. La otra voz en la narrativa de Ciro Alegría, por M...Oralidad y representación. La otra voz en la narrativa de Ciro Alegría, por M...
Oralidad y representación. La otra voz en la narrativa de Ciro Alegría, por M...Marinz M. Copertino
 
Guía de apoyo pedagógico lírica fanny
Guía de apoyo pedagógico lírica fannyGuía de apoyo pedagógico lírica fanny
Guía de apoyo pedagógico lírica fannyFanny Cifuentes
 
El_mono_gramatickdkfkfkfkfkfkfkjfjo.pptx
El_mono_gramatickdkfkfkfkfkfkfkjfjo.pptxEl_mono_gramatickdkfkfkfkfkfkfkjfjo.pptx
El_mono_gramatickdkfkfkfkfkfkfkjfjo.pptxrodriccanjura
 
El lenguaje literario
El lenguaje literarioEl lenguaje literario
El lenguaje literarioSara Flores
 
LITERATURA I BLOQUE I
LITERATURA I BLOQUE ILITERATURA I BLOQUE I
LITERATURA I BLOQUE Ijazvenegas91
 
El Corredor Mediterráneo coordinado por Antonio Tello
El Corredor Mediterráneo coordinado por  Antonio Tello El Corredor Mediterráneo coordinado por  Antonio Tello
El Corredor Mediterráneo coordinado por Antonio Tello Isa Rezmo
 
134918287-El-Hombre-Es-Su-Palabra.pdf
134918287-El-Hombre-Es-Su-Palabra.pdf134918287-El-Hombre-Es-Su-Palabra.pdf
134918287-El-Hombre-Es-Su-Palabra.pdfCristoRey43
 
Segunda clase (Significar)- Comisión mañana
Segunda clase (Significar)- Comisión mañanaSegunda clase (Significar)- Comisión mañana
Segunda clase (Significar)- Comisión mañanaLenguajes Iunr
 
Guia narrativa con ejercicios 4 b
Guia narrativa con ejercicios 4 bGuia narrativa con ejercicios 4 b
Guia narrativa con ejercicios 4 bivan
 
Danzantes de la Villa
Danzantes de la VillaDanzantes de la Villa
Danzantes de la Villaacademica
 

Similar a Consideraciones en torno al silencio (20)

Palabra amenazada
Palabra amenazadaPalabra amenazada
Palabra amenazada
 
Tema 3. Poesía
Tema 3. PoesíaTema 3. Poesía
Tema 3. Poesía
 
Oralidad y representación. La otra voz en la narrativa de Ciro Alegría, por M...
Oralidad y representación. La otra voz en la narrativa de Ciro Alegría, por M...Oralidad y representación. La otra voz en la narrativa de Ciro Alegría, por M...
Oralidad y representación. La otra voz en la narrativa de Ciro Alegría, por M...
 
Intertextualidad mecc
Intertextualidad meccIntertextualidad mecc
Intertextualidad mecc
 
Guía de apoyo pedagógico lírica fanny
Guía de apoyo pedagógico lírica fannyGuía de apoyo pedagógico lírica fanny
Guía de apoyo pedagógico lírica fanny
 
AraqueCaceresPiedadXimena2013.pdf
AraqueCaceresPiedadXimena2013.pdfAraqueCaceresPiedadXimena2013.pdf
AraqueCaceresPiedadXimena2013.pdf
 
El_mono_gramatickdkfkfkfkfkfkfkjfjo.pptx
El_mono_gramatickdkfkfkfkfkfkfkjfjo.pptxEl_mono_gramatickdkfkfkfkfkfkfkjfjo.pptx
El_mono_gramatickdkfkfkfkfkfkfkjfjo.pptx
 
El lenguaje literario
El lenguaje literarioEl lenguaje literario
El lenguaje literario
 
LITERATURA I BLOQUE I
LITERATURA I BLOQUE ILITERATURA I BLOQUE I
LITERATURA I BLOQUE I
 
El Corredor Mediterráneo coordinado por Antonio Tello
El Corredor Mediterráneo coordinado por  Antonio Tello El Corredor Mediterráneo coordinado por  Antonio Tello
El Corredor Mediterráneo coordinado por Antonio Tello
 
134918287-El-Hombre-Es-Su-Palabra.pdf
134918287-El-Hombre-Es-Su-Palabra.pdf134918287-El-Hombre-Es-Su-Palabra.pdf
134918287-El-Hombre-Es-Su-Palabra.pdf
 
Segunda clase (Significar)- Comisión mañana
Segunda clase (Significar)- Comisión mañanaSegunda clase (Significar)- Comisión mañana
Segunda clase (Significar)- Comisión mañana
 
Guia narrativa con ejercicios 4 b
Guia narrativa con ejercicios 4 bGuia narrativa con ejercicios 4 b
Guia narrativa con ejercicios 4 b
 
El verso libre
El verso libreEl verso libre
El verso libre
 
Danzantes de la Villa
Danzantes de la VillaDanzantes de la Villa
Danzantes de la Villa
 
El silencio-primordial SANTIAGO KOVADLOFF
El silencio-primordial SANTIAGO KOVADLOFFEl silencio-primordial SANTIAGO KOVADLOFF
El silencio-primordial SANTIAGO KOVADLOFF
 
Presentación pisa
Presentación pisaPresentación pisa
Presentación pisa
 
Literatura
LiteraturaLiteratura
Literatura
 
Literatura lunes
Literatura lunesLiteratura lunes
Literatura lunes
 
Teatro de ionesco 2
Teatro de ionesco 2Teatro de ionesco 2
Teatro de ionesco 2
 

Consideraciones en torno al silencio

  • 1. . • • • • • * ( CONSIDERACIONES EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA Rosa M.a Mateu Serra UNIVERSIDAD DE LLEIDA La primacía de la palabra como forma de comunicación y de expresión de la realidad, obviada por la tradición occidental, es en nuestra época una realidad cuestionable. Cada vez van más en aumento las reflexiones, no ya sólo en el campo de la Lingüística y la Literatura, sino en todos los planos de la realidad, sobre la capacidad de la palabra. No debemos olvidar que el lenguaje es una ar- ma de doble filo: por una parte «[...] el universo lingüístico nos arropa de tal forma que no podemos salir de los límites que nos impone. No lo podemos ob- servar desde el exterior porque el más allá del lenguaje es impensable»;1 así es, el lenguaje es la única forma de intentar abarcar la realidad, si abarcable, de la cual disponemos; amparándonos en la expresión de Jesús Tusón, disponemos del «lujo del lenguaje»; sin embargo, por otra parte, también el lenguaje se nos presenta como un instrumento imperfecto de escribir o escribirnos, ya que todo debe ser filtrado a través de él. ¿Qué papel ocupa en este proceso el silencio? En nuestra tradición occiden- tal, eminentemente verbal, siempre se nos ha interiorizado la preponderancia de la palabra sobre el silencio;2 éste último sería el fondo sobre el que se dibuja la figura -la palabra.3 De un modo u otro, el silencio siempre ha sido tratado más bien de forma secundaria en nuestra sociedad,4 excepto en las parcelas excluidas 1 Jesús Tusón, El lujo del lenguaje, Barcelona: Paidós Comunicación, 1993, pág. 21. 2 En la sociedad occidental el silencio está valorado negativamente; una muestra de ello la encon- tramos en la paulatina deshumanización del silencio y el miedo que sentimos hacia él en un mundo que prioriza la imagen, la máscara; el silencio, inversamente, alecciona al individuo a adentrarse hacia sí mismo, a revolver en su intimidad, a buscar la autenticidad y, por tanto, al sentimiento de angustia. 3 Beatriz Gallardo analiza el papel del silencio en el marco de la conversación. La autora utiliza los términos «figura» (conversación), «fondo» (silencio) y «frontera» (secuencias marco: encarga- das de la apertura y cierre conversacional). Véase Análisis conversacional y pragmática del re- ceptor, Valencia: Ediciones Episteme,1996, págs. 127-51. 4 Éstas son las acepciones que encontramos de «silencio» en el DRAE en la edición de. 1984: m. Abstención de hablar; 2. fig. Falta de ruido [...]; 3. fig. Efecto de no hablar por escrito; 4. Des. Desestimación tácita de una petición o recurso por el mero vencimiento del plazo que la admi- nistración pública tiene para resolver; 5. Mus. Pausa musical. Obsérvese cómo en las tres pri- 662
  • 2. EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA 663 al mundo verbal, como el mundo del arte y, en especial, el de la música (tan cer- cano al silencio), en los que la inteligencia es capaz de sentir no verbalmente. En estas páginas vamos a referirnos exclusivamente a la presencia del silen- cio en el mundo de lo escrito, el silencio literario, aunque obviamente no po- dremos dejar de referirnos constantemente a ese intento del lenguaje de corres- ponderse con la realidad, sea física o mental. En definitiva, será nuestro intento reflejar cómo el silencio, en palabras de George Steiner, «[...] parece, en virtud de la perspicacia de Wittgenstein, no tanto un muro como una ventana»5. En nuestra época, la desconfianza hacia el lenguaje se hace más esencial en algunos poetas, para los cuales éste quedaría vinculado a la caída, a la confu- sión, más que al entendimiento. La nostalgia de la palabra, el debate del escritor entre la palabra y el silencio, la constante insatisfacción ante el empeño de cap- tar lo inasible, la búsqueda de la fusión del nombre con lo nombrado, son ele- mentos que se presencian en los poetas Roberto Juarroz y Alejandra Pizarnik en su afán de escribir el silencio. Ellos nos servirán de punto de apoyo para tejer una reflexión sobre la capacidad de la palabra, en este caso escrita -la palabra literaria. Como señala Guillermo Sucre: «Hablar a partir de la conciencia que se tiene del silencio, es ya hablar de otro modo: al reconocer sus límites, el lenguaje puede recobrar al mismo tiermpo su intensidad. ¿No hay un lenguaje que, por su propia naturaleza, es una suerte de silencio?»6 Antes de empezar a hablar del silencio queremos hacer algunas precisiones terminológicas sobre este concepto. Para ello nos basaremos en la distinción que hace el autor Augusto Ponzio entre los términos «silencio» y «callar».7 Este autor parte de los diferentes contextos en que sitúa Michael Bajtin los términos aludidos. Según este último, el silencio podría definirse como la «ausencia de sonido», por tanto entraría dentro del ám- bito de estudio de la Lingüística, mientras que el acto de callar significaría la «ausencia de palabra», perteneciendo así al acto de enunciación y, por tanto, no susceptible de estudio por parte de la Lingüística, sino por lo que, en términos generales, se conoce con el nombre de Lingüística de la comunicación, con to- rneras acepciones -y en la cuarta de forma implícita, ya que esa desestimación tácita se produ- ce cuando no hay una manifestación expresa, por tanto, porque no se dice algo- apreciamos la ausencia de habla. George Steiner, Lenguaje y silencio (Ensayos sobre la literatura, el lenguaje y lo inhumano), Barcelona: Gedisa, 1990, pág. 45. Recordemos que Wittgenstein cita varias experiencias en las que aparece lo que él denomina la esfera de lo místico, lo inexpresable verbalmente. En estas situaciones el intento de expresión verbal conduce a la perplejidad. Así la filosofía, según este autor, será la encargada de poner límites al discurso verbal (cfr. Francesc Torralba, Rostres del silenci, Lleida: Pagés Editors, 1990, págs. 16-17). 6 Guillermo Sucre, «La metáfora del silencio», en La máscara, la transparencia. Ensayos sobre poesía hispanoamericana, México: Fondo de Cultura Económica, 1985, pág. 293. 7 Augusto Ponzio, «El silencio y el callar. Entre signos y no signos», Actas del IV Seminario Inter- nacional del Instituto de Semiótica Literaria y Teatral, Madrid: Visor, 1995, págs. 21 Al.
  • 3. 664 ROSA M.a MATEU SERRA das las diferencias que ello comportaría.8 Consecuentemente, «la violación del silencio por parte del sonido es mecánica y fisiológica [...]. El callar es posible solamente en el mundo humano».9 A nosotros nos interesa, pues, el «callar» como producto intencionado del escritor. Partiendo de este presupuesto, queremos anticipar que, aunque a lo lar- go de esta exposición utilizaremos generalmente el término «silencio» por ser el que habitualmente se emplea para expresar la antinomia de la palabra, en reali- dad debe adquirir la significación atribuida por Bajtin de «callar», porque esa acepción es la única que permite explicar la ambigüedad, la falta de respuesta, la polisemia, el vacío, la angustia, etc.. que refleja la escritura poética de los auto- res que serán objeto de nuestro análisis. El «callar» se produce, pues, cuando no hay intención o hay imposibilidad de decir, no simplemente cuando no se habla. Así la escritura literaria no sería más que un espacio donde el escritor practica el «callar».10 Desde una perspectiva parecida Carlos Castilla del Pino define el si- lencio como actuación, acogiéndose a una orientación de tipo pragmático; de este modo el silencio sería un «hacer» (recordemos la expresión «se ha hecho el silencio»: «el silencio no es no-decir, sino callar, silenciar aquello que no se quiere, no se debe o no se puede decir».11 Antes de entrar en la poesía de Roberto Juarroz, queremos mencionar algu- nos aspectos de la poesía de la escritora porteña Alejandra Pizarnik la cual, aparte de compartir sus tendencias literarias, mantenía con él una fuerte amistad. Pizarnik es frecuentemente identificada como la perfecta conjunción entre poesía y vida. Como señala Sucre y la propia autora nos había profetizado en sus versos escogió la muerte (se suicidó en 1972) por amor a la vida, escogió el silencio definitivo por amor a la palabra.12 Como veremos que sucede con Jua- rroz, la insatisfacción ante el lenguaje como medio de expresión de los abismos interiores es evidente: ¡Qué sé yo! Faltan palabras, falta candor, falta poesía cuando la sangre llora y llora!13 Las palabras ya no sirven: «No puedo hablar para nada decir. Por eso nos 8 Cfr. Michael Bajtin «Dagli apunti del 1970-71» C. Strada Janovic (trad.), Intersezioni, 1,1981. Cit. por A. Ponzio, art. cit., pág. 126. 9 Augusto Ponzio, art. cit., pág. 35. 10 W., págs. 39, 40, 41. " Carlos Castilla del Pino (comp.), El silencio, Madrid: Alianza Editorial, 1992, pág. 80. Teniendo esta cuenta esta reflexión el autor distingue entre un decir hablando y un decir callando. En de- finitiva el silencio sería un acto de habla más en la terminología austiniana, obedeciendo a una intención y, por tanto, con una especial fuerza ilocutiva 12 Cfr. Guillermo Sucre,«La metáfora del silencio», op. cit., pág. 316 y ss. 13 Alejandra Pizarnik, La extracción de la piedra de la locura. Otros poemas, Madrid: Visor, 1993, pág. 8. En adelante las páginas citadas pertenecen a esta edición.
  • 4. EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA 665 perdemos, yo y el poema, en la tentativa inútil de transcribir relaciones ardien- tes»; 14 la única salida a esa búsqueda agonizante será el silencio: «Pero el silen- cio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay al- guien aquí que tiembla». 15 O: Deseaba un silencio perfecto. Por eso hablo. 16 Búsqueda incesante, pero desesperanzada; conocimiento perfecto de la lucha ya perdida: En mi mirada lo he perdido todo. Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.17 Como bien dice Assunta Polizzi «el deseo de escribir «poemas terriblemente exactos» 18 y la atracción de dejar que el poema «se escriba como quiere escri- birse» coexisten en fundamental oposición a lo largo de toda la obra de Alejan- dra Pizarnik». 19 El colapso es inminente: si no nos sirven las palabras sólo nos queda el silencio, pero tampoco podemos asegurar la existencia de este último: En esta noche, en este mundo y nada es promesa entre lo decible que equivale a mentir (todo lo que se puede decir es mentira) el resto es silencio sólo que el silencio no existe.20 Julio Cortázar comentaba respecto a Tercera Poesía Vertical21 de Roberto Juarroz: «He leído en alta voz los poemas [...], y en cada caso se ha repetido esa sensación prodigiosa de entrañamiento, de rapto, de acceso. Siempre he amado una poesía que procede por inversión de signos: el uso de la ausencia en Ma- llarmé, algunas «anti-esencias» de Macedonio, los silencios en la música de Webern»; 22 creemos que estas palabras permiten un primer acercamiento a este poeta argentino. 14 Alejandra Pizarnik, poema Piedra fundamental de «El infierno musical», op. cit., pág. 69. 15 Caminos del espejo, de «Extracción de piedra de locura», op. cit., pág. 59. 16 Ibid. 17 Poema Mendiga voz de «Los trabajos y las noches», op. cit., pág. 43. 18 Véase Martha F. Moia, «Some keys to Alejandra Pizarnik», Sulfur 8, 1983, págs. 97-101. Assunta Polizzi, «La palabra y el silencio: La poesía de Alejandra Pizarnik», Cincinnati Roman- ce Review: University of Cincinnati, Ohio, vol. XIII, 1994, pág. 111. Poema En esta noche, en este mundo, op. cit., pág. 81. Toda la obra poética de R. Juarroz lleva por título genérico Poesía Vertical, sólo cambia el adje- tivo ordinal correspondiente. 22 Alejandra Pizarn «Entrevista con Roberto Juarroz», Zona franca, Caracas, a. 4., n.° 52, dic. Uejandra Pizarnik, 1967, pág. 12.
  • 5. 666 ROSA M.a MATEU SERRA Roberto Juarroz forma parte de ese grupo de intelectuales argentinos actua- les interesados en una poesía que es calificada como «poesía pensante»; así lo indica Guillermo Sucre, al definirla como una poesía no hecha de conceptos, si- no de pensamiento.23 Precisamente ese intento de captar lo inaprensible debe configurarse en un modo diferente de concebir la escritura poética, una escritura que ha dejado de confiar en los conceptos ordinarios del lenguaje y, por tanto, en la concepción estructuralista del signo lingüístico: éste deja de ser definido como una relación entre significante/significado, el vínculo entre estos dos constituyentes se ha perdido: ya no se trata de «nombrar» (un concepto por su nombre), sino que, como nos indica Thorpe Running, estamos ante un proceso de desnombrar24 emparentado con el descontruccionismo de Derrida. Como dice el gran poeta recientemente fallecido Octavio Paz: «las cosas se mueren para que vivan los nombres».25 Guillermo Sucre explica perfectamente cómo antes el lenguaje se fundaba en una verdad superior: el escritor podía o no interrogarse sobre el lenguaje, pero confiaba su validez a esa garantía superior: Con la historia moderna, toda garantía superior desde una trascendencia desapa- rece y así el lenguaje pierde su fundamentación. Ya Nietzsche observaba que no se puede decir esto es, sino esto significa; con lo cual no sólo ponía de relieve el paso de la trascendencia o lo absoluto a la inmanencia o lo relativo, sino que además, le daba al lenguaje una función central en el mundo. Así, todo problema -teológico o filosófico, pero también el más cotidiano- se volvía un problema lin- güístico, un problema semántico.26 En Juarroz el lenguaje ha perdido esta validez . Como a otros poetas contempo- ráneos pueden aplicársele estas palabras de Cioran: «Nos interesamos cada vez más [...] no en lo que el autor ha dicho sino en lo que hubiera querido decir, no en sus actos, sino en sus proyectos, menos en su obra real que en su obra idea- da». 27 Efectivamente, Juarroz recurre a las ausencias para crear presencias: Desbautizar el mundo, sacrificar el nombre de las cosas para ganar su presencia. El mundo es un llamado desnudo, una voz y no un nombre, una voz con su propio eco a cuestas.28 23 Guillermo Sucre, op. cit. 24 Thorpe Running, «El lenguaje como tema en la poesía argentina actual», Letras, Universidad Católica Argentina, n.° 15-16, 1986, págs. 150-66. 25 Octavio Paz, El mono gramático, Barcelona: Seix Barral, Biblioteca de bolsillo, 1996, pág. 51. 26 Guillermo Sucre, «Las palabras y la palabra», op. cit., pág. 222. 27 Cioran, Valéryface á ses idoles, cit. por Sucre, «Las palabras y la palabra», op. cit., pág. 223. 28 Roberto Juarroz, Poesía Vertical (Antología),eá. de Francisco José Cruz Pérez, Madrid: Visor, 1991, pág. 125. A partir de ahora los ejemplos citados procederán de esta edición.
  • 6. EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA 667 La imposibilidad del lenguaje como expresión de la realidad conduce al poeta al silencio, pero ¿cómo escribir el silencio? Las palabras sólo pueden aproximar- nos a él a través de su ausencia, la ausencia del lenguaje es su presencia, una muestra más de la constante contradicción inmanente en el pensamiento del poeta argentino. Las palabras han perdido su valor, el poder de la palabra se ha desvirtualizado, ya no sirve para llegar a la profundidad, a esa «secreta nitidez de las cosas», en palabras de Guillermo Sucre. Octavio Paz a menudo ha refle- xionado sobre este poder de la escritura y el desprestigio de la palabra: Las relaciones entre la retórica y la moral son inquietantes: es turbadora la faci- lidad con que el lenguaje se tuerce y no lo es menos que nuestro espíritu acepte tan dócilmente esos juegos perversos. Deberíamos someter el lenguaje a un régi- men de pan y agua, si queremos que no se corrompa y nos corrompa.29 Significado y significante son ya elementos que caminan por separado; más que identificar, las palabras contradicen; la relación entre el mundo y el lenguaje se convierte en un fenómeno irónico. Las palabras ya no nombran algo externo a ellas, pueden sugerir, aludir, insinuar, pero no transmitir algo diferente de su significante. Esa desconfianza en la palabra está presente en Juarroz en versos como los siguientes: Crear algunas palabras para no decir, tan sólo para contemplarlas como si fueran rostros de recién nacidas criaturas del abismo.30 La reflexión sobre el proceso creativo y la nulidad de la palabra es un motivo incesantemente repetido: Una palabra es todo el lenguaje, pero es también la fundación de todas las transgresiones del lenguaje, la base donde se afirma siempre un antilenguaje. Una palabra es todavía el hombre. Dos palabras son ya el abismo. Una palabra puede abrir una puerta. Dos palabras la borran.31 El significante está solo. Thorpe Running se refiere a esta manera de concebir la palabra con el nombre de «palabra poética explosiva»32 para encarnar ese tipo 29 Octavio Paz, op. cit., pág. 2 5 . 30 Roberto Juarroz, op. cit., pág. 121. 31 Id. pág. 144. 32 Vid. su artículo «La poética explosiva de Roberto Juarroz», Revista Iberoamericana, Pittsburgh, 1983, 49: 125, págs. 853-866. El crítico utiliza este término porque, según él, Juarroz desea en- contrar una palabra que pueda contener «la expresión del sen>, pero con el signo desposeído de
  • 7. 668 ROSA M.a MATEU SERRA de poemas que derivan en una reflexión constante sobre los límites de la poesía. La única forma de poder decir algo es el silencio: Los nombres no designan a las cosas: las envuelven, las sofocan.33 O en los siguientes versos donde se vierte explícitamente este deseo de dejar hablar al silencio: No prestar atención a las palabras, salvo a aquéllas que transportan su propia carga de silencio.34 La mayor parte de la crítica señala como elementos clave de la poesía del autor argentino la búsqueda de un centro y la necesidad de repetición, este último elemento constantemente presente en la forma de expresión poética del autor como proceso de búsqueda de este punto. Pero ese lugar es inalcanzable porque, como en Derrida, «el centro no es un punto». Así lo explica Thorpe Running: «Cada palabra o símbolo, al repetirse, pertenece luego a una estructura cambia- da que tiene un nuevo - o desplazado- centro, y a causa de esa nueva base llega a ser un elemento diferente».35 Cada palabra, al ser emitida, difiere de la ante- rior. Cada momento es único, irrepetible; una misma palabra, ¿cómo puede refe- rir lo constantemente cambiante, los momentos irrepetibles? Sólo cabe el escep- ticismo ante el lenguaje. Como dice Octavio Paz necesitaríamos de un lenguaje que no fuese lenguaje, es decir, que perdiera su esencia, remitiéndonos una y otra vez a esa idea expresada más arriba: «[...] Cada una de estas realidades es única y para decirla realmente necesitaríamos un lenguaje compuesto exclusi- vamente de nombre propios e irrepetibles, un lenguaje que no fuese lenguaje: el doble del mundo y no su traducción ni su símbolo» 36 . Ya que la búsqueda de ese centro es imposible, la ambigüedad y la contradicción aparecen constante- mente buceando entre los versos de Juarroz: Toda palabra es una duda, todo silencio es otra duda. Sin embargo, el enlace de ambas nos permite respirar.37 su significado (la «palabra de no comunicación» de la que hablaba Octavio Paz). En una entre- vista a Juarroz realizada por Alejandra Pizarnik la autora repite unas palabras antes escritas por este: «Vivo el poema como una explosión de ser por debajo del lenguaje. Descubro aquí cuatro elementos básicos: explosión, ser, lenguaje y debajo», en art. cit., pág. 10. 33 Roberto Juarroz, op. cit., pág. 229. 34 W., pág. 217. 35 Thorpe Running, «La poética explosiva de Roberto Juarroz», pág. 856. 36 Octavio Paz, op. cit., pág. 24. 37 Roberto Juarroz, op. cit., pág. 261.
  • 8. EN TORNO AL SILENCIO Y LA PALABRA 669 Visto todo ello, no sorprende el título genérico de toda su poesía, Poesía Verti- cal, aludiendo a esa búsqueda de profundidad, de abismamiento, de captación de lo esencial; ello explica también que los poemas sólo vayan numerados, sin título, como si formaran parte de una prolongada meditación dividida en peque- ños momentos: He llegado a mis inseguridades definitivas. Aquí comienza el territorio donde es posible quemar todos los finales y crear el propio abismo, para desaparecer dentro.38 Esta dificultad de adecuación de palabra y pensamiento todavía se hace más patente cuando la palabra parece no sólo desligada de la realidad, sino incluso de aquel que la emite o interpreta: Porque no somos nosotros los que miramos las palabras: son ellas las que nos miran a nosotros y quizá también más allá de nosotros, parpadeando con un ritmo secreto y solitario.39 38 Id., pág. 127. 39 Id., pág. 124.