El uso prolongado de reproductores de música a alto volumen como los MP3 puede provocar daños irreversibles en los oídos y conducir a la sordera. Los jóvenes pasan muchas horas escuchando música a alto volumen encerrados en sus habitaciones, lo que puede deteriorar los neuroepitelios del oído antes de lo normal. Para evitar la sordera, se recomienda no exponerse a ruidos fuertes, bajar el volumen de la música y utilizar protección auditiva cuando se esté expuesto a ruidos.