1. 04 /2008
SINDROME DEL EDIFICIO ENFERMO
ANTECEDENTES:
Conforme transcurren los años, cada vez las personas pasan más tiempo en espacios
confinados, llegando en la actualidad en los países más desarrollados a superar el 90%, lo
que hace una preocupación muy grande brindar confort en esos lugares durante el tiempo
laboral. Lo mismo ocurre en el hogar, contrastando de esta manera en ambos casos con el
medio ambiente exterior.
Hace aproximadamente unos 30 años comenzaron a aparecer informaciones con respecto
a problemas que surgían en personas que se encontraban trabajando en espacios
confinados fundamentalmente en instalaciones de tipo estratégico militar.
Los mencionados problemas consistían en quejas por cefaleas, irritación de las mucosas,
sensación de cansancio y algunos con problemas de claustrofobia.
A finales de la década del setenta esto se repitió sin el efecto de la claustrofobia en
personas que trabajaban en grandes edificios.
Durante los años ochenta se comenzó a estudiar el problema con seriedad, llegando a
observar mediante el uso de la estadística en los lugares con problemas, que estos se
encontraban muy asociados a las dificultades de la ventilación (renovación del aire viciado).
Este tipo de problema recibió varias denominaciones: “Síndrome de la oficina enferma”,
“Síndrome del ojo del oficinista”, “Síndrome del edificio enfermo”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que se utilice el término “Síndrome
del Edificio Enfermo” (SEE), para este tipo de condiciones que se presentan en un
ambiente cerrado y en 1982 realizó una división a la clasificación del problema:
• S.E.E. temporal cuando el síndrome disminuye o desaparece con el transcurso del
tiempo.
• S.E.E. permanente cuando los síntomas continúan pese a las medidas adoptadas y el
transcurso del tiempo.
También es de considerar que muchos de los efectos de los ausentismos en las empresas
es originado por enfermedades simples y vulgares tales como el catarro o el resfrío, hay
estadísticas de todo tipo al respecto y en todos los países los porcentajes por lo general
varían en dos aspectos: la ubicación geográfica que denota el clima y el grado de
desarrollo. Lo que se presenta en común es que los contagios se efectúan en los lugares
cerrados, mayormente en los mismos lugares de desarrollo las tareas siendo las más
virulentas las epidemias en las oficinas.
Una gran mayoría pasamos el día dentro de una oficina. No es de extrañar, que si el
ambiente del lugar de trabajo no es salubre acabemos enfermando. Como ya mencionamos,
a partir de los años setenta, se comenzó a detectar que en ciertos edificios se observaba
una mayor incidencia de cefaleas, irritación de mucosas y sensación de fatiga.
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Curiosamente, estos síntomas se producían con más frecuencia en modernos edificios de
oficinas. Estudios posteriores observaron una relación entre el “Síndrome del Edificio
Enfermo” y las técnicas de sustitución de la ventilación natural por sistemas centralizados
de aire acondicionado.
La OMS estima que el síndrome afecta entre un 10% y un 30% de los ocupantes de un 30%
de los edificios modernos.
DEFINICIÓN:
La organización Mundial de la Salud ha definido al SEE como un conjunto de enfermedades
originadas o estimuladas por la contaminación del aire en espacios habitados cerrados.
Es un conjunto de molestias y enfermedades originadas por la mala ventilación, la
descompensación de temperaturas, las cargas iónicas y electromagnéticas, las partículas en
suspensión, los gases y vapores de origen químico y los bioaerosoles, entre otros agentes
causales identificados.
El tipo de malestares que producen y estimulan estas situaciones es variado: jaquecas,
náuseas, mareos, resfriados persistentes, irritaciones de las vías respiratorias, piel y ojos,
etc. Entre estos malestares, las alergias ocupan un papel importante.
En la evaluación, entre otras cosas, se ha de determinar el tipo y tamaño de las rejillas de
impulsión de aire, así como medir su caudal y compararlo con los estándares de la ASHRAE
(American Society of Heating, Refrigerating and Air-Conditioning Engineers).
SÍNTOMAS QUE PREVALECEN:
- Irritación de ojos, nariz y garganta.
- Sequedad de piel y mucosas.
- Eritema cutáneo (erupciones).
- Comezón.
- Fatiga mental, somnolencia.
- Dificultad de concentración.
- Cefaleas, vértigos.
- Mayor incidencia de infecciones de vías respiratorias altas.
- Dificultad respiratoria, jadeo, ronquera, asma, disfonía, tos.
- Alteraciones del gusto y del olfato.
- Náuseas, mareos.
- Hipersensibilidad, irritabilidad (tratan mal a sus compañeros o clientes, insultan,
buscan la pelea).
Continuará. . .
“El que se alaba a si mismo siempre encuentra a alguien que se ría de él, lo cuál no es
cómico, sino trágico”