1. 05 /2008
SINDROME DEL EDIFICIO ENFERMO
Continuación...
SÍNTOMAS QUE PREVALECEN:
Algunos síntomas se suelen confundir con gripes o resfriados, dolor de cabeza, sinusitis,
congestión, mareos, náusea, cansancio, irritación de los ojos, la nariz y la garganta. Se
asocian al lugar de trabajo, solo si afecten simultáneamente a varios empleados o si tienen
una persistencia no razonable. En algunos casos se relacionan fácilmente a la jornada
laboral, pues aumentan con la estancia en la oficina y mejoran al abandonar el trabajo,
llegando a desaparecer durante las vacaciones.
Otras veces puede haber reacciones alérgicas, debido a la presencia de un alérgeno, el 10%
o más personas de una oficina exhibirán síntomas, incluyendo estornudos, vías
respiratorias hinchadas y ataques parecidos a los del asma. Individuos con una alergia
relacionada con la del edificio experimentarán síntomas similares en otros ambientes si el
alérgeno en cuestión está presente en otro lugar donde acudan por ejemplo, ácaros de
polvo, caspa de gatos o esporas de moho, o polen.
En ciertos edificios pueden además estar potenciadas algunas enfermedades comunes del
individuo, tales como sinusitis y algunos tipos de eczemas.
Para diagnosticar la existencia de un síndrome de edificio enfermo tiene que efectuarse
una investigación cuidadosa entre el personal afectado, teniendo en cuenta los síntomas
reseñados. En estos edificios según los estudios realizados, los síntomas son más
frecuentes por la tarde que por la mañana, el personal operativo de oficina es más
propenso que el personal directivo a experimentar molestias, estas molestias son más
frecuentes en el sector público que en el privado y se ha observado que las quejas son más
abundantes cuanto menos control tiene la gente sobre su entorno.
CAUSAS RESPONSABLES DEL SEE
Aun se desconocen las causas del mal con seguridad, por lo que no se pueden establecer
medidas preventivas. Se necesitan más estudios que relacionen mejor los síntomas y las
condiciones ambientales. Se sospecha que los factores causantes del mal son de cuatro
tipos:
- Químicos: formaldehído, polvo o fibras de compuestos orgánicos, dióxido de
carbono, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, ozono y otros.
- Biológicos: bacterias, hongos, esporas, toxinas, ácaros.
- Físicos: iluminación, ionización, ruido, vibraciones, temperatura, humedad relativa,
ventilación.
- Psicosociales: stress, ansiedad, agresividad contenida, contagio psíquico.
Un único factor responsable del malestar es fácilmente detectable, pero si actúan varios y
más si lo hacen de forma intermitente, hacen difícil su detección.
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Las causas proceden por igual de dentro o fuera del edificio. Muchas veces actúan
simultáneamente materiales químicos, bacterias, hongos, el polen y el polvo, la
temperatura, la humedad, la iluminación, el ruido, sumándose además a todo lo anterior el
estrés por problemas personales y el relacionado con el trabajo, así como condiciones de
salud preexistentes.
Otros especialistas agrupan las causas de la siguiente manera:
• Contaminación ambiental.
• Olores
• Pérdida de iones negativos en el aire.
• Sistema de ventilación / renovación de aire inadecuado.
• Baja humedad relativa.
• Ambiente de trabajo poco confortable.
o Temperatura elevada
o Mala ventilación.
o Ventilación no homogénea
o Iluminación deficiente
o Acinamiento.
o Falta de desinfección periódica.
o No respetar las “cuarentenas”, como el caso de enfermedades gripales,
donde el hombre es un foco portador y la ventilación un excelente difusor.
• Causas psicosomáticas / insatisfacción.
Otros indican que los factures que contribuyen al síndrome se relacionan con el diseño del
ambiente construido, y puede incluir combinaciones de algunos o a todas las siguientes
causas:
• Interior polución del aire.
• Perfumes artificiales.
• Pobre o inapropiada e incluso excesiva iluminación (incluyendo ausencia de o solo
limitados accesos a la luz natural). La excesiva iluminación genera reflejos en las
pantallas de trabajo de los puestos administrativos.
• Pobre calentamiento o enfriamiento y/o ventilación de los ambientes de trabajo.
• Mal posicionamiento de los sistemas de calefacción y aire acondicionado (mala
distribución del aire).
• Mala acústica.
• Malos diseños de muebles y equipos (sillas, escritorios, monitores de PCs,
fotocopiadoras, etc.)
• Pobre ergonomía.
• Contaminación química.
• Contaminación biológica.
Para el dueño o al operador de un “edificio enfermo”, los síntomas pueden acarrear altos
niveles de empleados enfermos o ausentismo, baja productividad, baja satisfacción laboral
y alta rotación de empleados.
Continuará. . .