2. Para que la crítica surta efecto, no se debe humillar al otro. La más leve crítica en presencia de otras personas puede caerle muy mal al que es objeto de la crítica. Hay que criticar en privado. 1
3. Las palabras amables y los elogios suscitan un ambiente cordial de amistad. El otro nota que no lo están atacando y se tranquiliza. Empezar con unas palabras amables o un cumplido. 2 Los elogios lo hacen más receptivo a la corrección: «He visto que usted siempre está estudiando formas de mejorar en el trabajo. Se me ocurrió que…»
4. Se critica la acción, no a la persona. Que la crítica sea impersonal. 3 Al fin y al cabo, lo que interesa es que la persona haga bien su trabajo.
5. Cuando diga a alguien lo que hizo mal, no olvide decirle cómo puede hacerlo bien. En vez de hacer hincapié en el error, se da más importancia a las formas de corregirlo y evitar que se repita. Proporcione la solución. 4 Nada baja tanto la moral en una oficina, fábrica u hogar como un clima de descontento general sin que esté claramente definido lo que se pide. La mayoría de las personas están ansiosas de hacer las cosas bien en tanto que se les explique cómo se hacen bien.
6. Siempre se consigue más cooperación solicitando que exigiendo. Al exigir pone al otro en el papel de esclavo y a usted en el de negrero. Al pedir, se lo trata como a un compañero de trabajo y por consiguiente está más dispuesto a cooperar que por la fuerza. Solicite cooperación, no la exija. 5
7. Se justifica señalar un error una vez. Dos veces es innecesario. Y tres una pesadez. Solo una crítica por cada error o falta. 6 Recuerde que lo que se quiere conseguir es que se haga bien una tarea.
8. Hasta que se ha resuelto un asunto en tono amistoso no queda concluido de verdad. No deje nada pendiente para más adelante. Termine la conversación dándole una palmadita en la espalda. Terminar amistosamente. 7 Que lo último que recuerde del encuentro sea la palmada en la espalda, no una patada en el trasero.
9. www.tommyswindow.com Para m ás presentaciones, visita : PARA COMPARTIR Elogia en voz alta; acusa en voz baja. Aunque las palmadas en la espalda se dan pocas vértebras más arriba que las patadas en el trasero, consiguen muchos mejores resultados.