3. LA SERENIDAD
• Se trata de conseguir un estado de serenidad, y, vistas
las definiciones y las actitudes tanto que no llevan a ella,
como las que las llevan, es todo un trabajo en
profundidad sobre uno mismo de autoconocimiento y
consciencia.
• En resumen, la serenidad es una meta que se consigue
cuando uno hace una revisión y revalorización de su
sistema de creencias falsas sobre lo que es la vida,
producto de la educación y del trato que se le dió en
determinados momentos de su biografía, y uno se da
cuenta de sus mecanismos de defensa y del falso yo
que opera en su vida y se anima a cambiarlos. Entonces
uno se encuentra en la calma, en la aceptación y con la
confianza básica producto ya de la sabiduría y
experiencia y no tanto de la inocencia, sino del trabajo
en profundidad sobre sí mismo.
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5. Es aceptación y confianza, tranquilidad y fe, tanto en
uno mismo como en las circunstancias que nos
rodean que han ocurrido, ocurren y ocurrirán.
Aceptación es: valoración, agradecimiento,
comprensión y encuadre de que lo que ocurre a
nuestro alrededor, y cuando por fin uno aprende
que no es más que producto de las actitudes,
pensamientos y sentimientos, es decir, son
consecuencias lógicas de lo que uno ha emitido en
la vida.
Es: Literalmente significa
tranquilidad, silencio,
estabilidad, solemnidad,
familiaridad, tranquilidad,
serenidad es el opuesto de
ligereza, intranquilidad, duda
o indecisión.
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7. • Es una sensación de bienestar que nos permite focalizar las
cosas que suceden a nuestro alrededor desde un costado
más activo. Las personas serenas logran pensar antes de
decidir y no se sienten demasiado asustadas, preocupadas
o ansiosas por el porvenir.
• Este valor nos enseña a conservar la calma en medio de
nuestras ocupaciones y problemas, mostrándonos
cordiales y amables con los demás.
• En realidad, quienes son más serenos pueden disfrutar de
la vida y pensar que podrán, en algún momento, superar
los problemas.
LA SERENIDAD “NO ES”
• No es estar a salvo de la tormenta, sino encontrar la paz en
medio de ella.
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9. • No es indiferencia, complacencia ni ignorancia. Es una
virtud saludable que nos abre la posibilidad de mejorar
nuestra calidad de vida.
• No significa esperar que las cosas pasen o mejoren solas.
Por el contrario, se trata de actuar de acuerdo a lo que
cada uno crea mejor para sí mismo y para lo que debe
afrontar.
TENER SERENIDAD
• Puede requerir un arduo trabajo personal, pero resulta
fundamental para enfrentar las pérdidas y la adversidad.
Y aunque no existe una fórmula para aprender aquellas
respuestas serenas que le sirvan, es preciso tener en
cuenta la importancia de vivir aquí, ahora y con lo que
existe... y cambiar, si de usted depende.