La lucha de 62 años contra la talasemia de una escritora

La vida es un cúmulo de gotas con esfuerzo - 1 -
La vida es un cúmulo de gotas con esfuerzo Señora Chen
Breve biografíadel autor 作者簡介
La autora de la obra, Sra. Chen, actualmente con 62 años de edad, nació en la ciudad
Tai Chung 台中 de la provincia Taiwán, en 1939. Cuando ella nació, su médula no pudo
producir sangre, y por ello, fue un bebé destinado a no tener mucha esperanza para
sobrevivir con esa enfermedad. Después, tuvo que hacerse transfusiones de sangre
periódicamente a través de vender los bienes raíces de la familia, específicamente los de
sus abuelos, y esto con el objeto de poder mantener con mucho esfuerzo su débil y
pequeña vida. Cuando recién inició su vida escolar en la primaria, por su abdomen
hinchado como el de una embarazada, se tuvo que operar por primera vez. Luego,
alrededor de los 10 años, por una grave anemia de nacimiento, se produjo una afectación
a su cerebro por la falta de sangre y oxígeno y no pudo desarrollarse normalmente, por
esta razón, fue como si hubiese sido una niña con síndrome de Down... con poca capacidad
mental. No solamente que no tenía los conocimientos básicos de como contar: uno, dos y
tres, sino que hasta su propio nombre no lo podía mencionar perfectamente.
En el quinto año de escuela, se infectó de un virus desconocido, y se enfermó gravemente,
y no pudo recuperarse ni con medicinas, finalmente, llegó a un estado de no tener
respiración. Pero su abuela y su mamá insistieron y nunca la abandonaron, todo por la
fuerza de su creencia religiosa, cuando ellas rezaron en nombre de Buda, ella resucitó
milagrosamente, hubo una transformación completa, pasó a ser de niña especial a una
niña normal. La señora Chen, antes de cumplir un año de edad, mantuvo su vida gracias
a la donación de sangre ajena, inyecciones y medicinas, sin saberse si seguiría al día
siguiente con vida. Toda su vida transcurrió en el hospital como si aquel fuera su propia
casa, todos los días fue asistida por doctores y enfermeras profesionales. A los 60 años de
edad, por una infección grave de células muertas en sus piernas, tuvo la enfermedad
llamada “septicemia”. Casi pierde la vida otra vez. A través del análisis en su sangre, supo
que desde que nació hasta ahora, lo que tuvo supuestamente, fue una anemia grave de
nacimiento, pero era “ talasemia”, también llamada como “talasemia de nivel intermedio”,
es una enfermedad incurable, sin remedio sin ningún tratamiento, y muy pocas personas
con esta enfermedad, logran sobrevivir hasta los 20 años.
El escritor tuvo que recibir transfusiones de sangre por toda su vida, por lo menos 2 y 3
veces por mes. Y por los costos de medicinas e inyecciones que necesitó todos los días,
llegó a implicar a toda su familia, por lo que llegaron a tener una situación económica muy
mala. El padre insistía en que no podía mantener a una niña que probablemente no pudiese
vivir por mucho tiempo, y consideraba que ella era algo así como un vampiro chupa sangre,
que era una hija que venía a cobrar deudas, y eso suponía que toda la familia terminase
mal, y así fue como abandonó a su hija, y no quiso intentar más nada, y la madre, tampoco
pudo oponerse para no estar en contra de su esposo.
Así fue que la señora Chen fue rescatada y acogida por su abuela de la sala de bebés
abandonados del hospital, lo hizo con todo el esfuerzo, y no tuvo ninguna palabra de queja,
ni rencor, crió a su nieta sola, pero igual creció como un ser solitario, Sin embargo, la
autora fue como una huérfana, que no tuvo el cariño ni el amor de su padre, tampoco el
amor de los hermanos, porque nadie quería aceptarla, ya que ella era como un cadáver

rígido que se alimentaba de sangre.
La señora Chen pudo mantenerse con vida por su incansable lucha, estudió con mucho
ahínco, y finalmente recibió el consuelo de Dios y pudo formar su familia, llegando a tener
hijos, y luego se pudo graduar en la universidad, salió del ensimismamiento, de su mundo,
sin poder hablar con nadie, con valentía luego pudo hablar, y conversar con los demás.
Esperemos que como el escritor, luego de tantas enfermedades incurables, y por su propio
esfuerzo, logre superar esas experiencias impactantes y mantenerse con vida, aspiramos
a que pueda influenciar en este mundo a todas las personas enfermas que como ella,
toman una dirección, una meta, y en especial ella, que es como una lámpara luminosa que
nunca será apagada, así nos ilumine en un futuro lleno de esperanzas. “La escritora lo
pudo lograr, ¿por qué no yo?”, No abandone su corazón, y levantémonos todos unidos a
través de nuestro propio valor, para vivir la vida y luchar juntos.
目錄
La longevidad en la vida se da por el esfuerzo de uno mismo.
Según las indicaciones del doctor, para poder sobrevivir, tuve que comprender y conocer
profundamente; qué es la “talasemia de nivel intermedio”. Por eso, llevaba muchos libros y
revistas que contenían información sobre esa enfermedad al hospital, los leía todos los
días, una y otra vez. Pero me sorprendí al ver, que dentro de toda esta información,
publicasen bastantes noticias, pero sobre la muerte de pacientes que eran menores de
edad. Me hizo sentir muy triste, porque la edad de todos ellos, estaba relacionaba con
gente muy joven. Siempre he reflexionado; ¿acaso ellos no son también nuestros hijos?
Con frecuencia lloro por ellos, hasta mojar la falda con lágrimas.
Yo también soy una persona con “anemia congénita”, desde el día en que nací, fui
pronosticada muerta por un doctor japonés en aquella época, sin embargo, mi mamá
recorrió por todos los rincones de la ciudad cargándome en sus brazos, buscando un
salvador o alguna medicina milagrosa, esperando que esta pueda curar mi enfermedad.
Hay un refrán antiguo que dice: “El nacimiento y la muerte pueden ser calculados por los
seres humanos, pero fijado por Dios.” También se dice: “Dios nunca da un camino sin
salida.” “Cuando Dios te cierra una puerta, te abre otra al mismo instante.” Y mi mamá
siempre creyó con toda su fe: “Aun, siendo el final en la vida del ser humano, existirá la
mano de Dios.” Así, yo logré sobrevivir con todas mis fuerzas.
Nunca había escuchado sobre la “talasemia”, y de repente, mi “talasemia” se agravó
rápidamente, toda mi pierna se infectó, supuraba células muertas, y luego de realizarme
los exámenes, confirmaron que era “talasemia”, fue ahí que empecé a estudiar sobre eso.
En realidad, desde pequeña, me he mantenido con vida por el hecho de recibir sangre
ajena, debido a que estoy eliminando hierro del cuerpo, por esta razón, mi familia cayó en
crisis económica, pero nunca supe que todo esto, había sucedido por la “talasemia”.
Recientemente, en una situación imprevista, me encontré con una persona que trabaja
haciendo publicaciones sobre la “talasemia”, y él me dijo con toda sinceridad: “Tú sólo
tienes una “talasemia” muy leve, no es grave”
Y luego de escucharle, estuve muy agradecida, y muy aliviada. Pero luego pensé que mi
enfermedad siendo leve, aún así, mi vida había sido muy sufrida, entonces, ¿Qué pasará

con los que sufren gravemente? No sería esto muy cruel y miserable.
Cuando estudié en la escuela, en el colegio, e incluso en la universidad, necesité siempre
de una persona para que me acompañase de ida y de regreso. No llené el requisito para
participar en la clase de educación física, y tampoco pude salir sola. Porque siempre me
desmayaba en el camino sin recordar nada después. Cada vez que salía de emergencia,
el doctor siempre me auguraba la posibilidad de que no podría vivir más tiempo, y entendí
eso muy claramente, no tenía mañana, ni futuro. Por esta razón, cada vez que volvía de la
puerta de la muerte, siempre había pedido una y otra vez: que si pudiese vivir hasta
conseguir mi propia familia, hasta tener mi trabajo, iba a ofrecer todo el dinero ganado, mi
precioso tiempo, con el fin de establecer un asilo, y una casa de misericordia, para ayudar
a las personas con enfermedades incurables como yo. Y milagrosamente, se cumplió mi
sueño, y hoy tengo mi propia familia y mi trabajo, también existe el asilo, y la casa de
misericordia.
Pero esta enfermedad que sufro de “talasemia” de nivel medio, tiene poca diferencia
con la “talasemia” de nivel grave, por eso, cuando supe que algunas personas habían
fallecido por esta enfermedad de muy jóvenes, en mi corazón, sentí una gran tristeza, hasta
el hecho de no poder dormir, y decidí que con la poca fuerza que pude tener yo, ayudarles
a ellos, ofreciendo mi experiencia de lucha contra esta enfermedad en la que ya llevo 62
años. Para las personas que tengan la misma enfermedad, u otras personas que necesiten
de esta información, igual, que cada uno de ellos pueda tener una larga vida y que siempre
tengan una posibilidad de salir de la sombra de la muerte.
Considero que nunca he salido del peligro de esta enfermedad, ya que hasta ahora, debo
estar todos los días acompañada por una enfermera, sigo siendo una persona enferma de
anemia, no me he curado, pero, vivir día tras día, no ha sido un asunto tan fácil, sin embargo,
este camino lleno de dificultades, me ha brindado muchas experiencias preciosas, por el
hecho de buscar varias formas de sobrevivir, entonces, todo esto tiene un importante valor
para la reflexión. Quizás en las publicaciones, todos ellos eran casos de personas con
enfermedades de nivel grave, y por eso, la mayoría piensa que sólo las personas con
enfermedades de nivel grave... son importantes, y los de nivel intermedio o de nivel leve,
no tienen la razón que valide el hablar sobre ellos. Pero en la realidad, no hay una diferencia
notable; entre nivel intermedio y nivel grave, esto, sólo la persona que lo tiene, lo entiende
claramente. Especialmente; mi abuela, mis padres y mi familia, durante estos 62 años,
vivieron con miedos y temores, cada minuto y cada segundo se podría decir que: “No sólo
era leve la situación, sino que, más bien fue grave la condición.” Y al obtener empatía en
el mismo lugar, aprendí de los demás, y escribí este libro para ofrecerles una pequeña
parte de la tenacidad, y compartir mis experiencias con personas que están luchando con
las enfermedades, les participo; él cómo luché para poder sobrevivir en este mundo.
Muchas personas me han preguntado, sí el hospital llegó a ser como mi casa todos los
días del año, ya que pude entrar y salir del hospital, como que si éste hospital fuese la
cocina de mi casa;
“¿Es verdad que las personas que tienen enfermedades incurables, mueren temprano? ”
“¿Esta decidida ya la duración de la vida?”
Siempre ha sido negativa mi respuesta. Porque cuando era pequeña, siempre le escuché

a mi mamá decir: “Si eres una persona sin remedio, y sin futuro, aunque tengas una
enfermedad incurable, no entrarás a un camino sin salida.” Y la duración de la vida; siempre
esta decidida por uno mismo. La duración de la vida que quiere vivir una persona, siempre
será asunto de uno mismo, sin importar la enfermedad que se tenga. Pero la vida, siempre
será la lucha de uno mismo, un logro para sí mismo, luchando con el jefe del infierno, sin
eso, no es posible lograr algo... sino se lucha. Mi desarrollo físico fue muy lento, muy malo,
mi abuela siempre se lamentaba mucho de mi apariencia, ya que no concordaba con mi
edad, todas las noches me abrazaba cuando dormíamos juntas, hasta después de
graduarme en la universidad. Pero mi abuela a los 92 años, igual me dejó. Antes de irse mi
abuela, me dijo con toda firmeza, que no piense ser o que me crea una persona sin remedio,
ni futuro, que no haga cosas sinsentimiento, sin justicia, y que no me abandone a mí misma,
que no entre en un camino sin salida.
Recuerdo una vez, a un militar An Chi Liu, en el club de Golf narró los comportamientos
del ministro Yu, dijo que el ministro Yu, tenía 3 cosas que nunca las haría:
1. Cosas que no tengan un sentimiento compartido.
2. Cosas que no estén de acuerdo con la conciencia humana.
3. Cosas que no estén bajo las leyes humanas.
Después de escucharlo, me conmovió bastante, y lo tomé como una regla de vida,
también decidí que tampoco haría ésas tres cosas en toda mi vida, aunque tenga un
cuchillo en mi cuello. Ha habido personas que me preguntaban cuando yo comentaba
sobre los Sutras Budistas de:
1. ¿Cómo se puede luchar a lo largo de la vida? ¿Cómo lograrlo?
2. ¿Las personas que tienen enfermedades incurables, cómo pueden luchar contra el jefe
del infierno?
Primero hablemos de mi mamá; ella me cargaba cuando hubo ataques en la Segunda
Guerra Mundial, visitamos los templos en lo profundo de las montañas, para ver si con algo
de suerte, encontrábamos personas sabias, o a personas que hicieran milagros, para
salvar a la preciosa hija que estaba al borde de la muerte. Hubo un momento, en que ella
corrió a un templo abandonado para escapar de un ataque estadounidense. En ese templo
había un maestro que le preguntó ¿él por qué soportaba ese peligro cargando una bebé
fuera de casa? Mi mamá contestó llorando: “¡Mi hija tiene una enfermedad incurable, esta
casi por morirse!”
El maestro le dijo a mi mamá que vaya a la sala interior, y le contó sin ninguna molestia
de que: “la duración de la vida de cada persona no es sólo predestinada por Dios, sino por
el esfuerzo y la lucha de uno mismo. Y que el cuerpo de cada persona, es la mejor fábrica
de medicinas, ya que puede producir todo tipo de medicinas para curarse de todas las
enfermedades, por eso, el cuerpo de cada uno, tiene una fuerza escondida para curar
enfermedades. ” Y le dijo otra vez: “Si una persona sin remedio, o sin futuro, aunque tenga
una enfermedad incurable, no entrará a un camino sin salida. Nosotros vivimos en un
mundo con sentimientos y amor, hay que tener amor, no sólo con los seres humanos, sino
también con cualquier otra cosa, no herirles, ni con una gota de agua, o con un papel, o
con un centavo, hay que apreciarlos sólo con amor.”
Cuando tenía 11 años, me enfermé todo el año. Mi abuela y mi mamá me dijeron

seriamente: “Ya estás grande, tienes que luchar y esforzarte por la vida que quieres, nunca
hagas cosas que disminuyan la duración de tu vida. No importa si este sea un ser humano,
o un pequeño animal, tienes que cuidarlos con amor, como si fuese un familiar tuyo, porque
así darás más duración a su vida, y tú también tendrás más larga la tuya. Si quieres tener
más larga la vida, no hagas cosas que terminen con la vida de otra. Además, cada cosa
tiene una utilidad en la vida, hay que dejar que ella perdure lo más extensamente posible,
no dejes que llegue a un fin temprano por su uso. Porque alargando la vida de lo demás,
estarás alargando tu vida también. Y recuerda siempre que, al no terminar las riquezas y
bendiciones propias, la persona no llegará a morir tempranamente.”
Hoy día, cumplí 62 años sin haberlo previsto, durante todo este tiempo, lo que me ha
mantenido con vida, no ha sido únicamente la medicina o la tecnología ¡Quizás, lo que
realmente ha influenciado en mi vida, han sido éstas palabras!
Desde el día en que nací, nunca he matado a una hormiga, o a un mosquito, un bicho o
una cucaracha, y tampoco he pisado el césped o he arrancado flores a propósito en la calle.
En el año 1975, estuve desmayada por 11 meses por el hecho de haberme atrasado a
recibir la transfusión de sangre, y me convertí en algo así como un vegetal con respiración,
pero sin sentimientos, pero milagrosamente, desperté después.
En ese entonces, hubo un monje budista con una cultivación de alto nivel y le prometió a
mi madre, que no iba a irme así no más. Este monje le dijo: “Esta niña posee un rostro
benevolente, y su corazón es también benevolente, despertará otra vez y esta vez será
definitivamente.” Así, podemos comprender, que es lo que decide nuestro nacimiento o
nuestra muerte, no es una enfermedad, tampoco una enfermedad incurable, sino que esto
reside, en poseer un corazón hermoso y benevolente, ¿usted lo cree? ¡Sí! Al tener un
corazón hermoso, tendrá una vida hermosa.
Todas las palabras dichas anteriormente, son sinceras palabras y que las quiero expresar
a todos los amigos enfermos, y que esto lo puedan tomar como una referencia, y espero
que también usted tenga una vida plena, sus propios hijos y un trabajo.
Espero que tenga una vida larga, y viva más de 100 años
Desde el día en que nací, el doctor ya anunció mi muerte. El doctor, le dijo a mi mamá
que sufrirá como en la guerra: “A esta niña seguramente no la vas a poder criar, porque le
falta sangre y tiene el oxígeno en niveles críticos.”
Yo fui la primera hija de mi madre. En ese entonces, justo nos encontrábamos en la
época de la segunda guerra mundial, y mi mamá pasaba sufriendo, aguantando hambres
para mantener mi pequeña vida, para que yo pudiera nacer en este mundo. Pero el doctor
anunció cruelmente mi muerte, apenas en el primer día de mi vida. Yo estaba recostada
en la espalda de mi mamá, acompañando los pasos desesperados de ella, caminando
todas las ciudades, todas las provincias, con la única esperanza de encontrar alguna
medicina especial, o alguna receta secreta o cualquier tipo de medicina milagrosa para
poder salvar mi vida.
A los 4, o 5 años, no sabía hablar todavía, y a los 9 años no podía enumerar ni el uno, el
dos, o el tres, y el doctor dijo: ”A esta niña le falta mucha sangre y oxígeno en su cerebro,

máximo vivirá hasta los 11 años, después, ya no tendrá fuerza, y seguramente no vivirá,
no vale la pena seguir criándola, es mejor un dolor corto que un dolor largo, ya no insistan”.
Pero mi abuela y mi mamá, insistieron, en seguir luchando conmigo. Si de verdad yo fuese
una persona sin remedio, y tuviese que morir, dijeron al doctor y a la enfermera, mi abuela
y mi mamá; que ellas tampoco vivirían sin mí.
Desde que nací hasta hoy, ha sido ya una costumbre el que me desmaye por la anemia
grave, como si ésta fuera una rutina en mi vida, y es también muy costosa una emergencia
en mi situación, especialmente él ponerme sangre, a veces se tenía que pedir ayuda a los
parientes, a veces tenían que pedir al hospital a que bajen el precio. Me da alergia cuando
ingresa otra sangre, tiemblo mucho, y a veces no he podido soportar y he entrado en shock.
Por eso siempre la dividían en varias veces, y poco a poco. Nunca podía ingresar de una
sola vez toda la sangre que me faltaba. Claro que yo también siempre tenía desmayos por
la anemia, día tras día, nunca esperé que en el día de mañana, yo pudiese seguir viviendo
en este mundo. Pero imprevistamente, sobreviví los 11 años, pasé los 18 años, pero con
mucha suerte también. Hoy ya tengo 62 años. En estos años, también me he desmayado
por largo tiempo. Mis familiares que me acompañaban, todos estaban asustados, pero
hubo la fortuna de que en toda vez, siempre hubo personas con buen corazón que me
ayudaron a ingresar a la sala de emergencia en el hospital. Después de tantos exámenes,
se dieron cuenta que me faltaba sangre y oxígeno exageradamente, mis glóbulos rojos
tenían bastante problema. Después, profundizaron en los análisis de los exámenes, y
confirmaron el que yo tenía “talasemia” desde que nací, y bien grave, siempre hubo que
realizar transfusiones de sangre, y poder mantener esta débil vida.
De ahí comprendí; él por qué desde pequeña me alimentaba más de sangre que de arroz,
y también ahí supe que existía una enfermedad llamada “talasemia”. Pero ahora ya me
siento mejor. Antes de encontrar la verdad, ya me habían inferido por 62 años sangre, y
también han eliminado hierro del cuerpo por 62 años, y todo esto, por la implacable lucha
de mis familiares, porque ninguno de nosotros habíamos escuchado esta enfermedad
llamada “talasemia”. El doctor me preguntó con sorpresa: “En todo este largo camino de
tanta dificultad, ¿cómo es que sobreviviste?” Al escuchar esto, lloré en contra de mi
voluntad, y dije: “¡Mi abuela, mi mama, y toda mi familia, lo han hecho sólo por mí, ellos
han sufrido por tanta búsqueda, tan cansados que están ellos!”
Hoy leí algunos revistas e informaciones del club de “talasemia” en el hospital, y me hizo
sentir muy triste, lloraba mientras caminaba, y al entrar a la puerta de mi casa, sola en mi
cuarto, las lágrimas no paraban de salir de mis ojos hasta entrada la madrugada, no pude
dormir, mis 5 hijos estaban asustados por mí. Y toda la noche, nadie pudo alejarse ni medio
paso. Pero era sólo por que no podía comprender él por qué estas personas enfermas de
las revistas y periódicos, eran todos jóvenes. No tenían una propia familia todavía, y morían
uno por uno, ¿Por qué? ¿Por qué?
Yo nací en tiempos de la segunda guerra mundial, y lo que más faltaba, entre otras cosas,
eran medicinas y víveres para la casa, y aquella época, fue la más difícil de todas en la
historia de los taiwaneses, era casi imposible encontrar medicamentos para la nutrición, o
la medicina común o los genéricos, o la sangre que necesitaban estos niños enfermos, y
que no lo podían conseguir, y nosotros también, todos los días negociábamos el precio,

pero el costo, igual seguía siendo muy alto, fue una carga muy pesada, y todo esto,
mientras enfrentábamos los ataques de los militares estadounidenses. Pero hasta el día
de hoy, nosotros luchamos con nuestras propias fuerzas, nunca hemos recibido ninguna
ayuda del gobierno, por que cada gota de sangre que ingresó a mi cuerpo, fue pagado por
nosotros mismos, y por la fuerza de toda mi familia, que soportó hambre para poder pagar
esto, y debido a que la fuente de ingresos para adquirir las medicinas y las fundas de
sangre fue de mucha limitación, no tuvimos todo el dinero para lo que necesitábamos, no
siempre completamos la cantidad de sangre que en realidad debía ponerse, y en ninguna
ocasión, se pudo cumplir con la dosis de sangre que faltaba por una sola vez, siempre
llegamos hasta el 70% o 80% nada más, por que ya no podíamos soportarlo
económicamente. Pero milagrosamente, sobreviví hasta ahora, hasta los 62 años no me
ha pasado nada, pero éstas jóvenes personas enfermas, nacieron en una mejor época, en
una sociedad con más riqueza, con todas las ayudas ofrecidas por el gobierno, entonces
¿por qué tienen tan corta la vida? Quizás; Aparte de las transfusiones de sangre y sobre
la forma de como se elimina el hierro en el cuerpo y al realizar estudios sobre las
enfermedades con alta tecnología, ¡todavía haya ciertos asuntos en los que no pueden
hacer mucho con la ciencia! Sinceramente desearía profundizar para entender a estas
jóvenes personas enfermas, y poder al menos ayudarles un poco con mi corazón, y que
puedan tener una larga vida para sí y sus propias familias, sus hijos, y obtengan trabajos,
y que en el futuro todos ellos pudiesen vivir más allá de los 100 años.
Ahora trabajo en asuntos relacionados con leyes; me encargo de las inversiones internas
y externas de empresas multinacionales, es muy novedoso este trabajo. Pero; sigo siendo
una persona con esta enfermedad incurable... sin mañana, y sin futuro. Según las
enseñanzas de mis padres, nunca yo debo recibir casos de demanda o de acusación, ya
que estos casos harían acortar mi vida. Porque en mis 62 años de lucha con la vida, en
todo este tiempo; tanto mi abuela como mi madre, sufrieron, y en su desesperación, y no
sé cuantas veces, pidiendo a no sé cuantas religiones, el que sucediera algún milagro para
de esta manera poder salvar mi pequeña vida. Por esta razón, siendo ya mayor, mis
familiares me siguen recordando que no olvide la fuerza milagrosa que tienen las religiones,
y que me instruya con bastantes libros con enseñanzas sagradas de todas las religiones,
y así poder ayudar a los demás. Actualmente, siempre dicto charlas sobre el Libro del
Corán del árabe antiguo, el Antiguo Testamento en Hebreo, El Nuevo Testamento del
Griego, Literatura sánscrita I, y Literatura sánscrita II, Libros Canónicos, etc Así como los
Sutras Budistas de los grupos religiosos, y también aprovecho esto para enseñar idiomas
especiales del mundo, como idioma mundial (los idiomas anteriores han sido estudiados
por mí, luego de realizar un gran esfuerzo a través de pedir enseñanzas a los maestros)
En este largo y amargo tiempo, mi abuela y mi madre, insistieron mucho debido a que
creen en esta fuerza de salvación que viene de Dios. Las bendiciones de Dios, están
convencidas de que no importa de qué religión provengan, ya que tienen lados misteriosos,
y hay que verlas a todas por igual. Ya que cada una de las religiones me ha salvado, son
los padres de mi renacimiento. Realmente espero poder compartir estas bendiciones que
vienen de todas las religiones a las jóvenes personas enfermas que como yo, les puedan
dar una larga vida, o por lo menos ayudarles a que puedan salir de aquella sombra negra
que es su vida, y así alejarles de la muerte y caminar hacia el lado luminoso.

El Sutra nos dice así: “¡Cuándo realmente no deseas vivir, Dios permitirá la muerte!”
“La duración de la vida de cada una de las personas, está en las propias manos, no tiene
nada que ver con la enfermedad que se tenga.”
En 1975, por lo que estaba muy ocupada con el trabajo, me atrasé en el horario en que
tenía que recibir sangre y así fue que me faltó sangre y oxígeno, y me desmayé por largo
tiempo, era una persona considerada vegetal (con respiración, pero sin sentido) Mi mamá
pedía en todo lugar, fue a los templos, iglesias, y así de esa manera conmovió a un monje
budista que tenía una cultivación muy alta para que fuese a verme, un cuerpo con suspiros
que casi se muere, pero el monje le prometió a mi mamá con toda firmeza: “¡Esta niña tiene
un buen corazón, definitivamente volverá y despertará, no va a morir!”
Mi mamá le dijo al monje: “Mi niña desde que nació hasta el día de hoy, nunca ha matado
ninguna vida, ni a una hormiga, ni mosquito, cucaracha, o ratón; ella cuida de los animales
como si ellos fuesen sus propios hijos.”
Después de 11 meses, milagrosamente resucité, desperté de nuevo. Yo viví y morí, morí
y viví de nuevo, soy una persona que ha muerto y vivido a la vez, y ya no sé cuantas veces
me ha ocurrido. Al estar viva, no sé cuando estoy muerta, pero al morir, una y otra vez, no
sé cómo volveré a vivir de nuevo, quizás sea un testimonio vivo de dejar la muerte y volver
a vivir.
Al tener un corazón hermoso,se tendrá una vida hermosa
Al nacer tuve “talasemia”, según el análisis del doctor, después de los 100 días, me iban
a aparecer los síntomas, y que en 3 años moriré. Los estudios de medicina de aquellos
años, todavía no eran tan desarrollados, realmente él poder salvar mi pequeña vida, no les
fue tan fácil. Además, el doctor también dijo, que máximo viviría hasta los 8 u 11 años, y
aunque pueda vivir más años, tampoco tendría significado.
En el primer año escolar, yo parecía ser una niña boba con síndrome de Down, de poca
capacidad mental, aunque tuve que pedir y rogar a las escuelas para que ellas me
aceptasen, llegó el día en que finalmente una escuela me aceptó a regañadientes, y por
mi seguridad insistieron, en que yo debía tener a alguien que me acompañe y que
preferiblemente sea un familiar, tanto en la venida como al regreso de la escuela.
En aquel momento, Taiwán desde el Norte hacia el Sur se fue independizando
gradualmente. En Tai Chung 台中 no se encontraban profesores chinos, por eso invitaban
a profesores japoneses para dar clases. Mi abuela y mi mamá preguntaron al profesor
japonés ¿Vale la pena criar a esta niña? ¿Tendrá una vida triste? El Profesor contestó:
“nosotros, los japoneses hablamos mucho de Tao, Tao del libro, Tao del Té, Tao del Samurai
y también estudiamos sobre la Meditación, pero tenemos un concepto central, que es
nuestra firme y permanente convicción, y esta es: si una persona obtiene un corazón bello,
tendrá una vida bella.
Después, cuando tuve once años se me empeoró la situación, casi muero, por suerte
pude escapar de la muerte. Sin saber porqué, empecé a entender las cosas.
Mi abuela y mi mamá se dieron cuenta de que yo logré obtener la comprensión de esas
palabras, entonces, me enseñó con firmeza dicha creencia, la convicción de aquel profesor

japonés, y me recomendó una y otra vez que pase lo que pase, yo tenía que mantenerme
con un corazón hermoso.
“¿Qué es un corazón hermoso?” ¿Pregunté yo a la abuela y a mi madre?
“Un corazón hermoso significa... el amor de una madre.
Por ejemplo; un profesor tiene que ver a todos sus alumnos como si fueran sus propios
hijos, es decir, que manifieste y actúe tan cerca como su propia madre. Tratarles como una
madre real, a parte de que debes ofrecerles un corazón sincero, sin tener diferencia
ninguna, como sí fuese la madre misma de ése alumno. Entonces; tu corazón será bello, y
si no es así, será un ordinario y común corazón humano.” Contestó la abuela.
“¿Qué sucede si las hormigas de la cocina se comen el azúcar?” Seguía preguntando
yo.
“Es muy sencillo. Piensa primero... estas hormigas ¿son hijos propios o no? ¿Eres la
madre única de esas hormigas o no? Si la respuesta es positiva, entonces, ¿cómo
apreciaría una madre a sus hijos? ¿Cómo los ama, reflexiona? ¿Todavía es necesario
hacer este tipo de preguntas?... La abuela me seguía contestando.
Con una vaga idea yo asentí con la cabeza, y también hice el compromiso para toda mi
existencia, “yo en esta vida seré y actuaré como una verdadera madre de los seres de las
seis vías del mundo” y de verdad, actué de ésa manera, y lo he logrado con todos mis
esfuerzos.
Ahora, tengo ya sesenta y dos años. Muchas personas se sienten sorprendidos de ésta
realidad. En estos sesenta y dos años, la enfermedad la sigo teniendo, y no ha mejorado
ni siquiera un poquito, pero todavía sobrevivo intacta, además, he obtenido un agradable
curriculum estudiantil y profesional, poseo una hermosa familia y unos bellos hijos, he
obtenido una vida completa, y dichosa, cómoda, llena de paz y tranquilidad.
La filosofía que he llevado durante toda mi vida ha sido él llevar conmigo la firme creencia
del profesor japonés que fue trasladada a la abuela y luego a mi madre: “Una persona que
obtiene un corazón hermoso, tendrá una vida hermosa, incluso, a parte de un agradable
récord estudiantil y profesional, un bello matrimonio, y una familia con bonitos hijos.”
Con sesenta y dos años de edad, yo confirmo y testifico lo real de ésta creencia.
“Cuando no podamos cambiar la gravedad de nuestra enfermedad, por lo menos,
podremos cambiar el corazón nuestro, esforzándonos para que éste sea bello
gradualmente, y nos permita cambiar nuestro destino. Por eso, aunque se tenga una
enfermedad incurable, no significa que sólo nos quede un camino sin esperanza y sin salida.
Porque, la clave que realmente decide nuestra vida o nuestra muerte; es nuestro corazón...
si éste es bello o no. Sin importa cuán miserable sea la persona, no podremos
abandonarnos a nosotros mismos. Aparte de esto, vale la pena esforzarnos más para tener
un corazón espléndido que pasar el tiempo esperando la llegada de la muerte, ¿no les
parece?”
Unas frases sinceras
La Biblia dice: “El que cree, recibe lo que cree; el que no cree, recibe lo que no cree.”
El Sutra Budista dice: “Tal siembra, tal cosecha.”
El Corán dice: “Tu crees en lo que tu crees, y yo creo en lo que yo creo. Yo creo que tú
no crees en lo que creo yo. Y tu crees también que yo no creo lo que crees tu”.

Creer a los demás es algo difícil, pero hacer que los demás nos crean es mucho más
difícil todavía.
Este librito, ¿logrará vuestra confianza o no? Depende de lo que quieres lograr, ¿qué es
lo que cree, o lo que no cree? Gracias Usted！
Éste tipo de persona, tendrá ese tipo de enfermedad.
Por la razón de que mi enfermedad estaba muy avanzada, no le quedó otro remedio a
mi abuela y a mi madre que ir a pedir por mí, a los famosos monjes budistas que cultivaban
solos en las más escondidas montañas.
Un Maestro dijo: ¡Señores! Si no es éste tipo de persona, no tendrá hijos de este tipo; y
si no son hijos de este tipo de persona, no tendrá enfermedades de este tipo. Todo lo que
es del pasado se queda en el pasado, todo lo que es de hoy nace para hoy. ¿Por qué no
se preguntan a sí mismos?
¿Por haber sido un tipo de persona, como consecuencia, tendremos hijos de este tipo?
Y ¿por qué razón he sido este tipo de persona para afligir a mis hijos con ésta enfermedad?
Cuando llegaron mi abuela y mi madre a la casa, contaron todos los detalles a mi padre, y
mi abuela sintió pena por mí, por eso interrogó a mi padre de una manera grosera: “¿Eres
tú este tipo de persona? ¿Por qué haz sido ése tipo de persona?”
Se quedó totalmente perdido mi padre, porque el no sabía “¿él tipo de persona?... que
quería decir con este tipo de persona”
Mi madre rogaba a mi padre que se tome el tiempo para reflexionar, porque su hija
todavía estaba en peligro, y si tenía la posibilidad- que le permitiese sobrevivir... valía la
pena probar ¿no?
Mi padre se tomó diez días para reflexionar, esto mientras realizaba una introspección.
Finalmente, al parecer encontró una respuesta, empezó a hacer cambios en la imprenta.
Según mi abuela, desde ese día mi padre ya no continuó con la vida viciosa donde sólo
buscaba pasión, y dejó de andar por lugares que no eran tan buenos, además, rechazó el
pedido de imprimir libros y revistas pornográficas, sólo aceptaba impresiones de libros
educativos.
Mi madre me contó que desde ahí, el negocio de mi padre cayó hasta el fondo, las
relaciones sociales se afectaron, le quedaron muy pocos amigos que le visitaban,
comparando con la situación que había tenido antes, mi padre fue como si ya estuviese en
otro mundo.
Pero para salvar la vida de su hija, él hizo un cambio total, no le importó el costo que
tenía pagar. Y dijo: no me arrepiento.
El Maestro dijo: “Si ya no es ese tipo de persona, lo que obtendrá, tampoco se dará la
enfermedad de ese tipo, y lo que criará tampoco serán ese tipo de hijos”
La enfermedad que tenía, igual la tengo ahora. Pero la situación fue muy diferente. Por
decir, sí a una persona por asuntos del destino le toca enfrentar un accidente de tránsito,
el accidente igual lo tendrá que pasar, pero, si éste mismo accidente fuese causado por un
camión o una bicicleta los resultados serían, totalmente diferentes.
Igual es la Talasemia, es como el rostro y la línea de la palma de la mano de cada persona,
es imposible que se encuentre a otro que tenga la misma que tú. Cualquier enfermedad,
es diferente con cada persona, por eso también existe mucha variedad. Un famoso dicho
médico: “Nunca en el mundo encontraremos dos personas que tengan la misma

enfermedad, y la misma evolución, si son familia o hermanos, tampoco llegarán a ser
iguales” Por eso, los doctores comúnmente dicen: “no hay enfermedades... sino enfermos”
Ahora, todavía sobrevivo. Aunque poseo una enfermedad mortal. Este caso muestra que
la enfermedad humana nuestra, es como una manifestación ilusoria, el verdadero dueño
es nuestro corazón. Tal corazón, tal persona, y tal persona, tal hijo y tal enfermedad. A esto
se le llama; corazón Búdico, o rostro Búdico.
Fue sembrado, no fue pedido.
Muchas personas piden tener la dicha, la riqueza, y la vida, pero todo esto no se logra
con él pedir.
Muchas personas piden el tener un hijo, fama, y poder, pero esto, tampoco lo lograremos
a través de hacer una oración.
La dicha, la riqueza, la vida y los hijos son como productos agrícolas, se requiere que
uno mismo los cultive y trabaje duramente con su corazón, con el sudor de su frente,
regarlos con frecuencia, sacar los gusanos, arrancarles las hierbas que no sirven y ponerle
el abono para que puedan crecer.
Desde que nací, yo ya tenía anemia congénita El gran maestro que se encuentra
escondido en las lejanas montañas recomendó a mi abuela y a mi madre: Si “¿Realmente
quieren a esta niña? Cultiven su corazón desde ahora, para que crezca la vitalidad que le
hace falta”
La vida es como un producto agrícola, los hijos también lo son, todos logran con el
cultivar el corazón de uno mismo.
La dicha es un producto agrícola, el médico famoso y el remedio son también productos
agrícolas. Si cultivan, entonces lo lograrán; si no, no lo obtendrán nunca. Por ser
predestinados, somos campesinos, cada uno tiene que cultivar y trabajar en su corazón, y
nadie nos podrá ayudar. Porque si se quiere algo, tendremos que trabajar desde nuestro
corazón, sino, ni aún haciendo muchas oraciones o ruegos, no se obtendrá.
Dicho y Hecho
Comparemos lo que usted dice con lo que usted hace, si encontramos diferencias, indica
que entre usted y el éxito y la desdicha también se darán diferencias, y la diferencia entre
lo dicho, lo hecho y entre usted, respecto al éxito y la desdicha se darán por igual. Pocas
veces encontramos excepciones.
Un corazón agradecido
Algunas personas tienen una vida dichosa, pero algunas ni siquiera logran el sustento
para comer, o incluso se encuentran con muchas enfermedades, y asuntos miserables. Un
Sutra dice: “Uno que tenga un corazón agradecido tendrá todo; sin un corazón agradecido,
no le quedará nada.”
Hace más de 20 años que mi familia y yo, hemos ido pasando por todas las provincias
ofreciendo nuestra ayuda a las personas necesitadas. Esta acción, casi se llevó todo el
ahorro de la familia, y más del 90% del ingreso del trabajo, hasta ahora, en mi familia,
seguimos igualmente siendo muy ahorrativos en nuestra vida privada, esperando con ésta
manera poder ayudar a más personas. Hemos visitado muchas personas pobres y
necesitadas que requirieron de una ayuda inmediata. Y descubrimos que entre las

personas que tienen una vida miserable y muy difícil, de ellas existen en un mayor número...
que no tienen un corazón agradecido, además, no sienten vergüenza en pedir ayuda, ellos
creen que con él solo hecho de pedir y extender la mano, ya es justo y suficiente para
recibir. Esto realmente nos hace sentir pena por ellos, pero lo más mísero es, que éstas
personas no saben agradecer e incluso carecen del elemental sentimiento humano.
Muchas personas también tienen la misma idea de: “Que las personas que más necesitan
ayuda de los demás, siempre son las personas que no tienen dignidad para recibirla”
Por que son ellos mismos los que se colocan en esa situación miserable difícil.
No importa de que religión sean, ellos no piden que esta gente les agradezca o les
reconozca, pero al estar con una persona que ni siquiera sabe agradecer ni reconocer,
todos los trabajos de salvación que realizan para ésta persona, se convierten en acciones
vanas, como llenar un hueco sin fondo, por que este tipo de personas, llegan a ser
individuos con muchas tragedias, debido a que nunca encontrarán solución.
Sólo podemos ofrecer la ayuda temporal, lo que podemos hacer es enseñar a la gente
pobre a como salir de esa situación difícil, como esforzarse a sí mismos para iniciar una
vida nueva. Todos estos trabajos y esfuerzos, deben empezar por descubrirse en un
corazón agradecido, y el sentimiento de reconocimiento que está bastante escondido en
nuestro corazón. La razón se la encuentra por una teoría que existe en el mundo: “Si uno
obtiene un corazón agradecido, obtendrá la dicha que espera tener; y a uno, que no sabe
agradecer ni reconocer, llegará el día en que no le quede nada y tampoco nada obtendrá.
En este mundo, podemos clasificar a las personas en cuatro clases:
1. Donde no hay la bendición, agradece.
2. Donde hay la bendición, agradece.
3. Donde no hay la bendición, no agradece.
4. Donde hay la bendición, no agradece tampoco.
En otras palabras:
1. En donde no se requiere agradecimiento, todavía saben que siempre existirán cosas
o sujetos a quien agradecer, y los recompensan. Este tipo de persona aunque
encuentre una situación grave encontrará una salida. La persona que tiene un
corazón agradecido y que además reconoce; es la primera clase de persona, y son
los cultivadores. Donde nadie ve la existencia de Dios, ellos ven, en donde nadie
logra la paz ni la dicha, igualmente tendrá paz y dicha.
2. En donde debe agradecer; sabe agradecer, éstos son los seres humanos comunes,
pero ya son muy pocos. Esta es la segunda clase de personas. Este tipo de persona
sobrevive donde le permiten sobrevivir, no muere donde la muerte no le puede llegar.
3. En donde no debe agradecer, no agradece, y ni siquiera sabe agradecer. Este tipo
de persona donde no le permiten sobrevivir, no sobrevivirá, donde exista la causa
de muerte, morirá enseguida, y no hay ninguna posibilidad de que se encuentre un
milagro o una bendición de Dios, esta es la tercera clase de persona.
4. En donde debe agradecer, no sabe agradecer tampoco, esta es la última clase de
persona, son como los animales, ni siquiera podemos compararla con la dignidad
de un perro. Esta clase de persona aunque esté donde le permiten sobrevivir, no
vivirá, y en donde no exista peligro mortal, morirá.
No sé qué clase de persona es usted, pero Dios es justo, y según la clase de persona
que se es, nos dará todo lo que pertenezca a esa clase: Sea este de cualquier nivel,

dignidad, personalidad, enfermedad o clase de vida... etc Ésta es una teoría de la que
nunca se podrá abusar de ella. Todos los seres comunes esperan tener el máximo título,
pero obteniéndolo, no se garantiza que tendrá dicha, salud Etc Aunque tenga mucho
dinero o una alta posición social... no se entenderá que tendrá dicha o salud.
Lo que Dios le permite y garantiza; es sólo esto, primero hay que luchar por obtener un
corazón agradecido, un corazón que agradece y recompensa, luego poseerá lo que espera
lograr. Y las personas que no saben agradecer ni recompensar, un día encontrarán una
situación miserable, hasta que no le quede más nada, y por ende… obtendrá nada.
Amor, Dios y Luz
Donde existe amor, se encuentra Dios, y donde existe Dios, existe la luz. Con la
existencia de Dios, desaparece Satanás, donde encuentra la luz, no encontrará la
oscuridad, ni la muerte. Por lo tanto, la persona que no tiene amor, llenará completamente
su vida de oscuridad, y en la oscuridad se hallan muchos peligros mortales ocultos, incluso
la muerte que le plantea Satanás. ¿Quiere la luz? Rápidamente encienda con amor la
lámpara que se halla en el fondo de su corazón, así, no vivirá más en la sombra, en el
fracaso o la muerte, además convertirá la tristeza en felicidad y logrará el éxito.
Al Tener misericordia, obtendrá el magnetismo
El Sutra dice: “Lo que realmente hace que una persona obtenga el éxito, no es la
planificación humana, sino la misericordia que está dentro de uno”
La Misericordia se refiere: a la esencia misericordiosa.
A la persona misericordiosa lo que le importa; es la vida de los seres de las seis vías del
mundo, esto le preocupa a él... ¿Cómo ellos podrán obtener la felicidad?Y no el sufrimiento.
Es más, no le preocupa la felicidad o la tristeza, la vida o muerte de sí mismo.
No comprendo mucha la teoría o los conceptos profundos, ya que sólo permanezco al
lado del maestro, aprendiendo el comportamiento, la actitud y la compostura de cómo el
maestro trata a las personas y a los objetos. Yo adoro mucho la misericordia, la
benevolencia y la amabilidad del maestro, además su generosidad, tolerancia y perdón.
Muchas personas vienen frecuentemente a visitarlo, y piden siempre que el maestro les
abra la sabiduría, y les indique una salida. Así lo repitió una y otra vez durante muchos
años, y el maestro nunca se cansó.
El maestro me dijo: Como está escrito en el Sutra: “El tener éxito o no, está en la
misericordia de uno, por que la persona que tiene misericordia, lo que realmente produce,
es magnetismo” Estas palabras y enseñanzas las guardo siempre en el corazón, pensando
que al recibir esta bendición, tengo la responsabilidad de compartir este secreto que me
permita lograr el éxito con todos los demás, evitando así de esta manera, que las personas
perdidas en el camino sigan hechizadas o equivocadas. En esta sociedad, existen muchas
personas pobres, no tienen riqueza, ni tienen posición social, ni fama, ni poder, ni siquiera
profesión, familia o amigos. Por cuanto estas personas no han sido misericordiosas, por
eso no tienen el poder de atracción magnética. Ellos no tienen la capacidad o el poder de
un imán, por eso nada pueden atraer, nada logran tener al lado suyo. Por ejemplo; el tener
una familia y al establecer su propio negocio, si una persona no tiene él suficiente poder
magnético, cómo puede ser posible que pueda atraer al otro o a la otra, entonces, sería
imposible que encuentre alguien que quiera casarse con él o con ella, y de ésta manera

¿cómo puede formar una familia? Y si una persona no tiene el suficiente magnetismo, él
no tendrá empleados, ni amigos, ni tampoco clientes, en consecuencia... no tendrá
ganancias, ¿cómo seguirá con bien en éste negocio? Observemos alrededor de nosotros;
Todos los que logran mucho éxito en su negocio u obtienen una linda familia, tienen una
misma característica, y es que ellos son el centro de ese campo magnético, son las
personas que tienen un gran poder de atracción, éstas personas lograrán todo lo que
necesitan, nada les hará falta, si ellos realmente quieren algo, entonces; lo lograrán por la
misericordia que tienen.
Tengo un amigo que tiene muchos años de matrimonio, y no ha podido tener hijos, ha
buscado muchos médicos famosos para el tratamiento de la esterilidad; sin embargo, no
ha logrado ninguna respuesta positiva. El vino a buscarme con una cara muy deprimida,
sufrida, y yo le dije: cuando se tiene benevolencia, entonces, obtendrás una personalidad
magnética, y ésta naturalmente producirá la fuerza de atracción, y así se podrá atraer a los
hijos para que vengan a reencarnar en el hogar, sino, por más ingenio que se tenga, será
inútil.
De verdad, él cambió, se convirtió totalmente en otra persona. En el segundo año
tuvieron a su primer bebé... fue un varón, pasó un año más y tuvieron otra nena, después
el varón llegó a estudiar en el colegio Chien Zhong y la niña llegó a estudiar en el Colegio
Femenino Bei Yi, los dos son excelentes estudiantes.
Otro amigo, Abrió un local, pero no tiene clientela, y yo le dije: usted no tiene la
personalidad magnética, ¿y cómo es que vas a atraer a los clientes para que vengan?
Tienes que tener benevolencia para obtener magnetismo, allí tendrás la fuerza de
atracción.
En los últimos 30 años, he podido salvar a grandes y pequeñas empresas que han
estado al borde de peligro, también he salvado a algunas familias que estaban a punto de
destruirse, y me di cuenta de una obstrucción, y esta obstrucción es causada por falta de
la benevolencia, si ellos logran tener benevolencia, también tendrán magnetismo, y la
posesión de la fuerza magnética será justamente la clave para resucitar a un muerto y
devolverlo a la vida.
El Maestro me ha recordado miles de veces: que debo tener comprensión, debo tener
los ojos misericordiosos y él corazón benévolo para ver y tratar a todos los seres que están
dentro de las 6 vías de la reencarnación. En esta forma de ver y tratar; no deben existir
preferencias, solamente así, se podrán lograr las cosas que deseas obtener.
¿Usted cuanta benevolencia tiene?
¿Usted tiene esa fuerza magnética para atraer las personas o las cosas que están en su
alrededor?
“Como usted ve a su prójimo, así serán ellos”
Si usted ve las representaciones de las deidades que están dentro de un templo como a
simples pedazos de madera, entonces, serán nada más que pedazos de madera para ti, y
si ves a esas imágenes como santos, entonces, estos serán... santos.
Si usted ve que sus hijos son tesoros, entonces serán tesoros en su corazón, y si ve a
sus hijos como basura, ellos serán basuras dentro de sus ojos. Porque, como usted vea a
sus hijos, así serán ellos.

Yo siempre entro y salgo del hospital, hay muchos pacientes que no tienen una visión
optimista de su enfermedad, y de este modo, siempre su estado de salud no es bueno, en
cambio los pacientes que son fuertes y firmes, siempre tratan a su propia enfermedad como
un asunto que no es de mayor importancia, y en realidad, no tienen mayor problema, y son
los que se recuperan rápidamente.
Las enfermedades incurables de este mundo, si hablamos sólo de enfermedad, en
realidad, la mayoría no son incurables, porque lo que ha causado esa enfermedad
incurable, en su mayor medida, es primeramente por el hecho de verla como una
enfermedad incurable; es allí cuando recién aparece la enfermedad realmente. Pero esa
enfermedad incurable se da, porque nosotros la vemos así en principio, pero en realidad
no existe.
Muchas personas dicen que sus hijos no son buenos y yo les dije: es porque usted los
ven así... que no son buenos, entonces, los hijos se transforman en eso, si usted ve a sus
hijos como buenos, entonces serán buenos hijos.
Había un Pastor que llegó al templo de la Santa Madre del Cielo (MA TSU) para hacer
un experimento, para ver si aquellos que son reverenciados por los creyentes, eran
realmente reverencias dirigidas a los santos o hacia los pedazos de madera, él analizó
una y otra vez, y se dio cuenta que las imágenes que estaban en las diferentes mesas, no
eran nada más que pedazos de madera.
Cuando uno ve sólo maderas, entonces, serán solo maderas.
Cada vez que yo me voy a chequear mi enfermedad en el hospital, siempre examino al
médico que me atiende y pude ver que él era de los mejores y de lo más expertos. Entonces
así, seguro que me voy a curar, y voy a estar recuperada, porque nunca veo las cosas con
desagrado, y de esta manera he logrado pasar una y otra vez.
Las grandes enfermedades se transforman en algo pequeño y de esta manera he podido
recuperarme rápidamente. Si hay algo que le pone infeliz, tendrá que preguntarse y verlo
con sus propios ojos, él “como ve las cosas” ese es el origen de la calamidad o él de la
buena suerte.
EL ESPÍRITUSANTO DE JESUCRISTO
La Biblia nos enseña: “no podemos despreciar a las personas, mucho menos
menospreciar a los débiles, porque tú no sabes, en realidad, donde está el Espíritu Santo
de Jesucristo” En la Biblia nos dice: “no debes maltratar a los pobres, tampoco
menospreciar a los animales pequeños”, dentro los ojos de Jesucristo, tú tampoco vales
más de lo que estás pensando en tu corazón, peor el hecho de que tú valgas menos de lo
que estás depreciando.
Este es mi pequeño eco de corazón, luego de haber estudiado la Biblia en latín con tanto
esfuerzo, y de haber estado junto a un sacerdote en Alemania.
Nota: Quien tiene el Espíritu Santo de Jesucristo, es quien tiene esa buena suerte, también
son aquellos que nos bendicen la buena suerte.
Quiero morir y estoy contento ¿acaso no puedo?
En 1950 recién me había recuperado de mi enfermedad, y la escuela me dio un permiso
especial, para poder estudiar en el quinto grado, en ese tiempo, la situación política era

inestable y el corazón humano estaba inquieto, todos tenían miedo de comprometerse o
implicarse en algo, la gente temía que se le implique en algún delito sin razón y si eso
sucedía, se tenía que pasar en la cárcel muchos años y no se sabía en que año podía uno
lograr la libertad. Por eso, en ese tiempo, la gente vivió cada uno en su mundo, nadie
preguntaba sobre las cosas de otras personas, eso significa: “quien es puro siga siendo
puro, quien es impuro seguirá siendo impuro”
Un día saliendo de la escuela, mi familia me vino a ver, de repente, aparecieron 4
muchachos frente mío, y los 4 estaban peleando por una granada que no había detonado,
y no les importaba si había gente en la calle o no.
Mi familia temía que me golpearan o que me hicieran caer, entonces alzaron la voz para
detener la pelea entre ellos, pero a los muchachos no les gustó que se les interfiriera y
tiraron hacia mí la granada. Como yo estaba recién recuperándome de mi grave
enfermedad, me sentí muy débil. Y la gente de la calle al verme, me ayudó a detener esa
granada, pero no les reprocharon a esos jóvenes y se fueron, como que si ellos no hubiesen
hecho nada malo, más bien siguieron jugando e iban tirándose entre ellos la granada sin
detonar.
Me di cuenta de que las granadas no detonadas son muy peligrosas, ¿qué pasaría si
ella llega a explotar de repente? Desde ese entonces le pedí a mi familia que me
acompañasen a recomendarles y que esos jóvenes oyeran y aconsejarles a que entreguen
esas granadas a la policía. Pero mi familia no me dejó y dijeron que así sucederían más
problemas. Para mí, las cosas que hay que decir, deben de hacerse, no hay que temer
nada. Finalmente, cuando yo les estuve aconsejando a ellos, se sintieron fastidiados,
enojados y me dijeron: ¿que te importa? Queremos morir y somos felices así.Por esto, mi
familia temió que me lastimaran esos jóvenes, y me sacaron rápidamente de ese lugar, al
día siguiente por el periódico me enteré sobre una noticia: de unos jóvenes desorientados
que estuvieron peleando por la granada no detonada, lo que sucedió es que terminó en 3
muertos y 1 herido grave. En ese momento al ver esa noticia... me salieron las lágrimas.
Realmente en ese tiempo las granadas no detonadas había por donde quiera, fueron
dejadas por los militares americanos, japoneses y conciudadanos también. Nosotros
vivimos durante la segunda guerra mundial, cuando los militares americanos y japoneses
se enfrentaron, disparando muchos balas en Tai Chung 台中, todo quedó lleno de agujeros.
Después los chinos tuvieron una guerra con los taiwaneses, y en ese evento, destruyeron
nuestro hermoso hogar de Tai Chung 台中. Por donde quiera, uno no más se agachaba y
ya encuentra a las granadas sin detonar. Nosotros; las chicas, tenemos miedo de tocar ese
tipo de armas destructivas que están impregnadas de olores de sangre ajena, pero los
chicos que conocimos, eran muy valientes y ellos... los unos y los otros, caminaron con
esos pasos de jóvenes desorientados, que jugaron con sus vidas.
De repente me acordé lo que me dijeron esos jóvenes: “que te importa, queremos morir
y somos felices así”
En esta sociedad, existen muchos que son de ese tipo de personas. Por eso, siempre la
gente me recomienda, que mejor no intervenga en los asuntos de otras personas, a lo que
les contesté lo que les contentaba. Y, “sí él mismo piensa en morir, entonces, hay que
dejarlo que se vaya”
Pero, Si él ¿no es un familiar o pariente? Implica que salvarlo a “ÉL”, ¿no es lo mismo
que estar salvándose a uno mismo?

NO TOMAR ALGO QUE NO ES PROPIO
Hubo un año en las vacaciones de invierno en que los niños quisieron coleccionar
muestras de plantas e insectos, esa fue una tarea escolar que dejaron a los niños. Por eso,
nosotros sacamos tres días libres para acompañar a nuestros hijos al Parque nacional
KENG TING 墾丁.
Nosotros primero fuimos a la administración del parque para solicitar el permiso, y
pedimos a nuestros hijos que explicaran bien a los administradores sobre la finalidad de
tomar esas muestras. Y si después de eso, no se lograba conseguir el permiso, entonces,
nosotros no podríamos tocar, coger o hacer algo con las muestras.
Los niños entendieron, pero sintieron que los papás de otros niños no se pusieron tan
molestosos con esto, ¿porqué en nuestra casa, éramos tan exigentes?
Les decíamos a nuestros hijos sobre esto; y es que “no se debe tomar algo que no es
propio”, sobre todo, en cosas de la comunidad, que uno no puede tomar su propia decisión
y hacer algo con ello, siempre hay que tener el permiso del propietario, entonces de ser
así, sí se podrá ver, escuchar, mover, tocar, coger o usar, de lo contrario, sería como robar
o asaltar. Y esto da inicio a la creación de los puntos de impureza en la vida, también nos
reduce la suerte y los años que podamos vivir.
Nosotros seguimos caminando por el sendero, anduvimos mano a mano, de un lado
observando la naturaleza y del otro lado recogiendo las hojas caídas de los árboles, y
también buscamos insectos que estuviesen muertos entre los vegetales, nosotros somos
muy creyentes de la religión, por eso tratábamos firmemente de no hacer daño a la
naturaleza, ni a un vegetal, ni a un árbol tampoco, o ningún insecto sea éste grande o
pequeño.
Nosotros pedimos a nuestros hijos que; a no ser que sea necesario, que era mejor que
no recogiéramos flores vivas o las hojas de los árboles, porque una vez que uno arranca
la hoja de un árbol o una flor, ésta se marchitaría, entonces, siendo así, la gente, ya no
podría ver la hermosura que ella tiene, esto sería muy cruel y egoísta ¿no?
Especialmente para los insectos, ellos tienen su casa, sus padres, sus hijos y sus
hermanos, y si de repente uno los atrapa, de seguro morirán y ya no podrán reunirse con
su familia y esto sería muy penoso. Usemos el corazón y hagamos una comparación; ellos
también tienen sangre, tienen carne también son animales que poseen espíritu, ¿ellos no
son como humanos? Nosotros coleccionamos las muestras solo por el interés de un
momento, pero para los hermanos insectos... esto es un gran asunto de vida y muerte ¿
sí o no?
Entre las muestras que buscábamos, hubo algunas que eran las indicadas
específicamente por los profesores, y si no las encontrábamos entre las hojas caídas,
entonces, tendríamos que pedir al abuelito árbol para que nos permitiera sacar unas hojas
suyas. Nosotros enseñamos a nuestros hijos a que tenemos que arrodillarnos frente del
abuelito árbol, tirando una moneda para consultar al abuelito árbol, de sí nos permitía o no
hacerlo.
Yo siempre les presento respetuosamente a mis hijos y le explico al abuelito árbol de
quien soy y voy diciendo los nombres de mis hijos, también no me olvido de explicarle
sobre el porqué queremos obtener las hojas del árbol y para qué es que las saco.
De regreso fuimos a la administración con todo lo que habíamos recogido y lo que

habíamos sacado, le pedimos que nos revise, para ver si lográbamos la aceptación de ellos,
de allí guardaríamos todo cuidadosamente en el bolso.
A través de los años nuestros hijos han ido entendiendo más cosas día tras día, y
respecto de las quejas hacia nosotros, también se han ido reduciendo poco a poco. Ellos
ya saben los reglamentos de no tomar algo que es ajeno, ya saben que tiene un profundo
significado e influencia. Ahora los niños deben estar siempre corrigiendo sus propias
palabras y acciones, si no, no lograrán el permiso del propietario, nunca lo tocarían, o lo
moverían, peor recoger. De no lograr el permiso del propietario, tampoco lo miramos o
escuchamos a escondidas, tampoco preguntamos. Nuestros hijos ya saben que hacer y
cumplen las responsabilidades para con ellos mismos, también la importancia de respetar
a las demás personas. Muchos amigos y parientes se sorprenden con mi hogar, durante
estos años hemos pasado muy tranquilos y dichosos.
Yo siempre les digo: si no ofendemos a otra persona, tampoco nos ofenderán, hasta los
virus y las enfermedades, si no logran el consentimiento de uno, tampoco intervendrán por
propia decisión para hacerle daño a su salud, sólo en este punto... ya eso vale mucho.
Al tener un cargo público, siempre debo salir para vencer a la maldad, debido a esto, mi
familia y mis amigos siempre están preocupados por que esto afecte a mi grave anemia y
débil cuerpo.
También mi jefe y los asistentes están preocupados de que una débil mujer vaya
caminando por un pueblo pobre y ajeno, pero yo les digo con mucha sinceridad que una
persona que cumple con los reglamentos, y al no tomar algo que no le es propio, la gente
también va a recompensar con lo mismo, si no hay este consentimiento, no me va a
suceder nada malo.
En verdad desde que me jubilé, por el hecho de haber llegado a donde he llegado, todos
me han respetado mucho, y ante cualquier cosa, siempre me han protegido, a cualquier
hora y en cualquier lugar por mis recaídas, y al estar lejos de los equipos de emergencia,
yo bien podría haber estado ya como un vegetal. Desde pequeña hasta ahora, y ya soy
una anciana de más de 60 años, sin importar el estado de mi enfermedad, he recaído varias
veces, pero nunca he recaído cuando me he encontrado en un lugar solitario. Gané esto
en mi vida por no tomar lo que no me pertenece.
El Maestro dijo: frente a una persona que no toma lo que no es propio, si ella misma no
está de acuerdo, nadie podrá quitarle la vida, ni mandarle la muerte. Yo así formé a mis
hijos y de la misma manera guié a mis alumnos. Y quién se benefició más… fui yo.
Deseo que los lectores, desde ahora; no tomen algo que no les sea propio y así puedan
convertirse en hombres rectos y superiores, de esta manera, no encontrarán la calamidad,
el desastre o la enfermedad que se produce en el cuerpo y en el corazón, sin que se tenga
su autorización.
EL HOMBRE NO DEBE ODIAR ALHOMBRE
Desde que fui pequeña tuvimos vecinos que vivían en el segundo piso del lado derecho
de nuestra casa, de generación en generación, ellos fueron muy cristianos, la gente los
miraba como animales raros, siempre los veían con una mirada poco común.
Mi papa ha sido extremadamente reservado con su propia filosofía, para él, los hijos que
no quieren a sus antecesores, son irrespetuosos, no tenía de ellos una buena impresión y
no le gustaba que cultiváramos algún tipo de amistad con ellos, los despreciaba mucho.

Cuando recién nací, me detectaron una enfermedad extraña, mi mamá buscó todo tipo
de medicina occidental y también la natural, en templos y santuarios etc, pero de nada
sirvió.
Mi abuelita dijo: por qué no vas a buscar al vecino excéntrico... a lo mejor. Porque ese
excéntrico todos los días pasa junto con extranjeros, quizás pueda saber de algún
tratamiento del exterior o alguna forma especial de curarla.
Mi madre de verdad fue allá, y dentro de su corazón albergaba mucha esperanza de que
esos extranjeros pudiesen utilizar su poder milagroso y así poder salvar al pequeño tesoro
que estaba a punto de morirse.
Mi madre subió a la casa de la vecina, y ella fue amable y sincera. A los costados se
encontraban dos extranjeros, dijeron que uno de ellos era sacerdote y que el otro era su
hermano. Mi madre les explicó claramente la finalidad de su visita. El sacerdote le habló
con mucha amabilidad y paciencia: todos los bebés son bendiciones muy preciosas de
Dios, hay que apreciarlas y también agradecerlas.
Mi madre movió la cabeza positivamente, pero sus ojos no podían controlar la caída de
sus lágrimas. El sacerdote le dijo: para las personas que no tienen odio, no les importa el
bebé que venga, él no tendrá odio. Solo cuando exista el odio, vendrá un niño con odio.
Lo que quiso decir el sacerdote es; que cuando se tiene odio, y se encuentra embarazada,
el corazón también vendrá con odio. Si no hay odio, nunca vendrá el niño con esa
insuficiencia innata. Un niño viene con suerte o calamidad, dependiendo de este punto
clave, y ese está en el corazón, más no en su enfermedad.
En ese año, cuando mi madre dio a luz a mi hermano mayor, el negocio de mi padre se
fue a la quiebra por causa de su mejor amigo, esto hizo que mi madre se lavara la cara con
lágrimas, y se preocupase mucho. Quien sabe, si fui yo un cobrador, que entró
silenciosamente a la barriga de mi madre en el tiempo de alguna crisis familiar.
El sacerdote dijo a mi madre:”Dios da recompensa y castigo a los hombres, el hombre
no juzga al hombre, y tampoco debe odiar a la gente.”
Mi madre lo comprendió, y de regreso a la casa, le contó todo a mi abuelita y ella lo
aceptó completamente.
Desde entonces, mi abuelita y mi madre ya no odian a ninguna persona o a ningún
asunto... por el contrario, agradecen las bendiciones de Dios por tanta protección que se
dio a mi familia, y yo, al darnos este tesoro tan especial que son estas dos mujeres tan
comunes y corrientes. Mi abuela y mi madre comenzaron a entender lo precioso de la
bienaventuranza y le agradecimos verdaderamente a Dios.
No importa el bebé que tengas, todas son bendiciones de Dios, nosotros somos hombres,
nosotros no entendemos el corazón y la voluntad de Dios. Lo que podemos hacer, es tener
al niño con agradecimiento, sentir la gratitud y devolverle la gracia y aceptar esta bendición
humildemente.
Todo el odio de mi madre se han transformado en gratitud, según lo que dice mi abuela,
solo con un pensamiento instantáneo, mi madre se transformó en más alegre y más sana,
aunque yo estuve con mi enfermedad incurable desde que yo era bebé, ha ido cambiando
la situación de mi enfermedad.
Mi madre odiaba al mal amigo de mi padre por el negocio perdido, odiaba también por
haber dado a luz a una bebe minusválida. ¿De qué sirve el odio? Al final, sólo Dios puede
juzgar lo bueno y malo del hombre, y también sólo Dios puede cobrarles recompensa a los

malvados, y castigar a los malos… por qué no dejamos que Dios rectifique a estas
personas, aunque el bebé de uno sea insuficiente o problemático, solamente Diossabe por
qué es realmente así ése bebé, y él por qué descendió a este mundo, y qué personaje será
en un futuro, ¿no es así?
Donde no hay odio, no existirá finalmente odio. Hay muchas enfermedades graves e
incurables, sólo tienen una razón de existir: y es el odio. Cuando no hay el odio, la
enfermedad desaparece. En este mundo, lo más difícil de desanudar, es el odio infinito, y
el odio que no se puede desatar, vendrá con una enfermedad incurable.
Hace mucho tiempo, yo me odiaba a mí mismo por el hecho de ser inválida y gravemente
anémica, porque en esta vida no pude venir como un ser normal.
¿Cómo es posible que mi madre no se odie a ella misma por haber dado luz a una niña
así? Y además ¡Qué la hizo sufrir como si estuviera en el infierno! Gracias a Dios, mi rencor
ha ido sublimándose, y el odio de mi madre también. Esto considero que es la superación
interior de nuestro corazón, y que nos permite luchar una y otra vez entre tantas dificultades
y otros graves peligros, y sobre todo, que no hayan sido ahogados por ellos.
Muchas personas por la mala suerte tienen enfermedades incurables, y durante el
proceso de tratamiento, seguramente, crean muchos rencores y odios que son
inexplicables, ¿porqué? Porque no desarrollamos nuestra gran sabiduría para poder
eliminar estos odios y rencores de una buena vez con valentía Sí guarda rencor y odio,
guardará la raíz de una enfermedad también, ¿valdrá la pena despedirse de este mundo
con odio?
Agradezco a Dios, porque él me regaló una enfermedad incurable – La Talasemia, debido
a esto yo logré tener el fruto y el éxito de hoy, el logro de esta dicha inmensa que es la
suerte de conocer a Dios realmente, de vivir con tantas bendiciones que Él me ha dado, y
además una vida completa de paz y tranquilidad, felicidad y dicha.
Agradezco al Cielo de verdad, y también toda mi familia le agradece a Dios. Finalmente,
les recomendamos que: “Donde haya rencor y odio, existirá la muerte. La persona que no
tiene odio sin importar donde esté, será como si estuviese en una habitación desinfectada.”
Antes de dormir en cada noche, repito esta oración que me enseñó mi madre y mi abuela:
“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día,
protégenos y ayúdanos de salir del embate de la muerte, perdona nuestras ofensas así
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la
tentación o cometer más errores, y por favor sálvanos para evitar ser víctimas y objetos
de venganza, de las destrucciones mutuas y la perversidad... Gracias Señor, y líbranos del
mal que existe en el mundo. Amén.”
No acusar a la gente injustamente
Para la presentación de su investigación, mi tercera hija buscaba un vestido al que quería
mucho en el guardarropa, era el conjunto formal que iba a usar para su conferencia sobre
el estudio realizado. Después de un rato, por fin lo encontró, pero el conjunto había sido
raído y quedado con muchos huecos, de tal forma que ya no servía más.
“¡Maldita rata, porqué no ha mordido otra cosa y solo lo ha hecho a mi conjunto querido,
maldita sea!” Mi tercera hija no podía contenerse y lo expresaba una y otra vez con enojo,

con rencor, y por ello se quedó muy mal humorada.
Le dije yo: “ ¡Querida hija! ¿Has visto con tus propios ojos a las ratas mordiendo tu vestido?
De no, ¡no podemos acusar a otro ser de esa manera!”
Y mi hija se quedó muda.
Seguía diciendo yo: “Aunque sea solo una rata, también tiene dignidad a la que no
podemos manchar. Salvo que tengamos testimonios exactos, si no, no tendremos el
derecho de juzgar o acusar. El Sutra nos enseña a seguir ocho vías correctas, este es el
principio que debemos guardar y seguir en nuestra vida diaria. ¡No podemos acusar o
culpar a otros, debido a que ellos son inferiores o pobres!”
Al escuchar esto, mi hija logró comprender. Ella contestó: “Mamá, fue mi error, me
disculpo con la rata.”
Después de este asunto, los hijos comprendieron cabalmente la actitud y el sentimiento
de su madre, ellos aprendieron lo que uno puede decir y él cómo actuar. Porque a veces,
ni siquiera lo que vemos con nuestros propios ojos llega a ser la verdad, y... cómo es posible
que podamos utilizar nuestra imaginación y encontrar cada detalle estando ellos ausentes,
además ¿para acusarlos y culparles a otros?
Nosotros unimos los dedos en señal de compromiso para cumplir el mandamiento de los
ocho caminos rectos – no abusar de los débiles, tampoco difamar a los demás que no
tienen voz. Esta es la virtud de la boca y la medida que uno debe tener siendo una persona.
Cáncer
El Cáncer no es un problema de bacterias. El cáncer es una de las células malignas que
aparecen en el cuerpo. Las células malignas vienen por el comportamiento de no escuchar
y obedecer los buenos consejos, por eso el cáncer es un problema relacionado al carácter
y a la personalidad. Una cuñada mía era muy arrogante, ella provino de una de las familias
más ricas de la provincia, sin embargo, ella tenía un carácter fuerte; en otras palabras, era
muy brava. Y yo le decía: “¡Cuñada mía, si sigues actuando de ésta manera, tendrás cáncer
de mama, te recomiendo que cambies!” Mi cuñada no me creía, hace tres años atrás
descubrió en ella el cáncer de mama y murió hace poco tiempo.
No maltratemos a las personas que no son tan dichosas como nosotros.
Cuando estudiaba en la escuela primaria, tenía una compañera que al tener poliomielitis
se le atrofiaron las piernas, no pudo ella volver a caminar como los otros. Todas nosotras
siempre le ofrecíamos ayuda y la cuidábamos.
A los chicos del curso vecino, les gustaba molestar a las chicas, y esto nos hacía sentir
mal, pero con el tiempo nos olvidábamos y nos quedábamos tranquilas. Había un chico
que venía de una familia rica, sus padres ostentaban una posición social muy alta, tenía su
propio cuarto de estudio, e invitaba a muchos profesores famosos para que le diesen clases
particulares, debido a eso, él tuvo excelentes calificaciones, por eso muchas personas lo
admiraban.
Cada vez que él quería ir al baño, tenía que cruzar por nuestro curso, y cada vez que él
encontraba a ésta compañera que sufría poliomielitis gateando con sus dos brazos por el
suelo. Se comportaba indiferente ante la situación de ella, siempre le decía palabras feas
para molestarla, riéndose como si fuese un cocodrilo lento y tonto, a veces pisaba sus
piernas atrofiadas con sus zapatos lustrosos para sentirse bien, ésta acción la hizo sufrir

mucho, tenía un gran dolor, pero con tanta guerra, ella no podía salir del maltrato. Era un
acto muy cruel, pero nadie se atrevía a decir o hacerle algo, porque su padre tenía una
corrupta relación con casi con todos los profesores de la escuela, por eso nadie se atrevía
a detenerlo.
Finalmente, mi compañera no aguantó más los insultos, burlas y bromas de éste chico,
y se suicidó con un raticida.
Como este chico viene de una familia rica, después de la escuela, siguió el colegio, la
universidad ideal y se fue finalmente a estudiar en el extranjero, obtuvo su título de Ph.D.,
y continuó en la empresa de su padre, se convirtió en una persona importante en la
sociedad, al parecer, nada le hizo falta.
Por supuesto, él alcanzó el liderazgo y la presidencia del grupo de ex-compañeros de la
escuela.
Un año, su lujoso auto tuvo un accidente frontal con un camión que se cruzó el carril
conducido por un chofer borracho, toda la parte delantera quedó rota, y sus dos piernas
quedaron atascadas en el asiento del conductor, y terminaron rotas siendo todo un desastre.
Después de tantos esfuerzos y trabajos, la policía logró cortar la puerta y sacarlo, porque
quedó en “chatarra” la parte delantera del carro, cuando él ya se encontraba en estado
inconsciente.
Mucho tiempo después, despertó, pero sus piernas habían sido amputadas, tuvo tantas
cirugías y operaciones en su cabeza, que quedó más o menos presentable, pero él se
convirtió en vegetal, demente y no podía nadie entender lo que decía. Así terminó su
brillante y gloriosa vida.
Como él fue el director del grupo, muchos compañeros fueron a visitarlo, todos sintieron
mucha pena por él. Pero al verlo, en la mente de las compañeras de mi curso aparecían
las escenas y los detalles de cuando él maltrataba a nuestra compañera, su arrogancia y
su orgullo, todavía se lo veía tan vivo, y esto nos hizo temblar, y ahora, ¿dónde está el
inteligente y orgulloso chico que conocimos?
Mis mejores amigas y yo salimos casi arrastrándonos del hospital y las lágrimas llenaron
nuestro rostro. No era por él, si no por nuestra pobre compañera, ¿estaría también ella
presente en el hospital?
Luego de más de 30 años, Dios nos hizo ver las consecuencias de lo que había hecho
ese chico.
Hubo un año, que por la invitación de un amigo, fui a enseñar a un famoso colegio
femenino que se encuentra en el este de Taiwán, el rector había invitado a famosos y
excelentes profesores para enseñar en su escuela, con el fin de cambiar la vieja imagen
que tenía el colegio.
Por esa invitación, yo llegué a ser tutora de un curso. En mi clase, hubo una estudiante
muy inteligente y de mucho talento, fue la mejor estudiante del colegio. El principio de mi
enseñanza era que todas estas personas llegasen a ser profesionales tarde o temprano;
sí, realmente las amábamos con un verdadero corazón, por eso, yo agrupé a varias
estudiantes que tenían una mejor comprensión y buena capacidad para enseñar, con el fin
de que ellas ayuden a otras estudiantes que necesitaban de más tiempo para poder
comprender.
En ese momento, la chica más talentosa se enojó, fue a mí oficina para hacerme un
serio reclamo. Y dijo ella: “Profesora, yo no voy a enseñar a estas chicas, ¿por qué no

comprendo los problemas que tuvieron sus padres? ¿Para qué tuvieron esas hijas que no
sirven para nada? Por lo menos, si naciera una algo mejor, o de no, sería mucho mejor
que no tuviesen niñas como éstas, no logro entender ¡qué es lo que tienen en la cabeza
sus padres!
Yo le dije que una persona no puede ser tan arrogante, tampoco debe hacer daño a las
personas que no son tan capaces como uno, y peor maltratar a las personas que no son
tan afortunadas como tu. Pero ella se hizo la tonta, no quiso entender el mensaje que
quería dárselo a ella. Entonces la dejé, veinte años después, entró de repente una pareja
joven a mi oficina, no conocía al señor, pero la señora si me parecía familiar.
“Profesora, soy fulana de tal, se presentó”
Y después de un rato, la recordé.
“¿Fuiste tú la mejor estudiante del colegio?
Y ella asintió con la cabeza.
Ella logró un doctorado siendo una de las primeras de la Universidad, y se casó con un
ejecutivo internacional.
Me pregunté: “¿Y para qué me buscaba?”
Empezó a llorar con mucha tristeza, diciendo: “Profesora, sólo tengo una hijita, pero yo
no supe que ella tenía osteomalacia, todo su cuerpo es fláccido, hasta hoy en día no ha
podido moverse por sí sola, ni tampoco reír, toda su vida estará destinada a pasar
recostada en la cama ¡hasta su vejez, hasta su muerte!”
Al escucharla, sentí mucho dolor, pero ¿qué podía hacer yo por ella?
El reclamo que ella me hizo en la oficina todavía me suena en los oídos, y ahora lloro de
la tanta pena que siento por ella. Acaso, ¿ésta fue la respuesta de esos reclamos?
La pregunta es: ¿porqué siempre despertamos en el momento en que descubrimos la
respuesta o su consecuencia? ¿Acaso, si no la vemos, no maduramos?
Reconocí la respuesta, y la consecuencia, pero era... lo que yo no quería ver.
Las estudiantes mías son como mis propias hijas, y la hija de mi estudiante, por supuesto
que era mi querida nieta, por dicho cariño, siempre me pondré de su lado para ayudarla,
y también para acompañarla a pasar sus momentos difíciles. ¿No sé si ésta es una
consecuencia por no haberla corregido seriamente?
Comidas muy caras... no como;ropas lujosas, no me pongo.
Cuando participo en fiestas o conferencias, muchas personas me preguntan con mucha
curiosidad: “¿Porqué no come esto?” o “¿Porqué no consume eso? Siempre les respondo
solo con una sonrisa. Porque todas las teorías o principios que nos enseñan sobre como
tratar a las personas o a las cosas, son para practicarlas uno mismo, no nos sirven para
criticar a los demás.
Mi razón es muy simple, estas cosas son muy caras, son de primera clase, una persona
como yo, que no tiene tanta fortuna, no tiene dicha posición para comerlas, es más, ni me
atrevería a comerlas. En general, sólo consumo lo que consumen las familias de clase
media, si la comida que está en la mesa, sólo sirve para personas ricas o sólo se
encuentran en restaurantes lujosos, no lo toco, ni me atrevo a consumirlas.
Yo soy muy consciente de esto, yo ¿cómo voy a tener una fortuna tan grande? El
vestuario también, las ropas lujosas nunca las compro, ni me las pondría, y por supuesto
que no atrevo a tocar las ropas destellantes, o atractivas. Solo me pongo la ropa que es

usada por las personas pobres o la ropa usada y dejada por las familias ricas. Yo
personalmente considero que éste es mi deber, también es mi destino, es lo que dice
comúnmente la gente: “El destino Mendigo.” Tengo muy poca ropa, cada vez que debo
presentarme para una conferencia o para ir a una fiesta, uso mis únicos conjuntos para
ponerme, muchas personas se me ríen por estar con el mismo viejo modelo, además que
no sé cómo hacer para que me vean bonita. Y yo temo convertirme en malgastadora, ya
que eso aminora la fortuna, le acorta la longevidad, y por eso prefiero que me digan que
soy “old fashion”, a cometer errores.
El Sutra dice: “Si todo se permitiese comer en ésta vida, ya no habría que consumir,
entonces, en la vida siguiente, tocaría ser un mendigo que deambule por las calles pidiendo
caridad. Es difícil garantizar y obtener lo que uno necesita para solventarse. Si uno pudiese
ponerse todo en esta vida, o si ya se ha puesto, entonces, se convertirá luego en un animal
que no necesita nada para ponerse en una vida siguiente.” Todo esto, lo conservo siempre
en mi corazón. Si soy una persona con muy poca fortuna, mi vida también será muy corta;
si no llega a apreciar todas las cosas o no aprecio mi fortuna ¿donde yo hubiese quedado?
Pienso yo, ya me hubiesen despedido hace muchos años atrás, y entraría en la
reencarnación de las seis vías, convirtiéndome en algún animal.
Las personas con las que nos encontramos en esta sociedad, siempre están en
competencia, comparando su reputación, haciendo alarde de sus propiedades y títulos o a
su vez buscando la fama y la riqueza. Pero para mí, que soy una persona con una
enfermedad incurable y que no tiene futuro, sólo me queda retroceder uno que otro paso,
y ser la más común de las personas que se pueda encontrar en este mundo, tener pisadas
firmes y seguir humildemente en este difícil camino. Soy tímida y débil, y sólo el no morirme
de hambre, ya ha sido una gran bendición en mi vida. Muchas personas que me conocen,
quedan sorprendidas, y me dicen; usted con ingresos tan altos, ¿por qué es tan ahorrativa
y se maltrata a sí misma?
¿No es esto una pena? ¿Pero, pudiera yo vivir tranquilamente hasta el día de hoy, de no
haber sido así?
Un dicho dice:”la persona anormal pasa una vida anormal, tiene la enfermedad anormal
y el problema anormal”
Yo soy una paciente con una enfermedad incurable en mi vida, y que puedo morir en
cualquier momento, entonces, tengo que hacer de mi vida lo más sencilla que pueda, así,
mi enfermedad también será más sencilla como cualquier día, y yo no tendría más
complicaciones, o tan difíciles y variables, ya que los médicos no pueden hacer nada, y ¡de
ésta manera, no me preocuparía el tener un mañana o no?
El cielo, la tierra, el emperador,los padres y los profesores.
Desde que fui niña hasta adulta, siempre he perdido el conocimiento en la calle, y
siempre he sido salvada por el buen corazón de alguien que me lleva al hospital.
Cada vez que esto pasaba, el médico meneaba la cabeza y se quedaba callado, era
porque se sorprendía él ver a un paciente con esa enfermedad incurable como la que tenía
yo, y refunfuñaba ¿cómo es que pueda vivir hasta el día de hoy y cómo es que todavía no
he muerto?
El médico preguntaba: ¿Por qué usted ha podido vivir tanto tiempo?

Yo siempre me reía tristemente sin saber como contestarle.
Desde el día en que nací, fui una paciente con ésta enfermedad incurable. La médula de
mis huesos no tiene la hematopoyesis, y nunca se podrá curar.
En ese momento Taiwan todavía estaba bajo la tutela del Japón, todos los médicos y las
enfermeras eran japoneses. Mis padres pedían a esos médicos japoneses que se
esforzasen para que puedan salvar mi pequeña vida.
El médico decía; que al tener esta enfermedad, no se llega a vivir más allá de tres años,
y, aunque se pueda vivir más de tres años, tampoco se podrá llegar más allá de los once
años.
Yo soy la primera hija de mis padres. Mi papá siempre se quedaba callado con la cara
sorprendida, mi abuela y mi mamá lloraban abrazándome con mucha fuerza, y le trasmitían
al médico mucho pesar. Por supuesto, mi abuela y mi mamá, jamás obedecieron los
diagnósticos del médico, ni pensar en abandonarme, todos estaban con mucha angustia.
En aquel tiempo, nadie intentaba preocuparse por la vida o muerte de alguien. Sin embargo,
mi mamá nuca me dejó, y su resistencia y tenacidad me hizo inmortal. El amor de ella, el
de una madre, les conmovió a los médicos y se unieron para curarme, aunque ya sabían
que era imposible, intentaban hacerlo.
Tengo 62 años ahora. También he pensado muy seriamente sobre ésta enfermedad
incurable como la que tengo, ¿cómo es que todavía he podido vivir tanto tiempo?
Una vez, yo fui al Lago Verde para saltar al agua y suicidarme, y, yo he vivido muy
amargada y muy arduamente, pensé en terminar con mi vida para acabar con todas esas
cosas, ¿no estaría ya muy libre así? A un lado de la calle de Sindien, había un adivinador
con gafas, meneando su mano me decía en voz alta: Señorita, ¿de verdad tú quieres morir?
Yo te digo, no saltes. Aunque te esfuerces en saltar al agua, no morirías de ninguna manera,
porque tus antepasados han acumulado muchas virtudes, y tú también tienes altos
principios morales.
Yo no he creído en estos adivinadores, no le hice caso, subí al puente colgante, y salté
con los ojos cerrados. Pero ¡qué extraño! No logré morir, y fui rescatada muy rápido.
¿Serán las virtudes de los antepasados? Y ¿Qué es la moralidad?
El adivinador dijo: tus padres tienen mucha piedad filial, especialmente la de tu madre
hacia sus suegros, es extraordinaria. Y tú mismo, has también acumulado mucha virtud,
hay bastantes ángeles que te protegen.
El adivinador me ordenó alzar mi mano derecha, tomó una ficha de bambú y la colocó
encima de mi mano, luego me dijo: Tu comportamiento es mejor que el de tu madre. Tú
siempre ayudas a la gente. Pero desde la niñez, te sobrevino ésta enfermedad incurable y
no hay ninguna medicina que pueda remediarte, pero no te deprimas, tú podrás vivir como
una persona normal y seguramente, podrás vivir siendo muy feliz y con una larga vida.
Como dijo el adivinador; en mi vida nunca he contradecido a mis padres, o a los profesores,
tampoco he realizado ningún asunto como para disgustarles. Yo soy de esas hijas que
nunca hacen sentir mal a los padres, soy como la alumna que no defrauda a sus profesores.
Cualquier cosa que le haga enojar a Dios, jamás la voy a hacer, ni tampoco hacer las cosas
que vayan en contra de la ley.
Yo he pensado una y otra vez en estos años, ¿cuál será la razón por la que pueda vivir
un día más, ¿será por las inyecciones, o las medicinas, las transfusiones, o por motivos de
eliminar hierro en exceso? ¿Será por mi corazón? ¿Será por la fortuna y las virtudes de

los antepasados? O ¿por mis obras buenas acumuladas de todo un tiempo?
A los señores lectores, ¿ustedes pueden contestarme éstas inquietudes?
Aquellos amigos que tenían ésta misma enfermedad...”murieron” ¿Acaso, ellos no se
habían puesto las inyecciones, o no tomaron las medicinas, o no se hicieron las
transfusiones o también no llegaron a eliminar el hierro en exceso? ¿Ellos no tenían la
fortuna y las virtudes de los antepasados? Si yo tengo alguna parte diferente, quizás solo
fueron esas pequeñas cosas:
1. No contradecir a los padres, no hacer cosas que disgusten a los padres y a los
profesores.
2. No hacer sentir mal a los padres ni a los profesores, ser una hija, como su propia hija,
ser un alumno como si fuese su único alumno.
3. No hacer las cosas que puedan enojar al cielo y a la tierra, y no estar en contra del cielo
y la tierra.
4. No contrariar la ley ni la conciencia.
5. No cometer hipocresías ni mentir.
6. No perjudicar a otros.
7. No matar ni pedir rebajas en el precio.
8. No perjudicar a las personas con palabras o actos.
Yo pienso que solamente tengo esto, nada más.
Se puede quitar todo el sufrimiento: siendo verdadero… sin ser falso
El Sutra de Praviña Shin Chin dice: Se puede quitar todo el sufrimiento, siendo un ser
verdadero sin ser falso.
El maestro me dijo: el hombre para vivir en el mundo, tiene que ser honesto, así podrá
dar fruto, y no quedarán vacíos sus esfuerzos. Praviña Shin Chin nos enseña que lo que
nos puede quitar el sufrimiento solo será; el ser honesto en cada cosa y en cada
comportamiento sin hipocresía
Desde pequeña hasta grande, siempre he sido honesta, nunca he mentido o he sido
hipócrita. Además siempre he sufrido por cumplir esta parte, he sido aprovechada por los
demás, pero al final, siempre me han salido todas las cosas bien y con la buena suerte me
aparecen circunstancias luminosas.
La piedad filial
Cuando estuvo vivo el maestro, y cuando yo vivía situaciones de emergencia por mi
enfermedad, él siempre me acompañaba en la habitación, nunca me dejaba sola.
Para un paciente de talasemia, la falta de hematíes y del bazo, para los médicos era un
asunto de mucha dificultad y había la posibilidad de problemas imprevistos en el
tratamiento, muchas veces, cuando los médicos iban a ponerme una nueva medicina o
para hacerme una nueva medicación, siempre preguntaba al maestro que estaba
cuidándome a mi lado: esta nueva medicina, este nuevo tratamiento, ¿no sé si me vaya a
servir o no? ¿Sí va a salir bien o no?
Y él maestro decía: “seguramente que sí” Y les respondía: “Mi niña tiene mucha piedad
filial con sus padres, con otros mayores y conmigo. Los que la conocen, se quedan muy
conmovidos por ella. Por eso, como ella tiene piedad filial, es muy lógico que va a salirle

todo bien.
Cuando estaba en la montaña, los condiscípulos le preguntaron al maestro con mucha
preocupación: ella es tan débil con su enfermedad, ¿se podrá casar en el futuro, ¿será
feliz?
El maestro siempre les contestaba con mucha seguridad: seguramente se casará y
tendrá felicidad. Y también dijo: la piedad filial puede mejorar las nueve situaciones
inferiores y eliminar los obstáculos. Ella tiene mucha piedad, por lo tanto, en el futuro su
familia va a llevar mucha felicidad y muchas risas, todo le va a salir muy bien y
favorablemente.
Agradezco mucho al maestro por darme estas palabras tan preciosas. Al final, es como
él ha dicho, ya he comprendido, aunque todavía me falta mucha piedad. Pero, con tanto
amor y estimulación del maestro, ha hecho que mi vida familiar sea muy feliz, muy alegre
y favorable en estos 30 años. Cuando me sereno me pregunto: ¿Todavía tienes piedad?
¿Te atreves a dejar la piedad?
El maestro dijo: La piedad es buena para uno mismo, no para los padres; sin piedad será
sólo perjuicio y sufrimiento para uno mismo, no para los padres.
P.S1: Cuándo usted está enfermo, ¿le sirve la medicina? Si tiene piedad filial, le servirá la
medicina.
P.S2: Cuándo usted está hospitalizado, ¿le sale bien el proceso de todas las curaciones,
las cirugías o los tratamientos? Al que tiene la piedad con sus padres, seguramente
le va a salir bien todo.
P.S3: Usted entró llorando al hospital, pero cuando salió, ¿salió con risa o con llanto? Si
tiene la piedad filial, siempre saldrá toda la familia del hospital con una sonrisa.
El que obedece encuentra al que es obediente
Porque muchos médicos me dijeron: Niña, con esa enfermedad tú no vas a vivir más
de18 años.Yo me preocupaba mucho por el hecho de no terminar el sexto año en el colegio.
En la mitad del año ya moría lastimosamente. Se dice que cumplir los dieciocho años es
muy importante para pasar a adulto, pero al tener talasemia, no tenía la posibilidad de
crecer hasta ser adulto, por eso, estaba predestinada a no poder llegar a esa edad, eso
significaría “morirse antes de que el ejército venza, lo cual, siempre hace que los héroes
mojen sus ropas con sus lágrimas”
Cuando estaba en sexto año en el colegio, sabía que mi vida estaba cerca del fin. Pero
no quería morir así. En mi vida no he hecho ninguna cosa mala ni he perjudicado a las
personas. Siempre he sido obediente desde la niñez, estuve tranquila al ponerme las
inyecciones y al tomar las medicinas cada día, estudiaba y hacía las tareas todos los días,
no he cometido ningún error, ¿por qué se me daba la pena de muerte? Desde quinto año
en la escuela hasta el sexto año del colegio, he estudiado en los mejores centros
educativos del país, y mis compañeros también fueron excelentes, y mis calificaciones yo
las mantenía en tercer lugar, y cada año recibía el certificado de la mejor nota. En
consecuencia, todos los profesores que me habían enseñado, sentían que era injusto esto
que me había sucedido y dijeron: así siendo como eres, tan brillante en los estudios y en
tu carácter, estoy seguro de que podrás servir mucho al país y a la sociedad, ¿Por qué
Dios no va a dejarte vivir?

Mi estudio era pesado, siempre hasta la media noche estudiaba para los exámenes, y
cada vez miraba hacía afuera de la ventana, veía la luna colgada en el cielo, siempre la
veía con mi mamá, un día no lo pude soportar y lloré, yo quería preguntarle a la luna y a
las estrellas: ¿Por qué debo morir este año? Y ¿por qué me deja estudiar en tan buen
colegio y obtener tan excelentes notas, ¿Para qué me va a servir todo esto? ¿Será
necesario que las personas como yo, entonces, estudien con tanta diligencia?
En el templo budista cerca de mi casa, comenzaban las clases más o menos a las tres
de la mañana. Yo siempre iba a pie para entrar al salón principal del templo, me arrodillaba
piadosamente, colocaba mis manos juntas y los diez dedos con la cabeza inclinada para
escuchar la canción del Sutra y adorar a Buda, cuando se terminaba la ceremonia, mi falda
puesta encima del cojín estaba mojada por mis lágrimas. Pensaba que cuando llegase el
día de mi cumpleaños, sería el mismo día de mi muerte, ¿cómo no iba a llorar?
Yo pedía a los Budas y Bodhisattvas que me dejaran vivir para terminar los estudios del
colegio, y poder seguir estudiando en la universidad. Luego de esto, iba a la montaña
famosa a buscar el maestro iluminado para conocer mi causa y efecto y terminar con mi
vida desgraciada. Creía que si yo podía morir dentro del templo, me iban a recibir los Budas
y Bodhisattvas, y no me iba a ir al infierno.
El monje del templo me consolaba y me decía: niña, tú eres una buena niña, las personas
obedientes, siempre encuentran a la Divinidad obediente. No te preocupes, el Buda te va
a escuchar, y tu petición se va a realizar.
Yo me preocupaba por mis estudios y también por mi vida, le pregunté al maestro: yo no
tengo mucho tiempo de vida, ¿para qué estudio tanto? ¿Es necesario seguirlo? El maestro
dijo: “Aún si fueses a morir el día de mañana, deberás terminar la tarea de hoy sin ninguna
falta. No importa cuánto tiempo de vida se tenga, se debe seguir trabajando, y estudiar
como siempre, hasta el último segundo que se tiene de vida, ese es el deber de cada uno”.
Cuándo me gradué del colegio, tenía tres universidades a las que podía entrar sin examen,
pero, como iba a morir, ¿para qué desperdiciar el cupo de la universidad? Solo quería
buscar un lugar tranquilo y esperar la llegada de mi muerte, debía ser especial, debía ser
un lugar donde existiese un templo en el que pondrían ponerme incienso y la canción del
Sutra “después de la muerte”, así no sería un espíritu solitario y sin ningún apoyo.
Según las costumbres de aquí, una mujer no puede morir sin ser casada, de no, estaría
muy apenada en el infierno. Cuándo terminé mis exámenes, llevé mi mochila y subí a la
montaña desierta, ya que así tendría la posibilidad de encontrar algún ermitaño. Después
de pasar un día, estando muy cansada y sin poder avanzar un paso más, yo no había
encontrado nada. Entré a la espesura de unos árboles bajos para hacer mis necesidades
biológicas y luego descansar. Pero, de repente, apareció un templo magnífico delante de
mis ojos, y en los muros de ambos lados estaban unas letras amarillas grandes que se
veían muy raras. Pensaba... y cómo estaba yo allí, no servían de nada los nervios, ¿por
qué no entro al templo a pedir prestado un sitio para descansar? ¿Por qué estaba oscuro
el cielo, y yo siendo una niña ya no podía caminar más?
En este gran templo había sólo hombres, el maestro no era taiwanés ni chino, pero
hablaba bien el mandarín. Cuando me llevaron ante él, tenía mucho miedo, temblaban mis
manos y mis piernas. Él me preguntó la causa del haber ido sola a la montaña a esa hora.
Yo le expliqué todo, luego le hice tres reverencias con la cabeza tocando el suelo, después
me arrodillé silenciosamente para pedir su compasión.

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