AFICHE EL MANIERISMO HISTORIA DE LA ARQUITECTURA II
Coplas, canciones y....
1. COPLAS
Palomita negra
que vas al vuelo,
llévate mi copla
para tu cielo.
Si quieres que yo te quiera
lo será con condición
que lo tuyo sea mío
y lo mío tuyo no.
Tus ojos morena
se parecen a ti,
porque pestañean
como un colibrí.
2. CANCIONES
A la rueda, rueda
A la rueda, rueda
de pan y canela
dame un besito
y vamos a la escuela
si no quieres ir
Acuéstate a dormir.
Tengo ,tengo ,tengo.
Tú no tienes nada.
Tengo tres ovejas
en una cabaña.
Una me da leche,
otra me da lana,
y otra me mantiene
toda la semana.
Caballito blanco
llévame de aquí.
Llévame hasta el pueblo
donde yo nací.
3. Al que madruga Dios le Ayuda.
No por mucho madrugar amanece más temprano.
Despacio que tengo prisa. (Napoleón)
A buen entendedor pocas palabras.
La suerte de la fea la bonita la desea.
El deseo hace hermoso lo feo.
Aquel que celos no siente, no siente amor verdadero.
En arca abierta hasta el más santo peca.
El marido celoso nunca tiene reposo.
La mujer casada y casta con el marido le basta.
4.
5. PARA REFLEXIONAR
Parábola de la oveja perdida
"Se le acercaban todos los publicanos y pecadores para oírle. Pero los fariseos
y los escribas murmuraban diciendo: Este recibe a los pecadores y come con
ellos. Entonces les propuso esta parábola: ¿Quién de vosotros, si tiene cien
ovejas y pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca
de la que se perdió hasta encontrarla? Y, cuando la encuentra, la pone sobre
sus hombros gozoso, y, al llegar a casa, convoca a los amigos y vecinos y les
dice: Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me perdió. Os
digo que, del mismo modo, habrá en el Cielo mayor alegría por un pecador que
hace penitencia que por noventa y nueve justos que no la necesitan"(Lc)
La alegría que le producen los noventa y nueve justos -la mayoría- no parece
suficiente al buen pastor, que piensa en el que está perdido, y –después de
dejar seguros a los fieles- busca al extraviado. Nadie es indiferente al Señor;
cada uno vale mucho a sus ojos; le duele la situación del perdido; sufre y
quiere salvarle y se alegra con todos cuando lo ha recuperado. El perdón tiene
el rostro de la alegría por los que vuelven al redil seguro y reconfortante.
La parábola del trigo
¡Mirad qué contento está este campesino porque el campo está lleno de trigo! Jesús
dijo un día: «El reino de los cielos es como la semilla que siembra el hombre en la
tierra. El hombre duerme de noche y se levanta de día, y la semilla crece hasta que se
convierte en trigo». El trigo ha crecido gracias a los cuidados del labrador, pero sobre
todo porque Dios ha dado su gracia, su sol, su lluvia... Pues así crece dentro de
nuestra alma el Reino de Dios.
EDITORIAL CASALES HISTORIAS DE LA BIBLIA.
6. PARÁBOLA DEL CABALLO
Un campesino, que luchaba con muchas dificultades, poseía algunos caballos para que
lo ayudasen en los trabajos de su pequeña hacienda.
Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los caballos había caído en un viejo
pozo abandonado. El pozo era muy profundo y seria extremadamente difícil sacar el
caballo de allí.
El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y revisó la situación,
asegurándose que el animal no se había lastimado. Pero, por la dificultad y el alto precio
para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de
rescate. Tomó, entonces, la difícil decisión: Determinó que el capataz sacrificase al
animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo. Y así se hizo. Los
empleados, comandados por el capataz, comenzaron a lanzar tierra adentro del pozo de
forma de cubrir al caballo. Pero, a medida que la tierra caía en el animal, éste la sacudía
y se iba acumulando en el fondo, posibilitando al caballo para ir subiendo. Los hombres
se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario, estaba subie ndo
hasta que finalmente, consiguió salir!
Si estas "allá abajo", sintiéndote poco valorado, y los otros lanzan sobre ti la tierra de la
incomprensión, la falta de oportunidad y de apoyo, recuerda el caballo de esta historia.
No aceptes la tierra que tiraron sobre ti, sacúdela y sube sobre ella. Y cuanto más
tiraren, mas iras subiendo, subiendo, subiendo...
Sonriendo, sonriendo, sonriendo..
Enviado por Enrique Albert