La amiga del autor vive en concubinato con su novio en Quito, pero miente a sus padres en Guayaquil diciéndoles que no tiene novio para evitar herirlos o causarles un infarto, ya que para ellos sería un pecado que vivan juntos sin casarse. El autor argumenta que todos mentimos por bondad para no lastimar a otros o evitar confrontaciones, aunque esto puede llevarnos a dudar de la veracidad de lo que nos dicen. Finalmente, propone que las "mentiras piadosas" siguen el principio de decir lo