La perdida de la biodiversidad y su importancia.pptx
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1. Historia de la microbiología
El microscopio fue inventado por Zacharias Janssen en 1590. Pero la importancia de este
objeto llegaría más adelante. Con un microscopio de creación propia, Robert Hooke pudo
ver en una lámina de corcho que ésta estaba formada por pequeñas cavidades, similares
a las celdas de un panal de abejas. Por ello, a dicha cavidad la llamó célula. Es la primera
vez que se usó ese término. En su obra Micrographia, publicada en 1665, describió diversas
observaciones que hizo en el microscopio mediante dibujos. Además, también descubrió a
los hongos filamentosos. Anton van Leeuwenhoek, considerado Padre de la Microbiología.
En 1675, mediante un microscopio simple observó que en una gota de agua había
muchas criaturas, invisibles al ojo humano, a las que el denominó animáculos.
n el siglo XVII, Johann Van Helmontz hizo un experimento en el que dejó ropa sucia y trigo
en un lugar determinado. Tras un período de tiempo, vio como la ropa y el trigo desaparecen
y aparecen ratones. Esto lo atribuyó a un proceso de organización de la materia para crear
organismos nuevos. Confundió los efectos con las causas.
En el siglo XVIII, John Needham calentó caldo de carne, pensando que todos los
microorganismos morían con la ebullición, y colocó la muestra en un sitio cerrado con un
tapón de corcho. Vio que aparecían microorganismos en el extracto y dedujo que procedían
de la carne.
El primer desmentido vino con Francesco Redi. Este científico vio que, si cogía un trozo de
carne, lo hervía y lo dejaba pudrir en contacto con el aire, aparecían gusanos. Sin embargo,
si lo tapaba, no. Si se dejaba al aire libre, las moscas dejaban huevos y entonces aparecían
gusanos, y tapándolo las moscas no tenían acceso a la carne. Así, desmintió que los
insectos se formaran por generación espontánea.
Lazzaro Spallanzani, contrario a la generación espontánea, hizo el mismo experimento que
Needham, pero aisló el extracto herméticamente. En su caso ya no aparecían
microorganismos. Dedujo que los microorganismos que había en el experimento de
Needham pasaban desde el exterior a través del corcho. Es la primera persona que
demostró que no existe la generación espontánea de la vida, pero para el rechazo definitivo
de esta hipótesis aun falta.
¿Recuerdas lo del fluido vital? Esto es lo que tocaba desmentir. Franz Schulze puso los
caldos expuestos al aire previamente en contacto con ácido, que eliminaba los
microorganismos, y vio que no aparecían microorganismos en el caldo. Mientras, Theodore
Schwann consiguió el mismo resultado calentando el aire que entraba en contacto con la
muestra. ¿Respuesta de los defensores de la generación espontánea? Que el fluido vital
era sensible al ácido y el calor.
2. Durante el siglo XIX se acabaría de desmentir por completo esta hipótesis. Uno de los
experimentos clave fue el llevado a cabo por Georg Friedrich Schroeder y Theodor von
Dusch. En su experimento cogieron caldo, lo hirvieron y lo colocaron en un matraz cerrado
con algodón estéril, por el cual entraba el aire, pero que retenía a los microorganismos, por
lo que éstos no aparecían en el caldo. Este experimento también demostró la efectividad
del algodón como material para esterilizar el aire por filtración, algo útil para la preservación
de alimentos.
En 1861, Louis Pasteur llevó a cabo una serie de experimentos que acabarían con la
generación espontánea. Para empezar, realizó un experimento para demostrar la función
del algodón para retener microorganismos: filtró el aire a través de un algodón y observó
que habían quedado atrapados partículas semejantes a esporas de plantas, y que si se
colocaba un trozo de este algodón en un medio estéril, se producía crecimiento microbiano.
Más adelante, introdujo soluciones de nutrientes en matraces y calentó los cuellos de éstos
en una llama para darles distintas formas curvadas, manteniendo el extremo de los cuellos
abiertos al aire. Luego hirvió las soluciones y las dejó enfriar. No se produjo crecimiento
aunque el contenido de los matraces había estado expuesto al aire. Pasteur señaló que no
se había producido crecimiento microbiano porque el polvo y los gérmenes habían quedado
atrapados en las paredes de los cuellos curvados. Si se rompían los cuellos, o si se
inclinaba el matraz hacia los lados, comenzaba el crecimiento inmediatamente. Por aquel
entonces se consideraba que la putrefacción era el origen de los microorganismos, cuando
en realidad eran ellos los que originaban la descomposición. Se confundían los efectos con
las causas.
Con sus investigaciones, Pasteur consiguió desmentir la generación espontánea
definitivamente y cambió el pensamiento científico. A partir de entonces, comienza la
creencia de que todo ser vivo procede de un ser vivo, postulado que se acerca a una de las
leyes de la teoría celular.
Ya en el siglo XVI, Girolano Fracastoro de Verona decía que, entre otras opciones, las
infecciones podían aparecer por partículas a las que llamó "fomes". No obstante, nadie le
hizo mucho caso porque la mayoría de personas en ese entonces pensaba que las causas
se debían a otros factores, como fuerzas sobrenaturales o desequilibrios de los fluidos
corporales.
En el siglo XVIII, Eugenio Espejo, nacido en Quito, Ecuador (Imperio español en aquel
entonces) publicó importantes trabajos de medicina, en especial sobre la viruela.
En Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas (1785),
habló acerca de la existencia de microorganismos y de la limpieza y el uso de vacunas
como claves para evitar infecciones, además de la posibilidad de infección mediante el
contacto con otras personas o con objetos.
Más adelante, los médicos de comenzarían a introducir técnicas sanitarias incluso sin saber
que los microorganismos eran la causa de las enfermedades infecciosas. En el siglo
XIX, Oliver Wendell Holmes e Ignaz Phillipp Semmelweis vieron por separado que muchas
de las mujeres que daban a luz morían posteriormente. Comprobaron que tomando
medidas de higiene durante el parto, descendía el riesgo de mortandad tanto de madres
como de recién nacidos. No obstante, sus ideas no fueron aceptadas por la mayoría hasta
3. la llegada de Robert Lister y la confirmación de Pasteur de la teoría de los gérmenes como
causantes de las infecciones.
Joseph Lister cogió las ideas de Holmes y Semmelweis, y desarrolló un método de cirugía
aséptica: los instrumentos se esterilizaban con calor y se trataban los vendajes con fenol,
que destruía las bacterias y evitaba las infecciones de las heridas. El resultado fue un éxito,
aumentando de forma drástica el número de pacientes sanos. Hoy en día el fenol está en
desuso ya que la mayor parte de bacterias es resistente a él.
Casimir Joseph Davaine demostró que Bacillus anthracis podía transmitirse de un animal a
otro, viendo además que en todas las lesiones de carbunco (o anthrax) aparecía dicha
bacteria. No obstante, no sabía cual era la causa y el efecto; no estaba seguro de la
etiología de esta enfermedad. Sería Koch quien lo aclarara.
Pasteur expuso la llamada Teoría germinal de las enfermedades infecciosas, según la cual
toda enfermedad infecciosa tiene como origen un microorganismo con capacidad de
propagación entre personas. Koch fundó la Escuela de Microbiología de Berlín, y Pasteur
fundó el Instituto Pasteur en París, y así la microbiología empezó a funcionar como una
ciencia más. Tanto Koch como Pasteur son considerados los padres de la bacteriología.
La Escuela de Microbiología de Koch logra aislar diversos agentes patógenos: tuberculosis
en 1882, cólera en 1883, difteria en 1884, tétanos en 1885, neumonía en 1886, meningitis
en 1887, peste en 1894, y sífilis en 1905. También averiguan los ciclos infectivos de
diversos agentes de enfermedades tropicales no bacterianas tales como la malaria o la
enfermedad del sueño. De hecho, Robert Koch recibió el Premio Nobel por sus
investigaciones y descubrimientos sobre la tuberculosis en 1905.
xistía la idea equivocada de que los microorganismos podían cambiar de forma, ya que
cuando una muestra se observaba durante varios días, aparecían distintas formas que los
investigadores relacionaban con cambios de forma del mismo microorganismo, naciendo
así la Teoría del Pleomorfismo. De hecho, Carl von Linneo, en su Systema Naturae,
clasificó a todos los microorganismos en un mismo grupo, llamado Chaos, ya que pensaba
que, a causa del pleomorfismo no se podían clasificar. Más tarde se aclaró todo y se
descubrió que no cambian de forma ya que presentan un genotipo que determina su forma.
De hecho, lo que en realidad sucedía en los experimentos es que unos microorganismos
morían y aparecían otros nuevos que se aprovechaban de los productos de desecho de los
anteriores, y así sucesivamente, dando un proceso de sucesión microbiana.
Definimos cultivo puro como aquel que contiene una sola clase de microorganismos, que
teóricamente derivan sólo de uno, y por lo tanto son totalmente idénticos. Se ingeniaron
muchos métodos para conseguirlo y separar unos microorganismos de otros, sobre todo en
la Escuela de Berlín de Koch.
Esto permitió rebatir la teoría del pleomorfismo, y contribuyó a desarrollar técnicas de
cultivos puros. En 1878 Joseph Lister usaría las diluciones seriadas. También aparecen
las placas de Petri, diseñadas en 1887 por el bacteriólogo alemán Julius Richard
Petri cuando trabajaba como ayudante de Robert Koch.
Robert Koch introdujo el uso de medios sólidos, con rodajas de patata y gelatina. Además,
creó la técnica de siembra en estría, el cultivo en tubo inclinado y el método de vertido en
placa. En 1882, Walter Hesse empezó a usar agar-agar como agente para gelificar el caldo
4. de carne. El resultado fue exitoso; con unos 100ºC se fundía y podía mezclarse con el caldo
líquido. A temperatura ambiente, este medio se hacía sólido. Además, el hecho de que el
agar-agar sea más bien translúcido permitía la identificación de colonias bacterianas y sus
propiedades más fácilmente.
A finales del siglo XIX los investigadores se preguntaron si los microorganismos eran
capaces de transformar la materia inorgánica. Los principales descubrimientos se atribuyen
a Sergei Winogradsky y Martinus Beijerinck.
Finales del siglo XIX - actualidad
Surgimiento o escisión de algunas especialidades
Virología
A finales de siglo había una serie de enfermedades todavía con causa desconocida. Se
sabía que el agente que lo causaba era capaz de atravesar todos los filtros bacterianos
conocidos entonces, por lo que su tamaño era mucho menor que el de cualquier bacteria.
A estos agentes se les llamó virus.
El descubrimiento de los virus se debe a Dimitri Ivanovski y Martinus Beijerinck. La primera
observación fue en una enfermedad de plantas, la del mosaico del tabaco. En 1892,
Iwanovski demostró que el mosaico del tabaco se puede reproducir experimentalmente, ya
que el filtrado de un filtro Chamberland era infeccioso al aplicarlo a plantas sanas. Él
pensaba que se trataba de una toxina, y no desarrolló su idea. En 1898, Beijerinck demostró
que lo que llamó contagium vivum fluidum se incorporaba al protoplasma del hospedador
para lograr su replicación. Más adelante, él introdujo la palabra "virus" para denominar a
estos agentes. No lograron ver los virus por microscopía óptica, pero intuían su existencia.
Así, a finales del siglo XIX ya estaba establecido el origen de las enfermedades infecciosas
y nació una nueva especialidad científica dentro de la microbiología, la virología.
Durante los siguientes años seguirían descubriéndose más virus. En 1898, Friedrich
Loeffler y Paul Frosch descubren los virus animales, específicamente un virus que causa la
glosopeda o fiebre aftosa del ganado. Walter Reed descubre en 1901 el primer virus
humano conocido, el que provoca la fiebre amarilla. Es más, también descubrió que el
contagio entre individuos se debía a los mosquitos, que hacían de vectores. Francis Peyton
Rous descubrió el virus del sarcoma aviar (virus del sarcoma de Rous) en 1911 con la
técnica de multiplicación de virus animales en embriones en pollo. Sus trabajos le darían el
premio Nobel en 1966. Más adelante, Frederick Twort descubre los bacteriófagos en 1915,
pero es Félix d'Herelle el que desarrolla el trabajo de Twort y acaba acuñando el
término bacteriófago. Frank Macfarlane Burnet es quien describe las fases del ciclo de
multiplicación de los fagos. J. Border, M. Ciuca y E. Gildemeister describen el fenómeno de
lisogenia. En 1950, André Lwoff relaciona los ciclos lítico y lisógenico de los fagos. J. E.
Barnard consigue visualizar virus en 1925 mediante un microscopio ultravioleta, si bien se
veían solo diminutas partículas y no aparecían estructuras.
En 1939 conseguiría hacer fotografía a un virus, observado por un microscopio electrónico.
En 1935, Wendell M. Stanley purifica y cristaliza el virus del mosaico del tabaco. Observa
que está compuesto principalmente por proteínas, y que los cristales inanimados causan
5. enfermedad en plantas sanas. Sus trabajos sobre los virus le darían el premio Nobel en
1946. En 1949, John Enders, Thomas Weller y Frederick Robbins descubren el virus de la
polio, y lo consiguen multiplicar in vitro usando cultivos de tejido humano.