Popayán se construyó lentamente a lo largo de 440 años en un valle entre montañas en Colombia. La ciudad tiene calles anchas y casas de estilo español pintadas de blanco, y un clima templado pero contradictorio. Popayán es conocida por su rica historia y cultura, con muchos poetas y científicos, aunque la vida transcurre de forma tranquila y sin prisas. Uno de los símbolos más importantes de la ciudad es el puente del Humilladero, que antes era una pendiente empinada que la gente tenía que subir de rodillas
2. Un viaje a Popayán
La Ciudad sin Tiempo
•
• La batalla geológica librada por las
descomunales moles del Macizo
Colombiano, dejó en el terreno
montañas truncadas, volcanes y
lagos elevados en las cumbres y
como rescoldo una zona de
pequeñas ondulaciones que
descienden hasta el Valle del Cauca.
En ella, exactamente en el lugar en
donde un ingeniero renacentista
hubiera diseñado una ciudad, se
construyó lentamente, torre por
torre y casa por casa, a través de 440
años, la ciudad de Popayán.
3. Ha sido esencialmente un producto del contorno, formado
por una secuencia de montes en verdes oscuros y brillantes
y por un celaje de largos volúmenes, con todos los grises
grequianos y de pronto en súbitas primaveras, atmósferas
de un azul místico y profundo.
Los viajeros que recorren hoy la ruta de Popayán en su
destino a San Agustín, o a los países del sur, reciben algo
sorprendidos la primera visión de aquellas calles,
demasiado anchas para una ciudad de corte español y de
las casa flemáticas, cuidadosamente enfalbegadas, que se
diluyen sobre una línea de perspectiva que siempre va a
parar a las colinas.
4. REDESCUBRIMIENTO
• La ciudad ha sido
redescubierta por los
colombianos y hallada por el
turismo internacional, como
un ámbito peculiar y
excepcional de América
latina.
Pero no es el lugar para el
gran promedio de viajeros
que recorren los paquetes
elaborados por las agencias
de turismo en busca de
recreación, exitación y placer.
Ronda en ella un espíritu
contradictorio,
desconcertante y apacible.
5. • Sus pobladores son
hidalgos pobres que
habitan, sin
embargo, casas que
guardan riquezas de valor
incalculable; es un pueblo
tradicional, por lo tanto
atado a los nombres de 17
presidentes de la república
y muchas decenas de
poetas, escritores y
científicos, pero al mismo
tiempo es liberal y
bohemio.
6. • El trato del payanés es cordial pero
su conversación es la más elaborada,
documentada y culta de Colombia.
No obstante su sentido real y casi
obsesivo del tiempo histórico, el
payanés en pocos casos consulta el
reloj y el calendario, la vida parece
transcurrir en otro siglo, sin los
ajetreos de la vida moderna. El
mismo clima, un clima agradable y a
la vez tonificante es también
contradictorio, pues es demasiado
templado para usar chaqueta y a la
vez demasiado frío para no usarla.
7. • El santuario de Belén, casa del
Santo Patrono, el Ecce-Homo,
fue construido en 1681, por
órden de Don Jose Antonio de
Velasco. Ha sido reconstruido
varias veces, tántas como
terremotos ha habido en
Popayán. Esta fotografía, tomada
por Monseñor Guillermo
Diomedes Gómez, data de 1930
En su última reconstrucción se
eliminó completamente esta
bella fachada de torres
medievales.
8. • El puente del Humilladero
sobre 12 arcos, además
de cruzar el río Molino,
sirvió para evitar la cuesta
peatonal a la calle
segunda. La cuesta era
tan empinada que no se
podía escalar sin inclinar
la cabeza; de allí que se la
llamaba del Humilladero.
9. • Uno de los primeros referentes
de Popayán cuando uno la va a
visitar es el puente del
Humilladero, gracias a un
reconocimiento nacional por el
acerbo histórico que encierra.
• Acomodado entre el centro de la
ciudad y el barrio Bolívar, donde
según relatan; existía una falla
antes de su construcción, que
hacía extremadamente difícil la
subida al centro. Los que lo
escalaban lo hacían casi que en
cunclillas pretendiendo llegar al
otro lado de la ciudad. Muchas
veces la subida era de rodillas,
por la inclinación de la pendiente.