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PROYECTO AULA TALLER
LENGUA
Título: “El lápiz mágico”
Nombre de la Institución: Nº 1-450 “Ana María Steindl”
Fecha de Inicio: Octubre Fecha de Finalización: Noviembre
Fundamentación:
Esta propuesta se fundamenta en mostrar un camino lleno de actividades y
estrategias para despertar en el alumno el gusto por la lectura, como una experiencia
estética, para el prospero desarrollo de la oralidad, identificándola también como
medio de comunicación necesario para llegar a distintas partes del mundo.
Desde temprana edad se debe enseñar al niño el uso del lenguaje, como posibilidad
de captar el mundo circundante. Varios aspectos comprenden este paso inicial:
- El fortalecimiento del habla.
- La relación articulación, música, poesía.
- El uso del color, el papel, las gráficas.
- La búsqueda del cariño por la lectura.
- La iniciación en la escritura literaria.
Propuesta:
La palabra escuela, desde sus inicios, está ligada al libro y a su necesidad de
alfabetizar y transmitir conocimientos. Desde entonces ha tenido diversos objetivos
relacionados con la enseñanza y la práctica de la literatura. La siguiente propuesta se
torna en diversas estrategias y técnicas de utilización de la literatura infantil y juvenil, y
de actividades que se pueden llevar a cabo a través de textos literarios.
Técnicas y estrategias de utilización de la literatura infantil y juvenil:
La educación literaria implica una intervención del docente centrada en la consecución
de objetivos específicos para trabajar en el taller:
- Descubrir la lectura como una experiencia satisfactoria para el disfrute de la
imaginación
- Descubrir que la literatura es un medio de comunicación
- Conocer diversos tipos de textos como parte de la literatura placentera
Modalidad Didáctica:
- Aula taller
Temporalización:
- Octubre y Noviembre
Recursos Humanos:
- Docentes- Alumnos- Directivos
Responsable del Proyecto:
- Miranda Yésica
Actividades que se pueden llevar a cabo:
¡El viajar, es un placer!
Esta técnica está basada en el poema de Gloria Fuertes "Viajar es un placer",
teniendo en cuenta el aprendizaje previo, trabajando a partir de estructuras dadas.
1- Leer la poesía:
VIAJAR ES UN PLACER
Domitilo
llegó al río Nilo
montado en un cocodrilo.
Pelines
llegó a China
montada en una gallina.
Antón
llegó a León
montado en un camaleón.
Ramona
llegó a Barcelona
montada en una mona.
Marujilla
llegó a Cercedilla
montada en una ardilla.
Simeona
llegó a Gerona
montada en una leona.
Enriqueta
llegó a la meta
montada en una avioneta.
Y Gloria, la autora,
llegó al fin
montada en un delfín.
GLORIA FUERTES
2- Dividir a los alumnos en pequeños grupos
3- Dividir la pizarra en tres partes.
4- Realizar una listado de ciudades, y luego de medios de transporte, para facilitar
la actividad e incentivar la memoria colectiva. El medio de transporte no tiene
por qué ser uno convencional, puede ser cualquier animal u objeto sobre el que
podamos desplazarnos: así queda más gracioso.
5- Escribir la estructura de la poesía
................................(Nombre)
llegó a(l) .....................................(Ciudad)
montado en un(a) ..............................(Transporte)
6- Escribir en borrador la poesía
7- Transcribir en un afiche la poesía y compartir con el resto de la clase
8- Guardar los borradores en una carpeta para que quede registro de lo trabajado
9- Transcribir el texto terminado a una hoja que luego será guardada en una
carpeta para comenzar con los archivos de producciones
10-Pasar la actividad terminada al cuaderno e ilustrar
¡Cuentos y más Cuentos!
1- A partir de los cuentos proporcionados por la docente. Elegir uno:
2- Leer el cuento
3- En un afiche escribir las memorias del cuento
4- Redactar tu propia versión de la historia identificando los momentos del
cuento (inicio- desarrollo- cierre)
5- Dibujar tu versión del cuento
6- Compartir con el resto de la clase
¡Manos a la Obra!
4 razones para cocinar con los niños
Cocinar con niños exige paciencia, seguridad y colaboración. Los niños no solo
aprenden a preparar recetas pero también algunos valores como el compartir, la
organización, unidas con la diversión. ¿Por qué cocinar con los niños? Te contamos 6
motivos para que lleves a tus hijos a la cocina:
Acerca a padres e hijos:
Cocinar con los hijos promueve un convivio familiar saludable y placentero. Hay un
dicho que dice 'familia que come unida, se mantiene unida'. En los fines de semana,
invita a los niños a cocinar todos juntos.
Aprende valores
Cocinar con los niños exige el trabajar en equipo, y no solo eso, también exige
comunicación, tomar pequeñas decisiones, y sobre todo organización. De parte de
todos, requiere quilos de paciencia y de mucho respeto. Así que en la cocina se
aprende a cocinar como también algunos cuantos valores tan esenciales en el
convivio familiar.
Estimula la creatividad y la imaginación
Uno de los beneficios de cocinar con niños es aprender todo sobre los alimentos. Es
conocer sus distintos olores, sabores, texturas... así como sus diferentes maneras de
combinar, de cocer, de freír y asar. La cocina abre a los niños un sinfín de ideas, de
placeres, de posibilidades y oportunidades.
Ejercita la magia de la diversión
En la cocina se aprende que todo se consigue con esfuerzo y trabajo. Basta un poco
de 'magia' para conseguir el plato más delicioso que se haya elaborado. Para preparar
el plato al que se proponen es necesario tiempo y dedicación. Y probar mucho. ¡Es
como hacer magia!
Teniendo en cuenta que con los alumnos de tercer grado se esta trabajando con
el proceso de la digestión y buena alimentación la propuesta para esta parte del taller
es enseñarles a cocinar platos saludable y rico para el verano como por ejemplo:
ensalada de fruta, helados caseros de fruta, y porque no algo rico para comer en
ciertas ocasiones como bombones. Se trabajara desde la elaboración del texto
instructivo y luego la elaboración del producto.
TÍTERES Y MÁS TÍTERES, ACOMPAÑADO DE LA OBRA DE TEATRO
1- Leer por grupos cada obra de teatro
La cachiporra mágica
Autor: José Luis García
(Entra el Presentador).
PRESENTADOR.-
Estimado y nunca bien pagado público… Estamos en el bosque…
(Corre de un lado a otro del escenario, comprobando que no hay nada).
(Desaparece hacia abajo).
(Desde abajo entran en escena un grupo de tres árboles).
ÁRBOLES.-
(Se sacuden como si estuviesen hablando).
Estimado y nunca bien plantado público…
(Entra desde abajo el Presentador).
PRESENTADOR.-
Esto no es así. Estos son los árboles del bosque y soy yo quien presenta.
(Y no sin cierto descalabro escénico, el Presentador consigue poner al grupo de
árboles en un extremo del escenario).
PRESENTADOR.-
Estimado y nunca…
(Desde abajo y detrás del Presentador entra otro grupo de árboles que golpea al
Presentador, que cae desmayado hacia delante).
ÁRBOLES.-
(Como si hablasen).
Estimado y nunca bien abonado público…
(El Presentador se incorpora desde el suelo).
PRESENTADOR.-
Esto es un disparate… -¡Vamos, vamos!
(Con descalabro incluido, coloca a este otro grupo de árboles en el otro extremo del
escenario).
PRESENTADOR.-
Pido disculpas a tan memorable público. Esto no había pasado nunca en este
grandioso teatro de títeres.
(Ambos grupos se árboles, se sacuden y ríen).
PRESENTADOR.-
-¡Silencio, vegetales!
(Callan).
PRESENTADOR.-
A lo que vamos, o íbamos, no lo sé. Estamos en el bosque y en él habitan dos monos
fuertes y malvados que hostigan y molestan continuamente a los aldeanos que viven
cerca de aquí.
(Se escuchan los gritos de los monos).
PRESENTADOR.-
Aunque éstos, más que monos, parecen plátanos que gritan.
(Gritando hacia abajo, hacia los titiriteros).
-¡A ver si mejoráis los gritos de los monos!
(Ahora hacia el público).
A lo que íbamos, o a lo que vamos, que estoy hecho un lío. Un día como hoy dos
hermanos salen de la aldea dispuestos a dar caza a los molestos monos.
(Gritos de monos).
Y supongo que también a los plátanos.
(Saca desde abajo una hoja de papel y hace que lee).
PRESENTADOR.-
Esto no es un guión ni es nada. Por ahí vienen los dos hermanos cazadores y veréis
qué pasa, y yo me voy a dormir; -¡qué dolor de monos tengo!, -¿o de plátanos?, -¿o
tal vez de cabezas?
(Sale).
(Entran los dos hermanos: Pedro y Juan; cada uno trae una cachiporra).
JUAN.-
-¿Pedro?
PEDRO.-
-¿Qué pasa, Juan?
JUAN.-
-¿Y si los monos esos nos comen?
PEDRO.-
Entonces podrán decir de nosotros que hemos tenido un mal día.
JUAN.-
-¡Ah, vale!, si sólo es eso.
PEDRO.-
Lo importante es encontrar a los monos.
(Delante de ellos aparece un Sapo Bien Feo).
JUAN.-
-¡Anda!, -¡un sapo bien feo!
SAPO BIEN FEO.-
(Habla con voz de mujer).
Yo os diré cómo podéis capturar a los monos, pero como condición os pongo que uno
de vosotros tendrá que casarse conmigo.
(Los dos hermanos quedan un instante mirando hacia el Sapo Bien Feo, después ríen
como locos por la ocurrencia).
PEDRO.-
-¿Casarnos con el sapo más feo del bosque? Además de feo, estás muy loco.
JUAN.-
Yo no estoy dispuesto a casarme con un Sapo Bien Loco. Vamos, ni estando un poco
loco.
PEDRO.-
Nos la arreglaremos sin tu ayuda, muchas gracias.
SAPO BIEN FEO.-
Es una lástima, unos chicos tan monos…
(Sale el Sapo Bien Feo).
(Detrás de Pedro aparece un Mono Bien Grande. Juan lo ve).
JUAN.-
-¡Pedro, es un mono!; déjame darle.
(Juan enarbola su cachiporra y en el intento de darle al Mono Bien Grande, que no
para de moverse, aporrea sin contemplaciones a su hermano Pedro, que queda
tendido en el suelo).
(El Mono Bien Grande desaparece).
JUAN.-
-¿Hermano?
(Pedro se incorpora lentamente desde el suelo).
PEDRO.-
Me has llamado mono y me has aporreado.
JUAN.-
Quien te llamó mono fue el Sapo Bien Feo y yo te aporreé porque me lié y pensé que
eras el mono.
PEDRO.-
Tú no sabes lo que has hecho.
JUAN.-
Sí, te aporreé porque creí que eras el mono.
(Pedro le da a Juan con la cachiporra).
(Mientras los hermanos se atizan, debe sonar un pasodoble).
(Juan le da a Pedro).
(Y así entre cachiporrazos, ambos hermanos se acercan hasta uno de los grupos de
árboles y desaparecen por ahí).
(Deja de sonar el pasodoble).
(Entra el Presentador).
PRESENTADOR.-
-¿Qué queréis que os diga? Los dos se liaron a cachiporrazos, de tal manera, que
nunca más se les volvió ver el pelo, ni ninguna otra parte del cuerpo.
(Se agacha y saca una hoja de papel. Hace que la lee).
PRESENTADOR.-
-¡Ah, sí!
(Tira la hoja de papel).
PRESENTADOR.-
Unas semanas después, Pepito, el hermano pequeño de Juan y Pedro, salió de la
aldea dispuesto a conseguir lo que sus hermanos no habían logrado.
(Se escucha el sonido de un búho).
-¿No se suponen que eran monos?
(Sonido de búho).
Bueno, el pequeño Pepito -algo flaquito- llega dispuesto a acabar con los monos búho.
O al menos, a no hacer el plátano.
(Sale).
(Entra Pepito, realmente algo flaquito, con cachiporra y todo).
PEPITO.-
-¡Juan! -¡Pedro!
(Ante él aparece el Sapo Bien Feo).
SAPO BIEN FEO.-
Jamás volverás a ver el pelo a tus hermanos.
PEPITO.-
-¿Se lo han rapado?
SAPO BIEN FEO.-
No es así, pequeño Pito…
PEPITO.-
Pepito.
SAPO BIEN FEO.-
No me llamo Pepito, soy la Princesa Frambuesa; convertida en Sapo Bien Feo por los
monos que habitan en este bosque.
PEPITO.-
-¿Los mismos que raparon el pelo a mis hermanos?
SAPO BIEN FEO.-
No son monos.
PEPITO.-
Son mis hermanos.
(Entra el Presentador).
PRESENTADOR.-
-¡Alto! Os estáis liando. Los monos son monos y los hermanos, hermanos. -¿Está
claro?
(Sale).
PEPITO.-
-¿Qué fue eso?
SAPO BIEN FEO.-
Espejismos del bosque, que está encantado.
(Pausa).
Escucha: los monos han conseguido que tus hermanos desaparezcan en el bosque.
Pero esos monos son en realidad unos terribles demonios.
PEPITO.-
-¡Demonios!
SAPO BIEN FEO.-
Yo te diré cómo puedes capturar a los monos, pero como condición te pongo que
tendrás que casarse conmigo.
PEPITO.-
-¡Demonios!
(Queda mirando al Sapo Bien Feo).
PEPITO.-
-¿No roncarás por la noche?
SAPO BIEN FEO.-
Por la noche, huelo a fragancia de frambuesas.
PEPITO.-
Entonces, acepto; me encantan las frambuesas.
SAPO BIEN FEO.-
Te contaré cómo acabar con ellos. Primero, tira esa cachiporra, que de nada te
servirá…
(Pepito tira la cachiporra).
SAPO BIEN FEO.-
Y luego…
(Se escuchan los gritos de los monos).
SAPO BIEN FEO.-
-¡Se acercan!, ven conmigo; te contaré el secreto mientras nos escondemos.
(Salen ambos).
(Se escuchan los gritos de los monos y al poco entran dos monos rematadamente
feos).
MONO 1.-
-¿Dónde se habrá metido ese flacucho?
MONO 2.-
Calla, que no escucho.
(Pepito aparece entre los árboles).
PEPITO.-
(A los monos).
-¡Sois más feos que un trucho!
(Se esconde).
MONO 1.-
-¡Acabemos con él!
(Los dos Monos salen por el lugar en que desapareciera Pepito).
(Pepito aparece en escena por otro lugar).
(Inmediatamente Mono 2 aparece delante de él).
MONO 2.-
Ahora no te atreverás a llamarme trucho.
PEPITO.-
-¡Porra!
(Una cachiporra inmensa sale detrás de Mono 2 y de un único golpe lo deja
inconsciente).
(Sale Pepito).
(Entra Mono 1).
MONO 1.-
-¿Dónde estará ese flacucho?
(Pepito aparece delante de él).
PEPITO.-
-¡Porra!
(La inmensa cachiporra aparece, golpea al Mono 1 con un único golpe y éste
desaparece de escena, después de rebotar en el primer término).
(Entra el Sapo Bien Feo).
SAPO BIEN FEO.-
-¡Has derrotado a los demonios!
PEPITO.-
Y ahora me casaré contigo.
(El Sapo Bien Feo comienza a sacudirse mientras suena un estruendo, hasta que, en
un visto y no visto, el Sapo se convierte en Princesa Frambuesa, linda y bien
compuesta).
FRAMBUESA.-
Has roto el encantamiento que me tenía presa.
PEPITO.-
Y ahora eres tan linda como la frambuesa.
(Los dos personajes se cogen de la mano y salen de escena).
(Entra el Presentador).
PRESENTADOR.-
Y así, y no de otra manera, termina esta historia. Nuestros personajes fueron felices,
hasta que comenzaron a tocarse las narices.
ÁRBOLES.-
-¡Porra!
(La considerablemente grande cachiporra aparece detrás del presentador, le da un
único golpe y este cae al suelo con estrépito).
FIN
La casa de las siete ventanas
Autor: José Luis García
(La escenografía nos muestra dos espacios: Por un lado el interior de una casa de
campo, ni lujosa ni destartalada, y por el otro el jardín de la vivienda, éste si muy
descuidado y dominado por un gran árbol seco).
(Entran al jardín Andrés Pérez y Mamerto González, dos ladronzuelos. Cada uno de
ellos lleva una tela blanca entre sus manos).
ANDRÉS.-
Esta es la casa de las siete ventanas.
MERTO.-
-¡Qué porquería de jardín! No creo que quien tenga un jardín así pueda tener un
tesoro de joyas en la casa.
ANDRÉS.-
Es un viejo loco, sin familia, que vive solo. Le ha puesto nombre y todo: el tesoro de
mi alma, o algo así.
MERTO.-
Si es viejo, cuando nos vea le dará un ataque a la patata.
ANDRÉS.-
Mejor, así tendremos la casa para nosotros solos y será más fácil encontrar el tesoro
de su alma.
MERTO.-
Somos malos.
ANDRÉS.-
Más malos que la quina.
(Cada personaje se coloca su sábana, desde la cabeza hasta los pies. Quedan
convertidos en dos fantasmas de opereta).
(Disfrazados de esta guisa se acercan hasta la casa, al tiempo que agitan sus brazos
y emiten guturales y terroríficos sonidos. Abren la puerta y se introducen sin dificultad
en la casa. Una vez en el interior, continúan con sus aspavientos y alaridos).
(De pronto, en una pausa en la parafernalia de Andrés y Mamerto, se escucha el
lamento de otro fantasma, más profundo y fuerte).
ANDRÉS.-
(Tembloroso).
-¿Qué ha sido?
MERTO.-
(Muy poco seguro).
Has sido tú.
(Desde el interior de la casa entra un fantasma, el de la voz profunda; su tela no es
blanca sino amarillenta y ajada).
MERTO.-
-¡Madre!
ANDRÉS.-
-¡De mi alma!
(Andrés y Mamerto salen huyendo, a todo correr y perdiendo sus sábanas en la huida.
Salen por el jardín).
(El fantasma se libra de su vieja sábana y vemos al Viejo).
VIEJO.-
Este truco me aleja a los ladrones y me permite conseguir nuevas sábanas. No está
mal.
(Recoge las sábanas dejadas atrás por los otros dos y sale hacia el interior de la
casa).
(Por el jardín entran de nuevo Andrés y Mamerto).
ANDRÉS.-
-¿Estás seguro?
MERTO.-
Los fantasmas no existen. Ese viejo nos ha engañado con una sábana vieja.
(Muestra una porra que lleva en una de sus manos).
Pero ahora le daremos aceite de ricino del bueno.
(Ríe).
ANDRÉS.-
Somos malos.
MERTO.-
Y a mucha honra.
(Atraviesan el jardín y se introducen en la casa).
VIEJO.-
(Que grita en off).
-¡No, por favor, no!, -¡ahhh!
(Se escucha el ruido de algo que cae. Los ladrones se asustan).
ANDRÉS.-
-¿Ya le has dado al viejo?
MERTO.-
-¿Qué viejo?, -¿no ves que estamos solos tú y yo?
(Un extraño ser con cabeza de lobo entra desde la casa. Los dos ladrones tiemblan).
EXTRAÑO SER.-
(Al ver a los dos ladrones).
-¡Sangre fresca! Menos mal. Ese viejo estaba reseco.
ANDRÉS.-
Estamos mal alimentados.
MERTO.-
Y tampoco somos tan jóvenes. -¡Corre!
ANDRÉS.-
-¡Corro!
(Los dos ladrones salen por el jardín, mientras van tropezando con todo durante la
carrera).
(El Extraño ser ríe mientras contempla el espectáculo de los otros. Y cuando éstos
desaparecen, se desprende de su cabeza y bajo ella vemos la del Viejo: ha utilizado
una terrorífica máscara para amedrentar a los ladrones).
VIEJO.-
Ahora puedo estar tranquilo. Esos dos no volverán.
(Sale hacia el interior de la casa).
(Las cabezas de Andrés y Mamerto asoman entre unos matorrales del jardín).
ANDRÉS.-
-¡Será cochino!
MERTO.-
Se cree muy listo.
ANDRÉS.-
Pero nadie es más cochino que nosotros.
(Salen de su escondite y dan unos pasos en dirección a la casa. Mamerto lleva un
saco vacío entre sus manos. Entran en la casa y se esconde detrás de unos
muebles).
MERTO.-
(Mientras se esconde).
Todo está lleno de polvo. -¡Atchís!
VIEJO.-
(En off).
-¡Salud!
ANDRÉS.-
(Escondido).
-¡Calla, que te ha oído!
MERTO.-
(Oculto).
Soy alérgico al… -¡Atchís!
VIEJO.-
(Off).
-¡Salud!
(Entra el Viejo y mira por la habitación, pero no ve a nadie).
VIEJO.-
-¡Serán brutos los vecinos! Estornudan tan fuerte que parece que están en la casa.
(Cuando se dispone a salir, los dos ladrones se alzan desde sus escondrijos y le
colocan al Viejo el saco sobre la cabeza, luego, de tal guisa lo empujan de uno a otro
por la habitación).
MERTO.-
(Mientras lo zarandea).
-¿Dónde está tu tesoro del alma, viejo?
ANDRÉS.-
-¡Habla o ésta será tu última noche!
(Continúan con los zarandeos y con múltiples improperios).
VIEJO.-
(Que cae de rodillas).
-¡Hablaré!
ANDRÉS.-
Habla, que estamos muy locos.
MERTO.-
-¿Dónde esta el tesoro de tu alma?
VIEJO.-
El tesoro de mi alma está escondido bajo Matusalén.
(Suena un trueno y luego otro. Comienza una tormenta. Rayos y relámpagos se
sucederán hasta el final de la obra).
ANDRÉS.-
-¿Quién es ese Matuso?
VIEJO.-
Matusalén es el viejo árbol del jardín.
MERTO.-
-¿El tesoro está escondido en el árbol?
VIEJO.-
El tesoro de mi alma está escondido en un hueco del árbol.
ANDRÉS.-
Como nos mientas te arrancaremos uno a uno los pelos del bigote.
VIEJO.-
No tengo bigote.
MERTO.-
No creas que una tontería como ésa puede echarnos atrás.
(Los dos villanos se acercan hasta el árbol. La tormenta está en su máximo apogeo).
ANDRÉS.-
-¡Vamos a ser ricos!
(Una vez junto al árbol rebuscan en el seco tronco. Un fogonazo de un trueno ilumina
todo el jardín, seguido de un estruendo inimaginable y de una densa humareda que
rodea el tronco).
(Cuando volvemos a ver a los ladronzuelos, que emergen del humo, comprobamos
que sus cabellos están encrespados y que sus ropas y todo espacio visible de sus
cuerpos está ennegrecido).
ANDRÉS.-
(Habla como si le faltasen dientes).
Lo dije desde el principio: este jardín es un asco.
MERTO.-
(Que no habla mejor que su compañero).
-¿Tienes el tesoro?
ANDRÉS.-
Como me vuelvas a hablar de tesoros, te arranco los pelos del bigote.
MERTO.-
Yo tampoco tengo bigote. -¿O lo tenía y tú me los has quitado?
ANDRÉS.-
-¿Y para qué quiero yo tu bigote?
MERTO.-
Vámonos, amigo.
ANDRÉS.-
Vamos, compadre. Vinimos a por lana y salimos trasquilados.
(Salen tambaleantes y apoyados uno en el otro).
(A todo esto, el Viejo ha conseguido zafarse del saco y tras la marcha de los
trasquilados se acerca hasta el árbol y de un hueco de éste saca un libro, al que
abraza).
VIEJO.-
-¡El tesoro de mi alma! Y no se ha quemado.
(Mira en dirección al punto por el que Andrés y Mamerto se han marchado).
-¡Qué ladrones más extraños! Todo este jaleo para robar mi libro más querido, mi
mayor tesoro. Sin embargo no me han preguntado por las joyas que guardo en la casa
y que no hacen otra cosa que estorbar.
(Abraza a su libro y con este gesto entra en la casa).
(El fogonazo de otro trueno ilumina toda la escena, seguido de un estruendo
ensordecedor y de una densa humareda que envuelve primero el jardín y luego la
propia casa).
FIN
Romeo y Julieta – Historia de amor junto a una maceta
Autor: José Luis García
(Un jardín, con arbustos y macetas con flores. En un extremo, un edificio con un
balcón).
(Julieta asoma en el balcón. Busca a alguien en el jardín).
JULIETA.-
Romeo, Romeo. -¿Dónde estás?, que no te veo.
ROMEO.-
(Que se incorpora junto a una maceta con flores).
-¡Aquí, Julieta!, junto a esta maceta.
JULIETA.-
-¡Oh, mi amor!
ROMEO.-
Tú eres mi flor.
(Coge una flor de la maceta, con la intención de arrancarla, pero tira de ella, más no
puede sacarla del tiesto; tira de ella, hasta que finalmente cae Romeo al suelo, cuan
largo es. Inmediatamente se levanta de un salto casi atlético).
Estoy bien, amor mío.
(Cae de nuevo al suelo).
JULIETA.-
-¿Romeo?… No dice ni pío.
(El padre de Julieta aparece en el balcón, junto a su hija; viene del interior del edificio).
PADRE.-
-¿Con quién hablas, hija?
JULIETA.-
Hablo contigo, padre.
PADRE.-
No trates de liarme. -¿No estará por aquí ese Romeo?
JULIETA.-
-¿Romeo?, no creo; no lo veo.
PADRE.-
Ya sabes que te he prohibido que te veas con ese sin vergüenza, hijo del odiado
Montesco.
JULIETA.-
-¿Y por qué odiamos a los Montesco?
PADRE.-
Ni remota idea, hija. Mi padre ya los odiaba, igual que mi abuelo.
JULIETA.-
Eso no tiene sentido.
PADRE.-
Nada tiene sentido en esta vida. Yo lo único que quiero es que mis nietos odien a los
Montesco.
(Sale el Padre).
JULIETA.-
(Después de comprobar que su padre se ha alejado).
Romeo, -¿dónde estás?, que no te veo.
ROMEO.-
Aquí, Julieta, aplastado junto a la maceta.
(Se incorpora).
JULIETA.-
-¿Qué podemos hacer?, ya has oído a mi padre.
ROMEO.-
No desesperemos. Cuando los enamorados tienen problemas, el destino acude en su
ayuda.
JULIETA.-
-¿Y esa tontería?
ROMEO.-
La leí en un libro de teatro. Al fin y al cabo, la vida es un teatro inmenso.
CONDE PARIS.-
(En off).
-¿Dónde estás Julieta?
JULIETA.-
Escóndete, Romeo; es el Conde Paris. Le diré que mi padre no me deja enamorarme
de él.
ROMEO.-
Ese Conde Paris es un cursi.
JULIETA.-
Y también el hijo bastardo del rey. -¡Escóndete!
(Romeo se oculta).
(Entra el Conde Paris).
CONDE.-
-¿Cuándo te casarás conmigo, Julieta?
JULIETA.-
Sabes que no puedo. Mi padre no te ve con buenos ojos.
CONDE.-
-¿Cómo va a hacerlo, si es tuerto?
(Aparece el Padre en el balcón, tiene una maceta en sus manos).
PADRE.-
Sin vergüenza, Montesco.
JULIETA.-
No padre, no es…
PADRE.-
Calla, no lo defiendas.
(Arroja la maceta por el balcón y ésta da en plena cabeza al Conde, que cae al suelo,
no sabemos si desmayado o muerto).
JULIETA.-
Era el Conde Paris.
PADRE.-
-¿Qué quieres decir con «era»?
JULIETA.-
Le has dado con la maceta en todo el colodrillo.
PADRE.-
Maldición de faisán. Ese Conde era el hijo bastardo del Rey. Iré a la cárcel.
(Romeo se levanta del suelo).
ROMEO.-
Yo puedo llevármelo, señor. Y dejarlo tirado junto a una taberna. Pensarán que ha
sido una pelea entre borrachos.
PADRE.-
-¡El Montesco!
JULIETA.-
(Que trata de disimular).
-¿De dónde sales, Romeo?
ROMEO.-
(Sin enterarse).
De donde siempre, Julieta, de al lado de la maceta.
PADRE.-
-¿Qué haces aquí, Montesco?
ROMEO.-
Amo a Julieta.
JULIETA.-
Yo nada sabía.
ROMEO.-
-¿No serás sorda como mi tía? Mil veces te lo digo cada día.
PADRE.-
Jamás daré mi consentimiento.
ROMEO.-
Puedo llevarme el Conde y librarle a usted de la cárcel.
PADRE.-
Hazlo.
ROMEO.-
Sólo si acepta nuestro matrimonio.
PADRE.-
No pienso casarme contigo. Además, tengo mujer.
ROMEO.-
No quiero casarme con usted, sino con su hija. Si acepta, me llevaré al Conde.
PADRE.-
Eres un listillo.
ROMEO.-
Liarle a usted es sencillo.
PADRE.-
-¿Eh?
JULIETA.-
Papá, Romeo puede llevarse al Conde y librarte de la cárcel.
PADRE.-
Tendrías que casarte con él.
JULIETA.-
Puedo hacer ese sacrificio por ti, padre.
PADRE.-
Dime Montesco, -¿tu padre te permitirá casarte con una Capuleto?
ROMEO.-
Mi padre no protestará, mientras tenga vino para brindar.
PADRE.-
De acuerdo. Llévate al Conde a la taberna. Y que no falte el vino.
ROMEO.-
Sus deseos son órdenes para mí.
PADRE.-
Comienza a gustarme este muchacho.
(Sale el Padre).
JULIETA.-
Romeo, mi padre tiene razón, eres un listillo.
ROMEO.-
Y te amo como un chiquillo.
JULIETA.-
-¿Y cuándo nos casaremos?
ROMEO.-
Mañana mismo, antes que tu padre cambie de opinión. Adiós Julieta, me llevo al
Conde antes de que despierte.
JULIETA.-
-¿No está muerto?
ROMEO.-
Sólo inconsciente. El Conde es un cabezón. Por eso insisto en que nos casemos
mañana, antes que tu padre descubra que en lugar de muerto, el Conde ha quedado
descompuesto.
JULIETA.-
Eso haremos, Romeo.
ROMEO.-
Adiós Julieta.
(Romeo arrastra al Conde).
No será cadáver, pero pesa como un muerto.
(Sale con el Conde a rastras).
JULIETA.-
Ay, Romeo; te quiero, aún cuando no te veo.
(Entra en la casa).
FIN
Sancho Panza, Gobernador
Autor: José Luis García
(Entra el Presentador).
PRESENTADOR.-
-¡Bravo, viva…! -¡Alegraos querido público! -¡Un gran hombre ha sido nombrado
gobernador de la Ínsula de Barataria!
(Continúa el sonido de la multitud).
SANCHO.-
(En off).
-¡Dejadme en paz!, -¡no quiero y no quiero!
PRESENTADOR.-
Parece que comienzan los problemas en Barataria.
(Entra Sancho).
SANCHO.-
(Que habla con alguien que está fuera de escena).
Yo no sirvo para esas cosas, hombre.
PRESENTADOR.-
-¿Algún problema?
(Sancho que no ha visto al Presentador con anterioridad da un grito del susto al
escuchar la voz del Presentador).
SANCHO.-
-¿Eres un fantasma?
PRESENTADOR.-
No.
SANCHO.-
-¿Un muerto viviente?, -¿un ánima?, -¿un demonio?
PRESENTADOR.-
Nada de eso, soy el Presentador.
SANCHO.-
-¿Y qué presentas?
PRESENTADOR.-
La historia de Sancho Panza, gobernador.
SANCHO.-
-¡Por mi abuela, ese soy yo!
PRESENTADOR.-
Estás en lo cierto.
SANCHO.-
-¿Y qué sucede en la historia?
PRESENTADOR.-
Que el nuevo gobernador de Barataria, como es costumbre en la villa, debe resolver
algunos problemas de difícil solución.
SANCHO.-
Eso me dicen los de ahí fuera, pero yo no quiero. Yo no sirvo para resolver problemas.
PRESENTADOR.-
-¿Y para que has dejado que te hagan Gobernador?
SANCHO.-
Pues como todos, para engordar mi tripa y mi bolsa.
PRESENTADOR.-
Pero si no demuestras que puedes resolver los problemas, elegirán a otro como
gobernador, que será el que engorde en tu lugar.
SANCHO.-
-¡Por las barbas de mi señor!, eso no estará bien. -¡Que vengan esos problemas!
PRESENTADOR.-
-¡Bien dicho!
SANCHO.-
-¡Y mejor bicho!
(Entran el Labrador, que lleva una tela entre sus manos, y el Sastre).
PRESENTADOR.-
Atento, ahí llegan los problemas.
SANCHO.-
Parecen dos tiparracos muy estirados.
PRESENTADOR.-
Escucha, Sancho; va tu panza en ello.
SANCHO.-
Silencio
LABRADOR.-
Buenos días.
SASTRE.-
Buenos días.
SANCHO.-
Buenos días.
PRESENTADOR.-
Calla y escucha.
SANCHO.-
Callado como un cerdo de hucha.
LABRADOR.-
-¿Qué opinas de esta tela?
SASTRE.-
Es una tela de buena calidad.
LABRADOR.-
Además de buena, me ha costado mucho dinero.
SASTRE.-
Estupendo digo, por decir algo.
LABRADOR.-
Me han dicho que eres buen sastre.
SASTRE.-
El mejor de esta villa, aunque me esté mal decirlo.
LABRADOR.-
-¿Puedes hacer una caperuza con esta tela?
SASTRE.-
Puedo, pero no trabajo gratis. Eso, por lo que dicen, sólo lo hacen las gentes de
teatro. Te cobraré diez reales.
LABRADOR.-
El trabajo es vuestro, pero sólo te pagaré ocho.
SASTRE.-
Ocho, a la una; ocho, a las dos; ocho, a las tres. Te lo haré por ocho reales.
(El Labrador le da la tela al Sastre).
LABRADOR.-
(Que se aleja del Sastre en dirección a Sancho y el Presentador).
-¡Hasta mañana!
SASTRE.-
Hasta mañana.
(El Labrador se acerca hasta los otros dos y el Sastre manosea la tela, mientras la
observa con detenimiento).
LABRADOR.-
(A Sancho y Presentador).
El Sastre no ha protestado con la rebaja que le he hecho.
SANCHO.-
Más vale ocho de diez, que cero de nada.
LABRADOR.-
No, eso significa que piensa quedarse con el paño que sobre. Seguro que sobrará
paño para otra caperuza.
(Al Sastre).
-¡Un momento y otro momento!
(Se acerca al Sastre, que sigue ensimismado con la tela).
LABRADOR.-
Sastre…
SASTRE.-
El mejor para evitar un desastre.
LABRADOR.-
-¿Puedes hacer dos caperuzas en lugar de una?
SASTRE.-
No hay problema, pero te costará ocho reales más.
(Se separan de nuevo Sastre y Labrador).
LABRADOR.-
Estoy seguro de que aún sobrará tela y ganará un buen dinero vendiéndola…
PRESENTADOR.-
-¡Alto!
(Sastre y Presentador quedan inmóviles como estatuas).
Estimado público, para no cansaros con tanta caperuza os diré que el desconfiado
Labrador, volvió para decirle que hiciera tres caperuzas, luego cuatro y al final hasta
cinco. A lo que accedió el Sastre.
SANCHO.-
Mal asunto, quien de todo desconfía, de si mismo tampoco se fía.
PRESENTADOR.-
Y ahora llega el problema que tienes que resolver.
SANCHO.-
Con tanta caperuza me había olvidado del bendito problema.
PRESENTADOR.-
-¡Acción!
(Labrador y Sastre se acercan a toda prisa hasta Sancho).
SASTRE.-
Señor Gobernador.
SANCHO.-
-¿Eh?, -¿oh? -¡Ah!
(A voz en grito).
-¡Decidme gobernados!
SASTRE.-
Señor, este hombre ha venido hoy a recoger las caperuzas, pero no las ha querido y
tampoco quiere pagarme el dinero por el trabajo.
LABRADOR.-
Señor Gobernador, este es un listo y es él quien debe pagarme el dinero que me
costó la tela.
SANCHO.-
-¿Eh?, -¿oh?
PRESENTADOR.-
Dile que te enseñe las caperuzas.
SANCHO.-
(A todo grito).
-¡Enseñadme las caperuzas!
(El Sastre le muestra una de sus manos).
PRESENTADOR.-
(Al público).
Las caperuzas son tan pequeñas que tiene colocada una en cada uno de los dedos de
su mano.
SANCHO.-
Pequeñas, muy pequeñas caperuzas.
SASTRE.-
Si tenía que hacer cinco con la tela que me trajo, yo no podía hacerlas más grandes.
SANCHO.-
-¿Eh?, -¿oh?
PRESENTADOR.-
Eres el Gobernador, tienes que decidir; debes resolver el problema.
SANCHO.-
-¿Eh?, -¿oh? Los dos sois unos listos, vale. Decido que tú, por desconfiar del Sastre,
te quedarás sin paño y sin caperuzas. Y tú, Sastre, querías darle una lección a este
desconfiado, lo has conseguido, y con eso te bastará para considerarte pagado,
porque el trabajo de hacer las caperuzas no te lo pagará nadie. Podéis iros,
gobernados.
(Sastre y Labrador salen cabizbajos).
(Se escucha el sonido de una multitud que vitorea).
PRESENTADOR.-
-¡Bravo, viva…! -¡Alegraos querido público! -¡Un gran hombre ha sido nombrado
gobernador de la Ínsula de Barataria!
(Continúa el sonido de la multitud).
SANCHO.-
-¿Y ahora puedo al menos engordar la tripa?
(Se escucha el sonido de una multitud que vitorea).
PRESENTADOR.-
-¡Un gran hombre ha sido nombrado gobernador de la Ínsula de Barataria, que más
grande aún quiere ser!
(Continúa el sonido de la multitud).
SANCHO.-
(Mientras sale con el Presentador).
-¿No ha estado mal verdad?
PRESENTADOR.-
Todo lo contrario, ha estado muy bien.
(Salen ambos).
Sancho Panza y el caso de las diez monedas de oro
Autor: José Luis García
PRESENTADOR.-
Querido público, seguro que ya sabéis que Sancho Panza ha sido nombrado
Gobernador de la Ínsula de Barataria. Y si no lo sabéis, yo os lo digo.
(Desde abajo entra una trompeta y con su “pa-parari” asusta al Presentador, que no
se esperaba esta aparición ni el sonido que hace el trompeteo).
PREGONERO.-
(En off).
Atención, atención. Hace su entrada el señor Gobernador.
(Entra Sancho Panza, trae consigo un lujoso bastón de mando).
SANCHO.-
(Al Presentador).
Te conozco. Tu eres el que presenta las obras de teatro.
PRESENTADOR.-
Ese y no otro soy yo.
SANCHO.-
Me gusta mucho el teatro.
PRESENTADOR.-
Me alegro, señor Gobernador.
SANCHO.-
Me entretiene y me ayuda a hacer la digestión entre una comilona y otra.
(Entran un Viejo con un bastón y un Joven).
JOVEN.-
Eres un embustero.
SANCHO.-
(Creyendo que se lo dice a él).
-¿Cómo te atreves a llamar mentiroso al gobernador?
JOVEN.-
No se lo decía a usted, sino a este viejo mentiroso.
SANCHO.-
Contadme qué es lo que sucede.
(El Viejo y el Joven se acercan hasta Sancho y el Presentador).
JOVEN.-
(Muy nervioso).
Hace tiempo que este viejo…
VIEJO.-
-¡Un respeto!
SANCHO.-
Eres viejo y te ha llamado viejo; así que no hay insulto. Continúa joven, que tampoco
es un insulto.
JOVEN.-
Eso, pues que hace tiempo le presté a este viejo diez monedas de oro. Y como el
tiempo pasaba sin que me las devolviera, hoy he ido a buscarle y a pedirle mis diez
monedas. Y el muy villano dice que ya me las ha devuelto. Y yo no lo recuerdo. Y me
acordaría si me hubiese devuelto las diez monedas de oro que le presté hace tiempo y
que no me ha devuelto.
PRESENTADOR.-
Vale, vale. El señor Gobernador ya se ha enterado de que le has prestado las diez
monedas a este hombre, No hace falta que lo repitas. También se ha enterado aquel
espectador del fondo…
(Mira hacia el público).
Sí aquel del fondo, el que se ha quedado dormido. -¡Qué alguien lo despierte, que
este caso parece emocionante!
SANCHO.-
-¿Y tú qué dices, viejo?
VIEJO.-
-¡Protesto!
SANCHO.-
(Muy sosegado).
Como vuelvas a protestar te arreo con mi bastón.
PRESENTADOR.-
Señor gobernador, eso no es protocolario.
SANCHO.-
-¿Ah, no? Bien, como no es “protoculario”, como vuelvas a protestar, el Presentador te
arreará con mi bastón.
PRESENTADOR.-
-¡Señor!
SANCHO.-
No me lo agradezcas, soy así de magnífico. Y tu viejo, -¿qué dices de las diez
monedas?
VIEJO.-
Digo que le he devuelto las monedas a este jovenzuelo mentiroso. Y para que no
quede duda, estoy dispuesto a jurarlo aquí y ahora.
SANCHO.-
Perfecto, supongo que jurar es bastante “protomulario”.
(Al Viejo).
Jurarás sobre mi bastón de mando. Y como jures en falso, con este mismo bastón te
dejaré las costillas como los dientes de mi abuela.
PRESENTADOR.-
Señor Gobernador, esa frase no es digna de un gobernador. Debería decir: “Jura decir
la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad; o el peso de la ley caerá sobre ti”.
SANCHO.-
Esa frase será “protoluminaria”, pero es muy complicada para mi.
(Al Viejo).
Antes de que jures, escucha lo que dice en mi nombre el Presentador.
PRESENTADOR.-
Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad; o el peso de la ley
caerá sobre ti.
SANCHO.-
-¿Te has enterado?
VIEJO.-
No he entendido ni “papa”.
SANCHO.-
Quiere decir que como mientas, la ley te dejará como el que fue a por lana y salió
trasquilado. -¿Entiendes ahora?
VIEJO.-
Mucho más claro, señor.
Sancho.-
Pues jura, como es “protozoico”.
VIEJO.-
Claro, claro; pero por favor, jovenzuelo, coge mi bastón para que yo pueda coger el
del señor gobernador.
(El Joven coge el bastón del Viejo, y éste a su vez coge el de Sancho).
SANCHO.-
-¿Por qué ha de coger él tu bastón?, -¿no tienes dos manos?
VIEJO.-
Soy viejo.
SANCHO.-
Vaya, cuando tu mismo te llamas viejo no protestas. -¡Jura, como es “proluminario”!
VIEJO.-
Juro que he devuelto a este joven las diez monedas de oro. Y si miento, que la ley del
señor gobernador, me de tantos garrotazos como años que tengo.
SANCHO.-
(Al Joven).
-¿Estás conforme?
JOVEN.-
Si jura ante usted con la amenaza de ser aporreado, yo quedo conforme. Así, debe
ser que él me devolvió las monedas, pero por algún extraño enredo no logro
recordarlo.
PRESENTADOR.-
-¿Y qué opina usted señor gobernador?
-¿Eh?, -¿oh?… Debo dictar sentencia. Viejo, devuélveme mi bastón.
(El Viejo le devuelve a Sancho su bastón).
SANCHO.-
Joven, dame tu ahora el bastón del viejo para dictar sentencia.
VIEJO.-
-¿Mi bastón?
SANCHO.-
-¿Algún problema?
VIEJO.-
-¡No! No, no, no, no, no. Coged mi bastón, señor.
(El Joven le da a Sancho el bastón del Viejo).
SANCHO.-
(A voz en grito).
-¡Dicto setecientas!
PRESENTADOR.-
No es así, señor; dicta usted una Sentencia, no Setecientas.
SANCHO.-
-¿Una en lugar de setecientas?, mejor; antes acabaremos.
(Pausa dramática, en la que Sancho coge aire).
“Seteciento” lo siguiente: como el viejo ha jurado y sin embargo el Joven no tiene sus
monedas, que parece que han volado, el viejo regalará su bastón al joven.
VIEJO.-
(Muy alarmado).
No, no señor gobernador. Mi bastón no tiene valor alguno, es viejo como yo. Yo le
compraré a este simpático joven un bonito bastón, bien labrado y nuevo.
JOVEN.-
-¿Y para qué quiero yo un bastón?, aún no lo necesito.
(Sancho hace oscilar el bastón del anciano sobre la cabeza del Viejo, que trata de
cogerlo sin conseguirlo).
PRESENTADOR.-
Todavía estamos a tiempo de que alguien se lleve un garrotazo.
SANCHO.-
Bien. Te ordeno pues, joven, que si no quieres el bastón, lo rompas aquí mismo,
delante de todos.
(El Joven coge el bastón del viejo).
VIEJO.-
-¡No!
(El Joven rompe el bastón por la mitad y de su interior caen al suelo doce monedas de
oro).
SANCHO.-
Joven, coge tu diez monedas y dale las dos restantes al Presentador, para que al
menos un día gane algo de dinero con esto del teatro.
(El Joven hace lo que Sancho le dice).
SANCHO.-
Llévate al viejo contigo y dile al alguacil que le de con todo el peso de la ley, al menos
diez veces, una por moneda. Y que si no lo recuerda, el libraco ese de leyes está bajo
la pata de mesa del comedor, que está coja.
JOVEN.-
(Confuso).
-¿Señor?
SANCHO.-
Para que caiga sobre él todo el peso de la ley, mejor un libraco de leyes que uno de
cocina. Vendrá bien, es un tocho bien gordo.
JOVEN.-
-¿Señor?
SANCHO.-
Podéis marchar.
JOVEN.-
-¿Señor?
SANCHO.-
-¡Arrea pa’lante!
(Salen Viejo y Joven).
PRESENTADOR.-
-¿Cómo supiste dónde estaban las monedas?
SANCHO.-
En mi pueblo dicen que quien más protesta, es quien más esconde. Este mentiroso
protestaba cuando otro le llamaba viejo, pero luego él mismo se lo decía sin perder el
resuello… Y luego me fijé, que para jurar, le dio sin motivo su bastón al joven, y en
cuanto el otro tuvo el bastón entre sus manos, juró que ya le había devuelto las
monedas.
PRESENTADOR.-
-¡Sois formidable!
SANCHO.-
-¿Te has fijado, eh? Creo que desde que soy Gobernador soy más formidable cada
día que pasa. Por lo menos habré engordado diez kilos.
(Desde abajo sale la trompeta y suena con pompa y alegría).
PREGONERO.-
(En off).
El señor Gobernador ha dictado sentencia.
SANCHO.-
(A voz en grito).
-¡Setecientas no, sólo una! -¡Y abrid paso que mis tripas rugen ya como el dragón del
mago Alí Fanfarrón!
(Comienza a salir y se detiene un momento).
Y tú, amigo presentador, gástate las dos monedas en algo útil, que estás más flaco
que el perro de un hortelano.
(Saliendo).
-¡Abrid paso y que el mantel esté preparado!
(Sale Sancho).
PRESENTADOR.-
Y así el Gobernador de Barataria dictó una más de las setecientas Sentencias que lo
hicieron famoso en el mundo entero y en otras ciudades extranjeras.
Yo me voy, que estas dos monedas de oro me han abierto el apetito.
-¡Sed felices y no dejéis que nadie pase hambre!
(Mientras sale).
-¡Unos huevos fritos con papas fritas!
(Sale).
FIN
2- Repartir los papeles entre los integrantes del grupo
3- Contextualizar la obra de teatro y realizar los moldes para los títeres, (pueden ser
títeres de dedo o los convencionales)
4- Realizar la escenografía con materiales reciclados (cartón, diario, pinturas, etc.)
5- Realizar títeres en los materiales definitivos
6- Interpretar cada obra de títeres para el resto de la clase
- Actividades de Cierre:
1- Hacer la presentación de cada trabajo (poesía- las recetas- los cuentos- obra de
títeres) para el resto de la escuela y colocar el material a disposición de la
institución para el uso colectivo del material
Evaluación:
- Observación directa, planilla de seguimiento.
PROYECTO AULA TALLER
MATEMÁTICA
TITULO: ¡Abracadabra: Que tu mente se abra!
Nombre de la Institución: Nº 1-450 “Ana María Steindl”
Fecha de Inicio: Octubre Fecha de Finalización: Noviembre
Fundamentación:
El conocimiento matemático, como ocurre con otros conocimientos y con las
producciones culturales en general, ha ido generándose y transformándose en
diferentes momentos históricos, en diálogo permanente con problemas que tienen
lugar en los distintos entornos sociales y culturales.
Cuando alguien quiere estudiar una determinada situación o interactuar con ella,
se formula preguntas. Para responder a estas preguntas –que pueden referirse tanto
al mundo natural y social como a la misma matemática– se utilizan modelos
matemáticos conocidos o se construyen nuevos.
Es necesario que los alumnos entren en el juego matemático, es decir, que se
ocupen de producir conocimientos nuevos (para ellos) frente a los problemas que se
les planteen, y que debatan para validarlos o no como respuestas a las preguntas
formuladas. Así, en la escuela, los niños deberían ser introducidos en la cultura
matemática, es decir, en las formas de trabajar “matemáticamente”.
Desde esta perspectiva, entendemos que saber matemática requiere dominar los
conocimientos de esta disciplina para utilizarlos como instrumentos en la resolución de
problemas, y también para definirlos y reconocerlos como objetos de una cultura.
La utilización de billetes como material didáctico, me parece fundamental para
acercarlo, como expresa anteriormente al entorno cultural, generando situaciones
problemáticas donde ellos se sientan partícipes.
Objetivos:
- Utilizar cálculos conocidos para resolver otros
- Reconocer las regularidades de la serie numérica oral y escrita para leer y
escribir números de forma convencional.
Organización del taller:
Se dejara que el niño explore y se divierta con una nueva experiencia que para
ellos puede ser conocida, ya que se les va a presenta una situación cotidiana, se
apunta a que el niño pueda resolver esto sin problema alguno una situación habitual
de sus vidas.
¡Llegó la hora de jugar y explorar!
Los alumnos exploraran un quiosco e identificaran precios y alimentos del mismo
para luego poder trabajar.
(Imagen ilustrativa)
Actividades
En las vacaciones, Anabela, Fredi, Julieta y Facundo, se fueron de compras a la
cuidad. El primer lugar que visitaron fue un quiosco lleno de golosinas.
- Si Fredi compra un chupetín y un chocolate ¿Cuánto gasto? Dibujar los billetes
que utilizó
- Facundo quiere dos chicles y un chocolate ¿Cuántos gastara? Dibujar
- Si facundo tenía en su bolsillo $20 ¿Cuánto le quedó?
- Cuantos chicles compro Fredi si pago con 4 monedas
- Si facundo tiene 2 monedas de $1¿Cuántos caramelos puede comprar?
- En el bolsillo de Anabel y Julieta tiene 2 billetes de $10 y 6 monedas de $1
¿Cuánta plata tienen? ¿Qué se puede comparar?
Los chicos siguen de paseo y deciden parar en una juguetería.
(Imagen ilustrativa)
- A Julieta de dieron 2 billetes de $10 y 4 monedas de $2, y quiere comprar un
muñeco de peluche ¿Cuánto tiene? ¿para que muñeco le alcanza?
- Fredi quiere un camión y tiene 1 billete de $100, 2 billetes de $50 y 3 monedas
de $2, ¿Cuánto tiene? ¿Le alcanza para comprar el camión?
El domingo los chicos se fueron a tomar un helado. ¿Los ayudamos a comprar?
- Entre Fredi, Facundo y Anabel gastaron $500, mira la lista de precios y escribe
todas las combinaciones posibles que den como resultado $500
(Imagen ilustrativa)
- Si los chicos hubiesen comprado los cuatro helados más caros de la heladería ¿Cuánto hubiesen gastado?
¿Con qué billetes o monedas pagarías? Dibujar
- Dibujar o pegar y recortar los billetes que le quedan a los chicos para segur gastando
FREDI TIENE $ 735=
ANABELA TIENE $ 587=
JULIETA TIENE $ 692=
FACUNDO TIENE $ 589=
- Las últimas compras antes de ir a casa. Los chicos se quieren llevar un lindo
recuerdo de su viaje, pero no se deciden que es lo que quieren. Después de
una larga discusión deciden comprarse unas lindas gorras y sacarse unas fotos
muy graciosas.
- Elegir dos combinaciones de los posibles gorros que los chicos se compraron.
Teniendo en cuenta que uno de los gastos dio un total de $1328 y la otra
combinación da como precio total de $ 2155 ¿Cuáles serian las posibles
combinaciones? ¿Cómo lo pagarías?
- ¿Cuál sería la combinación más económica? ¿Cómo lo pagarías?
- ¿Cuál es la combinación más cara? ¿Como los pagarías?
Luego de comprar los gorros los chicos deciden pasar por la casa de fotografía para
llevarse un recuerdo de su viaje juntos.
LISTA DE
PRECIOS
Gorro vaquero
$200
Gorro ninja $225
Gorro pulpo $538
Gorro indio $ 365
Gorro marinero
$874
Gorro turco $253
Gorro explorador
$219
Gorro y antifaz
pirata $635
Gorro con
cuernos $ 782
PROMOCION
ES
4 fotos x $675
2 fotos x
$305
8 fotos x
$1185
1 foto x $75
- ¿Cuál de las promociones les conviene más a los chicos? ¿Por qué? ¿Cómo lo
pagarías? ¿Cuánta plata le corresponde poner a cada chico? Dibujar
Los chicos pasaron unos días hermosos, pero llego la hora de volver a casa, Fredi
pagará con 3 billetes de $100 y le sobrará $55 ¿Cuánto sale el pasaje de vuelta a
casa? Dibujar
- Pegar un billete y una moneda y colocar a su lado como lo escribirías
Evaluación:
- Observación directa, planilla de seguimiento.
Las estrategias que se pondrán en juego tendrán que ver con que el niño explore y se divierta con
nuevas experiencias que para ellos puede ser conocida o no , ya que se les va a presenta una situación
cotidiana, se apunta a que el niño pueda resolver esto sin problema alguno.
Por ejemplo:
Utilizar cálculos conocidos para resolver otros
Reconocer las regularidades de la serie numérica oral y escrita para leer y escribir números de forma
convencional.

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  • 1. PROYECTO AULA TALLER LENGUA Título: “El lápiz mágico” Nombre de la Institución: Nº 1-450 “Ana María Steindl” Fecha de Inicio: Octubre Fecha de Finalización: Noviembre Fundamentación: Esta propuesta se fundamenta en mostrar un camino lleno de actividades y estrategias para despertar en el alumno el gusto por la lectura, como una experiencia estética, para el prospero desarrollo de la oralidad, identificándola también como medio de comunicación necesario para llegar a distintas partes del mundo. Desde temprana edad se debe enseñar al niño el uso del lenguaje, como posibilidad de captar el mundo circundante. Varios aspectos comprenden este paso inicial: - El fortalecimiento del habla. - La relación articulación, música, poesía. - El uso del color, el papel, las gráficas. - La búsqueda del cariño por la lectura. - La iniciación en la escritura literaria. Propuesta: La palabra escuela, desde sus inicios, está ligada al libro y a su necesidad de alfabetizar y transmitir conocimientos. Desde entonces ha tenido diversos objetivos relacionados con la enseñanza y la práctica de la literatura. La siguiente propuesta se torna en diversas estrategias y técnicas de utilización de la literatura infantil y juvenil, y de actividades que se pueden llevar a cabo a través de textos literarios. Técnicas y estrategias de utilización de la literatura infantil y juvenil: La educación literaria implica una intervención del docente centrada en la consecución de objetivos específicos para trabajar en el taller: - Descubrir la lectura como una experiencia satisfactoria para el disfrute de la imaginación - Descubrir que la literatura es un medio de comunicación - Conocer diversos tipos de textos como parte de la literatura placentera Modalidad Didáctica: - Aula taller Temporalización: - Octubre y Noviembre Recursos Humanos: - Docentes- Alumnos- Directivos Responsable del Proyecto: - Miranda Yésica
  • 2. Actividades que se pueden llevar a cabo: ¡El viajar, es un placer! Esta técnica está basada en el poema de Gloria Fuertes "Viajar es un placer", teniendo en cuenta el aprendizaje previo, trabajando a partir de estructuras dadas. 1- Leer la poesía: VIAJAR ES UN PLACER Domitilo llegó al río Nilo montado en un cocodrilo. Pelines llegó a China montada en una gallina. Antón llegó a León montado en un camaleón. Ramona llegó a Barcelona montada en una mona. Marujilla llegó a Cercedilla montada en una ardilla. Simeona llegó a Gerona montada en una leona. Enriqueta llegó a la meta montada en una avioneta. Y Gloria, la autora, llegó al fin montada en un delfín. GLORIA FUERTES
  • 3. 2- Dividir a los alumnos en pequeños grupos 3- Dividir la pizarra en tres partes. 4- Realizar una listado de ciudades, y luego de medios de transporte, para facilitar la actividad e incentivar la memoria colectiva. El medio de transporte no tiene por qué ser uno convencional, puede ser cualquier animal u objeto sobre el que podamos desplazarnos: así queda más gracioso. 5- Escribir la estructura de la poesía ................................(Nombre) llegó a(l) .....................................(Ciudad) montado en un(a) ..............................(Transporte) 6- Escribir en borrador la poesía 7- Transcribir en un afiche la poesía y compartir con el resto de la clase 8- Guardar los borradores en una carpeta para que quede registro de lo trabajado 9- Transcribir el texto terminado a una hoja que luego será guardada en una carpeta para comenzar con los archivos de producciones 10-Pasar la actividad terminada al cuaderno e ilustrar ¡Cuentos y más Cuentos! 1- A partir de los cuentos proporcionados por la docente. Elegir uno: 2- Leer el cuento 3- En un afiche escribir las memorias del cuento
  • 4. 4- Redactar tu propia versión de la historia identificando los momentos del cuento (inicio- desarrollo- cierre) 5- Dibujar tu versión del cuento 6- Compartir con el resto de la clase ¡Manos a la Obra! 4 razones para cocinar con los niños Cocinar con niños exige paciencia, seguridad y colaboración. Los niños no solo aprenden a preparar recetas pero también algunos valores como el compartir, la organización, unidas con la diversión. ¿Por qué cocinar con los niños? Te contamos 6 motivos para que lleves a tus hijos a la cocina: Acerca a padres e hijos: Cocinar con los hijos promueve un convivio familiar saludable y placentero. Hay un dicho que dice 'familia que come unida, se mantiene unida'. En los fines de semana, invita a los niños a cocinar todos juntos. Aprende valores Cocinar con los niños exige el trabajar en equipo, y no solo eso, también exige comunicación, tomar pequeñas decisiones, y sobre todo organización. De parte de todos, requiere quilos de paciencia y de mucho respeto. Así que en la cocina se aprende a cocinar como también algunos cuantos valores tan esenciales en el convivio familiar. Estimula la creatividad y la imaginación Uno de los beneficios de cocinar con niños es aprender todo sobre los alimentos. Es conocer sus distintos olores, sabores, texturas... así como sus diferentes maneras de combinar, de cocer, de freír y asar. La cocina abre a los niños un sinfín de ideas, de placeres, de posibilidades y oportunidades. Ejercita la magia de la diversión En la cocina se aprende que todo se consigue con esfuerzo y trabajo. Basta un poco de 'magia' para conseguir el plato más delicioso que se haya elaborado. Para preparar el plato al que se proponen es necesario tiempo y dedicación. Y probar mucho. ¡Es como hacer magia! Teniendo en cuenta que con los alumnos de tercer grado se esta trabajando con el proceso de la digestión y buena alimentación la propuesta para esta parte del taller es enseñarles a cocinar platos saludable y rico para el verano como por ejemplo: ensalada de fruta, helados caseros de fruta, y porque no algo rico para comer en ciertas ocasiones como bombones. Se trabajara desde la elaboración del texto instructivo y luego la elaboración del producto.
  • 5. TÍTERES Y MÁS TÍTERES, ACOMPAÑADO DE LA OBRA DE TEATRO 1- Leer por grupos cada obra de teatro La cachiporra mágica Autor: José Luis García (Entra el Presentador). PRESENTADOR.- Estimado y nunca bien pagado público… Estamos en el bosque… (Corre de un lado a otro del escenario, comprobando que no hay nada). (Desaparece hacia abajo). (Desde abajo entran en escena un grupo de tres árboles). ÁRBOLES.- (Se sacuden como si estuviesen hablando). Estimado y nunca bien plantado público… (Entra desde abajo el Presentador). PRESENTADOR.- Esto no es así. Estos son los árboles del bosque y soy yo quien presenta. (Y no sin cierto descalabro escénico, el Presentador consigue poner al grupo de árboles en un extremo del escenario). PRESENTADOR.- Estimado y nunca… (Desde abajo y detrás del Presentador entra otro grupo de árboles que golpea al Presentador, que cae desmayado hacia delante). ÁRBOLES.- (Como si hablasen). Estimado y nunca bien abonado público… (El Presentador se incorpora desde el suelo). PRESENTADOR.- Esto es un disparate… -¡Vamos, vamos! (Con descalabro incluido, coloca a este otro grupo de árboles en el otro extremo del escenario). PRESENTADOR.- Pido disculpas a tan memorable público. Esto no había pasado nunca en este grandioso teatro de títeres.
  • 6. (Ambos grupos se árboles, se sacuden y ríen). PRESENTADOR.- -¡Silencio, vegetales! (Callan). PRESENTADOR.- A lo que vamos, o íbamos, no lo sé. Estamos en el bosque y en él habitan dos monos fuertes y malvados que hostigan y molestan continuamente a los aldeanos que viven cerca de aquí. (Se escuchan los gritos de los monos). PRESENTADOR.- Aunque éstos, más que monos, parecen plátanos que gritan. (Gritando hacia abajo, hacia los titiriteros). -¡A ver si mejoráis los gritos de los monos! (Ahora hacia el público). A lo que íbamos, o a lo que vamos, que estoy hecho un lío. Un día como hoy dos hermanos salen de la aldea dispuestos a dar caza a los molestos monos. (Gritos de monos). Y supongo que también a los plátanos. (Saca desde abajo una hoja de papel y hace que lee). PRESENTADOR.- Esto no es un guión ni es nada. Por ahí vienen los dos hermanos cazadores y veréis qué pasa, y yo me voy a dormir; -¡qué dolor de monos tengo!, -¿o de plátanos?, -¿o tal vez de cabezas? (Sale). (Entran los dos hermanos: Pedro y Juan; cada uno trae una cachiporra). JUAN.- -¿Pedro? PEDRO.- -¿Qué pasa, Juan? JUAN.- -¿Y si los monos esos nos comen? PEDRO.- Entonces podrán decir de nosotros que hemos tenido un mal día. JUAN.- -¡Ah, vale!, si sólo es eso. PEDRO.- Lo importante es encontrar a los monos. (Delante de ellos aparece un Sapo Bien Feo). JUAN.- -¡Anda!, -¡un sapo bien feo! SAPO BIEN FEO.- (Habla con voz de mujer).
  • 7. Yo os diré cómo podéis capturar a los monos, pero como condición os pongo que uno de vosotros tendrá que casarse conmigo. (Los dos hermanos quedan un instante mirando hacia el Sapo Bien Feo, después ríen como locos por la ocurrencia). PEDRO.- -¿Casarnos con el sapo más feo del bosque? Además de feo, estás muy loco. JUAN.- Yo no estoy dispuesto a casarme con un Sapo Bien Loco. Vamos, ni estando un poco loco. PEDRO.- Nos la arreglaremos sin tu ayuda, muchas gracias. SAPO BIEN FEO.- Es una lástima, unos chicos tan monos… (Sale el Sapo Bien Feo). (Detrás de Pedro aparece un Mono Bien Grande. Juan lo ve). JUAN.- -¡Pedro, es un mono!; déjame darle. (Juan enarbola su cachiporra y en el intento de darle al Mono Bien Grande, que no para de moverse, aporrea sin contemplaciones a su hermano Pedro, que queda tendido en el suelo). (El Mono Bien Grande desaparece). JUAN.- -¿Hermano? (Pedro se incorpora lentamente desde el suelo). PEDRO.- Me has llamado mono y me has aporreado. JUAN.- Quien te llamó mono fue el Sapo Bien Feo y yo te aporreé porque me lié y pensé que eras el mono. PEDRO.- Tú no sabes lo que has hecho. JUAN.- Sí, te aporreé porque creí que eras el mono. (Pedro le da a Juan con la cachiporra). (Mientras los hermanos se atizan, debe sonar un pasodoble). (Juan le da a Pedro). (Y así entre cachiporrazos, ambos hermanos se acercan hasta uno de los grupos de árboles y desaparecen por ahí). (Deja de sonar el pasodoble). (Entra el Presentador). PRESENTADOR.- -¿Qué queréis que os diga? Los dos se liaron a cachiporrazos, de tal manera, que
  • 8. nunca más se les volvió ver el pelo, ni ninguna otra parte del cuerpo. (Se agacha y saca una hoja de papel. Hace que la lee). PRESENTADOR.- -¡Ah, sí! (Tira la hoja de papel). PRESENTADOR.- Unas semanas después, Pepito, el hermano pequeño de Juan y Pedro, salió de la aldea dispuesto a conseguir lo que sus hermanos no habían logrado. (Se escucha el sonido de un búho). -¿No se suponen que eran monos? (Sonido de búho). Bueno, el pequeño Pepito -algo flaquito- llega dispuesto a acabar con los monos búho. O al menos, a no hacer el plátano. (Sale). (Entra Pepito, realmente algo flaquito, con cachiporra y todo). PEPITO.- -¡Juan! -¡Pedro! (Ante él aparece el Sapo Bien Feo). SAPO BIEN FEO.- Jamás volverás a ver el pelo a tus hermanos. PEPITO.- -¿Se lo han rapado? SAPO BIEN FEO.- No es así, pequeño Pito… PEPITO.- Pepito. SAPO BIEN FEO.- No me llamo Pepito, soy la Princesa Frambuesa; convertida en Sapo Bien Feo por los monos que habitan en este bosque. PEPITO.- -¿Los mismos que raparon el pelo a mis hermanos? SAPO BIEN FEO.- No son monos. PEPITO.- Son mis hermanos. (Entra el Presentador). PRESENTADOR.- -¡Alto! Os estáis liando. Los monos son monos y los hermanos, hermanos. -¿Está claro? (Sale). PEPITO.- -¿Qué fue eso?
  • 9. SAPO BIEN FEO.- Espejismos del bosque, que está encantado. (Pausa). Escucha: los monos han conseguido que tus hermanos desaparezcan en el bosque. Pero esos monos son en realidad unos terribles demonios. PEPITO.- -¡Demonios! SAPO BIEN FEO.- Yo te diré cómo puedes capturar a los monos, pero como condición te pongo que tendrás que casarse conmigo. PEPITO.- -¡Demonios! (Queda mirando al Sapo Bien Feo). PEPITO.- -¿No roncarás por la noche? SAPO BIEN FEO.- Por la noche, huelo a fragancia de frambuesas. PEPITO.- Entonces, acepto; me encantan las frambuesas. SAPO BIEN FEO.- Te contaré cómo acabar con ellos. Primero, tira esa cachiporra, que de nada te servirá… (Pepito tira la cachiporra). SAPO BIEN FEO.- Y luego… (Se escuchan los gritos de los monos). SAPO BIEN FEO.- -¡Se acercan!, ven conmigo; te contaré el secreto mientras nos escondemos. (Salen ambos). (Se escuchan los gritos de los monos y al poco entran dos monos rematadamente feos). MONO 1.- -¿Dónde se habrá metido ese flacucho? MONO 2.- Calla, que no escucho. (Pepito aparece entre los árboles). PEPITO.- (A los monos). -¡Sois más feos que un trucho! (Se esconde). MONO 1.- -¡Acabemos con él!
  • 10. (Los dos Monos salen por el lugar en que desapareciera Pepito). (Pepito aparece en escena por otro lugar). (Inmediatamente Mono 2 aparece delante de él). MONO 2.- Ahora no te atreverás a llamarme trucho. PEPITO.- -¡Porra! (Una cachiporra inmensa sale detrás de Mono 2 y de un único golpe lo deja inconsciente). (Sale Pepito). (Entra Mono 1). MONO 1.- -¿Dónde estará ese flacucho? (Pepito aparece delante de él). PEPITO.- -¡Porra! (La inmensa cachiporra aparece, golpea al Mono 1 con un único golpe y éste desaparece de escena, después de rebotar en el primer término). (Entra el Sapo Bien Feo). SAPO BIEN FEO.- -¡Has derrotado a los demonios! PEPITO.- Y ahora me casaré contigo. (El Sapo Bien Feo comienza a sacudirse mientras suena un estruendo, hasta que, en un visto y no visto, el Sapo se convierte en Princesa Frambuesa, linda y bien compuesta). FRAMBUESA.- Has roto el encantamiento que me tenía presa. PEPITO.- Y ahora eres tan linda como la frambuesa. (Los dos personajes se cogen de la mano y salen de escena). (Entra el Presentador). PRESENTADOR.- Y así, y no de otra manera, termina esta historia. Nuestros personajes fueron felices, hasta que comenzaron a tocarse las narices. ÁRBOLES.- -¡Porra! (La considerablemente grande cachiporra aparece detrás del presentador, le da un único golpe y este cae al suelo con estrépito). FIN
  • 11. La casa de las siete ventanas Autor: José Luis García (La escenografía nos muestra dos espacios: Por un lado el interior de una casa de campo, ni lujosa ni destartalada, y por el otro el jardín de la vivienda, éste si muy descuidado y dominado por un gran árbol seco). (Entran al jardín Andrés Pérez y Mamerto González, dos ladronzuelos. Cada uno de ellos lleva una tela blanca entre sus manos). ANDRÉS.- Esta es la casa de las siete ventanas. MERTO.- -¡Qué porquería de jardín! No creo que quien tenga un jardín así pueda tener un tesoro de joyas en la casa. ANDRÉS.- Es un viejo loco, sin familia, que vive solo. Le ha puesto nombre y todo: el tesoro de mi alma, o algo así. MERTO.- Si es viejo, cuando nos vea le dará un ataque a la patata. ANDRÉS.- Mejor, así tendremos la casa para nosotros solos y será más fácil encontrar el tesoro de su alma. MERTO.- Somos malos. ANDRÉS.- Más malos que la quina. (Cada personaje se coloca su sábana, desde la cabeza hasta los pies. Quedan convertidos en dos fantasmas de opereta). (Disfrazados de esta guisa se acercan hasta la casa, al tiempo que agitan sus brazos y emiten guturales y terroríficos sonidos. Abren la puerta y se introducen sin dificultad en la casa. Una vez en el interior, continúan con sus aspavientos y alaridos).
  • 12. (De pronto, en una pausa en la parafernalia de Andrés y Mamerto, se escucha el lamento de otro fantasma, más profundo y fuerte). ANDRÉS.- (Tembloroso). -¿Qué ha sido? MERTO.- (Muy poco seguro). Has sido tú. (Desde el interior de la casa entra un fantasma, el de la voz profunda; su tela no es blanca sino amarillenta y ajada). MERTO.- -¡Madre! ANDRÉS.- -¡De mi alma! (Andrés y Mamerto salen huyendo, a todo correr y perdiendo sus sábanas en la huida. Salen por el jardín). (El fantasma se libra de su vieja sábana y vemos al Viejo). VIEJO.- Este truco me aleja a los ladrones y me permite conseguir nuevas sábanas. No está mal. (Recoge las sábanas dejadas atrás por los otros dos y sale hacia el interior de la casa). (Por el jardín entran de nuevo Andrés y Mamerto). ANDRÉS.- -¿Estás seguro? MERTO.- Los fantasmas no existen. Ese viejo nos ha engañado con una sábana vieja. (Muestra una porra que lleva en una de sus manos). Pero ahora le daremos aceite de ricino del bueno. (Ríe). ANDRÉS.- Somos malos. MERTO.- Y a mucha honra. (Atraviesan el jardín y se introducen en la casa). VIEJO.- (Que grita en off). -¡No, por favor, no!, -¡ahhh! (Se escucha el ruido de algo que cae. Los ladrones se asustan). ANDRÉS.- -¿Ya le has dado al viejo? MERTO.- -¿Qué viejo?, -¿no ves que estamos solos tú y yo? (Un extraño ser con cabeza de lobo entra desde la casa. Los dos ladrones tiemblan). EXTRAÑO SER.- (Al ver a los dos ladrones). -¡Sangre fresca! Menos mal. Ese viejo estaba reseco. ANDRÉS.-
  • 13. Estamos mal alimentados. MERTO.- Y tampoco somos tan jóvenes. -¡Corre! ANDRÉS.- -¡Corro! (Los dos ladrones salen por el jardín, mientras van tropezando con todo durante la carrera). (El Extraño ser ríe mientras contempla el espectáculo de los otros. Y cuando éstos desaparecen, se desprende de su cabeza y bajo ella vemos la del Viejo: ha utilizado una terrorífica máscara para amedrentar a los ladrones). VIEJO.- Ahora puedo estar tranquilo. Esos dos no volverán. (Sale hacia el interior de la casa). (Las cabezas de Andrés y Mamerto asoman entre unos matorrales del jardín). ANDRÉS.- -¡Será cochino! MERTO.- Se cree muy listo. ANDRÉS.- Pero nadie es más cochino que nosotros. (Salen de su escondite y dan unos pasos en dirección a la casa. Mamerto lleva un saco vacío entre sus manos. Entran en la casa y se esconde detrás de unos muebles). MERTO.- (Mientras se esconde). Todo está lleno de polvo. -¡Atchís! VIEJO.- (En off). -¡Salud! ANDRÉS.- (Escondido). -¡Calla, que te ha oído! MERTO.- (Oculto). Soy alérgico al… -¡Atchís! VIEJO.- (Off). -¡Salud! (Entra el Viejo y mira por la habitación, pero no ve a nadie). VIEJO.- -¡Serán brutos los vecinos! Estornudan tan fuerte que parece que están en la casa. (Cuando se dispone a salir, los dos ladrones se alzan desde sus escondrijos y le colocan al Viejo el saco sobre la cabeza, luego, de tal guisa lo empujan de uno a otro por la habitación). MERTO.- (Mientras lo zarandea). -¿Dónde está tu tesoro del alma, viejo? ANDRÉS.- -¡Habla o ésta será tu última noche!
  • 14. (Continúan con los zarandeos y con múltiples improperios). VIEJO.- (Que cae de rodillas). -¡Hablaré! ANDRÉS.- Habla, que estamos muy locos. MERTO.- -¿Dónde esta el tesoro de tu alma? VIEJO.- El tesoro de mi alma está escondido bajo Matusalén. (Suena un trueno y luego otro. Comienza una tormenta. Rayos y relámpagos se sucederán hasta el final de la obra). ANDRÉS.- -¿Quién es ese Matuso? VIEJO.- Matusalén es el viejo árbol del jardín. MERTO.- -¿El tesoro está escondido en el árbol? VIEJO.- El tesoro de mi alma está escondido en un hueco del árbol. ANDRÉS.- Como nos mientas te arrancaremos uno a uno los pelos del bigote. VIEJO.- No tengo bigote. MERTO.- No creas que una tontería como ésa puede echarnos atrás. (Los dos villanos se acercan hasta el árbol. La tormenta está en su máximo apogeo). ANDRÉS.- -¡Vamos a ser ricos! (Una vez junto al árbol rebuscan en el seco tronco. Un fogonazo de un trueno ilumina todo el jardín, seguido de un estruendo inimaginable y de una densa humareda que rodea el tronco). (Cuando volvemos a ver a los ladronzuelos, que emergen del humo, comprobamos que sus cabellos están encrespados y que sus ropas y todo espacio visible de sus cuerpos está ennegrecido). ANDRÉS.- (Habla como si le faltasen dientes). Lo dije desde el principio: este jardín es un asco. MERTO.- (Que no habla mejor que su compañero). -¿Tienes el tesoro? ANDRÉS.- Como me vuelvas a hablar de tesoros, te arranco los pelos del bigote. MERTO.- Yo tampoco tengo bigote. -¿O lo tenía y tú me los has quitado? ANDRÉS.- -¿Y para qué quiero yo tu bigote? MERTO.- Vámonos, amigo.
  • 15. ANDRÉS.- Vamos, compadre. Vinimos a por lana y salimos trasquilados. (Salen tambaleantes y apoyados uno en el otro). (A todo esto, el Viejo ha conseguido zafarse del saco y tras la marcha de los trasquilados se acerca hasta el árbol y de un hueco de éste saca un libro, al que abraza). VIEJO.- -¡El tesoro de mi alma! Y no se ha quemado. (Mira en dirección al punto por el que Andrés y Mamerto se han marchado). -¡Qué ladrones más extraños! Todo este jaleo para robar mi libro más querido, mi mayor tesoro. Sin embargo no me han preguntado por las joyas que guardo en la casa y que no hacen otra cosa que estorbar. (Abraza a su libro y con este gesto entra en la casa). (El fogonazo de otro trueno ilumina toda la escena, seguido de un estruendo ensordecedor y de una densa humareda que envuelve primero el jardín y luego la propia casa). FIN Romeo y Julieta – Historia de amor junto a una maceta Autor: José Luis García (Un jardín, con arbustos y macetas con flores. En un extremo, un edificio con un balcón). (Julieta asoma en el balcón. Busca a alguien en el jardín). JULIETA.- Romeo, Romeo. -¿Dónde estás?, que no te veo. ROMEO.- (Que se incorpora junto a una maceta con flores). -¡Aquí, Julieta!, junto a esta maceta. JULIETA.- -¡Oh, mi amor! ROMEO.- Tú eres mi flor. (Coge una flor de la maceta, con la intención de arrancarla, pero tira de ella, más no puede sacarla del tiesto; tira de ella, hasta que finalmente cae Romeo al suelo, cuan largo es. Inmediatamente se levanta de un salto casi atlético). Estoy bien, amor mío.
  • 16. (Cae de nuevo al suelo). JULIETA.- -¿Romeo?… No dice ni pío. (El padre de Julieta aparece en el balcón, junto a su hija; viene del interior del edificio). PADRE.- -¿Con quién hablas, hija? JULIETA.- Hablo contigo, padre. PADRE.- No trates de liarme. -¿No estará por aquí ese Romeo? JULIETA.- -¿Romeo?, no creo; no lo veo. PADRE.- Ya sabes que te he prohibido que te veas con ese sin vergüenza, hijo del odiado Montesco. JULIETA.- -¿Y por qué odiamos a los Montesco? PADRE.- Ni remota idea, hija. Mi padre ya los odiaba, igual que mi abuelo. JULIETA.- Eso no tiene sentido. PADRE.- Nada tiene sentido en esta vida. Yo lo único que quiero es que mis nietos odien a los Montesco. (Sale el Padre). JULIETA.- (Después de comprobar que su padre se ha alejado). Romeo, -¿dónde estás?, que no te veo. ROMEO.- Aquí, Julieta, aplastado junto a la maceta. (Se incorpora). JULIETA.- -¿Qué podemos hacer?, ya has oído a mi padre. ROMEO.- No desesperemos. Cuando los enamorados tienen problemas, el destino acude en su ayuda. JULIETA.- -¿Y esa tontería? ROMEO.- La leí en un libro de teatro. Al fin y al cabo, la vida es un teatro inmenso. CONDE PARIS.- (En off). -¿Dónde estás Julieta? JULIETA.- Escóndete, Romeo; es el Conde Paris. Le diré que mi padre no me deja enamorarme de él. ROMEO.- Ese Conde Paris es un cursi. JULIETA.-
  • 17. Y también el hijo bastardo del rey. -¡Escóndete! (Romeo se oculta). (Entra el Conde Paris). CONDE.- -¿Cuándo te casarás conmigo, Julieta? JULIETA.- Sabes que no puedo. Mi padre no te ve con buenos ojos. CONDE.- -¿Cómo va a hacerlo, si es tuerto? (Aparece el Padre en el balcón, tiene una maceta en sus manos). PADRE.- Sin vergüenza, Montesco. JULIETA.- No padre, no es… PADRE.- Calla, no lo defiendas. (Arroja la maceta por el balcón y ésta da en plena cabeza al Conde, que cae al suelo, no sabemos si desmayado o muerto). JULIETA.- Era el Conde Paris. PADRE.- -¿Qué quieres decir con «era»? JULIETA.- Le has dado con la maceta en todo el colodrillo. PADRE.- Maldición de faisán. Ese Conde era el hijo bastardo del Rey. Iré a la cárcel. (Romeo se levanta del suelo). ROMEO.- Yo puedo llevármelo, señor. Y dejarlo tirado junto a una taberna. Pensarán que ha sido una pelea entre borrachos. PADRE.- -¡El Montesco! JULIETA.- (Que trata de disimular). -¿De dónde sales, Romeo? ROMEO.- (Sin enterarse). De donde siempre, Julieta, de al lado de la maceta. PADRE.- -¿Qué haces aquí, Montesco? ROMEO.- Amo a Julieta. JULIETA.- Yo nada sabía. ROMEO.- -¿No serás sorda como mi tía? Mil veces te lo digo cada día. PADRE.- Jamás daré mi consentimiento. ROMEO.-
  • 18. Puedo llevarme el Conde y librarle a usted de la cárcel. PADRE.- Hazlo. ROMEO.- Sólo si acepta nuestro matrimonio. PADRE.- No pienso casarme contigo. Además, tengo mujer. ROMEO.- No quiero casarme con usted, sino con su hija. Si acepta, me llevaré al Conde. PADRE.- Eres un listillo. ROMEO.- Liarle a usted es sencillo. PADRE.- -¿Eh? JULIETA.- Papá, Romeo puede llevarse al Conde y librarte de la cárcel. PADRE.- Tendrías que casarte con él. JULIETA.- Puedo hacer ese sacrificio por ti, padre. PADRE.- Dime Montesco, -¿tu padre te permitirá casarte con una Capuleto? ROMEO.- Mi padre no protestará, mientras tenga vino para brindar. PADRE.- De acuerdo. Llévate al Conde a la taberna. Y que no falte el vino. ROMEO.- Sus deseos son órdenes para mí. PADRE.- Comienza a gustarme este muchacho. (Sale el Padre). JULIETA.- Romeo, mi padre tiene razón, eres un listillo. ROMEO.- Y te amo como un chiquillo. JULIETA.- -¿Y cuándo nos casaremos? ROMEO.- Mañana mismo, antes que tu padre cambie de opinión. Adiós Julieta, me llevo al Conde antes de que despierte. JULIETA.- -¿No está muerto? ROMEO.- Sólo inconsciente. El Conde es un cabezón. Por eso insisto en que nos casemos mañana, antes que tu padre descubra que en lugar de muerto, el Conde ha quedado descompuesto. JULIETA.- Eso haremos, Romeo.
  • 19. ROMEO.- Adiós Julieta. (Romeo arrastra al Conde). No será cadáver, pero pesa como un muerto. (Sale con el Conde a rastras). JULIETA.- Ay, Romeo; te quiero, aún cuando no te veo. (Entra en la casa). FIN Sancho Panza, Gobernador Autor: José Luis García (Entra el Presentador). PRESENTADOR.- -¡Bravo, viva…! -¡Alegraos querido público! -¡Un gran hombre ha sido nombrado gobernador de la Ínsula de Barataria! (Continúa el sonido de la multitud). SANCHO.- (En off). -¡Dejadme en paz!, -¡no quiero y no quiero! PRESENTADOR.- Parece que comienzan los problemas en Barataria. (Entra Sancho). SANCHO.- (Que habla con alguien que está fuera de escena). Yo no sirvo para esas cosas, hombre. PRESENTADOR.-
  • 20. -¿Algún problema? (Sancho que no ha visto al Presentador con anterioridad da un grito del susto al escuchar la voz del Presentador). SANCHO.- -¿Eres un fantasma? PRESENTADOR.- No. SANCHO.- -¿Un muerto viviente?, -¿un ánima?, -¿un demonio? PRESENTADOR.- Nada de eso, soy el Presentador. SANCHO.- -¿Y qué presentas? PRESENTADOR.- La historia de Sancho Panza, gobernador. SANCHO.- -¡Por mi abuela, ese soy yo! PRESENTADOR.- Estás en lo cierto. SANCHO.- -¿Y qué sucede en la historia? PRESENTADOR.- Que el nuevo gobernador de Barataria, como es costumbre en la villa, debe resolver algunos problemas de difícil solución. SANCHO.- Eso me dicen los de ahí fuera, pero yo no quiero. Yo no sirvo para resolver problemas. PRESENTADOR.- -¿Y para que has dejado que te hagan Gobernador? SANCHO.- Pues como todos, para engordar mi tripa y mi bolsa. PRESENTADOR.- Pero si no demuestras que puedes resolver los problemas, elegirán a otro como gobernador, que será el que engorde en tu lugar. SANCHO.- -¡Por las barbas de mi señor!, eso no estará bien. -¡Que vengan esos problemas! PRESENTADOR.- -¡Bien dicho! SANCHO.- -¡Y mejor bicho! (Entran el Labrador, que lleva una tela entre sus manos, y el Sastre). PRESENTADOR.- Atento, ahí llegan los problemas. SANCHO.- Parecen dos tiparracos muy estirados. PRESENTADOR.- Escucha, Sancho; va tu panza en ello. SANCHO.- Silencio LABRADOR.-
  • 21. Buenos días. SASTRE.- Buenos días. SANCHO.- Buenos días. PRESENTADOR.- Calla y escucha. SANCHO.- Callado como un cerdo de hucha. LABRADOR.- -¿Qué opinas de esta tela? SASTRE.- Es una tela de buena calidad. LABRADOR.- Además de buena, me ha costado mucho dinero. SASTRE.- Estupendo digo, por decir algo. LABRADOR.- Me han dicho que eres buen sastre. SASTRE.- El mejor de esta villa, aunque me esté mal decirlo. LABRADOR.- -¿Puedes hacer una caperuza con esta tela? SASTRE.- Puedo, pero no trabajo gratis. Eso, por lo que dicen, sólo lo hacen las gentes de teatro. Te cobraré diez reales. LABRADOR.- El trabajo es vuestro, pero sólo te pagaré ocho. SASTRE.- Ocho, a la una; ocho, a las dos; ocho, a las tres. Te lo haré por ocho reales. (El Labrador le da la tela al Sastre). LABRADOR.- (Que se aleja del Sastre en dirección a Sancho y el Presentador). -¡Hasta mañana! SASTRE.- Hasta mañana. (El Labrador se acerca hasta los otros dos y el Sastre manosea la tela, mientras la observa con detenimiento). LABRADOR.- (A Sancho y Presentador). El Sastre no ha protestado con la rebaja que le he hecho. SANCHO.- Más vale ocho de diez, que cero de nada. LABRADOR.- No, eso significa que piensa quedarse con el paño que sobre. Seguro que sobrará paño para otra caperuza. (Al Sastre). -¡Un momento y otro momento! (Se acerca al Sastre, que sigue ensimismado con la tela).
  • 22. LABRADOR.- Sastre… SASTRE.- El mejor para evitar un desastre. LABRADOR.- -¿Puedes hacer dos caperuzas en lugar de una? SASTRE.- No hay problema, pero te costará ocho reales más. (Se separan de nuevo Sastre y Labrador). LABRADOR.- Estoy seguro de que aún sobrará tela y ganará un buen dinero vendiéndola… PRESENTADOR.- -¡Alto! (Sastre y Presentador quedan inmóviles como estatuas). Estimado público, para no cansaros con tanta caperuza os diré que el desconfiado Labrador, volvió para decirle que hiciera tres caperuzas, luego cuatro y al final hasta cinco. A lo que accedió el Sastre. SANCHO.- Mal asunto, quien de todo desconfía, de si mismo tampoco se fía. PRESENTADOR.- Y ahora llega el problema que tienes que resolver. SANCHO.- Con tanta caperuza me había olvidado del bendito problema. PRESENTADOR.- -¡Acción! (Labrador y Sastre se acercan a toda prisa hasta Sancho). SASTRE.- Señor Gobernador. SANCHO.- -¿Eh?, -¿oh? -¡Ah! (A voz en grito). -¡Decidme gobernados! SASTRE.- Señor, este hombre ha venido hoy a recoger las caperuzas, pero no las ha querido y tampoco quiere pagarme el dinero por el trabajo. LABRADOR.- Señor Gobernador, este es un listo y es él quien debe pagarme el dinero que me costó la tela. SANCHO.- -¿Eh?, -¿oh? PRESENTADOR.- Dile que te enseñe las caperuzas. SANCHO.- (A todo grito). -¡Enseñadme las caperuzas! (El Sastre le muestra una de sus manos). PRESENTADOR.- (Al público). Las caperuzas son tan pequeñas que tiene colocada una en cada uno de los dedos de
  • 23. su mano. SANCHO.- Pequeñas, muy pequeñas caperuzas. SASTRE.- Si tenía que hacer cinco con la tela que me trajo, yo no podía hacerlas más grandes. SANCHO.- -¿Eh?, -¿oh? PRESENTADOR.- Eres el Gobernador, tienes que decidir; debes resolver el problema. SANCHO.- -¿Eh?, -¿oh? Los dos sois unos listos, vale. Decido que tú, por desconfiar del Sastre, te quedarás sin paño y sin caperuzas. Y tú, Sastre, querías darle una lección a este desconfiado, lo has conseguido, y con eso te bastará para considerarte pagado, porque el trabajo de hacer las caperuzas no te lo pagará nadie. Podéis iros, gobernados. (Sastre y Labrador salen cabizbajos). (Se escucha el sonido de una multitud que vitorea). PRESENTADOR.- -¡Bravo, viva…! -¡Alegraos querido público! -¡Un gran hombre ha sido nombrado gobernador de la Ínsula de Barataria! (Continúa el sonido de la multitud). SANCHO.- -¿Y ahora puedo al menos engordar la tripa? (Se escucha el sonido de una multitud que vitorea). PRESENTADOR.- -¡Un gran hombre ha sido nombrado gobernador de la Ínsula de Barataria, que más grande aún quiere ser! (Continúa el sonido de la multitud). SANCHO.- (Mientras sale con el Presentador). -¿No ha estado mal verdad? PRESENTADOR.- Todo lo contrario, ha estado muy bien. (Salen ambos). Sancho Panza y el caso de las diez monedas de oro Autor: José Luis García PRESENTADOR.- Querido público, seguro que ya sabéis que Sancho Panza ha sido nombrado Gobernador de la Ínsula de Barataria. Y si no lo sabéis, yo os lo digo. (Desde abajo entra una trompeta y con su “pa-parari” asusta al Presentador, que no se esperaba esta aparición ni el sonido que hace el trompeteo). PREGONERO.- (En off). Atención, atención. Hace su entrada el señor Gobernador. (Entra Sancho Panza, trae consigo un lujoso bastón de mando). SANCHO.- (Al Presentador).
  • 24. Te conozco. Tu eres el que presenta las obras de teatro. PRESENTADOR.- Ese y no otro soy yo. SANCHO.- Me gusta mucho el teatro. PRESENTADOR.- Me alegro, señor Gobernador. SANCHO.- Me entretiene y me ayuda a hacer la digestión entre una comilona y otra. (Entran un Viejo con un bastón y un Joven). JOVEN.- Eres un embustero. SANCHO.- (Creyendo que se lo dice a él). -¿Cómo te atreves a llamar mentiroso al gobernador? JOVEN.- No se lo decía a usted, sino a este viejo mentiroso. SANCHO.- Contadme qué es lo que sucede. (El Viejo y el Joven se acercan hasta Sancho y el Presentador). JOVEN.- (Muy nervioso). Hace tiempo que este viejo… VIEJO.- -¡Un respeto! SANCHO.- Eres viejo y te ha llamado viejo; así que no hay insulto. Continúa joven, que tampoco es un insulto. JOVEN.- Eso, pues que hace tiempo le presté a este viejo diez monedas de oro. Y como el tiempo pasaba sin que me las devolviera, hoy he ido a buscarle y a pedirle mis diez monedas. Y el muy villano dice que ya me las ha devuelto. Y yo no lo recuerdo. Y me acordaría si me hubiese devuelto las diez monedas de oro que le presté hace tiempo y que no me ha devuelto. PRESENTADOR.- Vale, vale. El señor Gobernador ya se ha enterado de que le has prestado las diez monedas a este hombre, No hace falta que lo repitas. También se ha enterado aquel espectador del fondo… (Mira hacia el público). Sí aquel del fondo, el que se ha quedado dormido. -¡Qué alguien lo despierte, que este caso parece emocionante! SANCHO.- -¿Y tú qué dices, viejo? VIEJO.- -¡Protesto! SANCHO.- (Muy sosegado). Como vuelvas a protestar te arreo con mi bastón. PRESENTADOR.-
  • 25. Señor gobernador, eso no es protocolario. SANCHO.- -¿Ah, no? Bien, como no es “protoculario”, como vuelvas a protestar, el Presentador te arreará con mi bastón. PRESENTADOR.- -¡Señor! SANCHO.- No me lo agradezcas, soy así de magnífico. Y tu viejo, -¿qué dices de las diez monedas? VIEJO.- Digo que le he devuelto las monedas a este jovenzuelo mentiroso. Y para que no quede duda, estoy dispuesto a jurarlo aquí y ahora. SANCHO.- Perfecto, supongo que jurar es bastante “protomulario”. (Al Viejo). Jurarás sobre mi bastón de mando. Y como jures en falso, con este mismo bastón te dejaré las costillas como los dientes de mi abuela. PRESENTADOR.- Señor Gobernador, esa frase no es digna de un gobernador. Debería decir: “Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad; o el peso de la ley caerá sobre ti”. SANCHO.- Esa frase será “protoluminaria”, pero es muy complicada para mi. (Al Viejo). Antes de que jures, escucha lo que dice en mi nombre el Presentador. PRESENTADOR.- Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad; o el peso de la ley caerá sobre ti. SANCHO.- -¿Te has enterado? VIEJO.- No he entendido ni “papa”. SANCHO.- Quiere decir que como mientas, la ley te dejará como el que fue a por lana y salió trasquilado. -¿Entiendes ahora? VIEJO.- Mucho más claro, señor. Sancho.- Pues jura, como es “protozoico”. VIEJO.- Claro, claro; pero por favor, jovenzuelo, coge mi bastón para que yo pueda coger el del señor gobernador. (El Joven coge el bastón del Viejo, y éste a su vez coge el de Sancho). SANCHO.- -¿Por qué ha de coger él tu bastón?, -¿no tienes dos manos? VIEJO.- Soy viejo. SANCHO.- Vaya, cuando tu mismo te llamas viejo no protestas. -¡Jura, como es “proluminario”!
  • 26. VIEJO.- Juro que he devuelto a este joven las diez monedas de oro. Y si miento, que la ley del señor gobernador, me de tantos garrotazos como años que tengo. SANCHO.- (Al Joven). -¿Estás conforme? JOVEN.- Si jura ante usted con la amenaza de ser aporreado, yo quedo conforme. Así, debe ser que él me devolvió las monedas, pero por algún extraño enredo no logro recordarlo. PRESENTADOR.- -¿Y qué opina usted señor gobernador? -¿Eh?, -¿oh?… Debo dictar sentencia. Viejo, devuélveme mi bastón. (El Viejo le devuelve a Sancho su bastón). SANCHO.- Joven, dame tu ahora el bastón del viejo para dictar sentencia. VIEJO.- -¿Mi bastón? SANCHO.- -¿Algún problema? VIEJO.- -¡No! No, no, no, no, no. Coged mi bastón, señor. (El Joven le da a Sancho el bastón del Viejo). SANCHO.- (A voz en grito). -¡Dicto setecientas! PRESENTADOR.- No es así, señor; dicta usted una Sentencia, no Setecientas. SANCHO.- -¿Una en lugar de setecientas?, mejor; antes acabaremos. (Pausa dramática, en la que Sancho coge aire). “Seteciento” lo siguiente: como el viejo ha jurado y sin embargo el Joven no tiene sus monedas, que parece que han volado, el viejo regalará su bastón al joven. VIEJO.- (Muy alarmado). No, no señor gobernador. Mi bastón no tiene valor alguno, es viejo como yo. Yo le compraré a este simpático joven un bonito bastón, bien labrado y nuevo. JOVEN.- -¿Y para qué quiero yo un bastón?, aún no lo necesito. (Sancho hace oscilar el bastón del anciano sobre la cabeza del Viejo, que trata de cogerlo sin conseguirlo). PRESENTADOR.- Todavía estamos a tiempo de que alguien se lleve un garrotazo. SANCHO.- Bien. Te ordeno pues, joven, que si no quieres el bastón, lo rompas aquí mismo, delante de todos. (El Joven coge el bastón del viejo). VIEJO.- -¡No!
  • 27. (El Joven rompe el bastón por la mitad y de su interior caen al suelo doce monedas de oro). SANCHO.- Joven, coge tu diez monedas y dale las dos restantes al Presentador, para que al menos un día gane algo de dinero con esto del teatro. (El Joven hace lo que Sancho le dice). SANCHO.- Llévate al viejo contigo y dile al alguacil que le de con todo el peso de la ley, al menos diez veces, una por moneda. Y que si no lo recuerda, el libraco ese de leyes está bajo la pata de mesa del comedor, que está coja. JOVEN.- (Confuso). -¿Señor? SANCHO.- Para que caiga sobre él todo el peso de la ley, mejor un libraco de leyes que uno de cocina. Vendrá bien, es un tocho bien gordo. JOVEN.- -¿Señor? SANCHO.- Podéis marchar. JOVEN.- -¿Señor? SANCHO.- -¡Arrea pa’lante! (Salen Viejo y Joven). PRESENTADOR.- -¿Cómo supiste dónde estaban las monedas? SANCHO.- En mi pueblo dicen que quien más protesta, es quien más esconde. Este mentiroso protestaba cuando otro le llamaba viejo, pero luego él mismo se lo decía sin perder el resuello… Y luego me fijé, que para jurar, le dio sin motivo su bastón al joven, y en cuanto el otro tuvo el bastón entre sus manos, juró que ya le había devuelto las monedas. PRESENTADOR.- -¡Sois formidable! SANCHO.- -¿Te has fijado, eh? Creo que desde que soy Gobernador soy más formidable cada día que pasa. Por lo menos habré engordado diez kilos. (Desde abajo sale la trompeta y suena con pompa y alegría). PREGONERO.- (En off). El señor Gobernador ha dictado sentencia. SANCHO.- (A voz en grito). -¡Setecientas no, sólo una! -¡Y abrid paso que mis tripas rugen ya como el dragón del mago Alí Fanfarrón! (Comienza a salir y se detiene un momento). Y tú, amigo presentador, gástate las dos monedas en algo útil, que estás más flaco que el perro de un hortelano.
  • 28. (Saliendo). -¡Abrid paso y que el mantel esté preparado! (Sale Sancho). PRESENTADOR.- Y así el Gobernador de Barataria dictó una más de las setecientas Sentencias que lo hicieron famoso en el mundo entero y en otras ciudades extranjeras. Yo me voy, que estas dos monedas de oro me han abierto el apetito. -¡Sed felices y no dejéis que nadie pase hambre! (Mientras sale). -¡Unos huevos fritos con papas fritas! (Sale). FIN 2- Repartir los papeles entre los integrantes del grupo 3- Contextualizar la obra de teatro y realizar los moldes para los títeres, (pueden ser títeres de dedo o los convencionales) 4- Realizar la escenografía con materiales reciclados (cartón, diario, pinturas, etc.) 5- Realizar títeres en los materiales definitivos 6- Interpretar cada obra de títeres para el resto de la clase - Actividades de Cierre: 1- Hacer la presentación de cada trabajo (poesía- las recetas- los cuentos- obra de títeres) para el resto de la escuela y colocar el material a disposición de la institución para el uso colectivo del material Evaluación: - Observación directa, planilla de seguimiento. PROYECTO AULA TALLER
  • 29. MATEMÁTICA TITULO: ¡Abracadabra: Que tu mente se abra! Nombre de la Institución: Nº 1-450 “Ana María Steindl” Fecha de Inicio: Octubre Fecha de Finalización: Noviembre Fundamentación: El conocimiento matemático, como ocurre con otros conocimientos y con las producciones culturales en general, ha ido generándose y transformándose en diferentes momentos históricos, en diálogo permanente con problemas que tienen lugar en los distintos entornos sociales y culturales. Cuando alguien quiere estudiar una determinada situación o interactuar con ella, se formula preguntas. Para responder a estas preguntas –que pueden referirse tanto al mundo natural y social como a la misma matemática– se utilizan modelos matemáticos conocidos o se construyen nuevos. Es necesario que los alumnos entren en el juego matemático, es decir, que se ocupen de producir conocimientos nuevos (para ellos) frente a los problemas que se les planteen, y que debatan para validarlos o no como respuestas a las preguntas formuladas. Así, en la escuela, los niños deberían ser introducidos en la cultura matemática, es decir, en las formas de trabajar “matemáticamente”. Desde esta perspectiva, entendemos que saber matemática requiere dominar los conocimientos de esta disciplina para utilizarlos como instrumentos en la resolución de problemas, y también para definirlos y reconocerlos como objetos de una cultura. La utilización de billetes como material didáctico, me parece fundamental para acercarlo, como expresa anteriormente al entorno cultural, generando situaciones problemáticas donde ellos se sientan partícipes. Objetivos: - Utilizar cálculos conocidos para resolver otros - Reconocer las regularidades de la serie numérica oral y escrita para leer y escribir números de forma convencional. Organización del taller: Se dejara que el niño explore y se divierta con una nueva experiencia que para ellos puede ser conocida, ya que se les va a presenta una situación cotidiana, se apunta a que el niño pueda resolver esto sin problema alguno una situación habitual de sus vidas. ¡Llegó la hora de jugar y explorar!
  • 30. Los alumnos exploraran un quiosco e identificaran precios y alimentos del mismo para luego poder trabajar. (Imagen ilustrativa) Actividades En las vacaciones, Anabela, Fredi, Julieta y Facundo, se fueron de compras a la cuidad. El primer lugar que visitaron fue un quiosco lleno de golosinas. - Si Fredi compra un chupetín y un chocolate ¿Cuánto gasto? Dibujar los billetes que utilizó - Facundo quiere dos chicles y un chocolate ¿Cuántos gastara? Dibujar - Si facundo tenía en su bolsillo $20 ¿Cuánto le quedó? - Cuantos chicles compro Fredi si pago con 4 monedas - Si facundo tiene 2 monedas de $1¿Cuántos caramelos puede comprar? - En el bolsillo de Anabel y Julieta tiene 2 billetes de $10 y 6 monedas de $1 ¿Cuánta plata tienen? ¿Qué se puede comparar? Los chicos siguen de paseo y deciden parar en una juguetería. (Imagen ilustrativa)
  • 31. - A Julieta de dieron 2 billetes de $10 y 4 monedas de $2, y quiere comprar un muñeco de peluche ¿Cuánto tiene? ¿para que muñeco le alcanza? - Fredi quiere un camión y tiene 1 billete de $100, 2 billetes de $50 y 3 monedas de $2, ¿Cuánto tiene? ¿Le alcanza para comprar el camión? El domingo los chicos se fueron a tomar un helado. ¿Los ayudamos a comprar? - Entre Fredi, Facundo y Anabel gastaron $500, mira la lista de precios y escribe todas las combinaciones posibles que den como resultado $500 (Imagen ilustrativa) - Si los chicos hubiesen comprado los cuatro helados más caros de la heladería ¿Cuánto hubiesen gastado? ¿Con qué billetes o monedas pagarías? Dibujar - Dibujar o pegar y recortar los billetes que le quedan a los chicos para segur gastando FREDI TIENE $ 735= ANABELA TIENE $ 587=
  • 32. JULIETA TIENE $ 692= FACUNDO TIENE $ 589= - Las últimas compras antes de ir a casa. Los chicos se quieren llevar un lindo recuerdo de su viaje, pero no se deciden que es lo que quieren. Después de una larga discusión deciden comprarse unas lindas gorras y sacarse unas fotos muy graciosas. - Elegir dos combinaciones de los posibles gorros que los chicos se compraron. Teniendo en cuenta que uno de los gastos dio un total de $1328 y la otra combinación da como precio total de $ 2155 ¿Cuáles serian las posibles combinaciones? ¿Cómo lo pagarías? - ¿Cuál sería la combinación más económica? ¿Cómo lo pagarías? - ¿Cuál es la combinación más cara? ¿Como los pagarías? Luego de comprar los gorros los chicos deciden pasar por la casa de fotografía para llevarse un recuerdo de su viaje juntos. LISTA DE PRECIOS Gorro vaquero $200 Gorro ninja $225 Gorro pulpo $538 Gorro indio $ 365 Gorro marinero $874 Gorro turco $253 Gorro explorador $219 Gorro y antifaz pirata $635 Gorro con cuernos $ 782 PROMOCION ES 4 fotos x $675 2 fotos x $305 8 fotos x $1185 1 foto x $75
  • 33. - ¿Cuál de las promociones les conviene más a los chicos? ¿Por qué? ¿Cómo lo pagarías? ¿Cuánta plata le corresponde poner a cada chico? Dibujar Los chicos pasaron unos días hermosos, pero llego la hora de volver a casa, Fredi pagará con 3 billetes de $100 y le sobrará $55 ¿Cuánto sale el pasaje de vuelta a casa? Dibujar - Pegar un billete y una moneda y colocar a su lado como lo escribirías Evaluación: - Observación directa, planilla de seguimiento. Las estrategias que se pondrán en juego tendrán que ver con que el niño explore y se divierta con nuevas experiencias que para ellos puede ser conocida o no , ya que se les va a presenta una situación cotidiana, se apunta a que el niño pueda resolver esto sin problema alguno. Por ejemplo: Utilizar cálculos conocidos para resolver otros Reconocer las regularidades de la serie numérica oral y escrita para leer y escribir números de forma convencional.