Mañana es mi cumpleaños, tengo muchas ganas de
celebrarlo con mis amigos, con mi familia y comernos la
deliciosa tarta que preparará mi madre. Pero sobre todo
tengo muchísimas ganas de recibir mis regalos. Yo le he
pedido a mamá que me compre un video juego nuevo
pero no sé yo si eso va a ser posible porque mamá dice
que ya tengo muchos y seguramente me compre un libro
como todos los años.
Hacia las 17’00 h van llegando los familiares que se
quedan a pasar la noche en casa. Pero yo tengo
especiales ganas de que llegue mi abuelo Antonio, el otro
día cuando hablé con él por teléfono me dijo que me iba
a regalar algo muy especial.
También tendré que llamar a mis amigos para decirles
que la pista de karts que habíamos alquilado para las 4:30
está ocupada, me han dicho que nos lo han retrasado
media hora y que por el error nos harán un 10% de
descuento en el precio total, ¡genial!
Estoy muy emocionado, esta noche casi no he podido
dormir. Mi madre me había hecho mi desayuno favorito:
creps recién hechas con nocilla.
Nos han dicho que el resto de familiares irán llegando
sobre las 12:00 porque en el restaurante que vamos a
comer con toda la familia teníamos la reserva a las 14:00
h. Para las 11:30 ya habían llegado casi todos los
parientes pero el que no había llegado todavía era el
abuelo Antonio.
Cuando al fin a las 12:15 desde la ventana vi entrar a mi
calle el coche de mi abuelo Antonio bajé corriendo las
escaleras abrí muy deprisa la puerta pero solo era un
coche igual que el suyo. Que larga se me hacia la espera
de mi abuelo, tenía muchísima curiosidad por averiguar
cuál era ese regalo tan especial que me iba a entregar.
Al final tuvimos que comer sin el Abuelito. Cuando al fin
sobre las 4:00 mis familiares se fueron marchando. A las
4:45 mi madre y yo cogimos el coche para ir dirigiéndonos
a la pista de karts. Sobre las 5:05 ya habían llegado todos.
Lo primero que hicimos fue echar una carrera en el
circuito, y gané yo. Luego fuimos a comernos la tarta y
cuando soplé las velas pedí un deseo, que por fin llegara
mi abuelo. Y cuando acabé de soplar las velas entró por la
puerta… ¡Mi abuelo Antonio!, era increíble mi deseo se
había cumplido.
Cuando el abuelo entró llevaba una gran caja en la que
había unos libros con pinta de ser todos muy viejos y
aparentemente eran todos de la misma colección que se
llamaba el Héroe de las páginas (La verdad yo me
esperaba algo más).
Cuando llegamos a casa mi madre me obligó a irme a mi
cuarto a leer los libros que me había regalado el abuelo
Antonio. Entonces, empecé a leer el capitulo que se
llamaba “comienza la aventura’’.
No terminé porque se hizo la hora de cenar.
Hoy cuando he ido a sacar los libros de la caja para
guardarlos en mi armario he visto dos extrañas cajas con
pinta de ser muy antiguas, las cajas llevaban una especie
de gema roja, pero las cajas estaban cerradas. En una
ponía esta inscripción: Aquí comenzará tu aventura Héroe
de las páginas y en la otra ponía: Con las º llaves hallaras
el tesoro se las páginas.
Cuando abrí el libro lo primero que encontré fue una
nota que decía: Querido Nicolás ya me estoy haciendo
mayor y quiero que el legado del Guerrero de las páginas
siga y por eso te lo confío a ti, ahora abre la primera caja
con la llave que hay al final del libro, firmado: tu abuelo.
introduje la llave en el cofre que ponía aquí comienza tu
aventura Héroe de las páginas, apareció una especie de
holograma que decía: al acabar la era de el guerrero de
las páginas tiene que comenzar la de su heredero, ahora
si aceptas el cargo de guerrero de las paginas se te
someterá a la prueba de iniciación que tendrá lugar en los
º libros. Acepto. A continuación se iluminó la gema que
tenía como una especie de escáner y me metió en una
armadura de metal, a continuación me dio una espada
con otra gema roja que brillaba mucho y al momento me
tele transportó.
A continuación aparecí en el centro de una plaza de lo
que parecía ser un castillo. Había una especie de criatura
que vestía una de túnica de mago, yo le pregunté que
quien era, pero no me contestó y me llevó a una gran sala
donde había un trono en el que descansaba una especie
de dama de cristal. El mago dijo en voz alta su majestad le
he traído el heredero del Guerrero de las páginas,
después el mago se fue y la reina me dijo: tu eres el
heredero a héroe de las páginas, tu abuelo ha decidido
darte a ti su herencia… -- Eh… he… eso creo-dije yo,
-Bueno… te hemos traído aquí por una única razón.- Ella
se bajó del trono y dijo –sígueme- yo con la duda de si
esto era un sueño o era realidad decidí seguirla. Ella me
llevó hasta una gran sala con una enorme piedra roja,
igual que la de mi espada,- esta es la gema protectora,
que protege al reino de cristal, te hemos traído aquí por
una única razón, la gema se está debilitando y nuestro
malvado enemigo, el Rey Sombra está pensando en
conquistar El Reino de Cristal, pero tú vas a realizar una
larga misión que requiere mucha valía y esfuerzo, vas a
tener que llegar hasta la torre de elixir que es la fuente de
energía que alimenta la gema, pero antes de embarcar en
esta aventura vamos a tener que ir a la capital del reino
para buscarte un escudero que será el que te acompañe y
te guie y te proteja. Bueno una vez que lleguemos a la
ciudad te acompañaré hasta el cuartel de los caballeros
imperiales para que escojas a uno de ellos como tu
escudero.
Cuando llegamos a la ciudad todo el mundo murmuraba
y creo que todos ellos se preguntaban quien era yo y que
hacia acompañando a la reina. Cuando llegamos al cuartel
había un montón de caballeros imperiales, pero yo no
buscaba el típico caballero fuerte y valiente, no, yo
buscaba a uno inteligente y astuto, que tuviera muchos
conocimientos que nos pudieran servir en nuestra gran
aventura.
Atravesamos un montón de pasillos en los que había un
muchos soldados, cuando pasábamos al lado de alguno
el nos decía su punto débil, fuerte, sus conocimientos y
condición física. Cuando ya nos íbamos sin encontrar lo
que yo iba buscando un caballero dijo: punto débil
fuerza, punto fuerte inteligencia, condición física mala y
13 títulos de la Cristal University. Y en cuanto acabó de
hablar yo le pregunté – cómo te llamas.- y el
tartamudeando me contestó muy educadamente – Ma,
Ma, Max mi señor- y yo le pregunté – y Max, ¿Cuántos
estudios tienes?- y el tímidamente contestó – Química,
física, geografía…--bueno, eso está muy bien- me volví y
le dije a la reina – Max va a ser mi escudero, majestad. – y
le dije – enhorabuena Max, vas a ser mi nuevo escudero-
Max no daba crédito a lo que oía y dijo – en serio señor?
– y yo le respondí – en serio Max – a continuación la
reina nos dio un caballo a cada uno, tiendas de campaña
etc. Y enseguida partimos en lo que los dos sabíamos que
iba a ser una gran aventura.
A la mañana siguiente nos estábamos dirigiendo a la
frontera del reino de cristal con el reino oscuro, que
cuenta con una inmensa muralla construida por el rey
oscuro para evitar intrusos indeseables para el cómo es el
caso de nuestro héroe, y como no la muralla tenía un
montón de peligros acechando.
Cuando llegamos a la muralla, nos escondimos detrás de
una gran roca para trazar un plan. Yo le pregunté a Max -
¿tienes algún plan?- y él respondió –sí, cuando los
guardias estén despistados tu derribas a dos, les
quitamos sus armaduras y nos las ponemos para
camuflarnos entre ellos.- yo le respondí – vale, es un
buen plan.- y en cuanto se despistaron un poco fui a por
los dos que vigilaban la puerta, los derribé y les quité las
armaduras y a continuación nos las pusimos. Al entrar a la
muralla vimos que había un montón de guardias armados
hasta los dientes, pensábamos que ya estaba todo hecho
pero cuando fuimos a salir por la otra puerta, un guardia
nos retuvo y nos dijo con tono sospechoso – ¿sois
nuevos?, nunca os había visto por aquí.- entonces un
escalofrió me recorrió todo el cuerpo, pero Max
respondió ágilmente – somos espías infiltrados en el reino
de cristal y le llevamos a su majestad una información
muy valiosa.- y a continuación el respondió – ah vale! es
que pensaba que erais espías del reino de cristal o algo
así, bueno no os voy a retener más, pasad.
Decidimos pasar la noche en una aldea próxima, para a la
mañana siguiente proseguir con el viaje. Desayunamos
mucho porque ese día teníamos que hacer un largo
recorrido.
El reino oscuro era un lugar desolador, todo estaba lleno
de montes rocosos, paisajes secos y muchos huesos de
animales. En el reino oscuro hacía mucho calor, así que
decidimos quitarnos las armaduras falsas. Al rato,
entramos en un inmenso valle desértico, el ruido de una
corneta nos alertó y al momento oímos una voz que decía
– intrusos en el valle, intrusos en el valle.- esta vez,
decidimos que lo mejor era defendernos, así que nos
armamos de valor y empezamos a luchar, tenían tal
desorden que se empezaron a matar entre ellos, al final
murieron más de la mitad y fue más fácil derribar a los
que quedaban. Pero ahora teníamos que tener más
cuidado porque ya sabían que estábamos allí. Como
habían matado a nuestros caballos, les cogimos unos a
ellos.
Esa noche decidimos pasarla en el valle, pero cometimos
un gravísimo error, ¡¡no nos habíamos puesto las
armaduras falsas!! A la mañana siguiente no nos
despertamos en el valle, si no en una celda que estaba
enganchada a un oscuro carruaje que no sabíamos ni a
donde iba ni quien lo llevaba. Intentamos escapar, pero
no pudimos. Al final nos dimos cuenta de que era un
carruaje de los caballeros del rey oscuro que se dirigía a
las mazmorras del castillo del rey.
Nos encerraron en dos celdas separadas para que no
pudiéramos trazar ningún plan de huida. Pasamos la
primera noche atrapados en las mazmorras pensando
que nuestra aventura había terminado. Al final se me
ocurrió una cosa, les diría a los guardias que me
encontraba mal y que necesitaba salir fuera un momento.
A la noche puse en marcha mi plan. En cuanto me
sacaron de la celda cogí mi espada que estaba colgada en
la pared y de dos golpes les dejé cao. En cuanto me puse
la armadura, le quité las llaves a uno de los guardias y le
abrí la puerta a Max.Repetimos lo que habíamos hecho
en la muralla, les quitamos las armaduras a los guardias y
nos las pusimos, pero esta vez encerramos a los guardias
en nuestras celdas para que no se dieran cuenta de que
habíamos escapado. Esperamos al cambio de guardia
para escabullirnos del castillo, pero teníamos que hacer
una cosa, robarle al rey las llaves de la torre del elixir.
Cuando los guardias de cambio entraron, nosotros nos
escabullimos lo antes posible para evitar ser descubiertos.
Salimos del castillo, y entonces yo pensé - ¿y… entonces,
como abriremos la torre del elixir?- a lo que mi escudero
respondió – se abre con una llave.- -y quien tiene esa
llave.- respondí yo – el rey oscuro.- a lo que yo añadí – y
no sería mejor entrar a robarle la llave al rey oscuro en
vez de arriesgarnos a ir a la torre del elixir sin la llave.- - sí,
creo que será lo mejor.- y a continuación entramos al
castillo. Como era de noche el rey estaba durmiendo y era
la ocasión ideal para robarle la llave. Pero había un
problema, en la puerta de la habitación del rey oscuro
había siempre dos guardias, como los dos llevábamos las
armaduras falsas se nos ocurrió un plan: iríamos a la
puerta de la habitación del rey oscuro y les diríamos a los
guardias que tocaba cambio de turno y nos quedabamos
como si fuéramos dos guardias hasta que nadie
mirara,entonces nos infiltraríamos en la habitación del
rey. Y así lo hicimos, nos colamos en su habitación y nos
dispusimos a quitarle la llave, pero… la llevaba
enganchada en un collar, ¿Cómo se la sacaríamos de allí?.
Max me dio una navaja y me dijo que cortara el collar con
mucha cautela y le quitara la llave, y así fue, todo salió
genial, en cuanto le robamos la llave salimos corriendo de
allí con rumbo a la torre del elixir. Pero el rey no tardo en
enterarse de que nos habíamos escapad ¡¡ y encima
robado su llave!!.
El camino hacia la torre era muy largo. Transcurrieron
días hasta que llegamos, pero al fin, en una montaña
rodeada de acantilados rocosos se alzó la majestuosa
torre del elixir.
Para acceder a ella había que cruzar un viejo y
destartalado puente colgante. Cruzamos el puente,
pero… al otro lado del puente había un problema todavía
mayor, para pasar a la torre había que cruzar un barranco
apoyándonos en unos simples salientes que se podían
derrumbar en cualquier momento. Primero pase yo y
luego Max comenzó a cruzar, pero no tuvo en cuenta
donde pisaba y… ¡¡por poco no se cae!! Al final consiguió
cruzar sano y salvo. Abrimos la puerta con la llave y nos
encontramos con que para llegar a los almacenes había
que bajar varios metros y no podíamos hacerlo sin ayuda
de algún utensilio y eso hizo Max, saco de su mochila dos
cuerdas para que pudiéramos bajar rapelando. Una vez
abajo, nos dimos cuenta de que había otra salida en vez
de subir había una puerta en los sótanos de la torre. Pero,
de pronto se oyeron unos pasos y a quien vimos aparecer
al malvado y siniestro rey oscuro. El rey desde arriba dijo
– tenéis una hora para entregaros o si no, bajare ahí.-
entonces pensamos un plan, el elixir iba en un
contenedor que estaba subido en un carro al que Max le
agregó unos ensamblajes para poderlo llevar con el
caballo, y esto fue lo que pensamos: Max se llevaría el
contenedor con el caballo por la puerta de atrás y
entonces yo lucharía contra el rey oscuro e iría detrás de
él con mi caballo. Y así fue Max salió de la torre sin ser
visto y yo reté al rey oscuro, este bajó de un salto y
empezamos a luchar. El desenfundó su temible espada y
yo hice lo mismo y nos enzarzamos en una lucha en la que
probablemente muriéramos alguno de los dos.
Empezamos a luchar: el me intentó dar varias veces pero
yo, aprovechando mis buenos reflejos los esquivé todos.
En realidad mi objetivo no era derrotarle, si no debilitarle
o hacerle algún rasguño para que no me siguiera, y así fue
yo esquivé un último golpe y cuando menos se lo
esperaba, yo le hice un corte profundo en el brazo y a
continuación como un rayo, cogí mi caballo y salí
corriendo, cerré la puerta y empecé a cabalgar a toda
velocidad. Después de un tiempo cabalgando, al fin
alcancé a Max y nos dispusimos a derribar una parte de la
muralla del reino oscuro con una bomba que Max había
diseñado y curiosamente, funcionó, derribo la muralla y
pudimos entrar al reino de cristal sanos y salvos. Pero no
solo nosotros entramos, sino que también entró el rey
oscuro con su ejército. En seguida sonó una alarma de
advertencia de ataque. Yo estaba pensando en cómo
parar el ataque, y al final lo averigüé, si llevábamos el
elixir a la central del escudo lo reactivaría y destruiría al
rey y a su ejército. Se lo dije a Max y él se fue hacia el
castillo mientras yo iba al cuartel de los caballeros de la
corte para enfrentarnos contra el rey y su ejército.
Entonces, empezó la batalla. Nos dimos cuenta de que
iban muchos más que nosotros y decidimos que solo
había que entretenerlos hasta que Max llegara a la
central del escudo y lo reactivara pero, vi que el rey
oscuro no estaba allí y entonces supuse que estaría
siguiendo a Max por eso salí rápidamente hacia donde
estaba Max. Cuando llegué, pasó lo que yo esperaba, el
rey oscuro iba subido en el almacén de elixir, queria
desengancharlo para que no pudiéramos reactivar el
escudo, pero yo le dije a Max que moviera bastante el
contenedor para que el rey oscuro se cayera, pero no
funcionó, así que tuve que subir a luchar contra él.
Empezamos la batalla, yo esquivaba todos los golpes que
me daba pero él no sabía que nos dirigíamos hacia un
arco. Cuando llegamos al arco yo me agaché y el rey
oscuro se quedó estampado contra el arco. Al fin,
llegamos a palacio para recargar el escudo. Lo recargamos
y automáticamente el ejército del rey oscuro y el mismo
rey quedaron convertidos en piedra.
Al día siguiente la reina nos recompensó a Max y a mí con
unas medallas conmemorativas y organizó un banquete
en nuestro honor, ¡fue muy emocionante! Yo con mucha
pena tuve que volver a casa, pero convencido de volver
para librar más batallas épicas con mí escudero Max y
junto al ejército del reino de cristal.