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Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS
INTRODUCCIÓN
En términos generales se puede afirmar que la
motivación es la palanca que mueve toda conduc-
ta, lo que nos permite provocar cambios tanto a
nivel escolar como de la vida en general. Pero el
marco teórico explicativo de cómo se produce la
motivación, cuáles son las variables determinantes,
cómo se puede mejorar desde la práctica docente,
Motivación, aprendizaje y
rendimiento escolar1
Francisco J. García Bacete y Fernando Doménech Betoret
Universidad Jaume I de Castellón
etc., son cuestiones no resueltas, y en parte las res-
puestas dependerán del enfoque psicológico que
adoptemos. Además, como afirma Núñez (1996) la
motivación no es un proceso unitario, sino que
abarca componentes muy diversos que ninguna de
las teorías elaboradas hasta el momento ha conse-
guido integrar, de ahí que uno de los mayores retos
de los investigadores sea el tratar de precisar y clari-
ficar qué elementos o constructos se engloban den-
tro de este amplio y complejo proceso que etique-
tamos como motivación. Sin embargo, a pesar de
las discrepancias existentes la mayoría de los espe-
cialistas coinciden en definir la motivación como
1 En Revista Electrónica de Motivación y Emoción. Volumen 1,
número 6. http://reme.uji.es/
mayo 2002
25
MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR
un conjunto de procesos implicados en la activación,
dirección y persistencia de la conducta (Beltrán, 1993a;
Bueno, 1995; McClelland, 1989, etc.). Si nos trasla-
damos al contexto escolar y consideramos el carác-
ter intencional de la conducta humana, parece bas-
tante evidente que las actitudes, percepciones, ex-
pectativas y representaciones que tenga el estudiante
de sí mismo, de la tarea a realizar, y de las metas
que pretende alcanzar constituyen factores de pri-
mer orden que guían y dirigen la conducta del es-
tudiante en el ámbito académico. Pero para realizar
un estudio completo e integrador de la motivación,
no sólo debemos tener en cuenta
estas variables personales e internas
sino también aquellas otras exter-
nas, procedentes del contexto en el
que se desenvuelven los estudian-
tes, que les están influyendo y con
los que interactúan.
Tradicionalmente ha existido
una separación casi absoluta entre
los aspectos cognitivos y los afecti-
vo-motivacionales a la hora de es-
tudiar su influencia en el aprendi-
zaje escolar, de forma que unos au-
tores centraban sus estudios en los
aspectos cognitivos olvidando casi
por completo los otros, o vicever-
sa. En la actualidad, no obstante
existe un creciente interés en estu-
diar ambos tipos de componentes
de forma integrada. “Se puede afir-
mar que el aprendizaje se caracteriza como un pro-
ceso cognitivo y motivacional a la vez” (G.
Cabanach et al., 1996, p.9), en consecuencia, en la
mejora del rendimiento académico debemos tener
en cuenta tanto los aspectos cognitivos como los
motivacionales. Para aprender es imprescindible
“poder” hacerlo, lo cual hace referencia a las capa-
cidades, los conocimientos, las estrategias, y las des-
trezas necesarias (componentes cognitivos), pero
además es necesario “querer” hacerlo, tener la dis-
posición, la intención y la motivación suficientes
(componentes motivacionales) (Núñez y González-
Pumariega, 1996). Los especialistas más destacados
en este tema como por ejemplo Paris Lipson y
Wixson (1983), Pintrich (1989), Pintrich y De Groot
(1990) opinan que, para tener buenos resultados
académicos, los alumnos necesitan poseer tanto
“voluntad” (will) como “habilidad” (skill) (En G.
Cabanach et al., 1996), lo que conduce a la necesi-
dad de integrar ambos aspectos.
Por otra parte, también queremos resaltar que
el aprendizaje escolar, desde una visión cons-
tructivista, no queda, en absoluto, reducido exclu-
sivamente al plano cognitivo en sentido estricto,
sino que hay que contar también con otros aspec-
tos motivacionales como las intenciones, las me-
tas, las percepciones y creencias que tiene el sujeto
que aprende, que aunque somos conscientes que
estos aspectos sean también representaciones men-
tales en última estancia, lo que demuestra la enor-
me interrelación que mantienen el ámbito cognitivo
y afectivo-motivacional, nosotros los vamos a tra-
tar como determinantes del aprendizaje escolar vin-
culados a la vertiente afectivo-motivacional, como
tradicionalmente ha venido haciéndose hasta aho-
ra, porque pretendemos destacar los procesos
motivacionales sobre los cognitivos.
En línea con lo comentado en los párrafos ante-
riores, en este artículo nos centra-
remos fundamentalmente en ana-
lizar aquellas variables que juegan
un papel más relevante en la moti-
vación del estudiante tanto desde
una perspectiva personal como
contextual, así como la interven-
ción instruccional que el profesor
puede desarrollar dentro del aula
para mejorar la motivación de sus
alumnos, uno de los principales
problemas actuales de la docencia,
lo que redundará con toda seguri-
dad en un incremento del rendi-
miento escolar.
Estos planteamientos quedan
recogidos en la figura 1 (en la pági-
na siguiente) donde se especifican
las variables contextuales y perso-
nales que serán analizadas en los
apartados siguientes. Las variables contextuales pro-
puestas en la figura, que serán objeto de análisis,
constituyen los elementos clave de toda Situación
Educativa o grupo-clase: profesor, alumnos, conteni-
do. Las variables personales afectivo-motivacionales
propuestas han sido tomadas del modelo moti-
vacional de Pintrich (autoconcepto, metas de apren-
dizaje y emociones). En la figura también se trata
de mostrar la interrelación que mantienen el ámbi-
to cognitivo y afectivo-motivacional, así como, en-
tre el contexto de aprendizaje del alumno y sus
variables personales correspondientes a los dos
ámbitos.
VARIABLES PERSONALES
DE LA MOTIVACIÓN
Si se analizan las principales teorías sobre moti-
vación (teoría atribucional de la motivación de lo-
gro de Weiner, teoría de la autovalía de Covington
y Berry, la teoría de las metas de aprendizaje de
Dweck, la teoría de Nicholls, el modelo de eficacia
Tradicionalmente
ha existido una
separación casi
absoluta entre los
aspectos cogni-
tivos y los afecti-
vo-motivacionales
a la hora de estu-
diar su influencia
en el aprendizaje
escolar
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Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS
Figura 1
Variables personales y contextuales más relevantes que influyen en la motivación del estudiante
Variables Variables
Contextuales: Personales
La situación educativa
El Profesor
Los Iguales
Contenido/
Tarea
Ámbito
Cognitivo
(poder)
Conocimientos
Destrezas/
Habilidades
«reales»
Ámbito
Afectivo-
Motivacional
(querer)
Percepciones y
Creencias:
• de sí mismo:
AUTOCONCEPTO
• de la tarea:
METAS DE
APRENDIZAJE
Emociones
mayo 2002
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MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR
percibida de Schunk, etc.) se observa que destacan
los siguientes constructos: el autoconcepto, los pa-
trones de atribución causal, y las metas de aprendizaje.
En consecuencia, estos factores y su interrelación
determinarán en gran medida la motivación esco-
lar. Son pues referencia obligada de todo profesor
que desee incidir en la motivación de los alumnos.
Estas variables personales también están recogi-
das en el marco teórico sobre motivación plantea-
do por Pintrich, (1989), Pintrich y De Groot (1990).
Este marco teórico estaría integrado por tres com-
ponentes. El componente de expectativa, que hace re-
ferencia a las creencias y expectativas de los estu-
diantes para realizar una determinada tarea. Este
componente se podría traducir en la siguiente pre-
gunta: ¿soy capaz de hacer esta tarea?. El componen-
te de valor, que indica las metas de los alumnos y
sus creencias sobre la importancia e interés de la
tarea. Este componente se podría traducir en la si-
guiente pregunta: ¿por qué hago esta tarea?. El com-
ponente afectivo, que recoge las reacciones emocio-
nales de los estudiantes ante la tarea. Este compo-
nente se podría traducir en la siguiente pregunta:
¿cómo me siento al hacer esta tarea?.
Finalmente, comentar que el constructo patro-
nes de atribución causal, anteriormente aludido por
diversos autores como un constructo personal de-
terminante de la motivación escolar, estaría muy
vinculado a este tercer componente afectivo, pro-
puesto por Pintrich, debido a que los patrones
atribucionales del estudiante están determinados,
en gran medida, por las consecuencias afectivo-
emocionales derivadas de la realización de la tarea,
así como de los éxitos y fracasos obtenidos en la
misma (aspectos que constituyen el núcleo central
de la Teoría Atribucional de la Motivación de Logro
de Weiner).
El componente
de expectativa:
El Autoconcepto
El autoconcepto es el resultado de un proceso
de análisis, valoración e integración de la informa-
ción derivada de la propia experiencia y del feedback
de los otros significativos como compañeros, pa-
dres y profesor.
Una de las funciones más importantes del
autoconcepto es la de regular la conducta median-
te un proceso de autoevaluación o autoconciencia,
de modo que el comportamiento de un estudiante
en un momento determinado está determinado en
gran medida por el autoconcepto que posea en ese
momento. Bandura (1977) señala que el sujeto an-
ticipa el resultado de su conducta a partir de las
creencias y valoraciones que hace de sus capacida-
des; es decir, genera expectativas bien de éxito, bien
de fracaso, que repercutirán sobre su motivación y
rendimiento.
Por otra parte, teniendo en cuenta que numero-
sas investigaciones han demostrado la correlación
significativa que existe entre autoestima (valoración
positiva o negativa del autoconcepto) y el locus de
control podemos deducir que en la medida en que
desarrollemos la autoestima de los alumnos tam-
bién mejoraremos su atribución causal. Así, tene-
mos que los sujetos con baja autoestima suelen atri-
buir sus éxitos a factores externos e incontrolables
(el azar) y sus fracasos a factores in-
ternos estables e incontrolables (baja
capacidad), mientras que los sujetos
con alta autoestima suelen atribuir
sus éxitos a factores internos y esta-
bles (capacidad) o a factores internos,
inestables y controlables (esfuerzo) y
sus fracasos a factores internos y con-
trolables (falta de esfuerzo).
Para explicar el rendimiento de
un alumno es imprescindible, pues,
tener en cuenta tanto las capacida-
des reales como las creencias perso-
nales sobre las propias capacidades
para realizar las tareas escolares. El
rendimiento del estudiante no de-
pende tanto de la capacidad real
como de la capacidad creída o
percibida. Como señala Bandura
(1987), existe una notable diferencia
entre poseer una capacidad y saber
utilizarla en situaciones diversas.
Para explicar el
rendimiento de
un alumno es
imprescindible,
pues, tener en
cuenta tanto las
c a p a c i d a d e s
reales como las
creencias perso-
nales sobre las
propias capaci-
dades para reali-
zar las tareas es-
colares.
28
Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS
El componente
de valor:
Las metas
de Aprendizaje
Investigaciones recientes intentan explicar la
motivación de logro basándose en las metas que
persigue el alumno. Las metas que se eligen dan
lugar a diferentes modos de afrontar las tareas aca-
démicas y a distintos patrones motivacionales. Se-
gún G. Cabanach (1996) las distintas metas elegi-
das se pueden situar entre dos polos que van desde
una orientación extrínseca a una orientación in-
trínseca. De modo que, algunos autores distinguen
entre metas de aprendizaje y metas de ejecución o
rendimiento (Elliot y Dweck, 1988), otros entre
metas centradas en la tarea y metas centradas en el
“yo” (Nicholls, 1984), y finalmente otros que dife-
rencian entre metas de dominio y metas de rendi-
miento (Ames, 1992; Ames y Archer, 1988). Las pri-
meras metas (de aprendizaje, las centradas en la
tarea y las de dominio) se distinguen de las inclui-
das en el segundo grupo (de ejecución, centradas
en el “yo”, y de rendimiento) porque comportan
formas de afrontamiento diferentes, así como di-
ferentes formas de pensamiento sobre uno mismo,
la tarea y los resultados de la misma. Así, mientras
que unos estudiantes se mueven por el deseo de
saber, curiosidad, preferencia por el reto, interés
por aprender, otros están orientados hacia la con-
La inteligencia
emocional está re-
lacionada con la
motivación, ya
que una persona
esinteligenteemo-
cionalmente en la
medida que pue-
de mejorar su pro-
pia motivación.
secución de metas extrínsecas como obtención de
notas, recompensas, juicios positivos, aprobación
de padres y profesores, y evitación de las valora-
ciones negativas. En este sentido, decimos que los
primeros tienen una motivación intrínseca porque
supone un interés por parte del sujeto de desarro-
llar y mejorar la capacidad, mientras que los se-
gundos tienen motivación extrínseca ya que refle-
jan el deseo de mostrar a los demás su competen-
cia y de obtener juicios positivos, más que el inte-
rés por aprender. Estos dos grupos de metas gene-
ran dos patrones motivacionales también distin-
tos, así, mientras que el primer grupo llevan a los
alumnos/as a adoptar un patrón denominado de
“dominio” (mastery) aceptando retos y desafíos
para incrementar sus conocimientos y habilidades,
el segundo grupo conducen a un patrón denomi-
nado de “indefensión” (helpless), en donde los es-
tudiantes tratan de evitar los retos o desafíos esco-
lares por miedo a manifestar poca capacidad para
realizar con éxito una tarea.
Sin embargo, algunos autores (como Heyman y
Dweck, 1992; Smiley y Dweck, 1994, etc.) afirman
que la conducta mostrada por los alumnos depen-
de más de su “capacidad percibida” que de su orien-
tación de meta. De forma que, cuando los estudian-
tes (ya sean de una u otra orientación de meta) tie-
nen confianza en su capacidad de éxito en una ta-
rea muestran comportamientos similares, aceptan-
do el desafío planteado por dicha tarea y persistien-
do en su esfuerzo de realizarla con éxito. Por el con-
trario, cuando dudan de su capacidad, las diferen-
cias en orientación de meta, reflejan también dife-
rencias a nivel motivacional (Miller et al. 1993).
mayo 2002
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MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR
El componente afectivo:
Las Emociones
Hoy en día es frecuente hablar de inteligencia
emocional (Goleman, 1996), término que implica
conocer las propias emociones y regularlas tanto
personalmente como socialmente (autorregulación
emocional). La inteligencia emocional está relacio-
nada con la motivación, ya que una persona es in-
teligente emocionalmente en la medida que puede
mejorar su propia motivación.
Existen escasos estudios que hayan investigado
el peso que juega el dominio emocional del estu-
diante en el aprendizaje. A pesar de esta carencia
investigadora, en general, se asume que las emo-
ciones forman parte importante de la vida psicoló-
gica del escolar y que tienen una alta influencia en
la motivación académica y en las estrategias
cognitivas (adquisición, almacenamiento, recupe-
ración de la información, etc.), y por ende en el
aprendizaje y en el rendimiento escolar (Pekrun,
1992).
En el campo educativo tan solo dos tipos de emo-
ciones han recibido atención hasta la fecha, la an-
siedad (anxiety), y el estado anímico (mood). Por
ahora sólo se han estudiado los efectos cognitivos
de estas emociones en el rendimiento, olvidando
los efectos motivacionales.
Pekrun (1992) ha generalizado a otras emocio-
nes los efectos que la ansiedad y el estado anímico
producen en el aprendizaje y rendimiento y ha ela-
borado un modelo teórico (ver figura 2) en el que
los procesos cognitivos y motivacionales actúan de
mediadores. A continuación nos centraremos en los
efectos motivacionales de las emociones y su reper-
cusión en el aprendizaje y rendimiento.
Figura 2
Modelo adaptado de Pekrun
EMOCIONES
POSITIVAS:
• Relacionadas
con el proceso
(ej. divertirse)
• Prospectivas:
(ej. esperanza)
• Retrospectivas:
(ej. orgullo)
ACTIVACIÓN
EMOCIONES
NEGATIVAS
(ej. ansiedad,
vergüenza)
DESACTIVACIÓN
EMOCIONES
NEGATIVAS
(ej. aburrimiento,
desesperanza)
Procesos
Cognitivos
Motivación
Total de
La Tarea
Procesos
Cognitivos
Motivación
Total de
La Tarea
APRENDIZAJE
RENDIMIENTO
APRENDIZAJE
RENDIMIENTO
Motivación
Intrínseca
de La Tarea
Motivación
Extrínseca
de La Tarea
Motivación
Intrínseca
de La Tarea
Motivación
Extrínseca
de La Tarea
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Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS
Efectos motivacionales
de las emociones
Pekrun (1992) estudió los efectos producidos por
las emociones positivas y negativas en la motiva-
ción intrínseca y la motivación extrínseca de tareas.
La motivación intrínseca se puede definir como
aquella que procede del propio sujeto, que está bajo
su control y tiene capacidad para
autorreforzarse. Se asume que cuan-
do se disfruta ejecutando una tarea
se induce una motivación intrínseca
positiva. Es más, aquellas emocio-
nes positivas que no están directa-
mente relacionadas con el conteni-
do de la tarea también pueden ejer-
cer una influencia positiva en la
motivación intrínseca como por
ejemplo la satisfacción de realizar
con éxito una redacción.
Las emociones negativas pue-
den repercutir básicamente de dos
formas en la motivación intrínse-
ca. En primer lugar, emociones ne-
gativas como la ansiedad, la ira, la
tristeza, etc., pueden ser incompa-
tibles con emociones positivas por
lo que pueden reducir el disfrute en
la tarea. En segundo lugar, puede aparecer una mo-
tivación extrínseca negativa opuesta a la motivación
extrínseca positiva que conduce a la no ejecución
de la tarea (conducta de evitación) porque está vin-
culada con experiencias pasadas negativas. Por lo
tanto, además de impedir la motivación intrínseca
positiva, las emociones negativas también produ-
cen motivación intrínseca negativa. Una de las emo-
ciones negativas que conlleva a la no ejecución o
evitación es el “aburrimiento” por lo que se presu-
me que produce motivación (negativa) para evitar
la realización de la tarea y a comprometerse, en su
lugar, con otras tareas. También existen otras emo-
ciones, tales como ansiedad o ira, etc., que pueden
producir motivación intrínseca de
evitación, no sólo porque se rela-
cionen con los resultados, sino por-
que también se pueden generalizar
a los contenidos de la tarea.
La motivación extrínseca se de-
fine, en contraposición de la intrín-
seca, como aquella que procede de
fuera y que conduce a la ejecución
de la tarea. Todas las clases de emo-
ciones relacionadas con resultados
se asume que influyen en la moti-
vación extrínseca de tareas. Pekrun
(1992) distingue entre emociones
prospectivas y retrospectivas ligadas
a los resultados.
Considera emociones pros-
pectivas aquellas que están ligadas
prospectivamente y de forma direc-
ta con los resultados de las tareas
(notas, alabanzas de los padres, etc.) como por ejem-
plo la esperanza, las expectativas de disfrute, la an-
siedad, etc. Así la esperanza y las expectativas de
disfrute anticipatorio producirían motivación ex-
trínseca positiva, es decir, motivación para ejecutar
la tarea con la finalidad de obtener resultados posi-
tivos. En cambio, la desesperanza puede inducir a
un estado de indefensión que comporta la reduc-
ción o total anulación de la motivación extrínseca
por no poder alcanzar resultados positivos o evitar
los negativos. Se puede asumir que la motivación
extrínseca positiva contribuye efectivamente (conjun-
tamente con la motivación intrínseca positiva) a la
motivación total de la tarea.
El caso se complica cuando se relaciona los re-
sultados (negativos) y la motivación extrínseca de
evitación producida por la ansiedad. Se pueden dis-
tinguir dos situaciones sobre como evitar el fracaso
y resultados negativos. En situaciones “no restricti-
vas” (tareas ordinarias de clase) el fracaso se puede
evitar demandando al estudiante tareas más fáciles
que pueda superar con éxito. En situaciones “res-
trictivas” (por ejemplo de examen) la única mane-
ra de evitar el fracaso es proporcionándole al estu-
diante los recursos didácticos necesarios (técnicas,
destrezas, etc.) para afrontar con éxito la tarea.
Las emociones retrospectivas como la alegría por
los resultados, decepción, orgullo, tristeza, vergüen-
Así la esperanza
y las expectativas
de disfrute anti-
cipatorio produci-
rían motivación
extrínseca positi-
va, es decir, moti-
vación para eje-
cutar la tarea con
la finalidad de
obtener resulta-
dos positivos.
mayo 2002
31
MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR
za, ira, etc., funcionan fundamentalmente como
evaluativas, como reacciones retrospectivas a la ta-
rea y a sus resultados. Las emociones evaluativas
pueden servir de base para desarrollar la motiva-
ción extrínseca en la ejecución de tareas académi-
cas. Así, experiencias agradables asociadas a resul-
tados positivos (una buena nota, alabanza de los
padres, etc.) y sentirse orgulloso por ello, conduce
a un incremento de la apreciación subjetiva de al-
canzar ese tipo de resultados. Por otra parte, experi-
mentar decepción o vergüenza conduce a alcanzar
resultados negativos.
El impacto de las emociones
sobre el aprendizaje
y el rendimiento
En un segundo momento, Pekrun (1992) anali-
zó el impacto que tienen las emociones positivas y
negativas en la realización de las tareas escolares,
en donde los procesos motivacionales actuaban
como mediadores (ver figura 2).
Las emociones positivas de la tarea (Positive Task
Emotions) producen un conjunto de efectos, des-
encadenados por emociones positivas relacionadas
con la tarea (process-related emotions), que condu-
cen a un incremento del rendimiento, como es el
caso de disfrutar realizando una tarea (task
enjoyment).
Pekrun (1992) también analizó el carácter
prospectivo y retrospectivo de las emociones posi-
tivas experimentadas en la tarea. Si la emoción se
experimenta antes o después, no se puede asumir
que sus efectos sobre el procesamiento de la infor-
mación (uso de estrategias, procesos atencionales,
etc.) puedan tener una influencia directa sobre la
ejecución. Sin embargo, si que se han detectado
numerosos efectos indirectos sobre la ejecución
mediados por el impacto de las emociones en la
motivación. Por ejemplo, la esperanza experimen-
tada antes de acometer la tarea puede influir positi-
vamente en la motivación y por tanto en la con-
ducta y en la ejecución.
Mientras las emociones positivas producen, en
general, efectos positivos que repercuten favorable-
mente en el aprendizaje, los efectos globales de las
emociones negativas de la tarea (Negative Task
Emotions) son más diversos, pueden ser tanto posi-
tivos como negativos.
Respecto a las emociones negativas relaciona-
das con el proceso (process-related emotions) des-
tacamos el aburrimiento (boredom). La primera fun-
ción del aburrimiento puede ser motivar al estu-
diante para que busque otra tarea o alternativa más
recompensante. El aburrimiento conduce a reducir
la motivación intrínseca y a escapar cognitivamente
de la tarea. Como resultado, la motivación total de la
tarea decrecerá, incluso en casos de motivación ex-
trínseca elevada.
Por otra parte se asume que las emociones nega-
tivas prospectivas y retrospectivas pueden producir
efectos positivos y negativos simultáneos. El resul-
tado neto dependerá de la intensidad de tales in-
fluencias opuestas. Así, se considera que la ansie-
dad reduce la motivación intrínseca positiva e in-
duce a motivación intrínseca negativa para buscar
una nueva tarea y evitar la que se
le había propuesto. Sin embargo
la ansiedad relacionada con el fra-
caso o los resultados negativos
puede producir una alta motiva-
ción para evitar esos fracasos. Por
ejemplo, si un estudiante tiene
miedo de no conseguir una bue-
na nota, la ansiedad que le pro-
duce esa preocupación le impedi-
rá la ejecución de la tarea y se re-
ducirá su creatividad, pero esos
efectos negativos pueden ser com-
La primera fun-
ción del aburri-
miento puede ser
motivar al estu-
diante para que
busque otra tarea
o alternativa más
recompensante.
32
Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS
pensados por un esfuerzo adicional de trabajo ex-
tra para impedir el fracaso.
En términos generales podemos señalar que las
emociones pueden influir en gran medida en el
aprendizaje y en el rendimiento de los estudiantes.
Sin embargo, también se constata que la relación
entre las emociones y ejecución no es de ningún
modo simple, en el sentido de “emociones positi-
vas, efectos positivos; emociones negativas, efectos
negativos”. En lugar de eso, la in-
fluencia de las emociones pueden
estar mediatizadas por diferentes me-
canismos que impliquen efectos
acumulativos o contrapuestos, lo que
hace difícil predecir los efectos en la
ejecución. Específicamente, mientras
los efectos de las emociones positi-
vas pueden ser beneficiosas en la
mayoría de los casos, el impacto de
las emociones negativas como insa-
tisfacción o ansiedad pueden ocasio-
nar efectos ambivalentes. En esta
misma línea, Polaino (1993) afirma-
ba que una ansiedad moderada en
las matemáticas, no sólo disminuye
el rendimiento sino que puede faci-
litarlo. Por el contrario, un nivel muy
alto de ansiedad inhibe notablemen-
te el rendimiento, ya que aparece
como un factor disruptivo de los pro-
cesos motivacionales y cognitivos
que son los que intervienen directa-
mente sobre las habilidades y destre-
zas necesarias para la solución de pro-
blemas.
VARIABLES
CONTEXTUALES
DE LA MOTIVACIÓN
Habitualmente la motivación académica ha sido
tratada desde la perspectiva de la persona; es decir
como una variable personal y haciendo referencia
a los componentes que la integran (autoconcepto,
atribuciones causales y metas de aprendizaje, emo-
ciones, etc.), sin prestar demasiada atención a los
factores contextuales y en el modo en que éstos
pueden influir en la motivación. Sin embargo, es
importante señalar que estas variables personales
que hemos tratado están estrechamente condicio-
nadas por el ambiente en el cual el niño/a desarro-
lla su actividad.
Influencia de
las variables contextuales
en el autoconcepto
Es un hecho constatado la importancia que tie-
nen las interacciones sociales que el estudiante man-
tiene con los otros significativos (padres, profeso-
res y compañeros) en el desarrollo del autoconcepto,
ya que, la información que el es-
tudiante recibe de ellos le condi-
ciona para desarrollar, mantener
y/o modificar su autoconcepto, lo
que repercutirá posteriormente en
su motivación y rendimiento aca-
démico (García, 1993a).
El papel del profesor es funda-
mental en la formación y cambio
del autoconcepto académico y so-
cial de los estudiantes. El profesor
es la persona más influyente den-
tro del aula por tanto el alumno
valora mucho sus opiniones y el
trato que recibe de él. Un niño que
sea ridiculizado ante sus compa-
ñeros, que reciba continuas críti-
cas del profesor por sus fracasos,
cuya autonomía e iniciativa se
anula sistemáticamente está reci-
biendo mensajes negativos para su
autoestima. En cambio, un alum-
no a quien se le escucha, se le res-
peta y se le anima ante el fracaso
está recibiendo mensajes positivos
para su autoestima.
El papel del pro-
fesor es funda-
mental en la for-
mación y cam-
bio del auto-
concepto acadé-
mico y social de
los estudiantes.
El profesor es la
persona más in-
fluyente dentro
del aula por tan-
to el alumno va-
lora mucho sus
opiniones y el
trato que recibe
de él.
mayo 2002
33
MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR
El papel que juegan los iguales también es muy
importante, no sólo porque favorecen el aprendi-
zaje de destrezas sociales o la autonomía e indepen-
dencia respecto del adulto, sino porque ofrecen un
contexto rico en interacciones en donde el sujeto
recibe gran cantidad de información procedente de
sus compañeros que le servirá de referencia para
desarrollar, mantener o modificar su autoconcepto
tanto en su dimensión académica como social. Por
ejemplo, la valoración que el sujeto hace de su pro-
pia competencia académica (autoeficacia), está en
función de los resultados escolares que obtiene y
del resultado del proceso de compararse con sus
compañeros, lo que determinará sus expectativas
de logro y su motivación.
En definitiva, podemos afirmar que tanto la ac-
tuación del profesor como las interacciones acadé-
micas y sociales de los alumnos juegan un papel
importante en el desarrollo del autoconcepto.
Influencia de las variables
contextuales en las metas
de aprendizaje adoptadas
El tipo de meta que los
alumnos persiguen depen-
de tanto de los aspectos per-
sonales como de los situa-
cionales (Dweck y Leggett,
1988). Según Ames (1992)
entre las variables situa-
cionales que influyen en las
metas que persiguen los
alumnos, cabe destacar una serie de elementos rela-
cionados con la organización de la
enseñanza y la estructura de la cla-
se: el sistema de evaluación, la acti-
tud del profesor, la organización del
aula, el tipo de tareas, etc. Todas es-
tas variables situacionales son agru-
padas por Ames (1992), en tres di-
mensiones: el diseño de tareas y ac-
tividades de aprendizaje, las prácti-
cas de evaluación y la utilización de
recompensas, y la distribución de la
autoridad o de la responsabilidad en
la clase.
Como la organización y la
estructuración de la enseñanza es
de responsabilidad exclusiva del
profesor, se deduce que es éste el
que con su actuación instruccional
determinará el que los estudiantes
adopten un tipo de metas u otras.
Influencia de las variables
contextuales en las emociones
de los estudiantes
Hemos señalado anterior-
mente que el componente afec-
tivo recoge las reacciones emocio-
nales de los estudiantes ante la
tarea. El tipo de emoción que ex-
perimenta el alumno en la reali-
zación de la tarea viene determi-
nada fundamentalmente por las
características propias de la tarea
y, en particular, por el contenido
de la misma y la estrategia
metodológica diseñada por el
profesor para su realización.
En ese sentido, para que el alumno/a se sienta
motivado para aprender unos contenidos de forma
significativa es necesario que pueda atribuir sentido
(utilidad del tema) a aquello que se le propone. Eso
depende de muchos factores personales (auto-
concepto, creencias, actitudes, expectativas, etc.),
pero fundamentalmente depende de cómo se le pre-
sente la situación de aprendizaje, lo atractiva e in-
teresante que le resulte al estudiante para implicar-
se activamente en un proceso de construcción de
significados. Que el alumno esté motivado para
aprender significativamente también requiere la
existencia de una distancia óptima entre lo que el
alumno ya sabe y el nuevo contenido de aprendi-
zaje. Si la distancia es excesiva el alumno se
desmotiva porque cree que no tiene posibilidades
de asimilarlo o de atribuir significado al nuevo
aprendizaje, y si la exigencia del profesor persiste
puede generar ansiedad en el estu-
diante. Si la distancia es mínima
también se produce un efecto de
desmotivación porque el alumno ya
conoce, en su mayor parte, el nue-
vo material a aprender y se aburre.
Desde la concepción construc-
tivista del aprendizaje se asume que
el aprendizaje significativo es en sí
mismo motivador porque el alum-
no disfruta realizando la tarea o tra-
bajando esos nuevos contenidos (en
contraposición al aprendizaje mecá-
nico o memorístico), pues entiende
lo que se le enseña y le encuentra
sentido. Cuando el estudiante dis-
fruta realizando la tarea se genera
una motivación intrínseca donde
pueden aflorar una variedad de
emociones positivas placenteras.
En ese sentido,
para que el alum-
no/a se sienta
motivado para
aprender unos
contenidos de for-
ma significativa
es necesario que
pueda atribuir
sentido (utilidad
del tema) a aque-
llo que se le pro-
pone.
34
Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS
ACTUACIONES
INSTRUCCIONALES
EN EL AULA
La actuación instruccional del profesor y la apli-
cación de técnicas motivacionales en el aula varia-
rá en función del marco conceptual o enfoque psi-
cológico en el que se basa, en unos casos se tratará
de incidir sobre los factores personales y en otros
en los factores contextuales (antecedentes o conse-
cuentes), en función de la importancia que se le
otorgue a unos o a otros.
Nosotros coincidimos con Cyrs (1995) al afir-
mar que no se debe motivar a los estudiantes, sino
crear un ambiente (environment learning) que les
permita a ellos mismos motivarse. En un principio,
se pretendía cambiar la motivación de los estudian-
tes aplicándoles programas especiales que se desa-
rrollaban fuera del contexto escolar. Sin embargo,
con la emergencia de las teorías cognitivo-sociales
de la motivación y el rendimiento, los estudios ac-
tuales centran su interés en el entorno o situación
de aprendizaje, pues, tiene mucho más sentido que
tratar de provocar un cambio en el aprendiz inci-
diendo directamente sobre los componentes
personales.
Siguiendo en
esta línea, Ames
(1992) propone una
serie de actuaciones
instruccionales del
profesor encamina-
das a favorecer las
metas de aprendiza-
je en función de las
dimensiones por él
señaladas anterior-
mente. En relación
con las tareas y ac-
tividades de apren-
dizaje propone se-
leccionar aquellas
que ofrezcan retos y
desafíos razonables
por su novedad, va-
riedad o diversidad.
Respecto a la distri-
bución de autori-
dad o responsabili-
dad, propone ayu-
dar a los alumnos
en la toma de deci-
siones, fomentar su
responsabilidad e
independencia y desarrollar habilidades de
autocontrol. Por último, respecto a las prácticas de
evaluación, las estrategias instruccionales más im-
portantes que se deberían implementar en el aula
son: centrarse sobre el progreso y mejora individual,
reconocer el esfuerzo de los alumnos y trasmitir la
visión de que los errores son parte del proceso de
enseñanza y aprendizaje.
Desde hace algunos años se están desarrollando
estudios tratando de incidir en el ambiente, como
por ejemplo el realizado por Maehr y Midgley
(1991). Estos autores han tratado de aplicar la teo-
ría de Ames desarrollando un programa, en el que
participan no sólo los profesores sino también los
padres y la comunidad en general porque conside-
ran que el grupo-clase no es una isla sino que for-
ma parte de otros ámbitos sociales más amplios y
es difícil promover cambios en el aula sin contar
con ellos.
Propuesta para mejorar
la motivación en el aula
La elaboración de nuestra propuesta
instruccional va dirigida fundamentalmente hacia
los tres elementos clave que integran la Situación
Educativa, profesor, alumnos, contenido. Considera-
mos la Situación Educativa como el escenario real
donde tiene lugar el proceso de enseñanza-apren-
dizaje a través de una amplia gama de interacciones
entre los tres elementos claves (Rivas, 1997). Por
tanto, representa el contexto inmediato en donde
el niño/a aprende y aunque somos conscientes de
la influencia de otros contextos más amplios en el
aprendizaje escolar, concretaremos nuestra propues-
ta al contexto de la clase.
Para aplicar nuestra propuesta de desarrollo
motivacional distinguimos tres momentos en la Si-
tuación Educativa, sobre los que dirigiremos la in-
tervención: antes, durante y después del proceso
instruccional en el aula. Cada uno de estos momen-
tos presenta características instruccionales distin-
tas lo que requiere estrategias motivacionales tam-
bién distintas. El momento antes se correspondería
con la planificación o diseño de instrucción que
realiza el profesor para su implementación poste-
rior en el aula. El momento durante se identifica con
el clima de la clase, abarcando una amplia gama de
interacciones, y se correspondería con la puesta en
práctica del diseño de instrucción anteriormente
elaborado. El momento después correspondería a la
evaluación final, así como a la reflexión conjunta
sobre el desarrollo del proceso de enseñanza-apren-
dizaje seguido, que permita corregir errores y afron-
tar nuevos aprendizajes.
mayo 2002
35
MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR
Actuaciones instruccionales
a realizar antes de la clase
En primer lugar sería conveniente realizar un
diagnóstico previo a la planificación del proceso
instruccional para conocer las expectativas y las ne-
cesidades de los estudiantes, también sus posibili-
dades y limitaciones. Solamente partiendo de estas
condiciones se pueden generar estrategias
motivadoras en el aula.
Para que el nuevo aprendizaje resulte intrínse-
camente motivador y los estudiantes se impliquen
en la construcción activa de nuevos significados se
apuesta por una planificación sistemática y rigurosa
de las situaciones de enseñanza por parte del profe-
sor que, como afirma Coll (1989), debe contemplar
al menos tres aspectos: las características de los con-
tenidos objeto de enseñanza y los objetivos corres-
pondientes, la competencia (el nivel evolutivo y los
conocimientos de partida) de los alumnos, y los
distintos enfoques metodológicos que es posible
adoptar (presentar de forma atractiva la situación
de aprendizaje) para facilitar la atribución de senti-
do y significado a las actividades y contenidos de
aprendizaje.
Hay que programar para garantizar probabilida-
des de éxito. El profesor debe ser provocador de éxito
no de fracaso. Hay que ofrecer éxito para que el
alumno no aprenda de la frustración sino del éxito.
Actuaciones instruccionales
a realizar durante la clase
Otras de las actuaciones del profesor para mejo-
rar la motivación de sus alumnos estarían orienta-
das a crear un clima afectivo, estimulante y de respeto
(García, 1993b) durante el proceso instruccional en
el aula. Generar un clima afectivo significa conec-
tar empáticamente con los alumnos, esto puede
lograrse a través de una serie de técnicas o pautas
de comportamiento como: dirigirse a los alumnos
por su nombre, aproximación individualizada y per-
sonal, uso del humor (permite una mayor disten-
sión), reconocimiento de los fallos, etc.
En toda organización social debe de existir res-
peto entre las personas interactuantes. El profesor
debe creer en el alumno y viceversa. Si se pierde el
respeto se pierden muchas otras cosas.
Hay muchas formas de crear una clima
instruccional que resulte estimulante para el apren-
dizaje. Una manera de estimular al aprendizaje con-
siste en romper con la monotonía del discurso
creando continuamente desequilibrios cognitivos.
Las películas de “suspense” nos mantienen aten-
tos a la pantalla porque crean desequilibrios de for-
ma continuada, los docentes también los tienen
que crear en el aula preguntando, generando
interrogantes, etc. Otra forma de estimular el inte-
rés de los estudiantes es relacionando el conteni-
do con sus experiencias, con lo que conoce y le es
familiar. También resulta estimulante envolver a
los estudiantes en una amplia variedad de activi-
dades en donde se fomente la participación, el tra-
bajo cooperativo y se utilice material didáctico di-
verso y atractivo.
Actuaciones instruccionales
a realizar después de la clase
En primer lugar hay que tratar de evitar o ali-
viar las emociones negativas como la ansiedad-
estrés que aparecen en las situaciones de control o
examen como lo demuestran investigaciones que
hemos realizado sobre el tema (Doménech, 1995;
Rivas, 1997). En ese sentido, resulta muy recomen-
dable la “evaluación criterial” que pone el acento
sobre los propios logros de los alumnos/as, evitan-
do comparaciones en torno a la norma, y permite
valorar el esfuerzo personal realizado, teniendo en
cuenta sus posibilidades y limitaciones.
Periódicamente, después de finalizar la clase,
resulta muy interesante realizar
autoevaluaciones conjuntas, pro-
fesor y alumnos, sobre el desarro-
llo del proceso instruccional se-
guido, expresando de forma sin-
cera las emociones y sentimien-
tos experimentados durante el de-
sarrollo de la clase, así como el re-
conocimiento de los fallos. Tam-
bién es conveniente generar nue-
vos interrogantes (desequilibrios
cognitivos) después de cada lec-
ción que estimulen en los alum-
nos el deseo continuado de apren-
der.
Estas y otras actuaciones del
profesor van dirigidas a evitar los
repetidos fracasos que experimen-
tan los sujetos en el aprendizaje,
no tanto por sus aptitudes como
por su falta de motivación, que
les llevan a desarrollar creencias
de falta de competencia, que a su
vez, conllevan bajas expectativas
de logro y como consecuencia es-
casa implicación en las tareas y
un bajo rendimiento escolar.
Para que el nuevo
aprendizaje resul-
teintrínsecamente
motivador y los
estudiantes se
impliquen en la
construcción ac-
tiva de nuevos
significados se
apuesta por una
planificaciónsiste-
mática y rigurosa
de las situaciones
de enseñanza por
parte del profesor.
36
Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS
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BIBLIOGRAFÍA
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Motivación y rendimiento

  • 1. 24 Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS INTRODUCCIÓN En términos generales se puede afirmar que la motivación es la palanca que mueve toda conduc- ta, lo que nos permite provocar cambios tanto a nivel escolar como de la vida en general. Pero el marco teórico explicativo de cómo se produce la motivación, cuáles son las variables determinantes, cómo se puede mejorar desde la práctica docente, Motivación, aprendizaje y rendimiento escolar1 Francisco J. García Bacete y Fernando Doménech Betoret Universidad Jaume I de Castellón etc., son cuestiones no resueltas, y en parte las res- puestas dependerán del enfoque psicológico que adoptemos. Además, como afirma Núñez (1996) la motivación no es un proceso unitario, sino que abarca componentes muy diversos que ninguna de las teorías elaboradas hasta el momento ha conse- guido integrar, de ahí que uno de los mayores retos de los investigadores sea el tratar de precisar y clari- ficar qué elementos o constructos se engloban den- tro de este amplio y complejo proceso que etique- tamos como motivación. Sin embargo, a pesar de las discrepancias existentes la mayoría de los espe- cialistas coinciden en definir la motivación como 1 En Revista Electrónica de Motivación y Emoción. Volumen 1, número 6. http://reme.uji.es/
  • 2. mayo 2002 25 MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR un conjunto de procesos implicados en la activación, dirección y persistencia de la conducta (Beltrán, 1993a; Bueno, 1995; McClelland, 1989, etc.). Si nos trasla- damos al contexto escolar y consideramos el carác- ter intencional de la conducta humana, parece bas- tante evidente que las actitudes, percepciones, ex- pectativas y representaciones que tenga el estudiante de sí mismo, de la tarea a realizar, y de las metas que pretende alcanzar constituyen factores de pri- mer orden que guían y dirigen la conducta del es- tudiante en el ámbito académico. Pero para realizar un estudio completo e integrador de la motivación, no sólo debemos tener en cuenta estas variables personales e internas sino también aquellas otras exter- nas, procedentes del contexto en el que se desenvuelven los estudian- tes, que les están influyendo y con los que interactúan. Tradicionalmente ha existido una separación casi absoluta entre los aspectos cognitivos y los afecti- vo-motivacionales a la hora de es- tudiar su influencia en el aprendi- zaje escolar, de forma que unos au- tores centraban sus estudios en los aspectos cognitivos olvidando casi por completo los otros, o vicever- sa. En la actualidad, no obstante existe un creciente interés en estu- diar ambos tipos de componentes de forma integrada. “Se puede afir- mar que el aprendizaje se caracteriza como un pro- ceso cognitivo y motivacional a la vez” (G. Cabanach et al., 1996, p.9), en consecuencia, en la mejora del rendimiento académico debemos tener en cuenta tanto los aspectos cognitivos como los motivacionales. Para aprender es imprescindible “poder” hacerlo, lo cual hace referencia a las capa- cidades, los conocimientos, las estrategias, y las des- trezas necesarias (componentes cognitivos), pero además es necesario “querer” hacerlo, tener la dis- posición, la intención y la motivación suficientes (componentes motivacionales) (Núñez y González- Pumariega, 1996). Los especialistas más destacados en este tema como por ejemplo Paris Lipson y Wixson (1983), Pintrich (1989), Pintrich y De Groot (1990) opinan que, para tener buenos resultados académicos, los alumnos necesitan poseer tanto “voluntad” (will) como “habilidad” (skill) (En G. Cabanach et al., 1996), lo que conduce a la necesi- dad de integrar ambos aspectos. Por otra parte, también queremos resaltar que el aprendizaje escolar, desde una visión cons- tructivista, no queda, en absoluto, reducido exclu- sivamente al plano cognitivo en sentido estricto, sino que hay que contar también con otros aspec- tos motivacionales como las intenciones, las me- tas, las percepciones y creencias que tiene el sujeto que aprende, que aunque somos conscientes que estos aspectos sean también representaciones men- tales en última estancia, lo que demuestra la enor- me interrelación que mantienen el ámbito cognitivo y afectivo-motivacional, nosotros los vamos a tra- tar como determinantes del aprendizaje escolar vin- culados a la vertiente afectivo-motivacional, como tradicionalmente ha venido haciéndose hasta aho- ra, porque pretendemos destacar los procesos motivacionales sobre los cognitivos. En línea con lo comentado en los párrafos ante- riores, en este artículo nos centra- remos fundamentalmente en ana- lizar aquellas variables que juegan un papel más relevante en la moti- vación del estudiante tanto desde una perspectiva personal como contextual, así como la interven- ción instruccional que el profesor puede desarrollar dentro del aula para mejorar la motivación de sus alumnos, uno de los principales problemas actuales de la docencia, lo que redundará con toda seguri- dad en un incremento del rendi- miento escolar. Estos planteamientos quedan recogidos en la figura 1 (en la pági- na siguiente) donde se especifican las variables contextuales y perso- nales que serán analizadas en los apartados siguientes. Las variables contextuales pro- puestas en la figura, que serán objeto de análisis, constituyen los elementos clave de toda Situación Educativa o grupo-clase: profesor, alumnos, conteni- do. Las variables personales afectivo-motivacionales propuestas han sido tomadas del modelo moti- vacional de Pintrich (autoconcepto, metas de apren- dizaje y emociones). En la figura también se trata de mostrar la interrelación que mantienen el ámbi- to cognitivo y afectivo-motivacional, así como, en- tre el contexto de aprendizaje del alumno y sus variables personales correspondientes a los dos ámbitos. VARIABLES PERSONALES DE LA MOTIVACIÓN Si se analizan las principales teorías sobre moti- vación (teoría atribucional de la motivación de lo- gro de Weiner, teoría de la autovalía de Covington y Berry, la teoría de las metas de aprendizaje de Dweck, la teoría de Nicholls, el modelo de eficacia Tradicionalmente ha existido una separación casi absoluta entre los aspectos cogni- tivos y los afecti- vo-motivacionales a la hora de estu- diar su influencia en el aprendizaje escolar
  • 3. 26 Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS Figura 1 Variables personales y contextuales más relevantes que influyen en la motivación del estudiante Variables Variables Contextuales: Personales La situación educativa El Profesor Los Iguales Contenido/ Tarea Ámbito Cognitivo (poder) Conocimientos Destrezas/ Habilidades «reales» Ámbito Afectivo- Motivacional (querer) Percepciones y Creencias: • de sí mismo: AUTOCONCEPTO • de la tarea: METAS DE APRENDIZAJE Emociones
  • 4. mayo 2002 27 MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR percibida de Schunk, etc.) se observa que destacan los siguientes constructos: el autoconcepto, los pa- trones de atribución causal, y las metas de aprendizaje. En consecuencia, estos factores y su interrelación determinarán en gran medida la motivación esco- lar. Son pues referencia obligada de todo profesor que desee incidir en la motivación de los alumnos. Estas variables personales también están recogi- das en el marco teórico sobre motivación plantea- do por Pintrich, (1989), Pintrich y De Groot (1990). Este marco teórico estaría integrado por tres com- ponentes. El componente de expectativa, que hace re- ferencia a las creencias y expectativas de los estu- diantes para realizar una determinada tarea. Este componente se podría traducir en la siguiente pre- gunta: ¿soy capaz de hacer esta tarea?. El componen- te de valor, que indica las metas de los alumnos y sus creencias sobre la importancia e interés de la tarea. Este componente se podría traducir en la si- guiente pregunta: ¿por qué hago esta tarea?. El com- ponente afectivo, que recoge las reacciones emocio- nales de los estudiantes ante la tarea. Este compo- nente se podría traducir en la siguiente pregunta: ¿cómo me siento al hacer esta tarea?. Finalmente, comentar que el constructo patro- nes de atribución causal, anteriormente aludido por diversos autores como un constructo personal de- terminante de la motivación escolar, estaría muy vinculado a este tercer componente afectivo, pro- puesto por Pintrich, debido a que los patrones atribucionales del estudiante están determinados, en gran medida, por las consecuencias afectivo- emocionales derivadas de la realización de la tarea, así como de los éxitos y fracasos obtenidos en la misma (aspectos que constituyen el núcleo central de la Teoría Atribucional de la Motivación de Logro de Weiner). El componente de expectativa: El Autoconcepto El autoconcepto es el resultado de un proceso de análisis, valoración e integración de la informa- ción derivada de la propia experiencia y del feedback de los otros significativos como compañeros, pa- dres y profesor. Una de las funciones más importantes del autoconcepto es la de regular la conducta median- te un proceso de autoevaluación o autoconciencia, de modo que el comportamiento de un estudiante en un momento determinado está determinado en gran medida por el autoconcepto que posea en ese momento. Bandura (1977) señala que el sujeto an- ticipa el resultado de su conducta a partir de las creencias y valoraciones que hace de sus capacida- des; es decir, genera expectativas bien de éxito, bien de fracaso, que repercutirán sobre su motivación y rendimiento. Por otra parte, teniendo en cuenta que numero- sas investigaciones han demostrado la correlación significativa que existe entre autoestima (valoración positiva o negativa del autoconcepto) y el locus de control podemos deducir que en la medida en que desarrollemos la autoestima de los alumnos tam- bién mejoraremos su atribución causal. Así, tene- mos que los sujetos con baja autoestima suelen atri- buir sus éxitos a factores externos e incontrolables (el azar) y sus fracasos a factores in- ternos estables e incontrolables (baja capacidad), mientras que los sujetos con alta autoestima suelen atribuir sus éxitos a factores internos y esta- bles (capacidad) o a factores internos, inestables y controlables (esfuerzo) y sus fracasos a factores internos y con- trolables (falta de esfuerzo). Para explicar el rendimiento de un alumno es imprescindible, pues, tener en cuenta tanto las capacida- des reales como las creencias perso- nales sobre las propias capacidades para realizar las tareas escolares. El rendimiento del estudiante no de- pende tanto de la capacidad real como de la capacidad creída o percibida. Como señala Bandura (1987), existe una notable diferencia entre poseer una capacidad y saber utilizarla en situaciones diversas. Para explicar el rendimiento de un alumno es imprescindible, pues, tener en cuenta tanto las c a p a c i d a d e s reales como las creencias perso- nales sobre las propias capaci- dades para reali- zar las tareas es- colares.
  • 5. 28 Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS El componente de valor: Las metas de Aprendizaje Investigaciones recientes intentan explicar la motivación de logro basándose en las metas que persigue el alumno. Las metas que se eligen dan lugar a diferentes modos de afrontar las tareas aca- démicas y a distintos patrones motivacionales. Se- gún G. Cabanach (1996) las distintas metas elegi- das se pueden situar entre dos polos que van desde una orientación extrínseca a una orientación in- trínseca. De modo que, algunos autores distinguen entre metas de aprendizaje y metas de ejecución o rendimiento (Elliot y Dweck, 1988), otros entre metas centradas en la tarea y metas centradas en el “yo” (Nicholls, 1984), y finalmente otros que dife- rencian entre metas de dominio y metas de rendi- miento (Ames, 1992; Ames y Archer, 1988). Las pri- meras metas (de aprendizaje, las centradas en la tarea y las de dominio) se distinguen de las inclui- das en el segundo grupo (de ejecución, centradas en el “yo”, y de rendimiento) porque comportan formas de afrontamiento diferentes, así como di- ferentes formas de pensamiento sobre uno mismo, la tarea y los resultados de la misma. Así, mientras que unos estudiantes se mueven por el deseo de saber, curiosidad, preferencia por el reto, interés por aprender, otros están orientados hacia la con- La inteligencia emocional está re- lacionada con la motivación, ya que una persona esinteligenteemo- cionalmente en la medida que pue- de mejorar su pro- pia motivación. secución de metas extrínsecas como obtención de notas, recompensas, juicios positivos, aprobación de padres y profesores, y evitación de las valora- ciones negativas. En este sentido, decimos que los primeros tienen una motivación intrínseca porque supone un interés por parte del sujeto de desarro- llar y mejorar la capacidad, mientras que los se- gundos tienen motivación extrínseca ya que refle- jan el deseo de mostrar a los demás su competen- cia y de obtener juicios positivos, más que el inte- rés por aprender. Estos dos grupos de metas gene- ran dos patrones motivacionales también distin- tos, así, mientras que el primer grupo llevan a los alumnos/as a adoptar un patrón denominado de “dominio” (mastery) aceptando retos y desafíos para incrementar sus conocimientos y habilidades, el segundo grupo conducen a un patrón denomi- nado de “indefensión” (helpless), en donde los es- tudiantes tratan de evitar los retos o desafíos esco- lares por miedo a manifestar poca capacidad para realizar con éxito una tarea. Sin embargo, algunos autores (como Heyman y Dweck, 1992; Smiley y Dweck, 1994, etc.) afirman que la conducta mostrada por los alumnos depen- de más de su “capacidad percibida” que de su orien- tación de meta. De forma que, cuando los estudian- tes (ya sean de una u otra orientación de meta) tie- nen confianza en su capacidad de éxito en una ta- rea muestran comportamientos similares, aceptan- do el desafío planteado por dicha tarea y persistien- do en su esfuerzo de realizarla con éxito. Por el con- trario, cuando dudan de su capacidad, las diferen- cias en orientación de meta, reflejan también dife- rencias a nivel motivacional (Miller et al. 1993).
  • 6. mayo 2002 29 MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR El componente afectivo: Las Emociones Hoy en día es frecuente hablar de inteligencia emocional (Goleman, 1996), término que implica conocer las propias emociones y regularlas tanto personalmente como socialmente (autorregulación emocional). La inteligencia emocional está relacio- nada con la motivación, ya que una persona es in- teligente emocionalmente en la medida que puede mejorar su propia motivación. Existen escasos estudios que hayan investigado el peso que juega el dominio emocional del estu- diante en el aprendizaje. A pesar de esta carencia investigadora, en general, se asume que las emo- ciones forman parte importante de la vida psicoló- gica del escolar y que tienen una alta influencia en la motivación académica y en las estrategias cognitivas (adquisición, almacenamiento, recupe- ración de la información, etc.), y por ende en el aprendizaje y en el rendimiento escolar (Pekrun, 1992). En el campo educativo tan solo dos tipos de emo- ciones han recibido atención hasta la fecha, la an- siedad (anxiety), y el estado anímico (mood). Por ahora sólo se han estudiado los efectos cognitivos de estas emociones en el rendimiento, olvidando los efectos motivacionales. Pekrun (1992) ha generalizado a otras emocio- nes los efectos que la ansiedad y el estado anímico producen en el aprendizaje y rendimiento y ha ela- borado un modelo teórico (ver figura 2) en el que los procesos cognitivos y motivacionales actúan de mediadores. A continuación nos centraremos en los efectos motivacionales de las emociones y su reper- cusión en el aprendizaje y rendimiento. Figura 2 Modelo adaptado de Pekrun EMOCIONES POSITIVAS: • Relacionadas con el proceso (ej. divertirse) • Prospectivas: (ej. esperanza) • Retrospectivas: (ej. orgullo) ACTIVACIÓN EMOCIONES NEGATIVAS (ej. ansiedad, vergüenza) DESACTIVACIÓN EMOCIONES NEGATIVAS (ej. aburrimiento, desesperanza) Procesos Cognitivos Motivación Total de La Tarea Procesos Cognitivos Motivación Total de La Tarea APRENDIZAJE RENDIMIENTO APRENDIZAJE RENDIMIENTO Motivación Intrínseca de La Tarea Motivación Extrínseca de La Tarea Motivación Intrínseca de La Tarea Motivación Extrínseca de La Tarea
  • 7. 30 Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS Efectos motivacionales de las emociones Pekrun (1992) estudió los efectos producidos por las emociones positivas y negativas en la motiva- ción intrínseca y la motivación extrínseca de tareas. La motivación intrínseca se puede definir como aquella que procede del propio sujeto, que está bajo su control y tiene capacidad para autorreforzarse. Se asume que cuan- do se disfruta ejecutando una tarea se induce una motivación intrínseca positiva. Es más, aquellas emocio- nes positivas que no están directa- mente relacionadas con el conteni- do de la tarea también pueden ejer- cer una influencia positiva en la motivación intrínseca como por ejemplo la satisfacción de realizar con éxito una redacción. Las emociones negativas pue- den repercutir básicamente de dos formas en la motivación intrínse- ca. En primer lugar, emociones ne- gativas como la ansiedad, la ira, la tristeza, etc., pueden ser incompa- tibles con emociones positivas por lo que pueden reducir el disfrute en la tarea. En segundo lugar, puede aparecer una mo- tivación extrínseca negativa opuesta a la motivación extrínseca positiva que conduce a la no ejecución de la tarea (conducta de evitación) porque está vin- culada con experiencias pasadas negativas. Por lo tanto, además de impedir la motivación intrínseca positiva, las emociones negativas también produ- cen motivación intrínseca negativa. Una de las emo- ciones negativas que conlleva a la no ejecución o evitación es el “aburrimiento” por lo que se presu- me que produce motivación (negativa) para evitar la realización de la tarea y a comprometerse, en su lugar, con otras tareas. También existen otras emo- ciones, tales como ansiedad o ira, etc., que pueden producir motivación intrínseca de evitación, no sólo porque se rela- cionen con los resultados, sino por- que también se pueden generalizar a los contenidos de la tarea. La motivación extrínseca se de- fine, en contraposición de la intrín- seca, como aquella que procede de fuera y que conduce a la ejecución de la tarea. Todas las clases de emo- ciones relacionadas con resultados se asume que influyen en la moti- vación extrínseca de tareas. Pekrun (1992) distingue entre emociones prospectivas y retrospectivas ligadas a los resultados. Considera emociones pros- pectivas aquellas que están ligadas prospectivamente y de forma direc- ta con los resultados de las tareas (notas, alabanzas de los padres, etc.) como por ejem- plo la esperanza, las expectativas de disfrute, la an- siedad, etc. Así la esperanza y las expectativas de disfrute anticipatorio producirían motivación ex- trínseca positiva, es decir, motivación para ejecutar la tarea con la finalidad de obtener resultados posi- tivos. En cambio, la desesperanza puede inducir a un estado de indefensión que comporta la reduc- ción o total anulación de la motivación extrínseca por no poder alcanzar resultados positivos o evitar los negativos. Se puede asumir que la motivación extrínseca positiva contribuye efectivamente (conjun- tamente con la motivación intrínseca positiva) a la motivación total de la tarea. El caso se complica cuando se relaciona los re- sultados (negativos) y la motivación extrínseca de evitación producida por la ansiedad. Se pueden dis- tinguir dos situaciones sobre como evitar el fracaso y resultados negativos. En situaciones “no restricti- vas” (tareas ordinarias de clase) el fracaso se puede evitar demandando al estudiante tareas más fáciles que pueda superar con éxito. En situaciones “res- trictivas” (por ejemplo de examen) la única mane- ra de evitar el fracaso es proporcionándole al estu- diante los recursos didácticos necesarios (técnicas, destrezas, etc.) para afrontar con éxito la tarea. Las emociones retrospectivas como la alegría por los resultados, decepción, orgullo, tristeza, vergüen- Así la esperanza y las expectativas de disfrute anti- cipatorio produci- rían motivación extrínseca positi- va, es decir, moti- vación para eje- cutar la tarea con la finalidad de obtener resulta- dos positivos.
  • 8. mayo 2002 31 MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR za, ira, etc., funcionan fundamentalmente como evaluativas, como reacciones retrospectivas a la ta- rea y a sus resultados. Las emociones evaluativas pueden servir de base para desarrollar la motiva- ción extrínseca en la ejecución de tareas académi- cas. Así, experiencias agradables asociadas a resul- tados positivos (una buena nota, alabanza de los padres, etc.) y sentirse orgulloso por ello, conduce a un incremento de la apreciación subjetiva de al- canzar ese tipo de resultados. Por otra parte, experi- mentar decepción o vergüenza conduce a alcanzar resultados negativos. El impacto de las emociones sobre el aprendizaje y el rendimiento En un segundo momento, Pekrun (1992) anali- zó el impacto que tienen las emociones positivas y negativas en la realización de las tareas escolares, en donde los procesos motivacionales actuaban como mediadores (ver figura 2). Las emociones positivas de la tarea (Positive Task Emotions) producen un conjunto de efectos, des- encadenados por emociones positivas relacionadas con la tarea (process-related emotions), que condu- cen a un incremento del rendimiento, como es el caso de disfrutar realizando una tarea (task enjoyment). Pekrun (1992) también analizó el carácter prospectivo y retrospectivo de las emociones posi- tivas experimentadas en la tarea. Si la emoción se experimenta antes o después, no se puede asumir que sus efectos sobre el procesamiento de la infor- mación (uso de estrategias, procesos atencionales, etc.) puedan tener una influencia directa sobre la ejecución. Sin embargo, si que se han detectado numerosos efectos indirectos sobre la ejecución mediados por el impacto de las emociones en la motivación. Por ejemplo, la esperanza experimen- tada antes de acometer la tarea puede influir positi- vamente en la motivación y por tanto en la con- ducta y en la ejecución. Mientras las emociones positivas producen, en general, efectos positivos que repercuten favorable- mente en el aprendizaje, los efectos globales de las emociones negativas de la tarea (Negative Task Emotions) son más diversos, pueden ser tanto posi- tivos como negativos. Respecto a las emociones negativas relaciona- das con el proceso (process-related emotions) des- tacamos el aburrimiento (boredom). La primera fun- ción del aburrimiento puede ser motivar al estu- diante para que busque otra tarea o alternativa más recompensante. El aburrimiento conduce a reducir la motivación intrínseca y a escapar cognitivamente de la tarea. Como resultado, la motivación total de la tarea decrecerá, incluso en casos de motivación ex- trínseca elevada. Por otra parte se asume que las emociones nega- tivas prospectivas y retrospectivas pueden producir efectos positivos y negativos simultáneos. El resul- tado neto dependerá de la intensidad de tales in- fluencias opuestas. Así, se considera que la ansie- dad reduce la motivación intrínseca positiva e in- duce a motivación intrínseca negativa para buscar una nueva tarea y evitar la que se le había propuesto. Sin embargo la ansiedad relacionada con el fra- caso o los resultados negativos puede producir una alta motiva- ción para evitar esos fracasos. Por ejemplo, si un estudiante tiene miedo de no conseguir una bue- na nota, la ansiedad que le pro- duce esa preocupación le impedi- rá la ejecución de la tarea y se re- ducirá su creatividad, pero esos efectos negativos pueden ser com- La primera fun- ción del aburri- miento puede ser motivar al estu- diante para que busque otra tarea o alternativa más recompensante.
  • 9. 32 Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS pensados por un esfuerzo adicional de trabajo ex- tra para impedir el fracaso. En términos generales podemos señalar que las emociones pueden influir en gran medida en el aprendizaje y en el rendimiento de los estudiantes. Sin embargo, también se constata que la relación entre las emociones y ejecución no es de ningún modo simple, en el sentido de “emociones positi- vas, efectos positivos; emociones negativas, efectos negativos”. En lugar de eso, la in- fluencia de las emociones pueden estar mediatizadas por diferentes me- canismos que impliquen efectos acumulativos o contrapuestos, lo que hace difícil predecir los efectos en la ejecución. Específicamente, mientras los efectos de las emociones positi- vas pueden ser beneficiosas en la mayoría de los casos, el impacto de las emociones negativas como insa- tisfacción o ansiedad pueden ocasio- nar efectos ambivalentes. En esta misma línea, Polaino (1993) afirma- ba que una ansiedad moderada en las matemáticas, no sólo disminuye el rendimiento sino que puede faci- litarlo. Por el contrario, un nivel muy alto de ansiedad inhibe notablemen- te el rendimiento, ya que aparece como un factor disruptivo de los pro- cesos motivacionales y cognitivos que son los que intervienen directa- mente sobre las habilidades y destre- zas necesarias para la solución de pro- blemas. VARIABLES CONTEXTUALES DE LA MOTIVACIÓN Habitualmente la motivación académica ha sido tratada desde la perspectiva de la persona; es decir como una variable personal y haciendo referencia a los componentes que la integran (autoconcepto, atribuciones causales y metas de aprendizaje, emo- ciones, etc.), sin prestar demasiada atención a los factores contextuales y en el modo en que éstos pueden influir en la motivación. Sin embargo, es importante señalar que estas variables personales que hemos tratado están estrechamente condicio- nadas por el ambiente en el cual el niño/a desarro- lla su actividad. Influencia de las variables contextuales en el autoconcepto Es un hecho constatado la importancia que tie- nen las interacciones sociales que el estudiante man- tiene con los otros significativos (padres, profeso- res y compañeros) en el desarrollo del autoconcepto, ya que, la información que el es- tudiante recibe de ellos le condi- ciona para desarrollar, mantener y/o modificar su autoconcepto, lo que repercutirá posteriormente en su motivación y rendimiento aca- démico (García, 1993a). El papel del profesor es funda- mental en la formación y cambio del autoconcepto académico y so- cial de los estudiantes. El profesor es la persona más influyente den- tro del aula por tanto el alumno valora mucho sus opiniones y el trato que recibe de él. Un niño que sea ridiculizado ante sus compa- ñeros, que reciba continuas críti- cas del profesor por sus fracasos, cuya autonomía e iniciativa se anula sistemáticamente está reci- biendo mensajes negativos para su autoestima. En cambio, un alum- no a quien se le escucha, se le res- peta y se le anima ante el fracaso está recibiendo mensajes positivos para su autoestima. El papel del pro- fesor es funda- mental en la for- mación y cam- bio del auto- concepto acadé- mico y social de los estudiantes. El profesor es la persona más in- fluyente dentro del aula por tan- to el alumno va- lora mucho sus opiniones y el trato que recibe de él.
  • 10. mayo 2002 33 MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR El papel que juegan los iguales también es muy importante, no sólo porque favorecen el aprendi- zaje de destrezas sociales o la autonomía e indepen- dencia respecto del adulto, sino porque ofrecen un contexto rico en interacciones en donde el sujeto recibe gran cantidad de información procedente de sus compañeros que le servirá de referencia para desarrollar, mantener o modificar su autoconcepto tanto en su dimensión académica como social. Por ejemplo, la valoración que el sujeto hace de su pro- pia competencia académica (autoeficacia), está en función de los resultados escolares que obtiene y del resultado del proceso de compararse con sus compañeros, lo que determinará sus expectativas de logro y su motivación. En definitiva, podemos afirmar que tanto la ac- tuación del profesor como las interacciones acadé- micas y sociales de los alumnos juegan un papel importante en el desarrollo del autoconcepto. Influencia de las variables contextuales en las metas de aprendizaje adoptadas El tipo de meta que los alumnos persiguen depen- de tanto de los aspectos per- sonales como de los situa- cionales (Dweck y Leggett, 1988). Según Ames (1992) entre las variables situa- cionales que influyen en las metas que persiguen los alumnos, cabe destacar una serie de elementos rela- cionados con la organización de la enseñanza y la estructura de la cla- se: el sistema de evaluación, la acti- tud del profesor, la organización del aula, el tipo de tareas, etc. Todas es- tas variables situacionales son agru- padas por Ames (1992), en tres di- mensiones: el diseño de tareas y ac- tividades de aprendizaje, las prácti- cas de evaluación y la utilización de recompensas, y la distribución de la autoridad o de la responsabilidad en la clase. Como la organización y la estructuración de la enseñanza es de responsabilidad exclusiva del profesor, se deduce que es éste el que con su actuación instruccional determinará el que los estudiantes adopten un tipo de metas u otras. Influencia de las variables contextuales en las emociones de los estudiantes Hemos señalado anterior- mente que el componente afec- tivo recoge las reacciones emocio- nales de los estudiantes ante la tarea. El tipo de emoción que ex- perimenta el alumno en la reali- zación de la tarea viene determi- nada fundamentalmente por las características propias de la tarea y, en particular, por el contenido de la misma y la estrategia metodológica diseñada por el profesor para su realización. En ese sentido, para que el alumno/a se sienta motivado para aprender unos contenidos de forma significativa es necesario que pueda atribuir sentido (utilidad del tema) a aquello que se le propone. Eso depende de muchos factores personales (auto- concepto, creencias, actitudes, expectativas, etc.), pero fundamentalmente depende de cómo se le pre- sente la situación de aprendizaje, lo atractiva e in- teresante que le resulte al estudiante para implicar- se activamente en un proceso de construcción de significados. Que el alumno esté motivado para aprender significativamente también requiere la existencia de una distancia óptima entre lo que el alumno ya sabe y el nuevo contenido de aprendi- zaje. Si la distancia es excesiva el alumno se desmotiva porque cree que no tiene posibilidades de asimilarlo o de atribuir significado al nuevo aprendizaje, y si la exigencia del profesor persiste puede generar ansiedad en el estu- diante. Si la distancia es mínima también se produce un efecto de desmotivación porque el alumno ya conoce, en su mayor parte, el nue- vo material a aprender y se aburre. Desde la concepción construc- tivista del aprendizaje se asume que el aprendizaje significativo es en sí mismo motivador porque el alum- no disfruta realizando la tarea o tra- bajando esos nuevos contenidos (en contraposición al aprendizaje mecá- nico o memorístico), pues entiende lo que se le enseña y le encuentra sentido. Cuando el estudiante dis- fruta realizando la tarea se genera una motivación intrínseca donde pueden aflorar una variedad de emociones positivas placenteras. En ese sentido, para que el alum- no/a se sienta motivado para aprender unos contenidos de for- ma significativa es necesario que pueda atribuir sentido (utilidad del tema) a aque- llo que se le pro- pone.
  • 11. 34 Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS ACTUACIONES INSTRUCCIONALES EN EL AULA La actuación instruccional del profesor y la apli- cación de técnicas motivacionales en el aula varia- rá en función del marco conceptual o enfoque psi- cológico en el que se basa, en unos casos se tratará de incidir sobre los factores personales y en otros en los factores contextuales (antecedentes o conse- cuentes), en función de la importancia que se le otorgue a unos o a otros. Nosotros coincidimos con Cyrs (1995) al afir- mar que no se debe motivar a los estudiantes, sino crear un ambiente (environment learning) que les permita a ellos mismos motivarse. En un principio, se pretendía cambiar la motivación de los estudian- tes aplicándoles programas especiales que se desa- rrollaban fuera del contexto escolar. Sin embargo, con la emergencia de las teorías cognitivo-sociales de la motivación y el rendimiento, los estudios ac- tuales centran su interés en el entorno o situación de aprendizaje, pues, tiene mucho más sentido que tratar de provocar un cambio en el aprendiz inci- diendo directamente sobre los componentes personales. Siguiendo en esta línea, Ames (1992) propone una serie de actuaciones instruccionales del profesor encamina- das a favorecer las metas de aprendiza- je en función de las dimensiones por él señaladas anterior- mente. En relación con las tareas y ac- tividades de apren- dizaje propone se- leccionar aquellas que ofrezcan retos y desafíos razonables por su novedad, va- riedad o diversidad. Respecto a la distri- bución de autori- dad o responsabili- dad, propone ayu- dar a los alumnos en la toma de deci- siones, fomentar su responsabilidad e independencia y desarrollar habilidades de autocontrol. Por último, respecto a las prácticas de evaluación, las estrategias instruccionales más im- portantes que se deberían implementar en el aula son: centrarse sobre el progreso y mejora individual, reconocer el esfuerzo de los alumnos y trasmitir la visión de que los errores son parte del proceso de enseñanza y aprendizaje. Desde hace algunos años se están desarrollando estudios tratando de incidir en el ambiente, como por ejemplo el realizado por Maehr y Midgley (1991). Estos autores han tratado de aplicar la teo- ría de Ames desarrollando un programa, en el que participan no sólo los profesores sino también los padres y la comunidad en general porque conside- ran que el grupo-clase no es una isla sino que for- ma parte de otros ámbitos sociales más amplios y es difícil promover cambios en el aula sin contar con ellos. Propuesta para mejorar la motivación en el aula La elaboración de nuestra propuesta instruccional va dirigida fundamentalmente hacia los tres elementos clave que integran la Situación Educativa, profesor, alumnos, contenido. Considera- mos la Situación Educativa como el escenario real donde tiene lugar el proceso de enseñanza-apren- dizaje a través de una amplia gama de interacciones entre los tres elementos claves (Rivas, 1997). Por tanto, representa el contexto inmediato en donde el niño/a aprende y aunque somos conscientes de la influencia de otros contextos más amplios en el aprendizaje escolar, concretaremos nuestra propues- ta al contexto de la clase. Para aplicar nuestra propuesta de desarrollo motivacional distinguimos tres momentos en la Si- tuación Educativa, sobre los que dirigiremos la in- tervención: antes, durante y después del proceso instruccional en el aula. Cada uno de estos momen- tos presenta características instruccionales distin- tas lo que requiere estrategias motivacionales tam- bién distintas. El momento antes se correspondería con la planificación o diseño de instrucción que realiza el profesor para su implementación poste- rior en el aula. El momento durante se identifica con el clima de la clase, abarcando una amplia gama de interacciones, y se correspondería con la puesta en práctica del diseño de instrucción anteriormente elaborado. El momento después correspondería a la evaluación final, así como a la reflexión conjunta sobre el desarrollo del proceso de enseñanza-apren- dizaje seguido, que permita corregir errores y afron- tar nuevos aprendizajes.
  • 12. mayo 2002 35 MOTIVACIÓN, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO ESCOLAR Actuaciones instruccionales a realizar antes de la clase En primer lugar sería conveniente realizar un diagnóstico previo a la planificación del proceso instruccional para conocer las expectativas y las ne- cesidades de los estudiantes, también sus posibili- dades y limitaciones. Solamente partiendo de estas condiciones se pueden generar estrategias motivadoras en el aula. Para que el nuevo aprendizaje resulte intrínse- camente motivador y los estudiantes se impliquen en la construcción activa de nuevos significados se apuesta por una planificación sistemática y rigurosa de las situaciones de enseñanza por parte del profe- sor que, como afirma Coll (1989), debe contemplar al menos tres aspectos: las características de los con- tenidos objeto de enseñanza y los objetivos corres- pondientes, la competencia (el nivel evolutivo y los conocimientos de partida) de los alumnos, y los distintos enfoques metodológicos que es posible adoptar (presentar de forma atractiva la situación de aprendizaje) para facilitar la atribución de senti- do y significado a las actividades y contenidos de aprendizaje. Hay que programar para garantizar probabilida- des de éxito. El profesor debe ser provocador de éxito no de fracaso. Hay que ofrecer éxito para que el alumno no aprenda de la frustración sino del éxito. Actuaciones instruccionales a realizar durante la clase Otras de las actuaciones del profesor para mejo- rar la motivación de sus alumnos estarían orienta- das a crear un clima afectivo, estimulante y de respeto (García, 1993b) durante el proceso instruccional en el aula. Generar un clima afectivo significa conec- tar empáticamente con los alumnos, esto puede lograrse a través de una serie de técnicas o pautas de comportamiento como: dirigirse a los alumnos por su nombre, aproximación individualizada y per- sonal, uso del humor (permite una mayor disten- sión), reconocimiento de los fallos, etc. En toda organización social debe de existir res- peto entre las personas interactuantes. El profesor debe creer en el alumno y viceversa. Si se pierde el respeto se pierden muchas otras cosas. Hay muchas formas de crear una clima instruccional que resulte estimulante para el apren- dizaje. Una manera de estimular al aprendizaje con- siste en romper con la monotonía del discurso creando continuamente desequilibrios cognitivos. Las películas de “suspense” nos mantienen aten- tos a la pantalla porque crean desequilibrios de for- ma continuada, los docentes también los tienen que crear en el aula preguntando, generando interrogantes, etc. Otra forma de estimular el inte- rés de los estudiantes es relacionando el conteni- do con sus experiencias, con lo que conoce y le es familiar. También resulta estimulante envolver a los estudiantes en una amplia variedad de activi- dades en donde se fomente la participación, el tra- bajo cooperativo y se utilice material didáctico di- verso y atractivo. Actuaciones instruccionales a realizar después de la clase En primer lugar hay que tratar de evitar o ali- viar las emociones negativas como la ansiedad- estrés que aparecen en las situaciones de control o examen como lo demuestran investigaciones que hemos realizado sobre el tema (Doménech, 1995; Rivas, 1997). En ese sentido, resulta muy recomen- dable la “evaluación criterial” que pone el acento sobre los propios logros de los alumnos/as, evitan- do comparaciones en torno a la norma, y permite valorar el esfuerzo personal realizado, teniendo en cuenta sus posibilidades y limitaciones. Periódicamente, después de finalizar la clase, resulta muy interesante realizar autoevaluaciones conjuntas, pro- fesor y alumnos, sobre el desarro- llo del proceso instruccional se- guido, expresando de forma sin- cera las emociones y sentimien- tos experimentados durante el de- sarrollo de la clase, así como el re- conocimiento de los fallos. Tam- bién es conveniente generar nue- vos interrogantes (desequilibrios cognitivos) después de cada lec- ción que estimulen en los alum- nos el deseo continuado de apren- der. Estas y otras actuaciones del profesor van dirigidas a evitar los repetidos fracasos que experimen- tan los sujetos en el aprendizaje, no tanto por sus aptitudes como por su falta de motivación, que les llevan a desarrollar creencias de falta de competencia, que a su vez, conllevan bajas expectativas de logro y como consecuencia es- casa implicación en las tareas y un bajo rendimiento escolar. Para que el nuevo aprendizaje resul- teintrínsecamente motivador y los estudiantes se impliquen en la construcción ac- tiva de nuevos significados se apuesta por una planificaciónsiste- mática y rigurosa de las situaciones de enseñanza por parte del profesor.
  • 13. 36 Docencia Nº 16REFLEXIONES PEDAGÓGICAS AMES, C. (1992). Classrooms: Goals, structure, and student motivation. Journal of Educational Psychology, 84, 261-271. AMES, C. y ARCHER, J. (1988). Achievement goals in the classroom: Students’ learning strategies and motivation processes. Journal of Educational Psychology, 80, 260-267. GARCÍA, F. J. y MUSITU, G. (1993a). Rendimien- to académico y autoestima en el Ciclo Supe- rior de EGB. Revista de Psicología de la Educa- ción, vol 4 (11), 73-87. GARCÍA, F. J. y MUSITU, G. (1993b). Un progra- ma de intervención basado en la autoestima: análisis de una experiencia. Revista de Psicolo- gía Universitas Tarraconensis, vol. XV (1), 57- 78. BANDURA, A. (1987). Pensamiento y Acción. Fun- damentos sociales. Barcelona: Martínez Roca. BLUMENFELD, P, C.; PINTRICH, P.R.; MEECE, J. y WESSELS, K. (1982). The role and formation of self-perceptions of ability in elementary classrooms. The elementary School Journal, 82, 401-420. CYRS, E. T. (1995). Essential skills for college teaching: Creating a motivational environment. Educational Development Associates. COLL, C. y SOLÉ, I. (1989). Aprendizaje signifi- cativo y ayuda pedagógica. Cuadernos de Pe- dagogía, 168, 16-20. DOMÉNECH, F. (1995). Aproximación Experi- mental a la Situación Educativa desde el MISE: Una aproximación diferencial y estructural. Tesis Doctoral. Dto. de Ps. Evolutiva y Educa- tiva. Universidad de Valencia. DWECK, C. S. y LEGGETT, E. (1988). A Social- cognitive approach to motivation and personality. Psychological Review, 95, 256-273. ELLIOTT, E. S. y DWECK, C. S. (1988). Goals: An approach to motivation and achievement. Journal of Personality and Social Psychology, 54, 5-12. GOLEMAN, D. (1996). Inteligencia emocional. Bar- celona, Paidós. GONZÁLEZ, R. et. al. (1996). El aprendizaje como proceso cognitivo y motivacional. Congreso Nacional sobre Motivación e Instrucción. Actas, pp. 9-26 GONZÁLEZ, R. et. al. (1996). Variables cognitivo- motivacionales y aprendizaje. Congreso Nacio- nal sobre Motivación e Instrucción. Actas, pp. 27-52. HEYMAN, G. D. y DWECK, C. S. (1992). Achievement goals and intrinsec motivation: Their relation and their role in adaptative motivation. Motivation and Emotion, 16, 231- 247. MAEHR, M. L. y MIDGLEY, C. (1991). Enhancing student motivation: a schoolwide approach. Educational Psycologist, 26 (3&4), 399-427. NICHOLLS, J. G. (1984). Achievement motivation: Conceptions of ability, subjective experience, task choice, and performance. Psychological Review, 91, 328-346. NÚÑEZ, J.C. y GONZÁLEZ-PUMARIEGA, S. (1996). Motivación y aprendizaje escolar. Con- greso Nacional sobre Motivación e Instrucción. Actas, pp. 53-72. PARIS, S. G.; LIPSON, M. Y. y Wixson, K. (1983). Becoming a strategic reader. Contemporary Educational Psychology, 8, 293-316.. PEKRUN, R. (1992). The Impact of Emotions on Learning and Achievement: Towards a Theory of Cognitive/Motivational Mediators. Applied Psychology: An International Review, 41, 4, p.359-376. PINTRICH, P.R. (1989). The dynamic interplay of student motivation and cognition in the college classroom. En C. AMES y M. L. MAHER (eds.): Advances in motivation and achievement (vol. 6). Greenwich, CT: JAI Press. PINTRICH, P.R. y DE GROOT, E. V. (1990). Motivational and self-regulated learning components of classroom performance. Journal of Educational Psychology, 82, 33-40. POLAINO, A. (1993). Procesos afectivos y apren- dizaje: intervención psicopedagógica. En J. Beltrán y cols. (eds.): Intervención psicopedagógica. Madrid: Pirámide; pp. 108- 142. RIVAS, F. (1997). El proceso de Enseñanza/Aprendi- zaje en la Situación Educativa. Barcelona: Ariel Planeta. SMILEY, P. A. y DWECK, C. S. (1994). Individual differences in achievement goals among young children. Child Development, 65, 1723- 1743. BIBLIOGRAFÍA ¡Suscríbete! Si deseas seguir recibiendo los próximos números • Valor por 3 números: $ 4.500 (colegiados) $ 6.500 (no colegiados) US$ 19 (internacional) • Deposita el valor correspondiente en el BCI en la cuenta Nº 13235516, a nombre del Colegio de Profesores A.G. y envía por correo el comprobante del depósito y los siguientes datos a: Revista Docencia, Moneda 2394, Santiago. Fax: (02) 470 42 81. • El valor de la suscripción internacional debe ser depositado en la misma cuenta en un banco extranjero que sea corresponsal del BCI Chile. • o directamente en Moneda 2394, 2º piso, con Gertrudis Hernández. Nombre: __________________________________________________________________________________________ Profesión: ________________________________________________________________________________________ Lugar de trabajo: _________________________________________________________________________________ Dirección donde enviar la revista __________________________________________________________________________________