Elfascismo sus bases ideolgicas

El
Fascismo.
Sus bases
Ideológicas Fernando Luis
Solanes

Obra publicada bajo Licencia
Creative Commons

Índice
Introducción .................................................................................................................................. 3
Desarrollo y objetivo del trabajo:.............................................................................................. 3
Capítulo 1: Mussolini. Su personalidad y formación política. ....................................................... 3
Capítulo 2: Surgimiento del Fascismo. Establecimiento del régimen. .......................................... 7
Capítulo 3: Teorización de la doctrina Fascista ........................................................................... 12
Capítulo 4: Principios ideológicos del fascismo........................................................................... 16
Capítulo 5: Organización del Estado Totalitario. Su militarización. ............................................ 19
Capítulo 6: Organización del Estado corporativo. Sistema económico fascista. ........................ 22
Capítulo 7: Decadencia del sistema. La Nueva República. .......................................................... 25
Capítulo 8: Distintas interpretaciones sobre el Fascismo. .......................................................... 29
Conclusión: .................................................................................................................................. 33
Bibliografía .................................................................................................................................. 34

El Fascismo. Sus Bases Ideológicas – Fernando Luis Solanes
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Introducción

Desarrollo y objetivo del trabajo:

El fin de mi trabajo es el estudio del régimen fascista, profundizando sobre su base
ideológica y filosófica, y a partir de aquí, cómo se manifestaron estas ideas en la organización
del Estado Fascista. Por lo tanto no trataré la historia de Italia durante el período fascista en su
aspecto fáctico, sólo nombraré o describiré aquellos hechos que sean necesarios para
entender los procesos políticos e ideológicos del régimen.

El trabajo se dividirá en capítulos, llevando un orden cronológico de los hechos, y los
distintos temas se irán entrelazando y tratando simultáneamente a medida que vayan
apareciendo.

He intentado dividir en los diferentes capítulos los puntos que hacen a lo político, lo
social y lo económico, aunque a veces debí tratarlos juntos.

Respecto a las citas, sólo cité textualmente los escritos y discursos de Mussolini
transcriptos de las obras que cito en la bibliografía, por lo tanto no recurrí a las citas a pie de
página.

En lo que hace a las opiniones de los diferentes autores, prácticamente a ninguno cito
textualmente sino que hago un resumen elaborado de su pensamiento aclarando en el mismo
desarrollo del trabajo, a quien pertenece.

Capítulo 1: Mussolini. Su personalidad y formación política.
Mussolini nació en Dovia el 29 de julio de 1883. Él mismo nos deja la descripción de su
familia y de sus años de juventud: "Mi padre no había ido nunca a la escuela. A los diez años
se le envió a la vecina región de Dovadola para aprender el oficio de herrero. Volvió después a
Meldola, donde fue iniciado, entre 1875 y 1880, en las ideas internacionalistas. Convertido en
maestro en su oficio, abrió un establecimiento en Dovia “El pueblo no disfrutaba de buen
renombre. Las gentes se hallaban siempre en querella. Mi padre pudo encontrar trabajo y
comenzó a difundir entre los aldeanos las ideas socialistas. Organizó un grupo numeroso, que
fue, en consecuencia, disuelto por la policía”

“Yo era un chiquillo emprendedor y brusco. Más de una vez volvía a casa con la
cabeza lastimada por una batalla a pedradas. Pero sabía cómo tomar revancha. Mi madre y mi
abuela eran creyentes y practicantes y yo iba con ellas. Pero no podía permanecer mucho
tiempo en la iglesia, sobre todo en las grandes ceremonias. La llama rosa de los cirios, el
esplendor de las ropas sagradas, la voz arrastrada de los fieles y el canto del órgano me
turbaban profundamente”. Afiliado al partido socialista fundó el diario Il popolo d'Italia, el 14 de
noviembre de 1914, desde donde hizo violentas manifestaciones favorables a la intervención
de Italia en la primera guerra mundial, por lo cual el gobierno decretó su expulsión. Todavía
para ésta época se considera socialista, pero un socialista nacionalista. Emigra a Suiza.

Habiendo entrado Italia en la guerra al lado de los aliados, Mussolini ingresa como
voluntario en el ejército. En 1917 es gravemente herido. Al terminar la guerra, los desmanes
que los comunistas cometían en todas las regiones italianas, impulsan a Mussolini a crear, para
combatirlos, un partido de acción, llamado Fasci italiani di combattimento, lo hace en Milán el

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23 de marzo de 1919. Los afiliados se llamaron fascitis pensando en las fasces que los lictores
del antiguo imperio romano llevaban delante de sí como emblema de su autoridad.

Mussolini es un hombre de formación inicialmente socialista. Su padre lo inició en estas
ideas, yendo a la cárcel por su actividad propagandística. El mismo Mussolini reconoce que de
haber tenido otro ejemplo en la figura de su padre, él hubiera sido de otro modo. Desempeñó
poco tiempo su oficio de maestro de lengua y literatura francesa, “(...) dejé a mi padre en la
cárcel (de donde, por otra parte no podía librarlo) y sin dinero como un operario me fui a Suiza”.
A esa edad tan pronto se entusiasta como desalienta. Los dolores de mis padres estaban ante
mí; en el colegio era humillado y así he crecido con las esperanzas de los desheredados, como
un revolucionario. ¿Qué cosa hubiera podido resultar sino un socialista a ultranza, un
"blanquista", verdaderamente más bien un comunista? Siempre tenía en el bolsillo una medalla
de Marx. Creo que ésta fue una especie de talismán."

Estas palabras fueron dichas por Mussolini en un reportaje realizado a diez años de su
llegada al poder, momento en que veía en Marx a un gran espíritu crítico y a un gran profeta.
Durante su migración a Suiza fue propagandista y colaborador de revistas socialistas. Ahora
bien, Mussolini ¿fue un hombre de derecha, de izquierda o de centro? Según Gajo Gradenigo
"No es ninguno de todos éstos, es simplemente otra cosa, que comprende factores de todos”.
Así explica el autor que contra el comunismo que sólo reconoce al proletariado, el fascismo
reconoce los derechos del capital, a los que agrega los derechos de la calidad del hombre:
inteligencia e iniciativa, es decir, el empresario es para el fascismo una parte integrante del
Estado. Y agrega: "El fascismo, en el interregno, fue por lo tanto una nueva experiencia basada
sobre el acuerdo en aras de la nación, sin terror ni anulación de los derechos fundamentales”
"La gran reforma del fascismo (...) fue asegurar la concordia y sustituir la soberanía popular, así
definida en el artículo 49 de la Constitución italiana, por la soberanía del Estado".

Mussolini, partiendo de la izquierda, se nutrió durante su formación de elementos tanto
de centro como de derecha, dando por resultado un pensamiento filosófico y político complejo.
Por ello es importante tener en cuenta a los filósofos y pensadores que influyeron en él.
Autores como Sabine, enraízan tanto el pensamiento de Mussolini como de Hitler con la idea
del superhombre de Nietzsche; lo explica con las siguientes palabras:

"Los críticos se inclinan a ver en él [Nietzsche] las fuentes de las que habían sido
tomadas, esencialmente, las ideas de los dos movimientos [fascismo y nacionalsocialismo]. Los
mismos fascistas y nacionalsocialistas no dejaban de reconocer ésta derivación, en parte
porque algunas afinidades eran auténticas, y todavía más, quizás, porque necesitaban del
prestigio de un gran escritor para suplir su propia producción literaria, que no se distinguió
mucho en realidad”

Ni Mussolini ni Hitler se oponían a que se les considerara como superhombres y ambos
sentían y profesaban sinceramente verdadero desprecio por las masas a las que guiaban.
Compartían con Nietzsche un odio sincero por la democracia y el cristianismo. Ante éstas
palabras caben algunas objeciones. Respecto a la relación entre fascismo e Iglesia, ambos se
necesitaron mutuamente.

A parir de la primera guerra, con la desaparición del imperio austro-húngaro, y el
surgimiento del comunismo, la Iglesia comienza a tener contactos extra oficiales con el
gobierno. Tampoco la política italiana despreciaba el apoyo de los obispos. Habían
desaparecido los protectores tradicionales de la Iglesia: España, Francia y Austria; España deja
lugar a una España liberal, Francia a una Republicana y Austria, con la caída de los Habsburgo
dio lugar a repúblicas socialistas como Hungría. Por lo tanto la Iglesia pone sus ojos sobre
Italia. En medio de la lucha entre socialistas y fascistas, muere Benedicto XV; Aquiles Ratti fue

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elegido Papa con el nombre de Pío Xl y como primera medida se asomó al balcón de la plaza
de San Pedro y dio la bendición Urbi et Orbi a Roma y al mundo. Esta tradición había sido
interrumpida en 1870 por Pío IX en protesta contra los gobiernos romanos. Por lo tanto éste
hecho marca el comienzo de una nueva época. En 1926 comienzan los contactos oficiales
entre el gobierno y la Iglesia. Mussolini encomienda al consejero de Estado, Domenico Barone,
que se entrevistara con el abogado Francisco Pacelli, consultor jurídico de la secretaría de
Estado. Barone informó a Pacelli que la Santa Sede estaba dispuesta a un arreglo previo a la
reconciliación, con éstas condiciones:

Concesión al Estado del Vaticano de un territorio, aún mínimo, a efectos de disponer
de soberanía sobre una superficie.
Reglamentar las relaciones entre Italia y el Vaticano.

Mussolini acepta y comienzan las tratativas, como resultado de las cuales la Iglesia
consigue el reconocimiento de la extraterritorialidad de la ciudad del Vaticano, del palacio de
San Juan de Letrán y de la Villa de Castel Gandolfo, surgiendo así el actual Estado Vaticano.
La Iglesia reconoce a su vez a Roma como capital del Reino de Italia en el "Pacto de Letrán"

La actitud de Mussolini frente a la Iglesia, fue de respeto; él era católico, aunque no
practicante, pero pensaba que la tradición romana se confunde con el catolicismo. Así dijo el 24
de mayo de 1922: "El Fascismo respeta la Religión; no es ateo, no es anticristiano, no es
anticatólico (…)"

Además Mussolini supo servirse de la religión, como él mismo dijo: "Hay que imponer
el respeto a cualquier fe, porque para el Fascismo, el hecho religioso corresponde a la esfera
de la conciencia individual. El catolicismo puede ser utilizado para la expansión nacional".
(Discurso del Augusto, 9 de noviembre de 1921) "(...) Que nadie intente negar el carácter moral
del Estado fascista, (...) ¿Qué sería del Estado? Una cosa ruin, ante la cual cabría a los
ciudadanos el derecho de rebelión y el desprecio. El Estado fascista reivindica plenamente su
carácter ético: es católico, más también fascista: exclusiva y esencialmente fascista, sobre todo
integrarlo al Catolicismo, y paladinamente lo declaramos; más nadie intente, bajo especies
filosóficas o metafísicas trastocar las cartas de juego." (14 de mayo de 1929)

Cuando E. Ludwig pregunta a Mussolini si aceptaba una Iglesia libre en un Estado libre,
éste contestó: "Es irrealizable con la Iglesia católica. Si se examina de cerca, pierde todo
sentido. Es posible solamente la completa división de los dos poderes: el Estado desconoce la
Iglesia, pero regula con ella las cosas comunes. Entre ambos tienen frente a sí la misma
materia, el hombre: en un caso como creyente, en otro como ciudadano."

Con la formación del Estado totalitario el fascismo buscó el control absoluto en todos
los campos de la vida del hombre, y por supuesto en el campo religioso, con lo cual la Iglesia
pasó a ser una corporación más del Estado fascista, pero en general la actitud de Mussolini
siguió siendo de respeto y no de odio y desprecio, ya que sabía muy bien la importancia que la
religión tenía para el pueblo italiano.

El pensamiento fascista también encuentra su base ideológica en dos pesadores.
Maurras y Sorel. Respecto al primero, Prelot y Lescuyer dicen que una parte de los jóvenes
discípulos de Maurras se dan cuenta de que la doctrina de su maestro se preocupa poco por
adaptarse a las necesidades del momento; éstos neomaurrusianos sustituyen esta doctrina por
un activismo revolucionario, un programa de humanismo social que en el fondo es un
neonacionalismo, fuertemente influido por el nacionalismo totalitario fascista.

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Con respecto a la influencia de la filosofía de Sorel, Sabine dice que su idea de que
una filosofía social debía ser una especie de mito, se hizo característica del sindicalismo
revolucionario. Durante muchos años, Mussolini fue agitador y propagandista de este
movimiento. Así ésta concepción de la filosofía como un mito social pasa a formar parte del
fascismo, a pesar de que Sorel nunca fue fascista. En un discurso que Mussolini pronunció en
Nápoles en 1922 dijo: "Hemos creado nuestro mito. El mito es una fe, es una pasión. No es
necesario que sea una realidad. Es una realidad por el hecho de que es un aguijón, una
esperanza, una fe, porque es coraje. ¡Nuestro mito es la nación, nuestro mito es la grandeza de
la nación!".

Este mito fascista, construido por nacionalistas italianos como Alfredo Rocco, era que
la Italia moderna es heredera espiritual del Imperio Romano. Lo que propuso Rocco era
reescribir la historia de Europa para demostrar que la democracia es una culminación de la
decadencia y la anarquía que se inició con la caída de Roma. La idea de reconstruir el antiguo
imperio Italiano fue tomada por Mussolini.

Según Payne durante los diez primeros años del régimen su actitud respecto a la
expansión fue ambivalente. En ocasiones predicaba la conquista territorial de un nuevo imperio
romano, en otras decía que Italia podía crear una nueva esfera de influencia sin necesidad de
conquistar ningún territorio. Sigue diciendo el autor, que en ningún momento Mussolini
pretendió entrar en la guerra, para la cual no tenía industria ni fuerzas armadas preparadas.
Nunca deseó la victoria total de Hitler, pues de ésta forma Italia quedaría en una situación de
absoluta dependencia.

Para Musolini "Un imperio no es propiamente necesario sino peligroso. Cuanto más se
extiende, tanto más pierde su forma orgánica... Pero la tendencia al imperialismo es una de las
fuerzas elementales de la naturaleza humana, exactamente como la voluntad de poder."

También se refleja la idea de reconstruir el antiguo Imperio Romano en el modo en que
Mussolini organizó el ejército fascista: al hacerse el partido fascista partido nacional, adopta
con el tiempo el nombre de Fasci di Combattimento (fasces de combate), el partido tuvo así
una actitud de lucha impregnada de etilo paramilitar; inspirándose en la tradición romana se
forman manípulos, centurias, cohortes y legiones en lugar de pelotones, compañías, batallones
y regimientos. Los oficiales fueron capo manipolo (jefe manípulo), centurión, senior y cónsul en
lugar de teniente, capitán, mayor y coronel.

Para terminar éste capítulo, unas pocas palabras sobre la personalidad de Mussolini
Según Tasca: "Mussolini es ciertamente, demasiado calculador para ser auténticamente
valeroso, pero calcula lo suficiente como para no ser esclavo de sus nervios; tiene una gran
visión de lo que conviene para su triunfo y siempre acaba haciendo lo que éste triunfo exige.
No hay en él ninguna afición al riesgo por el riesgo, pero después de haberlo intentado todo por
evitarlo o por reducirlo, acepta, si es necesario, lo que le imponga la situación, para así poder
afirmarse o para no ser eliminado. "

Según cuenta Emil Ludwig en sus "Coloquios con Mussolini", es un hombre de
extremada cortesía, nunca se muestra nervioso o enojado. Es sumamente meticuloso cuando
da alguna indicación, y en sus respuestas refleja una gran seguridad respecto a lo que dice.

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Capítulo 2: Surgimiento del Fascismo. Establecimiento del
régimen.
Para comenzar con éste tema, es necesario hallar las raíces de las nuevas formas de
la derecha autoritaria que pueden verse desde fines del siglo XIX y principios del XX en por lo
menos cuatro esferas:

El auge de la doctrina corporativista: A fines del siglo XIX surge una nueva tendencia,
de pensamiento corporativista entre los liberales y conservadores, en reacción con el
carácter atomizador, orientado hacia el conflicto del liberalismo individualista. A
comienzos del siglo XX la divergencia es mayor entre los exponentes conservadores y
lo de la derecha. Se busca un corporativismo estatal más que social.
La transformación gradual del liberalismo moderado o conservador, especialmente en
el sur de Europa, en un sentido manifiestamente autoritario. El paso a un liberalismo
más autoritario se da por primera vez en Italia cuando ésta tuvo que enfrentarse con la
democratización política y la política de masas tras los disturbios de Milán de 1898. A
medida que los sistemas liberales se volvían más democráticos y conflictivos, se fue
necesitando una alternancia moderadamente autoritaria.
La transformación de fuerzas que antes eran monárquicas y antiliberales
tradicionalistas. Se intenta crear un sistema monárquico nuevo basado en el
nacionalismo. Se fundan partidos neo monárquicos. En algunos aspectos fue un
antecesor del nuevo nacionalismo semirrevolucionario y parcialmente colectivista.
La aparición de un nuevo tipo de derecha radical en Italia. En 1910 surge la Asociación
nacionalista italiana. En 1914 adopta la doctrina de Alfredo Rocco sobre el Estado
corporativo autoritario. Este sustituiría al Parlamento por una Asamblea corporativa que
representaría a los grupos de intereses económicos y estaría regulado por el Estado el
cual debía promover la armonía social, impulsar la modernización y convertir a Italia en
un Estado Fuerte, imperial. Estos objetivos modernizadores no eran revolucionarios ya
que la soberanía del rey y la estructura social debían mantenerse por medios
autoritarios mientras transformaba la tecnología.

Los historiadores de la cultura aceptan que para fines del siglo XIX hay un rechazo
hacia los valores dominantes de la generación anterior. Se empieza a atacar la fe en la razón,
el enfoque positivista u el culto al materialismo, junto con una hostilidad hacia la burguesía, al
sistema parlamentario y a la campaña en pro de la igualdad. Hay un nuevo cientificismo que
alienta las doctrinas raciales, el elitismo, la glorificación. De la guerra y la violencia. A fines del
siglo XIX el darwinismo social era la moda. El determinismo de la herencia biológica ejercía
mucha influencia. Esto contribuyó a la proliferación de doctrinas nacionalistas autoritarias, ya
sea de derecha o revolucionarias.

Sobre el surgimiento del fascismo, A. Tasca y F. Chabod dicen que éste es un
fenómeno de la pos guerra. Hubo condiciones que prepararon el terreno:

La crisis económica mundial consecuencia de la guerra
La desintegración social, surgiendo una nueva burguesía para la que el control
del estado se convierte en un problema.

La guerra puso en movimiento a las masas populares y la pos guerra lo acrecentó,
aceleró el movimiento. Además la guerra redujo los recursos y produjo un delirio psicológico.
Se vive una atmósfera de exaltación entre los combatientes. Los campesinos vuelven para
reivindicar sus derechos sobre la tierra. Los obreros miran a Rusia, donde hace dos años los
bolcheviques entablan su lucha.

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Todos los acontecimientos alientan la esperanza de asistir al derrumbe del viejo mundo
y a la entrada a un nuevo orden social. Dice Tasca: "También Italia habría de romper la
dominación de las viejas castas sociales, que con la guerra se ha hecho sentir más
intensamente, y lograr, que las masas participaran en la vida política, en la construcción del
Estado Popular (...) casi todo el mundo es partidario de la eliminación de la monarquía o bien
se resigna a su desaparición. La guerra ha movilizado a las masas, cuyo entusiasmo puede
derrocar fácilmente los viejos sistemas"

Renzo de Felicee expone cinco características socio-políticas de los países donde se
dio el fascismo. Dice que éste se afirmó allí donde:

Era más rápido e intenso el proceso de movilidad social (sobre todo en sentido vertical)
Donde predominaba una economía agrario-latifundista donde había un importante
sector de la sociedad no integrado al complejo económico
Donde había crisis económica
Donde había crisis del sistema parlamentario y se cuestionaba la legitimidad del
sistema
Donde la guerra no había resuelto, o había agravado algunos problemas nacionales.

Hubo varios grupos sociales sobre los que se apoyó el régimen:

Industriales y terratenientes: aunque numéricamente reducido, estaban dispuestos a
financiarlo para liberarse de los sindicatos libres.
La segunda ayuda numéricamente más importante es la baja clase media, en general
es la asalariada, que teme la posibilidad de unirse al proletariado y ve en el fascismo el
mantenedor del status quo. En la ciudad son los pequeños burgueses, trabajadores,
especialistas y comerciantes y los elementos desplazados de la guerra. El fascismo
atraía sobre todo a los miembros más jóvenes de las clases medias en general.
En el campo la base social del fascismo está formado por los campesinos medios,
estancieros y pequeños propietarios que estaban en contra de la política de las
organizaciones socialistas.
Los militares: fue captado por la propaganda fascista, favorecida por la tendencia de
éstos a sobreestimar las virtudes de disciplina y unidad. Los dirigentes fascistas son
consientes de que el ejército es una de las pocas instituciones que gozan de respeto
popular.

Ebenstein en su obra, "Los ismos políticos contemporáneos", luego de definir al
fascismo como "(…) la organización totalitaria del gobierno y de la sociedad a través de la
dictadura de un sólo partido intensamente nacionalista, racista, militarista e imperialista",
explica las dos condiciones fundamentales para que se dé el fascismo, y especialmente para
que pueda mantenerse una vez establecido en el gobierno, siendo éste un sistema totalitario
que aparece en naciones ricas y técnicamente avanzadas" ... el fascismo es post-democrático
y post-industrial: el fascismo es imposible en países sin experiencia democrática". En tales
casos la dictadura puede basarse en el ejército, la burocracia o el prestigio personal del
dictador, pero le faltará el apoyo de las masas, no necesariamente mayoritario, que caracteriza
al fascismo.

Y siguiendo textualmente a Ebenstein: "La segunda condición esencial para el
nacimiento del fascismo es un grado considerable de desarrollo industrial (...) El terror fascista
y la propaganda requieren un buen grado de organización tecnológica y conocimientos
especiales. En segundo lugar, el fascismo como sistema de movilización permanente para la
guerra, no puede esperar la obtención del éxito sin considerables recursos industriales".

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En general todos los autores coinciden en que la partera del fascismo fue la primera
guerra. Sin embargo, el estudioso ruso G. Sandomirskij dice que las primeras manifestaciones
de dan antes de 1914 y que la guerra hizo germinar semillas preexistentes desde por lo menos
1906. Según este autor la cuna del fascismo fue Francia: estudió 'las "novelas sociales"
francesas donde se ataca al gobierno, a lo que se une el culto a la personalidad fuerte
nietzscheana, a la propaganda de la guerra civil de la burguesía contra los obreros y a las
ideas de cesarismo. Del mismo modo el fascismo refleja la desilusión de parte de la burguesía
sobre las formas democráticas del poder estatal. La guerra distrajo la atención de la burguesía,
pero luego de ella las semillas fascistas germinaron.

Sobre éste mismo punto Mussolini dice: "La primera manifestación del fascismo se
remonta a los años 1914-1915, en la época de la primera guerra mundial, en que los "Fascios
de Acción Revolucionaria" impusieron la intervención en la contienda. Vuelven a nacer el 23 de
marzo de 1919, como Fascios de Combate. Tres años más tarde, la Marcha sobre Roma."

Por supuesto hubo causas culturales, políticas y socio-económicas que contribuyeron
al surgimiento definitivo del fascismo. Las principales variables culturales eran las doctrinas de
intenso militarismo nacional y el social darwinismo internacional. Esta variable se dio
concretamente en los países de habla alemana e italiana. Respecto a la variable política, no
fue el derrumbe del régimen liberal sino el impacto de la derrota militar.

La variable social se relaciona con la expansión de los sectores medios que todavía no
se ajustaban a un marco moderno, industrial y liberal de economía y gobierno. En 1919 la
situación económica en Italia empeora. El malestar es general, las huelgas se multiplican, hay
dificultad de reemprender un trabajo regular después de años de guerra, la reacción contra la
disciplina rígida se acentúa, se despierta la irritación por las promesas incumplidas de reformas
económicas, por el despilfarro de riquezas y sobre todo por el contínuo aumento del costo de
vida. Mussolini y los fascios declaran su solidaridad para con el pueblo.

También hay que señalar a la industria como un factor para el surgimiento del
fascismo. La industria y las grandes ciudades destruyeron los valores tradicionales sin aportar
nuevos que los sustituyan. Esto causó confusión entre la clase media y trabajadora. El
fascismo intenta restaurar la forma antigua y preindustrial de vida en una nación moderna.

En cuanto a las influencias políticas hay que destacar a los futuristas, sobre todo a
Marinetti, y a los sindicalistas que fueron una fuerza ideológica en la fundación del fascismo.
Exaltan la violencia, los motores, la velocidad, la tecnología moderna. Buscan destruir lo
antiguo. Apoyaban el derecho al voto y a la emancipación de todas las clases. Por otro lado
Payne sostiene que el fascismo se creó mediante la nacionalización de sectores de la izquierda
revolucionaria, gracias al accionar de los sectores sindicalistas revolucionarios, que vieron los
errores del marxismo ortodoxo.

Hacia 1910 la mayor parte de estos sindicalistas renuncian al marxismo: piensan que
las diferencias de clase no se da entre sectores sociales de un país atrasado, sino entre
pueblos de naciones desarrolladas y los pueblos de países atrasados. Esta idea es un
concepto político clave del siglo XX. Los sindicatos revolucionarios que se pasaron al
nacionalismo destacan la función de la organización sindical y la educación para todos los
sectores. Payne dice que el propio Mussolini no tuvo ideas políticas plenamente desarrolladas
desde que abandonó el marxismo hasta que codificó la doctrina fascista en 1920; pero sí actuó
conforme a conceptos que se formó entre 1905 y 1015. En ésta fecha reacciona contra el
carácter no revolucionario y propone sustituirlo por la idea de la revolución de la nación y del
pueblo.

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Antes de comenzar con la revolución fascista, cabe una breve explicación sobre el
origen de la palabra fascio. Su uso no era nuevo en Italia, se había usado en Sicilia, Fasci
Agrari. Antes de la guerra Mussolini había fundado los Fasci d'Azione, disuelto al entrar Italia
en el conflicto. En 1917, en el Parlamento se había formado el Fascio Parlamentare.

Origen de la palabra fascio: Roma Republicana daba al cónsul éste símbolo, llevado
por doce hombres llamados lictores, que lo acompañaban en todas las ceremonias públicas.
Era el símbolo de la autoridad constituida. Durante el imperio, el emperador era escoltado por
veinticuatro lictores. El simbolismo de dicho símbolo fascio es de origen etrusco, idioma no
descifrado hasta el momento, por lo que sólo nos queda la tradición. De su hechizo ninguna
nación pudo sustraerse, casi todas las naciones lo adoptaron, hasta la rusa... Se quiso ver en
él la corriente republicana que predominaba en el fascismo. El fascio que usaban los
escuadristas de los primeros años era el republicano, con el hacha en el centro de las varas y
el duro metal sobresaliendo en la parte superior. Cuando el partido se hizo partido nacional,
adoptó el fascio imperial, y el hacha fue puesta delante, con el filo sobresaliendo a un costado
de las varas.

La característica del primer período de los fascios, es decir hacia 1915, éstos no tienen
ningún color político, son cuerpos voluntarios que quieren defender la victoria, aniquilar la
subversión en todas sus formas, proteger el trabajo, la libertad de trabajo y el concepto de que
el trabajo es expresión de civilización y no de esclavitud. Eran pocos pero tenían la simpatía de
la nación. Nada tenían de reaccionarios ni conservadores, eran elementos que en 1915 pedían
la guerra. Son una fuerza de trabajadores y la misma camisa negra que usarán más adelante
es tradicionalmente usada por los obreros italianos en las fábricas y talleres.

En una entrevista que Mussolini dio el 17 de abril de 1919 al "Giornale d'Italia" dijo: "La
organización del fascio es la de un «antipartido», sin estatuto, no es republicano, no es católico
ni anticatólico, socialista o anti socialista. El fascio es problemista, actualista, realizador, reúne
gente frente a un programa común (...) No somos reaccionarios como afirman unos
melancólicos imbéciles atados a las tradiciones, sino revolucionarios que tienen el sentido de la
responsabilidad".

El movimiento fascista adquiere inteligencia política a partir de 1919. Los Fasci Italiani
di Combattimento iniciados en Milán en marzo de 1919, fueron un fracaso. En las elecciones de
ese año no sacaron ni un sólo diputado. El movimiento se amplía en 1920 tras la campaña
antiizquierdista lanzada en el norte de Italia. El fascismo, que hasta ese momento había sido
urbano, encuentra su apoyo en los campos del norte donde las huelgas y revoluciones
amenazan tanto a los grandes terratenientes como a los pequeños propietarios. El fascismo de
masa surge en 1921 organizando oficialmente el Partido Nacional Fascista Italiano.

Citando a Payne “(...) el fascismo como entidad semi coherente se definió en parte por
su fusión con uno de los más radicales de todos los movimientos de la derecha autoritaria
europea, la Asociación Nacionalista Italiana (ANI). Esas alianzas exigían a veces concesiones
tácticas, estructurales y programáticas (.. ) pese a la creación unipartidista, jamás escapó del
todo a la componenda pluralista con la que había empezado".

Sobre éste mismo tema de las alianzas dice A. Tasca:"Pero Mussolini es un hombre
político y sabe que necesita aliados, upa organización sobre la que apoyarse (...)."La derrota
electoral de 1919 ha desorientado y desmoralizado a los fascios. Pero Mussolini, por su parte
no se siente aún perdido. En primer lugar, no está totalmente sólo y hay un terreno sobre el
que de momento mantiene su superioridad.(...) Se trata de los arditi, que se reúnen en cada
ciudad en la sede de su asociación, convertida en todas partes en un centro de organización

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armada, estrechamente ligada a los fascios. Los arditi confían en Mussolini que los adula y los
excita."

La Marcha sobre Roma: Como el trabajo no apunta al estudio de los hechos fácticos de
la revolución fascista, sino a su análisis político e ideológico, expondré muy brevemente los
acontecimientos ocurridos a fines de octubre de 1922. Ese año, en medio de las luchas entre
fascistas y socialistas, el liberalismo dio vida a su último gobierno. Después de haber ofrecido
el gobierno a Orlando, Giolitti y Bonomi, y luego de sus rechazos, asume finalmente Facta. Este
llevó a su equipo a Giovanni Améndola, liberal que negaba la existencia de una revolución
fascista, y a Taddei, hombre muy ambicioso, como ministro del interior.

Con éste equipo los acontecimientos se precipitaron, las posiciones que habían logrado
los fascistas entre los meses de julio y agosto de 1922, eran una firme base para llegar al
poder. Hubo incluso muchas deserciones de los partidos opositores que se pasaron a las fila
fascistas. En éstas semanas se geta la Marcha sobre Roma. Par ocupar Roma sólo se
utilizarían las fuerzas del centro de Italia, quedando las de Alta Italia como fuerzas de reserva.
Se movilizarían tres columnas: la primera debía concentrarse en Santa Marinella, a 60
kilómetros de la capital; la segunda en el pueblo de Monterotondo, a 40 kilómetros de la capital,
y la tercera en Tívoli, ciudad ubicada en las puertas de Roma.

El día 26 el fascismo pidió a Facta la renuncia, a lo cual no hubo respuesta por parte
del gobierno. El 27 comienza la movilización general con todo el despliegue de armamentos
que habían reunido. En pocas horas toda Italia fue tomada por las camisas negras;
ferrocarriles, telégrafos; correos, teléfonos, prefecturas, municipalidades y todos los servicios
públicos cayeron en manos de los escuadristas. Facta ordena imponer el estado de sitio, pero
de acuerdo con la Constitución, el estado de sitio debe ser decretado y firmado por el rey, y
aquí viene lo insólito, Víctor Manuel se niega a hacerla reprochando a Facta su
irresponsabilidad.

El gobierno ya estaba liquidado. Facta renuncia. El mismo día 27 el jefe de la casa
Militar del Rey telefonea a Mussolini para informarle que Víctor Manuel le encargaba formar
gobierno. El día 30 se presentó al rey en el Quirinal recibiendo allí el encargo oficial. Para esa
época se podían elegir dos métodos revolucionarios: el ruso o el latino. La Revolución rusa,
una vez sustituidas las personas por medio de la muerte fisca, se lanza a destruir la maquinaria
gubernamental y destrozarla. El péndulo salta de un extremo a otro. La revolución fascista no
destruye por completo y de una vez esta maquinaria, procede por pasos.

Ahora bien, la Marcha sobre Roma ¿fue una revolución? Mussolini dice que no, que fue
una insurrección, un levantamiento, y así explica por qué: "(...) Esta insurrección ¿desembocó
en una revolución? No. Establecido ya que una revolución existe cuando, por medio de la
fuerza, se cambia no solamente el sistema de gobierno, sino también la forma institucional del
Estado, debe reconocerse que, bajo éste aspecto, el fascismo no hizo una revolución en
octubre de 1922. Existía anteriormente una monarquía, y ésta monarquía subsistió después"

La Marcha sobre Roma no podía pues debido a éstas condiciones históricas y políticas
contingentes establecer la República, para la que el pueblo no estaba totalmente preparado, a
la vez que el intento de ésta Institución fuera de tiempo hubiera muy probablemente
complicado, si no perjudicado, la suerte del movimiento insurreccional Así en la reunión de
enero de 1923, en el "Gran Albergo" de Roma nace el Gran Consejo, la Milicia y el régimen
político que puede llamarse diarquía, el gobierno de dos, que consistía en lo siguiente: en la
cima estaban el Rey y el Duce; junto con el ejército que obedecía preferentemente al Rey,
existía la milicia que obedecía principalmente al Duce. El Rey tenía una guardia personal
formada por carabineros y para el Duce fue creada la guardia de los moschettieri. De las tres

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fuerzas armadas la más monárquica era el Ejército, constituía una especie de casta muy
cerrada con la que contaba la dinastía en forma incondicional, le seguía la Marina, y sólo la
Aviación llevaba el símbolo del Littorio.

El poder político también se compensaba entre los dos brazos de la diarquía; la
Cámara representaba exclusivamente al régimen, pero el Senado evidenciaba su fervor
monárquico tanto por ser elegido por el rey como por su misma composición. El Senado
constituía una reserva político-moral en favor de la dinastía.

Pero para que el sistema funcionara era necesario que las bases de la diarquía se
mantuvieran paralelas, y así fue hasta el 3 de enero de 1925, momento en que se produce el
primer choque con motivo de la ley que daba valor legal al Gran Consejo; éste cuerpo había
sido creado como cuerpo consultivo y de asesoramiento para Mussolini, y ahora se lo convierte
en órgano supremo fijando sus prerrogativas y funciones: el Gran Consejo se reservaba el
derecho de intervenir en la sucesión al trono, lo que provocó la reacción en los círculos
dinásticos.

También se suspendían todos los partidos echando las bases del Estado totalitario. El
rey siente que, en el sentido parlamentario de la palabra, la monarquía dejaba de ser
constitucional. El poder del rey se va apagando.

La segunda crisis se dará -al año siguiente. En noviembre, la Cámara, que ya se
llamaba fascista, expulsa de su interior a los fugitivos del Aventino por considerarlos
decadentes. Con esto se intensifica el carácter totalitario del régimen. Desde ese día se habla
de una monarquía prisionera del partido, y de un rey relegado a un segundo plano frente al
Duce. Vittorio Savoia comienza a odiar a Mussolini y al fascismo. Un día dijo: "El régimen no
debe intervenir en ésta materia, [refiriéndose a la sucesión al trono] que está regulada ya por
una ley fundamental. Si en un régimen monárquico un partido quiere resolver la cuestión de la
sucesión al trono, la monarquía ya no existe como tal (...)" El mismo rey dijo en una entrevista
con Mussolini: "Después de la ley del Gran Consejo, estas leyes son otro golpe mortal dado
contra mis prerrogativas soberanas. Como una muestra de mi admiración hacia vos, yo habría
podido otorgaros cualquier grado, pero ésta equiparación me crea una situación insostenible,
puesto que se trata de una evidente violación del estatuto del Reino".

Las relaciones entre las dos fuerza de la diarquía se resquebrajan definitivamente en la
primavera y verano de 1943, lo cual terminará con la caída del régimen.

Capítulo 3: Teorización de la doctrina Fascista
En un artículo aparecido en "Il Popolo d'Italia" el 23 de marzo de 1921, Mussolini
reconoce su carencia de programa político para el gobierno de la nación pero queda justificado
por el espíritu de la revolución fascista, que capta todos los elementos que le son útiles
recorriendo el campo político desde la izquierda hasta la derecha. Así lo explica él: "El fascismo
es una gran movilización de fuerzas materiales y morales. ¿Qué se propone? Lo decimos sin
falsa modestia: gobernar la nación. ¿Con qué programa? Con el programa necesario para
asegurar la grandeza moral y material del pueblo italiano. "(...) Nosotros exaltamos valores
morales y tradicionales que el socialismo olvida o desprecia; pero sobre todo el espíritu fascista
rehúye todo lo que sea hipoteca arbitraria del misterioso futuro. No creemos en los programas
dogmáticos, en esa especie de marcos rígidos que habrían de encuadrar y sacrificar la
mudable, cambiante y compleja realidad. (...) Nos permitimos el lujo de ser aristocráticos y

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democráticos; conservadores y progresistas; reaccionarios y revolucionarios; legalistas y anti
legalistas, según las circunstancias de tiempo, de lugar, de ambiente, en una palabra de
Historia, en las cuales estamos obligados a vivir y obrar. El fascismo no es una iglesia, sino
más bien una palestra. No es un partido, es un movimiento; no tiene un programa utópico para
el año dos mil, por la sencilla razón de que el Fascismo construye día a día el edificio de su
voluntad y de su pasión."

En 1922, a pocas semanas de la Marcha sobre Roma confirmó lo mismo diciendo:
"Nosotros pulsamos la lira en todas sus cuerdas, desde la de la violencia a la de la religión, de
la del arte a la de la política. Somos políticos y somos guerreros. Hacemos sindicalismo y
también damos batallas en las calles. Este es el Fascismo tal como fue concebido y ejecutado".
Pero la teorización de la doctrina fascista se hizo urgente y necesaria; se debían revisar,
corregir y ampliar las teorías y prácticas del régimen. Esta tarea es reclamada por Mussolini y
comienza a realizarse a partir de 1924/1925 siendo su principal ejecutor Gentile.

Hasta ese momento, el fascismo no se había alimentado de ninguna doctrina
preparada de antemano, sino que, como Mussolini dijo, "Nuestra doctrina, antes de ser
recogida en densos volúmenes, ha sido vivida como pasión ardiente y operante por todo el
pueblo italiano (...)" [30 de octubre de 1926]

¿Por qué se esperó hasta éste momento para elaborar un programa teórico fascista?
Mussolini da la respuesta: " Durante los años que precedieron a la marcha sobre Roma, la
necesidad de la acción no dejaba tiempo para investigaciones ni para la elaboración de un
cuerpo doctrinal (...) Sin embargo, quien recuerde el conjunto de libros, artículos, mociones de
los Congresos, discursos mayores o menores, quien sepa indagar y escoger, se apercibirá de
que los fundamentos de la doctrina fueron lanzados mientras tronaba la batalla. En aquellos
años, precisamente, es cuando el pensamiento fascista se arma, se refina, procede a su
organización (...)" Es decir, el fascismo no actuó en forma deliberada, tenía ideas claras y
concretas sobre los problemas del individuo y del estado, los problemas políticos y sociales.

Sobre los principios ideológicos y políticos de la doctrina fascista trataré en los
capítulos subsiguientes, ahora haré referencia a la mística y la moral de dicha doctrina, que
procuró ser una ley interna en el espíritu de cada individuo, como lo dice la siguiente frase de la
Doctrina: "El Estado fascista es configuración, ley interna y disciplina de todo hombre. Penetra
la voluntad y el espíritu. Su principio, la idea de la personalidad humana, situada en el punto
central, que se supedita a la comunidad estatal, penetra en la profundidad humana y se asienta
en el corazón del hombre de acción y del pensador, del artista y del científico: como espíritu del
espíritu."

Según el compilador de los discursos de Mussolini, el fascismo no suprime la
personalidad humana, como sí lo hizo el comunismo, sino que la valoriza como único trámite
por el que se puede llegar a Dios. Es una religiosidad basada en una nueva concepción mística
de la vida, parecida pero no igual a la católica. Supone ésta concepción que el hombre es
llevado por naturaleza a la más áspera lucha que ha de sostener todo individuo contra sí
mismo. Por naturaleza el hombre tiende al autodominio que es lo único que lo puede hacer
gozar de auténtica y plena libertad. El fascismo no es sinónimo de violencia sino de
autodisciplina, de acción de una nueva catolicidad.

¿En qué consiste la moral fascista?

"La moral consiste en la conciencia de la propia responsabilidad, en la entrega de sí
mismo, en no negarse jamás al sacrificio aunque sea supremo. La moral es la posibilidad de
escoger entre dos posibilidades: entre retirarse y no abandonar el puesto; por ejemplo, entre

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salvarse y rechazar toda salvación con tal de no ceder." [La moral en "Il Popolo d'Italia, del 18
de junio de 1918).

Toda la moral que promulgó Mussolini en sus escritos se basa fundamentalmente en la
entrega total y absoluta, hasta la muerte de ser necesaria, por la causa fascista. Exalta
permanentemente el valor y la disposición a entregarlo todo, la obediencia silenciosa, ya que:
"Sin esfuerzo, sin sacrificio y sin sangre, nada se conquista en la Historia".

Por ello no existe ningún derecho si previamente no se ha cumplido con el deber, con
esa entrega sin condiciones. Pero para ello es necesario tener un espíritu y una moral
preparadas "La preparación de nuestra juventud aspira a fortalecer la estirpe y hacerla apta
para el self control; a darle el sentido de responsabilidad y de disciplina."(Mensaje al pueblo
americano, 1 de enero de 1931), "El espíritu continúa siendo la palanca para las grandes
cosas; sin un clima moral de entusiasmo, de pasión, de entrega absoluta, de sacrificio, nada es
factible; los grandes proyectos y empresas, y la misma legislación, puestos en negro sobre
blanco, serán letra muerta mientras no estén insuflados por el hábito poderoso de un ideal". (En
el Congreso de los sindicatos fascistas, 7 de mayo de 1928)

El orgullo de ser descendientes de Roma fue alimentado en el pueblo por Mussolini,
como un impulso para encender en el hombre la revolución: "Sólo los italianos pueden decirse,
entre todos los pueblos, descendientes legítimos de Roma. Esto que es un orgullo, no debe ser
un orgullo pasivo: es preciso ser dignos de aquella grandeza, pero no hay que vivir a costa de
ella, no hay que estar siempre volviendo el rostro al pasado y decir: 'somos grandes porque
fuimos grandes', no. Seremos grandes cuando el pasado no sea para nosotros más que el
pedestal de combate para marchar al encuentro del porvenir. Cuando el pasado, en vez de ser
un punto muerto de nuestra existencia, sea en cambio un impulso, un fermento de vida."(La
bandera de los voluntarios, 4 de junio de 1924)

De aquí podemos derivar en el concepto de vida del fascismo. Para ellos consiste en
renunciar a la vida cómoda, actuar no obedeciendo a motivos económicos. Según lo dicho por
Mussolini el fascismo rechaza el concepto de felicidad económica, niega la posibilidad del
concepto material de la felicidad. La vida es la lucha constante, el riesgo, la obediencia y la
disciplina. "La vida nada vale cuando están en juego los intereses supremos de la patria." "Para
nosotros los fascistas, la vida es un combate continuo que aceptamos con naturalidad, con
gran valor y con la intrepidez necesaria. “(28 de marzo de 1926)

El fascismo plasma en su doctrina su espíritu anti pacifista aceptando el riesgo como
un nuevo estilo de vida italiano, lo cual no significa que se sienta desprecio por la propia vida ni
se busque la muerte a cada paso, al contrario, el fascista acepta y ama la vida rechazando el
suicidio, pero la obediencia y la disciplina están por sobre todo. La observancia de la disciplina
debe comenzar por los de arriba para que así se tenga el derecho de imponerla a la nación:
"Sólo con la obediencia, sólo teniendo el orgullo humilde, pero sagrado, de obedecer, se
conquista el derecho de mandar." (20 de septiembre de 1922) .

La disciplina tiene para el fascismo aspectos casi religiosos, al considerarla como la
llave mágica que abre la puerta de la potencia. La disciplina es religiosa en el sentido de que
debe ser absoluta. "La disciplina debe ser aceptada gustosamente. Cuando no sea aceptada
de grado, hay que imponerla. Rechazamos el dogma democrático de que haya que recurrir
eternamente a sermones y discursos de naturaleza más o menos liberal. Hay momentos en
que la disciplina ha de expresarse necesariamente en la forma, como un acto de fuerza y de
imperio." (20 de septiembre de 1922)

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El gobierno fascista pone a los ciudadanos frente a un dilema: aceptar las
disposiciones o sufrirlas. ¿Y qué justificativo tiene esto? Los fascistas consideran que tienen el
sacrosanto deber de amparar sus ideas y de exaltar el sacrificio de sus muertos, para lo cual
debe vencer y desarticular a los enemigos. ¿Quién es el enemigo? El que no es fascista, ya
que no se puede mantener en una posición neutral, se está con el fascismo o contra el
fascismo. Este discurso tan radical se va a hacer un poco más moderado hacia 1924, cuando al
dirigirse al pueblo de Nápoles, Mussolini dice:

"No negamos el derecho a la oposición. No queremos obligar a todos los italianos a
pensar como nosotros ni a creer lo que nosotros creemos; no queremos la nivelación general
de los espíritus, porque una Italia reducida, a éste estado sería insoportable, pero no
permitimos que se violente la realidad hasta el punto de negar todo el bien que hemos querido
y hemos realizado. Sobre todo y ante todo, no permitimos y no permitiremos jamás que se
vilipendie el sacrificio indecible de nuestros tres mil muertos que son la custodia, la garantía de
que el Fascismo no traicionará sus gloriosos destinos" y el 26 de mayo de 1926 dijo en un
discurso: "Pero la oposición la tenemos en nosotros, señores, nosotros no somos viejos
rocines, que tienen necesidad de ser aguijoneados. Nosotros nos controlamos severamente a
nosotros mismos. La oposición la encontramos sobre todo en las cosas, en las dificultades
objetivas, en la vida, la cual nos presenta una vasta montaña de oposiciones, que podría agotar
a espíritus aún superiores al mío".

Puede verse que el tono de los discursos fue cambiando con los años. Respecto a si
hubo o no respeto a la libertad de expresión durante el gobierno fascista, los autores han
tomado posiciones en uno y otro extremo; por ejemplo Harold J. Laski dice que tanto el régimen
italiano como el alemán hicieron uso de todo tipo de agresiones para someter al pueblo y al
resto de las naciones a sus pretensiones, sin aceptar nada que no fuese su exclusiva voluntad.

Una opinión muy distinta es la de Gaio Gradenigo, que dice lo siguiente: ¿Hubo libertad
de expresión en el régimen fascista? Si, toda... dentro naturalmente del sistema, como la hay
dentro de la democracia, ni más ni menos. Por lo que podemos llegar a la conclusión de que en
el tema de las libertades los dos sistemas son correlativos"

¿Cómo definió Mussolini la libertad? "El concepto de libertad no es absoluto, porque
en la vida no hay nada absoluto. La libertad no es un derecho: es un deber. (…) No es una
concesión: es una conquista; no es una igualdad: es un privilegio. El concepto de libertad muda
al correr del tiempo... Hay una libertad en tiempo de paz que no es la libertad de los tiempos de
guerra. Hay una libertad en épocas de riqueza que no puede ser concedida en tiempo de
miseria. Existe la lucha, la gran lucha entre el Estado y el individuo, entre el Estado que
centraliza y el individuo que tiende a evadirse, porque el individuo abandonado a sí mismo, es
el individuo que, al menos que no sea un santo o un héroe, se niega a pagar los impuestos, se
niega a obedecer a las leyes, o a ir a la guerra."

Para Mussolini cuando la libertad no está tutelada por el orden tiende al libertinaje, por
ello a los hombres hay que marcarles los límites de su libertad.

Respecto a la libertad de prensa dice que la de Italia es la prensa más libre del mundo
porque en el resto de los países la manejan grupos o partidos que se dedican a vender noticias
como si fuera una industria. En cambio el periodismo italiano es libre porque sirve a una causa
y a un régimen, y porque en el ámbito de las leyes puede ejercer funciones de control, crítica y
estímulo. Mientras tanto el Estado fascista tiene la obligación de proteger al individuo
asegurándole la verdadera libertad. Así lo expone la doctrina fascista: "No falta en nuestro
Estado, la libertad del individuo: antes bien, la posee en mayor grado que el hombre aislado;

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porque el Estado le protege, y es una porción del mismo Estado, mientras el hombre aislado
queda, en cambio, sin defensa."

Por ello Mussolini se opone a la libertad que buscan los Estados liberales, que dan
libertad a todos, incluso a aquellos que se sirven de ella para derrumbarlos. Giovanni Gentile
dice lo siguiente: "El fascismo no se opone al liberalismo como el sistema de la autoridad
contra el sistema de la libertad, sino como el sistema de la verdadera libertad concreta contra el
sistema de la falsa libertad abstracta. "

Capítulo 4: Principios ideológicos del fascismo.
Aunque no hay una declaración universal de los principios fascistas, Hitler dejó en Mein
Karnpf una guía de su pensamiento, y Mussolini hizo lo propio en la "Doctrina del Fascismo".
Los principales elementos de su ideología son:

Desconfianza en la razón: Renzo de Felicee dice que el fascismo se afirmó a través de
una concepción de la política y de la vida mística basada en la primacía de la acción
irracional. El mito se originaba en las personalidades extraordinarias. Siguiendo a
Ebenstein, el fascismo subraya los elementos irracionales, sentimentales e
incontrolables del hombre. El mito de la personalidad extraordinaria llevaba a aceptar
sin discutir toda norma y ley. El principio del liderazgo refleja la naturaleza irracional de
la política fascista: el jefe se considera infalible, con poderes místicos. Durante el
régimen fascista, la fotografía de Mussolini estaba en todas las aulas del país bajo el
lema: "Mussolini no se equivoca nunca". Ante esto cabe reproducir la respuesta de
Mussolini a la pregunta que le hizo E. Ludwig sobre qué hace cuando se equivoca: "En
nosotros no existe la infalibilidad dijo Mussolini. Yo me equivoco veinte veces y lo digo"
Negación de la igualdad básica de los hombres: el concepto de igualdad de los
hombres tiene tres raíces:
o raíz judía: todos los hombres somos hijos del mismo único Dios, por tanto
somos hermanos entre nosotros.
o raíz cristiana: el hombre es inalienable e indestructible, moralmente somos
iguales.
o raíz greco-estoico: la razón lleva a la unidad de la humanidad, siendo la misma
razón el lazo de unión.
El fascismo rechaza los tres conceptos de igualdad oponiendo el de desigualdad;
contrapone la superioridad a la inferioridad. Según Ebenstein, esto llevó al régimen a
considerar como una realidad la superioridad del hombre respecto a la mujer, ya que
las mujeres son incapaces de llevar armas, pasan a ser ciudadanos de segunda clase,
quedando excluía das de los puestos en el gobierno. Dentro de la familia el padre es el
jefe. En las escuelas se prefieren maestros para que enseñen disciplina y obediencia y
preparen a los muchachos al servicio militar. Finalmente, los soldados también son
superiores a los civiles, la propia nación a las demás y los vencedores de la guerra a
los vencidos. La desigualdad fascista se basa en la fuerza.
Códigos de conducta basados en la violencia: la política fascista se basa en la relación
amigo-enemigo. Para ciertos grupos fascistas la violencia tenía un cierto valor positivo
y terapéutico en sí mismo por lo que una cierta cantidad de combates eran necesarios
para la buena salud de la sociedad.
Gobierno de elite: Sólo una pequeña minoría capacitada, calificada por su nacimiento,
educación o situación social es capaz de comprender lo que sea mejor· para la
comunidad y ponerlo en práctica. Esto no es un invento fascista, viene desde el

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pensamiento platónico. El líder representa al interés público, lo que el pueblo pensaría
si supiera qué es lo mejor para la comunidad. Del siguiente modo explica la doctrina
fascista la formación del Estado: "El día en que un hombre entre un grupo de hombres,
asumió el mando, porque era el más fuerte, más astuto, más sabio o más inteligente, y
los demás le obedecieron por amor o a la fuerza, ese día nació el Estado (...)" "Es
perfectamente idiota describir al Régimen fascista como el producto de una oligarquía
en cuya cima está un tirano misterioso y cruel; es perfectamente absurdo acusar al
Fascismo de ser un régimen antipopular y hostil a las clases laboriosas".
EI totalitarismo: Es una forma de vida, no sólo un sistema de gobierno. El fanatismo
totalitario se origina en el carácter absolutista de su fe. El conocimiento de la verdad
salvadora les da firmeza. La certeza totalitaria de la victoria se basa en una fe
escatológica, carente de vínculos morales. Según Sabine: "Como principio de
organización política, el totalitarismo significaba por supuesto la dictadura"
Prelot y Lescuyer explican el sistema totalitario diciendo que desaparece la vida
autónoma o colectiva fuera del Estado. Las relaciones de los particulares y de los
grupos dejan no sólo de ser libres, sino también de ser ajenas al Estado. "Todo en el
Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado". El Estado trasciende la vida
pública, abarcando toda la vida social, familiar económica, intelectual y religiosa. A la
autonomía individual opone las ventajas de la solidaridad orgánica que el Estado
realiza.
El 26 de mayo de 1927 en un discurso, Mussolini dijo: "En el siglo XX no es posible ni
imaginar la vida fuera del Estado si no es recayendo en el salvajismo y la barbarie.
Sólo el Estado le da la osatura al pueblo. Si el pueblo está organizado, el pueblo es un
Estado, de otro modo es una población que estará a merced del primer grupo de
aventureros de dentro o de cualquier horda invasora que venga de fuera. Porque,
señores, sólo el Estado con su organización jurídica y su fuerza militar eficazmente
preparada, puede defender la colectividad nacional."
Racismo e imperialismo: Son los dos principios de desigualdad y de violencia aplicados
a la sociedad de las naciones. La elite gobernante es superior al resto de las personas
y puede imponer su voluntad. Según Ebenstein, el fascismo italiano estuvo de 1922 a
1938 libre de teorías racistas exageradas. En 1938 Mussolini descubre que los italianos
eran una raza pura y superior. Cabe aclarar que racismo e 'imperialismo no son
conceptos exclusivos del fascismo, también los manejaron el comunismo ruso y las
democracias de Estados Unidos.
Respecto al imperialismo, Mussolini tuvo como uno de sus objetivos la reconstrucción
del antiguo imperio italiano. En un discurso en el Augusteo, a principios de 1925, dijo:
“... guerra y revolución son dos términos que casi siempre se juntan: o es la guerra que
determina la revolución, o es la revolución que desemboca en una guerra. Por esto no
siempre se toman posiciones de asalto, hay veces en que hay que retirarse, quedar a
pie firme, manteniendo las posiciones conquistadas. En todo caso el objetivo de Italia
es el imperio. Para esto, el fascismo tiene que llegar a ser una forma de vida."
¿Cómo se justifica el espíritu colonizador del régimen fascista? Tomando el caso, ·por
ejemplo, de la campaña al África realizada entre los años 1935 y 1936, se dice que con
la ocupación del Estado Abisinio Italia aporta ideas totalmente nuevas a éste
continente, cuyas poblaciones sólo habían conocido la esclavitud, la miseria, la
enfermedad y la ignorancia. Italia llega con la idea de dar a ésta gente protección. El
imperialismo italiano se justifica del mismo modo que lo hacía el. antiguo imperio
romano: grandes parcelas de tierra, que no pertenecían prácticamente a nadie, que no
habían tenido un registro catastral, fueron concedidas a los legionarios que las
solicitaban para cultivarlas. Además, bajo la conquista de otras potencias, los indígenas
eran usualmente maltratados ante la menor falta y tenían el acceso a educación media
y universitaria prácticamente impedido. En cambio el imperio italiano, como primera

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medida liberó a todos los esclavos. Es decir, Italia llevó a los países colonizado, según
Gaio Gradenigo, mejoras y protecciones que no habían sido dadas por ninguna otra
potencia colonizadora.
Oposición al derecho y al orden internacional: El concepto de nación elite lleva al
liderazgo de una nación sobre el resto. Los estados fascistas escapan de las
organizaciones internacionales en que se espera que sus miembros se acomoden a las
decisiones de la mayoría. Italia se retiró de la Sociedad de las Naciones en 1937, pero
ya en 1922 Mussolini había dicho: "Cueste lo que cueste, Italia no hará ya más una
política de renunciaciones o de bajezas" y en 1926, en una respuesta a Stressmann
dice: "La Italia que yo represento en un régimen que no es un episodio, sino una
época, no se inclina ya a la insuficiencia y a la ambición de cualquiera que sea, 'y no
admite amistades sino en el pie de la perfecta paridad política y moral".
Hay otro aspecto respecto a la política bélica con las naciones extranjeras. Mussolini
pensaba que la lucha entre el proletariado y los capitalistas ya no se daría en el interior
de Italia sino en el exterior; es decir entre los países más pobres y los países
capitalistas.
Así lo explica el Conde Grandi en una carta a Mussolini del 9 de agosto de 1940: "Ya
desde entonces [1914], bajo tu guía, Duce, pensábamos que la guerra verdadera, la
guerra revolucionaria de Italia, debía aún llegar y que sería la guerra del futuro, la
guerra proletaria entre Italia, Alemania y Rusia por un lado, y Francia e Inglaterra por el
otro. Y contra éstas últimas que, ya desde entonces, demostraban ser nuestras
verdaderas enemigas, a pesar de que nos preparamos a luchar a su lado."
El fascismo traslada del plano interno al internacional la teoría marxista de la lucha de
clases. Italia viene a ser la gran proletaria frente a las naciones bien abastecidas. La
riqueza se mide no como resultado de esfuerzos particulares para el provecho
individual, sino que se mide en función de la prosperidad del Estado.
Hacia 1930 determinados círculos anglosajones y franceses mantienen su postura
antifascista y anti italiana, pero el mundo empieza a mirar el caso del fascismo italiano
y a reconocerlo como la alternativa entre el comunismo y la democracia liberal. De
hecho empiezan a surgir en el mundo gobiernos autoritarios, por supuesto no como un
calco del ejemplo italiano, sino con las características propias del país. Imitaciones
directas son el Partido Fascista Rumano de 1923 y Le Faiseau de Georges Valois de
1924.También sirvió de aliento para el pronunciamiento de Primo de Rivera. Entre 1920
y 1930 los movimientos nacionalistas autoritarios tienden hacia la derecha autoritaria
radical o moderada, no hacia expresiones revolucionarias. Se tiende a reemplazar el
gobierno parlamentario por dictaduras de derecha sin un sistema desarrollado de
partido único. Así fue en España (1923-1931), en Portugal (1926), en Polonia (1926-
1936), en Lituania (1926), en Yugoslavia (1929), en Alemania y Austria (1933). A partir
de 1930 los partidos autoritarios de derecha se fascistizaron y con la llegada de Hitler
en 1933 pasan por diversos grados de masificación. Según Gaio Gradenigo, Mussolini,
en una hábil política, siguió manteniendo su mano extendida hacia Francia e Inglaterra,
cuyos gobiernos seguían divididos entre una política de apaciguamiento y una firme
oposición a las exigencias italianas.
Principio unificador: Según Sergio Panunzio, profesor de la Universidad de Roma, es la
escancia del fascismo. Su misión es reducir de la multitud popular a la unidad estatal.
El fascismo considera a la nación como una unidad de vida moral y física.
o Unidad ética: el Estado-Nación es de sustancia inmaterial. Cada hombre
encuentra en él la razón temporal de su vida. El Estado ofrece la síntesis de
todos los valores humanos.
o Unidad política: la nación es una formación voluntaria y autoritaria. Se realiza
gracias al Estado que la concreta e integra. De la solidaridad espontánea, el

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poder hace una unidad para imponerse interiormente y luchar exteriormente
contra sus adversarios.
o Unidad económica: El Estado -Nación implica un orden autárquico de la
economía; a ésta autarquía se llegó por la crisis mundial y las sanciones
ginebrinas, pero a ello apunta la concepción fascista del Estado. .
o Unidad territorial: el fascismo buscó combatir los regionalismos, buscó la
unidad dentro de Italia. En 1921, en un discurso en el Augusteo, Mussolini
expresaba ésta idea del modo siguiente: "El fascismo debe desear que dentro
de sus fronteras no existan más venecianos, romanos, toscanos, sicilianos y
sardos: sino italianos, sólo italianos. En 1928 dijo: ¡Camaradas! El alcance
histórico y revolucionario de la guerra y de la Revolución de las camisas
negras, consiste en esto: que por fin, de los Alpes a Sicilia, hay un sólo pueblo
unido, concorde, disciplinado, decidido a hacer la grandeza y la potencia de la
patria"

Finalmente, vale la transcripción de un discurso de la Asamblea quinquenal del
Régimen del 10 de marzo de 1929: “Las diferencias morales de otro tiempo han concluido.
Para el régimen no existe Norte y Sur: existe Italia y el pueblo italiano."

Capítulo 5: Organización del Estado Totalitario. Su militarización.
El domingo 23 de marzo de 1919 a las diez de la mañana y delante de 150 personas,
Mussolini presenta su programa cuyos puntos fundamentales son:

Respecto a la cuestión del tratado de paz, proponía: "Oponerse a los imperialismos de
los otros pueblos que se mueven en contra del derecho de Italia; asimismo contra
eventuales imperialismos italianos contra el derecho de otros pueblos."
El partido acepta que Italia integre la Sociedad de las Naciones.
En lo referente a la política interna, los fascios se comprometen a sabotear por todos
los medios la candidatura de los neutralistas, de cualquier partido que vinieran.

En lo social:

“Proyecto de ley que obligue a todos los trabajadores al máximo de ocho horas de
trabajo."
"Enmiendas a la ley ya presentadas para el seguro de los trabajadores que se
encuentran en los límites de edad."

En lo político:

"No nos oponemos a la reforma' electoral, aceptamos la base proporcional. Queremos
elecciones al término de la desmilitarización y revisión de los procesos militares."
"Tasa progresiva extraordinaria sobre el capital, sobre todo a favor de los mutilados,
inválidos, combatientes y familiares de los caídos. "Sindicato nacional, organización
obrera dirigida por trabajadores y no por profesionales a sueldo, ya que no es lícito
llevar a la gente de la nariz, arrojarlos a la aventura sin consulta previa."

El 21 de junio de 1921, Mussolini da su primer discurso en la Cámara de diputados,
donde luego de declararse antiparlamentario, antidemocrático y anti socialista, expone los
objetivos políticos del partido:

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"Destruir en Italia todo vestigio de la monarquía austro-húngara.
"Disolver el partido filo austríaco Deustcher Verband, que pretende reducir la soberanía
italiana en un vasta región y encabeza el movimiento anti italiano.
"Estricta observancia del bilingüismo".
"El Estado debe ser unitario, rechazamos toda forma colectivista. Estado simple y
ordenado, administrado y fuerte."

Siguiendo a Prelot y Lescuyer, el fascismo pretendió vencer los errores individualistas
de 1789 y los colectivistas de 1917. Es una reacción nacionalista y autoritaria contra el
debilitamiento del Estado de fines del siglo XIX y principios del XX, causado por la influencia
del liberalismo y del socialismo. El Estado liberal, ideal del siglo XIX, nació de un movimiento
revolucionario de crítica intelectual, fundado sobre una concepción individualista del hombre y
su destino. El Estado fascista, que representa el orden político de una sociedad nacional " no
se reduce a los individuos, sino que posee una personalidad jurídica y una vida orgánica. Si el
liberalismo significa:

se impuso la pena de muerte para quien atentara contra la vida del rey, su familia y la
del jefe de Estado para lo cual se crea un Tribunal Especial.
sin permiso del gobierno no se pueden constituir partidos políticos, sindicatos,
asociaciones industriales - comerciales.

Respecto a la organización del Partido Nacional Fascista, consistió en una
organización jerárquica: de Federal (jefe y responsable del partido en cada provincia) para
arriba había, inspector, inspector general, subsecretarios y el secretario del P.N.F. De Federal
para abajo estaban los jefes de círculos barriales y de secretarías hasta llegar a los encargados
de las casas de departamentos, todos con su jerarquía y su divisa.

A partir de 1925 las inscripciones al P.N.F. fueron cerradas, sólo se podía ingresar por
intermedio de las organizaciones juveniles creadas en 1926, que se llamaron Opera NazionaIe
Balilla cuya presidencia fue encomendada a Renato Ricci. El fin de la Obra Nacional Balilla era
educar física y espiritualmente a los jóvenes. En las escuelas se reclutaron muchachos de 8 a
12 años; los que tenían de 12 a 18 se llamaban vanguardistas y de los 18 a los 20 jóvenes
fascistas. Todos tenían su uniforme. Hacían gimnasia y paralelamente se les enseñaba que el
fascismo había superado a la democracia y que buscaba la conquista del imperio.
Consecuencia lógica de esto, o más bien objetivo del régimen fue la militarización del partido.
Starace, fascista de la primera hora, fue el encargado de hacer del partido un cuerpo militar.
Impuso disciplina en todo, empezando por las formas exteriores. Introdujo en la vida del
partido, para ser generalizadas en la vida civil, el "voi" y el "saludo romano", que chocaron en
mayor o menor grado con la susceptibilidad e individualidad de los italianos.

La milicia adoptó el paso de marcha romano. El partido militarizado no fue un invento
fascista, según dice Payne, a fines del siglo XIX la organización de grupos juveniles
paramilitares se hizo frecuente en Europa central. El uso de la milicia política fue invención de
Lenin y sus bolcheviques. Lo que hicieron los fascistas fue imitar un estilo revolucionario, a lo
que añadieron un uniforme de partido y una oratoria de tono militar.

Esta militarización no se quedó sólo en el partido sino que se extendió a todo el Estado.
Toda la vida de la Nación, la política, la económica, la espiritual, se encaminó hacia las
necesidades militares. Con la creación del Gran Consejo, y de la Milicia Voluntaria para la
Seguridad Nacional, Mussolini mata dos pájaros de un tiro, porque éste último cuerpo
constituyó una fuerza armada permanente de la revolución y a su vez impuso a sus
componentes la disciplina militar y el rigor del código de guerra. Esta milicia se organizó sobre
las mismas bases del ejército por comandos de zonas y legiones. Para lograr la militarización

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de la política, se hacía que los grupos de milicias fueran algo central en la organización del
movimiento, y se usaban insignias y terminología militar para reforzar el sentimiento de
nacionalismo y de combate constante. Y esto era así porque Mussolini consideró a Italia en un
estado constante de guerra, aún cuando ésta no fuera declarada, había que estar siempre en
estado de alerta y preparados. Esto decía en 1924: "Evitemos aquellas manifestaciones que
podrían trabar la necesaria libertad de acción para el futuro: dejemos incluso las armas en el
desván; pero mucho ojo, no nos adormilemos, porque podría darse el caso de que mientras
nosotros andábamos desarmados con todo un bosque de ramos de olivo, los otros nos
obligasen a luchar en condiciones de absoluta inferioridad."

Un año después dice: “(...) La Nación armada en tiempos de paz debe entenderse
armada espiritualmente, pero ésta no podrá nunca suprimir lo que se llama ejército permanente
(…) Con el amor, si es posible; con la fuerza, si es necesario, queremos que todos los italianos
se consideren como un ejército movilizado para las obras de paz, y si hace falta, para las obras
de guerra."

El régimen sostenía que el Derecho, si no está acompañado por la fuerza es una
palabra vana, sin sentido, el gobierno fascista no busca la guerra deliberada, pero debe estar
siempre preparada para ella. Respecto a esto, en 1934 Mussolini dijo: "Nadie en Europa
contemporánea, quiere deliberadamente la guerra. Menos que nadie Italia, y de ello ha dado
innumerables, positivas y documentadas pruebas. No obstante, la guerra está dentro de las
posibilidades y puede estallar de improviso, de un minuto a otro. "...Por esto es necesario estar
preparados para la guerra, no mañana, sino hoy. (...) Os recuerdo que las fuerzas militares
representan el elemento esencial de la jerarquía entre las naciones. Nada se ha encontrado
todavía que pueda sustituir lo que es expresión más clara, más tangible, más decisiva de la
fuerza total de un pueblo entero: esto es el volumen, el prestigio, la potencia de sus armas en
la tierra, en el mar, en el cielo."

Es decir, el prestigio de una nación depende de la potencialidad militar de la misma.
Por ello fue tan importante para el régimen el buen equipamiento bélico de sus fuerzas.
Referente al tema de la violencia, el gobierno entendió que ésta debía ser, en sus medios y en
sus fines, cosa exclusivamente del Estado. Así, la violencia fue considerada un medio y no un
fin, que debe ser usada cuando la necesidad así lo requiera. Por ejemplo cuando Mussolini
habla en la Cámara de diputados (1921) a la izquierda ante sus provocaciones:

"A vosotros, los socialistas, que nos acusais de ser vuestros verdugos, nosotros os
presentamos nuestro martirologio: 176 muertos. "Si quereis quedaras sobre el terreno de la
violencia os combatiremos con iguales métodos. Puede haber paz, pero debe ser de ambas
partes, de otro modo el Estado se hundirá. "Hablo claro, igualmente espero que hableis
vosotros." ¿La valencia era considerada moral o inmoral por el fascismo? La respuesta la
encontramos en el discurso de Udine del 20 de septiembre de 1922: "La violencia no es
inmoral. Algunas veces es incluso moral. ( ... ). Por otra parte la violencia es eficaz porque a
fines de julio y principios de agosto, en cuarenta y ocho horas de violencia sistemática y
guerrera hemos obtenido lo que no hubiésemos conseguido en cuarenta y ocho años de
prédica y propagandas. Por lo tanto, si nuestra violencia resuelve una situación gangrenosa es
moralísima, sacrosanta y necesaria... Pero queridos amigos fascistas- hablo a los fascistas de
Italia- es preciso que nuestra violencia tenga caracteres específicos fascistas. La violencia de
diez contra uno hay que repudiarla y condenarla. La violencia sin razón más aún. Hay una
violencia que libera y una violencia que encadena, una violencia que es moral y otra que es
inmoral y estúpida. Cumple adecuar la violencia a la necesidad del momento, no hacer de ella
una escuela, una doctrina, un deporte."

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Para terminar este capítulo, una referencia al sentimiento del pueblo italiano, aludo a la
mayoría del mismo, a la clase media trabajadora, ¿quería la guerra?, ¿la guerra era sentida por
el pueblo? Mussolini tiene su argumentación al respecto: "Otro argumento de los que abogan
por la capitulación es que 'esta guerra no es sentida'. Ninguna guerra es sentida. Ni siquiera lo
fue la del Risorgimento, como podría demostrarse con documentos incontrovertibles. ¿Fue
'sentida' acaso la guerra del '14? De ninguna manera. ¿Fue 'sentida' una guerra que dio una
cifra de 535 mil desertores en la movilización? Nos parece mucho menos 'sentida' que ésta. Lo
cierto es que ninguna guerra es popular en sus comienzos y la razón es fácil de comprender;
llega a serIo si va bien; se hace impopularísima si va mal. ( ... ) "La guerra es siempre la guerra
del partido, de las fuerzas de la opinión que la han deseado; es siempre la guerra de un
hombre, del que la ha declarado."

En general todos los autores coinciden en afirmar que el pueblo no quería la guerra, y
mucho menos aliarse con Alemania, lo que era considerado como una especie de
sometimiento a la política de Hitler. Se negaban a hacer la guerra "para Alemania". La mayoría
de los italianos, lo que querían era colonizar las tierras del Cuerno de África, y realizar allí la
guerra de los arados. Quizás haya sido el no ver esto, uno de los errores qué más caro debió
pagar Mussolini.

Capítulo 6: Organización del Estado corporativo. Sistema
económico fascista.
El sistema económico fascista se basó en la implementación de un régimen privatista
con tendencia a la expansión de la iniciativa pública y la transmisión de la dirección económica
de los privados a los funcionarios del Estado, además de la asunción del Estado del papel de
mediador en las controversias laborales.

En 1921/22, la dirección del partido adopta otra actitud. En política económica cambia
el programa de 1919. El objetivo seguía siendo el productivismo pero se eliminan los aspectos
colectivistas a fin de alentar las inversiones de capital. Esto obliga a reducir el gasto público y a
imponer un programa de reforma financiera para mejorar la estructura fiscal. Esta política que
se acercaba a la liberal provocó comentarios entre los más radicales del partido.

Mussolini se abocó a dos proyectos en lo económico:

la defensa de la lira
la batalla del trigo

Para el segundo objetivo, los agricultores fueron estimulados con mayores precios y
premios de producción al cultivar mayores áreas. Se seleccionó la semilla y los procedimientos
para la producción intensiva. El rendimiento por hectárea que se obtuvo fue enorme. Se
rescataron grandes extensiones de tierra que por siglos habían sido abandonadas a las aguas
y se habían transformado en pantanos y en focos infecciosos de malaria. Así, Italia, que tan
poca tierra cultivable tiene, alcanzó en 1933 la cifra record de 8,1 millones de toneladas.

En cuanto a la defensa de la lira, logró detener su caída en las bolsas extranjeras y
reducir la deuda externa mediante un acuerdo con Gran Bretaña y con Estados Unidos sobre
una base de amortización de la misma. El balance del Estado pasaba de un déficit de casi 18
millones de liras en 1920-1921, a un superávit de 350 millones en 1926-1927. La estabilidad
permitió desarrollar fábricas a niveles de potencia mundial.

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Italia, país pobre y desprovisto de materias primas y combustibles, logró librarse de la
dependencia del aprovisionamiento exterior, gracias a que supo organizar su economía
sustituyendo por ejemplo: el cobre para conductos eléctricos por el aluminio, ya que posee
yacimientos de bauxita. También se explotaron a fondo los yacimientos de metano, abundante
en el Valle del Po y con éste combustible se reemplazó la nafta y el carbón. Se concretó la
electrificación de la red ferroviaria, para lo cual se obtuvo la energía eléctrica de los embalses
construidos en los Alpes y Apeninos. Así se ahorra el carbón de piedra importado de Inglaterra
para mover las locomotoras a vapor. El objetivo en éste punto era conseguir para Italia la
autarquía económica respecto al resto de los países.

En 1921 comienza en el fascismo el movimiento sindical, cuando los obreros llegaron
escapando a los sindicatos marxistas. El 20 de diciembre de 1923, el diputado Benni,
representante de los industriales, y Rossoni por las corporaciones, que en ese momento eran
una central obrera, firman un pacto que establecía que la organización sindical no debe tener
como base el criterio del irreductible contraste entre industriales y obreros sino apuntar a la
necesidad de anudar siempre mayores y cordiales relaciones entre dadores de trabajo y
trabajadores. Nace de éste modo una comisión mixta para dirimir los problemas sindicales. El
Estado fascista ya no concibe la lucha de clase sostenida por los marxistas. Si es un derecho lo
que el obrero pide, es el Estado quién se lo tendrá que dar reglando las relaciones entre los
sectores, y cuando no se logre el acuerdo, se aplicarán las disposiciones y las leyes
correspondientes.

El sindicato, entonces, era entendido como la unión de intereses homogéneos.
Sindicalismo es la acción de defender éstos intereses. El desastre del sindicalismo rojo ha sido
el de dirigirlos a la conquista de las nubes. Nosotros reivindicamos la concepción italiana del
sindicalismo (...) De las corporaciones queremos, por lo tanto, poner en evidencia la relación
jerárquica de las competencias y el empleo para crear mayor capacidad productiva."(Concepto
del ministro Rocco). Ebenstein, al explicar el funcionamiento del estado corporativo, dice que
éste apoya su filosofía en dos afirmaciones:

El hombre no debe articularse en el estado corporativo políticamente como ciudadano
sino como trabajador, empresario, universitario, profesional, etc. De ellos sólo se
espera que comprendan lo que se refiere directamente a su trabajo o profesión.
Los miembros de la elite gobernante pueden comprender los problemas sociales, son
los únicos capaces de dirigir la comunidad. "El objetivo del estado corporativo es el
poder del estado más que el bienestar del individuo. El último objetivo de la
organización corporativa de la economía es la creación de una economía de guerra
permanente, porque el imperialismo agresivo es el objetivo final de la política exterior
fascista."

Termina Ebenstein diciendo que las bases del estado corporativo son: un sólo partido,
un gobierno totalitario y una atmósfera de fuerte tensión que se producía por la propaganda del
imperialismo expansionista.

Ahora bien, siguiendo el análisis que hacen Prelot y Lescuyer, el fascismo ha sido
llamado corporativo pero en un sentido diferente al habitual, puesto que significa concentración
y centralización, ya que el Estado totalitario no puede admitir la coexistencia en su seno de
ordenamientos jurídicos múltiples ni aceptar el ser un ordenamiento entre otros. Existen en el
Estado totalitario un rey, un Senado, ministros y una Cámara, pero como instrumentos de
ejecución. El jefe del gobierno está libre de la fiscalización del Parlamento. Se necesita la
centralización administrativa para integrar a los individuos en el Estado. Este se reserva el
monopolio de la asociación, y transforma a las agrupaciones políticas (partidos) o profesionales
(sindicatos) en organizaciones públicas que deben lograr la unanimidad del Estado. El jefe de

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gobierno es también presidente de las corporaciones. Frente a la crisis económica de 1929
había dos soluciones: o estatizar toda la economía de la nación, o apuntar a la iniciativa
privada, controlada por el Estado y crear el Estado corporativo. La idea del Estado corporativo
era simple y mucho más antigua que el fascismo. Consistía en que las industrias debían ser
corporaciones con autogobierno, dirigidas por trabajadores y patronos, los cuales debían
negociar los contratos de trabajo sin recurrir a huelgas ni lockouts.

Este sistema estaba integrado por sindicatos verticales de patronos y trabajadores de
las principales ramas de la economía, organizadas local, regional y nacionalmente; y por
corporaciones horizontales que también reunían a trabajadores y patronos de las diferentes
industrias. El sistema terminaba en la Cámara de Corporaciones que no se creó hasta 1939.
Teóricamente la Cámara era una representación proporcional por industrias. Desde 1933 a
1943 funcionó el Consejo Nacional de las Corporaciones, compuesto por 104 miembros
representantes de 22 corporaciones, o sea de 44 sectores económicos. La idea de Mussolini
fue sustituir con el tiempo al Parlamento por éste Consejo Nacional.

Según Sabine: " La supuesta igualdad de trabajadores y patronos en el plan italiano
nunca fue efectiva. En ambos países [Italia y Alemania] el control último estaba en manos de
personas designadas por el gobierno (o por el partido que equivalía a la misma cosa) y esas
personas estaban, en general, mucho más cerca de los patronos que de los obreros (...) El
único beneficio sustancial que recibieron los trabajadores fue la ocupación plena, pero, en
general percibían una fracción más pequeña del ingreso nacional. En resumen, tanto en su
forma fascista como en la nacionalsocialista el totalitarismo tenía las características y las
tendencias propias de una economía de guerra controlada, y eso era esencialmente."

La primera ley fascista sobre relaciones de trabajo salió el 3 de abril de 1926, según la
cual la huelga ya no tenía razón de ser. Mussolini lo explicó así en el Parlamento: “... O el
Estado moderno consigue encuadrar a los sindicatos en la organización social, o tiene como
destino sucumbir bajo los asaltos del sindicalismo revolucionario." La ley determinaba cuatro
puntos:

Reconocimiento jurídico de los sindicatos y su puesto bajo el control del Estado.
Disciplina legislativa de los contratos colectivos de trabajo.
Magistratura obligatoria del trabajo.
Prohibición tanto de la huelga como de la "serrata" en el interés superior de la n Nación
y de la continuidad de la producción.

Los puestos de los trabajadores quedaban protegidos por la ley. El interés de cada una
de las partes debía ser protegida por el Estado. Así se trata de superar el enfrentamiento
capital-trabajo. La Carta del Lavoro contiene los puntos básicos de la organización del Estado
corporativo. Transcribiré algunos de sus capítulos:

Capítulo l°-"La Nación italiana (...). Es una unidad moral, política y económica, que se
organiza integralmente en el Estado Fascista." Así se declara abiertamente el carácter
totalitario del régimen, donde sin permiso del gobierno no se podían constituir partidos políticos,
sindicatos, asociaciones industriales o comerciales. Si el gobierno no lo reglamentaba, no podía
haber fábricas, negocios ni trabajo. El totalitarismo se llevó también a la educación, (el fascismo
constituyó en la universidad el G.U F., grupo universitario fascista, siendo pocos los grupos que
retuvo la acción católica, entre ellos el FUCI, Federación Universitaria Católica Italiana, algunos
de cuyos miembros terminaron siendo importantes dirigentes comunistas. El fascismo apuntaba
a formar sus futuros cuadros, por lo que además del deporte se estudiaba la historia y el
fascismo en todas sus facetas como ideal universal, como Estado corporativo, etc. Las
materias eran: Corporativismo; Derecho corporativo; Historia del Fascismo; Ética fascista.). El

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ocio y la recreación se convirtieron en instrumentos de propaganda y fueron reglamentados. Al
individuo no le quedó ningún recinto privado y no se mantuvo ninguna asociación de individuos
no sujeta al control político.

Capítulo 2 El trabajo, bajo todas sus expresiones organizativas y ejecutivas,
intelectuales, técnicas, manuales, es un deber social. A éste título (...), viene tutelado por' el
Estado (.. )"

Capítulo 3°-"La organización sindical o profesional es libre. Pero únicamente el
sindicato jurídicamente reconocido y puesto bajo control del Estado, tiene derecho de
representar legalmente toda la categoría de los dadores de trabajo o de trabajadores (...); tiene
que tutelar frente al Estado y a las demás asociaciones profesionales los intereses, concertar
los contratos colectivos de trabajo (...), imponer contribuciones y ejercitar, con relación a éstos,
funciones delegadas de interés público."

Capítulo 5°-"La 'Magistratura del trabajo es el órgano mediante el cual el Estado
interviene a regular las controversias del trabajo (...)"

Capítulo 6°-" (...) Las corporaciones constituyen la organización unitaria de las fuerzas
de la producción y representan integralmente sus intereses. En virtud de ésta íntegra
representación, siendo los intereses de la producción intereses nacionales, las corporaciones
vienen reconocidas como organismos del Estado. (...) Las corporaciones pueden dictar normas
obligatorias sobre las disciplinas de las relaciones de trabajo y también sobre la coordinación
de la producción (...)"

Capítulo 7°-El Estado corporativo considera la iniciativa privada en el campo de la
producción como el instrumento más eficaz y más útil en el interés de la Nación. (...) el
organizador de la empresa es responsable de las pautas de la producción frente al Estado. (...)"

Capítulo 9°-"La intervención del Estado en la producción económica tiene lugar
únicamente cuando falte o sea insuficiente la iniciativa particular como también cuando sean
interesados los intereses del Estado. Esta intervención puede llagar a ser un control ya sea del
fomento como de una gestión directa."

Capítulo 7: Decadencia del sistema. La Nueva República.
Mussolini deja el poder el15 de julio de 1943 al ser arrestado por el rey Víctor Manuel y
por Badoglio que ocuparon el gobierno durante 45 días. El 26 de julio se publican una serie de
decretos por los que se disuelve el partido fascista y se dispone que toda la milicia fuera
incorporada al ejército. Desaparecen los fascios y se los reemplaza por las estrellitas de cinco
puntas de las FF.AA. La prensa inicia una campaña de desprestigio.

Badoglio formó el gobierno con técnicos, éste gobierno terminó con la huída de
Badoglio y la familia real a Brindisi (sur de Italia). Esta fuga fue el episodio desencadenante de
la tragedia que se batió entre las fuerzas armadas de Italia. Las fuerzas aliadas llegaban por
Salerno (sur de Nápoles), mientras en el centro y norte de Italia fuerzas alemanas aguardan los
acontecimientos. Las condiciones en las cuales se encontraba la parte de Italia ocupada por los
alemanes y administrada por la nueva República social eran muy precarias.

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Mussolini había dejado el poder en julio, al retomarlo en septiembre se abocó a la
organización del Estado: había que reconstruir rápidamente las fuerzas armadas sin permitir
que haya partidos en ellas. Consigue que Hitler prepare más divisiones en Alemania.

En lo político quería convocar una Convención Nacional que declarara abolida la
monarquía, pero viendo que la Asamblea no sería representativa por falta de delegados de las
provincias ocupadas, dejó esto para el término de la guerra. Mussolini organizó un buen
servicio de prensa. El partido se reunió en Verona, y el 14 de noviembre de 1943 celebró el
Congreso donde se elaboró un documento de gran importancia y se discutieron las
características de la nueva República. Se quiso retomar la antigua historia de Italia, la de la
Edad Media, que por pocos decenios había podido ser independiente de toda acción
extranjera. Este modelo había forjado "una nación genuinamente nacional, basada sobre el
aporte directo del pueblo tomado en su expresión total de nación de trabajadores, de
pensadores, de creyentes, de ciudadanos respetuosos de su señor y conductor”. [Palabras de
Gaio Gradenigo]

En su mensaje inaugural a la Asamblea, Mussolini dijo: "Hay que pasar lo más
rápidamente posible de un país desarmado a un país combatiente. El partido tiene que dar el
ejemplo con sus hombres y forjar en toda forma la voluntad de la revancha. El pueblo en armas
tiene que bautizar ésta nuestra república social."

¿Qué es ésta nueva República social? Su explicación y organización la encontramos
en el manifiesto de los 18 puntos. Escrito por Pavolini con la colaboración de Nicolás Bombacci
que había sido socialista y ahora se acerca al fascismo porque encontraba que el nuevo
gobierno encarnaba las aspiraciones del socialismo.

De los 18 puntos, 7 se referían a cuestiones sociales. En la nueva organización no se
coloca al Estado por encima de todo, allí está ahora la República. En el primer y segundo punto
se establece que se convocaría a una Constituyente. El tercero quiebra el sistema del primer
fascismo, pues da libertad a todos los ciudadanos para criticar la acción del gobierno. En los
siguientes puntos se establece que la función del partido fascista es educar al pueblo, y su
carnet no tenía que ser solicitado para los puestos públicos y privados.

Se declara a la católica como religión del Estado. El séptimo punto establecía que los
judíos pertenecían a un estado enemigo, con esto responde Mussolini a la presión alemana. En
el aspecto social establecía que el trabajo en todas sus facetas era la base del Estado. Se trató
de salvar los fundamentos de la doctrina corporativa anti clasista. Mussolini consideraba que a
la lucha de clases ya superada con el sistema corporativo, había que agregar algo para que se
pudiera contar con el apoyo de la masa de los trabajadores. Se proyectó la "socialización de las
empresas", que consistía en dar a los trabajadores una participación en las utilidades de las
empresas en las que trabajaban.

Caio Cradenigo cita en su libro un artículo de la serie "Correspondencia Republicana",
inspirada y corregida por Mussolini, que decía: "La reforma social que se está gestando, y
encontrará su realización en las correspondientes leyes, constituirá la más alta realización del
fascismo. Exquisitamente humana y absolutamente italiana, remontándose a las seculares
tradiciones de nuestro humanismo y de la doctrina de Mazzini en lo espiritual, resuelve de una
vez por todas, en forma total y definitiva, las aspiraciones de las muchedumbres de los
trabajadores."

En otro diario, donde se observa más la exaltación revolucionaria, decía: "Lo cierto es
que el sistema capitalista tiene que ser destruido es de los cimientos (...). La lucha de clase
tiene que terminar con la destrucción y con la absorción de la clase capitalista. Nosotros, los

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