1. MI AMBIENTE DE TRABAJO.
En el salón de clases al que llegué a pesar de encontrarse ahí una
maestra joven, se encontraba muy sin vida, sin color, los pocos
materiales existentes eran opacos y sin vida, un lugar para nada
atractivo para los niños.
Los bancos estaban acomodados de una manera tradicionalista que
solo indica que el modelo empleado por el docente era el de “el
dictador”.
ADECUACIÓN.
Yo llenaría ese salón de material didáctico vistoso y llamativo para
los alumnos.
Los bancos los pondría por pequeños grupos para que entre ellos se
apoyaran, organizándolos de diferentes niveles cognoscitivos. En
cuanto a la biblioteca del aula, además de enriquecerla, la
organizaría y pondría pequeños letreros indicando a que género
pertenece.