Análisis de la obra dramática de Luis Matilla, uno de los principales autores teatrales españoles.

1. Luis Matilla: teatro para armar/amar con las cien manos
Hablar de Luis Matilla es hablar, sin duda, de la figura más importante del panorama teatral para niños y
jóvenes en España, no tanto por su abundante producción –más de 30 obras- sino por su apología
coherente y comprometida de este género y, sobre todo, por la calidad y actualidad de sus textos.
Matilla (Donostia, 1939), además de autor teatral es técnico cinematográfico y un innovador y
apasionado especialista en didáctica de los medios audiovisuales y de comunicación. Su trayectoria
comienza a mediados de los sesenta del siglo pasado en grupos universitarios y de teatro de cámara y,
ya en los setenta, en colectivos de teatro independiente como Tábano y El Búho y con la escritura de El
hombre de las cien manos, obra que redefinió el concepto de teatro para niños en nuestro país y que fue
estrenada en el Teatro Español de Madrid en 1967. Entre otros ha recibido el Premio Nacional de la
ASSITEJ 1999, Premio Celestina, Premio Constitución y Premio SGAE 2000, 2002 y 2008.
Nos centraremos tan solo en siete de sus últimas creaciones por cuanto pueden servir de motivador
detonante para despertar el deseo de leer del mediador entre los niños y la palabra conmovedora,
combativa y digna de Matilla.
El propio autor considera que las obras para niños y adolescentes deben tener la suficiente consistencia
literaria para que puedan ser leídas y debatidas en el aula. Las doce ediciones de El árbol de Julia y las
siete de Manzanas rojas le reafirman en esta idea y en la necesidad de luchar por introducir la literatura
dramática en la escuela. Es en sus obras escritas en el siglo XXI donde muestra una mayor madurez
creativa y en las que pone en práctica una norma que había apenas ensayado en la centuria anterior:
"No hay temas tabú en el teatro para niños, sino tratamientos inadecuados".
Si por algo destacan los textos dramáticos de Matilla es porque manifiestan una empatía cómplice pero
nada condescendiente con los pequeños lectores a los que demuestra conocer con minuciosidad y a los
que se dirige con exquisito respeto. A su servicio pone toda su competencia artística, su sensibilidad y
sus conocimientos exhaustivos de la realidad social en la que estamos sumergidos.
El árbol de Julia (2000) es una hermosa fábula literaria en la que se produce un excelso mestizaje entre
la realidad y el mundo onírico de lo fantástico y la utopía, en el que el papel transgresor y creativo de los
niños es la única esperanza que le queda al ser humano para construir un futuro habitable y sereno. La
pequeña Julia es uno de los personajes literarios femeninos más subyugantes de nuestro teatro infantil.
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2. Manzanas rojas. 2002. Ambientada en pleno conflicto judío-palestino y enfocada desde la mirada de un
niño de cada bando, trata de la intolerancia y xenofobia de los adultos que anteponen su honor a la
estabilidad emocional y material de sus hijos ofreciéndoles un penoso ejemplo de resolución violenta de
los conflictos. Pero al mismo tiempo es una historia de amistad, de esperanza, de lucha y solidaridad.
El doncel del caballero (2005) transmite con exultante vigor la importancia de los libros a la hora de
crear mundos imaginarios y la necesidad de abrazar ideales de justicia, aunque en el intento se nos
pretenda enviar al pelotón de los torpes y de los alienados.
El último curso (2008) trata de las consecuencias de la violencia en el entorno escolar y enfrenta los
distintos puntos de vista objetivamente, sin posicionarse, haciendo al lector/espectador cuestionarse
tanto sobre sus acciones como sobre omisiones.
Tengo una hija famosa. 2008. Sátira sobre la manipulación que la televisión ejerce sobre muchos jóvenes
hambrientos de alcanzar la fama y el éxito social aparente cuanto antes sin importarles perder en el
camino su dignidad, su intimidad y el respeto a sí mismos. Y al mismo tiempo desenmascara la obsesión
de muchos padres por vivir en la piel de sus hijos sus fantasías y lavar sus propias frustraciones.
¿Qué hacemos en esta guerra? 2009. Hace referencia a la problemática de los miles de niños obligados a
involucrarse en primera línea de fuego en las guerras más violentas, impulsados por la pobreza, la
desestructuración familiar, los desplazamientos motivados por conflictos armados, las políticas
antisociales de gobiernos corruptos, la búsqueda por parte de los jóvenes de una identidad grupal y la
reproducción de las violencia sufrida en el hogar.
Las piernas de Amaidú. 2009. Aborda el tema de los efectos de las minas antipersona en los civiles tras
los conflictos armados y que causan discapacidad de por vida y acarrean graves consecuencias sociales,
sicológicas y económicas. Pero Matilla llama al lector a implicarse pues él también puede tomar
conciencia de las injusticias que se producen en nuestra sociedad e intentar paliar, desde su posición, los
errores de nuestros políticos.
Mikel Unamuno
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