2. Debilidad muscular del
suelo pélvico
El suelo pélvico es un conjunto
de músculos y ligamentos que
cierran la cavidad abdominal en
su parte inferior; su trabajo
consiste en sostener los órganos
pélvicos (vejiga, uretra, útero,
vagina y recto) en la posición
adecuada porque de ello depende
su normal funcionamiento.
Tomando en cuenta que no es una estructura rígida sino dinámica para
adaptarse al movimiento y los cambios posturales del cuerpo, existen
factores que pueden debilitar la tensión requerida para sujetar vejiga, útero y
recto dentro de la pelvis.
Así, la caída del suelo pélvico es condición que puede provocar
incontinencia urinaria, prolapsos (caída de los órganos intraabdominales),
dolor de espalda e, incluso, molestias durante el sexo (disfunciones
sexuales), razón de sobra para buscar alternativas que vuelvan a "poner
todo en su lugar".
3. Vagina y placer sexual
Tener el músculo pubococcígeo
(el principal del suelo pélvico)
funcionando en forma adecuada
incrementa el roce entre las paredes
vaginales y todo lo que se inserte entre
ellas, de ahí que el coito vaginal resulte
más satisfactorio para ambos miembros
de la pareja.
Además de experimentar mayor placer durante la penetración, el
fortalecimiento de los músculos de la pelvis ayuda a prevenir cualquier
incomodidad durante el proceso; se ha comprobado que apretar y relajar estos
tejidos antes de la relación sexual, incrementa la lubricación vaginal y el control
que se tiene de la vagina; igualmente, facilita la penetración y, al estar mejor
lubricada, se reduce el riesgo de dolor o incomodidad en el acto.
Otra ventaja de practicar ejercicios para fortalecer la vagina es que la mujer
logra orgasmos memorables. Según especialistas, la intensidad del orgasmo
depende de qué tan fuerte se contraiga el útero y el músculo que envuelve la
vagina, es decir, mientras más fortalecido se encuentre, las contracciones
orgásmicas son más intensas.
4. Ejercicios de Kegel
El nacimiento de un hijo transforma
el organismo materno, y uno de los
principales cambios se relaciona
con el suelo pélvico. Durante el
embarazo esta musculatura debe
soportar el aumento de peso que
conlleva el bebé, lo que afecta la tensión que normalmente posee; por ello,
a menudo la "nueva" mamá padece pérdidas de orina.
Cuando llega el gran momento del parto, esta musculatura debe estirarse
tanto que sin los mecanismos de defensa del propio embarazo, el daño
sería irreparable. Además, si el parto se complica con la intervención de
instrumental o una episiotomía (corte en la zona del perineo para ampliar
el canal del parto y prevenir desgarre muscular), la lesión será mayor.
5. Practícalos en cualquier
momento
Para ayudar a recuperar la tonicidad
muscular en la vagina después del
parto, los ejercicios de Kegel son
valiosa ayuda, además de que pueden
realizarse en cualquier momento, es
decir, acostada, de pie, en la oficina,
mientras estás leyendo este artículo,
manejando o descansando por la
tarde.
Si quieres practicar los ejercicios
para fortalecer la vagina, el primer
paso es encontrar los músculos que
pondrás en movimiento.
6. Relajar y tensar los músculos…
Los ejercicios pélvicos para
mujeres consisten en apretar
y relajar determinados tejidos;
en pocas palabras, se trata de
"fingir" que tienes necesidad de
orinar y luego te detienes. Al hacerlo, estás relajando y tensando los
músculos que controlan el flujo de orina y, al mismo tiempo, también estás
practicando ejercicios para lograr una vagina estrecha.
Cabe señalar que estos movimientos, que llevan el nombre del ginecólogo
que los recomendó en la década de 1940 (Arnold Kegel), fortalecen los
músculos del suelo pélvico en cualquier momento. Esto significa que si
practicas los ejercicios de Kegel en el embarazo, el riesgo de presentar
caída del suelo pélvico después del parto se reducirá, al tiempo que te
ayudará a protegerte contra un prolapso a futuro.
7. ¡A trabajar!
Se recomienda esperar 6 semanas después de un parto natural,
y entre 8 y 10 semanas si el bebé nació por cesárea. Sin
embargo, cada mujer es distinta, por lo que podrás iniciar los
ejercicios de Kegel una vez que el médico haya corroborado
que tu cuerpo está listo para ello.
Una vez que hayas identificado los músculos a trabajar, conviene
practicar la rutina tres veces por día tomando en cuenta ciertos
puntos:
8. Paso a paso…
Asegúrate de que la vejiga esté vacía, luego siéntate o acuéstate. Si
lo deseas, puedes colocar una pelota para ejercicios (body ball) bajo
tus piernas, esto aumentará el esfuerzo.
Aprieta los músculos del suelo pélvico durante varios segundos
(cuenta de 6 a 8).
Relaja los músculos y cuenta hasta 10.
Repite 10 veces, tres veces al día (mañana, tarde y noche).
Respira profundamente y relaja el cuerpo cuando estés haciendo
estos ejercicios. Además, verifica que no estés apretando el
estómago, muslos, glúteos (nalgas) ni los músculos del pecho.
Regularmente, después de 4 a 6 semanas de trabajo para el
fortalecimiento de los músculos de la pelvis, se experimenta
mejoría durante la actividad sexual y menos síntomas de
incontinencia urinaria.
9. ¡Consulta al médico!
Evita los ejercicios de Kegel cuando
estés orinando, ya que podrías provocar
debilitamiento de los músculos del piso
pélvico con el tiempo. Igualmente, hacerlos
de manera incorrecta o con demasiada
fuerza puede causar tensión excesiva en
los músculos vaginales y dolor durante las relaciones sexuales.
Otro consejo: practica los ejercicios después de amamantar a tu bebé,
pues el estado de sensibilidad en que se encuentran los senos antes de
dar el pecho podría ocasionar pérdidas de leche al hacer algún esfuerzo.
Como cualquier rutina para fortalecer músculos, los ejercicios pélvicos
para mujeres brindan mayores beneficios si se consulta al médico antes
de iniciar cualquier rutina, a fin de asegurarse de que el cuerpo de la
nueva mamá está listo para este tipo de esfuerzos.
10. SyM – Andrea de María
También te puede interesar:
Ejercicios de Kegel, solución para anorgasmia e incontinencia
Cuando el útero tiende a salir