19. El juego en estas edades debe llevar a la socialización del niño, a que vaya incorporando lo que implica convivir en una sociedad: pautas, valores, hábitos, modelos de interacción. Entre los 4 y 5 años se afina el control sobre el cuerpo, el dominio de piernas, brazos y manos ganan firmeza y precisión. Hay grandes avances en la motricidad fina. Se afianzan algunas nociones de tiempo y espacio y de lateralidad que los van preparando para la escritura y la lectura.