El documento describe la importancia de establecer hábitos y rutinas en los niños para su adecuado desarrollo. Señala que la alimentación, el sueño y la higiene son áreas clave y que los padres deben ser constantes y consecuentes en la aplicación de las pautas. También enfatiza que la clave es la constancia, la paciencia y la repetición de las rutinas.
orientaciones familiares sobre habitos de comida.pdf
Presentación1
1.
2. El establecimiento de hábitos y rutinas resulta fundamental para el
adecuado desarrollo de los niños.
La alimentación, el sueño y la higiene son los tres temas que los
niños pueden manejar con sus padres y que pueden reportarles
grandes beneficios si los gestionan bien.
La actitud de los padres debe ser consecuente y consistente con la
aplicación de las pautas: ante las mismas conductas reaccionarán
siempre de la misma manera, es importante no ceder a las
exigencias.
La clave es la constancia, la paciencia y la repetición
3. 1. HÁBITOS Y RUTINAS
• Los hábitos se adquieren a través del aprendizaje.
• Se trata de un proceso durante el cual progresivamente se van
incorporando conocimientos, actitudes y maneras de hacer constantes
debido básicamente a la repetición de las mismas conductas, lo que
constituye las rutinas.
• En este sentido nos referimos a la rutina diaria como las actividades que el
niño realiza diariamente a la satisfacción de sus necesidades más primarias.
• Son de gran importancia, ya que se repiten regularmente facilitando así la
adquisición de hábitos.
• Para comenzar a establecer rutinas hay que tener en cuenta el desarrollo
cognitivo del niño.
4. 2. IMPORTANCIA DE LOS HÁBITOS Y
LAS RUTINAS
Los hábitos y rutinas en los niños:
Suponen unos límites, y éstos son necesarios, ya que les
proporcionan seguridad y confianza al saber qué esperar dentro del
hogar.
Permiten desarrollar el sentimiento de responsabilidad y
autonomía.
Favorecen el autocontrol de la conducta, al conocer que toda acción
va seguida siempre de unas consecuencias.
Fomentan la capacidad de “manejarse” en el mundo, con la
adquisición de conocimientos y actitudes.
5. 3. CÓMO ESTABLECER HÁBITOS
• Es importante incorporarlos desde edades muy tempranas.
• A través de la repetición de acciones que se suceden en el tiempo.
• Resulta positivo explicar la razón de las acciones (p.ej. Por qué nos
lavamos las manos antes de comer, por qué comemos de todo…)
• En un comienzo será positivo ayudar al niño a realizar los hábitos, para
que luego comience a realizarlos solo.
• La clave para todo esto es la constancia, la paciencia y la repetición.
• En algunas ocasiones deberemos ser flexibles y adaptar las rutinas a las
necesidades del niño, sobre todo a medida que vaya creciendo y sus
actividades y horarios puedan ir cambiando.
6. HÁBITOS DE ALIMENTACIÓN
Respetar tres criterios importantes SIEMPRE:
- En el mismo momento. Se debe tener un horario regular de comidas (p. ej.
8.30 – 12.30 – 16.30 – 20.30).
- En el mismo lugar. Se debe comer en un lugar concreto y conocer dónde
están los utensilios de comida (plato, babero o servilletas, cubiertos, etc.) y
asociarlos al momento de la comida.
- De la misma manera. Creando una rutina:
Avisar al niño de que vamos a comer: cese de la actividad anterior
Rutina: babero o servilleta-lavar las manos-poner la mesa-sentarse.
Servir la comida enseguida, no hacer esperar al niño en la mesa.
Para levantarse hay que esperar a terminar la comida.
Por último se recoge la mesa.
7. ASPECTOS A TENER EN CUENTA
• Debemos buscar la participación del niño/a y hacerle responsable
y protagonista de las tareas.
• Es importante hacer cometarios del tipo: “Me ayudas tanto…”
“Muchísimas gracias”…
• Reforzar su colaboración: “Me ayudas tanto que hemos acabado
muy rápido, y así podemos jugar un rato juntos…”
• Debemos ejercer paciencia y darles tiempo para que entrenen sus
nuevas conductas.
• Permitirles que practiquen con la cuchara, el vaso, usar palabras
como “gracias” y “por favor”, dejarles comer solos, etc.
8. CLAVES EN LA ALIMENTACIÓN
Con 4-6 meses los niños se adaptan a las 4 comidas diarias.
Pueden digerir grasas, proteínas e hidratos de carbono.
El objetivo es que prueben sabores y texturas nuevas, que experimenten,
hay que permitirles comer con la mano y que jueguen con los cubiertos, por
ahora no enseñamos modales.
Reforzarle cada vez que pruebe un nuevo alimento, se acabe todo el
plato, coma solo, etc.
Al principio introducimos nuevos sabores con alimentos que ya conoce
en su dieta y vamos aumentando la cantidad.
No llenarle el plato hasta arriba.
Comer bien no es comer mucho.
9. HÁBITOS DE SUEÑO
En el mismo lugar: debe respetarse un lugar para dormir y asegurarse de
que las condiciones ambientales del cuarto de niño son las adecuadas:
temperatura, luz, nivel de ruido, que la ropa que lleva sea cómoda…
En el mismo momento: establecer unos horarios regulares. Por tanto, es
necesario fijar una hora de acostarse y una hora de levantarse. Podemos
flexibilizar en vacaciones (1h.)
De la misma manera: establecer una secuencia ordenada de actividades
previas al sueño, que se repita todos los días, una rutina:
Avisar al niño de que vamos a dormir: cese de la actividad anterior.
Rutina: higiene-ir a la cama-cuento-beso-dormir.
El adulto se marcha de la habitación
10. ASPECTOS A TENER EN CUENTA
Realizar actividades relajantes en las horas previas al momento de
acostarse: baño tranquilo, escuchar música relajante, masajes, cuentos…
Evitar cansar a los niños con actividades que requieren gran actividad
justo antes de dormir, pues descender dicho nivel para lograr el sueño
resulta más difícil.
Emplear actividades anticipatorias al momento de separarse: una
canción cortita, un cuento, rezar, y después darle un beso y decirle “hasta
mañana, que duermas bien”.
Acudir cuando lo demande no de manera inmediata y demorándose de
forma progresiva, p. ej. De 3-10 min. No más de 10-12 min al principio.
Cuando acudamos debemos ir retirando el contacto y la proximidad
física de forma progresiva.
11. CLAVES EN EL SUEÑO
Es positivo dejarle un apoyo: una lucecita, un muñeco…
No comentar entre adultos el tema del sueño delante del niño: captará que es
preocupante para nosotros y esto puede generarle tensión o incluso reforzarle porque así le
estaremos dando protagonismo.
No regañar: después de una “mala noche” no hacer comentarios al respecto, así no
daremos protagonismo al tema del sueño ni generaremos angustia en torno a él.
Reforzarle cuando duerma bien: la mañana siguiente a una noche en la que haya
dormido bien le alabaremos y felicitaremos.
Jugar durante el día en la habitación en la que duerme: así establecerá asociaciones
positivas con ese lugar.
Es importante no ceder a las demandas (llevárselo a la cama de los padres, dormir toda
la noche con él…) ni un solo día porque estaríamos aplicando un refuerzo muy difícil de
extinguir.
12. HÁBITOS DE HIGIENE
El mismo lugar: destinar un espacio al aseo.
El mismo momento: establecer un horario regular de higiene:
- El baño: p. ej. siempre antes de dormir.
- Lavarse las manos: antes de las comidas, antes de salir de casa y
después de ir al baño.
- Cepillarse los dientes: después de comer y antes de dormir.
De la misma manera: establecer una secuencia ordenada de actividades
en relación con la higiene. En el baño:
- Avisar al niño de que vamos al baño: cese de la actividad anterior
- Rutina: preparar ropa-elementos de baño-agua-a la bañera.
- Emplear un método para enjabonarse.
- Un rato de juego en el baño, avisando del tiempo disponible.
- Pasado el tiempo, nos aclaramos y salimos de la bañera
- Por último, nos secamos y nos vestimos.
13. HÁBITOS INADECUADOS:
CONSECUENCIAS
Suelen aparecer problemas de comportamiento en los niños: rabietas, gritos, lloros, etc.
Pérdida de autoridad por parte de los padres, al no haber firmeza.
Fomentamos la inseguridad en los hijos.
Si no resolvemos los conflictos de forma tranquila y firme, sino con improvisación,
gritos o espectáculos, eso es lo que les enseñamos.
El inadecuado aprendizaje de una situación concreta (p. ej. Alimentación) generará
tensiones en situaciones posteriores similares (higiene, cumplimiento de normas, el
estudio, etc.)
Pueden aparecer patologías relacionadas con dichas situaciones (p. ej. Problemas de
sueño, enuresis, trastornos de alimentación, etc.)
Las rutinas si no se integran dentro de la vida familiar, constituyen fuentes de conflicto y
espacios desagradables de convivencia.