1. UNIVERSIDAD TÉCNICA DE ORURO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA Y EDUCACIÓN INFANTIL
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CONTROL DE ESFÍNTERES
RESUMEN
Se entiende por control de esfínteres el proceso de aprendizaje de los hábitos
higiénicos relacionados con la micción y la defecación que tiene lugar durante la
infancia.
En el desarrollo evolutivo infantil, el control de esfínteres se efectúa alrededor de
los dos-tres años de edad, aunque esta edad puede variar según la madurez del
niño.
El control de esfínteres no se aprende. Se adquiere cuando el niño está maduro
para ello. Caminar, hablar, comer, dormir son funciones que se adquieren,
cuando los niños están lo suficientemente maduros. Son
adquisiciones paulatinas, lentas, que llevan mucho tiempo.
Este hábito tiene gran importancia tanto para la familia como para la correcta
integración del niño en su entorno escolar y social, pero sobre todo para él
alumno por el hecho de alcanzar un gran progreso en su autonomía personal.
INTRODUCCIÓN
El control de esfínteres o el “aprendizaje” para ir al baño es el proceso en el
niño aprende a controlar su vejiga y sus intestinos.
Los niño hasta los dieciochos mese no ha madurado las conexiones entre el
cerebro, el sistema nervioso autónomo y los músculos de los esfínteres que le
permitan adquirir conciencia de sus estados corporales internos y así controlar
de forma voluntaria la evacuación de las haces y la micción.
Control de esfínteres
es la función neuromuscular que conduce al control de la vejiga y el esfínter anal
tiene lugar en un periodo aproximadamente, de 3 años, pocos niños alcanzan un
control completo antes de los 2 años y la mayoría no tiene ningún problema
después de los 5 años.
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Aspectos a tomar en cuenta para iniciar el control del esfínter
Ser capaz de deambular, comprender y expresarse verbalmente. (1 año y
medio).
Encontrarse en un nivel de maduración afectiva, física y fisiológica. (2 años)
Estar la familia preparada y dispuesta a acompañar y guiar el proceso del
niño.
Habitualmente en estas etapas el niño siente fuerte predilección por jugar con
su cuerpo y con sustancias plásticas.
Estos materiales en manos del niño crean situaciones placenteras de juegos
que deberían ser facilitadas y permitidas por los padres.
Son recomendables el agua, la arena, las pinturas, plastilina, etc. y es preciso
que los padres sean tolerantes con la suciedad implícita en estos juegos.
Normalmente se controla primero el esfínter anal y luego se realiza el control de
la vejiga.
Clásicamente se describen tres etapas
ETAPA 1: El niño es capaz de percibir que ha hecho pipí o popó y es capaz
de decirlo.
ETAPA2: Percibey transmite en los momentos previos o durante el acto, pero
es incapaz de retener.
ETAPA3: Puede retener o decidir la expulsión, ambas sensaciones
placenteras.
A tomar en cuenta
• En la primera y segunda etapa cuando el niño indique que ha hecho pipí o popó
se le mostrará el pañal sucio y la bacinica simultáneamente, expresándole con
claridad que en el futuro hará allí y que para eso sirve el objeto.
• En la tercera etapa los padres deben responder al pedido del niño quitándole
el pañal, para sentarlo en la bacinica.
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• Es habitual que el niño logre retener hasta sentarse y que realice exitosamente
la evacuación. Deberá expresársele la satisfacción por el logro,
Pero sin convertirlo en el evento del siglo, porque el niño puede confundir el
objetivo de ir al baño.
• En la segunda y tercera etapa puede dejarse al niño sin pañales de a ratos para
que tenga un contacto más inmediato con su excretas.
• El retiro definitivo se hará cuando los pañales dejen de ser necesarios o cuando
el control sea relativamente confiable. Suele ser primero diurno y luego nocturno.
• Se evitaran conductas que impliquen para el pequeño un desafío superior a sus
posibilidades.
Aprendizaje de control de esfínter
Es muy importante realizar todo el proceso organizado en rutinas estables y que
el niño perciba el proceso de esta forma.
Establecer unos momentos fijos para llevarlo al baño. Al principio el intervalo
debe ser muy pequeño (cada 20 minutos o media hora como mucho), cuando
estimemos durante cuánto tiempo retiene el pipí iremos prolongando estos
intervalos.
Cuando lo sentemos, debemos conseguir que permanezca sentado/a el
tiempo suficiente. Es mejor no utilizar juguetes que lo distraigan del fin último
que es hacer pipí, pero si podemos hablarles, contarles cuentos, etc. No es
aconsejable que permanezca sentado/a más de 10 minutos. Es importante
alabarle por permanecer sentado/a y decirle cariñosamente que haga pipí o
caca.
Hay que anticiparle que es lo que vamos a hacer, siendo muy claros en las
palabras que utilicemos. Por ejemplo: "Vamos a ir al cuarto de baño para
hacer pipí en el inodoro primero nos bajamos los pantalones, después nos
bajamos los calzoncillos (o braguitas), nos sentamos en el inodoro porque
vamos a hacer pipí en el inodoro " (No temáis ser repetitivos, es muy
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importante asociar las palabras claves (CUARTO DE BAÑO, PIPI, inodoro)
con el control de los esfínteres.
Si hace pipí hay que alabarle inmediatamente y darle alguna recompensa
todas las veces que lo haga correctamente durante el periodo de aprendizaje.
Las recompensas son fundamentales para el éxito. Por recompensas
podemos entender:
Alabanzas y atención por parte del adulto, sonrisas, besos, abrazos...
Alimentos preferidos: zumos, chuches.
Actividades que le gusten.
Escoged recompensas que realmente estimulen al niño /a, pero lo que no tiene
nunca que faltar son las alabanzas, entre ellas la de que “ya es mayor”.
Si no hace pipí lo sacaremos del cuarto del baño sin decir nada. (A los niños
les motiva para orinar de pie apuntar a trozo de papel que tiremos a la taza).
Cuando notemos que tienes ganas (movimientos o gestos), debemos ir
rápidamente con él a ponerlo al inodoro, diciéndole “vamos, vamos, espera
un poco, el pipí lo hacemos en el inodoro...” Es conveniente encontrar el
medio de comunicarnos con él para que exprese su necesidad ya sea
mediante palabras (pipí, caca, quiero…, voy a hacer…), mediante gestos
(señalándose la vejiga o culo o indicando el lugar y cogiendo de la mano…)
o por pictogramas (puede ser alguno que le resulte relevante de los arriba
mostrados) o fotos alusivas de él mismo.
Si se hace pipí encima, le reprenderemos suavemente. Por ejemplo: "NO,
aquí no se hace pipí, el pipí se hace en el inodoro" (poniéndonos serios). Así
mismo debemos llevarlo al cuarto de baño para enseñarle el inodoro e incluso
podemos sentarlo un momento para recordarle el lugar conveniente.
Al lavarlo podemos utilizar agua que no esté muy templada (sino más bien
fría) y manifestarle que estar sucio/a es una sensación desagradable. (Los
gestos de la cara trasmiten fácilmente esta sensación. También podemos
usar pictogramas.
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No debemos nunca "exigirle" que haga pipí ya que esto puede provocar
rechazo por parte del niño /a o fijación para requerir nuestra atención.
OBJETIVOS
Conocimiento de las diferentes partes del cuerpo y conocer las diferencias
entre niños y niñas.
Diferencias: “Limpio-sucio” / “Seco-mojado” / “Pipí-Popó”
Adquirir un buen concepto de sí mismo.
Actitud de respeto hacia las características de los demás.
Confianza en las posibilidades propias y en la propia capacidad para realizar
aquellas tareas y conductas que estén al alcance del niño.
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES
Manifestación de las diferentes sensaciones corporales.
Identificación de todas las partes del cuerpo.
Diferenciación entre los lugares apropiados para satisfacer las necesidades
fisiológicas de aquellos que no lo son.
Adquisición total de la autonomía e independencia en el control de esfínteres.