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1. ESTAD ATENTOS AL DIOS QUE VIENE.
Queridos amigos: Comenzamos el tiempo de Adviento con una invitación del
Señor: “Estad despiertos, estad atentos al Dios que viene”. (Lc. 21, 36).
Hemos de estar atentos para no perder la esperanza de que es posible siempre
una mayor seguridad, un bienestar mejor, una vida con sentido.
Hemos de estar atentos a poder suscitar cada día más esperanza. Y es que si
perdemos la esperanza, se nos apaga la ilusión, se empobrece la vida y
disminuye la solidaridad y la misericordia.
¿Cómo cuidar la esperanza?
 Afrontando las situaciones y acontecimientos de la vida de forma positiva y
confiada, sin dejarnos atrapar por el derrotismo o “por el no se puede hacer
nada”.
 Confiando, “que el Señor viene” y se hace presente por nuestros deseos y los
deseos de los demás de crecer, de luchar y de hacer.
 Buscando alternativas y soluciones que nos ayuden a estimularnos y a mirar
siempre hacia adelante.
 Realizando “pequeñas acciones”, que nos animen a cuidar lo más importante
de las personas: el respeto, la buena relación, la solidaridad y la sana
convivencia.
 Compartiendo misericordia, “que es la que nos acerca la liberación y la
salvación. (Sal. 84, 8).
 Mostrando “los caminos de la misericordia” que son: el respeto, la lealtad, la
confianza, el amor y la paz. (Sal. 24, 4 – 14).
 Ofreciendo signos y hechos que alivien o hagan desaparecer la angustia, los
miedos, los vicios o los desalientos.
“Muéstranos, Señor, tu misericordia, y danos tu salvación”. (Sal. 84, 8).
Gabriel.
1º. Domingo de Adviento. Ciclo. C. Madrid. 29 de Noviembre de 2015.