1. 27/08/2010
SE 1 de 73
REVELACIÓN, 1
La Biblia es el libro que contiene la Palabra de Dios expresada en
palabras humanas. El término procede del griego y significa
“libros”. La Iglesia griega usaba este plural para designar la co-
lección completa de las Escrituras sagradas.
El AT tiene 46 libros, aceptados por los cristianos porque en ellos
descubren la preparación del gran acontecimiento salvífico en
Jesucristo. El NT consta de 27 libros, que anuncian la “Buena
Nueva” proclamada por Jesús. AT y NT son dos partes de una
misma historia.
Stephan Langton introdujo la división de la Biblia
en capítulos (1214) y Sanctes Pagnini dividió cada
capítulo en versículos (1528).
SE 2 de 73
REVELACIÓN, 2
La religión cristiana se nos presenta como originada
y fundada en una Revelación el histórica. El término
“revelación” significa “quitar velo que oculta algo”.
En su aspecto religioso, es la manifestación que Dios
hace a los hombres de su propio ser y de aquellas otras
verdades necesarias o convenientes para la salvación.
La revelación divina es un hablar Dios a los hombres: Dios sale al
encuentro del hombre y se da a conocer de dos maneras: una natu-
ral (revelación natural), y otra sobrenatural, en la cual Dios revela
su misterio y su plan de salvación para todos los hombres, que lle-
va a cabo enviando a su Hijo y al Espíritu Santo.
Al revelarse, Dios hace a los hombres capaces de conocerle y amar-
le más allá de lo que ellos podrían por sus propias fuerzas.
SE 3 de 73
REVELACIÓN, 3
El plan de la revelación se realiza por obras y pa-
labras intrínsecamente ligadas. Las obras que
Dios realiza en la historia de la salvación manifies-
tan y confirman la doctrina y las realidades que
las palabras significan. A su vez, las palabras pro-
claman las obras y explican su misterio.
Las etapas de esta revelación divina son: el protoevangelio, la alian-
za con Noé, la elección de Abrahán con la alianza y las promesas, el
Éxodo o salida de Egipto con Moisés y la alianza sinaítica, la prome-
sa a David de un Mesías descendiente de su linaje, el Exilio o cauti-
vidad babilónica y la vuelta a la Tierra Prometida en el AT; la En-
carnación del Redentor, la Iglesia fundada por Cristo y la Parusía o
Segunda venida del Señor en el NT.
1
2. 27/08/2010
SE 4 de 73
REVELACIÓN, 4
“En diversos momentos y de muchos modos habló Dios en el pasado
a nuestros padres por medio de los profetas. En los últimos días nos
ha hablado por medio de su Hijo” (Heb 1, 1-2).
El Hijo de Dios hecho hombre es la Palabra única, perfecta e
insuperable del Padre. En Él lo dice todo, no habrá otra palabra
más que ésta.
Aunque la Revelación esté acabada (se ha clau-
surado con la muerte del último apóstol), su con-
tenido podrá ser conocido mejor y gradualmente
en el transcurso de los siglos. Esta es una razón de
la misma existencia de la Iglesia.
SE 5 de 73
REVELACIÓN, 5
Jesús entrega a la Iglesia su Palabra divina de dos maneras: oralmente
y por escrito. Por eso, junto a la Sagrada Escritura existe en la Iglesia
la Tradición. Ambas constituyen el sagrado depósito que contiene
verdades de orden sobrenatural, como natural.
La Biblia guarda toda la verdad, y sólo puede ser leída y comprendi-
da dentro de la Tradición de la Iglesia, que hay que buscar en el Ma-
gisterio, en los Santos Padres, y en las palabras y usos de la Liturgia.
Los herejes acuden a la Sagrada Escritura para apoyar
sus creencias. Así hizo el demonio cuando tentó a Cris-
to. Pero no la interpretan según la Tradición de la Iglesia.
Gracias a la Tradición, la Iglesia conoce el canon de los libros sa-
grados y los entiende cada vez con más profundidad.
SE 6 de 73
REVELACIÓN, 6
La Biblia debe ser leída en la Iglesia y con la Iglesia.
Cristo quiso que hubiera en Ella un Magisterio vivo
con el oficio de interpretar auténticamente la palabra
divina, escrita o transmitida oralmente.
El Magisterio “no está por encima de la palabra de Dios, sino a su
servicio, para enseñar puramente lo transmitido, pues por mandato
divino y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devota-
mente, lo custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único
depósito de la fe saca todo lo que propone como revelado por Dios
para ser creído” (Dei Verbum 10).
2
3. 27/08/2010
SE 7 de 73
LIBROS DE LA BIBLIA, 1
SE 8 de 73
LIBROS DE LA BIBLIA, 2
Para acercarse a los libros de la Biblia, un
lector de nuestro tiempo debe hacer el es-
fuerzo de despojarse de la mentalidad pro-
pia de nuestra cultura.
Leer y escribir no eran actividades frecuentes en épocas históricas
antiguas. El uso de la memoria tenía un papel importante en aque-
llas primeras civilizaciones. La tradición oral precede siempre a la
escritura y se mantiene como una realidad viva que afecta a los
mismos textos durante el período de redacción.
Los Evangelios, antes de ser puestos por escrito, fueron “dichos”:
las primeras generaciones cristianas se sirvieron fundamentalmente
de la enseñanza oral.
SE 9 de 73
LIBROS DE LA BIBLIA, 3
Después del Exilio, el “resto” de Israel experi-
menta la necesidad de “hacer memoria”, de
reencontrar las raíces de su propia historia. Lo
hace escuchando el “libro de Moisés”, que es
la memoria de Israel puesta por escrito.
La Escritura es el libro del pueblo de Dios surgido de la comunidad
y dirigido a la comunidad, y conservado en ella, especialmente en
los ámbitos de la familia, los santuarios y, más tarde, el Templo.
En el NT, san Pablo cita (1 Tim 5, 18) a la vez como escritura, un
texto del AT (Dt 25, 4) y una frase de Jesús (Lc 10, 7). San Pedro
(2 P 3, 14-16) pone en el mismo plano las cartas de Pablo y el AT.
La primitiva Iglesia tiene conciencia de tener en los Evangelios la
definitiva Palabra de Dios.
3
4. 27/08/2010
SE 10 de 73
LIBROS DE LA BIBLIA, 4
En su intento de explicar cómo se han formado los libros del AT,
los exegetas han desarrollado unas hipótesis que siguen siendo un
problema debatido y que están abiertas a nuevos descubrimientos
y conclusiones. Según ellas, la formación de los libros sería el re-
sultado de unas “tradiciones” orales que más tarde se recogen en
diversa medida en textos. El contenido primordial de esas tradicio-
nes es la historia del pueblo elegido en diferentes etapas.
1) Etapa patriarcal: La primera parte de la
historia de Israel está ligada a tres generacio-
nes de patriarcas arameos (Abrahán, Isaac
y Jacob) y se desarrolla en el siglo XX a. C.
Son los primeros personajes “históricos” de
la Biblia. Esperanza en las promesas divinas
de una tierra y una descendencia numerosa.
SE 11 de 73
LIBROS DE LA BIBLIA, 5
2) Etapa mosaica: entre los años 1250-1200 a. C. Los libros del
Éxodo, Levítico, Número y Deuteronomio narran las vicisitudes de
los descendientes de Jacob-Israel, que pasan de la esclavitud en
Egipto a convertirse en el Pueblo de Dios, con la mediación proféti-
ca de Moisés. Yahvé se presenta a sí mismo como quien libera y
salva. Es una liberación que apunta a una alianza. Código moral
del Decálogo.
3) Etapa de la Monarquía: años 1000-587 a. C.
A la muerte de Salomón, separación de las tribus
del Norte y del Sur. Caída del Norte en el 722, y
del Sur en el 587. Tradición yahvista (J) en el Sur
(s. IX) y elohista (E) en el Norte (siglo VIII). Con
la caída del Norte los documentos elohistas serán
trasladados a Jerusalén.
SE 12 de 73
LIBROS DE LA BIBLIA, 6
3) (sigue) En el año 612 (en el Sur, rey Josías),
se descubre en el Templo de Jerusalén, el rollo
de la ley. Tradición deuteronómica (D). Deute-
ronomio (discursos de Moisés dirigidos al pue-
blo), Josué, Jueces, los dos de Samuel y los dos
de Reyes.
4) Etapa del Exilio: en el año 587 cae Jerusalén en poder de los
babilonios. Época de los libros de Ezequiel y el Segundo Isaías.
Aparece la tradición sacerdotal (P): Levítico, mitad del Éxodo,
dos terceras partes de Números, quinta parte del Génesis. Idea de
fondo: la Alianza santa (desde Moisés a Ezequiel, pasando por
los profetas de este período), que expresa la naturaleza de las rela-
ciones entre Yahvé y su pueblo.
4
5. 27/08/2010
SE 13 de 73
LIBROS DE LA BIBLIA, 7
5) Etapa del judaísmo: sólo vuelven a Jerusalén y
a la tierra prometida un “resto” de los descendientes
de Judá, gracias al decreto liberador del rey persa Ciro.
Período persa (538-333 a. C): redacción definitiva del Pentateuco. Se
busca ayudar a vivir conforme al “espíritu sapiencial”: Jonás, Rut,
Cantar de los Cantares, Proverbios, Eclesiastés, Job, Tobías.
Período helenístico (333-63 a. C): Crónicas, Esdras y Nehemías.
Últimos toques a los Salmos.
Período macabeo (hacia el 175 a. C): Macabeos, Daniel. Libro más
reciente: Sabiduría (siglo I a. C).
SE 14 de 73
LIBROS DE LA BIBLIA, 8
El período de la elaboración de los libros del NT es sólo de 50 años:
- 51-52: dos cartas a los Tesalonicenses.
- 54-58: Corintios, Gálatas, Romanos (“Grandes epístolas”).
- en torno al 62: Cartas de la cautividad: Filipenses, Colosenses,
Efesios y Filemón.
- 65-66: Cartas Pastorales (dos de Timoteo y la de Tito).
- en torno al 65: Hebreos.
- 65-80 (prevalece antes 70): Evangelios sinópticos.
- Cartas católicas: Santiago 50-60, Judas en torno al 70, 1 Pedro 64,
2 Pedro posiblemente en torno al 80.
- Unos 63, otros 80: Hechos de los Apóstoles.
- 85-100: escritos joánicos: Apocalipsis, tres Cartas, cuarto
Evangelio.
SE 15 de 73
INTEGRIDAD, 1
Todo lenguaje humano está siempre impregnado en
una determinada cultura. En la exégesis, el conoci-
miento de las lenguas originales de los escritos bí-
blicos es insustituible para entender el pensamiento
divino tal como Dios quiso expresarlo en nuestro
lenguaje humano.
Libros del AT escritos en tres lenguas: la mayor parte, en hebreo;
unos fragmentos en arameo; dos en griego (Sabiduría y 2 Macabeos).
Versión griega de un original hebreo: 1 Macabeos; Eclesiástico
(descubierto la mayor parte del hebreo hace unos sesenta años).
Traducción griega de un original semita (hebreo o arameo): Tobías,
Judit, fragmentos de Daniel.
5
6. 27/08/2010
SE 16 de 73
INTEGRIDAD, 2
Salvo el original arameo de San Mateo, todo el NT fue escrito en
griego popular (la koiné). La koiné del NT está llena de semitismos
por el influjo de la lengua y mentalidad de sus autores. Además los
antiguos copistas ignoraban las separaciones entre palabras y no
usaban puntuación alguna. No contribuye a una fácil transmisión
de los textos.
El espíritu griego es lógico (definir) y no se cansa de mirar y explo-
rar (órgano corporal: el ojo); el hebreo es dinámico (conocer es expe-
rimentar) y escucha a Dios que habla a través de la historia (órgano:
el oído). Categoría cultural de referencia para el griego es el univer-
so (kosmos) como un todo ordenado; para el hebreo es el tiempo
(historia en la que Dios actúa). Griego reflexiona, hebreo obedece.
SE 17 de 73
INTEGRIDAD, 3
El papiro fue importado de Egipto a Palestina y se convierte en
material ordinario de escritura para el antiguo Israel. En el siglo
II a. C, los hebreos conocen, a través de los persas, un material
más consistente de piel curtida y pulida, el pergamino (hacia el
año 100 a. C, se perfeccionó en la ciudad de Pérgamo). Con estos
soportes materiales tan deleznables se han perdido los originales.
La distancia entre la redacción y el primer manuscrito conocido de
cualquier otro texto antiguo es enorme: 1400 años para Sófocles,
Esquilo, Aristófanes y Tucídides; 1600 para Eurípides; 1300 para
Platón, 1200 para Demóstenes.
Hasta siglo XX: manuscritos del AT más antiguos eran del siglo X
d. C. En 1896, se descubren manuscritos de siglos VI-VII d. C. Entre
1947 y 1956 se descubren manuscritos de siglos II a. C - I d. C.
SE 18 de 73
INTEGRIDAD, 4
NT: más de 5000 manuscritos griegos: el papiro más
antiguo es el de Rylands, antes del año 125 (Fragmen-
to del Evangelio de San Juan).
Más importantes códices: el Vaticano (B), siglo IV, pergamino, AT y
NT; el Sinaítico (S) siglo IV, descubierto en un monasterio del Sinaí,
conservado en el Museo Británico, AT y NT; el Alejandrino (A),
siglo V, Museo Británico, AT y NT; el Códice de Efrén (C), siglo V,
AT y NT con algunas lagunas, conservado en la Biblioteca de París.
Tres períodos de la historia del texto del AT: hasta siglo I a. C,
fluctuaciones (accidentales, no afectan la substancia); entre I a. C
y VI d. C, fijación de las consonantes; entre VI y X d. C. fijación
de las vocales.
6
7. 27/08/2010
SE 19 de 73
INTEGRIDAD, 5
Texto masorético: el que conocemos actualmente. Tras la invención
de la imprenta (1445), se fijó tipográficamente hasta nuestros días.
Primera edición católica: la incluida en la Biblia Políglota Complu-
tense (Cisneros, 1520).
Transmisión del texto griego del NT: directa-
mente (códices y papiros) e indirectamente
(citas de los Santos Padres y de los escritores
eclesiásticos). Más de 5000 manuscritos grie-
gos, más de 10000 versiones antiguas, miles
de citas.
Numerosas variantes. Necesidad de la crítica
textual.
SE 20 de 73
INTEGRIDAD, 6
La crítica textual es la disciplina científica que reconstruye el
texto original a partir de las fuentes documentales disponibles.
Los criterios seguidos para identificar el texto del NT más fiel
al original son tres.
Criterio geográfico: si una transcripción es idéntica
en varios sitios, será la variante preferible.
Criterio genealógico: Si podemos demostrar que
una variante ha dado lugar a las otras, aquella es
la variante original.
Criterio literario-estilístico: se retiene como auténti-
ca la variante más próxima al estilo, intención y con-
tenidos teológicos del autor sagrado (hagiógrafo).
SE 21 de 73
INTEGRIDAD, 7
Viejas traducciones permiten reconstruir en cierta
medida los textos que utilizaron los traductores y
que a menudo son más antiguos que los que con-
servamos en la lengua original. La más célebre ver-
sión griega del AT es la de los Setenta (LXX), he-
cha en Egipto en los siglos III-II a. C.
Nada más aparecer los textos del NT, se hicieron numerosas tra-
ducciones a otras lenguas, sobre todo en siríaco y en latín.
Traducción latina AT y NT de San Jerónimo (347-420): la Vulgata.
Pablo VI instituyó la Pontifica Comisión para la Neovulgata, edi-
ción latina promulgada por Juan Pablo II en 1979, que tiene en
cuenta el progreso de los estudios más recientes.
7
8. 27/08/2010
SE 22 de 73
INSPIRACIÓN, 1
Cuando se dice que los libros bíblicos son inspirados se quiere
expresar que a través de unas palabras humanas nos llega la misma
Palabra de Dios. La Biblia es un libro divino “único” y, a la vez,
un libro humano “como todos” los demás.
Saber que Dios “escribió” la Biblia determina necesariamente un
modo de leerla, estudiarla y meditarla del todo singular: se trata de
alcanzar algo que procede de Dios y supera toda capacidad humana.
Los libros de la Biblia, “la Iglesia los tiene por
sagrados y canónicos (...) porque, escritos bajo
la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios
por autor y como tales han sido entregados a la
Iglesia” (Dei Filius, c. 2).
SE 23 de 73
INSPIRACIÓN, 2
La Iglesia ha tenido siempre la inspiración bíblica como una verdad
de fe. El Magisterio encuentra su más sólido fundamento en el testi-
monio de la propia Escritura y en el de los Santos Padres.
En tiempo de Jesús, el pueblo judío reconocía unánimemente el va-
lor sagrado de los libros del AT. Jesús reafirmó la autoridad divina
de la Sagrada Escritura y su carácter inspirado (Mt 5, 18; Lc 24, 44).
NT: “Toda escritura divinamente inspirada es útil para
enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la
justicia” (2 Tim 3, 16); “Ninguna profecía de la Escri-
tura es de interpretación particular, pues la profecía
no ha sido proferida en los tiempos pasados por volun-
tad humana, antes bien, movidos por el Espíritu Santo,
hablaron de parte de Dios los hombres” (2 P 1, 20-21).
SE 24 de 73
INSPIRACIÓN, 3
Los Santos Padres, desde la época apostólica,
afirman unánimemente la fe de la Iglesia en el
origen divino de la Biblia.
Sostuvieron que Dios es el autor de ambos Testa-
mentos ( contra las herejías dualistas: gnosticismo y
maniqueísmo, que contraponían AT y NT).
Según ellos, los autores humanos colaboran con Dios, como el instru-
mento “colabora” con el músico. Dios se deja condicionar por el ha-
giógrafo en cuanto es un hombre. También toman la imagen del men-
saje: el autor sagrado es equiparado a un mensajero, como embajador
que tiene que memorizar, no como simple “correo”. Otra imagen: el
dictado ( primacía de la actividad divina, pero reduce al hombre a
mero escribiente, cosa que no es de ningún modo el hagiógrafo).
8
9. 27/08/2010
SE 25 de 73
INSPIRACIÓN, 4
La inspiración bíblica es un carisma (gracia
sobrenatural) dado por Dios a ciertos hombres,
para consignar por escrito todo y sólo lo que
Dios quiere comunicar a los hombres. Es sobre-
natural por su origen, su contenido y su fin
(santificación y salvación).
“En la composición de los libros sagrados, Dios se valió de hombres
elegidos, que usaban de todas sus facultades y talentos; de este mo-
do obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores, pu-
sieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería” (Dei Verbum 11).
Dios es el autor principal, los hagiógrafos son también verdaderos
autores, aunque secundarios. Sus facultades no están anuladas por
la acción de Dios.
SE 26 de 73
INSPIRACIÓN, 5
Teoría de la causalidad instrumental
En todo instrumento puede distinguirse una doble acción: la especí-
ficamente suya, y la acción instrumental en virtud del agente que lo
utilice. Tanto el agente como el instrumento intervienen en toda la
acción y dejan su impronta. El libro sagrado se ha de atribuir todo
él y todas sus partes a Dios como autor principal y al autor sagrado
como autor instrumental. El hagiógrafo sigue actuando como un
ser vivo, inteligente y libre.
Dios interviene dando luz en el entendimiento, moción
en la voluntad. La asistencia divina perdura mientras
se está realizando el trabajo literario, cesando en el
momento en que el libro está acabado. Es la Iglesia
quien tiene la misión de reconocer los libros inspirados.
SE 27 de 73
INSPIRACIÓN, 6
Teoría de la obra literaria
La creación de una obra literaria se puede resumir en tres tiempos:
experiencia, intuición y expresión.
La materia proviene de una experiencia o conjunto de experiencias.
No forma parte todavía del proceso creativo propiamente dicho, y
por tanto, no cae necesariamente bajo la inspiración divina.
Dado que la intuición es el verdadero punto de arranque de la obra,
en los autores sagrados se produce bajo el impulso del Espíritu.
El momento de la expresión es creativo y se
desarrolla totalmente bajo la acción del
Espíritu Santo.
9
10. 27/08/2010
SE 28 de 73
INSPIRACIÓN, 7
La inspiración se extiende:
a) a todas las facultades del hagiógrafo, y por lo
tanto, también a su fantasía, sensibilidad, in-
consciente, sentidos, etc.
b) a todo el contenido de la obra: está inspirada
toda la obra literaria concreta como sistema de
palabras significativas.
c) a todas aquellas personas que contribuyen a la formación del
escrito: no sólo al redactor final, sino a cuantos han vivido la
intuición y a todos los que la han expresado literariamente, en
forma oral o escrita, hasta el último amanuense que escribe al
dictado del autor inspirado.
SE 29 de 73
INSPIRACIÓN, 8
“Como todo lo que afirman los hagiógrafos, o
autores inspirados, lo afirma el Espíritu Santo,
se sigue que los libros sagrados enseñan sóli-
damente, fielmente y sin error la verdad que
Dios hizo consignar en dichos libros para salva-
ción nuestra” (Dei Verbum 11).
Las enseñanzas bíblicas no sólo son humanas, sino Pala-
bra de Dios. Este es el motivo por el que la Iglesia cree
que lo enseñado en la Biblia es verdad. La verdad de la
Biblia deriva de la veracidad de Dios, quien la ha inspira-
do como autor principal.
SE 30 de 73
INSPIRACIÓN, 9
La veracidad de los libros sagrados, cuando es contemplada como
ausencia de error, se denomina inerrancia bíblica.
No pueden separarse en los libros bíblicos partes atribuibles a Dios
y partes atribuibles al hombre, sino que todo es, al mismo tiempo,
Palabra de Dios y lenguaje humano.
Ni concordismo (datos de acuerdo con la ciencia), ni inerrancia
sólo en la fe y la moral.
“Los libros sagrados enseñan sólidamente, con
fidelidad y sin error la verdad que Dios hizo
consignar en dichos libros para salvación nues-
tra” (Dei Verbum 11). No se trata de una verdad
científica, sino salvífica, ordenada a la salvación.
10
11. 27/08/2010
SE 31 de 73
INSPIRACIÓN, 10
San Agustín: “No leemos en el
Evangelio que el Señor haya
dicho: ‘Os envío al Paráclito, que
os enseñará el curso del sol y de
la luna’. Cristo quería hacer cris-
tianos no matemáticos” (De Ge-
nesi ad litteram, 2, 9, 20).
SE 32 de 73
CANON, 1
La palabra canon se deriva del griego kanon
que significa “tallo de caña”, con el que se
medían las longitudes. Pasó a significar me-
dida, regla. Posteriormente pasó a usarse pa-
ra indicar “ley” o “norma”.
Los libros sagrados se llaman canónicos porque son el canon o
“regla” de la verdad revelada por Dios. Guiada por el Espíritu
Santo y a la luz de la Tradición, la Iglesia ha discernido los
escritos que deben ser conservados como Sagrada Escritura.
La canonicidad de un libro supone su inspiración: es canónico por-
que es inspirado, y no al revés.
SE 33 de 73
CANON, 2
Se conoce por canon bíblico el conjunto de todos los escritos de la
Biblia, y que, por su origen divino, constituyen la regla de fe y
costumbres. Es el catálogo completo de los escritos inspirados.
A la mayoría de los libros de la Biblia se les denomina protoca-
nónicos, porque siempre y en todas las comunidades cristianas
fueron tenidos por inspirados. Se les distinguen de unos pocos
(7 en cada Testamento) que se llaman deuterocanónicos. Esta
terminología se debe a Sixto de Siena (1569).
Esta división no significa establecer una
diferencia en la dignidad y autoridad de
los libros sagrados: todos son igualmen-
te inspirados.
11
12. 27/08/2010
SE 34 de 73
CANON, 3
El elenco de los libros sagrados era clasificado por los judíos, ya en
tiempos de Jesucristo, en tres partes: La Ley, los Profetas y los
Escritos. El canon del AT tuvo su comienzo con Moisés a quien se
considera el autor sustancial del Pentateuco (Torah). Su redacción
definitiva tiene lugar en tiempo de Esdras (inicio del siglo IV a. C).
La segunda parte (los Profetas) estaba ya completa hacia el año 180
a. C., cuando se redacta el Sirácida o Eclesiástico. La tercera (los
Escritos) se cierra con el libro de la Sabiduría, hacia el año 50 a. C.
Deuterocanónicos del AT: Tobías, Judit, Sabiduría,
Baruc, Eclesiástico, 1 y 2 Macabeos, fragmentos
de Ester y Daniel. Eran reconocidos como sagrados
desde el siglo II a. C. A partir del siglo I d. C. los
judíos de Jerusalén los eliminaron del canon.
SE 35 de 73
CANON, 4
Después de la destrucción de Jerusalén y del Templo
(70 d. C.) y del fin del sacerdocio levítico, los fari-
seos llegaron a tener una hegemonía absoluta. Fueron
ellos quienes excluyeron algunos libros del canon.
Los excluyeron porque argumentaban que un libro sagrado debe
estar escrito en hebreo y sobre el suelo de Palestina.
Parece que los verdaderos motivos fueron la hostilidad de los fari-
seos a la dinastía de los Macabeos, y las controversias con los
cristianos, rechazando la versión alejandrina de los LXX que la
Iglesia usaba. La decisión oficial vino en el Sínodo de Yamnia por
los años 95-100 d. C, que sacó del canon estos siete libros sagrados.
En la Iglesia la fijación del canon del AT aparece en el siglo IV.
SE 36 de 73
CANON, 5
Los libros del NT se escribieron entre los años 50 y
100 de nuestra era. Canon: tradición constante y
firme. Después de la muerte del último apóstol, san
Juan, cesó toda revelación pública y no aparece ya
ningún otro libro inspirado o canónico. En Roma:
Canon de Muratori, de fines del siglo II.
Entre los siglos III al V surgieron dudas limitadas geográficamente
sobre la inspiración de Hebreos, Apocalipsis, Santiago, 2 Pedro,
2 y 3 Juan, Judas. Son los libros deuterocanónicos del NT. No son
dudas importantes en número y referidas a los mismos libros, sino
que, unas veces, se refieren a un escrito y, otras veces, a otro. Hay
que considerar las dificultades de comunicación de la época. Tam-
bién influyó la difusión de libros apócrifos por los herejes.
12
13. 27/08/2010
SE 37 de 73
CANON, 6
Además son numerosos ya los escritores que explícitamente reco-
nocen la canonicidad de todos los libros del NT, incluidos los
deuterocanónicos, como Clemente de Alejandría, san Ambrosio,
san Agustín, san Jerónimo, etc.
En occidente, los sínodos de Hipona y Cartago, y la Carta del Papa
Inocencio I al Obispo de Tolosa (405), señalaron definitivamente
con su autoridad el canon bíblico. En oriente, ya están todos los li-
bros del NT en una Epístola de san Atanasio (367). En el año 450,
unanimidad acerca del canon.
Ratificado en los concilios de Florencia (siglo XV),
Trento (siglo XVI), Vaticano I (1870) y Vaticano II.
SE 38 de 73
CANON, 7
Criterios católicos de canonicidad de los libros del NT: el origen
apostólico (apóstoles y sus colaboradores), la ortodoxia (confor-
midad con el auténtico anuncio acerca de Cristo, de su vida y de
su mensaje) y la catolicidad (los aceptados sólo por Iglesias aisla-
das quedaron excluidos del canon).
Al prescindir de la autoridad del Magisterio, los
protestantes desarrollaron criterios subjetivos de
canonicidad. Por ejemplo Lutero clasificaba los
libros del NT según la importancia que dan al mis-
terio de la Redención y la concordia que guardan
con la tesis luterana de la “justificación por la sola
fe”. Por este motivo rechazó la Carta a los Hebreos,
la de Santiago, la de Judas y el Apocalipsis.
SE 39 de 73
CANON, 8
Se llama apócrifo a un libro de autor desconocido, que
tiene cierta afinidad con los libros sagrados en el argu-
mento o en el título, pero al que la Iglesia no reconoció
jamás autoridad canónica por no ser inspirado. Hay
apócrifos del AT y del NT. Se clasifican en evangelios,
cartas, libros proféticos, apocalipsis, etc.
En su sentido primitivo significa “libros ocultos o secretos”.
En la primitiva Iglesia, durante el conflicto con los herejes,
especialmente los gnósticos, el término se convirtió en sinó-
nimo de “herético”. Apareció por vez primera, con su signifi-
cado actual, en tiempos de San Ireneo. En suma, el término
apócrifo recogido por los católicos se refiere a la literatura
judía y cristiana extrabíblica.
13
14. 27/08/2010
SE 40 de 73
SANTIDAD Y UNIDAD, 1
Las Escrituras son santas por un triple motivo: por
su origen divino (inspiradas por el Espíritu Santo);
por su contenido (doctrina moral santa e intachable);
por su fin (nos santifican al encauzarnos a la santi-
dad). La Biblia, por tanto, exige ser leída, estudiada
y meditada como algo santo y sagrado.
La santidad de la Biblia se manifiesta en la conformidad con la
ley moral de los juicios (explícitos o implícitos) que se emiten
sobre actos, palabras y sentimientos de los personajes y hechos
que presenta.
Se puede afirmar una mayor perfección moral del NT sobre el AT,
por tratarse del régimen definitivo de la ley evangélica.
SE 41 de 73
SANTIDAD Y UNIDAD, 2
En el AT la gracia que salva venía figurada con he-
chos y prometida con palabras, de modo que los
justos podían alcanzarla por la fe en las promesas
reveladas que anunciaban la venida del Redentor.
En el NT, Dios facilita la gracia de un modo más
perfecto y abundante, y con la gracia, la posibilidad
de la salvación mediante la institución de la Iglesia.
Jesús perfeccionó los preceptos morales del AT: 1) declarando su
verdadero sentido (caben bajo la prohibición los actos interiores
pecaminosos), 2) ordenando el mejor modo de cumplirlos (ej.:
evitar todo juramento salvo en caso de necesidad, no sólo no
perjurarse), 3) añadiendo ciertos consejos de mayor santidad (ej.:
amor a los enemigos).
SE 42 de 73
SANTIDAD Y UNIDAD, 3
Dios, Autor principal de la Biblia, Sabiduría infinita, en quien no
puede darse ninguna contradicción, hace que los escritores sa-
grados enseñen la misma verdad. Por eso, la Sagrada Escritura,
más que un conjunto de obras distintas, es propiamente un libro.
“El NT está oculto en el Antiguo y el Antiguo patente en el Nuevo”
(San Agustín). Entre ambos Testamentos no puede darse oposición
o ruptura.
Se da una cierta “subordinación” del AT al NT, por-
que éste revela de modo explícito y contiene real-
mente lo que en el AT está figurado y en promesas; y
una cierta “discontinuidad” porque en el NT apare-
cen “novedades” ignoradas por el AT (ej.: sacerdocio
de la Nueva Ley).
14
15. 27/08/2010
SE 43 de 73
SANTIDAD Y UNIDAD, 4
La unidad de la Escritura se aprecia por los contenidos de uno y
otro Testamento. Se descubre, por una parte, al analizar el desi-
gnio salvífico divino: el mensaje bíblico de la Creación (AT) y de
la Redención (NT) forma parte de un único proyecto, no sólo por
ser respectivamente la etapa inicial y la culminación de este pro-
yecto, sino porque a la luz del NT se insinúa en el AT la acción
del Hijo y del Espíritu Santo en la Creación; y, al revés, el NT nos
revela la Redención como una “nueva Creación”.
Por otra parte, se percibe también esta unidad
porque presentan al mismo y único Dios: en
el AT se revela como Uno, y en el NT como
Uno y Trino.
SE 44 de 73
SANTIDAD Y UNIDAD, 5
Las palabras y los hechos del AT están presentes en el NT.
Palabras: promesa-cumplimiento
Primera promesa de salvación: protoevangelio.
Promesas hechas a los Patriarcas. Promesas he-
chas al pueblo de Israel y recogidas por Jesús en
las Bienaventuranzas. Promesas mesiánicas (hijo
de David, Emmanuel, Siervo doliente, Hijo del
hombre). Se cumplen en Jesús.
Textos proféticos que se refieren al envío del Espíritu Santo (Ez,
Ier, Ps 3). Otras proclamaciones de la segunda venida de Cristo,
que San Pedro presenta como cumplimiento de la promesa de
restauración universal (Act 3, 19-21).
SE 45 de 73
SANTIDAD Y UNIDAD, 6
Hechos: preparación-realización
Holocaustos y sacrificios del AT figuraban la inmo-
lación de Cristo. Circuncisión imagen del Bautismo.
Purificaciones de la Ley preanunciaban el sacramen-
to de la Penitencia. El sábado actualizado en la Nue-
va Ley mediante el domingo. Pueblo de Israel prepa-
ción de la Iglesia. Figuras de los sacramentos, como
la Eucaristía prefigurada en el sacrificio (de pan y
vino) de Melquisedec.
Como las verdades que contiene la Biblia se ilustran e iluminan mu-
tuamente, se da una perfecta armonía en todo el conjunto. Este prin-
cipio “hermenéutico” (interpretativo) bíblico se conoce por analogía
de la fe bíblica. Se reconoce la armonía a la luz de la Revelación
plena de Dios en Cristo.
15
16. 27/08/2010
SE 46 de 73
INTERPRETACIÓN, 1
Como Dios habla al hombre a la manera de los hombres, para una
correcta interpretación de los textos sagrados, “es preciso estar
atento a lo que los autores humanos quisieron verdaderamente
afirmar y a lo que Dios quiso manifestarnos mediante sus pala-
bras” (CCE 109).
“Para descubrir la intención de los autores
sagrados es preciso tener en cuenta las
condiciones de su tiempo y de su cultura,
los géneros literarios usados en aquella
época, las maneras de sentir, de hablar y
de narrar en aquel tiempo” (CCE 110).
SE 47 de 73
INTERPRETACIÓN, 2
Se llama hermenéutica (del griego ermeneuein,
interpretar) al conjunto de principios y métodos
de interpretación, que nos permiten entender
con exactitud unos textos y sus contextos.
Si no queremos reducir la Escritura a letra muer-
ta, “se ha de leer e interpretar con el mismo
Espíritu con que fue escrita” (Dei Verbum 12).
La docilidad al Espíritu Santo es el prólogo de toda correcta dispo-
sición del intérprete humano, porque para hacer una lectura plena-
mente válida de las palabras inspiradas, es precisa la guía y ayuda
del Espíritu. Estos textos han sido confiados a la Iglesia para ali-
mentar su fe y guiar su vida de caridad. Respetar esa finalidad.
SE 48 de 73
INTERPRETACIÓN, 3
El misterio de la Encarnación del Verbo es el
misterio de unión de lo divino y lo humano en
Jesucristo. “Al igual que la Palabra sustancial
de Dios se hizo semejante a los hombres en to-
do, excepto en el pecado, así las palabras de
Dios expresadas en lenguas humanas, se han
hecho en todo semejantes al lenguaje humano,
salvo en el error” (Dei Verbum 13).
Las verdades sobrenaturales no son asequibles sin la fe, pero son
objetivas, reales, están ahí para todo hombre. Hay que leer e inter-
pretar los textos sagrados con espíritu de fe (sino la investigación
exegética queda incompleta, pierde de vista su finalidad y se limite
a tareas secundarias) y humildad (se muestra en el acatamiento de
lo que la Iglesia enseña).
16
17. 27/08/2010
SE 49 de 73
INTERPRETACIÓN, 4
El método histórico-crítico estudia el texto bíblico de igual modo
que cualquier otro texto de la antigüedad y lo comenta con lengua-
je humano. Se dice histórico porque investiga su alcance histórico
y procura dilucidar los procesos históricos de producción del texto
bíblico. Se llama crítico porque actúa con la ayuda de criterios
científicos tan objetivos como sea posible.
Este método recorre varias etapas: la crítica textual,
el análisis literario (morfológico y sintáctico) y se-
miántico (filología histórica), la crítica literaria (co-
herencia interna de los textos), la crítica de los géne-
ros, la crítica de las tradiciones (y su evolución en
el curso de la historia), y la crítica de la redacción
(modificaciones de los textos antes de quedar fijados).
SE 50 de 73
INTERPRETACIÓN, 5
Los sentidos de la Escritura santa, 1
Sentido literal: aquel que ha sido expresado directamente por los
autores humanos inspirados. Siendo inspirados, ese sentido es sin
duda querido por Dios, autor principal. Para obtenerlo es preciso
comprenderlo según las normas literarias de su tiempo.
Sentido espiritual: el expresado por los textos bíblicos cuando se los
lee bajo la influencia del Espíritu Santo en el contexto del misterio
pascual de Cristo y de la vida nueva que proviene de Él. El NT reco-
noce en Jesucristo el cumplimiento de las Escrituras. Por eso, es
normal “releer” las Escrituras a la luz de este nuevo contexto. Por
ejemplo David es tipo o figura de Jesucristo.
No siempre hay distinción entre sentido literal y espiritual, sobre todo
cuando un texto se refiere directamente al misterio pascual de Cristo.
SE 51 de 73
INTERPRETACIÓN, 6
Los sentidos de la Escritura santa, 2
Sentido pleno: es un sentido profundo del texto, querido por Dios,
pero no claramente expresado por el autor humano. Se descubre
a la luz de otros textos bíblicos que lo utilizan. El Espíritu Santo,
autor principal de la Biblia, puede guiar al autor humano en la
elección de sus expresiones de tal modo que ellas expresen una
verdad de la cual él no percibe toda su profundidad.
Ejemplo: Isaías anuncia al Mesías con el título
”Dios-con-nosotros” (Emmanuel), del que descri-
be su misión salvífica (sentido literal). San Mateo
nos confirma que se trata de Jesucristo (sentido
espiritual). El cumplimiento de la profecía rebasa
con creces el anuncio: el “Dios-con-nosotros”
es “Dios hecho hombre” (sentido pleno).
17
18. 27/08/2010
SE 52 de 73
INTERPRETACIÓN, 7
La palabra bíblica se dirige universalmente,
en el tiempo y en el espacio, a toda la hu-
manidad. Actualizar su mensaje supone:
traducir su lenguaje al nuestro y actualizarlo
a nuestro tiempo.
Gracias a la actualización, la Biblia ilumina con su mensaje múltiples
problemas actuales: fundamentos de la moral cristiana, la defensa de
la vida humana, la naturaleza del matrimonio, las cuestiones de ética
sexual, el valor santificador y santificante del trabajo, etc. Presta
también un gran servicio a valores reconocidos por la cultura moder-
na, como los derechos humanos, la protección de los más débiles, la
aspiración a la paz, etc. El peligro a todo intento de actualizar es la
“manipulación” de los textos bíblicos. Guía del Magisterio.
SE 53 de 73
INTERPRETACIÓN, 8
Vaticano II señala tres criterios para una inter-
pretación de la Escritura conforme al Espíritu
que la inspiró:
1) prestar una gran atención al contenido y a
la unidad de toda la Escritura.
2) leer la Escritura en la Tradición viva de toda la Iglesia: la Escritu-
ra está más en el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los
libros escritos. Es el Espíritu Santo quien da la interpretación espiri-
tual de la Escritura.
3) tener en cuenta la analogía de la fe: la cohesión de las verdades
de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación.
SE 54 de 73
INTERPRETACIÓN, 9
Los exegetas han de escuchar las reflexiones y palabras de los
santos para descubrir el mensaje de la Biblia. En nuestro tiempo,
se dan dos enfoques de interpretación defectuosos: hipercrítico
y fundamentalista.
El hipercrítico convierte la tarea exegética (crítica textual, estudios
lingüístico, análisis literarios, etc.) en un fin.
Los enfoques fundamentalistas, aunque movidos por
la fidelidad a la Palabra de Dios, menosprecian los
trabajos de los exegetas y pretenden convertir a estos
estudiosos en simples traductores. No ven que Jesu-
cristo se ha encarnado en una época precisa de la his-
toria, en un medio social y cultural concreto.
18
19. 27/08/2010
SE 55 de 73
ANTIGUA ALIANZA, 1
Los libros del AT, divinamente inspirados, con-
servan un valor permanente. Nos transmiten en-
señanzas sublimes sobre Dios, una sabiduría sal-
vadora acerca del hombre y esconden el misterio
de nuestra salvación. Los cristianos veneramos
el AT como verdadera Palabra de Dios.
Principales claves del AT para la preparación evangélica: la
elección, las promesas, la alianza y la Ley, hilos que se entrecruzan
en la trama del Pentateuco y que atraviesan todo el AT. Por otra
parte, la tierra prometida, la monarquía, la construcción del Templo
y los profetas, nuevos hilos en la trama de las narraciones de los de-
más libros históricos y proféticos del AT. Finalmente, los libros sa-
pienciales vienen a enriquecer y completar la preparación evangélica.
SE 56 de 73
ANTIGUA ALIANZA, 2
Yahvé, el Dios uno y único, actúa en la historia humana eligiendo
a un pueblo para ser instrumento de salvación de los demás pueblos.
Elección de Noé, Abraham, todo el pueblo de Israel bajo la media-
ción de otro elegido, Moisés. Tal elección llega a su plenitud en
Jesucristo -su Hijo amado, el Elegido- y en la Iglesia, nuevo pueblo
de Dios.
La elección va acompañada de las promesas. Desde
los orígenes, a todos los descendientes de Adán les
promete la liberación y la victoria frente al mal.
Después a Noé, un nuevo orden en el mundo. A los
Patriarcas y al Pueblo conducido por Moisés, la
Tierra Prometida. Israel ha recibido la Promesa,
que encontrará su cumplimiento definitivo en Cristo.
SE 57 de 73
ANTIGUA ALIANZA, 3
La elección y las promesas están garantizadas y ratificadas por una
Alianza. Israel será el pueblo de la Alianza. No es un pacto entre
iguales: Dios no lo necesita y toma la iniciativa. Pero se compro-
mete por un pacto en el que exige como contrapartida la fidelidad
de su pueblo. Los profetas anunciarán una nueva alianza, que
culminará en Jesús de Nazaret.
La Alianza lleva consigo la Ley: normativa que
el pueblo ha de cumplir para mantener su pacto
con Dios. El monoteísmo será la primera verdad
de la fe de Israel. La Ley (Pentateuco) no tiene
sólo su aspecto de norma, sino también el de
“intervención salvadora de Dios”.
19
20. 27/08/2010
SE 58 de 73
ANTIGUA ALIANZA, 4
Después de Moisés, también historia salvífica.
Contada en los libros históricos, desde Josué
hasta los Macabeos, es una historia santa, mar-
cada por la continua intervención de Dios en
las vicisitudes de su pueblo. Es historia sagrada.
En la historia de la salvación, Dios toma siempre la iniciativa para
llamar o elegir a los hombres que van a colaborar en sus designios.
Yahvé es el rey de su pueblo. Ya asentado en la tierra de Canaán,
el pueblo, por influjo de los pueblos vecinos, desea tener un rey.
Yahvé le hace ver los inconvenientes de la Monarquía. No cambian
de parecer y Dios accede a su petición. El rey será un “lugarte-
niente” de Dios. Como Ungido de Yahvé se convierte en una per-
sona sagrada e inviolable.
SE 59 de 73
ANTIGUA ALIANZA, 5
David será siempre recordado como el rey ideal de
los israelitas. Sus sucesores serán los ungidos de
Yahvé. David decide edificar un Templo a Yahvé y
Dios le promete, a través del profeta Natán, que de
su estirpe saldrá el Mesías.
Salomón llevó a término el proyecto de su padre e inició la constru-
cción del Templo hacia el año 970 a. C. Este Templo fue destruido
por Nabucodonosor en el año 586 a, C. (deportación a Babilonia).
Después del destierro, reconstrucción más pobre que finaliza en el
515 a. C. Entre los años 20-19 a. C., Herodes el Grande inició las
obras de reconstrucción parcial y embellecimiento del Templo. En
el año 70 de nuestra era, fue completamente destruido por Tito.
SE 60 de 73
ANTIGUA ALIANZA, 6
Los profetas, movidos por el Espíritu de Yahvé, se enfrentaron mu-
chas veces contra la infidelidad de los reyes, con duras amenazas.
Sus predicciones se cumplieron, y los reyes de Israel (Reino del
Norte) y de Judá (Reino del Sur) serán deportados y el pueblo exi-
liado. Los profetas dejaron entrever siempre la luz de una esperanza
de salvación y presentan la futura venida de un nuevo Reino de Dios.
El mesianismo surge en el seno del judaísmo: a
partir del Exilio, los escritores “releyeron” textos
anteriores en sentido mesiánico. Entre los católi-
cos y judíos actuales, se admite la promesa me-
siánica ya desde la profecía de Natán a David,
hacia el año 1000 a. C. Se considera que el me-
sianismo es la columna vertebral del AT.
20
21. 27/08/2010
SE 61 de 73
ANTIGUA ALIANZA, 7
Los libros del AT que los judíos llamaron Escritos o Ketubim, y
que nosotros llamamos sapienciales, vienen a completar la prepa-
ración de la llegada del Evangelio. Desarrollan los contenidos de
la recta conducta del hombre ante Dios y con los demás hombres,
no ya como normas morales, sino como reflexiones religiosas.
En el libro del Sirácida (Eclesiástico) se identifica Ley y
Sabiduría: la Ley es la plenitud de la Sabiduría. El sabio
no extrae ya su doctrina de la experiencia y observación
cotidianas, sino de los textos sagrados del AT.
Se entiende la sabiduría tanto como cualidad sobrenatu-
ral como cualidad natural: instrumento idóneo de Israel
para el diálogo con los gentiles.
SE 62 de 73
NUEVA ALIANZA, 1
Toda la historia bíblica es una historia de salvación. El mensaje
de salvación en Jesucristo llega gradualmente a través de la
Antigua Alianza: el AT es preparación evangélica. El NT nos
ofrece la verdad definitiva de la revelación divina. Tiene como
argumento central a Jesucristo y el inicio de la Iglesia bajo el
impulso y acción del Espíritu Santo.
Las promesas del AT se han cumplido en y por
Cristo y sobrepasan “la posesión de la tierra”
para apuntar al Reino de Dios en el NT. El Reino
ha venido con Cristo. Los efectos de la Nueva
Alianza son muy superiores a los de la Antigua.
Dios habita entre los hombres y pone en sus cora-
zones su espíritu. Alcanza a todas las naciones.
SE 63 de 73
NUEVA ALIANZA, 2
Se revela la Nueva Ley: Ley de Cristo, ley de liber-
tad, ley de la caridad, inscrita en el corazón del
hombre por el Espíritu Santo. La ley mosaica es el
pedagogo que nos lleva a Cristo. El antiguo pueblo
de Dios será sustituido por el nuevo, la Iglesia de
Jesucristo.
El Reino de Dios se incoa con la primera venida de Cristo en la
humildad de la carne, con la que se realiza la Redención del
género humano, y se instaurará definitivamente tras su segunda
venida o Parusía.
Jesucristo es el Mesías anunciado por los profetas. Dios concreta
las promesas en David y sus descendientes: el Hijo de David será
el Mesías (Ungido de Yahvé), el Libertador, el Redentor.
21
22. 27/08/2010
SE 64 de 73
NUEVA ALIANZA, 3
Los Evangelios son el corazón de todas las Escritu-
ras. A los tres primeros (Mt, Mc, Lc) se les llama
sinópticos (griego: sinopsis) porque se pueden abar-
car con una sola mirada. La palabra evangelio es
transliteración del griego euangelion, que significa
Buena Noticia y hace referencia a las promesas del
AT cumplidas en Jesús de Nazaret.
Jesús tiene un conocimiento de los misterios de Dios, del modo de
actuar divino, del Reino de los Cielos y del más allá, como nadie
antes lo había manifestado. Se atribuye poderes y cualidades y exi-
ge de los hombres una adhesión a sí mismo que son sólo propios
de Dios. Da explicaciones de la Ley de Moisés con la misma auto-
ridad de Yahvé, aclarando el verdadero espíritu de ésta.
SE 65 de 73
NUEVA ALIANZA, 4
Jesús va corroborando sus enseñanzas y la veracidad de cuanto dice
con muchos milagros. Elige a sus doce apóstoles y les explica con
mas detenimiento su doctrina y la significación de muchos de sus
hechos. A partir de la confesión de San Pedro en Cesarea de Filipo
el relato se centra en el camino que Jesús recorre hasta su Muerte
en Jerusalén y su Resurrección, episodios más sobresalientes del
final de la vida de Jesucristo. Envío de los Apóstoles a evangelizar.
El libro de los Hechos presenta la salvación en
Jesucristo a través de la Iglesia. Ésta es católica
(universal) desde su nacimiento. Lucas nos ofre-
ce el panorama de la vida naciente de la Iglesia
como instrumento universal de salvación.
SE 66 de 73
NUEVA ALIANZA, 5
Pablo pertenece a dos mundos: el griego y el judío. La fe en Cristo
muerto y resucitado, como único camino de salvación, es en las
“Grandes Epístolas” (Gal, 1 y 2 Cor, Rm) tema de confrontación
con las otras dos vías salvíficas propuestas hasta entonces: la Ley
de los judíos y la Sabiduría de los griegos. Las “Cartas de la Cau-
tividad” (Fil, Filemón, Col, Ef) profundizan en el ser de Jesús: su
existencia divina eterna, su venida al mundo, su humillación hasta
la muerte en la cruz, su exaltación como Señor, su mediación en la
obra de la creación y salvación, y la comunidad de salvación, la
Iglesia.
La noción de salvación es fundamental en las “Cartas Pasto-
rales” (1 y 2 Tim y Tito). A Dios se le nombra como el Sal-
vador que quiere que todos los hombres se salven y lleguen
al conocimiento de la verdad.
22
23. 27/08/2010
SE 67 de 73
NUEVA ALIANZA, 6
Las “Cartas Católicas” (Sant, 1 y 2 P, 1, 2 y 3 Jn, Jud)
son modelos de exhortación cristiana primitiva. Conte-
nido: testimonio de fe y mensaje salvífico en un am-
biente de creyentes; exhortación a la vigilancia ante
las desviaciones doctrinales y morales; espera de la
Venida del Señor.
El Apocalipsis ilumina la figura de Jesucristo glorioso, de su
Esposa, la Iglesia triunfante, y exhorta a la esperanza en la
vida eterna. Recoge la tensión escatológica del NT y en parti-
cular del corpus paulino, pero inserta en un nuevo género lite-
rario, que se divulgó en los siglos que rodean la era cristiana.
Juan califica a su libro como profecía: la historia se ve como
una llamada a la conversión y a la esperanza.
SE 68 de 73
VIDA DE LA IGLESIA, 1
En la vida de la Iglesia, la Biblia ocupa un lugar
importantísimo. Son libros inspirados que
recogen la Palabra de Dios, dirigida en el
tiempo presente a la Iglesia y al mundo entero.
La mayor parte de los problemas (teológicos, canónicos y bíblicos)
que afronta el diálogo ecuménico se relaciona con la interpreta-
ción de los textos bíblicos.
La exégesis bíblica está llamada a contribuir de manera eficaz
en la tarea ecuménica, aunque no pretende resolver por sí sola
todos los problemas.
SE 69 de 73
VIDA DE LA IGLESIA, 2
La liturgia es el lugar privilegiado, no el único, en el que los fieles
se acercan a los Libros Sagrados. Desde los comienzos de la Iglesia
su lectura ha formado parte de la liturgia cristiana. En la Santa Misa,
la liturgia de la Palabra comprende “los escritos de los profetas”
(AT), “las memorias de los apóstoles” (sus cartas) y los Evangelios.
En la liturgia Cristo está “presente en su palabra,
porque es Él mismo quien habla cuando las Sa-
gradas Escrituras son leídas en la Iglesia” (Sa-
crosanctum Concilium 7).
El Salterio es el libro en el que la Palabra de
Dios se convierte en oración del hombre. Li-
turgia de las Horas.
23
24. 27/08/2010
SE 70 de 73
VIDA DE LA IGLESIA, 3
El estudio científico de la Biblia no puede aislar-
se de la investigación teológica, ni de la expe-
riencia espiritual, ni del discernimiento de la
Iglesia. La Exégesis produce sus mejores frutos
cuando se hace en el contexto de la fe viva de la
comunidad cristiana, orientada hacia la salvación
del mundo entero.
La reflexión teológica es reflexión sobre el dato revelado, que se
contiene en la gran Tradición de la Iglesia (Escritura y tradición
oral) custodiada por el Magisterio. En este sentido se dice que
la Sagrada Escritura es el alma de la Teología.
SE 71 de 73
VIDA DE LA IGLESIA, 4
La Lectio divina está testimoniada como práctica en el ambiente mo-
nástico desde épocas muy tempranas. Se trata de la lectura, individual
o comunitaria, de un pasaje de la Escritura, que se desarrolla luego ba-
jo la moción del Espíritu Santo en oración, meditación y contempla-
ción. En el pueblo cristiano han surgido a lo largo de los siglos nu-
merosas iniciativas para una lectura individual y comunitaria.
La enseñanza y explicación de la doctrina cristiana
(catequesis) tiene como primera fuente la Sagrada
Escritura. La presentación de los Evangelios debe
hacerse de modo que provoque un encuentro con
Cristo, que da la clave de toda la revelación bíblica
y transmite la llamada de Dios, llamada de amor a
la que cada uno debe responder personalmente.
SE 72 de 73
VIDA DE LA IGLESIA, 5
La predicación sacerdotal no debe exponer la Pala-
bra de Dios sólo de modo general y abstracto, sino
aplicar a las circunstancias concretas de la vida la
verdad perenne del Evangelio. Se trata de iluminar
las lecturas bíblicas como Palabra de Dios.
La Palabra de Dios trasciende las culturas en las cuales se expresa,
y tiene la capacidad de propagarse en todas ellas, de modo que pueda
llegar a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. La prime-
ra etapa de la inculturación es la traducción a otra lengua de la Biblia.
La luz de la Palabra de Dios permite seleccionar lo que aportan las
culturas, para rechazar los elementos dañinos y favorecer el de-
sarrollo de los aspectos válidos.
24
25. 27/08/2010
SE 73 de 73
VIDA DE LA IGLESIA, 6
En la vida corriente de un cristiano, la Sagrada Escritura es un re-
ferente fundamental, donde encuentra de modo vivo y verdadero
al Dios en quien cree, para alimentar su vida espiritual. La Iglesia
ha recomendado, siempre y con insistencia, a todos los bautizados
la lectura frecuente de la Biblia para que adquieran la ciencia su-
prema de Jesucristo, ya que desconocer la Escritura es desconocer
a Cristo.
“Al abrir el Santo Evangelio, piensa que lo que allí
se narra -obras y dichos de Cristo- no sólo has de
saberlo, sino que has de vivirlo. (...) Toma el Evan-
gelio a diario, y léelo y vívelo como norma concre-
ta. - Así han procedido los santos” (San Josemaría,
Forja 754).
Resumen: Compendio del Catecismo, n. 6 - 24.
25