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ME 1 de 141
ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 1
Moral fundamental: principios o fundamentos del actuar ético
(juzgar cuándo los actos son buenos o malos).
Moral especial: materia y temas concretos en los que el hombre y
la mujer han de vivir moralmente.
1600 separación Dogmática y Moral: 1) para
1600:
iluminar más de cerca la conducta de los cris-
tianos; 2) para ayudar a los sacerdotes a
instruir y orientar a los fieles en la confesión.
Unos autores estructuran la moral especial sobre el esquema del De-
cálogo, otros en torno a las virtudes, otros siguiendo el esquema
“Moral de la Persona” - “Moral Social”. Aquí: Decálogo y virtudes.
ME 2 de 141
ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 2
Tres objetivos de la Moral Especial
1 Mostrar que las exigencias morales de los Diez Mandamien-
tos no son un añadido a la persona: no son impuestas por la
sociedad, ni por los padres o maestros, ni por la Iglesia o sus
ministros, sino que nacen de la propia vocación personal,
pues el hombre es un ser moral por naturaleza.
Enseñar que la conducta moral posibilita que el hombre y la
2
mujer se comuniquen amistosamente con Dios.
Enseñar que la conducta moral es un elemento imprescin-
3 dible para que exista una convivencia armoniosa entre los
hombres.
Vida moral: ámbito natural en el que la persona se perfecciona a sí
misma, vive en comunión con Dios y logra la paz entre los hombres.
ME 3 de 141
ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 3
CCE 2070 “Los diez mandamientos pertenecen a la revelación de
2070:
Dios. Nos enseñan al mismo tiempo la verdadera humanidad del
hombre. Ponen de relieve los deberes y, por tanto, indirectamente,
los derechos fundamentales, inherentes a la naturaleza de la perso-
na humana. El Decálogo contiene una expresión privilegiada de
la ley natural”.
Jesús lleva a la perfección la Ley antigua.
Algunos cambios: condena no sólo la muerte del
inocente, sino la simple injuria e irritación, y no
sólo el adulterio, sino el pensamiento contra la
virtud de la castidad; corrige la ley del Talión en-
señando devolver bien por mal; condena el aborre-
cimiento al enemigo enseñando a amarlo; etc..
1
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ME 4 de 141
ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 4
CCE 1717 “Las bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y
1717:
describen su caridad; expresan la vocación de los fieles asociados a
la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y
las actitudes características de la vida cristiana; son promesas para-
dójicas que sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a
los discípulos las bendiciones y las recompensas ya incoadas; que-
dan inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos”.
Los Mandamientos explicitan la ley
natural. Las Virtudes capacitan para
discernir y elegir lo más acertado, y
hacerlo con satisfacción.
ME 5 de 141
ESTRUCTURA MORAL ESPECIAL, 5
Reverso de una existencia cristiana
Ateísmo: para el “a-teo” Dios no existe. No es un fenómeno origi-
nal, sino originado: hasta el punto de que entre los datos que la pa-
leontología usa para distinguir entre restos humanos o de animal,
concluye que se trata de un ser humano si, junto a ellos, se encuentra
algún elemento de culto.
Agnosticismo: afirma que la inteligencia humana no puede demos-
trar ni negar la existencia de Dios o, simplemente, prescinden de El
en su vida. Su vicio inicial: escasa confianza en la razón.
Relativismo: si todo es relativo, no hay respuestas definitivas.
Secularismo: trata de organizar el mundo y las estructuras sociales al
margen de Dios. Moral cristiana: ni clericalismo ni secularismo.
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PRIMER MANDAMIENTO, 1
Los diez mandamientos se dividen en “dos tablas”: los tres
primeros referidos a Dios y los siete restantes referidos a la con-
ducta de la propia persona y su relación con los demás.
Jesús precisa: “Amarás al Señor tu
Dios con todo el corazón, con toda
tu alma y con toda tu mente. Éste es
el mayor y el primer mandamiento.
El segundo es semejante a éste: ama-
rás a tu prójimo como a ti mismo. De
estos dos mandamientos penden toda
la Ley y lo Profetas” (Mt 22, 37-40).
Mt 37-40
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ME 7 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 2
“Dar gloria a Dios” equivale a aceptar su grandeza y a adorarle. El
hombre da gloria a Dios cuando cree en Él, si pone en Él toda su
confianza y si le ama sobre todas las cosas; es decir, cuando vive
la fe, la esperanza y la caridad. El primer mandamiento (amar a
Dios sobre todas las cosas) abarca estas tres virtudes.
Es Dios mismo quien infunde en
el alma del cristiano, en el bautismo,
estas virtudes “teologales”.
La fe, la esperanza y la caridad crean
una especial comunión de vida con
Dios y con el prójimo.
ME 8 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 3
CCE 155 “Creer es un acto del entendimiento que asiente a la
155:
verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios me-
diante la gracia”.
Deberes con la fe
- Responder a la llamada de Dios: diálogo entre Dios que lo inicia
y el hombre que responde libremente; - Creer todas las verdades
que se encuentran en el Credo, con fe divina y católica los dogmas,
y firmemente las verdades propuestas de modo definitivo por el
Magisterio; - Conservar la fe: enriquecerla mediante la oración y la
recepción de los sacramentos; - Ilustrar la fe: esforzarse en enten-
der lo que se cree (ni fideísmo -renunciar a la razón-, ni fanatismo
religioso); - Defender la fe; - Comunicar la fe: mandato de Jesús.
ME 9 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 4
Pecados contra la fe
- Duda: voluntaria o involuntaria.
- Incredulidad: menosprecio de la verdad
revelada.
- Herejía: cuando no solamente se defiende
un error contra la fe, sino que se desobedece
la advertencia de la jerarquía.
- Apostasía: el que abandona e impugna la fe
que había profesado.
- Cisma: separación de la Iglesia católica y
rechazo de la autoridad y obediencia al Papa.
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ME 10 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 5
Esperanza
CCE 2090 “Cuando Dios se revela y llama
2090:
al hombre, éste no puede responder plena-
mente al amor divino por sus propias fuerzas.
Debe esperar que Dios le dé la capacidad de
devolverle el amor y de obrar conforme a los
mandamientos de la caridad. La esperanza es
aguardar confiadamente la bendición divina
y la bienaventurada visión de Dios; es tam-
bién el temor de ofender el amor de Dios y
de provocar su castigo”.
San Josemaría: “La esperanza no me separa de las cosas de esta
tierra, sino que me acerca a esas realidades de un modo nuevo”
(Amigos de Dios 305
Amigos 305).
ME 11 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 6
Pecados contra la esperanza:
- por defecto, desesperación;
- por exceso, presunción.
Fe y esperanza son dos virtudes
distintas, pero tienen entre sí una
gran afinidad y cercanía:
- Tener fe supone también tener confianza en Dios y mantener la
esperanza de que se alcanzará la vida eterna;
- La esperanza en Dios requiere la fe en Él, pues se está seguro de
que Dios siempre es fiel a su palabra y mantiene sus promesas;
- Por ello, la fe integra la esperanza y ésta supone la fe.
ME 12 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 7
La caridad es la virtud teologal por la que se ama a Dios, sumo bien
y a los hombres por Dios.
Los griegos distinguían entre “éros” (amor sensi-
ble), “filía” (amor afectivo-sentimental) y “agápe”
(estima y preferencia totalmente desinteresadas
que pueden existir entre las personas).
El término “agápe” se tradujo por “caritas”. Signi-
fica el amor superior: se emplea cuando se dice
que “Dios es amor”, cuando se menciona el amor
de los esposos, y con él se designa el amor de Dios
a los hombres y el amor con que el hombre debe
amar a Dios.
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ME 13 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 8
La moral cristiana es la “moral del amor”.
Sus preceptos se reducen a uno solo: amar
(a Dios y al prójimo).
Col 3, 14 la caridad “es el vínculo de la
14:
perfección”.
1 Jn 3, 11. 18 “El mensaje que habéis recibido es éste: que nos
18:
amemos unos a otros (...). Hijos, no amemos de palabra ni con
la boca, sino con obras y de verdad”.
1 Cor 13, 13 “Ahora perduran estas tres virtudes: la fe, la esperanza
13:
y la caridad; pero la más excelente de ellas es la caridad”.
ME 14 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 9
Pecados contra el amor a Dios
- Indiferencia (se descuida o se rechaza el
amor con Dios); - Ingratitud (no se reconoce
el amor que Dios nos tiene o no se le devuel-
ve ese amor); - Tibieza (se trata con negli-
gencia y descuido las cosas referentes a Dios);
- Acedia (pereza espiritual: desecha el gozo de
la entrega a Dios, se siente tristeza en seguirle);
- Odio a Dios (razón última: orgullo, ocasión:
suele ser el hecho de que Dios condene el peca-
do y lo castigue); - Odio al prójimo (supone un
agravio directo a Dios, se incluyen murmura-
ción, crítica, etc.); - Escándalo (falta grave
cuando por acción u omisión se induce delibe-
radamente a otro a pecar).
ME 15 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 10
Virtud de la religión: “Es la virtud que postula y exige que se dé
a Dios el culto debido” (II-II, q. 81, a. 5
II- 5).
La razón para dar culto a Dios es doble:
Por parte del hombre:
Por parte de Dios: a el culto es la acepta-
causa de su inmensa ción agradecida hacia
grandeza (se manifies- esa inmensa grandeza.
ta en la creación). El Lleva a constatar que
culto es el reconoci- nuestra existencia es
miento de la majestad don de Dios al cual
creadora divina. retornaremos al final
de la vida terrena.
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ME 16 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 11
Triple etimología de la palabra “religión”, según los autores:
1 Religare (atar): el hombre religioso es un ser estrechamen-
te unido (“religado”) a Dios.
2 Reeligere (re-elegir): el hombre religioso es aquel que en
su existencia siempre elige a Dios, al cual ama sobre todas
las cosas.
3 Relegere (re-leer): la condición racional del hombre le
permite interpretar (“leer”) las incógnitas de la existencia
desde Dios.
Esa triple etimología permite ver hasta qué punto la religión da
sentido a la vida del hombre.
ME 17 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 12
Actos de la virtud de la religión: adoración, desagravio, acción de
gracias y petición.
Adoración
El AT abunda en invitaciones a que se adore
al Señor y se le dé culto. Para Jesús, los verda-
deros adoradores adorarán al Padre en espíritu
y en verdad (Jn 4, 23-24). Invita a sus discípu-
Jn 23-24
los a que adoren al Padre (Lc 4, 8 y Él mis-
Lc 8),
mo es adorado por sus discípulos (Lc 5, 8-9).
Lc 8-
Los Apóstoles confiesan la gloria de Dios
(1 P 4, 11 “En todo sea Dios glorificado por
1 11:
Jesucristo. Para Él es la gloria y el poder por
los siglos de los siglos”). El Apocalipsis reme-
mora el culto a Dios y a Jesucristo en términos
solemnes (Ap 15, 3-4).
Ap 3-
ME 18 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 13
Desagravio
Al reconocer la grandeza de Dios y adorarle, el hombre reconoce
sus pecados y siente la necesidad de desagraviar por ellos. El de-
sagravio por los propios pecados es una práctica generalizada en
el AT y el NT.
Jesús inicia su predicación con la llama-
da a la conversión y a la penitencia
(Mt 4, 17 El Bautista le presenta como
Mt 17).
“el cordero de Dios que quita el pecado
del mundo” (Jn 1, 29
Jn 29).
Jesús advierte a menudo acerca de la necesidad de hacer penitencia.
Encarga a los Apóstoles que “prediquen en su nombre la penitencia
para la remisión de los pecados a todas la naciones” (Lc 24, 47
Lc 47).
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7. 03/09/2010
ME 19 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 14
Acción de gracias
Cuando el hombre descubre la grandeza de Dios, se reafirma en que
todas sus cosas son un don divino, por lo que entona un himno de
acción de gracias.
En el AT frecuentes acciones de gracias: cánticos de Moisés
(Ex 15, 1-20 de Débora y Baraq (Jue 5 de David (2 Sam 22,
Ex 1-20), Jue 5), 2
2-51 etc.. En el NT: Magnificat, cántico de Simeón...
51),
Diversas acciones de gracias de Jesús: resurre-
cción de Lázaro (Jn 11, 41 al Padre que “haya
Jn 41),
ocultado aquellas cosas a los sabios y prudentes
y las haya revelado a los humildes” (Lc 10,21
Lc 10,21)...
También acciones de gracias en los escritos de
los Apóstoles. Eucaristía.
ME 20 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 15
Oración de petición
Mt 7, 7 “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os
7:
abrirá. Porque quien pide recibe, quien busca halla y a quien
llama se le abre”.
Muchos testimonios de oración de peti-
ción en el AT (Abraham a favor de
Sodoma y Gomorra, Moisés por el
pueblo, Salmos, etc.).
Jesús pide al Padre que envíe el Espíritu
Santo (Jn 14, 16 “que les guarde en mi
Jn 16),
nombre” (Jn 17, 6-9), “que sean uno
Jn 6-
como nosotros” (Jn 17, 11 etc..
Jn 11),
ME 21 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 16
La llamada de Dios es individual y la respuesta del hombre es
personal. Pero se expresan también con manifestaciones públicas:
porque el hombre es un ser social por naturaleza, y por la índole
propia de la religión que se manifiesta en ritos, costumbres, insti-
tuciones, fiestas, etc., que atañen a la entera sociedad.
Esta dimensión social de la religión requiere que
sea aceptada y protegida por el poder político.
Cabe que la Constitución de una nación se decla-
re “laica” (no reconoce oficialmente ninguna re-
ligión concreta), pero la sociedad debe acoger,
favorecer y ayudar a que los individuos puedan
desarrollar sus derechos, entre ellos el de dar
culto a Dios también públicamente. Defender
la “libertad religiosa”.
7
8. 03/09/2010
ME 22 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 17
El Estado laico no profesa oficialmente ninguna religión,
pero debe favorecer el culto privado y público de los
ciudadanos, bien se manifieste individualmente o en
grupo.
El Estado laicista suele adoptar posturas beligerantes
e incluso hostiles contra los grupos religiosos, lo cual se
opone a los derechos fundamentales de los ciudadanos.
ME 23 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 18
Pecados contra la virtud de la religión
Por defecto (no se cumplen los preceptos
relativos al culto debido a Dios): ateísmo,
agnosticismo, apostasía, herejía, dudas vo-
luntarias, indiferentismo, alistarse a la ma-
sonería (recordado en 1983 por la Sagrada
Congregación de la Doctrina de la Fe).
Por exceso (se hace un uso indebido del
culto divino): idolatría, superstición, adi-
vinación, magia.
ME 24 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 19
Para evitar el riesgo de politeísmo de los pueblos
vecinos, Dios prohibió que se le representase con
cualquier tipo de imagen (Dt 4, 15-16). Pero desde
Dt 15-16
que Dios se encarna y se hace hombre, tal peligro
desaparece. La Iglesia admite y fomenta que los
misterios cristianos se representen en imágenes.
La herejía iconoclasta que apareció en el siglo VIII
fue condenada por el II Concilio de Nicea (787
787),
que propone que los fieles veneren las imágenes de
la Trinidad, Cristo, la Virgen y los Santos.
San Basilio: “el honor de la imagen se dirige al
original” (De Spiritu Sancto 18, 45, PG 32, 149
De 149).
8
9. 03/09/2010
ME 25 de 141
PRIMER MANDAMIENTO, 20
Ante la majestad divina, el hombre
se postra en actitud de profunda y
total adoración. Pero sólo adora el
que admira, y sólo son capaces de
descubrir la admiración las personas
humildes (pobres o ricos): buscan
respuesta a las preguntas últimas de
la existencia humana y concluyen
que sólo en Dios se encuentra la
respuesta adecuada.
Después de descubrir el camino, es
preciso recorrerlo: la humildad debe
acompañar la obediencia.
ME 26 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 1
Ex 20, 7 “No tomarás el nombre del Señor, tu
7:
Dios, en falso, pues el Señor no dejará impune
al que tome su nombre en falso” (cfr. Dt 5, 11
11).
Mt 5, 33-34 “Habéis oído que se dijo a los an-
33-34:
tepasados: No perjurarás, antes cumplirás al
Señor tus juramentos. Pues yo os digo que no
juréis en modo alguno”.
Designar el “nombre” es referirse a la persona que lo ostenta, por lo
que el nombre de “Dios” evoca la misma persona divina. CCE 21432143:
“El nombre de Dios es santo. Por eso el hombre no puede usar mal
de él. Lo debe guardar en la memoria en un silencio de adoración
amorosa”.
ME 27 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 2
Dios es sagrado e introduce al hombre en el ámbi-
to de lo “sacro” o “sagrado”. Lo “sacro” caracteri-
za aquellas realidades que participan de algún modo
de la santidad de Dios, en razón de que se dedican
a Él “consagrándose” a su culto o servicio.
Existen cosas sagradas (cálices, templos dedicados
al culto divino,...) y personas sagradas porque se
consagran al servicio de Dios y de la Iglesia.
Pero la categoría de “sagrado” corresponde más
directamente a los sacramentos y de forma singu-
lar a la Eucaristía.
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10. 03/09/2010
ME 28 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 3
Lo opuesto a “sagrado” es lo “profano”
Hubo épocas en las que se
“sacralizaron” realidades que Hay épocas en las que parece
en sí mismas son profanas. que se quiere borrar todo ám-
Con rigor el mundo, la ciencia, bito de lo sagrado, hasta pre-
la técnica y las diversas insti- tender “desacralizar” todo.
tuciones sociales son profanas.
La “secularización” es pertinente cuando se refiere a realidades en
sí mismas “profanas”. En cambio si se defiende una secularización
absoluta, se corre el riesgo de acabar en el “secularismo”, el cual
rechaza toda referencia a Dios. Jean Guitton “Una de las cosas
Guitton:
importantes hoy es trabajar por la regeneración del sentido de lo
sagrado” (Memoria de un siglo
Memoria siglo).
ME 29 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 4
Jurar es tomar a Dios por testigo de la verdad. San Agustín “jurar
Agustín:
es devolver a Dios el derecho que tiene a toda verdad” (Sermón
Sermón
180 Santo Tomás “el hombre, al jurar poniendo a Dios por testi-
180). Tomás:
go, confiesa la excelencia superior de Dios cuya verdad es infalible
y su conocimiento universal. Por lo que tributa a Dios de alguna
manera reverencia” (II-II, q. 89, a. 4
II- 4).
Jesús condenó la práctica abusiva del pueblo judío
de su tiempo (jurar sin necesidad y sin cumplir).
Juramento asertorio y juramento promisorio.
Válido: intención y fórmula debida. Licitud: con
justicia, con necesidad y con verdad.
ME 30 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 5
Voto es la promesa deliberada y libre hecha a Dios de un bien
posible y mejor que su contrario.
El voto se emite en honor a Dios (se puede hacer bajo la inter-
cesión de la Virgen o de tal santo). Validez: que se delibere con
libertad plena acerca de lo que se promete; es necesario que el
que lo emite pueda cumplirlo a su tiempo. Se hace voto de rea-
lizar algo que en sí es óptimo.
El voto supone un compromiso serio con Dios, lo
cual origina la obligación grave de cumplirlo. Las
promesas son algo que se promete hacer en honor
de Dios por haber obtenido o para alcanzar de Él
alguna gracia especial. “En algunos casos, la Iglesia
puede, por razones proporcionadas, dispensar de
los votos y las promesas” (CCE 2103
CCE 2103).
10
11. 03/09/2010
ME 31 de 141
SEGUNDO MANDAMIENTO, 6
Pecados contra el segundo mandamiento
1. Abusar del nombre de Dios;
2. Blasfemia: injuria directa de
pensamiento, palabra u obra
contra Dios y los santos;
3. Sacrilegio: profanación o
lesión de una persona, cosa o
lugar sagrado (especialmente
grave la recepción de la Eu-
caristía en pecado mortal);
4. Perjurio; 5. Incumplimiento
de los votos.
ME 32 de 141
TERCER MANDAMIENTO, 1
Ex 20, 8 “Recuerda el día del sábado, para
8:
santificarlo. Durante seis días trabajarás y
harás tus tareas. Pero el día séptimo es sába-
do, en honor del Señor, tu Dios. No harás
trabajo alguno” (cfr. Dt 5, 12-13).
12-13
Al principio los cristianos judíos guardaban el sábado y, al mismo
tiempo, celebraban también la Eucaristía el “primer día de la se-
mana” (domingo). Desde finales del siglo I hay noticias de que
habían abandonado la práctica del sábado y celebraban sólo el
domingo.
ME 33 de 141
TERCER MANDAMIENTO, 2
Sacrosanctum Concilium (Vaticano II) y Dies Domini (Juan Pablo II)
1. El origen del domingo es de tradición apostólica y enlaza con el
mismo día de la Resurrección.
2. Es un día dedicado a que los bautizados recuer-
den su vocación, para que den gracias por haber
sido salvados y a que se empleen en la instrucción
religiosa y en la plegaria cristiana, especialmente
en la participación de la Eucaristía.
3. Es la fiesta primordial del calendario cristiano, día dedicado a la
piedad y a la alegría cristiana.
4. Para cumplir esos objetivos, se ha de dedicar al descanso.
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12. 03/09/2010
ME 34 de 141
TERCER MANDAMIENTO, 3
CIC 1247 “El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles
1247:
tienen obligación de participar en la Misa, y se abstengan además
de aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios,
gozar de la alegría propia del día del Señor o disfrutar del debido
descanso de la mente y del cuerpo”.
Asistir a la Santa Misa: “los que deli-
beradamente faltan a esta obligación
cometen un pecado grave” (CCE 2181
CCE 2181).
Descanso: prohibición de lo que impide
dar culto a Dios, vivir la alegría cristia-
na u obstaculiza el debido descanso de
la mente y del cuerpo (cfr. CCE 2185
2185).
ME 35 de 141
TERCER MANDAMIENTO, 4
Mandamientos de la Iglesia
Facilitan a los fieles que vivan las exigencias cristianas
1. Obligación de oír Misa los domingos y fiestas de precepto.
2. “Todo fiel que haya llegado al uso de razón, está obligado a
confesar fielmente sus pecados graves al menos una vez al año”
(CIC 989
CIC 989).
3. Comulgar por la Pascua de Resurrección.
4. Ayuno el miércoles de ceniza y el viernes
santo. Abstinencia los viernes de cuaresma.
5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
ME 36 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 1
Primer mandamiento de la “segunda tabla”:
de los siete que se concretan en el “amor al
prójimo”.
Ex 20, 12 “Honra a tu padre y a tu madre,
12:
para que se prolonguen tus días sobre la
tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar”
(cfr. Dt 5, 16
16).
Este primer mandamiento de la segunda tabla es la práctica del amor
en el ámbito de la familia. Ello indica el orden de la caridad que se
inicia con aquellos “prójimos” que están más “próximos”: esposos,
hijos, padres, hermanos, abuelos, tíos, etc.. Por extensión, se estudia
también la relación con las autoridades (maestros, gobernantes, etc.).
12
13. 03/09/2010
ME 37 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 2
La familia es una institución natural. La constitución somática y
psíquica del hombre y de la mujer están no sólo orientados el uno
al otro, sino que tienden a formar una pareja estable. La poligamia
y el divorcio no son fenómenos originarios, sino originados.
Mc 10, 5-9: “Al principio de la creación los
5-
hizo Dios varón y hembra; por eso dejará el
hombre a su padre y a su madre, y serán los
dos una sola carne. De manera que no son
dos, sino una sola carne. (...) Lo que Dios
unió, no lo puede separar el hombre”.
El matrimonio es uno e indisoluble: “uno
con una y para siempre”.
ME 38 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 3
La primera familia cumple el proyecto
inicial de Dios: bendijo a Adán y Eva
y les dijo: “Creced y multiplicaos”
(Gn 1, 28 La bendición divina iba
Gn 28).
orientada a la procreación.
CCE 2205 “La familia cristiana es una comunión de personas, re-
2205:
flejo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu
Santo. Su actividad procreadora y educativa es reflejo de la obra
creadora de Dios. Es llamada a participar en la oración y el sacri-
ficio de Cristo. La oración cotidiana y la lectura de la Palabra de
Dios fortalecen en ella la caridad. La familia cristiana es evange-
lizadora y misionera”. “Iglesia doméstica”.
El matrimonio es para el hombre y la mujer una verdadera
vocación.
ME 39 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 4
Deberes de caridad de los esposos entre sí
Deben amarse como “Cristo ama a su Iglesia”.
Los esposos deben conservar, fomentar
y aumentar el amor humano. Siempre,
pero sobre todo cuando el amor humano
decrece, los esposos han de recurrir al
amor sobrenatural mediante la oración
y la recepción de los sacramentos.
Pueden pecar contra los deberes de caridad: - por omisión (si desa-
tienden el cuidado del afecto mutuo), - internamente (cuando fo-
mentan pensamientos y sentimientos contrarios a la caridad),
- externamente (cuando se insultan y no se respetan mutuamente).
13
14. 03/09/2010
ME 40 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 5
Deberes de justicia de los esposos entre sí
Primer deber de justicia: superar las dificultades que se pueden
presentar en la vida conyugal. Obliga a poner los medios adecuados
para custodiar la fidelidad conyugal.
Pecados más frecuentes de los esposos
contra la justicia: - Negarse a prestar
el débito conyugal; - No respetar a los
bienes propios patrimoniales; - No
respetar a otros bienes personales (la
intimidad psicológica, la vida religio-
sa personal, los derechos de concien-
cia y aquellos ámbitos de libertad co-
mo los gustos y aficiones personales,
los ideales políticos y culturales, etc.).
ME 41 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 6
Deberes de caridad de los padres para con los hijos
Deber fundamental: amarlos con amor
materno-paterno-filial. Siempre, pero
más en situaciones difíciles, los padres
tienen la obligación de rezar por sus hijos.
Un amor sin fortaleza es una caricatura de amor. Por eso, los
padres tienen obligación de educar a sus hijos y de corregirlos.
Por amor a los hijos, los padres pueden orientar y aconsejar la
vocación de sus hijos. Pero los padres no pueden entorpecer,
más aún deben facilitar la respuesta generosa del hijo a la vo-
cación divina, sin emplear la coacción.
ME 42 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 7
Deberes de justicia de los padres para con los hijos
La obligación más grave de los padres es la de educar a sus hijos.
Es un deber que no pueden delegar totalmente ni en el Estado, ni
en la sociedad, ni en la escuela, ni en la parroquia. Es un derecho-
deber esencial, original, primario, insustituible e inalienable.
Familiaris consortio 36 “El amor de los pa-
36:
dres se transforma de fuente en alma, y por
consiguiente, en norma, que inspira y guía toda
acción educativa concreta, enriqueciéndola
con los valores de dulzura, constancia, bondad,
servicio, desinterés, espíritu de sacrificio, que
son el fruto más precioso del amor”.
Los padres cuentan con la gracia de Dios.
14
15. 03/09/2010
ME 43 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 8
Obligaciones de los hijos para con los padres
Ex 20, 12 “Honra a tu padre y a tu madre...”. Muchos textos del
12:
AT recuerdan estas obligaciones. Ejemplos: “Guarda, hijo mío,
el mandato de tu padre y no desprecies la lección de tu madre”
(Prov 6, 20 “Quien honra a su padre expía sus pecados, como
Prov 20);
el que atesora es quien da gloria a su madre. Quien honra a sus
padres se regocijará en sus hijos” (Ecles 3, 2-3).
Ecles 2-
Ejemplo en el NT: “Hijos, obedeced a
vuestros padres en todo, que esto es grato
al Señor” (Col 3, 20
Col 20).
El cuarto mandamiento obliga también a los
hijos mayores de edad a amarlos y atenderlos.
ME 44 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 9
Familia y sociedad
La familia es la célula original de la sociedad.
De las buenas familias salen los mejores
ciudadanos, pues en el seno de la familia se
inicia la vida en sociedad. Deber de los
Estados es ayudar a la familia para que
cumpla con facilidad y éxito su misión edu-
cadora.
Las “parejas de hecho” desfiguran la relación hombre-mujer, con
el agravante de que se pretende identificar la familia, nacida del
matrimonio, con este tipo artificial de convivencia marital. Más gra-
ve cuando algunos Estados reconocen jurídicamente, en igualdad
de derechos, la familia matrimonial y esas parejas de convivencia.
ME 45 de 141
CUARTO MANDAMIENTO, 10
Deberes más urgentes de la comunidad política con las familias
1. Facilitar el ejercicio de la libertad para fundar un hogar, tener
hijos y educarlos de acuerdo con sus convicciones morales y re-
ligiosas; 2. Proteger la estabilidad del vínculo conyugal y de la
institución familiar; 3. Hacer posible la libertad de profesar su fe,
transmitirla, educar a sus hijos en ella, con los medios y las insti-
tuciones necesarias; 4. Garantizar el derecho a la propiedad pri-
vada, la libertad de iniciativa, de tener un trabajo, una vivienda
y el derecho de emigrar; 5. Legislar de forma que se proteja la aten-
ción médica, la asistencia de las personas mayores y de los subsi-
dios familiares; 6. Proteger la seguridad y la salud de los ciudadanos
y de modo especial evitar los peligros de la droga, la pornografía,
el alcoholismo, etc.; 7. Fomentar las asociaciones familiares y la
creación de entidades intermedias entre la familia y el Estado. (Cfr.
CCE 2211
2211).
15
16. 03/09/2010
ME 46 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 1
Ya la revelación del AT destaca en todo
momento el valor trascendente de la vida
humana: Caín y Abel (Gn 4, 10-11);
Gn 10-11
hombre creado para la vida (Sap 2, 22-23);
Sap 22-23
Dios es la fuente de la vida (Prov 14, 27
Prov 27);
etc.. En el NT sobresale aún más la valo-
ración de la vida: Jesús es Verbo de la vida
(1 Jn 1, 1 posee la vida desde la eternidad
1 1),
(Jn 1, 4 es la vida (Jn 14, 6 etc..
Jn 4), Jn 6),
SCDF, Donum vitae int., 5 “La vida humana es sagrada porque desde
5: sagrada,
su inicio es fruto de la acción de Dios y permanece siempre en una
especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor
de la vida desde el comienzo hasta su término; nadie en ninguna
nadie,
circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo
a un ser humano inocente
inocente”.
ME 47 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 2
Dada la importancia de la vida, es lógico que la bioética cristiana
empiece con la defensa de la capacidad procreadora del hombre
y de la mujer. De ahí, la condena de la esterilización. Ésta puede
ser directa o indirecta, física o química, temporal o perpetua.
Esterilización indirecta
Es la que sigue de una intervención quirúrgica o de terapias químicas
que es preciso llevar a cabo porque peligra la salud. Para la licitud
deben concurrir tres condiciones: 1) que el órgano produzca un daño
serio o sea una amenaza para el organismo; 2) que dicho daño no se
pueda evitar más que mediante la extirpación o anulación de dicho
órgano; 3) que la mutilación compense el bien que se espera alcanzar.
Razón de la licitud = principio de totalidad: es lícito eliminar un
miembro a favor de la salud de todo el cuerpo.
ME 48 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 3
Esterilización directa
Es la que tiene como objetivo eliminar un órgano reproductivo con
el fin de evitar la generación de una nueva vida.
La esterilización directa “queda absolutamente prohibida, inde-
pendientemente de la recta intención subjetiva de los agentes para
proveer la salud o para prevenir un mal físico o psíquico que se
prevé o se teme derivará en embarazo. Ciertamente está más gra-
vemente prohibida la esterilización de la misma facultad que la de
un acto, ya que la primera conlleva un estado de esterilidad, casi
siempre irreversible. Y la autoridad pública no puede invocar, de
ninguna manera, su necesidad para el bien común, porque sería
lesivo para la dignidad e inviolabilidad de la persona humana”
(SCDF, Sobre la esterilización (13.03.1975)
SCDF, (13.03.1975)).
16
17. 03/09/2010
ME 49 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 4
El inicio de una nueva vida es un misterio en el
que, junto a los esposos, Dios interviene con la
creación individual del alma. Tal grandioso ori-
gen empieza a desdibujarse desde el momento
en que esa acción creadora se convierte en un
artificio productor de vida: la vida se crea, no
se fabrica; es una persona, no un artilugio.
Donum vitae II, 1 “La tradición de la Iglesia y la reflexión antropo-
1:
lógica reconocen en el matrimonio y en su unidad indisoluble el
único lugar digno de una procreación verdaderamente responsable”.
La “procreación artificial” es la que se lleva a cabo separando el ac-
to conyugal y la fecundación. “Cuando la intervención técnica susti-
tuye al acto conyugal, es moralmente ilícita” (Donum vitae II, 6
Donum 6).
ME 50 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 5
La razón por la que la moral rechaza la fecundación artificial
asistida es porque desnaturaliza el acto conyugal, que encierra
dos realidades íntimamente relacionadas entre sí y que no pue-
den separase: la significación unitiva y la procreadora.
Fecundación o procreación artificial homóloga
- FIVET homóloga: técnica encaminada al logro de una concepción
humana mediante la unión in vitro (en el laboratorio) de gametos
de los esposos unidos en matrimonio.
- Inseminación artificial homóloga: técnica dirigida al logro de una
concepción humana mediante la transferencia a la vías genitales
de una mujer casada del semen previamente tomado del marido.
“Practicadas dentro de la pareja, estas técnicas son quizá menos
perjudiciales, pero no dejan de ser moralmente reprobables. Di-
socian el acto sexual del acto procreador” (CCE 2377
CCE 2377).
ME 51 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 6
Fecundación o procreación artificial heteróloga
- FIVET heteróloga: técnica encaminada a lograr una concepción
humana a través de la unión in vitro de gametos extraídos de al
menos un donador diverso de los esposos unidos en matrimonio.
- Inseminación artificial heteróloga: técnica dirigida a obtener
una concepción humana mediante la transferencia a las vías
genitales de la mujer del semen previamente recogido de un do-
nador diverso del marido.
“La fecundación artificial heteróloga es contraria a la unidad del ma-
trimonio, a la dignidad de los esposos, a la vocación propia de los
padres y al derecho de los hijos a ser concebidos y traídos al mun-
do en el matrimonio y por el matrimonio. (...) Constituye una viola-
ción del compromiso recíproco de los esposos y una falta grave
contra aquella propiedad esencial del matrimonio que es la unidad”
(Donum vitae II, 2
Donum 2).
17
18. 03/09/2010
ME 52 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 7
Las técnicas artificiales, además, conllevan
la implantación, por seguridad, de varios
óvulos, lo cual facilita la práctica de la “re-
ducción embrionaria”, o sea, la elimina-
ción de uno o más óvulos fecundados, y
fomenta la práctica de la congelación de
los óvulos fecundados sobrantes. Lesiones
graves de la dignidad de la vida humana.
No se considera “fecundación artificial” la ayuda médica bien sea
para superar las dificultades que impiden que el acto conyugal se
realice plenamente, o para que se facilite el encuentro del óvulo y
el espermatozoide. Se trata de una asistencia técnica que vence
algún obstáculo para que se alcance la finalidad del acto conyugal
de los esposos y sin disociar sus aspectos unitivos y procreativos.
Ayudar, sí; sustituir, no.
ME 53 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 8
Evangelium vitae, 63 “Una atención especial
63:
merece la valoración moral de las técnicas de
diagnóstico prenatal, que permiten identificar
precozmente eventuales anomalías del niño
por nacer. (...) Estas técnicas son moralmente
lícitas cuando están exentas de riesgos des-
proporcionados para el niño o la madre y están
orientadas a posibilitar una terapia precoz o
también a favorecer una serena y consciente
aceptación del niño por nacer”. Pero la menta-
lidad eugenésica que acepta el aborto selectivo
“es ignominiosa y totalmente reprobable,
porque pretende medir el valor de una vida
humana siguiendo sólo parámetros de ‘norma-
lidad’ y de bienestar físico”.
ME 54 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 9
Donum vitae I, 6 “Las técnicas de fecundación in vitro pueden
6:
hacer posibles otras formas de manipulación biológica o genética
de embriones humanos, como son: los intentos y proyectos de
fecundación entre gametos humanos y animales y la gestación
de embriones humanos en útero de animales; y la hipótesis y el
proyecto de construcción de úteros artificiales para el embrión
humano. Estos procedimientos son contrarios a la dignidad del ser
humano propia del embrión y, al mismo tiempo, lesionan el dere-
cho de la persona a ser concebida y a nacer en el matrimonio y del
matrimonio. También los intentos y las hipótesis de obtener un ser
humano sin conexión alguna con la sexualidad mediante ‘fisión
gemelar’, clonación, partenogénesis, deben ser considerados con-
trarios a la moral en cuanto que están en contraste con la dignidad
tanto de la procreación humana como de la unión conyugal”.
18
19. 03/09/2010
ME 55 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 10
La dignidad de la vida da lugar a un principio inviolable:
a toda vida humana debe ser respetada, lo que exige que se
proteja y defienda también la concebida y aún no nacida.
Ab-ortus = “privar de nacimiento”; aborior = matar. Por lo
tanto abortar significa matar a un ser de la especie huma-
na. Por rigor intelectual se ha de rechazar otra terminología
b
falsa (ej.: “interrupción voluntaria del embarazo”, pues
en el aborto no hay posibilidad de reanudar la vida como
lo implica la palabra “interrupción”).
La condena del aborto es ya una demanda científica, dado
que los avances de la medicina muestran que, desde la
c concepción, el cigoto tiene su propio código genético, de
forma que constituye un individuo distinto de su madre.
ME 56 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 11
Desde el inicio de la ética y de la ciencia médica, el aborto ha sido
condenado. Ejemplo: el primer Código ético de la medicina, el
Juramento Hipocrático (siglo V antes de Cristo): “Jamás daré a
nadie medicamento mortal, por mucho que me lo soliciten; ni admi-
nistraré abortivo a mujer alguna”.
Abundantes condenas de los Padres. Ejemplos:
Didaje V, 2 “No matarás a tu hijo en el seno de
2:
la madre”; Tertuliano “Es un homicidio antici-
Tertuliano:
pado el impedir el nacimiento; poco importa que
suprima la vida ya nacida o que se la haga desa-
parecer al nacer. Es un hombre el que está en
camino de serlo” (Apologeticum IX, 8
Apologeticum 8).
Excomunión “latae sententiae” si se produce el aborto (CIC 1398
CIC 1398).
ME 57 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 12
CCE 2268 “El quinto mandamiento condena como gravemente pe-
2268:
caminoso el homicidio directo y voluntario. El que mata y los que
cooperan voluntariamente con él cometen un pecado que clama
venganza al cielo”.
CCE 2297 “El terrorismo que amenaza, hiere y
2297:
mata sin discriminación es gravemente contrario
a la justicia y a la caridad”. Es intrínsecamente
perverso, nunca justificable, aunque se trate de
eludir el juicio moral justificándolo ideológica-
mente. Idem “La tortura, que usa de violencia
Idem:
física o moral, para arrancar confesiones, para
castigar a los culpables, intimidar a los que se
oponen, satisfacer el odio, es contraria al respeto
de la persona y de la dignidad humana”.
19
20. 03/09/2010
ME 58 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 13
Para que pueda hablarse de “legítima defensa”, que no se opone
al quinto mandamiento, aunque pueda seguirse la muerte del
injusto agresor, se requieren estas condiciones:
1) que el agresor intente causar un mal muy grave; 2) que se trate
de verdadera agresión física (no bastan las amenazas a no ser que
se esté seguro de que son el preludio de la agresión); 3) que la
agresión sea, en verdad, injusta; 4) para defenderse legítimamente
no se requiere que el agresor actúe de modo voluntario (loco...);
5) que el agredido no tenga otro medio para defenderse (huir...);
6) que la reacción defensiva sea inmediata a la agresión (no ven-
ganza); 7) debe guardar la “moderación debida”.
ME 59 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 14
Investigación científica en ciencia medica
El magisterio insiste en que debe atenderse
no sólo a las posibilidades técnicas, sino que
el científico también ha de considerar si se
adecuan o no a los principios éticos.
Pío XII (Discurso 13.09.1952 asentó tres
Discurso 13.09.1952)
principios que deben regular la experimenta-
ción: el interés de la ciencia (la ciencia y la
investigación deben asentarse en el orden de
los valores); el bien del paciente (el hombre no
es dueño absoluto de su vida, por lo que no
puede disponer a capricho de ella); el interés
de la comunidad (valorar los bienes físicos y
morales para el futuro de la humanidad).
ME 60 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 15
La vida es un don de Dios que el hombre
debe agradecer y cuidar con esmero. Fuera
de las comunes enfermedades, las causas
más frecuentes que ocasionan mal a la salud
son el alcoholismo y el uso de las drogas.
El alcoholismo es un pecado grave, por cuanto daña la salud y
disminuye o anula las facultades intelectuales y facilita el acceso
a otras experiencias más graves (drogadicción). Además el indi-
viduo puede ser responsable de los daños que provoca en el estado
de embriaguez.
El uso de la droga es un pecado especialmente grave. Disminuye
o anula las facultades psíquicas, y causa en el individuo verdaderos
estragos físicos y psíquicos. Drogodependencia. SIDA.
20
21. 03/09/2010
ME 61 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 16
Suicidio, 1
CCE 2280 “Cada cual es responsable de su vida delante de Dios
2280:
que se la ha dado. Él sigue siendo su soberano Dueño. Nosotros
estamos obligados a recibirla con gratitud y a conservarla para su
honor y para la salvación de nuestras almas. Somos administrado-
res y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No
disponemos de ella”.
CCE 2281 “El suicidio contradice la inclinación natural del ser
2281:
humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario
al justo amor de sí mismo. Ofende también al amor del prójimo
porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las socie-
dades familiar, nacional y humana con las cuales estamos obliga-
dos. El suicidio es contrario al amor del Dios vivo”.
ME 62 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 17
Suicidio, 2
CCE 2282 “Trastornos psíquicos graves, la angustia, o el temor
2282:
grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden dismi-
nuir la responsabilidad del suicida”.
CCE 2283 “No se debe desesperar de
2283:
la salvación eterna de aquellas personas
que se han dado muerte. Dios puede ha-
berles facilitado por caminos que Él
solo conoce la ocasión de un arrepenti-
miento salvador. La Iglesia ora por las
personas que han atentado contra su
vida”.
ME 63 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 18
La guerra es siempre un mal. “Todo
ciudadano y todo gobernante están
obligados a empeñarse en evitar las
guerras” (CCE 2307
CCE 2307).
“Mientras exista el riesgo de guerra y falte una autoridad
internacional competente y provista de la fuerza corres-
pondiente, una vez agotados todos los medios de acuerdo
pacífico, no se podrá negar a los gobiernos el derecho a la
legítima defensa” (Gaudium et spes 79
Gaudium 79).
21
22. 03/09/2010
ME 64 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 19
Cuatro condiciones para una guerra
defensiva justa: “- Que el daño causa-
do por el agresor a la nación o a la co-
munidad de las naciones sea duradero,
grave y cierto; - Que todos los demás
medios para poner fin a la agresión
hayan resultado impracticables o ine-
ficaces; - Que se reúnan las condicio-
nes serias de éxito; - Que el empleo
de las armas no entrañe males y de-
sórdenes más graves que el mal que
se pretende eliminar. El poder de los
medios modernos de destrucción obli-
ga a una prudencia extrema en la apre-
ciación de esta condición” (CCE 2309
CCE 2309).
ME 65 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 20
“La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena
comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el
recurso a la pena de muerte, si ésta fuera el único camino posible
para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas”
(CCE 2267
CCE 2267).
“Pero si los medios incruentos bastan para proteger y defender del
agresor la seguridad de las personas, la autoridad se limitará a esos
medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas
del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona
humana” (Idem
Idem).
“Hoy, en efecto, como consecuencia de las posibilidades que tiene el
Estado para reprimir eficazmente el crimen (...), los casos en los que
sea absolutamente necesario suprimir al reo ‘suceden muy rara vez, si
es que ya en realidad se dan algunos’ (Evangelium vitae 56 (Idem
Evangelium 56)” Idem).
ME 66 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 21
Evangelium vitae 65 “De acuerdo con el Ma-
65:
gisterio de mis Predecesores y en comunión
con los Obispos de la Iglesia Católica, confir-
mo que la eutanasia es una grave violación de
la Ley de Dios, en cuanto eliminación delibe-
rada y moralmente inaceptable de una persona
humana. Esta doctrina se fundamenta en la
ley natural y en la Palabra de Dios escrita;
es transmitida por la tradición de la Iglesia y
enseñada por el Magisterio ordinario univer-
sal”. (Verdad enseñada como definitiva).
La moral católica rechaza el “ensañamiento terapéutico”, intento de
alargar la vida más de lo debido con medios extraordinarios o des-
proporcionados.
22
23. 03/09/2010
ME 67 de 141
QUINTO MANDAMIENTO, 22
Dignidad del hombre y grandeza de la vida son
razones por las que el cristianismo mantiene el
respeto al cadáver. Además, profesa como
dogma central la resurrección de los cuerpos.
Por ello, afirma que “los cuerpos de los difun-
tos deben ser tratados con respeto y caridad en
la fe y la esperanza de la resurrección. Enterrar
a los muertos es una obra de misericordia cor-
poral” (CCE 2300
CCE 2300).
“El don gratuito de órganos después de la muerte
es legítimo y puede ser meritorio” (CCE 2301
CCE 2301).
“La Iglesia permite la incineración cuando con ella no se cuestiona
la fe en la resurrección del cuerpo” (Idem
Idem).
ME 68 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 1
CCE 2332 “La sexualidad abraza todos los as-
2332:
pectos de la persona humana, en la unidad de su
cuerpo y de su alma. Concierne particularmente
a la afectividad, a la capacidad de amar y de
procrear y, de manera más general, a la actitud
para establecer vínculos de comunión con otro”.
“La diferencia y la complementariedad físicas, morales y espiritu-
ales (del hombre y de la mujer) están orientadas a los bienes del ma-
trimonio y al desarrollo de la vida familiar” (CCE 2333 “Cuando
CCE 2333).
el Génesis habla de ‘ayuda’ no se refiere solamente al ámbito del
obrar, sino también al del ser. Femineidad y masculinidad son entre
sí complementarios no sólo desde el punto de vista físico y psíqui-
co, sino ontológico” (Carta a las mujeres (IV Conferencia de Pe-
Carta
kín), 29.06.1995
29.06.1995).
ME 69 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 2
La sexualidad concierne la totalidad de la persona. Su estudio integro
abarca, al menos, siete amplios campos
Cromosómico: ser hombre y mujer depende del número
1 de pares de cromosomas que se integran en su constitu-
ción embrionaria.
Morfológico: los cuerpos masculino y femenino difieren
2 no sólo en los genitales, sino también en otras marcadas
diferencias somáticas.
Racional: no sólo nivel instintivo. Tanta es la carga racio-
3 nal de la condición sexuada del ser humano que incluso ha
hecho ciencia de la sexualidad.
23
24. 03/09/2010
ME 70 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 3
4 Voluntario: por ello el hombre y la mujer son responsa-
bles de su práctica sexual y de sus consecuencias.
Afectivo-sentimental: la sexualidad humana no es pura-
5 mente biológica, sino que hace relación muy directa al
amor.
Placentero: es fuente de uno de los mayores placeres del
6 hombre y de la mujer, y no sólo de placer sensitivo, sino
también afectivo y emocional.
7 Procreador: una de las finalidades más marcada de la se-
xualidad es la procreación de nuevas vidas.
ME 71 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 4
CCE 2348 “Todo bautizado es llamado a la castidad”: hace relación
2348:
al amor. El célibe por el “reino de Dios” entrega su amor indiviso a
Dios; la castidad del soltero antes de casarse se orienta al amor en el
futuro matrimonio; la castidad en el matrimonio se concreta en la
vocación a la unión amorosa esponsalicia.
“La castidad -no simple continencia, sino afirmación
decidida de una voluntad enamorada- es una virtud
que mantiene la juventud del amor en cualquier estado
de vida. Existe una castidad de los que sienten que se
despierta en ellos el desarrollo de la pubertad, una
castidad de los que se preparan para casarse, una cas-
tidad de los que Dios llama al celibato, una castidad
de los que han sido escogidos por Dios para vivir en el
matrimonio” (San Josemaría, Es Cristo que pasa, 70
San 70).
ME 72 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 5
Para vivir la castidad, “el dominio de sí es una obra que dura
toda la vida. Nunca se la considerará adquirida de una vez para
siempre. Supone un esfuerzo reiterado en todas las edades de la
vida. El esfuerzo requerido puede ser más intenso en ciertas
épocas, como cuando se forma la personalidad, durante la in-
fancia y la adolescencia” (CCE 2342
CCE 2342).
Para vivir la castidad es preciso educar la pureza, lo
que exige la práctica de otras virtudes íntimamente
relacionadas con la pureza, como es la templanza y
la fortaleza. Asimismo, exige fomentar las disposi-
ciones del pudor y de la modestia. Se requiere la
ayuda de los medios sobrenaturales, cuales son la
oración, la devoción a la Virgen y la recepción de
los sacramentos.
24
25. 03/09/2010
ME 73 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 6
El matrimonio es el estado que garantiza
el sentido pleno de la sexualidad entre el
hombre y la mujer: sólo él protege la do-
nación plena que entraña la vida conyu-
gal, y supone el compromiso de entrega
mutua, estable y exclusiva entre un
hombre y una mujer. Por eso la relación
sexual lícita es la que tiene lugar en el
ámbito del matrimonio.
La unidad y la indisolubilidad del matrimonio es lo que justifica
que la esposa dé al marido toda su realidad como mujer y, a su
vez, el marido entregue a su esposa su especificidad como hom-
bre. Sólo en él se justifica la entrega amorosa y mutua de lo que
tienen como específico en su ser de varón y de mujer.
ME 74 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 7
CCE 2357 “Apoyándose en la sagrada Escritura que los presenta
2357:
como depravaciones graves, la Tradición ha declarado siempre
que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados.
Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la
vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva
y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso”.
CCE 2358 “Un número apreciable de hombres y mujeres presenta
2358:
tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclina-
ción, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de
ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, com-
pasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de dis-
criminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la
voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrifi-
cio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a
causa de su condición”.
ME 75 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 8
CCE 2352 “Tanto el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con una
2352:
tradición constante, como el sentido moral de los fieles, han afir-
mado sin ninguna duda que la masturbación es un acto intrínseca
y gravemente desordenado. El uso deliberado de la facultad sexual
fuera de las relaciones conyugales normales contradice a su fina-
lidad, sea cual fuere el motivo que lo determina. Así, el goce se-
xual es buscado aquí al margen de la relación sexual requerida por
el orden moral; aquella relación que realiza el sentido íntegro de
la mutua entrega y de la procreación humana en el contexto de
un amor verdadero”.
Idem “Para emitir un juicio justo acerca de la responsabilidad moral
Idem:
de los sujetos y para orientar la acción pastoral, ha de tenerse en
cuenta la inmadurez afectiva, la fuerza de los hábitos contraídos,
el estado de angustia u otros factores psíquicos o sociales que pue-
den atenuar o tal vez reducir al mínimo la culpabilidad moral”.
25
26. 03/09/2010
ME 76 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 9
La fornicación 1) niega la relación esencial de la sexualidad huma-
na, puesto que, por su propia naturaleza, está orientada a la intimi-
dad del matrimonio y con un fin procreador; 2) es un escándalo
para la vida social y es contraria a la dignidad de las personas, pues
se prostituyen ya que no están casados. Además, si se engendra una
nueva vida, se enturbia el origen de los hijos nacidos de una relación
no esponsalicia.
La pornografía indica una profunda degeneración del valor sexual
de la persona humana. “Ofende la castidad porque desnaturaliza la
finalidad del acto sexual. Atenta gravemente a la dignidad de quie-
nes se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno
viene a ser para otro objeto de un placer rudimentario y de una ganan-
cia ilícita. Introduce unos a otros en la ilusión de un mundo ficticio.
Es una falta grave. Las autoridades civiles deben impedir la pro-
ducción y la distribución de material pornográfico” (CCE 2354
CCE 2354).
ME 77 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 10
El matrimonio es una institución natural (se fundamenta en la
naturaleza misma del hombre y de la mujer). Toda unión estable
entre un hombre y una mujer, nacida de un compromiso firme e
irrevocable del amor esponsalicio (entrega y fidelidad) merece
un aprecio y un reconocimiento social. Esa dignidad del matri-
monio natural goza en todas las culturas y en todos los tiempos
de general valía y consideración.
El matrimonio cristiano añade a esa di-
gnidad una mayor excelencia: “sacra-
mento grande” (Ef 5, 32 que comunica
Ef 32),
una gracia especial para que el amor hu-
mano se engrandezca con el amor sobre-
natural y para ayudar a los cónyuges a
cumplir las obligaciones del matrimonio.
ME 78 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 11
CCE 2350 “Los novios están
2350:
llamados a vivir la castidad en
la continencia. En esta prueba
han de ver un descubrimiento
del mutuo respeto, un apren-
dizaje de la fidelidad y de la
esperanza de recibirse el uno
y el otro de Dios. Reservarán
para el tiempo del matrimonio
las manifestaciones de ternura
específicas del amor conyugal.
Deben ayudarse mutuamente
a crecer en la castidad”.
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27. 03/09/2010
ME 79 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 12
El amor está en el origen de la unión de dos vidas para siempre.
Pero la esencia del matrimonio está en el vínculo que se origina
del pacto conyugal entre los esposos, no en el amor.
Mediante la presencia de Cristo entre los espo-
sos cristianos, el amor sensible y el amor afec-
tivo son elevados y sublimados por el amor
sobrenatural, gracia especial que da el sacra-
mento: los esposos están capacitados para vi-
virlos en su integridad, purificados de los egoís-
mos que siempre acompañan al querer humano.
Si los esposos llegaran a agotar el amor sensible y el afectivo, el
amor sobrenatural (que fructifica por la oración y la recepción de
los sacramentos) podrá ayudar a que los recuperen.
ME 80 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 13
CCE 2366 “La fecundidad es un don, un fin
2366:
del matrimonio, pues el amor conyugal tiende
naturalmente a ser fecundo. El niño no viene
de fuera a añadirse al amor mutuo de los espo-
sos; brota del corazón mismo de ese don recí-
proco, del que es fruto y cumplimiento”. El
cristiano sabe además que los padres son coo-
peradores con Dios que crea el alma del niño.
Es cierto que “el matrimonio no es solamente para la procreación,
sino que la naturaleza del vínculo indisoluble entre las personas y
el bien de la prole requieren que el amor mutuo de los esposos
mismos se manifieste ordenadamente, progrese y vaya madurando”
(Gaudium et spes 50 Pero tal perfección no se alcanza si se evi-
Gaudium 50).
tan los hijos sin motivos suficientes (dimensiones unitiva y pro-
creadora del acto conyugal que el hombre no puede disociar).
ME 81 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 14
Moral católica: los padres deben hacer un juicio práctico cuando, por
serios motivos, decidan distanciar el nacimiento de un nuevo hijo,
bien sea por un tiempo determinado o por un espacio indefinido
(mientras perduren las causas de esta decisión).
Gaudium et spes 50 “Con responsabilidad humana y cristiana los
50:
esposos cumplirán su misión (...) de común acuerdo y común es-
fuerzo, por formarse un juicio recto, atendiendo tanto a su propio
bien personal como al bien de los hijos, ya nacidos o todavía por
venir, discerniendo las circunstancias de los tiempos y del estado
de vida tanto materiales como espirituales, y, finalmente, la socie-
dad temporal y de la propia Iglesia. Este juicio, en último término,
deben formarlo ante Dios los esposos personalmente. En su modo
de obrar, los esposos cristianos sean conscientes de que no pueden
proceder a su antojo”. Regirse por la conciencia, según la ley divina.
27
28. 03/09/2010
ME 82 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 15
La grandeza del matrimonio está sometida a todo genero de degra-
daciones y aparece un esfuerzo por desvirtuar la familia y el ma-
trimonio al identificar cualquier unión sexual con el matrimonio.
Ejemplo de las “parejas de hecho”. Dos vicios corrompen la natu-
raleza de la familia: el adulterio y la plaga del divorcio.
El adulterio es un pecado por dos razones:
1) tal relación sexual se realiza fuera del
matrimonio entre ambos (contra la castidad);
2) se comete uno o dos pecados graves contra
la justicia de una o dos personas que están
casadas con los adúlteros, porque sus derechos
son violados por quienes cometen el adulterio.
Graves deberes de justicia si hay un nacimien-
to ilegítimo.
ME 83 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 16
Argumentos complementarios sobre el aborto considerado ya
en el quinto mandamiento:
Desde el momento de la fecundación, se inicia una vida humana,
de forma que lo concebido no es una mera masa gelatinosa ni un
cúmulo de células, sino una vida distinta del óvulo y del espermato-
zoide, que inicia un proceso biológico de intensa actividad y que
está destinada a desarrollarse hasta la edad adulta.
Este ser vive independientemente de la madre,
la cual sólo le ofrece el alimento. Es, pues, un
individuo. Pero no cabe hablar de un individuo
de la especie humana que no sea persona: el feto
no es “algo” sino “alguien” (“persona” es un con-
cepto filosófico y no biológico).
ME 84 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 17
A menudo se oye afirmar que existe en ciertos supuestos un “con-
flicto de derechos”: vencería el derecho de la madre frente al de-
recho a nacer del feto aún no nacido, por ejemplo cuando se trata
de una violación que ocasiona un embarazo no deseado, o cuando
corre riesgo la vida de la madre (en este caso cabría considerar al
no nacido como “injusto agresor”).
PERO no cabe hablar de conflicto de derechos cuando se trata de la
vida de una persona. La madre tiene derechos sobre el hijo, pero no
puede disponer del derecho fundamental a vivir de un ser distinto
del suyo, cual es el hijo. Además, en ningún caso cabe hablar de “in-
justo agresor”, dado que el hijo es totalmente inocente. Si interven-
ción médica a la mujer absolutamente necesaria para su vida y con-
lleva la muerte del feto: puede lícitamente someterse a ella (muerte
del hijo soportada, tolerada, sufrida, no directamente querida).
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29. 03/09/2010
ME 85 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 18
Humanae vitae 14 “Debemos declarar una vez
14:
más que hay que excluir absolutamente, como
vía lícita para la regulación de los nacimientos, la
interrupción directa del proceso generador ya ini-
ciado, y sobre todo el aborto directamente queri-
do y procurado, aunque sea por razones terapeúti-
cas. Hay que excluir igualmente (...) la esteriliza-
ción directa, perpetua o temporal, tanto del hom-
bre como de la mujer; queda además excluida to-
da acción que, o en previsión del acto conyugal,
o en su realización, o en el desarrollo de sus con-
secuencias naturales, se proponga, como fin o co-
mo medio, hacer imposible la procreación”.
ME 86 de 141
SEXTO MANDAMIENTO, 19
“Desgraciadamente, a menudo se entiende mal el
pensamiento católico, como si la Iglesia sostuvie-
se una ideología de la fecundidad a ultranza, esti-
mulando a los cónyuges a procrear sin discerni-
miento alguno y sin proyecto” (Juan Pablo II,
Juan
Alocución, 17.07.1994
17.07.1994).
Además de la abstención, es lícita la “continencia periódica” y
el recurso a los “métodos naturales” por motivos graves.
“La Iglesia anima a las parejas a ser generosas y confiadas, a com-
prender que la paternidad y la maternidad son un privilegio y que
todo niño es el testimonio del amor existente en una pareja de uno
hacia otra, por su generosidad y su apertura hacia Dios” (Juan Pa-
Juan Pa-
blo II, Discurso, 24.09.1983
24.09.1983).
ME 87 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 1
Ex 20, 15 “No robarás” (cfr. Dt 5, 19 El hombre puede poseer
15: 19).
cosas y tenerlas como suyas, por lo cual este derecho debe ser
respetado por todos. Robar significa violar este derecho: tomar
lo ajeno contra la voluntad de su dueño.
En la predicación de Jesús, la relación hombre-
cosas recibe una nueva y más profunda interpre-
tación (Sermón de las Bienaventuranzas: uso
moderado de las cosas y riesgo de poseerlas).
Mt 6, 10-24 “No alleguéis tesoros en la tierra,
10-24:
donde la polilla y el orín los corroen y donde
los ladrones horadan y roban (...). Nadie puede
servir a dos señores (...). No podéis servir a
Dios y a las riquezas”.
29
30. 03/09/2010
ME 88 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 2
Todos los bienes creados están al servicio de todos los hombres. Pero
en la historia de todo tiempo y civilización aparecen grandes desigual-
dades sociales e injusticias entre ricos y pobres.
En el AT muchas leyes evitaron que en Israel se acumulasen gran-
des fortunas (la del “año sabático”, del “año jubilar”, la protección
a los huérfanos y a las viudas, etc.) e incluso, después que perdieron
vigencia, el espíritu que las había animado ayudó a cortar distan-
cias entre pobres y ricos.
Jesús enseña sobre el riesgo de las riquezas y el
mandamiento del amor: hizo que entre los primeros
cristianos se diese una generosa comunicación de
bienes. Los escritos de los apóstoles abundan en con-
denas de la avaricia, la codicia, las injusticias, etc..
ME 89 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 3
La justicia es la virtud que exige que se dé a cada uno lo que le
corresponde. El objeto de la justicia es el derecho (“ius”): porque
existen derechos, es obligado que se respeten.
La justicia hace rela-
ción a otro. Es una Para que se cometa
virtud de “alteridad”. una injusticia se re-
Entraña una obliga- quiere que quien la
toriedad: origina un padece no la quiera
“debitum” que debe sufrir: “al que sabe
ser respetado. De lo y consiente no se le
contrario se deberá hace injuria”.
una reparación.
ME 90 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 4
Justicia conmutativa: rige las relaciones
de los individuos entre sí. Justicia distri-
butiva: regula las relaciones de los gober-
nantes con los súbditos. Justicia legal:
mide las relaciones de los súbditos con el
Gobierno y el Estado. Justicia social: con-
sidera los derechos y deberes de los ciuda-
danos en el ámbito de la convivencia so-
cial, política y económica (su fundamento
es la dignidad de la persona humana).
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31. 03/09/2010
ME 91 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 5
La justicia social cuida de que el conjunto de la vida social se dirija
al bien de todos, o sea al “bien común”.
El bien común es el conjunto de aquellas condiciones sociales que
permiten al individuo, a la familia y a las sociedades intermedias
la consecución de sus respectivos fines. En él se integran valores
tanto materiales como espirituales. Se puede distinguir el bien
común trascendente (Dios) del temporal (respeto a la persona,
bienestar social y desarrollo del grupo, paz).
El bien común mira a toda la persona, pero
no contempla exclusivamente al individuo y
a la familia ni se agota en la sociedad en que
se vive, sino que abarca el bien común entre
todas las naciones.
ME 92 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 6
El cristianismo tiene mucho que aportar en el campo de la justicia,
dado que la moral cristiana enseña que debe ser completada con
el ejercicio de la caridad. “La caridad es como un generoso desor-
bitarse de la justicia” (San Josemaría, Amigos de Dios 283
San 283).
Quien comete injusticia, además de con-
fesarse del pecado cometido, está obliga-
do a restituir. Por dos razones: 1) la injusta
retención de lo ajeno con el consiguiente
lucro personal; 2) el daño ocasionado al
prójimo, aunque no se haya obtenido ga-
nancia personal alguna.
Los colaboradores pueden estar obligados a restituir según la diver-
sa forma en que participaron en la injusticia (ordenar, encubrir, etc.).
ME 93 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 7
Existen muchas formas de apropiarse de
lo ajeno: hurto (sin violencia), robo (con
violencia en cosas o personas), apropia-
ción indebida (quedándose con lo entre-
gado, ej.: depósito), estafa (haciéndose
entregar las cosas con engaño), malver-
sación de caudales públicos, etc..
En cuanto al daño ocasionado (“injusta damnificación”), puede afec-
tar a los bienes de la persona, a su fama o a otras realidades a las que
tiene derecho (ej.: ganar unas oposiciones, obtener unos justos bene-
ficios, etc.).
La malicia moral se mide por la magnitud objetiva del daño
causado: robar a una persona rica es distinto que robar a quien
se le sustrae lo necesario (ciertas cantidades siempre materia grave) .
31
32. 03/09/2010
ME 94 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 8
La totalidad de los seres creados están
al servicio del hombre: puede disponer
de la naturaleza y de los animales para
su uso y servicio. Pero no es dueño
absoluto de los seres creados, sino sólo
su administrador.
El hombre recibe de Dios dos misiones:
desarrollar y proteger la naturaleza.
Desarrollar: como si Dios hubiese finalizado la creación “en bruto”
y se la entregase al hombre para que la perfeccionase.
Proteger: cuidar de la creación. El hombre puede “usarla”, pero no
debe “abusar”, destruyéndola.
ME 95 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 9
La condición social del hombre y los principios de la justicia distri-
butiva y legal demandan que todos los ciudadanos, cada uno en la
medida justa que le corresponde, contribuyan al bien de la entera
sociedad.
Las leyes fiscales obligan en conciencia, siempre
que sean justas, o sea: ley emitida por la autori-
dad competente; cuya causa es justa; con la de-
bida proporción con los ingresos; con fines a los
que se dedique el dinero honestos; y con trans-
parencia en la administración de lo recaudado.
A veces, los ciudadanos “son víctimas de injusticias en la deducción
del impuesto”, por lo que deben “hacer valer sus derechos y defen-
derlos” (Juan Pablo II, Discurso 08.11.1980
Juan 08.11.1980).
ME 96 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 10
Gaudium et spes 75 “La Iglesia alaba y estima la labor de quie-
75:
nes, al servicio del hombre, se consagran al bien de la cosa pública
y aceptan el peso de las correspondientes responsabilidades”.
Juan Pablo II, Christifideles laici 42 “Para
42:
animar cristianamente el orden temporal -en
el sentido señalado de servir a la persona y a
la sociedad- los fieles laicos de ningún modo
pueden abdicar de la participación en la ‘po-
lítica’. (...) Todos y cada uno tienen el dere-
cho y el deber de participar en la política, si
bien con diversidad y complementariedad
de formas, niveles, tareas y responsabilidades”.
32
33. 03/09/2010
ME 97 de 141
SEPTIMO MANDAMIENTO, 11
Nota doctrinal de la SCDF, 24.11.2002
24.11.2002:
“La libertad política no está ni puede estar basada en
la idea relativista según la cual todas las concepciones
sobre el bien del hombre son igualmente verdaderas
y tienen el mismo valor”.
Los católicos no pueden ceder al relativismo laicis-
ta en cuestiones que suponen “exigencias éticas
fundamentales e irrenunciables”: aborto, eutana-
sia, familia “fundada en el matrimonio monogámico
entre personas de sexo opuesto y protegida en su
unidad y estabilidad”, “libertad de los padres en la
educación de sus hijos”, “derecho de la libertad
religiosa”, paz, ...
ME 98 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 1
Ex 20, 16 “No darás falso testimonio
16:
contra tu próximo” (cfr. Dt 5, 20
20).
Lev 19, 11 “No mentiréis, ni os engaña-
11:
réis unos a otros”. La mentira y la
calumnia van con frecuencia unidas.
CCE 2483 “Mentir es hablar u obrar contra la verdad para inducir
2483:
a error”. CCE 2508 “La mentira consiste en decir algo falso con
2508:
intención de engañar al prójimo”.
El hombre debe amar la verdad, expresarla, defenderla y comunicar-
la. “Todo hombre, por naturaleza, desea conocer la verdad” (Aristó-
Aristó-
teles, Metafísica I, 1, 980b La verdad es propia del ser inteligente.
980b).
ME 99 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 2
La verdad hace relación a la misma persona de
Jesús. Evangelio de San Juan: “Yo soy el Ca-
mino, la Verdad y la Vida” (14, 6 “lleno de
14, 6),
gracia y de verdad” (1, 14 “si permanecéis en
1, 14),
mi palabra, conoceréis la verdad y la verdad os
hará libres” (8, 31-32 “santifícalos en la ver-
8, 31-32),
dad: tu palabra es la verdad” (17, 17 “cuando
17, 17),
venga Aquél, el Espíritu de la verdad, os guiará
hacia toda la verdad” (16, 13
16, 13)...
CCE 2468 “La verdad como rectitud de la acción y de la palabra
2468:
humana, tiene por nombre veracidad, sinceridad o franqueza. La
verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse veraz en
los propios actos y en decir verdad en sus palabras, evitando la du-
plicidad, la simulación y la hipocresía”.
33
34. 03/09/2010
ME 100 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 3
San Agustín, Sobre la mentira IV “la
IV:
mentira consiste en decir falsedad con
intención de engañar”. Por lo tanto impli-
ca: 1) decir lo contrario de lo que se pien-
sa, 2) decirlo con intención de engañar.
Se distinguen tres clases de mentira: la jocosa (broma o
pasatiempo), la oficiosa (para obtener un beneficio propio
o a favor de un tercero), y la dañosa (si se persigue hacer
daño a alguien). La primera no es pecado, la segunda es
casi siempre pecado venial, la tercera es pecado mortal
cuando se lesiona gravemente la caridad o la justicia.
ME 101 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 4
En la mentira se contienen numerosos males:
- encierra una ofensa directa contra la verdad;
- induce al error a quien se le dice, el cual tiene derecho a no ser
engañado;
- lesiona el fundamento de la comunicación de los hombres entre sí;
- fomenta (y en ocasiones tiene en ellas su origen) la vanidad y la
soberbia;
- quien miente pierde la reputación y la fama;
- lesiona la caridad en el trato con el prójimo;
- puede faltar a la justicia, cuando se miente en perjuicio de otro;
- es funesta para la convivencia, puesto que crea desconfianza en
las relaciones sociales.
ME 102 de 141
OCTAVO MANDAMIENTO, 5
Una frase puede tener un doble sentido: “le digo que no lo sé”
suele significar una contestación negativa, pero, en absoluto,
puede significar también “te digo las palabras siguientes: ‘que
no lo sé’”. Una restricción mental es una especie de estas fra-
ses que consiste en trasladar con la mente una expresión o fra-
se a un sentido distinto del que se desprende de la significación
obvia de las palabras.
La restricción puramente mental (cuando es del todo imposible
descubrir el sentido verdadero) no es lícita. Ej.:decir “he visto
París” pensando interiormente “en fotografía”.
La restricción latamente mental (cuando el verdadero sentido puede
descubrirse) puede ser lícita con justa y proporcionada causa. Ej.: pa-
ra guardar un secreto, o decir: “el señor no está en casa” cuando está,
puesto que se puede entender el sentido verdadero (en el contexto).
34