Política, Empresa y Poder. a propósito del caso Penta
1. INFORME # 263
PULSO SEMANAL – LA SEMANA POLÍTICA
del 12 de enero al 18 de enero del 2015
POLÍTICA, EMPRESA Y PODER. A PROPÓSITO DEL CASO PENTA
2. La arista política de caso Penta ha actualizado dos situaciones relevantes para la calidad de la democracia
y su profundización: el financiamiento de la política y la relación entre empresa y poder. En ambos
casos, el dinero, el capital y la empresa juegan un rol decisivo.
El financiamiento de la política con dinero privado genera tres efectos negativos para la democracia:
condiciones desiguales de competencia democrática, “sospechas” de que el dinero que llega a la política
desde la empresa incide en las decisiones de los “políticos” y fisuras en el sistema político. El caso Penta
no sólo ha puesto en evidencia estas tres “enfermedades” de la democracia, sino también ha generado
las condiciones políticas para volver a preguntarse acerca de ¿quién y cómo se financia la política y la
democracia?
En este contexto, la élite avanza hacia una nueva fórmula de financiamiento que genere una democracia
más competitiva, sin influencia del dinero y un sistema político con mayor prestigio y credibilidad.
El caso Penta, también puso en la coyuntura la relación existente entre empresa y poder. Se podrá
eliminar la influencia del dinero privado en la política, en la toma de decisiones y en la competencia
electoral; pero, la empresa y el capital seguirán siendo relevantes, fundamentales y decisivos en la
configuración del orden existente, es decir, en el tipo de sociedad y de país que estamos construyendo.
La empresa y el capital podrán dejar de tener influencia sobre los “políticos” por la vía del financiamiento
directo e indirecto de la actividad; pero, seguirán disponiendo de un conjunto de otros dispositivos por
medio de los cuales van a seguir siendo un actor influyente en el orden moderno y capitalista.
En el orden neoliberal la política está subordinada al mercado y al capital. Esto ocurre, porque la política
ha perdido su capacidad de transformar el mundo y articular proyectos colectivos. La política ha sido
derrotada por el mercado y los políticos por los empresarios; el Estado por la empresa y lo colectivo por
el individualismo; en definitiva, el ciudadano por el consumidor.
El mecanismo que usa la empresa y el capital para configurar un mundo a su “imagen y semejanza” es el
discurso publicitario. La publicidad tiene la función no sólo de interpelar para que los productos se
vendan y consuman, sino también transporta contenido ideológico con el objetivo de comunicar el
discurso de la modernidad expresado en estilos de vida, modas, gustos, deseos y tendencias de consumo.
La publicidad, por tanto, es el dispositivo estratégico que usa el capitalismo para transitar de la necesidad
al deseo. Es un dispositivo de poder que busca interpelar, seducir y modelar.
En ese camino, el discurso de la publicidad se convierte en ideológico. Las interpelaciones ideológicas del
discurso publicitario se presentan de tres modos: la interpelación que define lo que es, de lo que no es; lo
deseable, de lo no deseable y lo posible, de lo imposible. Es un discurso que, en definitiva, articula tres
dimensiones: visión de mundo, deseos-necesidades y esperanzas-proyectos.
PULSO SEMANAL # 263 19 de enero del 2015
POLÍTICA, EMPRESA Y PODER. A PROPÓSITO DEL CASO PENTA
GONZÁLEZ LLAGUNO
3. En definitiva, aunque el capital y los grandes grupos económicos no financien la política seguirán siendo el
centro neurálgico desde donde se construye sociedad. La política, los políticos y las instituciones de la
democracia han perdido esa capacidad. La debilidad y el desprestigio de la actividad política residen en
que el “proyecto” de país que queremos no se construye desde el espacio público democrático, sino
desde el mundo privado de la empresa. Por lo menos, así ha sido durante los últimos 40 años.
Uno de los rasgos del nuevo ciclo político es que la democracia ha comenzado a recuperar soberanía. Para
fortalecer esa tendencia es de máxima necesidad –aunque no suficiente- financiar la política con recursos
públicos de manera equitativa y proporcional. Lo relevante, sin embargo, es que el proyecto colectivo del
país se defina y construya desde y con las instituciones de la democracia y no por medio de las
instituciones del mercado.
GONZÁLEZ LLAGUNO
PULSO SEMANAL # 263 19 de enero del 2015