1. HISTORIA DE LA FILOSOFÍA TEXTOS PAU Prof. José Moisés Sánchez Pérez
3. Donde no se dé la justicia que consiste en que el sumo Dios impere sobre la sociedad y que
así en los hombres de esta sociedad el alma impere sobre el cuerpo y la razón sobre los vicios,
de acuerdo con el mandato de Dios, de manera que todo el pueblo viva de la fe, igual que el
creyente, que obra por amor a Dios y al prójimo como a sí mismo; donde no hay esta justicia,
no hay sociedad fundada en derechos e intereses comunes y, por tanto, no hay pueblo, de
acuerdo con la auténtica definición de pueblo, por lo que tampoco habrá política, porque
donde no hay pueblo, no puede haber política .
(AGUSTÍN DE HIPONA, La ciudad de Dios, XIX, cap. 23).
1. Sitúa al autor en su momento histórico (0’25), señala el tema o el problema del texto (0’25), indica las
ideas principales (0’5), muestra las relaciones entre ellas (0’5) y explícalas (1). (el alumno debe responder en
este mismo orden las cuestiones de esta pregunta). Los alumnos deberán separar con un “punto y aparte” las diferentes partes de la
cuestión).
Sitúa al autor en su momento histórico (0’25 pto.), (5 líneas)
Agustín, obispo de Hipona (354-430), fue uno de los más importantes Padres de la Iglesia
(Patrística Latina) viviendo la convulsa época en la que se derrumbaba el imperio romano;
estuvo interesado por la filosofía tras leer a autores como Cicerón, Plotino, etc, y pasó por
diversas escuelas filosóficas y religiosas, acabando en el cristianismo, siendo un gran defensor
del dogma cristiano frente a otras corrientes; su esfuerzo estuvo encaminado a realizar una
síntesis filosófica entre las tesis neoplatónicas, con las del cristianismo, síntesis que tendría
mucha influencia en el pensamiento cristiano posterior.
Señala el tema o el problema del texto (0’25 pto)
El problema que trata este texto es de carácter evidentemente político, pues muestra la idea de
que para que pueda haber política, debe haber sociedad, y sólo se puede hablar de sociedad si
se da la justicia, basada en la fe cristiana, y por tanto en la ética cristiana.
Indica las ideas principales (0’5 pto.),
A- La idea principal es la afirmación de lo que ocurriría donde no hubiera justicia,
diciéndonos antes qué entiende por justicia:
a- Lo primero que hace es describir lo que considera él como justicia y así
afirma que justicia es la ética cristiana pues:
o La Justicia es que domine Dios sobre la sociedad;
1- Esto significa que debe dominar el alma sobre el
cuerpo, y la razón sobre los vicios, según los
designios que Dios marcó al hombre con la fe
2- Y que toda la sociedad debe vivir de la fe (seguir la
ética cristiana), igual que el creyente, que actúa por
amor a Dios y por amor al prójimo.
b- Describe ahora qué ocurre donde no hay justicia, diciendo que no hay
sociedad, ni pueblo ni política:
1.- No puede haber sociedad, pues ésta se basa en unos derechos e
intereses compartidos por sus miembros.
2. HISTORIA DE LA FILOSOFÍA TEXTOS PAU Prof. José Moisés Sánchez Pérez
2.- y si no hay sociedad, no hay pueblo, y por consiguiente, no puede
haber política,.
Muestra las relaciones entre ellas (0’5 ptos)
Este texto parte de una advertencia, pues afirma lo que ocurriría en una sociedad donde no se
diera la justicia, pero antes de decirnos precisamente esas consecuencias, nos aclara en lo que
consiste justamente lo que entiende por justicia. Por tanto, tiene tres partes:
El inicio donde comienza aludiendo a una afirmación, la aclaración de esa afirmación y las
consecuencias de lo que ocurriría justamente si se diera la circunstancia con la que comienza.
Explícalas (1 pto)
Las ideas expuestas en este texto de La ciudad de Dios se explican aludiendo a lo que
pretende con esta obra; en ella plantea que hay dos ciudades, una compuesta por cuantos
siguen su palabra, los creyentes; y la otra la terrenal, los que no creen. La primera será la
ciudad de Dios. La lucha entre las dos continuará hasta el final de los tiempos, en que la ciudad
de Dios triunfará sobre la terrenal, apoyándose San Agustín en los textos sagrados del
Apocalipsis para defender su postura. De hecho, la oposición entre estas dos ciudades, la
utilizará posteriormente en esta obra para defender la prioridad de la Iglesia sobre los poderes
políticos, exigiendo su sumisión, es decir, que actúen tutelados por el poder religioso.
De esta manera, asumiendo la dependencia del poder político al religioso, San Agustín
planteará una sociabilidad natural, es decir, aceptará que el individuo necesita de la sociedad,
aunque no sea un bien perfecto; así, sus instituciones, como la familia, se derivan de la
naturaleza humana, siguiendo la teoría de la sociabilidad natural platónica y sobre todo de
Aristóteles, y el poder de los gobernantes procede directamente de Dios.
Si tenemos en cuenta eso que acabamos de decir, entendemos que Agustín plantee en este
texto que será la justicia la que se torne del todo necesario para que exista la sociedad, pues
un grupo humano donde no se dé la justicia, no se puede decir precisamente que sea sociedad
ni pueblo, y ahí no puede haber política. De esta manera, Agustín asume la idea aristotélica
que lo que nos hace naturalmente sociales, es la capacidad de vivir con justicia, o como diría
Aristóteles, es en la sociedad donde adquirimos la capacidad de actuar justamente al obtener
la racionalidad.
Pero como dice en el texto, Agustín establece la base de la justicia y por tanto de la sociedad,
no en la capacidad de adquirir la palabra o el lenguaje, sino en la fe, esto es, en que todos los
habitantes de la sociedad, sean capaces de vivir como los creyentes, actuando siguiendo las
directrices éticas marcadas por el amor a Dios, y por el amor a los otros hombres, o lo que es lo
mismo, actuar como los habitantes de la “ciudad de Dios”.
Con este texto se aprecia también la finalidad que tuvo con esta obra, que fue responder a la
crítica que los romanos no cristianos hacían a los cristianos, a quienes culpaban de la caída del
Imperio a manos de los visigodos por haber promovido el abandono del culto a los dioses
romanos. San Agustín no aceptaba esta crítica y pensaba que el ocaso del Imperio romano se
debía a otras causas más profundas, tales como la decadencia moral de Roma y el rechazo de
los principios de vida que el cristianismo instauró. Esto se aprecia en la idea expuesta en el
texto, que tiene que ver con que si se da la justicia (que es la forma de vida siguiendo los
principios cristianos), se puede dar la sociedad y por tanto la política, con lo que la ética
cristiana es la que impera y determina no sólo un tipo de política, sino que pueda darse la
política.