San Agustín de Hipona fue un filósofo y teólogo cristiano nacido en el año 354 en el norte de África. Tuvo una juventud desordenada pero se convirtió al cristianismo. Más tarde se convirtió en obispo de Hipona y lideró luchas contra herejías. No hizo una distinción clara entre razón y fe, creyendo que ambas deben estar vinculadas para comprender la verdad revelada por la religión.
SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
Augustin de hipona.
1.
2. Agustínde Hipona
Aurelio Agustín nació en Tagaste de
Numidia en el año 354, en África
romana. En su juventud llevó una vida
desordenada. En el 373 leyó la obra
Hortensius, de Cicerón, donde se habla
del amor a la sabiduría.
Agustín de Hipona, conocido también
como san Agustín, es un santo, padre
y doctor de la Iglesia católica. Después
de su conversión, fue obispo de
Hipona, al norte de África y lideró una
serie de luchas contra las herejías de
los maniqueos, los donatistas y el
pelagianismo
3. La filosofía y su método
El origen del filosofar parte del deseo de felicidad. El hombre anhela, no
tanto una verdad teórica, cuanto una verdad que salve. La verdadera
felicidad se encuentra en la unión con Dios por el conocimiento y el amor.
La filosofía se mueve en el ámbito de la religión cristiana, que es la que da la
verdadera felicidad. Para ello, Agustín establece una franca colaboración
entre la razón y la fe: la filosofía es una profundización y fundamentación
racional de la visión cristiana entendida en su sentido más amplio.
Para poder reflexionar hay que impedir a todo trance disiparse
exteriormente. Solo en el interior de la propia persona se encuentra la
verdad. Agustín afirma el primado de la interioridad. Su esfuerzo filosófico
trata de esclarecer el problema de Dios y del alma. Parte del estudio del
interior del hombre para conocer toda la realidad.
4. No hay una distinción clara entre razón y fe en la obra de San Agustín, lo que marcará el
discurrir de todo su pensamiento. Existe una sola verdad, la revelada por la religión, y la
razón puede contribuir a conocerla mejor. "Cree para comprender", nos dice, en una clara
expresión de predominio de la fe; sin la creencia en los dogmas de la fe no podremos llegar a
comprender la verdad, Dios y todo lo creado por Dios (la sabiduría de los antiguos no sería
para él más que ignorancia); "comprende para creer", en clara alusión al papel subsidiario,
pero necesario, de la razón como instrumento de aclaración de la fe: la fe puede y debe
apoyarse en el discurso racional ya que, correctamente utilizado, no puede estar en
desacuerdo con la fe, afianzando el valor de ésta. Esta vinculación profunda entre la razón y
la fe será una característica de la filosofía cristianaposterior hasta la nueva interpretaciónde
la relación entre ambas aportada por santo Tomás de Aquino, y supone una clara
dependencia de la filosofíarespecto a la teología
5. Aunque sin llegar a elaborar una teoría del conocimiento San
Agustín se ocupará del problema del conocimiento, tratando de
establecer las condiciones en las que se puede dar el
conocimiento de la verdad, según el ideal cristiano de la
búsqueda de Cristo y la sabiduría
Distinguirá San Agustín varios tipos de conocimiento,
asegurada su posibilidad: el conocimiento sensible y el
conocimiento racional; el conocimiento racional, a su vez, podrá
ser inferior y superior. El conocimiento sensible es el grado más
bajo de conocimiento y, aunque realizado por el alma, los
sentidos son sus instrumentos.
EL CONOCIMIENTO
6. Ética y
política
La ética agustiniana, aunque inspirada directamente por los ideales
morales del cristianismo, aceptará elementos procedentes del platonismo
y del estoicismo, que encontramos también en otros aspectos de su
pensamiento. Así, compartirá con ellos la conquista de la felicidad como
el objetivo o fin último de la conducta humana; este fin será inalcanzable
en esta vida, dado el carácter trascendente de la naturaleza humana,
dotada de un alma inmortal, por lo que sólo podrá ser alcanzado en la
otra vida.
En cuanto a la sociedad y la política, San Agustín expone sus reflexiones
en La ciudad de Dios, obra escrita a raíz de la caída de Roma en manos
de Alarico y de la desmembración del imperio romano. Los paganos
habían culpado a los cristianos de tal desastre, argumentando que el
abandono de los dioses tradicionales en favor del cristianismo, convertido
desde hacía tiempo en la religión del imperio, había sido la causa de la
pérdida del poder de Roma y de su posterior destrucción.
7. La libertad humana
• Dios es el último principio de la moralidad, que no anula la libertad
humana. El actuar moral del hombre se centra en la voluntad o
amor. En la voluntad humana están inscritas las leyes del bien; el
corazón tiende hacia el bien. Pero es necesario amar rectamente.
Agustín contra pone el «gozar» al «usar». Si el amor recto es el
centro de la vida ética, llevará entonces a la felicidad. Si la vida
humana es amor y anhelo, su plenitud será un estado de reposo y
un goce de la felicidad, habrá llegado a la meta en su fin personal,
que es Dios.
9. OCitas Bibliográficas:
O Agustín de Hipona. (2020, 7 de noviembre). Wikipedia, La
enciclopedia libre. Fecha de consulta: 21:11, noviembre 10, 2020
desde
https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Agust%C3%ADn_de_Hi
pona&oldid=130727801.
O Libro de Filosofía 1 BGU del ministerio. (s. f.). Recuperado 6 de
noviembre de 2020, de https://recursos2.educacion.gob.ec/wp-
content/uploads/2020/04/1bgu-His-Ciu-Fil-F1.pdf
O Agustín de Hipona. (s. f.). Recuperado 10 de noviembre de 2020, de
https://www.webdianoia.com/medieval/agustin/agustin_text1.htm