Dian Fossey dedicó su vida al estudio y conservación de los gorilas de montaña en Ruanda, enfrentándose a cazadores furtivos. A pesar de ser asesinada, su trabajo ayudó a crear conciencia sobre la necesidad de proteger a los gorilas y establecer un centro de investigación. Ahora la población de gorilas se ha recuperado gracias en parte a sus esfuerzos.
Santa Luisa de Marillac nos muestra: Los escollos a evitar
La batalla de Dian Fossey por los gorilas
1. La batalla personal de Dian Fossey
El 26 de diciembre de 1985, en la selva de Ruhengeri, en Ruanda dentro de su cabaña en el
campamento de Karisoke asesinada a machetazos apareció el cuerpo sin vida de Dian Fossey.
Tenía 53 años.
Dian era una mujer excepcional, titulada en terapia ocupacional viajo a África en 1963 para
estudiar con el Dr. Leakey -arqueólogo -en su centro de investigaciones. Sin embargo, Dian, que
había deseado ser veterinaria antes, pronto se vio atraída hacia el estudio de los gorilas de
montaña, animales que hasta entonces eran catalogados como seres agresivos, salvajes y venían
siendo exterminados por cazadores furtivos hasta casi llegar a su extinción total.
Las primeras fotos de Dian en el National Geographic hace casi tres décadas me quitaron el
aliento, ahí estaba ella sentada como quien esta en la sala de sus casa con su amiga de colegio o
una familiar o viejo amigo, con enormes gorilas salvajes en medio de la selva africana. Una
investigadora completa en el campo dando luces sobre la demografía, forma de vida, costumbres y
demás de los gorilas enseñándonos que esas criaturas merecían nuestro respeto y protección.
Comiendo hojas, echada en medio del verdor, rodeada de gorilas que la miraban como una más
del grupo mientras ella aprendía de ellos y nos ayudaba a conocerlos y entenderlos.
Dian se enfrento a las mafias y cazadores furtivos de gorilas con tanta vehemencia y valor que
incluso los pocos guardaparques que la apoyaban y eran de Ruanda la admiraban, logrando con
ello crear una conciencia de que los gorilas eran motivo de orgullo y les correspondía cuidar esta
especie como parte de su riqueza natural y patrimonio nacional. Por eso la mataron, por eso ella
murió así.
En 1988, gracias al libro que Dian escribió en 1980 mientras dictaba cátedra en la Universidad de
Cornell en EEUU, llamado “Gorilas en la niebla”, se realizo una película con la maravillosa
interpretación de la conocida Sigourney Weaver-nominada al Oscar ese año como mejor actriz-
donde podemos ver en toda su amplitud la naturaleza de la obra de Dian. Tanto impacto en la
hermosa Sigourney la vida de Dian que desde entonces ha trabajado por la preservación de los
gorilas de la reserva y se convirtió en la presidenta honoraria de la Fundación Internacional
Gorilla Dian Fossey.
¿Porqué escribir sobre esto podrían decir algunos?, Dian fue una pionera en el campo de la
conservación de la vida animal, su vida y su muerte fueron el punto de partida para que Ruanda
tome conciencia de este problema y hoy tenga un centro de investigación y conservación del
gorila de montaña que en 2005 ya había visto crecer en formas esperanzadora su población a la
vez que se ha convertido en centro de turismo ecológico que es fuente de ingreso para la
población y a la vez genera un espacio de vida silvestre donde el gorila de montaña es el amo y
señor de la selva en libertad y a salvo de las matanzas de antaño.
Mataron a Dian sí, pero luego de casi 24 años quienes conocimos algo de ella podemos con alegría
decir que venció la batalla personal que inicio en esas selvas junto a sus amados amigos los
2. gorilas. Una sola mujer, una sola persona. Ojalá todos podamos de alguna forma en su honor
cuidar nuestro espacio natural, nuestras especies, cortar la contaminación, evitar el irreparable
daño a la tierra que es la que dejaremos para los que vienen. Si ella sola lo logró, ¿Por qué todos
juntos no podríamos?. Hay esperanza para todos en esa victoria.
3.
4. Dian Fossey recibe un toque amable de Puck, una matriarca de una de las familias de gorilas, observó
durante muchos años