Evidencias arqueológicas de la relación entre el hombre y los animales en la américa prehispánica, un repaso por los principales hitos arqueológicos. La actitud del hombre paleoindio, olmeca, azteca, maya e inca ante los animales
Evidencias arqueologicas de la relacion entre el hombre y los animales en la america prehispanica
1. "El hombre y otros animales. Encuentros y desencuentros desde la
antropología" CENTRO “TORDESILLAS” DE RELACIONES CON
IBEROAMÉRICA Universidad de Valladolid
EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS DE LA RELACIÓN DEL HOMBRE CON
LOS ANIMALES EN LA AMÉRICA PREHISPÁNICA
Iván García Vázquez
Arqueólogo e Historiador de Arbotante Patrimonio e Innovación S.L.
ivangv@arbotante.com
RESUMEN / ABSTRACT
El hombre americano siempre ha coexistido con otros animales, desarrollándose, a
través de un proceso secuencial milenario, diferentes relaciones entre ellos y su entorno. En
este sentido, las fieras salvajes representan no solo un recurso material, si no que también se
establecen una serie de mecanismos ideológicos. En el registro arqueológico legado de las
grandes culturas americanas se puede comprobar el protagonismo de los animales en
diferentes comunidades, en diversos momentos y contextos históricos previos a la conquista
española.
The American man has always coexisted with other animals, developing different relationships
with each other and the environment. In this sense, the wild beasts represent a material
resource, but also establishes a series of ideological mechanisms. In the archaeological record
legacy of the great American cultures can verify the role of animals in these communities at
different times and historical contexts before the Spanish conquest.
PALABRAS CLAVE
Amerindio, cazador-recolector, sedentarización, domesticación, mitología.
KEY WORDS
Amerindian, hunter-recolector, sedentarity, domestication, mithology.
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2. 1.- La caza de macrofauna como medio de subsistencia del periodo
paleoindio pleistocénico (14.000 a.C.-7.500 a.C.)
1.1.- Las bandas cazadoras
El Pleistoceno es una época de clima frío que culturalmente coincide con
el Paleoindio, y se caracteriza por ser el contexto cronológico en el que se
produce la colonización americana de gentes provenientes de Siberia, que
entraron por el estrecho de Bering durante el periodo glacial, siguiendo a las
grandes manadas de animales para subsistir.
Aquellos contingentes humanos estaban formados por pocas bandas de
unos 25 ó 30 miembros, que se dedicaban a la caza mayor de bisontes,
mamuts, y otros grandes mamíferos. La técnica de caza era el hostigamiento y
acorralamiento en cazaderos, donde les daban muerte a lanzadas, librando
una dura lucha. Una vez muerto, el animal era desollado y descarnados
aquellos mastodónticos cuerpos, aprovechando su piel como vestido, su carne
como alimento y sus huesos para realizar útiles.
Hacia el final del periodo se produce el calentamiento holocénico, que
propició un cambio en los hábitats. Aquellos grandes herbívoros propios de un
clima frío se extinguieron, desapareciendo hasta 200 géneros de animales
entre los que cabe citar al mamut, mastodonte, smilodon, tapir, équidos,
cérvidos, camélidos o felinos.
Hallazgos de procedentes de Costa Rica, Panamá y Nicaragua son
algunos caballos, perezosos gigantes, gliptodontes, mastodontes,
tortugas, venados, tayasuidos y tapires, que han sido descubiertos en
yacimientos como costarricenses de Finca Guardiria, o el valle del río
Reventazón, ambos en el cantón de Turrialba, o en La Yeguada, en Panamá.
1.2.- La cultura Clovis
En 1927 se descubre en Folsom (Nuevo México, EEUU) una punta de
lanza tipo clovis entre dos costillas de un bisonte extinguido en el pleistoceno.
Era la primera prueba de que el hombre paleoamericano había habitado allí en
el pleistoceno, y de que se dedicaba a la caza de grandes mamíferos. En otros
puntos de América han aparecido asociados arqueológicamente artefactos de
piedra con huesos de caballo, camello y mastodonte, y también puntas
vinculadas a restos de mamut, en contextos de cazadero de gentes de la
cultura Clovis, que además cazaban otros grandes mamiferos como el bisonte,
caribú, alce y buey almizclero.
1.3.- Adaptaciones y manifestaciones ideológicas
En este periodo se documentan las primeras manifestaciones artísticas
del hombre americano, representadas por dos piezas de arte paleoindio que
plasman la relación del hombre y los animales en un contexto ideológico. La
primera de ellas es la cabeza de un cánido similar a un coyote, tallada sobre la
vértebra de un camello, que fue recuperada en Tequixquiac (México) en 1870.
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3. La segunda es parte de una pelvis de paquidermo, decorada con líneas incisas
que representan a un tapir, dos bisontes y un mamut (Canby, 1979) procedente
de Valsequillo (Costa Rica), y de difícil datación.
3.- El periodo Arcaico y la caza especializada (7500 aC-2500 aC)
La llegada del holoceno produjo un complicado abanico ambiental cuyos
efectos se tradujeron en el desarrollo de multitud de adaptaciones culturales
particulares: La dieta se orientó paulatinamente hacia la recolección de
especies vegetales silvestres, y las actividades cinegéticas se enfocaron hacia
animales más pequeños, desarrollándose técnicas novedosas como la caza a
distancia con el empleo de arcos y proyectiles, lanzadores de dardos,
boleadoras o cerbatanas, y la caza de seguimiento: acecho al animal,
siguiendo su rastro, previamente a su captura.
Es en este desarrollo de nuevas técnicas donde el hombre intenta
comprender al animal acechado. Debe conocer que come cada animal, para
saber cuando es el mejor momento del día, pero también conoce su hábitat,
nidos, madrigueras, cuevas… el indígena americano desarrolla sistemas
sostenibles: evitar esquilmar las manadas o jaurías, respetando las épocas de
cría.
Se produce una diversificación de la dieta de tipo estacional: en época
de recogida de frutos se caza menos que en invierno, y ello condiciona la
estabilidad de los campamentos, que pueden durar desde semanas hasta
estaciones completas.
En Guilá Naquitz (Oaxaca, México) la cueva se utilizó anualmente entre
agosto y diciembre, que es la época en la que se pudieron recoger nueces,
frutos, vainas de legumbres, calabaza, mezquite y pencas de maíz para asar.
Esta dieta fue complementada por la caza del ciervo de cola blanca, conejo,
tórtola y varios roedores. La cueva era de nuevo abandonada a inicios de
enero y sus habitantes se dispersaban en grupos más pequeños por diversas
zonas del valle.
3.1.- Centroamérica
En la bahía panameña resulta muy interesante el estudio de la pesca,
sus técnicas y los peces recolectados. En Cerro Mangote, se ha constatado la
presencia de arenga, roncador y caballita, peces de pequeño tamaño
capturados con redes agalleras o plantas de barrera intramareal, a los que se
añaden cangrejos, y algunas aves, iguanas, tortugas y mamíferos, que
complementan la dieta.
Contrario a este sistema surge en Cerro Mangote la captura de grandes
cantidades de peces como el Dormitador latifons, mediante charcos costeros, y
la pesca de especies carnívoras que alcanzan hasta 20 kg, mediante arpones y
trampas sencillas.
3.2.- Área Amazónica:
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4. En la Amazonía pueden diferenciarse dos zonas con características
propias: la tierra firme, en la que abundan animales como la paca, tapir,
armadillo, tortuga, loro, o guacamayo, así como la miel y algunos insectos y
larvas de alto contenido proteico,
Y el bosque de várzea, donde existe una gran cantidad de vegetales y
semillas que atraen diversos pájaros, y gran cantidad de peces con tamaños
que oscilan entre los 140 kg como la piraiba o pez gato y la arapaima, que
alcanza hasta 500 kg. Fósiles de este último se han encontrado en la
Formación Villavieja del Mioceno, en Colombia. La técnica de caza es sencilla.
Se trata de un tipo de pez cuya capacidad branquial no capta la cantidad de
oxigeno necesaria, por lo que se ve obligado a salir a “boquear” a la superficie,
momento aprovechado por los indígenas para golpear y arponear estos
ejemplares1.
La conciencia ecológica de los grupos amazónicos les llevó a tomar en
consideración una serie de medidas para preservar las fuentes de proteínas
como son el traslado quinquenal de los poblados, evitando esquilmar los
cazaderos y pesquerías. Esto se ha constatado posteriormente en pueblos
como los yanomami del río Branco y Orinoco, los mura del Bajo Madeira y los
Yapurá del Río Negro.
El arma tradicional es el arco, aunque se emplean trampas y pueblos
como los shuar o jívaros y los ticuna, emplean el dardo y el propulsor, y
cerbatanas con dardos impregnados en curare. Para la pesca empleaban el
arco, pero en capturas grandes utilizan una lanza-arpón de punta desmontable.
Poblaciones como los guaraníes, los tupí del río san francisco y los tupinambá
de a costa atlántica, tallan las puntas de madera de sus flechas con dientes de
roedor y dentaduras de piraña.
3.3.- Región Andina
En esta zona, por sus características medioambientales, la caza y la
pesca siempre estuvieron subordinadas a la agricultura. Los uru, cazaban con
onda o a mano tanto pájaros, como gansos, perdices y algunas especies
acuáticas.
Los atacameños cazaban ocasionalmente guanacos y vicuñas, y
algunas aves. Los huarpes, más próximos a la Pampa, cazaban guanacos,
ciervos, ñandú y algunos pájaros. Llamas, vicuñas y conejos de indias
complementaban la dieta cinegética.
3.4.- América Austral
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Parques Nacionales Naturales de Colombia. Info. Web (http://www.parquesnacionales.gov.co).
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5. En la Pampa se realizaba la caza del guanaco y del ñandú, para lo cual
se disfrazaban de arbustos. En la caza del guanaco, los ona se pintan el
cuerpo para disparar la flecha desde la menor distancia posible.
Los pueblos de la Tierra del fuego cazaban focas, pájaros de mar,
ballenas, pescados y mariscos. Las crías de foca eran acogotadas con palos,
en tanto que las adultas se capturaban con un arpón realizado con hueso de
ballena y anzuelos hechos con conchas de pequeño tamaño.
4.- La domesticación de especies animales durante el Formativo (2.500
a.C.-1 d.C.)
El Formativo es el gran periodo de innovación tecnológica del mundo
americano, origen de las grandes culturas americanas, cuando surgen la
cerámica, la agricultura y la domesticación de algunas especies animales, y
cuando se van configurando los principales sistemas ideológicos del mundo
americano.
4.1.- Mesoamérica y las cultura Olmeca y Colima
El mundo mesoamericano es uno de los focos de la cuna cultural
americana, y la civilización olmeca es la fuente de la que beben aztecas,
mayas, toltecas y tlaxcaltecas. Por ello muchos de los paradigmas de los
pueblos receptores surgen en la zona olmeca donde actualmente se encuentra
Veracruz (México).
Aquellos primeros agricultores, complementaban su dieta con la caza de
ciervos y conejos, entre otros. A la escasez de algunos animales sobrevenida
se une la imposibilidad de domesticar grandes herbívoros como ocurre en otras
zonas del mundo, debido a la escasa variedad de especies potencialmente
domesticables. El caballo y el camello se habían extinguido hacia el 7000
a.C., y bisontes, antílopes, y cabra montes no había cruzado la frontera del
río Grande, quedando en el sur de los actuales Estados Unidos. Es por ello que
aunque se conocía la rueda, al no existir bestias de carga, no fue empleada.
Es el perro el primer animal domesticado, y aunque los olmecas ya
disponen de ellos, lo cierto es que los primeros indicios de estos animales
domesticados en América datan de hace 8 mil años. Existen testimonios
procedentes de Tlatinco (México), en cuya necrópolis se han recuperado varias
estatuillas de perros. Por otro lado, la cerámica de la cultura colima representa
gran número de perros en los que se intuye un engorde artificial con el objetivo
de su ingesta posterior. Serían pues empleados como “conservas vivas” a
disposición de sus amos.
Los conocidos en España, Chile, Argentina y Uruguay como pavos, se
denominan guajolote o Gallipavo en México y Pirú en Brasil. Los pavos
fueron domesticados por los indígenas mesoamericanos hacia el 2.000 a.C.,
con el objeto de ser incluidos en su dieta. Constituían una ofrenda en los
rituales, se utilizaban para el trueque y su plumaje en adornos ornamentales.
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6. El tercer animal en ser domesticado es el pato cuya existencia silvestre
se constata hace 14.000 años, y fue asimilado hacia el 2.000 a.C. Existen
varias representaciones olmecas, como la estatua de Tuxtla (México). La
polémica reside en si eran consumidos o se empleaban como controladores de
insectos en el interior de la vivienda (Angulo: 1998).
Los olmecas incorporaron a los animales a su ideología y sistema de
creencias. El jaguar es el animal totémico por excelencia. Es la principal
deidad olmeca, identificada con los dioses de la lluvia de amplia tradición en la
civilización mesoamericana; aunque también se les ha considerado como la
expresión de un viejo mito que delega la creación de la Humanidad en la
cópula del jaguar con una mujer, y origina un tipo ideal de hombre
caracterizado por sus rasgos de felinos. Evidencias para esta teoría se hallan
en tallas de Laguna de los Cerros y de Río Chiquito (México), aunque existen
multitud de representación de hombres-jaguar o baby face.
5.- La relación entre el hombre y los animales en las grandes culturas
americanas del periodo Clásico (1 d.C. 1500 d.C.)
5.1.- Aztecas (1000 a.C.-1525 d.C)
Los aztecas son herederos culturales del mundo olmeca: conocen el
perro plenamente domesticado, así como los guajolotes y el pato.
Pero los aztecas incorporan a su sistema de creencias una serie de
dioses con atributos animales. Por su extensión, y tan solo como ejemplo
puede citarse a Huitzilopotzli (Colibrí zurdo o del sur), Quetzalcoatl (serpiente
emplumada), Tepeyollotl, ataviado con una piel de jaguar, Mixcoatl (serpiente
nube).
Las plumas y las pieles daban prestigio a las élites. Posiblemente las
plumas acercan a su poseedor al supramundo divino, y por ello es el quetzal el
dios del cielo.
Siguiendo el mismo patrón, el jaguar, heredado del mundo olmeca,
resulta igualmente interesante. Transferido al panteón azteca a través de
Tepeyollotll, el cubrirse con su piel es símbolo de poder y de conexión con la
propia divinidad. En las zonas de montaña se venera al puma. Finalmente, el
empleo de animales en el mundo textil azteca favoreció el uso de la cochinilla
para producir carmín.
5.2.- Mixtecas
Por su parte los mixtecas empleaban el púrpura, colorante que se
obtiene de una sustancia segregada por algunas especies de moluscos
gasterópodos del género murex, que en el caso americano es el caracol
púrpura pansa
5.3.- Mundo Maya (2.000 a.C. - 1.546 d.C.)
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7. La civilización maya fue la más avanzada de toda América. Los animales
que se cazaban o pescaban tenían como destino la alimentación o el provecho
de sus pieles, huesos, dientes y grasa. Eran venados, armadillos, pájaros,
jaguares, iguanas… y en los ríos, lagos y costas de los mares, una gran
variedad de peces, moluscos y crustáceos. Además, fueron excelentes
apicultores. Comían carne de manatí, al que llamaban chiilbek (hombre-pez),
aunque cuidaban mucho su caza, pues era símbolo de la maternidad.
Los animales constituyeron para los mayas una manifestación de las
fuerzas divinas, a la vez que fueron su enlace con la naturaleza y adquirieron
un estatus mágico-religioso siempre presente en la vida cotidiana del pueblo,
rica en expresiones rituales. La fuerte carga simbólica de los animales en la
cultura maya es sumamente compleja y está cargada de imágenes visuales y
mentales presentes en el inconsciente colectivo; además, aún pervive gran
parte de su esencia entre diversos grupos indígenas, de tal forma que incluso
la danza rescata, en sus coreografías y atuendos, toda esta riqueza expresiva.
Alessandro Lupo, en su ensayo "Nahualismo y tonalismo", explica:
"Mientras que sólo a algunos individuos les está concedido el don de
transformarse en animales (nahuales), todos poseen desde su nacimiento un
alter ego, un doble animal que determina su carácter, su resistencia física y
espiritual y, en última instancia, su destino".
Entre los animales más importantes de la fauna maya, por su valor
simbólico en su cultura está la tríada mesoamericana:
Quetzal: fue símbolo de majestuosidad, belleza, fertilidad, abundancia y
vida. Los adornos, atuendos y estandartes confeccionados con su plumaje eran
la materialización del poder, el tributo y la riqueza. Nunca mataban a estas
aves para quitarles sus plumas; las atrapaban, tomaban algunas de su cola y
las dejaban en libertad, sabiendo que sus alas crecerían de nuevo.
Jaguar: Balam para los mayas. Simbolizó el poder que acompañaba a
los sacerdotes, guerreros y hechiceros. Estuvo ligado a las fuentes del agua y
la fertilidad de la tierra; pero también a la oscuridad y al inframundo. Su piel
moteada representó para los mayas el cielo estrellado.
Serpiente: Kan, en maya o cóatl para los mexicas, es un animal
sobresaliente en las culturas prehispánicas, baste pensar en Quetzalcóatl, la
serpiente emplumada -Kukulcán para los mayas-. Las deidades del agua y la
fertilidad de la Tierra están estrechamente ligadas a este poderoso animal.
Existen otros animales. Entre las aves destaca el colibrí, que era
admirado porque, a pesar de su tamaño, mostraba gran fuerza y poderío al
volar, y el búho relacionado con la fertilidad, la muerte,y era el mensajero del
inframundo.
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8. Entre los reptiles destaca el cocodrilo. Dentro de la cosmogonía maya,
un enorme cocodrilo sostenía la Tierra. En el centro ceremonial de la ciudad de
Lamanai, en Belice, se veneró a este animal como fuente de poder. Se le
representaba con el signo imix, relacionado con el maíz y la flor de mayo.
Itzamná, deidad esencial del pueblo maya, considerada energía fecundante del
universo, es a menudo representada emergiendo de las fauces de un
cocodrilo. También se le relacionó con la ceiba, el árbol sagrado de los
mayas. Bab era el nombre que los mayas daban al sapo, con los rituales de
agua, y la tortuga, relacionada también con el agua. Para los mayas, el
caparazón de la tortuga simbolizaba la forma circular de la Tierra, y se utilizó
como instrumento musical, ya que reproducía el sonido de los rayos que
anteceden a la lluvia.
De los artrópodos, las mariposas tenían las almas de los guerreros
muertos en batalla o sacrificio. Después de acompañar durante cuatro años al
Sol en su recorrido diario, se convertían en este insecto. Los mayas
relacionaban a la araña con Ixchel, diosa de los nacimientos, los embarazos y
la fertilidad.
Finalmente, de los mamíferos, el conejo, el mono, ligado a la
concepción de que los primeros hombres fueron monos, el murciélago (tzotz),
animal nocturno ligado con la muerte, los sacrificios y las fuerzas de la
oscuridad. En la mitología maya, fue un venado el que, con su pezuña, formó
los órganos sexuales de la luna. Además, era admirado por su belleza y
agilidad. El Tlacuache, un musélido inteligente, con gran resistencia física y
facultad para fingirse muerto ante el peligro. Para las culturas prehispánicas,
era el viajero que transporta los bienes del otro mundo a éste. También está
ligado a las "conspicuas costumbres" y aparece representado en el Códice
Dresde.
Entre los moluscos, el Caracol, símbolo del agua e instrumento musical.
También recuerda el concepto maya de que el tiempo es cíclico y no lineal. Su
particular sonido estaba ligado a los actos y celebraciones más importantes del
mundo prehispánico.
5.4.- Mundo Inca (1200 a.C. -1532.d.C.)
En el Área Andina emerge la cultura incaica, marcadamente diferenciada
de sus coetáneas mesoamericanas. Esta diferenciación es perceptible en el
hecho de que en el altiplano se desarrolla una interesante ganadería e industria
textil en torno a la llama, tal vez desde los inicios del 3.000 a.C. Es al igual que
vicuña, alpaca y guanaco un camélido que vive en Perú, Bolivia, Ecuador y
norte de Argentina, en la cordillera de Los Andes, donde se desarrolló un
pastoreo basado en la trashumancia estacional, lo que exige una residencia
central familiar y varias secundarias a diferentes niveles de altitud.
El pastor de la Puna aprovecha, además de la carne, los productos
secundarios: leche, la lana y el estiércol, que se usa como combustible. Estos
productos se intercambian por vegetales y tubérculos en la zona baja de los
valles. Vinculada a la ganadería surge una potente industria textil incaica.
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9. También de gran valor económico fue la domesticación de un roedor, el
cuy, coballa o conejo de indias, que se domestica hacia el 7.000 a.C. en
Junín (Perú). Se han documentado restos en el Alto Marañón, Rapayán,
Tactabamba, Contumarca, Jircán y Tantamayo, que son las que demuestran
mayor adelanto técnico de crianza. Se estaría hablando de cuyes
domesticados en el 9.000 años a.C., anteriores a los Incas en el Cerro Sechín
(Casma), con 3.000 a.C. y en Ancón 1400 a.C.
Otra especie es la gallina araucana o mapuche. Su origen es
polémico, pero parece probable que podrían haber sido traídas por migraciones
polinésicas antes de la llegada de los españoles. Esta última hipótesis tomó
fuerza cuando, a principios de junio de 2007, antropólogos chilenos y
neozelandeses, anunciaron haber encontrado unos cincuenta huesos de pollo
en el sitio arqueológico de El Arenal, al sur del Chile.
La trilogía incaica está formada por el cóndor, el puma y la serpiente,
encarnada en Amaru. Además, el pájaro inti (un matamico andino), era el
mensajero de los dioses inseparable del gran dios Viracocha. De las plumas de
este pájaro se confeccionaba el penacho del emperador.
5.5.- Cultura Nazca
No se puede obviar la aún hoy enigmática cultura Nazca, de la que tan
solo mencionaremos la existencia de los petroglifos de varios miles de metros
de longitud, que representan a animales, de los que destacan el colibrí, el
pelícano, mono, ballena, araña entre otros, y que tan sólo son perceptibles
desde el aire.
CONCLUSIONES
El hombre siempre ha vivido vinculado a la presencia animal, y no se
conoce a lo largo de la historia ninguna sociedad que haya vivido al margen de
los animales. En el mundo amerindio, el hombre ha vivido un proceso paulatino
y lento en el tiempo, en el que ha aprendido a interactuar con los animales.
Se ha pasado de una fase inicial, en la que se perseguían grandes
manadas de mamuts y bisontes, básica en su dieta, a una caza más selectiva y
especializadaa, de animales de menor tamaño, pero que requiere más
destreza en su captura, y que se complementa con especies vegetales.
Un tercer estadio lo representa la estabulación de ganado: se trata de
tener “conservas vivas” de animales. Entre estos: perros, guajolotes y patos en
el área mexicana, y cuis y llamas, vicuñas y alpacas en la región andina.
Del proceso de domesticación surgen lo que Sherrat definió como la
revolución de los productos secundarios: el aprovechamiento de la carne como
producto primario, y la transformación de la lana en tejido, de la leche en
productos lácteos y del estiércol como combustible. Pero sin duda es la fuerza
animal el mayor valor secundario producido por los animales.
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10. Paralelo a este proceso surgen las creencias que implican el
protagonismo de algunos animales. En el mundo olmeca surge la figura
indiscutible del jaguar y la serpiente emplumada (cueva de Juxtlahueca,
Mexico)
El mundo maya es una sociedad eminentemente agrícola, y los dioses
se vinculan a los fenómenos naturales y al maiz. Solamente hay contados
casos de representaciones de divinidades asociadas con animales. Este sería
el caso de El dios Itzamná, a quien se representaba con forma de reptil o
iguana, regía el Cielo en su conjunto. Ek Chuak, dios de los comerciantes,
representado con cola de escorpión, Ah Muzenkab: dios de las abejas y la miel,
Chac: dios de la lluvia. Se le representa como un anciano con un ojo de reptil,
una nariz larga enrollada y dos colmillos. Aparece con frecuencia en la
decoración, debido a la importancia de la lluvia para las cosechas, Chac Bolay:
dios jaguar del inframundo.
Sin embargo, los animales están presentes en la cosmogonía maya. Así
en las 5 creaciones están presentes los animales divinizados. En la 1º, Ocelotl
(jaguar), donde los jaguares devoran a los gigantes. En la segunda,
Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, aparece como el sol, y las personas
supervivientes se convierten en monos. En las tercera, las personas que
sobreviven se convierten en pájaros, en la cuarta en peces, y en la 5º vuelve a
aaprecer quetzalcóatl para darle vida a los huesos del inframundo.
En el mundo incaica los animales ceden terreno a los fenómenos
naturales, pero existe un recurrente vinculo con la serpiente, encarnada en
Amaru, la serpiente mitológica divina, y el pájaro inti (un matamico andino o
Phalcoboenus megalopterus), el mensajero de los dioses inseparable del gran
dios Viracocha. De las plumas de este pájaro se confeccionaba el penacho del
emperador.
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