2. Hoy en día, la forma en que se enseña la historia en las escuelas de Educación Básica, varia a gran escala de cómo esos docentes que la imparten la aprendieron. Era común ver en las aulas educativas a maestros y maestras narrando los hechos históricos, sin análisis, reflexión o crítica alguna. Anteponiendo a los personajes históricos como héroes y villanos. De igual manera era de vital importancia en aprendizaje de fechas, es decir, se manejaba una memoria mecánica y no reflexiva. Otro de los tratamientos comunes en las aulas era leer hasta el cansancio, subrayar y redactar un resumen que en muchas ocasiones sólo consumían tiempo. Hoy en día la historia es más movida, el maestro toma o adopta un papel de facilitador, es decir, seguimos contando la historia, pero es tarea del alumnos indagar, analizar, reflexionar, confrontar, hacer una crítica constructiva, en pocas palabras entender el pasado para comprender nuestro presente.
3. En la actualidad, los docentes provocamos el pensar y diversificamos las actividades en acciones lúdicas para alcanzar un conocimiento significativo o un aprendizaje esperado. Los maestros echamos mano de líneas del tiempo, mapas mentales y conceptuales, diagramas, juegos de simulación, entrevistas, además de hacerlo más interesante con el uso de las TIC’S. Con lo anterior, planteamos un proceso en donde hacemos un cambio intelectual, aunque la mayoría de los docentes nos formamos con otro paradigma, hemos evolucionado. Este es el punto central del proceso de enseñanza-aprendizaje: El educador es un agente de cambio con actualización constante. Sin embargo, debemos de reconocer la dolorosa realidad, hay quiénes no han cambiado sus prácticas docentes, haciendo una practica de la historia inmóvil.
