3. -¡Agua, agua! ¡Hay agua más allá! -gritaron.
Algunas personas corrieron directamente en dirección al agua, pero, cuando la proba
ron, su felicidad se transformó en profunda decepción. Ahora, el pueblo se sentía aún más
sediento que antes de haber visto el agua amarga. Comenzaron a quejarse y a reclamarle a
Moisés.
Moisés sabía que Dios no había abandonado a su pueblo; estaba seguro de que Dios se
encargaría de sus necesidades. Por eso, Moisés oró a Dios y le pidió ayuda, y Dios reco
mendó a Moisés lo que debía hacer: le indicó que buscara un pedazo de madera y que lo
tirara en el agua.
Moisés hizo tal como Dios le ordenó, y el agua se volvió dulce.
Una vez más, el pueblo corrió hacia el agua. Esta vez no se decepcionaron: bebieron
todo lo que quisieron de esa agua fresca y dulce. Los niños, los adultos y los animales be
bieron toda el agua que quisieron. Dios había obrado un milagro para atender sus necesi
dades, incluyendo su gran necesidad de agua en medio del desierto. Agradecieron a Dios y
lo alabaron por cuidar tanto de ellos.
Dios tiene cuidado de nuestras necesidades, así como lo hizo con los israelitas. Él se
asegura de que tengamos agua, comida y un lugar seguro para dormir. Nos da una familia,
amigos y aire para respirar. Nosotros no siempre conseguimos lo que queremos, pero Dios
se asegura de que tengamos lo que necesitamos. Agradezcamos a Dios por atender nues
tras necesidades.
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4. I
Lean la historia de la lección cada día de esta semana
y repasen el versículo para memorizar.
Los guiará.................................(Cruzar los
dedos. La mano dere
cha tira a la izquierda
hacia la derecha).
a fuentes de aguas de vida___ (Simular beber de un
vaso)
Apocalipsis 7:17...................... (Palmas juntas, luego
abiertas)
usan el agua en casa. Permite que tu hijo juegue con
agua (en una bañera, en la pileta de la cocina, afuera,
con la manguera, etc.).
Cuéntale acerca de alguna vez en que Dios suplió
una necesidad tuya; luego, agradézcanle por hacerlo.
D O M I N G O
Anima a tu hijo a compartir con alguien su bolsa de
Cuando ofrezcas a tu hijo un vaso de agua, pídele
que repita el versículo para memorizar. Pregúntale:
¿Cuánta agua necesita tu cuerpo por día? Indícale que
llene un vaso con agua. Pregúntale: ¿Esta cantidad?
Ahora, que llene seis vasos de agua y que los cuente.
Explícale que alguien de su edad necesita unos seis vasos
de agua cada día.
sal o el dibujo del Cuerpo de Agua que hicieron en la
Escuela Sabática, y que le explique la necesidad de agua
de los israelitas (o dibujen un bosquejo de un cuerpo
y pídele que coloree el 60% con un crayón azul, para
representar el agua). Cuéntale que su cuerpo está consti
tuido por un poco más de la mitad de agua.
Lean Éxodo 15:22 al 25. Pregunta a tu hijito: ¿Por qué
se quejaba y protestaba el pueblo? ¿Qué hicieron
cuando Dios les dio agua
dulce? Agradezcamos a Dios
ahora mismo por el agua
buena y saludable que nos
da.
Pide a tu hijo que riegue
una planta. Pregúntale: ¿Qué
pasaría si no regáramos
nunca la planta?
Lee 1 Pedro 5:7 a tu
hijo. Dile: Adoramos a
Dios cuando le agradece
mos por damos todo lo
que necesitamos.
Ofrece algo salado
para comer a tu hijo.
Cuando tenga sed, dale
un vaso con un poco de
polvo para preparar jugo,
pero sin agua. Cuando te reclame, pídele que lo llene
de agua, que lo revuelva con una cuchara y que lo beba.
Pregúntale: ¿Por qué el polvo no te sació la sed?
Agradezcan a Jesús por la buena agua.
Enumeren y mencionen
las diversas formas en que
Dramaticen la historia bíblica con tu familia (prepara
un poco de agua “amarga”, agregándole sal). Durante el
culto familiar, que cada persona diga cuál es su bebida
favorita; luego, agradezcan a Dios por darles buenas
cosas para beber.
Canten “Dios es tan bueno”.
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