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Los bonos de carbono como estrategia biyectiva
1. LOS BONOS DE CARBONO COMO ESTRATEGIA BIYECTIVA:
BENEFICIO ECONÓMICO ⇔ MEJORAMIENTO AMBIENTAL
Juan Carlos Valdelamar Villegas
Grupo de Investigaciones Ambientales. Fundación Universitaria Tecnológico
Comfenalco.
juvaldelamar@gmail.com
Durante los últimos cinco decenios, el hombre ha observado con mayor
detenimiento los cambios que han venido presentado algunas variables como la
temperatura, la precipitación, la circulación de corrientes marinas y de vientos;
estas poco a poco han contribuido a una serie de cambios en las condiciones
ambientales, no solo locales, sino globales, lo cual ha traído como consecuencia
que muchos representantes del componente biótico hayan visto comprometida su
viabilidad, ya que muchos de sus procesos vitales; entre ellos la alimentación,
homeostasis y reproducción se han estado seriamente comprometidos.
Contribuyendo de esta manera no solo a su desaparición, sino también a cambios
en el funcionamiento de los ecosistemas a los que pertenecían, ya que sin ellos
algunos procesos regulatorios se han visto afectados negativamente (IPCC 2007).
Los cambios asociados a las condiciones ambientales en la actualidad han estado
altamente relacionados con el cambio climático, el cual se ha caracterizado sobre
todo por el incremento en la temperatura atmosférica mundial, a causa del
aumento en la concentración de algunos gases denominados “invernaderos”, que
normalmente se encontraban a bajas concentraciones en la atmosfera; dentro de
este conjunto de gases se destacan el CO2, CH4, NO2; y la emisión de otros de
origen antrópico como el CFC-12 y el HCFC-22, entre otros (Butnara & Llop 2007).
El aumento de la concentración de estos gases, genera cambios en el balance de
energía térmica del planeta, potencializando la retención de una mayor cantidad
de calor en la tierra. Pese al conocimiento de este efecto, y las formas como se
puede reducir su impacto, el hombre no se había preocupado por resarcir o reducir
el impacto de estas afecciones, sin embargo durante los últimos dos decenios se
han venido desarrollando estrategias orientadas hacia la reducción de las
emisiones de estos contaminantes. Una de estas estrategias ha consistido en la
optimización de los procesos de producción de energía eléctrica, con el objeto de
aminorar las emisiones de CO2, a partir de la identificación de los mejores
modelos de producción de energía, mediante el conocimiento de los precios de los
créditos de carbón y las demandas reales de producción de electricidad, a través
de plantas de generación (Han & Lee 2011); otra de las estrategias se ha basado
en la estimulación de la construcción de plantas hidroeléctricas, o en la
complementación de la producción de energía de plantas de combustión con la de
métodos alternativos, como la eólica, solar y mas recientemente la undimotriz, o
energía producida a partir de las mareas (Hazlett et al, 2009); sin embargo estos
procedimientos solo garantizan en cierto modo la reducción de las emisiones de
2. gases invernaderos, mas no la reducción de las concentraciones actuales o su
mantenimiento durante largos periodos de tiempo.
Para reducir o mantener en cierto modo estable las concentraciones de gases
invernaderos, esencialmente el CO2; algunos gobiernos e instituciones han optado
por estimular la fijación de este gas mediante la implementación de programas de
reforestación, con lo cual se pueden obtener dobles beneficios, por una parte, la
reducción significativa de este gas, y con ello la disminución de emisiones de este
gas invernadero, y por otra parte la obtención de incentivos económicos por esta
práctica. La anterior práctica usualmente ha sido implementada en zonas
netamente rurales, sobre todo de países en desarrollo, los cuales se caracterizan
por la presencia de grandes extensiones de suelos poco urbanizados, que muy a
menudo son destinadas como áreas de reservas o en el peor de los casos para
desarrollo agrícola; sin embargo en los últimos dos años han surgido propuestas
que buscan volcar parte de estos beneficios, hacia las zonas urbanas, como ha
ocurrido en Estados Unidos, donde según Poudyala et al. (2011), estas tienen la
capacidad y los recursos necesarios para la ejecución de este tipo de proyectos,
cumpliendo con los criterios claves de calidad, tales como la adicionalidad,
verificación y permanencia, en este sentido los espacios verdes urbanos
constituyen una nueva fuente potencial de ingresos que podrían obtenerse a partir
de la estructuración de proyectos en los que se incluya el componente: Bonos de
Carbono.
Pese al anterior planteamiento, las compensaciones de las zonas rurales se
consideran de mayor significancia, debido a la mayor dimensionalidad de áreas
que las comprenden, sobre todo en las zonas tropicales cuya importancia radica
en su papel como centros de alta fijación de Carbono, cuyas afecciones por
efectos de la deforestación y la quema de maderas, puede incrementar en hasta
mas de un 17%, la emisión de gases invernaderos a la atmósfera (Schmidt 2009).
Por ello es de gran importancia que en los países de las latitudes en mención se
incremente el número de proyectos de este tipo, los cuales pueden resultar
tediosos en un inicio por los inconvenientes que se pueden presentar al momento
de plantear las metodologías, las cuales se caracterizan por constar de fases con
seguimientos muy estrictos, a los cuales les siguen verificaciones técnicas y
posteriormente la búsqueda de comparadores potenciales con los cuales se debe
negociar el precio y las condiciones que regirán el contrato. Respecto a este
último punto, Disch et al. (2010), de la organización GVEP International, proponen
una guía en la cual exponen algunos de los principales aspectos que se deben
tener en cuenta si se quiere participar en la comercialización de los bonos de
Carbono.
Una de las iniciativas de este tipo, la ha implementado la organización AMBIO, a
través de su programa Scolel´ Te, mediante el cual han logrado comercializar
grandes volúmenes de CO2, sobre todo, durante el periodo comprendido entre los
años 2000 y 2006, luego del cual enfrentan una marcada caída en sus ventas,
iniciando una lenta recuperación a partir del 2010 (figura 1).
3. Figura 1. CO2 Total vendido por los programas liderados por AMBIO durante el
periodo 2000 – 2010. Adaptado de: Quepulcha 2011.
Pese a la lenta recuperación de sus ventas, la organización ha venido
desarrollando alianzas con entidades de gran relevancia en el tema ambiental,
como Conservación Internacional y reforestamos México, con las cuales han
logrado sacar adelantes proyectos de gran envergadura como el Programa
Carbono Neutral TIC. Sin embargo como resultado de los proyectos que estuvo
adelantando Ambio en 2010, ésta reporta que ha monitoreado un total de 3632 ha,
comprendidas en 726 parcelas, equivalentes al 11,7% de las destinadas a
programas de mantenimiento y reforestación (Quechulpa et al. 2010). Las parcelas
están a cargo de comunidades, que cumplen varias funciones en el proceso; una
de estas es la producción de plantas en viveros cuya producción resulta de la
combinación de algunos métodos ancestrales con los de la tecnología agrícola
moderna. Las plántulas producidas en estos viveros, son destinadas para los
programas de reforestación. Adicionalmente las comunidades utilizan parte de la
madera que es producida en estos bosques, para la realización de muebles u
otros artefactos con este material; en algunos casos estos arboles pueden ser
utilizados como fuente de alimento.
En este tipo de proyectos, también es destacable el papel que juega la mujer,
como uno de los actores principales durante el proceso, ya sea durante la
producción de plántulas, como en otras de las actividades antes mencionadas.
Otro de los aspectos positivos de este tipo de proyectos, es el relacionado con la
capacitación que reciben las comunidades por parte de expertos en los temas
agrícolas y agroforestales, así como en temas de monitoreo y verificación de las
condiciones fitosanitarias de los especímenes, para lo cual no solo desarrollan el
componente teórico, sino que el práctico, casi de manera inmediata; estas
comunidades también se caracterizan por que permiten la conformación de
patrulleros cuya labor principal es la de adecuar los caminos y hacer frente a los
incendios forestales que se presenten en la zona.
4. Estos programas no solo permiten la fijación de grandes cantidades de CO2
presente en la atmosfera, sino que también posibilitan en gran medida la captación
de recursos económicos, que pueden ser viabilizados hacia el desarrollo de las
comunidades que habitan las zonas donde se ejecuten esta iniciativas, a partir de
su capacitación en aspectos técnicos en las áreas agrícolas, agroforestales y el
desarrollo de productos a partir del recurso maderable; razón por la cual se puede
afirmar que este proceso podría considerarse de carácter biyectivo.
BIBLIOGRAFÍA
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