2. Nacida en 24 de febrero de 1956, en Cleveland,
EEUU.
Filosofa post estructuralista.
Profesora del departamento de retórica y literatura
comparada de la Universidad de California.EEUU.
Realizó importantes aportes en el campo del
feminismo, teoría queer, la filosofía política y la
ética.
4. ¿Qué es una mujer?
¿Qué es un hombre?
¿Qué es la feminidad?
¿Qué es la masculinidad?
¿Qué es la homosexualidad?
¿Qué es la heterosexualidad?
¿Como será todo aquello que queda
afuera de lo que establece tales
alternativas?
5. Butler reflexiona sobre la identidad, sobre el nombre.
No hay una sola identidad.
Reflexiona sobre la pérdida de las normas.
Toma de Beauvier su cita “ No se nace mujer, se llega a serlo”.
¿Esa noción de devenir, era eternamente un devenir?.
Si el modo de devenir exige un fin, se podía aplicar al género en general
¿No se nace hombre, se llega a serlo?
Se nace femenino o masculino para no llegar a ser después ni hombre ni mujer.
Esa noción de DEVENIR podía despertarse en todas las direcciones.
6. Allí empieza a desarrollar su tesis “ El género en disputa”.
Los estereotipos son más que ideas que se hacen sobre el género, son relaciones
sociales que con el tiempo se naturalizan.
Cuerpos masculinos
Como éstos se configuran con el tiempo.
Cuerpos femeninos
Género : En tanto norma se ejerce de manera coercitiva.
Campo de ambivalencias.
Deshacer el género.
Estamos enfrentados a una angustia ligados a las normas de género.
Problematiza ,cuestiona al género como categoría central del discurso feminista.
7. Butler :
Piensa al género de una forma posmoderna,
problematiza, cuestiona el género como
categoría central del discurso feminista,
debate la noción según la cual la persona ES
macho o hembra, masculina o femenina. Para
ella, fuera de una construcción social, el
género es una actuación (o performance),un
espectáculo que llevamos a cabo mediante
un conjunto de signos que portamos gracias a
los libretos que otros nos suministran como un
disfraz o un traje.
8. Sujetos de sexo-género/deseo
Judith Butler parte de un fuerte cuestionamiento
al postulado básico de la teoría feminista, en el
cual existen un sujeto y una identidad que
precisan representaciones políticas y lingüísticas.
Las “mujeres” son categorías plurivalentes y
atravesadas por la clase, la etnia, la sexualidad y
otras supuestas facetas de identidad. Butler
cuestiona toda generalización del “sujeto” de
análisis del feminismo.
9. En consecuencia, cuando dentro de la
aproximación feminista se presume la
universalidad del patriarcado, se borran las
particularidades que la opresión adquiere en
diferentes tiempos y lugares. Si el género es una
múltiple interpretación del sexo, toda
compulsión a establecer un orden monolítico
entre sexo y género debe ser cuestionada, por
tal motivo Butler se aparta de la obsesión por los
consensos y plantea un feminismo de coalición
que critique las bases de la identidad y del
género.
10. La tarea es elaborar una crítica de las
categorías de identidad que generan,
naturalizan e inmovilizan las estructuras
jurídicas actuales.
Se necesita una nueva política feminista para
combatir las reificaciones mismas de género
e identidad que sostenga la construcción
variable de la identidad es un requisito
metodológico y normativo además de una
meta política.
11. Sistema binario de género.
La idea de una relación mimética entre género y
sexo, en la cual el género refleja al sexo o esta
limitado por él.
Cuando se quiebra esta relación (género
independientemente del sexo), el género pasa a ser
un artificio ambiguo.
Hombre y masculino puede significar cuerpo de
mujer o de hombre.
Mujer y femenino tanto uno de hombre como de
mujer.
12. Butler se detiene en analizar algunos puntos de los trabajos de
Simone de Beauvoir y de Luce Irigaray para sondear las
relaciones que hay entre el poder y las categorías de sexo y
género. De acuerdo a Beauvoir, las mujeres son la carencia
fundamental ante las cuales los hombres instituyen
su identidad; para Irigaray tal dialéctica hace parte de una
“economía significante” que excluye la representación de las
mujeres como colectivo al servirse del lenguaje falogocéntrico
(el discurso ordenado según la valoración masculina del
mundo).
De lo dicho tanto por Irigaray como por Beauvoir, Butler
establece entre ellas un aparente acuerdo al asumir que en
ambas existe un ser femenino que intenta ser representado, lo
cual impide la posibilidad de ser o de llegar a ser un género
cabal.
13. Reflexionar:
“Es posible alterar y desplazar las nociones de
género naturalizadas y reificadas que sustentan
la hegemonía masculina y el poder heterosexistas
para problematizar el género no mediante
maniobras utópicas sino movilizando,
confundiendo subversivamente y multiplicando
aquellas categorías constitutivas que intentan
preservar el género en el sitio que les
corresponde al presentarse como las ilusiones
que crean la identidad.”