2. Los soldados de Babilonia acaban de conquistar Jerusalén, no la
destruyen pero deponen al rey y ponen a otro en su lugar. Es cuando
aparece el profeta Jeremías para exigir al pueblo que ponga su
confianza en Dios no en las armas.
3. Baruc, que era hijo de un alto personaje de la corte del rey, se
convierte en discípulo y secretario de Jeremías. El nombre de Baruc
significa bendito, como el nombre de Benedicto de nuestro Papa.
4. Jeremías afirma que Dios va a castigar al pueblo por todos sus pecados
y que los babilonios volverán para destruir esta vez sí la ciudad. El rey
de Jerusalén hace que se persiga a Jeremías y se llegue incluso a
encarcelarlo.
5. Jeremías le dicta sus profecías a Baruc que las escribe en un libro.
Baruc, en medio del templo, reúne al pueblo y les lee el libro de Jeremías.
Esto enfada al rey y éste hace que el libro sea arrojado al fuego.
6. Parece ser que a Baruc le entró el desánimo al ver que nadie hacía caso
a su maestro Jeremías. Baruc sentía la soledad de ser elegido por Dios
para desarrollar una misión pero no ser comprendido por los hombres.
7. Baruc, a pesar de todo, vuelve a escribir el libro que le dicta Jeremías y,
finalmente, los babilonios vuelven a Jerusalén, la conquistan y
destruyen la ciudad y sus murallas. Se cumple así lo que había predicho
el profeta Jeremías.
8. Cinco años después de la caída de Jerusalén, Baruc presentó sus
profecías propias en un libro que está incluido en la Biblia. El libro de
Baruc se dirige a los judíos que han sido deportados a Babilonia, y
busca consolarlos de su tristeza.
9. El libro de Baruc les recuerda que Dios está con ellos. Muchas veces
en la vida, nos puede parecer que todo va a salir mal, por eso,
debemos poner la confianza en el único que siempre y, a pesar de
todo, estará con nosotros.