Texto periodístico el mando resuelto 1

EL MANDO
Con el mando a distancia en la mano, a modo de cetro, repantigado en el sofá
frente al televisor, cualquiera puede sentirse un pequeño dios. La pantalla es el mundo.
Hoy sólo existe lo que se refleja en ella. Por la pantalla desfilan los héroes del momento,
desde el más noble al más idiota, pero a este pequeño dios repantigado, que todos
llevamos dentro, le basta con apretar levemente la yema del dedo y en una décima de
segundo se borrará del mundo la imagen del rey, la del político más encumbrado, la del
divo más famoso, la del comentarista más insolente, la del patán más odioso, la del
golfo más redomado. Esta potestad puede ejercerla el pequeño dios como un déspota,
según cambie su ánimo cada hora del día. Si por un capricho así lo desea, con apretar
otra vez la yema del dedo, comparecerá ante su presencia de nuevo en la pantalla el rey,
el político, el líder de opinión, el presentador, el payaso, el resto de la carne de cañón,
sólo por el placer de despreciarlos y volver a borrarlos del mundo. Este simulacro de
poder psicológico, en el fondo, es un antídoto muy profundo contra la propia rebelión,
lo último que se lleva en materia de opiáceos. Si se puede fulminar la imagen del rey
con un dedo, ¿qué necesidad hay de llevarlo a la guillotina como a Luis XVI? Si el
presidente del gobierno y el jefe de la oposición son tan débiles que se hallan a merced
de mi mando a distancia, ¿por qué hay que creerlos, seguirlos y votarlos? Aparte de este
poder omnímodo sobre la imagen que la tecnología ha regalado al pequeño dios
repantigado, ahora la cultura digital interactiva le ha concedido otro privilegio aun más
revolucionario. Estando sobrio o borracho, lo mismo si es inteligente o cretino, desde
cualquier bar, iglesia o prostíbulo, con un mensaje a través del móvil, el pequeño dios
puede emitir opiniones y comentarios absurdos, vomitar insultos procaces, chistes
escatológicos o cualquier otro disparate y al instante este producto de sus vísceras
aparecerá escrito en pantalla durante el programa y será leído por millones de
telespectadores. En un solo segundo tendrá más lectores que Pascal, Voltaire y
Nietzsche consiguieron juntos en varios siglos. Y todo esto mientras el pequeño dios se
toma una ración de calamares.
MANUEL VICENT, El País, 28/02/2010)
Cuestiones
1. Señale y explique la organización de las ideas del texto. (Puntuación máxima: 1.5
puntos)
2. 2 a) Indique el tema del texto (Puntuación máxima: 0.5 puntos)
2 b) Resuma el texto (Puntuación máxima: 1 punto)
3. Comentario crítico sobre el contenido del texto. (Puntuación máxima: 3 puntos)
4. Analice sintácticamente el fragmento del texto que se cita a continuación.
(Puntuación máxima: 2 puntos)
Por la pantalla desfilan los héroes del momento, desde el más noble al más idiota.
RESPUESTAS:
1. Señale y explique la organización de las ideas del texto. (Puntuación máxima: 1.5
puntos)
Algunas cuestiones previas.
En cuanto a la organización de las ideas, creo que debemos diferenciarla de la
simple estructura. Debe ser algo más que decir cuántos párrafos tiene el texto y qué se
dice en cada uno. Sería más bien decir cómo se van articulando las ideas del texto, cómo
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Joaquín Carrillo Gracia http://joaquincarrillo1313.blogspot.com/

se van relacionando unas con otras.
Por otra parte, creo que hacer esta pregunta en primer lugar nos puede servir
para entender bien el texto antes de proceder a resumirlo y comentarlo.
Para más información, véanse los apuntes sobre esta cuestión en mi blog
http://joaquincarrillo1313.blogspot.com/
Respuesta
El texto mantiene un tema constante que es el poder que los avances tecnológicos
aportan al televidente, poder que lo convierte en un pequeño Dios.
No obstante, está claramente dividido en dos partes, que se corresponden con los
dos poderes que el texto atribuye al televidente:
1. Primer poder: el poder que el mando otorga al televidente para "manejar" a
su antojo, cual pequeño dios, el mundo que desfila por la televisión,
haciéndolo aparecer o desaparecer.
2. Segundo poder: el poder que la cultura digital interactiva ha proporcionado
al pequeño dios, que es la posibilidad de expresarse y que millones de
personas lo vean. Se inicia y aparece formulado en lo que sería una oración
temática aparte de este poder omnímodo sobre la imagen que la tecnología
ha regalado al pequeño dios repantigado, ahora la cultura digital
interactiva le ha concedido otro privilegio aun más revolucionario... y
que más adelante aparece precisado que es el de emitir opiniones y
comentarios absurdos...
2. 2a) Indique el tema del texto (Puntuación máxima: 0.5 puntos)
2b) Resuma el texto (Puntuación máxima: 1 punto)
Al formular el tema de un texto debemos sugerir su contenido, es decir,
deberíamos dar respuesta a la pregunta tan coloquial ¿de qué va el texto? El tema debe
ser algo más que una o dos palabras, como se ha dicho muchas veces. Imagínense que
formulamos el tema de un texto cualquiera diciendo que es el amor, sería una
formulación demasiado imprecisa, porque no sabríamos si se trata de una declaración
amorosa, la expresión del dolor por su pérdida, la ilusión por disfrutarlo, la narración de
una turbulenta historia, etc.
En torno a lo que debe ser un resumen hay disparidad de criterios. Lo que sí está
claro es que debe condensar en pocas líneas lo que el texto dice. Personalmente, creo
que el resumen carece de independencia absoluta con respecto al texto del que parte. Si
fuese absolutamente independiente, y teniendo en cuenta que el resumen debe reflejar
brevemente el contenido de otro texto, cabría esperar que el resumen de un texto irónico
debería ser redactado con ironía, o el resumen de un poema debería usar el verso, o un
texto en primera persona debería resumirse en esa misma persona, cosas que no me
parecen correctas.
Para más información, véanse los apuntes sobre esta cuestión en mi blog
http://joaquincarrillo1313.blogspot.com/
Respuesta.
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TEMA:
El poder que la tecnología y la cultura digital interactiva confieren al televidente
sobre el mundo que desfila por la televisión.
RESUMEN:
La tecnología ha otorgado al televidente la capacidad para manejar a su antojo el
mundo que aparece en televisión, haciéndolo aparecer o desaparecer. La cultura digital
interactiva le ha concedido además otro privilegio, que es el de poder expresarse a
través del móvil y que sus opiniones, sean cuales sean, lleguen a millones de personas.
1. Comentario crítico sobre el contenido del texto. (Puntuación máxima: 3
puntos)
Sobre lo que debe ser un comentario crítico mucho se ha debatido. Cada
profesor ofrece a sus alumnos unas orientaciones que se diferencian sensiblemente de
las que ofrecen otros profesores. Realmente, no sería aceptable ningún modelo de
comentario, ya que cada texto es diferente, además de que aplicar un cliché a un texto
poco de comentario tiene. Pero, por otro lado, creo que es necesario ofrecer unas pautas
a los alumnos, unas orientaciones que les permitan tener algo que decir, por poco que el
texto se entienda, por poco que se sepa del contenido, o por poco que éste les interese.
En mis orientaciones (véase mi blog http://joaquincarrillo1313.blogspot.com/) he
procurado tener en consideración la disparidad de criterios antes aludida para ofrecer
una solución aceptable para la mayoría, que recoja variedad de enfoques. Es la parte en
la que tiene mayor influencia la madurez del alumno y su capacidad interpretativa y
expresiva. Suele haber serios problemas en las respuestas que los alumnos ofrecen por
el insuficiente grado de comprensión, por la escasa capacidad expresiva, por las pocas
referencias que se tienen del tema del texto, etc.
Las orientaciones que propongo en mi blog tienen mucho de “truco” para que los
alumnos resuelvan con más o menos éxito esta “espinosa” cuestión de la P.A.U. De
hecho, como puede observarse, si se consultan las respuestas elaboradas siguiendo las
orientaciones, éstas permiten decir cosas muy parecidas de textos muy diferentes, pero
permiten “salir del paso” a quienes tengan poco que decir atendiendo al contenido del
texto. Véanse ejemplos de comentarios críticos siguiendo las orientaciones en mi blog.
Aquí ofrezco una posible respuesta, en esta ocasión sin seguir ningún modelo u
orientaciones; ciertamente, se podrían decir más o menos cosas, o cosas diferentes. Ésta
es una posibilidad entre muchas, tantas como eventuales comentaristas.
Respuesta.
El texto que tenemos que comentar resulta bastante sorprendente, tanto por lo
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que dice como por cómo lo dice, es decir, por el tono empleado, lleno de ironía y
humorismo.
Ya desde el principio, con la primera oración (Con el mando a distancia en la
mano, a modo de cetro, repantigado en el sofá frente al televisor, cualquiera puede
sentirse un pequeño dios), el texto nos sorprende. El hablar del mando de la televisión
como cetro, es decir, como símbolo de poder, nos podría hacer pensar en que el texto
iba a girar en torno a la “batalla” en cada hogar por hacerse con el dominio del mismo,
en un salón con toda la familia reunida. Quien tiene el mando, tiene el poder. Y eso era
verdad hasta hace poco, hasta que en cada casa hubo tantos mandos como televisiones,
y tantas televisiones como habitaciones o habitantes. La república independiente de
cada casa se ha convertido en un estado de autonomías, como el español, con leyes,
normas y hasta lengua propia, donde la libre circulación de una comunidad a otra
empieza a verse seriamente dificultada. ¡Qué difícil debe ser para la abuela el tránsito
desde su habitación, llena de estampas de santos y fotos en blanco y negro, a la de su
nieto, forrada de posters ininteligibles que representan una realidad que no es la suya, y
llena también de inmanejables aparatos.
Pero, es que el poder del que habla el texto no es el poder de quien tiene el
mando sobre los habitantes de la casa, sino el poder sobre el mundo. La pantalla es el
mundo. Hoy sólo existe lo que se refleja en ella. Y lo que no aparece en televisión no
existe. Sin más. No existe Luis Cernuda, ni jamás existió. Ni Lorca, ni mucho menos
Lope de Vega o Cervantes. Sin embargo sí existen Belén Esteban, Pocholo o Dinio. Y
el poder que nos proporciona el mando es el de borrar ese mundo, quitarlo de nuestra
vista, matar a sus habitantes, hasta que decidamos volver a resucitarlos, o hasta que un
error en nuestro viaje por otros mundos, que es “hacer zapping”, nos lo devuelva,
aunque sea involuntaria y fugazmente.
El mando es un antídoto, lo último que se lleva en materia de opiáceos, toda una
terapia, que nos proporciona la capacidad para borrar de nuestra vista aquello que nos
desagrada. El mando nos permite nuestra pequeña venganza, un íntimo desplante que
sólo contemplamos nosotros ante individuos impresentables, salvo que los seres que
borramos de nuestra vista se preocupen por comprobar los índices de audiencia.
¡Cuántas veces hemos dicho mientras cambiamos de canal ¡anda y que te den!
Es interesante, por otro lado, comprobar qué es lo que piensa Manuel Vicent de
los personajes que aparecen en televisión. A casi todos los trata con desprecio. Aunque
los términos no parezcan connotados negativamente en sí mismos (presentador, por
ejemplo), los incluye a todos en la misma categoría: carne de cañón. Están el rey, el
político, el líder de opinión, el presentador, el payaso, carne de cañón todos para el
autor, y luego el resto de esa carne, entre ellos el presidente del gobierno y el jefe de la
oposición, personajes que lo único que proporcionan para el autor es sólo el placer de
despreciarlos y volver a borrarlos del mundo.
Otra cuestión que el texto trata con muchísima inteligencia es la posibilidad que
tenemos desde hace relativamente poco tiempo para colarnos en el mundo de la
televisión y en mitad de un debate político, económico, deportivo, del corazón, de una
entrega de premios, etc. dejar nuestros comentarios t veo sta noxe; t keda m bien el
tanga rojo. XD; Pitu devuélveme las yaves del coxe. Y ello entre la crisis, paro, daños
colaterales de guerras próximas o lejanas, o imágenes de cualquier clase.
El autor no menciona, podría haberlo hecho para completar el desolador
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panorama del mundo de la televisión, que con nuestros mensajes colaboramos en la
subvención a los programas y pagamos el caché de alguna de la carne de cañón, como
serían los “opinadores"; me refiero a los tertulianos de programas infumables que
vociferan, insultan y opinan sin pudor de cualquier cosa o persona. Seres de escaso
mérito, pero de mucha fama.
Decíamos antes que el autor no era nada generoso con el desfile de personajes
que presenciamos en televisión. Casi menos lo es con el pequeño dios que maneja el
mando o escribe mensajes desde el móvil. La imagen es poco amable: nos lo presenta
repantingado en el sofá; lo imaginamos cual Torrente con el mando sobre la barriga; o
enviando un sms desde un prostíbulo, o desde un bar con una cerveza en una mano y el
móvil en la otra. Bien es cierto que también menciona el término iglesia, pero ¿acaso
alguien manda un sms desde allí mientras ve la tele? Se molesta en decir que el que
manda los mensajes puede ser inteligente o cretino, estar sobrio o borracho, pero lo
único que sale de él son opiniones y comentarios absurdos, insultos procaces o chistes
escatológicos. Es decir, la posibilidad de que la imagen sea buena, queda totalmente
neutralizada, y proporciona de los pequeños dioses, entre los que se incluye (este
pequeño dios repantigado, que todos llevamos dentro) una imagen poco edificante.
Hablando de imágenes, el texto de Manuel Vicent, tiene una gran fuerza visual,
es capaz de hacernos imaginar una completa serie de escenas poco románticas, pero más
reales que el mundo que desfila por la televisión. Más auténticas también. No es difícil
imaginar al pequeño dios escribiendo un mensaje mientras se toma una ración de
calamares con los dedos grasientos, gritando de júbilo en el bar con sus colegas cuando
su sms sois todos unos sinvergüenzas aparece en el debate sobre la conveniencia o no de
subir los tipos de interés. O repantingado en el sofá con una bolsa de “rufitos”,
cambiando de canal mientras lanza un improperio. Como la vida misma. Ese sí es el
mundo real, aunque no aparezca en televisión.
Lo gracioso del tema es que, como dice el autor, el más anónimo de los
pequeños dioses en que nos ha convertido la tecnología puede tener su momento de
gloria, si así lo quiere: En un solo segundo tendrá más lectores que Pascal, Voltaire y
Nietzsche consiguieron juntos en varios siglos. Y sin decir nada interesante. Una
lástima. Una suerte, dirían otros ¿o es que yo no tengo derecho, si esos lo tienen?
4. Analice sintácticamente el fragmento del texto que se cita a continuación.
(Puntuación máxima: 2 puntos)
Por la pantalla desfilan los héroes del momento, desde el más noble al más idiota.
Para contestar la pregunta de sintaxis es particularmente problemático el tema de
la terminología. Ofrezco aquí una respuesta usando una terminología sencilla, creo que
comúnmente aceptada. Por otro lado, pienso que es interesante huir de interpretaciones
particularmente novedosas o audaces que los posibles correctores podrían no compartir.
No hay que olvidar tampoco que hay cuestiones sintácticas que permiten
interpretaciones variadas, aparte de la simple cuestión terminológica.
En lo referente al método, creo que es recomendable redactar la respuesta y
9

evitar el sistema de cajas, corchetes y paréntesis, o cualquier otro que no sea muy claro
para el que corrija.
Respuesta.
Se trata de una oración que tiene un único núcleo verbal (desfilan), por tanto es
una oración simple.
● El SUJETO de la oración es los héroes del momento, desde el más noble
al más idiota. Está compuesto por DETERMINATE (los), NÚCLEO
(héroes), COMPLEMENTO DEL NOMBRE (del momento) y
APOSICIÓN (desde el más noble al más idiota).
El COMPLEMENTO DEL NOMBRE está compuesto por ENLACE y
DETERMINANTE (del) y NÚCLEO (momento).
La APOSICIÓN está compuesta por dos NÚCLEOS (noble, idiota), cada
uno de los cuales tiene un DETERMINANTE (el). Está introducida por
un ENLACE, con dos elementos correlativos, que sirve para unir además
los dos núcleos (desde... a)
● El PREDICADO de la oración es Por la pantalla desfilan. Está
compuesto por el NÚCLEO (desfilan) y por un COMPLEMENTO
CIRCUNSTANCIAL (por la pantalla). El COMPLEMENTO
CIRCUNSTANCIAL está compuesto por ENLACE (por),
DETERMINANTE (la) y NÚCLEO (pantalla).
5. Características de los principales subgéneros periodísticos. (Puntuación
máxima: 2 puntos)
Respuesta.
La respuesta a esta pregunta se puede encontrar en cualquier manual de Segundo
de Bachillerato, por ejemplo en Lengua Castellana y Literatura 2 de la editorial
EDITEX o de la editorial SANTILLANA.
También hay infinidad de páginas web donde se puede encontrar información
suficiente o las respuestas ya elaborada. Particularmente interesante me parece
http://personal.telefonica.terra.es/web/apuntesasr/.
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