Este capítulo discute cómo las decisiones y acciones surgen de las reflexiones personales diarias y cómo elegimos actuar. Explora las acciones reflexivas, afectivas e irreflexivas, y cómo la desigualdad social limita la libertad de algunos. También examina cómo seguir órdenes puede hacer que ignoremos nuestra moralidad y culpemos a otros por nuestras acciones.
1. Cap. 4 DECISIONES Y ACCIONES: PODER, ELECCIÖN Y DEBER MORAL.
Este capítulo habla de los cuestionamientos personales que nos hacemos en la
vida diaria y de cómo esto nos lleva a tomar decisiones y acciones respecto a
estos. Al hablar de las acciones, sabemos que necesariamente estas surgen de la
toma de decisiones que tienen lugar día con día.
Habla también de las acciones reflexivas, afectivas, irreflexivas y que tenemos la
capacidad de elegir de acuerdo a la emoción del momento.
Las acciones irreflexivas son aquellas que resultan de emociones violentas y las
afectivas son el resultado de cálculos irracionales, estos dos tipos de acciones son
igual de impulsivas y conllevan fuertes consecuencias. Pero cuando el acto es
planeado estas dejan de ser afectivas y se convierten en acciones calculadas.
Con relación al poder, se dice que las personas tienen diferentes grados de
libertad debido a la desigualdad social; el que más tiene manda y es así como se
obtiene el poder. Es aquí donde se toca el tema de la libertad, haciendo que nos
cuestionemos sobre si en realidad somos libres o no de hacer lo que queramos, ya
que algunas veces hacemos lo que otros dicen no por elección, sino porque no
tenemos otro remedio y seguimos ordenes ya sea por un superior o por un
asaltante. Pero también un personaje con poder puede verse privado de su
libertad por diferentes situaciones, es aquí donde nos preguntamos si las
decisiones que tomamos son elegidas por nosotros.
Por lo tanto muchas de las veces al seguir ciegamente las órdenes de otro
dejamos de lado la moral y quitándonos la responsabilidad, de nuestras propias
acciones y culpando a otros por ellas, llegando a cometer con ellas cosas terribles
reprochárnoslo. Otra de las formas de dejar de lado la moralidad es entre las
multitudes, donde se acalla la consciencia debido al anonimato ya que se pierde la
individualidad y las personas se disuelven en el conjunto anónimo.
Mónica Díaz Muñoz 1er. Semestre Lic. En Psicología Prof. Rodolfo Morán